Es un arma de doble filo implacable. Llega sin previo aviso y según como te defiendas podrás utilizarla como tu salida o sucumbir ante ella. Nadie esta acostumbrado a los cambios. Las personas crecen, los locales cierran y abren como algo nuevo, los amores van y vienen mientras tu quieres que todo se esté tal y como empezó. Las inseguridades al comenzar un curso nuevo que jamás habías pensado hacer te martirizan día y noche, te quitan el sueño y lo sustituyen por una sensación de tristeza que se siente fría y pesada. La muerte de tus seres queridos te abre un hueco en tu corazón y por cada pobre alma que abandona tu vida te hace sentirte más miserable. Te falta algo, sabes que no volverá y cada día que pasas delante del lugar donde formabas un recuerdo con aquella persona, sueltas un suspiro cargado de recuerdos, gritos apagados de volver a querer verle para decirle cuanto le amabas y un hasta luego. Tu zona de confort es destrozada a cada paso que da. Tienes miedo, miedo de que esas personas desaparezcan de tu vida, que todo quede en un «fue una bonita historia» y nunca más saber nada de ellos. Es un sentimiento que te cala hasta los huesos y no quieres por nada del mundo que llegue ese momento. Pero lo hace. Tus relaciones sociales varían con el pasar de la vida, a veces a mejor y veces a peor. Pero cambian y cuando salen esas personas que te dejaron una marca grabada para siempre, nunca volverás a ser el mismo. Contarás a tu familia y pareja quienes eran, que significaban para ti, las memorias que tenias con ellos. Pero entre esos relatos, estará escondido una melancolía que acaricia tu mente cada vez que terminas y ves una foto. Para después, llevar sobre tu espalda todo el silencioso dolor que aguantas cada día.

El cambio siempre esta y estará presente en tu vida. Se que es duro y que quieres que todo se quede como la foto enmarcada de tu salón, que esa persona que se fue de tu vida vuelva y que todo sea un sueño, que te juntes con los de siempre y volver a reír como siempre. Te hace sentir como una mierda. Te hace pensar que estas haciendo, cual es tu futuro y como vas a acabar al final. Esto crea más preguntas sin respuesta y al final se volverá un circulo vicioso que no tendrá fin. Y sinceramente todo ello te hace pensar que solo hay una salida para no aguantar mas la silenciosa tortura que sufres reiteradamente. Pero ese no es el camino.

Debes adaptarte. Luchar contra la corriente. El cambio es algo eterno y constante, aunque pienses que ocurre a lo largo de lustros y para ese entonces serás alguien diferente no es así. Serás el mismo pero masacrado mental y físicamente por el paso del tiempo. 

Lo que quiero decir con ello es que es normal que tengas miedo, que llores por el sentimiento de pérdida y no quieras salir de tu cuarto. Pero hay más gente que no pudo acostumbrarse al cambio como tú agoniza a su manera. Se que parece una carrera hacia el vacío pero vamos a pensar mejor. Tu circulo será aún mayor y nuevas oportunidades llegarán a tu vida, amores de primavera y duraderos pasarán pero al final encontraras tu bienestar solo o acompañado. Y a aquellas personas que nos dejaron por el azar del destino, mantén vivo su recuerdo en tu corazón y mente. Llora si debes hacerlo pero no agraves más ese dolor. 

Se fuerte, no estas solo poco a poco podrás salir de esta tormenta y ver un nuevo día. Todo es cuestión de tiempo y cambio de perspectiva.

                                                                                                            

                                                                                                              -Incompleto-

«Pequeño texto de motivación y de ayuda para todas aquellas personas que estén pasando por un mal momento».

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