Estoy cansado, me tiro en la hierba para ver si encuentro un muerto. La soledad me comió el alma. No tengo manos se las llevo el viento. Mi corazón me jala de las orejas pidiendo auxilio con ojos sordos y limpios. Es la hora, ya sé, de soñar un poco, dicen que olvidar es sanar. Yo me interrogó a mi mismo y pesar de todos los males sigo vivo, loco, pero vivo, tristemente jodido, pero alegre de que la vida cuelga de un hilo.

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