No recuerdo nuestro primer beso…

Han pasado los días, meses y por fin se cumplieron años desde que no estas aquí, no creo que sea algo de lo cual se pueda vivir a diario, es decir, con este dolor, es como si después de haberse roto mi alma se siguieran rompiendo los pedazos.

Como cada atardecer al salir del trabajo, ansiosamente esperaba que escribieras, que me hablaras. Al salir del portón negro, mi nariz logro oler el aire fresco del atardecer, se escuchaba con mayor claridad los sonidos, el ruido de los arboles, el canto de los pájaros al igual que sentí la cálida temperatura del atardecer, me gire hacia la izquierda para dirigirme a casa; di unos cuantos pasos y mientras más caminaba logre observar tu rostro, el mío realizo una sonrisa de emoción, tenia tiempo que no te veía, no pude no sonreír, en realidad estaba muy feliz, tenia ganas de abrazarte, del poder besarte y decirte cuanto te extrañe, claro que no lo hice, no fui lo suficientemente valiente para hacerlo, solo camine para estar frente a ti y vi que respondiste a mi sonrisa de la misma manera.

¿Tú qué haces aquí?, fue lo que mis labios lograron decir, claro que también tenia algunas otras preguntas, fue lo único que se me ocurrió decir para no incomodar el momento «te mande unos mensajes, ahí lo dice todo», fue lo que respondiste, a lo que a mi mente respondió por si, !por tanto trabajo se me ha olvidado revisar el celular¡, tomaste mi mochila y dijiste «caminemos» nos dirigimos al parque de las brujas así lo solías llamar, aunque aun no entiendo el por qué, solo nos basto caminar una cuadra para llegar a aquella banca de concreto que desde ahí se logra escuchar el ruido del agua que corre por el rio que esta dentro del parque, te note de una manera distinta, no eras lo mismo, sentía que te ocurría algo, tenia ganas de preguntar, pero sabia que no responderías. 

Seguimos platicando y tú realizando preguntas, yo las respondía sin mentira alguna, pero cuando yo realizaba alguna pregunta, lo que respondías eran tres a lo mucho cinco palabras, recuerdo que aquella ocasión te pregunte que me contaras más de ti, dijiste «ya sabes lo que tienes que saber de mi, ya no hay más», de la nada guardamos silencio y nuestros rostros se atrajeron, nuestros labios se acercaron y cuando menos lo esperaba nos estábamos besando, logre sentir las comisuras de tus labios, logre sentir tus manos colocadas a los cotados de mi quijada, ojalá lograra regresar a aquel momento la realidad es que de nada serviría.

Duro algunos segundos aquel beso, nuestros labios se separaron y por primera vez pude detener el tiempo, porque abrí los ojos y logre ver como lo hacías al mismo tiempo, después de ello solo sentía tanta felicidad dentro de mi, del poder estar contigo en ese momento, entonces me pregunte ¿Cuándo fue nuestro primer beso?, fruncí el ceño, porque extrañamente no lo recordé, ni lo recuerdo, pero el beso que ocurrió unos segundos atrás, lo tome como el primero, por la razón de que es el que recuerdo único y comienzo de esta historia.