Paseo por la cocina

Paseo por la cocina

Blue

19/10/2021

Una gran cantidad de veces me paseaba por la cocina de mi casa en las madrugadas. Solía sentir un extraño impulso y atracción hacia la sensación de un objeto cortopunzante contra mi cuerpo. Me encantaba imaginar la sensación del hierro frío deslizándose y haciendo presión sobre mi piel. La curiosidad y el deseo me invadieron cada vez más, ya no me era suficiente imaginármelo…Por eso, pasé del simple paseo por la cocina a agarrar un cuchillo de vez en cuando, mirarlo y deslizarlo suavemente sobre la piel que cubre mi estómago, sólo deslizarlo, no me hacía daño, pero…¡Oh, qué placer me producía!

Estas visitas a la cocina se volvieron cada vez más regulares y cada vez que pasaba el cuchillo sobre mi estómago otro impulso desesperado llegaba a mi perturbada mente: deseaba el cuchillo abriéndose paso sobre mi carne. Deseaba sentir la sangre densa y caliente resbalándose por mi frío cuerpo. Cuando estas escenas pasaban por mi cabeza, las disfrutaba, estaba ida por unos segundos. Después, reaccionaba aterrorizada de mis oscuros pensamientos, soltaba el cuchillo temblando y me iba a dormir como si nada.

Aquel día, las pulsiones le ganaron la batalla a mi yo racional. ‘El ello venció al Superyo’, podría haber dicho Freud. Empujé el cuchillo contra mi vientre, la sangre empezó a resbalarse, densa y caliente, tal como lo había imaginado…sentí un dolor terrible pero el placer era aún mayor, mi alma estaba descontrolada. Quise clavar el cuchillo más veces, me sentía poseída por fuerzas inexplicables. Ese momento era todo lo que anhelaba, me entregué a la sangre, me entregué a la sensación del cuchillo atravesando una y otra vez mi piel blanda, me entregué a la muerte, ah… qué placentera.

Aún me gusta pasearme por la cocina en las madrugadas… A veces, cuando los habitantes de la casa se levantan con sed en busca de un vaso con agua, se les hiela la piel, se les pone la carne de gallina y se quedan pasmados cuando ven mi juguetona y transpartente sombra observándolos con una sonrisa en medio de la oscuridad. No entiendo por qué se asustan, yo sólo quiero recordar viejos tiempos.

Etiquetas: microrelatos terror

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