Y ahora sí, me siento apático
Vacío, como si nada quedase
En un interior de cristal.
Frío, traslúcido, despojado
De su contenido, sintiendo
Que no se va a llenar nunca.
Y el aire en su interior, seco
Cómo si alguien hubiera
Embotellado una estepa.
Con ruido a viento de estepa,
Aullidos de fondo, viento
Que traspasa hasta las piedras.
Sin descanso, los depredadores
Husmean los pastizales, confirmando
Que son los únicos allí, y nadie más.
Se preguntan si saciar su hambre,
Entablando una batalla a muerte.
A riesgo de perderse mutuamente.
Y cuando uno quede en pie, saboreando
Lo más interno de su ex compañero
A quien le contará la historia?
Es el hambre una excusa válida?
Son las reglas del juego?
O son consecuencias inesperadas?
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