Desde niño, siempre escuchaba que me llamaban de diferentes formas, de mi nombre real, con sobrenombres, hermano, tío, padre, pero al pasar de los años estos adjetivos iban desvaneciendo poco a poco sin darme cuenta, pensaba que entre mas gente conocía, mi nombre se estaba ensanchando, pero la realidad era que con cada momento de insulsa felicidad, fui enterrando mi nombre, no lo entendí hasta que escuché los llantos de la familia que no había visitado desde hace mucho tiempo, no me percate de mi realidad, nadie estaba conmigo,  fui enterrado como XX acompañado de otros cuerpos sin vida que también perdieron su nombre. Culpable soy.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS