Que no se te escape la vida.

Escuché esta historia sobre un pez…

“Usted perdone”, le dijo un pez a otro, es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente podrá ayudarme.

– Dígame: ¿Dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado. –”El Océano”, respondió el viejo pez, “es donde estás ahora mismo”. – ¿ésto? Pero si esto no es más que agua… Lo que yo busco es el Océano, replicó el joven pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.

Cuantas veces buscamos la plenitud de la vida, sin darnos cuenta de  que ya vivimos en una vida plena. Nuestras expectativas nos cierran los ojos y el corazón y no nos permiten ver, ni vivir el momento presente, donde todo es posible, donde ya estamos en ese lugar que tanto deseamos y buscamos.

¿Qué buscas? ¿Qué deseas?

¿Dónde estás enfocando tu mirada, que no puedes apreciar  lo que está frente a ti, y que se te está escapando por no prestar atención?

Cada vez que pestañeamos el ambiente cambia, más cuando estamos desenfocados.

Aunque estés buscando éxito, fama, estabilidad o bienestar no dejes pasar inadvertida tu vida.

Nosotros los seres humanos somos finitos, tenemos un breve lapso sobre este mundo; no pierdas tu oportunidad de vivir por cosas que con el tiempo no valdrán nada…

Haz cosas que te gusten, asómbrate como los niños, ama sin tantas condiciones y sin tantos prejuicios…

Creo que al final, cuando nos vamos, lo que menos recordarán de nosotros son nuestros logros y recordarán más nuestra historia. Lo que hicimos por otros y lo auténtico que fuimos.

Que no se te escape la vida.

Se valiente, se sabio, se tú mismo y brilla, haz que todos recuerden tu luz incluso cuando tú no estés.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS