El pasado (no siempre allá atrás, paredes rosas)

El pasado (no siempre allá atrás, paredes rosas)

Mare Diana

17/02/2022

El sentimiento es intenso, las letras son como expulsadas de cada dedo, uña color azul, dedos casi siempre tristes. El propósito de escuchar esta voz sin garganta insatisfecha, casi nunca triste. El dolor viene de otros lados, el querer alejarme de una realidad que busca solo atarme a cuatro paredes, casa fría, ¿y mi hogar? Sin voltear a ver más, todo continua y quizá así también deba vivir mi vida. Como una lista de canciones que son prueba de que he sentido hasta en italiano y es que esas letras parecen tan lejanas incluso como la última vez que te vi, como el último dolor que sentí por ti, estando tan solo a metros insanos de distancia. Me he enfermado los días ausentes y pareciera que esa dolencia de vez en cuando vuelve a escribir también, acompañada de otros recuerdos hechos orquesta que traduce lo mal que servimos para visitas en madrugadas, quizá en una bicicleta, toques de puerta, quizá con un corazón entre las manos y luces alumbrando el momento exacto de nuestro desencuentro. La duda de que sigas entre todas estas expulsiones no siempre me carcome. A veces la abrazo como me gustaría abrazarte a ti sin el bloqueo de tanto sentir. El bloqueo que ahora no sé por dónde se encuentra. No sé si tal vez aquí, a un lado de mí. O por allá contigo, con tus labios grana, sin morir por ti, extraño de rosa. A pesar de algunas transparencias en distintos tonos, no he podido encontrar todo esto que me sigue uniendo a esos caminos, esas vistas, unas risas. Para poder decirte lo que pienso debes guardar silencio, querer callarte es un sueño que permanece, callar tus labios no con un beso, ese puede que llegue rodando en otros años tranquilos. Querer callarte y luego salir de tu espacio, el que tanto celas. Seguimos girando no sé si tranquilos para luego gritarnos que de verdad nos queremos. Hay tantas líneas que seguir contigo y debo admitir que una de mis favoritas es esta, en la que yo te escribo anónima y tú te encuentras por fin cerca, después de meses en los que hasta aprendí vocablos de otros lados para poder decirte que habías dejado esta ciudad sola y a mí junto con ella. A pesar de los ruegos al cielo y tristeza, no espero que comprendas tanto, solo que me pienses tanto. Yo sigo en estos días con esta ropa, todos los carros transitando hacía rumbos que quizá se crucen con los tuyos, aún si no voy en alguno de ellos. Tal vez, mi naturaleza sea esta, es que todo es tan intenso si se trata de ti.

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