Apnea del sueño

Apnea del sueño

Alba

03/08/2021

Hasta que tuve conciencia de mi entorno, no pude darme cuenta. Asaltado por las dudas, me hice de valor y abrí los ojos. En vano, no pude distinguir nada.

En el suelo había arena, lo sentían mis zapatos. El viento me trajo el sonido de algunos disparos. El aire estaba saturado de humedad, lo sentían mis manos. Los vidrios de la ventana estaban tapados por un diario algo ilegible. Sólo podía identificar una frase:

«La ciudad está sitiada»

Sentí frustración. Me puse de pie y miré el reloj, las agujas permanecieron inmóviles por más de un segundo. Efectivamente no funcionaba.

Sentí, entonces, el escalofrío de la muerte recorrerme todo el cuerpo, el frío de la soledad. Sentimiento contradictorio estando en un ambiente tan denso. Me dejé caer nuevamente. No pude mirar por la ventana, no pude volver a abrir los ojos. Sólo quería despertar. ¿Qué realidad era ésta? La ceguera en oscuridad, la ceguera del miedo.

Hasta que el sonido del impacto de un proyectil me puso en estado de alerta. Pude ver entonces un mínimo haz de luz colarse por una grieta de la puerta frente a mi. ¿Había despertado? No lo sé.

La realidad se tornó difusa, mientras mis ojos estaban nublados por el miedo. ¿Era ésta mi realidad? No lo sé.

No volví a abrir mis ojos. Permanecí quieto, inmóvil. Como quien espera su muerte, en el mundo onírico o en el real, me daba igual.

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