El pueblo de Macondo

El pueblo de Macondo

CESAR LORQU

22/11/2021

Llegamos algunos escasos minutos sobre las 3 p.m, veníamos de Medellín pero aún así no pudimos entrar, la puerta se cerró delante de nuestras narices accionada a voluntad por un personaje gris – azul que de manera selectiva cedía el paso, eso sí nos tocó dejar pasar unos recomendados que esperaban en la retaguardia – recomendados no sé de quién ni por quién- pero ellos sí, sonrientes y con cara de mamertos, se dispusieron a entrar en desorden penetrando la morada de la Casa Museo.

Este viaje lo había preparado hace un tiempo pero al igual que la enfermedad que atacó a Macondo en tiempos de José Arcadio y Úrsula

– la peste del olvido – no pude recordar que en nuestro Macro Macondo nacional el tiempo es una opción de acomodo que simplifica las decisiones.

En esa circunstancia confusa y frustrante uno de los guías locales nos abordó y en muy buena forma logró resolver algunas de las dudas que teníamos en casa sobre la familia ancestro que resumía nuestra manera de vivir y afrontar la cotidianidad – recursos escasos pero recursividad ilimitada – después el calor se apoderó de nosotros tornando líquida y fluida nuestra voluntad, añorando en ese momento tener en nuestras manos el invento que Melquíades trajo y presentó con los gitanos como nexo inequívoco de la esencia de los seres humanos y nuestra ambición por modificar el entorno aunque en esa pretención nos equivoquemos en forma como lo habría hecho en interpretación José Arcadio al confundirlo con un diamante gigante.

El miedo de no encontrar transporte de retorno hizo lo propio, nos acercamos a la vía para regresar a nuestro hotel en Sta Marta no sin antes agradecer a Orlando José por su magnífica aproximación hacia los valores y entornos de la ciudad cuna de nuestro único nobel -Gabo –

¡Volveremos!

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS