THE CLAN OF THE GALLART
Se dice que las noches frías son las más peligrosas ya que si sales puedes perderte, enloquecer y hasta morir. En lo personal son mis favoritas, mi nombre es Lewis Lars Salavert Gallart. Mi familia era muy conocida en tiempos antiguos, nuestra historia comenzó cuatrocientos años atrás en Varsovia cuando el monarca Luis I de Hungria (1375) nos encargó la tarea de encontrar y resguardar la piedra koh-i- noor, que en realidad era un diamante con poderes amenazantes, mi familia se lanzó en su búsqueda, por mucho tiempo buscaron infructuosamente y con terribles consecuencias hasta que dos décadas después la tuvieron en sus manos. La valiosa piedra fue entregada a nuestros superiores como se nos había ordenado dicha joya era conocida por su gran poder y en las manos equivocadas tenía el potencial de dominar el mundo, pero la cara detrás de toda vanidad era la destrucción misma. Mis antepasados forjaron un conjuro para la protección de la joya quedando resguardada por la familia Gallart pasaron los años y ocurrió lo impensable, la pierda fue robada y casi de inmediato una gran destrucción cayó sobre el reino de tal manera que nos inculparon de traicionar al rey, fuimos perseguidos por muchos años y prácticamente aniquilados, hasta que mi tatarabuela Rahela Gallart la hechicera más poderosa del clan, al ver que venían a eliminar lo que restaba de la familia empleo un hechizo de transportación para protegerlos llevándolos a otras tierras sumidos en un sueño profundo y ocultos en un viejo monasterio de la cuidad de Kendal. Antes de ser asesinada a manos del rey que bajo influencia del que ahora era el más fuerte de los strigoi Drácula, con Rahela muerta y sin los Gallart protegiendo los objetos sagrados todas las maldades contenidas dentro de estos fueron liberadas. Pasaron los años y al ver que la influencia de Drácula era tan grande, los clérigos protectores del clan decidieron despertarlos rompiendo el hechizo que por casi un siglo los mantuvo en un sueño profundo, con gran tristeza, pero con sus memorias intactas y más fuertes que nunca los Gallart escucharon la letanía de horrores que el pueblo sufría decidiendo combatir a Drácula y a todas sus hordas demoniacas, el tiempo fue transcurriendo y los Gallart fueron quedando en el olvido siendo parte de una historia mal contada así ha sido hasta llegar a mi generación y así seguirá hasta sellar a Drácula.
Este era un día de sol, los tibios rayos traspasaron las ventanas, el agua cristalina corría hacia la pequeña cascada cerca del monasterio, yo, por mi parte apenas abría los ojos después de una larga noche sin casi conciliar el sueño, mis pies toparon el suelo de pierda maciza, un alboroto desesperado llamo mi atención, corrí hacia el salón principal y pude ver como la sangre cubría las paredes como papel tapiz, al girar a la izquierda sentí mi corazón estremecerse sacudiendo todo mi cuerpo, mi pecho era traspasado por una gran espada, ya en el piso y sin poder moverme alcancé a ver como uno de los guerreros más poderosos del clan, mi padre, era encadenado violentamente —¡Padre!— Grité mientras trataba de liberarme de Walsh uno de los sirvientes leales de Drácula.
—El destino es discreto no crees(!), hace unos siglos los tuyos nos quitaban el aliento de un solo golpe y ahora(!) ¡¿Dónde está el graaan clan Gallart?! ¡¿ese que todos temblaban con oír solo su nombre?! ¡¿esos que combatían a las sombras de la humanidad?! ¡Ja, aquí arrodillado y listo para el gran espectáculo!
— ¡Suéltalo!
—¿Que lo suelte? y… ¿por qué haría eso?
—¡Que quieres! ¡¿por qué están aquí?!
—Tu sabes porque estamos aquí, querido Lars
—Ustedes tienen algo que el conde necesita, tu… querido padre lo esconde en algún lugar de este sucio monasterio
—¡Maldito!, ¡¡¡juro que te voy a matar!!!
—¡Hey, pero cuanta violencia! En lugar de estar con amenazas absurdas deberías ir pensando donde está la piedra
— Estas loco si piensas que la tenemos en nuestro poder, koh-i- noor fue robada hace mucho tiempo, jamás la encontramos
—¿Eso es lo que tú piensas, claro que fue robada pero así mismo fue recuperada o no Doriane?
—¡Es imposible, hemos pasado años buscándola, nunca la hayamos! ¿Además si estuviera aquí porque no lo sabría? ¿Madre…?
—Hijo yo…
—Por lo visto hay algunas cosas que no sabes pequeño Lars—Walsh que yacía parado frente a mí, giro la mirada hacia mi madre seguido de unos pasos, alzo lentamente su brazo y con gran fuerza la tomo por las mejillas y le dijo
—¿Estas seguras que no sabes dónde está? —Ella fuerte como siempre le respondió sin miedo y firme en su decisión aun sabiendo lo que significaría repetir su respuesta
—¡No!
—Bueno… sabiendo eso me complace ser el anfitrión de este gran festín… —Al instante, una horda de demonios blancos salto de todas partes, los pocos monjes que habían sobrevivido al terrible y sanguinario ataque eran llevados a rastras fuera del monasterio, junto a ellos, mi madre… en el lapsus en que todos eran llevados uno de los demonios se acercó para amarrarme, acto que aproveché para arremeter contra él logrando esquivarlo, y al mismo tiempo tratando de sacar la espada que aun palpitaba en mi pecho, corrí, tome un pequeño cuchillo que reposaba en el suelo junto al brazo de sir Williams salté y de un solo golpe logre degollarlo al instante, el demonio irremediablemente cayó subsiguientemente me dirigí hacia mi padre cosa que fue interrumpida por tres cumangas que me amordazaron sin gran esfuerzo, llevándonos a mi padre y a mi fuera del templo justo frente a los demás, Walsh que sonreía macabramente se acercó y arrebató bruscamente la espada de mi cuerpo mientras hablaba con Doriane, mi madre
—Sabes, fue excitante ver como Rahela agonizaba lentamente, como sus pupilas se tornaban grisáceas con el pasar de los minutos… lástima que compartan el mismo destino(!) ¡en fin, buen apetito mis amigos!
—¡¡¡Madre!!! —Ella me miro, su mirada denotaba fuerza aun estando en las garras de la muerte, de inmediato, todos los monstruos se abalanzaron sobre los aldeanos. Walsh saboreando dramáticamente el momento, cruzo sus manos sobre ella y adsorbió una y cada gota de su sangre, dejándola en el piso con el resto de los aldeanos que los bwciod y cumangas habían devorado, todos dos seres despiadados obsesionados por la carne humana que sentían placer en desmembrar lentamente a sus víctimas sin mencionar a los vampiros que arrasaban con pueblos enteros sin dejar escapar a nadie.
Los gritos no tardaron en aparecer, las partes humanas seguían regándose por el suelo, mi padre era transportado en una gran jaula, mi madre estaba muerta, yo estaba inmovilizado y mientras todo eso pasaba el súbdito de Drácula saqueaba cada parte de mi hogar en busca de una piedra que según yo estaba perdida… de repente me vi envuelto en un paraíso de nieve junto a ella que mientras secaba mis lágrimas llenas de amarguras me recordaba mi deber
Al abrir mis ojos la noche había llegado el olor a sangre y muerte se había acentuado en el lugar, mis manos que habían estado encadenadas ya no lo estaban, los monstruos y Walsh se habían marchado dejando en su lugar el cuerpo de mi madre con toda esa montaña de sangre, entrañas y partes desmembradas de los aldeanos y monjes, corrí hacia su cuerpo pálido e inerte, la levante y sin perder tiempo camine por los pasillos que ahora oscuros y llenos de tragedia recordaba de lo que un día había sido mi hogar, al salir la luna iluminaba todo a mi alrededor, todo era silencio, con rabia en mi interior empecé a cavar las tumbas y con cada bocado de tierra que sacaba, mi ira hacia el conde y todas sus hordas demoniacas crecía cada vez más, en ese momento jure por mi padre, madre y antepasado que mi vida y descendientes no se irían de esta tierra hasta que Drácula haya sido sellado por completo ya que este no podía morir y esa era su maldición…
La mañana se acercaba y mi madre ya estaba en su ahora nuevo hogar por la eternidad, me arme de valor para ir tras el vampiro pero antes debía sanar mis heridas eh ir a las montañas del este donde se encontraba un antiguo templo, hogar de los espectros de la luz, entidades protectoras de los muertos, el viaje me tomaría un día y medio a más tardar, no podía dejar todas esas tumbas, incluyendo la de mi madre a la vista de los profanadores, que saqueaban sus espacios para robar reliquias y huesos para hechizos oscuros. El día había llegado, aquella noche había sido la que marcaría mi vida, antes de partir bajé a la armería de la familia donde tomé una de las piezas más valiosas, el libro de Thot, este posee las respuestas de misterios y enigmas del mundo además de grandes encantamientos y aunque está prohibido incluso para nosotros era necesario para derrotar al strigoi y más sabiendo que estaba tras el libro, no podría dejar un objeto de tal valor bajo un hechizo protector, al salir forme el campo de protección hacia monasterio para que nadie pudiera entrar ni siquiera verlo, ya en camino y listo para lo que venía me di cuenta que no solo atacaron al monasterio sino también sus alrededores, por donde pasaba era destrucción peste y llanto, la mirada de las personas delataba ira, miedo y una profunda pena, caminé varias horas sin descanso a pesar de tanta desgracia su aroma me acompañaba, al llegar a un pueblo llamado Linton me topé con Byrne Nolan que pertenecía al clan Lyons este estaba compuesto solo por guerreros nigrománticos que al igual que los Gallart buscaban exterminar a Drácula
— ¿Lars?
—¿Nolan?
—Ah pasado tiempo desde la última vez que nos vimos, ¡vaya! ¡sí que has cambiado!
–¡Lo mismo digo!, no pensé encontrarte por aquí
—¿Oye y los señores del clan? ¿Cómo están? tantos años, ni podría imaginármelos… —El remordimiento y pena de no tener a mi madre con vida y que mi padre esté en manos del conde me tenían perturbado, ¿cómo podría decirle a Byrne que había sido mi error?, la culpa me bailaba en la cabeza—Veras ellos…
—Los míos él se los llevo
—¿Qué les paso a los Lyons? ¿Cómo que él se los llevo? ¿De que estas hablando?
—Pues… Drácula, hace unas noches fuimos a la guarida de los licántropos, detrás de los montes Cárpatos, los mensajeros nos mostraron el camino, pero la conexión de este mundo con el otro está siendo interrumpida por algo o por alguien, así que al llegar allí nos emboscaron matando a varios de los nuestros, solos algunos pudimos escapar, los lobos han adquirido mucho poder desde que Cira llego al castillo
—¿Cira? ¿¡Pero…ella está muerta!? ¡Nosotros nos encargamos de separar su cuerpo para que no pudiera ser resucitada!
—Pues tal parece que los Aonikenk encontraron sus partes, puesto que la resucitaron con un rito de sangre muy antiguo, la tribu reunió a más de veinte niños de las aldeas cercanas para ofrecerlos en sacrifico, los Doyle ya se encargaron de los indios, lo último que escuche es que el jefe había sido exterminado…— Con Cira viva todo se complicaba más, Cira era una especie de demonio muy poderoso, reina de la tribu Aonikenk, una tribu muy antigua y sanguinaria dedicada a cumplir los deseos de su reina, a su vez revivían muertos, realizaban ritos de sangre y disfrutaban de grandes festines con las personas que capturaban para luego comerlas, pero… ¿por qué Cira ayudaría a los licántropos, porque ayudaría a Belix?—No tiene sentido
—¿Que no tiene sentido?
—Dices que Cira ha estado ayudando a los licántropos, pero… ¿Por qué? ¿Porque no está con su tribu?
—De seguro estará planeando algo, porque para descuidar a los suyos es porque es algo importante
—Es muy posible, pero esto no es nada bueno… En mi mente no podía entender como no me había dado cuenta de todo lo que estaba pasando, hace años que las tres familias habían perdido la conexión, si era verdad que Cira estaba viva tendría apuro en matar a mi padre eh iría tras los pocos Gallart que quedaban, de seguro se avecinaba algo muy grande, no podía ser coincidencia que tantas cosas estén pasando al mismo tiempo
—En ese caso tenemos que encontrar a Drácula cuanto antes
—¡Sí, lo sé! —respondió Nolan
—¿Adónde te dirigías?
—Voy a las ruinas del norte ya que ahí nos reuniremos con los demás Lyons, ¿Por qué no nos acompañas? Tenerte con nosotros nos daría ventaja…
Por un momento el olor a azufre lleno el ambiente, de la nada el suelo empezó a temblar como nunca antes, un terremoto había empezado a azotar a Linton los caballos empezaron a desesperarse, ¡Ha, grité! para arrear al animal dándole la orden de que empezara a correr, las casas bailaban de un lado a otro, la pequeña iglesia del centro de Linton se derrumbó al instante siendo acompañada por el establo, la cantina y demás casas del pequeño pueblo, enseguida una enorme ola de polvo cubrió todo a mi paso. Byrne quien venía tras de mi alcanzó a ver como del suelo se habría una grieta que se expandía cada vez más hasta que la polvareda cubrió todo el aire dejándonos totalmente ciegos, el suelo dejó de temblar, todo era borroso, al darme vuelta me di cuenta que Nolan ya no se encontraba detrás de mí, bajé del caballo que aún nervioso trataba de estar firme, los ojos me ardían como si estuvieran llenos de sal no podía ver casi nada más que pequeñas y borrosas manchas que jugaban el papel de personas aglomerándose mientras se lamentaban profundamente, en tanto comencé a buscar a Byrne fueron aflorando pequeños trozos de piernas, manos y cabezas sueltas de personas que no lograron salir y resultaron aplastadas, las partículas ya se iban asentando un fuerte golpe interrumpió el llanto de los pueblerinos que fue intercambiado por gritos desesperados, de lejos alcancé a ver una batalla que había empezado sin duda era Nolan, mientras más me acercaba la temperatura iba aumentando, el calor era insoportable una humareda surgía de la hendidura que había dejado de expandirse cuando llegué a la grieta me percaté de su gran tamaño al ojear más de cerca noté que en el fondo había un sin número de figuras humanoides que luchaban por escalar los muros candentes, mis ojos no aguantaron mucho, retrocedí, mi cuerpo empezó a hervir todo se puso borroso y lo últimoque escuche fue a Byrne llamándome
BYRNE NOLAN
El terremoto había empezado Lars y yo nos apresuramos para ir a un punto de menor intensidad, los caballos galopaban esquivando los bloques de cemento y pedazos de madera que caían, la iglesia no demoró en derrumbarse una nube de polvo se aproximaba, las personas corrían por todos lados los gritos de ayuda que provenía de las casas eran tan fuertes que pese a tanto ruido se escuchaban muy claramente, al darme vuelta alcancé a ver como el suelo se hundía formando una fisura, la nube de polvo nos había alcanzado el caballo relincho mis manos resbalaron y caí, al abrir los ojos todo parecía ir en cámara lenta el suelo seguía moviéndose, mis manos sangraban y mis piernas no coordinaban, las personas seguían corriendo, las casa seguían derrumbándose hasta que poco a poco la tierra se fue calmando mi caballo se había ido y lo único que escuchaba era un chillido sepulcral que retumbaba por mi cabeza, cuando logré ponerme de pie me di cuenta que Lars ya no estaba, del callejón que yacía frente a mí y que ahora prácticamente estaba en ruinas salió un niño corriendo y tras él iba lo que parecía un “Oni” que trataba de alcanzarlo, el chico cayó, el demonio listo para llevárselo se abalanzó sobre él, aun mareada por el golpe pero ya de pie corrí hacia el chico lo más rápido que pude ya que si no lograba llegar a tiempo el demonio que efectivamente era un Oni se lo llevaría al infierno con él, por suerte pude llegar a tiempo, sus garras que chocaron con mi conjuro “escudo protector” intentaron una y otra vez rasgarlo sin tener éxito, el chico me miro, sus ojos parecían salírseles de sus cuencas, su piel sudorosa y pálida estaba quieta sin poder mover ni un solo pelo. El monstruo ya enojado me aporreo con el mazo que traía en la mano, el chico sin más corrió desapareciendo en el camino, al levantarme el ogro occidental soltó una patada tan fuerte que al caer di un par de vueltas cayendo dentro de la hendidura que se había formado, mientras caía logré usar un hechizo de protección quedando colgada por las raíces de un árbol que anteriormente había estado allí, el vapor que salía de la grieta era tan fuerte que iba acalorándome cada vez más pese a que estaba protegida ya que de no ser así me hubiera desplomado al instante por sus vapores tóxicos, al bajar la cabeza note que en lo profundo de la grieta más Onis luchaban por escalar sus muros y salir.
Al salir me alejé lo más rápido de la fisura, sin demora, el demonio corrió hacia mi golpeándome nuevamente con el mazo, esta vez mis brazos me sirvieron de escudos, gire a un lado y rápidamente forme el fuego santo, un truco que me enseño un amigo íntimo de la familia que a escondida me enseñaba magia y hechicería, ya que los Lyons no éramos hechiceros, nuestro don estaba más inclinado a la adivinación y el contacto con los que ya partieron de este mundo de tal manera que no me salió perfecto pero me sirvió para despedir una bola de fuego que arrojó su cuerpo cayendo directamente en la grieta enviándolo de nuevo al inframundo, el Oni había descendido, al mirar a la derecha Lars estaba tirado a solo unos pasos de la grieta ¡Lewis…! Grite corriendo hacia él.
LEWIS GALLART
Al despertar lo primero que vi fue la capucha morada de Nolan que estaba rasgada en la parte superior izquierda que cubría su rostro lleno de rasguños
—¿Estás bien Byrne?
—Sí, ¿es muy extraño no crees?
—¿?
—La entrada al infierno, ¿por qué crees que reapareció aquí y justo ahora?
—Bueno, sabes que no tienen un orden especifico, pero si es un poco sospechoso, probablemente Drácula este detrás de esto, tú crees que…
—¿Yo creo que?
—Escucha, Drácula tiene la piedra koh-i- noor que es lo suficientemente fuerte como para hacer que se habrá el infierno, si eso pasara él tendría todo el control, seria dueño del plano infernal y terrenal, por otro lado, creo que Cira se aliara con los licántropos así logrará que Belix le dé el alma de sus antepasados de tal manera que conseguirá su inmortalidad, y él tendría más refuerzos…
—Tal vez estén compitiendo por ver quién será su mano derecha, ¿Pero y sus otros comandantes? ¿Por qué no están haciendo lo mismo?
— Quizá no les importe tanto como a esos dos, pero por nada del mundo hay que dejar que el infierno llegue a la tierra ¡eso sería el fin de la humanidad!
Nuevamente el suelo empezó a temblar pero esta vez fue algo tan leve que casi ni se sentía, la fisura empezaba a cerrarse y de las pequeñas grietas que quedaron empezó a retoñar un árbol dorado que irónicamente nacían donde se abría un portal al infierno, estos eran sagrados y de tamaño promedio, su color suele ser un café oscuro y se dice que los frutos que emanen esos árboles pueden curar cualquier enfermedad, al igual que las entradas al inframundo son tan raros por la poca información que hay, cosa que la iglesia aprovecha ya que siempre toman posesión de estos quedándose ellos con los beneficios. Las personas empezaban a aparecer, las ruinas polvorientas estaban por doquier, los llantos se alzaron de nuevo mientras nos alejábamos del retoño, las personas empezaban a pelear por sus pertenencias y por los pocos animales que habían sobrevivido, al llegar a las afueras de Linton nuestros caballos estaban parados sobre un charco que se formó por la lluvia que había empezado a caer Byrne y yo nos íbamos despidiendo ya que aquí nuestros caminos se separaban.
La noche ya estaba por caer Nolan y yo nos habíamos separado, Linton había quedado atrás, la lluvia empezaba a tornarse más violenta así que esperaba encontrarme un lugar para pasar la noche, las horas pasaban y lo único que se podía divisar eran árboles y mucho barro, mi esperanza de encontrar un lugar para pasar la tormenta iba desapareciendo, hasta que a lo lejos se comenzaba a visualizar una luz amarillenta que tintineaba como siguiendo el ritmo de alguna melodía, mientras me acercaba fue apareciendo la cabaña que se agrandaba cada vez más, al llegar a la puerta toqué una y otra vez con la ilusión de que el ¡tock! ¡tock! de la puerta sea escuchado. Por suerte un hombre de blanca cabellera y piel arrugada quien parecía que caería en cualquier momento la abrió y pidiendo un lugar donde quedarme este accedió, al entrar me encontré con un ambiente muy cálido que pese a los truenos y relámpagos que caían por doquier está no perdía su calma, ya adentro me topé con un pequeño fogón que estaba a mi izquierda y del otro lado un jergón relleno de paja que simulaba una cama, delante de mí una vieja mesa carcomida y tres bancos de madera que parecía que nadie se había sentado en ellos ya en mucho tiempo ya que el polvo cubría la parte superior de dos de ellos, alado del fogón un pequeño estante y entre el jergón y la puerta algunos ganchos de madera que colgaban unas ropas viejas, la cabaña contaba con un pequeño establo que estaba alado de está sin olvidar su ventana que no era más que un hueco en la pared de madera entre la puerta y el fogón, el agua caía dentro de la casa en forma de pequeñas gotas que se filtraban por el techo de paja que por lo visto estaba muy degastada.
—Me gustaría preguntar ¿porque un joven anda por estas zonas en plena tormenta?
—¡Claro, disculpe mi falta de cortesía! me llamo Lars, eh emprendido un viaje, mi caballo está cansado y necesita al igual que yo un lugar donde pasar la noche, le agradezco por recibirme en su hogar…
—¡No te preocupes muchacho! mi nombre es Cipriano y como puedes ver, siempre estoy solo así que en esta tormenta me viene bien un poco de compañía… le sonreí…
Nos sentamos cerca del fuego para entrar en calor y mientras empezaba a narrarme su historia y como es que termino en Inglaterra aproveché para poner mi capucha cerca del fuego para que secara, la noche fue trascurriendo hasta que nos quedamos dormidos… Un aroma muy agradable me despertó, sobre la vieja mesa carcomida el desayuno estaba servido, el olor a pan recién horneado había inundado toda la habitación, mi ropa estaba perfectamente seca y mientras salía de la choza me topé con el anciano que venía de entre los arboles recogiendo algunas manzanas.
-—Buenos días joven Lars ¿cómo durmió? —me decía mientras entrabamos a la casa
—Buenos días don Cipriano, muy bien, le agradezco el alojamiento, si hay algo en que pueda ayudar con gusto lo haré
—–Pues…estaba pensando… ¡¿Qué no tendría problemas si te quedas unos días más?!
—¡Oh, vaya, me alaga mucho su invitación! Pero… me temo que tendré que rechazarla, ya que no es posible, tengo que resolver unos asuntos puesto que son de vital importancia, si hay algo más que pueda hacer por usted me encantaría saberlo…
—Bueno, ya que no es posible que me acompañes por unos días, entonces desayuna conmigo y así estaremos a mano
—Claro, con mucho gusto comeré con usted…
Después de comer recogí mis cosas y me alisté para seguir con mi camino—¿Y a dónde iras? —Preguntó mientras nos dirigíamos al establo —Me dirijo a un lugar llamado Storslett
—¿Y dónde está ubicado?
—Queda en Noruega, el poblado está situado en el extremo sur del fiordo reisafjord, a lo largo de la desembocadura del río reisaelva
—¡Suena a un viaje muy largo y peligroso! —. De su canasta sacó unas manzanas y las metió dentro de mi bolsa
—Muchas gracias por todo señor…
—Gracias a ti muchacho y cuídate mucho… —Desate al caballo lo monté y empezó la travesía
BYRNE NOLAN
Días después de mi reencuentro con Lewis mi camino empezaba a ponerse turbio, por donde pasaba la tierra estaba muerta y la mirada de las personas estaba llena de odio, la noche había caído y mi caballo estaba cansado, mientras seguíamos el camino a las ruinas empecé a buscar un lugar donde pasar la noche ya que habíamos caminado por días sin parar, me encontraba en un sendero rodeado por ambos lados de grandes árboles, no había luna así que todo se estaba oscureciendo y lo único que me daba luz era una vela que se iba desgastando cada vez más, ya que no había más que arboles decidí acampar en este lugar cerca de un árbol con una curvatura muy ancha, mientras me acomodaba en él la vela se fue apagando, el fuego se había consumido, el caballo quedo sujeto a un árbol que estaba frente a mí, cerré mis ojos y todo fue calma…
De repente una fuerza abrupta arremetió contra nosotros, al abrir mis ojos me encontraba en el aire y descendiendo, ya en suelo una bestia de gran tamaño devorada al caballo que se encontraba tirado en el suelo dejándolo casi sin vida y con su cuerpo destrozado por los dientes que cortaban sus huesos como un trozo de papel, al recuperarme de tal golpe me di cuenta de aquel personaje, los orcos eran una especie de ser humanoide de aspecto desagradable, antihigiénico y actitud agresiva, normalmente suelen andar en grandes grupos para cazar y comen cualquier tipo de carne incluso recurren frecuentemente al canibalismo, sabía que si había uno, más venían en camino, el caballo había dejado de relinchar sus ojos negros ya habían expirado, los arboles temblaban y los pocos animales que andaban por la zona huyeron aterrorizados, mi cabeza aun daba vueltas, la orco me lanzo una mirada retadora, su enorme hacha dio giros a mi dirección que sin problemas pude esquivar —¿!ACASO NO TIENES MAS!? —De su boca un grujido acompañado de un olor nauseabundo retumbó por los cielos y casi como un llamado de apareamiento le respondieron una gran cantidad de grujidos que se aproximaban a gran velocidad, muy agresivos e imponentes, la criatura se abalanzó sobre mi dejando hueca la tierra por el golpe que intento proporcionarme, esquivé sus golpes, saltando de un árbol a otro y ya viendo que los demás se acercaban salté dirigiéndome hacia ella degollándola al instante con mi guadaña, su cabeza cayó pero la pelea no había terminado, los demás monstruos pisotearon la cabeza de la orco como un insecto sin importancia, sus objetivos eran devorarme, al ver la gran cantidad de monstruos sabía que sería casi imposible derrotarlos a punta de la guadaña, invoqué por segunda vez el fuego santo con la esperanza que esta vez me saliera mejor, en el aire empezaban a nacer pequeñas bolas de fuego que crecían rápidamente formando todo un muro inquebrantable que rodeaba esféricamente todo mi cuerpo, las esferas candentes mantenían su posición, donde yo fuera ellas me seguirían, el primer orco se lanzó hacia mí y en un intento por capturarme fue calcinado, enseguida todos siguieron sus pasos que igual a este terminaban en llamas sin ni siquiera haberme tocado, las llamas se esparcían por el bosque pero aun habían más orcos que corrían ferozmente hacia mí, me elevé y a la altura de sus torsos expandí las bolas de fuego exterminándolos al instante, el bosque empezaba a encenderse, por suerte para mi empezó a llover cubriendo las llamas y apagando el fuego.
—Creo que debería de descansar, mañana seguiré avanzando… caminé unos metros más hasta encontrar una cueva, forme una fogata para entrar en calor, me senté y al instante el recuerdo de mis padres inundo mi mente quedándome sin darme cuenta totalmente dormida…
LEWIS GALLART
Los días habían pasado, ahora me encontraba por zarpar en una embarcación que se dirigía a Bergen una ciudad en la costa suroeste de Noruega que estaba rodeada de montañas y fiordos al llegar ahí tendría que avanzar bastante hasta llegar Storslett, el camino estaba lleno de obstáculos y aún pasarían días para llegar, pero era necesario ya que fue unos de los últimos lugares donde se acentuó la fortaleza y más importante donde Cira había sido derrotada décadas atrás sin mencionar que obtendría información para rescatar a mi padre…
La tarde se ponía el sol azafranado marcaba la hora de partir, el navío se imponía sobre los muros del muelle, mientras me acercaba podía notar la madera enmohecida de su casco redondo de casi veinte metros de eslora, los detalles del casco trincado, la manga de casi diez metros y su vela cuadrada quien bailaba al ritmo del viento que empezaba a enfurecerse y las grandes y gruesas cuerdas que la sostenían, las olas bailoteaban moviendo la nave su ventisca marina salaba poco a poco mi boca, ya adentro el piso húmedo y resbaladizo me esperaban por unas de semanas que sería lo que me tomaría llegar a Noruega, los días fueron pasando y el frio se fue haciendo cada vez más intenso
—¡Capitán, ya deberíamos haber llegado al puerto de Bergen! ¿Ah pasado algo? —. En su cara se reflejaba una preocupación latente —¡No, tranquilo no hay porque… preocuparse… todo está bien, son los fuertes vientos que nos han retrasado un poco! —. Su tensa voz entrecortada por el frio me daba la sospecha de que algo estaba pasando en la nave
—Capitán está seguro que todo… —El barco se fue cubriendo con una fina y cristalina capa blanca, el frio aumento considerablemente en cuestión de minutos a tal punto que nuestros cuerpos parecían estatuas—¿Qué es esto?, ¿qué está pasando? —preguntó el capitán sorprendido, de inmediato todos nos asomamos a la baranda para contemplar el gran fenómeno que estaba pasando, baje la mirada alcanzando a ver la punta de la cola un pez que nadaba bajo el barco, al horizonte la superficie del mar se fue congelando formando cristales en forma de lanzas que se entrelazaban entre sí siendo más grandes que la quilla del barco, obstruyendo el camino y que “beneficiosamente” avanzaban feroz y rápidamente hacia nosotros
–¡¿Pero… que es eso?! —dijo un hombre de piel morena y calva brillosa, el miedo y la desesperación no tardó en hacerse presente los hombres empezaron a retroceder al ver los imponentes carámbanos de hielo que se nos venía encima —¡cuidaaado!— todos corrieron en busca de algo para sujetarse, el capitán corría hacia su camarote y los demás hacia todos lados, mientras que el navío comenzaba a tambalear de un lado a otro por las marinas que azotaban el barco empujándolo con sus colas y manos para hundirlo, las sirenas o como son conocidas en esta región las marinas o doncellas marinas eran conocidas por hacer que los barcos naufraguen para llevarse a sus tripulantes al oscuro y helado fondo marino, el muro de hielo nos chocó tan fuerte que levanto el barco dejando la proa atrapada en un gran bloque de hielo (carámbano) dejándonos a nosotros atrapados en todos los escombros que levanto la brutal sacudida. Al incorporarme me di cuenta que los que estaban a mi alrededor estaban muy muerto(!), mi cabeza aún revoloteaba por el golpe, sillas, cortinas, barriles y mucha madera me impedían moverme mientras intentaba liberarme un líquido frio y rojizo empezaba a gotear poco a poco empapándome la cara, al librarme de los escombros noté que la sangre era del capitán que había sido alcanzado por el muro principal que tal parece lo empujó cayendo directo hacia una estaca que se formó por la ruptura de otro muro muriendo de contado, el pobre bastardo murió tan rápido que ni si quiera tuvo tiempo para notarlo, las ratas comenzaron a escaparse milagrosamente ilesas, al salir de lo que parecía ser el camarote con otras habitaciones entrelazadas me apresuré a recorrer el barco o por lo menos lo que quedaba de él para ver si habían más sobreviviente, ya afuera del camarote bajé las escaleras aplastadas una encima de la otra, gire a la izquierda entrando por un pequeño pasillo lleno de barriles rotos, ganchos y uno que otro cadáver regado por el suelo.
Mientras avanzaba por el largo pasillo de madera lleno de escombros mis pasos retumbaban por el barco que se caía en pedazos, de fondo escuché un pequeño llamado de ayuda que confundí erróneamente con un chorro de cerveza que se derramaba de un barril que había terminado en el costado superior del pasillo, el susurro se iba haciendo ligeramente más persistente y era tan débil que casi ni se escuchaba comparado con los grujidos que surgían de las entrañas del barco que colapsaba poco a poco —¡Ayuda!, ¡ayúdenme por favor!, ¡mis piernas!, ¡no siento mis piernas…! —La moribunda voz resoplaba de nuevo una y otra vez, la nave había quedado tan empinada que se escuchaba como sus muros se iban retorciendo lentamente, mis movimientos debían ser muy cautelosos ya que si daba un mal paso todo el navío se derrumbaría dejándonos atrapados en él. Al entrar en un cuarto destrozado Franclin un anciano de cabello largo estaba tirado en el suelo contra la pared y encima de él una pequeña montaña de escombros…
—¡Ayúdame! ¡Ayúdame por favor, no puedo moverme!
—Tranquilo, te sacare de aquí —Al levantar el primer bocado de escombro me di cuenta que Franclin no dudaría mucho ya que un viejo sable del capitán había cortado verticalmente en línea recta toda su pierna dejándola totalmente abierta y a la vista de quien se asomara, el corte llegaba hasta el tobillo donde reposaba el sable, los trozos de vidrios que colgaban de su carne eran tan abundantes como las astillas de madera que habían traspasado su pie, al acércame pude notar su hueso cubierto de más astillas y polvo, la sangre no paraba de correr me sorprendía que este hombre siguiera vivo
—¡No me dejes!
—¡No te dejaré, te lo prometo!, —Sus ojos estaban tan abiertos que podía verme en ellos, me tomo la mano tan fuerte que una pequeña corriente recorrió todo mi cuerpo, mientras me miraba su piel se iba tornando lívida con el paso de los minutos el silencio lleno la pequeña sala y Franclin murió…
Una pequeña lagrima salada y fría recorrió mis mejillas, la muerte de un inocente era tan inaceptable para mí que de inmediato la imagen de mis padres llego a mí, me sentí tan impotente de no haber podido ayudar a este hombre ni a mis padres, a todos los que han muerto a causa de Drácula, por todas esas familias destruidas y tantas personas que huyendo de las fauces del strigoi perecieron injustamente o han quedado solas en el mundo
Ya de la salida, me topé con un pequeño grupo de marinos que habían salido ilesos de la brutal sacudida.
—¿Cómo están? —pregunté a los marinos asustados
—¿Qué ha sido eso? —pregunto uno
—¿Y los demás?
—¿Dónde están? —respondió otro
—¿Están muertos?
—¿Dónde está el capitán? —El capitán está muerto respondí, todos lo están, por lo visto solo nosotros hemos sobrevivido, el barco está por colapsar así que sugiero salir antes de quedar atrapados en él… ya afuera del camarote principal una enorme estaca de hielo inclinaba el navío, el agua se había convertido en un bloque montañoso e irregular de hielo que se extendía por toda la vista…
—¿Qué haremos?
—Por lo pronto tendremos que caminar…
—¡¿Salir del barco?!
—¡¿Te has vuelto loco o qué?!
—Si nos quedamos nos hundiremos con el barco, aprovecharemos el hielo para llegar a la costa…
—¡¡¡Pero moriremos congelados!!!
—Si nos damos prisa en tres noches estaremos llegando… de repente un golpe proveniente del casco alertó a todos, los aullidos ensordecedores de lo que parecían ser las marinas o doncellas nórdicas que golpeaban el barco con el objetivo de hundirlo
—¡Corrran…!, ¡salgan del barco! —Todos nos apresuramos a correr hacia la proa mientras el agua subía considerablemente de nivel junto con las marinas que rasgaban sus muros haciendo grandes huecos por donde ingresaban al interior del barco, el volumen del agua que ingresaba era tan fuerte que arrastraba muchísimos escombros y en medio de estos ellas avanzaban inexorablemente ignorando las heridas causadas por los vidrios, maderas y otros objetos que se movían en ese torbellino de agua, el barco se hundía cada vez más rápido y bajo de él una colonia de marinas nos esperaban como leones hambrientos que peleaban entre sí para devorarnos, ya casi en la proa un clamor desesperado retumbó de entre todo ese alboroto que había en el momento
—¡Vidar!, ¡vidaaar!
— ¡Déjalo, ya no hay tiempo, suelta la madera…!
Al girar me percaté de un hombre que estaba en el costado derecho del barco sujeto a una cuerda que lo sostenía, esté trataba desesperadamente de subir con unos trozos de madera que se resbalaban de su mano izquierda una y otra vez mientras él tercamente las volvía a recoger quedándose sin darse cuenta atrás de todos, al mismo tiempo en la puerta del camarote principal o amenos lo que había quedado de este, se iba deslumbrando una marina que iba tras él arrastrándose rápidamente con sus lívidas zarpas, entre tanto los demás alcanzaron a subir en la cima del glacial que había atrapado el navío dejando empinado desde un principio…
—¡Si lo suelto moriremos de frio! —gritó el hombre sosteniendo la madera en sus manos
— ¡Si no lo sueltas morirás…! —le respondían los demás
La sirena se abalanzó sobre el viejo que milagrosamente la esquivó golpeándola con el palo arrojándola a un costado del barco, tras ella, venían más que se acercaban bestialmente hacia el cano, prestamente inste en forjar “drackstale phin” un hechizo muy útil para combatir a los pálidos, el tornado de fuego se iba formando mientras yo corría hacia el hombre
—¡Corre!, ¡ahora! —El hombre hecho a correr hacia el glacial mientras las bestias marinas se agrupaban en el pasillo principal una encima de la otra para alcanzarnos, las paredes colapsaron, y ellas salieron despavoridas directo a mí, sus zarpas eran tan agudas que mientras las esquivaba tuve la impresión que cortaban el aire con ellas.
La atmosfera empezó a calentarse bruscamente, el hechizo se había formado, del cielo comenzó a bajar rápidamente el tornado de fuego despidiendo grandes lumbres amarillentas, en tanto las marinas se dieron cuenta de lo que se les venía encima comenzaron aullar en lo que parecían ser gritos alertando a las demás que retrocedían chocando entre si tratando de bajar del barco quedando atascadas por los escombros de este mismo… entre tanto eché a correr junto a los demás, mientras el tornado bajaba ferozmente las marinas que podían saltaban al agua, el tornado tocó el suelo y comenzó a destruir todo a sus paso pulverizando a las marinas que habían quedado atrapadas, los gritos de ayuda de aquellas bestias eran tan ensordecedor que caí sintiendo que mi cabeza explotaría en cualquier momento, el torbellino se partió en tres logrando una destrucción de gran tamaño, mientras los aullidos me rompían la cabeza el navío comenzó a elevarse lentamente por los aires, el agua que chorreaba por sus lastimadas paredes eran tan turbias que se podía visualizar los restos calcinados y trozos de las marinas derrotadas junto con los escombros que de igual manera caían con gran peso al agua mientras el buque se alzaba superando la altura del tempano helado quedando nuevamente inclinado con su proa que aún estaba enganchada en el carámbano de hielo, la nave estaba tan inestable que mientras se alzaba fui cayendo favorablemente hacia el bloque de hielo donde estaban los demás, mientras caía mire hacia atrás para presenciar como el barco se iba partiendo en dos, el piso se doblaba tan fácilmente como si fuera un pedazo de pan siendo separado por un par de niños hambrientos, sus maderas se desglosaban una por una, cuando volví mi vista hacia delante note como la proa se iba separando rápidamente del hielo que la sostenía, los marinos corrían hacia el otro extremo del glacial que no parecía estar inestable, un estruendo oportuno me alerto, al girar me percaté como la popa iba cayendo con gran fuerza hacia el agua que estaba llena de marinas, los remolimos se iban disipando de apoco, súbitamente algo me detuvo de golpe, quedando colgado de cabeza de un lado de la proa mientras está empezaba a derrumbarse…
—¡Corre!, !correee!— escuché, la madera a mi alrededor cedían entre sí, la vela que por arte de magia no había colapsado en el primer encuentro comenzó a derrumbarse quedando inclinada hacia la derecha justo donde yo estaba, en seguida desenvaine mi espada cortando la soga que sujetaba fuertemente mi pie junto con un par de barriles siendo liberado al instante, viendo que la parte delantera del barco se desprendía del tempano de hielo salté cortando en dos la vela que obstruía mi camino llegando casi al bloque helado.
Ya en él, me di cuenta de que ahora teníamos otro problema, la estaca de hielo estaba tan empinada que no tendríamos oportunidad de bajar con las sirenas rodeándonos estábamos arrinconados, por otro lado, el barco se iba hundiendo de a poco lo que hacía que las marinas subiesen en él tratando de alcanzarnos lo que era imposible por la altura del tempano y eso era una ventaja que teníamos a nuestro favor.
—¡¿Y ahora?!, ¡¿qué hacemos?!, ¡¡¡si bajamos nos van a devorar!!!
—¡¿Adónde vas…?!
—Esté él es único lado donde no hay agua así que bajaremos por aquí
—¡Pero es muy peligroso, además hay puros carámbanos de hielo! ¡¿Nos podrían partir en dos si damos un mal paso?!
—Pues no los den…— La noche empezaba a caer y nosotros comenzamos a transitar por los fríos carámbanos inestables del glacial, el camino era angosto y resbaladizo mientras avanzábamos bajé la mirada notando como las marinas nos rodeaban como leones al acecho, la noche corría y nosotros cuidábamos nuestros pasos para no caer al precipicio, las horas habían transcurrido y nosotros habíamos cruzado con fortuna el sendero helado nuestra ruta seguía hacia las cosas de Bergen, en mi camino me toparía con grandes obstáculos sin mencionar a Rashqueta la no muerta una mujer mitad demonio que sirve a Drácula con sus khodokis o más conocidos como los caminantes, seres que no estaban muertos ni vivos solo van a la deriva a donde ella los mande, la mañana se acercaba y nosotros seguíamos caminando hacia las costas de Bergen los hombres estaban cansados no teníamos agua o comida y nada de madera para quemar, irónicamente las temperaturas bajaron un poco por el sol que comenzaba a asomarse, mientras seguíamos uno de los viejo me sostuvo del brazo deteniéndome al instante…
—¡Gracias!
—No hay nada que agradecer
—¡Si no fuera por ti estuviéramos muerto!… ¿puedo hacerte una pregunta?
—Dime
—¿Eres un brujo?
—…
—¿Un hechicero?… no importa, gracias…
—Sigamos caminando, el hielo puede aflojarse… y antes de dar un paso sentí un vano intento por tumbarme al piso, gire y era al que conocían como Egil que no paraba de empujarme
—¡¿No, que haces?!
—¡Egil!
—¡Para ya!
—¿Qué crees que estás haciendo? —pregunté—¡Es un brujo… sirve al demonio!
—¡Silencio!, ¡él nos salvó, te salvo!
—¡Hay que quemarlo en la hoguera! ¡ustedes son los culpables de que Drácula camine por el mundo matando inocentes…!
–¡Egil, cálmate!
—¿Qué haces?!
—¡Su muñeca, miren su muñeca!, ¡tiene una marca, sin mencionar que todo el viaje se quedó aislado de los demás!, ¡¿acaso no es muy sospechoso?! ¡y ni hablar del libro que siempre lleva con él!, ¡créanme sirve al diablo!
—¡Sin el estuviéramos muertos! ¡¿no lo entiendes?!
—¡Que importa si es un brujo, un nigromante o un demonio, si nos quisiera muertos ya nos habría matado!
—¡Hay que quemarlo para purificar sus pecados!
—¡Ya basta, tenemos que seguir!
–Pero…
—¡Pero nada Egil, este no es momento de ver si es o no un hereje! así que mejor cierra la boca y camina
—¿No creen que esto es una pérdida de tiempo?
—¡Tu! ¡asqueroso hereje de mierda!
—Egil, si no quieres venir está bien… allá veraz tú qué haces, pero si vienes no quiero escuchar tu voz ¡o yo mismo te degollaré como a un corderito me escuchaste!
—Pero…
—Estas advertido
—Para tu tranquilidad no sirvo a nadie, la prioridad es salir de aquí, cuando lleguemos puedes hacer todos los berrinches que quieras…
—¡Ya los escucharon! ¡sigamos!
Mientras avanzábamos, los rayos fríos del sol comenzaron a reflejarse en el hielo traslucido haciéndolos brillar de un tono amarillento, las horas pasaban y nosotros no hacíamos más que caminar…
—¡Hola!
—…—Al girar un tipo delgado con cabello oscuro y piel blanca me estaba hablando
—Soy Marcus—Me dijo con voz delicada— Si quieres discutir, empujarme o hacer cualquier pregunta estúpida puedes irte
—¡Oh, no! ¡para nada, solo quería saber cuál es tu nombre!?, ¡¿Cómo te llamas?!
—me llamo L…—¿De dónde vienes? —soy d…—¿Es verdad que tienes poderes?
—¿?, ¿alguna vez te han dicho que hablas demasiado?
—Si bueno, muchas personas me lo han dicho, oye… ¡¿es verdad lo que dicen?!
—Te dije que si querías preguntar estupideces podías irte…
—Entonces… ¿si lo eres?
—…
—¡Ja,ja,ja! ¡es broma, no te enojes!, sabes tú me recuerdas a una persona que conocí hace mucho tiempo, cuando era niño una mujer nos salvó a mi abuela, a mi madre y a mí de morir en manos de un demonio, era de noche, nuestra aldea había sufrido un ataque y la gran mayoría había muerto, la verdad no recuerdo todo a la perfección solo cuando ella apareció y nos defendió después de eso mi madre quedo tan enganchada con esta mujer que comenzó a buscarla por una runa que había visto en su brazo, nunca paro de buscarla, desde ese entonces comenzó a leer e introducirse en el mundo de lo oculto, salía a viajes largos en busca de pistas acerca de quién era esta mujer hasta que encontró una vieja leyenda
—¿No crees que tu madre… tal vez se obsesionó? —¡Sí, eso creía yo!, después encontró leyendas de la realeza polaca, por años las investigó logrando recolectar un sinfín de datos, hasta que…falleció, ella solía decir que ya estaba cerca, al cabo del tiempo comencé a indagar por mi cuenta con las anotaciones de mi madre
—¿Por qué? —¿Por qué? —¿Por qué seguiste con su investigación? —¡mmm, la verdad no lo sé!, pero llegué a parar a Varsovia de donde la historia tiene su origen, mientras más averiguaba más me extrañaba, nada tenía sentido hasta que investigué la marca en el brazo de la mujer y descubrí que solo una familia tenía esa marca de nacimiento, “los Gallart”, no podía salir de mi asombro se supone que no existían y si existieron fue hace mucho tiempo como era posible que siguieran vivos, de hecho son tan antiguos que forman parte de la historia de aquel país, se dice que hace casi trescientos años “los Gallart” eran los protectores de la realeza, servían fielmente a el monarca “Luis I” pero de repente un día ellos se alzaron contra él, queriendo robar el trono de tal manera que se desato una catástrofe en Varsovia, la historia cuenta que murió mucha gente, el rey pidió la cabeza de los traidores y así comenzaron a cazarlos uno por uno hasta que una mujer fue al palacio para crear una alianza, si mal recuerdo se llamaba Rahela, el monarca la asesino y desde entonces los Gallart desaparecieron de la faz de la tierra dejando un rastro de sangre en todo el reino…
—¡No pensé que fueras indagador Marcus!
—¡Si bueno, a decir verdad, quizá todo sea pura coincidencia! ¡¿Aunque hay muchas cosas interesantes, después de todo solo son historias no?!
—¿Y de casualidad esa noche había luna llena?
—¡Estoy seguro que no, si no fueran por las antorchas del pueblo, ni nos hubiéramos enterado que nos estaban atacando!
—Entiendo… es muy probable que en el calor del momento hayan visto mal, ya que es imposible que una persona viva tanto tiempo
—¡Si, yo sé! ¡Pero estoy seguro que la marca en su brazo era la misma de los libros!
—En todo caso creo que eres muy bueno investigando… Este chico había llegado más lejos de lo que él creía. Nuestra familia se había mantenido bajo cubierta por casi tres siglos, después de todo lo que ocurrió no era seguro andar por ahí como los demás, antes fuimos perseguidos por nuestra propia gente y ahora éramos perseguidos por Drácula quien trataba de exterminar no solo a los Gallart sino a los Lyons al igual que los Doyle, por otro lado, la gente ya nos había hecho parte de una historia de tal manera que preferíamos dejarlo así.
DOS DIAS DESPUES…
Los días habían transcurrido muy lentos, los hombres estaban cansados y aun no veíamos tierra por ningún lado, la mirada de desconfianza de algunos de ellos era incomoda a tal punto que la sentía aun habiéndome adelantado, todo era blanco y frio, no habíamos probado alimento en tres días, no tenía la energía que necesitaba para trasportarnos de una vez a Bergen y la desesperación de no ver nada más se estaba apoderando de los viejos
—¡Vamos a morir!
—Ya no puedo más…
—¡Vamos, levántate, yo te ayudo!
—¡¿A dónde nos llevas?!, ¡aquí no hay nada, nos estas llevando a la deriva!
—¡Hey! ¡miren, tierra!
— ¿Qué?
—¿Donde?
—¡Por fin…! ¡es tierra…!
—¡Pensé que moriríamos aquí! ¡Ja,ja,ja!
De un momento a otro la helada comenzó a temblar, los marinos perplejos de lo que estaba pasando empezaron a moverse junto con el suelo, incapaces de correr hacia las costas, el aire cambio bruscamente y los bloques de hielo comenzaron a partirse en varios trozos grandes y medianos que salpicaban por los aires como si alguien del subsuelo los estuvieran levantando —¡Corran…corran…!— todos comenzamos a correr lo más rápido que podíamos, mientras corría junto a los demás sentí como mi cuerpo fue paralizado en cuestión de segundos seguido de una sensación de energía que no cedía, incapaz de calmar, mis latidos eran profundos y graves como si el corazón se me saliera del pecho, no podía controlar mi cuerpo y mi mente se oscurecía con el paso de los minutos, las ganas de matar empezaban a dominarme, mi humanidad y mi calma me iban abandonando de tal manera que mis piernas dejaron de obedecerme
—¿Pero?, ¿qué es esto?, ¿esta sensación…? — No era la primera vez que me ocurría, años atrás en mi infancia algo similar había sucedido justo cuando yo estaba a punto morir… mientras que todos salían despavoridos de aquel lugar sentía como mi sangre iba ardiendo poco a poco…
El hielo dejo de moverse, por un segundo el silencio lleno todo el lugar, cuando pensé que todo se había calmado un brazo de roca blanca y trozos grisáceos adornados de grandes espinas azuladas salió de entre el hielo haciéndolo rilar aún más, mi cuerpo se estremeció tumbándome al piso, mi piel se tornaba de un tono claro sin tener alguna explicación, por un momento comencé a sentir una mezcla de terror y odio que inundaba todo mi ser, unas ganas de arrastrar a todos hacia el abismo donde me encontraba, ínterin a esto el gigante de hielo comenzaba a surgir de las profundidades haciendo que todo se complicara más, los metros y metros de su cuerpo rocoso comenzaba a emerger del suelo, la energía que brotaba de esté era tan oscura y grande que de no recuperarme pronto podría ser aplastado en minutos, mientras me daba cuenta de mi situación…había perdido a mi madre y mi padre estaba bajo el dominio de Drácula, estaba solo e iba tras un demonio que no puede morir, el mundo estaba llenos de pecadores y la humanidad se perdía cada día más.
Vi mi rostro reflejado en el hielo, recordé las palabras que esa tarde de lluvia mi madre, Elisabetha, menciono hace muchos años “algunas cosas están destinadas a ser” me dijo “recuerda siempre serás dueño de ti mismo” pero… cuál es el significado ¿qué quiso decir?
Las placas se alzaban, el monstruo seguía emergiendo su gran tamaño le darían ventaja, pero la energía que estaba a punto de salir de mi me daría la victoria sin duda… del costado derecho del monstruo una silueta femenina se iba deslumbrando, su cuerpo robusto con runas marcadas en la piel desvaída jugaban con su larga cabellera oscura, la lanza en su mano izquierda me dio la pista de quien podría ser aquella mujer que se imponía ante mí, de entre el ruido de los pedazos de hielo que impactaban contra el suelo su voz se distinguía muy bien esa voz grabe de acento fuerte y amenazante, la voz de la mujer más frívola que años atrás me arrebato a mi mejor amigo quitándole a oportunidad de crecer y vivir.
—¡Lewis…Lars…Salavaret…Gallart…! han pasado años desde nuestro último encuentro— Decía mientras soltaba una pequeña sonrisa
—¡No te ves tan bien…!
—¡Cállate!, ¡voy a matarte!
—¡Ja,ja,ja! ¿Dices que tú, me vas a matar? ¿Tu? ¡¿Que no pudiste defender ni a tu propio amigo y en vez de eso saliste despavorido!?
—¡¡¡Eso… no es verdad!!!
—¿¡Ah?!, ¿no? entonces… ¿porque lo abandonaste? (!) —Durante años su recuerdo me había estado persiguiendo día y noche, la culpa me aplastaba la conciencia, la mañana en que dejé morir a Raizel… la mañana que me acompañaría toda la vida…
—Aún me acuerdo como gritaba tu nombre… como su miedo llenaba todo el bosque, sus gritos desgarradores ¡Uff, que excitante! ¡Ja,ja,ja! ¡¿Y tú?!, ¡tú lo abandonaste sabiendo que él no podría escapar! ¡eres malo Gallart, eres muy… muy malo! nosotros matamos por placer, pero nunca nos abandonamos mientras que tú, tú lo dejaste morir, el murió por tu cobardía
—¡No!… ¡éramos niños! no supe que hacer ¡pero tú, tú te lo llevaste para que Drácula y sus demonios lo torturaran sin piedad!
—¡Sí, fue muy divertido ver como gritaba de dolor! ¡tan solo de pensarlo se me eriza la piel! y el ultimo día… bueno, yo le hubiera dado un mejor fin que el que le dio el amo, morir empalado mientras te arrancan las piernas no es tan divertido… aunque su sangre…aprovechamos cada gota de ella ¡después de todo un Doyle no se capturaba todos los días, no crees?
—¡Silencio!, ¡voy a arrancarte la garganta y se la llevare a Drácula para ver si así te cayas!, ¡juro que no moriré hasta haber acabado con todos ustedes!, ¡malditooos!
Algo se apodero de mí, hasta que la abandone… mi humanidad se había ido segado por el deseo de venganza
—¡Qué?, pero… ¿qué está pasando?, ¿acaso?… ¡¿no puede ser, esto es?!
MARINOS
—¡Hey, esperen! ¿Y el chico dónde está?
—Venia tras de mi
—¡Ahí está!
—¿Qué le pasa?, no se lo ve bien
—¡Hay que ayudarlo!
—¿Pero? ¡¿Cómo?! si vamos el gigante nos aplastará en cuestión de minutos y ni hablar de la mujer, ¡¡¡es imposible ayudarlo!!!
—Oigan esa es… esa mujer es ¡¡¡Eleane Barnabi!!!
—¡La que arraso toda una ciudad completa hace cinco años en Arcángel!
(ciudad de Rusia)
–-¡Si es así, el chico no tendrá oportunidad y peor en ese estado!
