No sé si será por tu arrogancia o tu sonrisa ladeada
pero admito que me caes mal desde que te conocí
tienes el hábito de hacer preguntas insolentes
como qué voy a hacer esta noche y cosas así
eres tan irritante que odiarte se ha vuelto reconfortante
esquivarte es mi pasatiempo favorito
cuando me llamas nunca tengo tiempo
el problema comienza cuando como cazador furtivo
apareces de improviso y este odio pusilánime
siente mariposas en el estómago
me hace pasar una vergüenza terrible
quisiera cachetearlo para que entre en razón
me enfurece que mi odio
no te desprecie como mereces
no hay nada peor que un sentimiento
que no está a la altura de las circunstancias
para odiarte con la intensidad que nuestra enemistad exige
me parece que este odio necesita entrenarse
voy a ponerlo a desayunar huevos crudos
a saltar la cuerda y corretear pollos como Rocky
esto ha de serle útil cuando suba al cuadrilátero
y tenga que enfrentarse al calor de tu cuerpo
mejor desnúdate de una vez
quiero saber si este odio
puede sobrevivir al contacto con tu piel
No sonrías así.
Ya me puse los guantes.
Para odiarte necesito concentrarme
y si me miras de esa forma me distraes.
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