Tengo un miedo, un terrible miedo que me agobia…

¡El amor! tan ansiado por todos, veo felicidad en las personas que lo tienen, tienen esa mirada llena de luz, de frescura… y yo… yo siempre digo que eso no es para mi…

Muero de miedo, miedo a responder que si y después quedarme sola; miedo a entregarme en cuerpo y alma y que eso no sea suficiente para que te quedes; tengo miedo a la locura y el dolor que vienen después; porque, si he aprendido algo del amor, es que no es para siempre…

El amor no viene solo, tarde o temprano llegan las angustias, el llanto, y una terrible soledad… no tengo miedo al amor, tengo miedo a elevarme al paraíso y que me dejes caer con toda la fuerza, al profundo vacío que provoca el desamor tengo miedo de quererte, de dejarme llevar, de volver a sufrir… y no lo quiero.

Pero dicen, que todo en la vida tiene un precio… y el amor, no es la excepción; solo hay que estar dispuesto a pagar, y no es fácil, en el amor no hay garantías, no hay cambios, ni devoluciones; el amor se vende bien, pero este viene con letras chiquitas, que a casi nadie le gusta leer, y cuando no resulta, estas se van haciendo obvias, y duele, y comienza la dura tarea de soltar, de vivir en soledad, de cortar el hilo rojo que nos unía y de esperar a que el olvido vuelva a llegar…

Y en cada proceso, se van soltando las hojas de mi libro de vida, una a una, van cayendo, hasta dejarme sin valor, solo incentivando este miedo, que me limita a desear no sentir, a vivir en mi burbuja de sonrisas de falsa felicidad, de depresión sonriente, porque ansío estar allí, inmersa en el amor, pero muero de miedo.

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