Una fuerza sobrenatural me dominó y de un salto llegué al brazo del monstruo, empecé a correr por esté llegando hasta su cabeza degollándolo inmediatamente, la vampiresa que parecía sorprendida no dudó en abalanzarme cientos y cientos de carámbanos de hielo que salían de sus manos —¡Muere…!, —salté de su torso que iba cayendo lentamente mientras las lanzas destrozaban su cuerpo, al mismo tiempo que caía al piso noté como del cuello de Barnabi colgaba lo que parecía ser la piedra koh-i- noor, el diamante por el cual empezó todo nuestro martirio ¿porque Eliane tenía la piedra y no Drácula?, ¿acaso estaba planeando cometer traición? pero… ¿no creo que ella sea tan tonta sabiendo que Drácula la mataría en cuestión de segundos!, al topar el suelo instantáneamente corrí hacia ella tan rápido que ni se percató de mi presencia, lo que me dio la ventaja de robarle la joya mientras arrancaba el corazón de su pecho, la mujer calló pero aún no estaba del todo muerta ya que su corazón no era su debilidad sino el fuego, al ser un vampiro del hielo era su peor miedo
—¿Tu… qu…e er…es? —preguntaba mientras retrocedía tartamudeando dejando un rastro de sangre que simultáneamente iba formando un gran charco rojizo y que por alguna razón comenzó a llamar mi atención, mis latidos empezaron a ser más rápidos y el corazón que aun palpitaba en mi mano me parecía tan apetitoso que no dude en absorber la sangre que aun corría por sus venas —¿pero… que haces? ¿acaso tú eres un…?,— Mis ganas de robarle toda su sangre era incontrolable que podía notar el palpitar de las venas de su cuerpo, sin vacilar me abalancé sobre la vampiresa con el objetivo de saciar esta sed, no solo esquivó mi ataque, sino que me abrió un hueco en el hielo enviándome hacia las profundidades y allí todo se oscureció…
HORAS MAS TARDE
—¡Es un vampiro! ¿¡Estuvimos todo este tiempo con un vampiro!?
—¡Vamos! ¡Ayúdenme a sacarlo!
—¡Estás loco! ¡Deja que se ahogue!, ¿viste lo que le hizo a Barnabi? ¡La vampira tuvo que huir! ni siquiera nos miró, imagínate que nos haría a nosotros…
—Si aparece otro vampiro ¿Quién crees que nos va a proteger? ¿Tu?
—¡Espera! es verdad lo que dice Roncel ¿y si nos mata?
—¡No nos va a matar!, ¡¿no ven que esta inconsciente?!
—¡Si, es verdad y si aparece otro monstruo? nosotros no podríamos defendernos, solo este chico nos podría ayudar…
—¡Vamos hay que sacarlo!, aunque después de lo que hizo no creo que el agua helada lo mate…
LEWIS LARS
El frio me traspasaba los huesos como agujas y extrañamente sentía que volvía en sí, en toda esa oscuridad en la que me encontraba había una gran calma que irónicamente me hacía sentir en casa, mis manos volvían a la normalidad y mi corazón recuperaba su ritmo ¿qué había sido eso? ¿qué había pasado?, por mi mente corrían muchas preguntas sin respuestas que me torturaban minuto tras minuto, las voces de los marinos se escuchaban en la lejanía, ¿acaso me tenían miedo? ¿acaso era un monstruo para ellos? de ser así tenían razones ya que ni yo sabía que había ocurrido allá arriba, de igual manera ya no había razón de preocuparme ya que mientras más me hundía más se me escapaba el aire, estaba muriendo y eso no me asustaba al contrario era placentero…
—¡Ya lo tengo!
—¡Por dios este chico esta helado!
—¡Hay que sacarlo rápido!, ¡no respira!
—¿Está muerto?
—Creo que sí, no está respirando y paso un tiempo en el agua helada…
—¡Si, pero es un vampiro no creo que sea tan débil para morir congelado!
—Creo que… si está muerto, digo, parece un muerto
—¿Qué hacemos?
—¿Lo dejamos aquí?
—¡No podemos dejarlo aquí! llevémoslo para enterrarlo en algún lugar
—¡Yo no enterrare a nadie, les dije que era un demonio!
—Egil, no empieces de nuevo… la temperatura está bajando, hay que irnos o podríamos terminar como este chico
De la oscuridad comenzaban a figurar pequeños rayos de luz que tintineaban al ritmo de una melodía que sonaba de lejos, el olor a pescado recién asado llenó mis pulmones de tal manera que un gran apetito empezó a florar, al abrir mis ojos me encontré en un cuarto de madera y ladrillos adornado con una cortina hecha de lo que parecían ser trenzas de cuero que colgaban del techo, mientras me zafaba de la paja caliente recordé a los viejos que venían conmigo, que sin dudarlo estarían muertos y ¿dónde me encontraba? no tenía ni la más mínima sospecha, pero sin duda no era un lugar hostil, mis cosas estaban arrumadas en una mesa a un costado donde reposaba un vieja biblia de pasta negra y una pequeña lámpara de vela, mi ropa yacía colgada de un gancho que reposaba firme en la pared, ya de pie comenzaron a llegar vagos recuerdos de lo que había pasado y mientras salía de la habitación para sorpresa mía me topé con casi todos los hombres que venían conmigo días atrás, al pararme en la puerta un silencio golpeo la habitación la cara de los viejos era de asombro con un toque de palidez
—¿Acaso estoy alucinando?, ¿están viendo lo mismo que yo?
—¡Mierda! les dije que si cogíamos sus cosas su espíritu vendrá a torturarnos
—¡Esperen, esperen! es muy probable que estemos aluciando o que sea un sueño, ¡ese chico está muerto y punto!
—Alf, yo no creo que sea un sueño
—Oigan… oigan, estamos borraaachos… como un muerto va a salir caminando ¡ja,ja,ja! es muy tonto que piensen eso
—¡¿Y si vino a cobrar venganza por haber robado sus pertenencias!?
—Solo hay una manera de comprobar si está aquí o no
—¿Cuál?
—Dinos ya
—Hay que tocarlo…
—Sí, sí, si concuerdo contigo ¡haber Aron, vamos, tócalo!
—¿Yo?, ¿por qué debería ir yo? tu propusiste la idea, ¿porque no vas tú?
—Yo soy una persona mayor, no puedo tener emociones fuertes
—¡Es verdad! anda tu Aron eres fuerte y joven ¡puedes hacerlo!
—¡No, no iré!
—¡Acaso eres una gallina!
—¡Cobarde!
—¡Ya, ya! ¡Basta! Yo iré
—El si es valiente
—Si es verdad, lo es…
Mientras uno de los marinos se levantaba tambaleándose de un lado a otro los demás se reunían casi abrazándose al mismo tiempo en que le gritaban cosas para darle ánimos, esté se paró y comenzó a caminar paso tras paso, los demás lo miraban con admiración como si se tratase de alguien de la realeza, sus murmullos comenzaban a escucharse muy vagamente, ciertamente estaban muy borrachos y estoy casi seguro que pensaban que estaba muerto, ya frente a mi extendió su brazo y mientras eso pasaba sus ojos me miraban con duda, me tocó, sus ojos ahora llenos de horror comenzaban a revisarme de arriba hacia abajo, giró mientras gritaba espantado y ya junto a los demás que también comenzaron a gritar por la escena instaron a correr por todas partes
—¡Es un fantasma! ¡Es un fantasma! —gritaban todos
—¡No soy ningún fantasma!
—¡Nos va a torturar! ¡Salgan de aquí!
—¡Ahhh!
—¡Dije que no soy ningún fantasma! Cerré la puerta de un solo golpe y mientras trataba de explicarles que no estaba muerto comenzaron a derrumbarse uno tras otro quedando solo tres de los siete hombres que habían
—¿Entonces… no res un fantasma?
—No
—¿No nos vienes a torturar?
—¿Por qué los iba a torturar?
—Pues… ¿robamos tus cos… —¡Para nada! al contrario, ordenamos tus cosas
—¿Me iban a robar?
—¡No! —¡Para nada! — ¡Definitivamente no!
—Y… ¿Dónde estamos?, ¿qué paso?
—Muchacho ¿acaso no te acuerdas de nada?
—¡Tal parece que este chico está más perdido que nosotros!
—¡JA,JA,JA!
—Amigo te explicaré, hace cinco días tuviste una pelea contra Barnabi, la cual saliste victorioso
—Es verdad, peleaste muy bien
— Pero casi mueres ahogados, la mujer abrió un holló en el hielo donde caíste a metros de profundidad, mientras ella escapaba nosotros fuimos a sacarte, pero ya no te veíamos, intentamos todo, pero el agua era tan helada que si entrabamos podíamos morir en minutos y cuando ya nos estábamos resignando empezaste a surgir
—En el camino nos hicimos amigos de un hombre que había sido asaltado por unos bandidos y tras ayudarlo a recuperar sus cosas nos permitió quedarnos aquí hasta que despertaras…
—¿Pero… no pensaban que estaba muerto?
—¡Si, definitivamente! Solo que no teníamos donde ir así que le dijimos que estabas desmayado
—¿Dijiste cinco días?
—¡Si! ¿Por qué demorarte tanto en despertar?
—No lo se
—Por cierto, tus pertenencias son muy… singulares
Los marinos estaban totalmente borrachos, por suerte todo estaba en el cuarto menos “el flagelo” entre tanto los demás despertaban yo recogía mis cosas en especial la piedra ya que justo ahora podía estar llamando a mas demonios por toda la energía que tenía contenida
—¿Dónde está mi látigo?
— ¡Ja,ja,ja! ¡oye Emil el muchacho pregunta que donde está su látigo! ¡Ja,ja…!
— ¿Y los demás? ¿dónde están?
—Como pensaban que estabas muerto se marcharon
—Oye amigo ¿no tienes hambre? ¡yo estaría hambriento! ten come algo…
—Gracias, a decir verdad, si tengo un poco de hambre
—¿Un poco? yo me comiera un elefante entero ¡Ja,ja,ja!
—¿Y Marcus?
—¡Afuera tendiendo la ropa como una mujer escocesa!
—¡Ja…ja…ja!
—Muchas gracias por la comida, saldré un momento
—¿Oye quieres akevitt?
—No gracias, así estoy bien
—¿He chico, seguro que no quieres akevitt?
—…
—Está bien, tú te lo pierdes… Mientras salía de la casa los rayos del sol me pegaron justo en mi frente sus tonos cálidos me recordaban a mi madre, al girar me percaté de un chico delgado de cabello oscuro y piel blanca, era Marcus que estaba colgando la ropa en lo que parecía ser el flagelo
—Hola Marcus
—Hola —Al darse vuelta el chico pegó un brinco mientras echaba a correr
—¡Hey, espera! —Y la escena se repetía nuevamente, Marcus pensaba que era un fantasma —¡Soy yo, no soy un fantasma!
—Pero… tu… ¡estabas muerto!
—Jamás estuve muerto
—¿Enserio? todos pensamos que lo estabas, por eso se fueron algunos
—Sí, lo se
—Y… ¿cómo estás?
—Bien, ¿tu porque estás aquí?
—Bueno mis amigos murieron en el barco y realmente no conozco a nadie aquí así que decidí quedarme con ellos unos días más —mientras Marcus me hablaba vi lo que parecía ser el flagelo atado de un extremo a otro —¿En que estas tendiendo toda esa ropa? —¿Ah? —¿Dónde estás colgando la ropa? Por un minuto el chico se quedó mirando el látigo que los marino cómicamente habían usado como tendedero para secar la ropa
—Creo que eso es un …látigo?
