El trafico de la ciudad…

Mis ojos… mis ojos se están poniendo oscuros… a los 35. ¿Qué pasa? Estoy poniéndome cada día mas viejo, mas caduco… comparto con todo el mundo la caducidad, la expiración. Solo soy un un humano intentando sobrevivir y poder llegar a mi placar, a escribir, a expresar… a poder dejar un par de letras, en este maldito mundo que esta ahogando en el trajineo, en las decepciones, en las personas, en el pensamienteo de las gentes… en el peso de lo cotidiano que no me deja entrar en la bohemia… en el adoquín de preocupaciones, de vicisitudes que me pesan y que no me dejan terminar de plasmar un par de líneas que terminen dejen escapar todo lo que traigo en el pecho, la soledad, tantas historias de amor, desamor, distancia, llanto, olvido… cosas que están en mi corazón y que terminan doliéndome, calándome, presentándose. Cosas que jamás me pasaron, pero que están en el diván de cosas que no puedo dejar de recrear en mi cabeza.

La vida cotidiana es tan pesada, tan «día a día»… mil y una cosas que no terminan de calzar, no terminan de aceptar que, probablemente solo soy un cronista del humano, el humano que esta en mi piel y que termino de representar en pensamiento que no terminan de salir… no terminan de existir ahogados en el trafico de esta ciudad.