—¡Si, exactamente, ese es mi látigo!, respondí con un tono serio, aunque si lo pensaba bien había sido un poco gracioso el uso que le dieron a un arma muy poderosa como el flagelo… —¿Enserio? la verdad ni me percaté que era un látigo, ¡enseguida lo descuelgo!
Ese día había trascurrido muy rápido la noche había llegado mientras yo planificaba al detalle la ruta costera que debía tomar para llegar hacia Storslett ya que no había nada más que un pequeño pueblo pesquero al antes de esté, a la mañana siguiente mientras me preparaba para partir me di cuenta que quizá iba directo a mi fin, no importaba si yo acabaría muriendo mi deber era sellar tanto el castillo como a Drácula, pensar en ello me llenaba de esperanza, ponerle fin a esta era de oscuridad. Al salir noté que la piedra koh-i- noor se sentía más pesada, eso no era tan bueno después de acumular tanta energía durante los siglos debía ser liberada o podría traer a muchos demonios donde se encontraba lo cual sería un gran problema, mientras caminaba por la sala principal vi a los hombres que estaban profundamente dormidos por lo que decidí escribirles una nota con mi agradecimiento, ya afuera encontré a un caballo atado en el poste donde anteriormente habían colgado mi zurriago, lo tomé y seguidamente me dirigí a Storslett… A lo lejos se deslumbraban grandes e imponentes llamaradas, un gran destello llamo mi atención, el cielo se ilumino transformando la noche en día, dejando casi ciego a todo aquel que echará su vista aquel lugar, al llegar un gran letrero me dio la bienvenida junto a un sin número de personas que corrían despavoridas, por fin había llegado a Storslett
—¿Que está ocurriendo? —, pregunté a un viejo con cara horrorizada
—¡Drácula! ¡Están atacando la cuidad!,— respondió con la voz exaltada, inmediatamente corrí hacia allá, las llamas y el olor a sangre perfumaban el pueblo, ya adentro de él noté que todo estaba en ruinas, los cadáveres desgarrados por la mitad y descuartizados esperaban en el suelo como hojas caídas de un árbol que se iban secando poco a poco, mis zancadas eran más veloces hasta que una figura alta y delgada me freno de golpe, el gran vasallo de Drácula, Nicanor Subirats, estaba parado frente a mí, gozando todo el temor que infundía en los pueblerinos.
El destello volvió, arrasando con una multitud de vampiros sedientos, y frente a él estaba una pequeña joven con cabellera larga y espalda totalmente marcada por una insignia oscura, aquella me mostraba que esta chica era parte de los seguidores del strigoi ¿pero…? ¿porque estaba conteniendo a los vampiros? La mujer quien parecía llamarse Murrey se inclinó de lado al darse cuenta de mi presencia tras Nicanor mientras que esté con voz aguda e irónica le decía
—¡Oh, pequeña Murrey! con poca fuerza y sola, luchando por humanos insignificantes, ¡¿acaso no te acuerdas los días de gloria que el señor te dio?! ¿y así le pagas? ¡no eres más que otra rata asquerosa como ellos!
—¿Días de gloria? ¡A que le llamas días de gloria! —gritó la chica con una voz enfurecida
—¡Ustedes, tú! ¡mataron a mi familia… mi pueblo…mis hermanos, dejándome sola en este mundo! esclavizada por años a un demonio, siendo testigo de todas las atrocidades que con gran satisfacción y exquisitez cometían en contra la humanidad devorando razas y pueblos enteros…
—Tu tuviste una suerte que muchos la querrían querida mía, vivir y servir alado del ¡gran Drácula!
—¿Suerte? ¿Acaso dijiste suerte?
—Espera, estoy empezando a recordar tu pequeño pueblo de sucias cucarachas tan torpes y repugnantes, indefensos como rebaño… que noche tan memorable fue aquella, la diversión, la comida, todo era placentero… lástima que ya no haya noches tan esplendidas como esa, ¡pero no sufras ya que muy pronto te toparas con ellos! —De un soplo la figura demoniaca se abalanzó sobre la chica, sus garras listas para arrancar todo pedazo de carne que encontraran eran tan agiles como el mismo viento, ella salto de inmediato, corrió y formando una gran espada translucida con el aire logró envestir al vampiro, quien riendo con una cara diabólica mando a sus camaradas tras ella, dejándola totalmente rodeada
—Disfruta tus últimos momentos —Le dijo el vampiro, la chica con gran agilidad susurró un conjuro ¡Av gudinnen Hera’s voldelige hender gir jeg deg en stråle av guddommelig lys! (de las manos violentas de la diosa Hera, te doy un rayo de luz divina) Los cielos se abrieron, un rayo dorado se dirigió a la mujer que sin miedo lo esparció por todo el lugar, de inmediato un mar de fuego arrasó con los vampiros dejando a Nicanor solo en la batalla, herido, pero aún decidido a pelear lanzó a la hechicera por los cielos, cayendo totalmente inconsciente y debilitada por gran hazaña
—¡Eh de saborear este momento por toda la eternidad!, ¡ven a mi criatura infernal! ¡Anemait yo te invoco…! —Con dicho llamado el suelo se partió en dos una bestia antigua emergió, aquella monstruosidad no era más que un hibrido de torso de hipopótamo cola de cocodrilo, patas, zarpas, cabeza, melena de león y mandíbula de cocodrilo. La bestia de nueve metros corrió tras la mujer que estaba en el suelo casi sin energías, corrí desenvainando mi espada cortando en dos el torso de aquel animal, el demonio sorprendido preguntó
—¿Y tú quién eres?
—El que sellara a tu querido amo
—¿Y supongo que ahora me vas a matar? ¡Ja,ja,ja! ¡¿sabes, tú repugnante aroma me resulta muy familiar, igual al humano que mi señor llevo hace unos días?!, si mis memorias no me fallan, provienes de los Gallart, aquel linaje que le arrebató la existencia a muchos de mis amigos, pues… será un honor acabar con algo tan desagradable como tú, ¡gran placer le dará a Drácula saber que hay menos pestes en el mundo!
—No lo creo, pues tu “amo” y yo tenemos un asunto pendiente, ¡aunque ya que todos ustedes terminaran en el mismo lugar empezaremos por ti! —Nicanor Subirats, comandante principal de Drácula no era vampiro, él, era un pobre hibrido de una raza que yacía en tierras muy lejanas a las de ahora, siendo hijo de un padre sanador y madre de sangre hunos, la cual era una raza muy conocida por infundir terror en el medio oriente, se componía por hijos y descendientes de brujas, herejes y hechiceros muy abruptos, él, había llegado a las manos de Drácula tras haber sido secuestrado sin darse cuenta por este mismo, quien años después descubrió sus grandes dotes puesto por sus dos partes, en una de las tantas conquistas despiadadas del gran demonio, Nicanor encontró a Emeline Murrey en unas de las batallas de Drácula, fue secuestrada alejándola de su familia y presenciando la brutal masacre contra su pueblo, esta había sido sirviente de Drácula obligada a ver todas las atrocidades que cometía…
El combate había empezado, entre las llamas, polvo y cadáveres, conjuré mi primera defensa “dreqin” (inferno) del suelo se levantaron imponentes lanzas de piedra, el vampiro saltó sobre ellos esquivándolos como si nada, corrió y sin pensarlo se abalanzo sobre mí, esté era un combate cuerpo a cuerpo, el filo de sus garras era tan agudo que de dar un mal movimiento me partiría en dos, esquivé el golpe, empuñe mi espada y con rapidez abrí su pecho, dejando brotar la sangre, una sonrisa maquiavélica se asomó por su rostro, casi al instante un montón de vampiros nos rodearon, a mi espalda, una voz femenina retumbo entre las pocas construcciones que estaban de pie, ¡dødsstråle! (rayo de muerte)—¡Gritó!— el suelo bramo un circulo perfecto formando hermosas figuras violáceas, que al rato se convirtieron en diminutas hojas que cortaban todo a su paso, la mujer de piel morena corrió hacia el vampiro, apareciendo velozmente detrás de su espalda, esté, sin darse cuenta fue traspasado por los dientes de la manticora que surgió de ella, de inmediato despedí una flecha de luz, hechizo que mi padre me había enseñado la cual fue directa hacia su cuerpo, con heridas muy graves y sin más fuerzas, hecho a andar lo más rápido que pudo, corrí tras él, alcanzándolo con un gran salto, ya frente a frente su mirada que ya no denotaba tal descaro y arrogancia de antes, me miraba con un grado alto de desprecio y horror, sin vacilar, arrojé mi látigo acabando con el casi inmediatamente, ya en el piso y ahogándose en su densa y oscura sangre me dijo
—No importa cuántos de nosotros caigamos… ¡por cada muerte de uno los nuestros tres más nacerán! ¡Ja…ja…ja! —Y riendo victoriosamente murió, al volver al centro de la ciudad Murrey yacía tendida en el suelo agonizando por la gravedad de sus heridas, sequé sus lágrimas y al igual que Nicanor de un soplo falleció…
Con el tiempo en contra y sin saber a dónde ir, mi primera opción era Leandro Zaja un viejo amigo de la familia que había formado parte de la guardia imperial del rey Frederick VI que al negarse a luchar por su protección fue desterrado por su propia gente ya que esté era un monarca arribista que continuamente causaba estragos sobre el reino de Nuremberg, lo último que supe de Leandro era que se encontraba en una misión en Elixin, pero dado el tiempo que había pasado realmente no esperaba que siguiera en el poblado, ir en caballo me tomaría varios días y suponiendo que él me dé respuestas acerca de el paradero del castillo estaría alargando de igual manera la agonía de mi padre al estar con Drácula y sus secuaces, sin dudarlo comencé a formar un conjuro de movimiento que consistía en formar varias runas complejas señalando el destino deseado dicho encantamiento adsorbía la energía del hechicero de tal manera que no me quedaría mucho tiempo antes de desmayarme, para mal tiempo una brecha del hechizo se abría y del otro lado me esperaba lo que casi hubiera sido mi muerte.
¡αέρας, νερό και γη μέσω αυτού του ξόρκι Σας παραγγέλνω να με πάρετε στον προορισμό μου! (aire, agua y tierra por medio de este hechizo les ordeno que me lleven a mi destino)
Un ventarrón de aire se fue formando en conjunto con el portal, los filos rubescentes comenzaban a expandirse, las runas carmesíes empezaban a entrelazarse una con otra formando el espiral dorado que me indicaría el momento de mi transición de este punto con el otro mientras esto ocurría sentía claramente como mi energía se iba agotando y justo antes de caer logré cruzar el portal y ya del otro lado caí sin más… al despertar me encontraba en una pequeña colina donde un aroma nauseabundo llenaba todo el lugar concentrándose en el denso bosque que lo precedía, la tarde caía y mi energía estaba de vuelta al adentrarme en el bosque pude notar una presencia con gran oscuridad, mientras caminaba iba soltando el flagelo preparándome para lo que fuera que enfrentaría, con cada paso el silencio se volvía más aterrador, los arboles de gran tamaño cubrían cualquier rastro de luz que el sol pudiera emanar, rápidamente capte que algo corría hacia mí, gire y la criatura que dominaba esas tierras arremetió contra mi dejando la marca del golpe en los árboles, el monstruo era un minotauro y aunque su fuerza y poder eran de gran tamaño toda la energía del bosque no provenía de él, esté se impulsó con sus patas lanzándome por el aire de caída casi topando el suelo impulsé el cuerpo con mi mano golpeando su espalda con mi pierna, el minotauro enfurecido se cuadraba ante mi golpeando sus patas en señal de enojo seguido de un gran grito
—¡Morirás!— Me dijo con voz ronca, su hacha voló por los cielos rebanando como pastel una docena de árboles, sin darme cuenta su arma punzante yacía clavada en mi hombro, al retirarla la sangre saltó haciendo un pequeño lago rojizo, mi espalda tenía un gran agujero ya cansado y con mucho enojo salté y le propine un golpe con el lucero del alma, un arma que mi abuelo me había regalado cuando tenía dieciséis años, este látigo con púas quita todo rastro de vida que encuentra a su paso, con la piel rasgada y dejando ver sus huesos cayó de inmediato el bosque se inundó de un espeso olor a cadáveres, la tierra empezó a temblar muy levemente sabía que algo grande se aproximaba al darme vuelta un ejército de blody caps y bwciod venían con gran velocidad directo a mí, los duendes y en especial estas dos especies eran extremadamente salvajes y lo peor, poseían magia en su interior, de inmediato salté al árbol más alto que encontré, sin embargo los blody caps siguieron mis pasos dispuestos aniquilarme mientras trepaba desenvaine mi espada cortando a decenas de ellos, todo parecía ser en vano, si mataba a uno salían cuatro más sin dudar use un hechizo llamado sol naciente, ya listo una enorme esfera candente bajó golpeando el suelo formando un mar de fuego que no solo arrasó con los duendes sino con árboles y algunos animales de la zona elevándose una gran humareda hacia el cielo, desafortunadamente no todos habían sido exterminados los bwciod que sobrevivieron se arrojaron sobre mí al instante decidí invocar a Rahela ya que esta era una situación que requeriría de su ayuda, su esencia era uno de los hechizos más poderosos de todos, poco a poco fui sintiendo su energía que sin demora emergió de mi cuerpo formando delgadas filas de luz blanquecina su figura reposaba sobre mí, escena que duro minutos pero su poder era tan extenso que de un solo destello devasto con todo a su alrededor dejando ver largos surcos de tierra y árboles en llamas. Por un instante me había olvidado de la presencia maligna que se ocultaba en el bosque, las plantaciones comenzaban a encenderse una lluvia de cenizas empezó a caer del cielo, yo me encontraba inmóvil en el epicentro de la explosión junto a miles de agujeros vacíos rastro del llamado de mi antecesora, los árboles que nos rodeaban lucían partidos por la mitad, destrozados o inclusos calcinados, frente a mí y a una gran distancia comenzaba a deslumbrarse una silueta humanoide y espectral, su figura iba acercándose con cada paso que daba y así mismo se iba revelando su rostro, una cabellera de tonos grises seguido de una gran altura venia imponente como por arte de magia y en cuestión de segundos Rashqueta, la no muerta, lucia su figura ante mí que estaba agotado pero no derrotado
Los brazaletes dorados que rodeaban sus brazos la hacían lucir más notable, su traje cadavérico el cual lo relucía ostentosamente estaba formado por huesos, piel y cabellos humanos, su corona formada de pequeños huesos de la mano de alguien junto con plumas y perlas que colgaban de ella adornaban y empoderaban a la demonio, nuestras miradas se cruzaron, su frialdad recorrió mi cuerpo de sus muñecas comenzaban a revelarse largas y pesadas cadenas y de ellas varios caminantes eran apresados uno tras otro, las cadenas que rodeaban sus brazos y cuellos se soltaron y nuevamente me prepare, el ambiente se puso más tenso, una niebla gruesa y abrumadora comenzó a regarse por todo el suelo subiendo por los árboles y llegando hasta mí, Rashqueta con su voz ronca y gruesa me soltó un —corre— a lo que yo firmemente respondí con un —jamás— Los caminantes fueron liberados y justo como los duendes corrieron directo a su objetivo, la furia de los combatientes comenzaba a manifestarse en dos energías chocando entre sí, rápidamente di un salto reversibo mientras trasegaba un conjuro purificador que iba formando justo cuando volaba por los aires, en el lapsus que iba descendiendo adelanté mi brazo derecho rosándolo con el izquierdo terminando la invocación de inmediato surgió de la palma de mi mano un destello cegador naciendo una prominente energía mística en forma de cruz plateada rodeada de espinas relucientes que salían de su centro emanando grandes destellos de luz que al contacto con auras oscuras liberaba lo que parecía grandes descargas eléctricas similares a las centellas de tormentas purificando su entorno, el impacto fue rápido y de gran fuerza que tomo a los caminantes por sorpresa que eran destruidos uno tras otro, las estacas impactaron justo en el torso de la mujer que al darse cuenta del alcance de la cruz de plata desapareció por completo, ínterin a esto miles de rayos decoraban por última vez el bosque que termino sin su característica capa verdosa, del hechizo comenzaban a aflorar destellos danzantes que se entrelazaban entre si formando figuras abstractas y así como vino así se marchó desintegrándose en el aire y dejándome totalmente sin energía. Miles de cadáveres quedaron expuestos en el suelo, la noche había caído cosa de la que ni me había percatado dado a la situación, debía encontrar a Leandro lo más ante posible, ya no podía esperar ahora me encontraba en Elixin lo siguiente era llegar a una puerta santa para poder llegar al castillo para esto debía entrar en la orden de los caballeros de cristo, orden de la cual Leandro era parte aquella estaba bajo la iglesia central de la ciudad, mientras me dirigía a tabernas, iglesias y centros de información fui escuchando muchas historias acerca de mi amigo hasta que lo halle justo donde sabía que estaría en una sucia taberna llenando su estómago de alcohol
—¡Leandro!
—¡Mierda!, creo que ya estoy borracho ¿estoy borracho?
—Probablemente
—¡Y si estoy muerto! ¿estoy muerto?
—Mmm… no creo que estés muerto o amenos no por ahora
—¡Tal vez tu estas muerto…!
—Si estuviera muerto no estaría frente a ti, lo que me recuerda que necesito tu ayuda
—¡Hay, mierda! entonces si estás aquí ¿seguro que no estoy muerto?
—No lo estas, solo estas un poco borracho nada mas
—¡Amigo! ¡¿cómo estás, qué alegría verte, cuanto tiempo ha pasado?! —Leandro con esa energía característica de él se abalanzo sobre mi llenando toda mi ropa de vino
— Ah pasado mucho tiempo, pero… ¿por qué sigues aquí? yo pensé que tu misión ya había acabado!
—¡Ah, sí! es una larga historia, pero… ¿qué te trae por aquí?
—Veras necesito que me lleves a una puerta santa
—¡Oh, vaya! ¡ni un día ah pasado y ya estas pidiéndome favores!
—Esto es algo muy importante, Drácula tiene la piedra koh-i- noor y a mi padre, además tiene al líder de los Lyons y Cira está de vuelta, de seguro algo grande está pasando Belix, Cira, Barnabi y Rashqueta han atacado más ciudades…
—Lewis, son vampiros… eso es lo que hacen
—¡Lo sé!, ¡pero Cira se alió con Belix el líder de los licántropos, probablemente quiera traicionar a Drácula…! por otro lado es posible que Drácula quiera traer el infierno
—Oye amigo, tendrás que ser más claro ¡no vez que estoy borracho!
—¡Carajo Leandro! esto es serio —Y con fuerza le arroje un vaso de agua en su rostro, lo que causo que simplemente frunce el ceño y me diga
—Entiendo… y… ¿qué quieres que haga?
—Lo primero que debemos hacer es llegar al castillo y recuperar a los líderes de los clanes al igual que la piedra
—¡Oye! ¡no estarás pensando en…!
—¡Si, exactamente!
—¡No! sabes que no puedo, hice un juramento y no puedo romperlo incluso por Drácula, en este mundo hay cosas peores que un vampiro, Lars… tu sabes de que hablo
—Sí, pero no solo es un vampiro medio loco, es un vampiro que tiene a nuestros líderes y que posiblemente traiga el infierno a este mundo
—¡El infierno ya está aquí! ¡¿acaso no has visto toda la mierda que esta pasando?! ¡las familias que quedan sin hogar, las mujeres que se venden por un pedazo de pan, las guerras que arrasan con cientos de vidas! ¡¿dónde has vivido todo este tiempo Lewis?!
—¡¿Y acaso Drácula no tiene gran parte de la culpa?!
—Hey, no es que no te quiera ayudar, tu más que nadie sabes lo mucho que detesto a Drácula… pero ni si quiera yo puedo llegar hasta la puerta santa, ¡sería una misión suicida! para eso tenemos que ir a la ciudad subterránea y eso es imposible
—¿Imposible? pero… ¡tú eres parte de la orden!
—Ya no más, ya no pertenezco a la orden
—¿Enserio… por qué?
—No importa el por qué, el punto es que ya no soy parte de los caballeros de cristo, pero igual tengo mi juramento…
—No quería recurrir a esto pero… por la deuda de vida que tienes con los Gallart te ordeno que me lleves a la puerta santa
—¡No lo hagas!, sabes que solo tienes un favor, no lo desprecies así
—¡Es una orden!
—… está bien… te llevare hasta la iglesia central, una vez dentro tendremos que movernos rápido, me escuchaste, si te atrapan no me hare responsable
—Ya no soy un niño Leandro, puedo hacerlo
—Para mí si lo eres…
Después de esa intensa conversación canjeamos unos caballos para dirigimos al próximo poblado donde se encontraba el lugar que estábamos buscando, cabalgamos largas horas hasta llegar a la ciudad que se encontraba en llamas y bajo ataque de Belix, que desafortunadamente era el licántropo más poderoso de Drácula, él, y sus secuaces habían destruido todo el lugar, la criatura me miro, su osico que estaba lleno de sangre, aún rompía la pierna de algún pueblerino desafortunado, escupiéndola, se abalanzó sobre nosotros, Leandro realizo un hechizo apareciendo detrás de el imponentes flechas de agua que fueron lanzadas hacia los animales, corrí hacia el líder, cortando la pata delantera, el chorro de sangre no tardo en salir manchando todo el piso Belix, con furia esbozo un golpe, en un intento por esquivar aquel ataque rasgo mi pecho, la manaba se reunía rápidamente Leandro y yo nos juntamos topando espaldas, sabía que no podía perder tiempo con aquellos demonios, pero tenía que exterminarlos de una vez, sin perder más tiempo use “ad Angelum cadere” (la caída del ángel) mi espada traspaso el suelo, una enorme onda de luz blanca inundo el lugar, dejando en ruinas todo que lo topaba, destruyendo así a la horda de licántropos de Drácula, Belix quien termino desapareciendo entre las llamas, logro escapar… después de nuestra lucha nos dirigimos a la iglesia central, al llegar nos
camuflamos por viajeros que pedían refugio a lo que los monjes nos respondieron abiertamente que entremos, mientras caminábamos a nuestro cuarto observábamos con detalle todo el lugar, después de analizar el movimiento de las personas de la iglesia sabíamos que tendríamos que esperar hasta el ocaso donde ya puertas adentro los clérigos se guardarían para los rezos, hasta eso aprovechamos para afilar nuestras armas, descansar y comer, ya a la hora acordada nos dirigimos sigilosamente a las puertas de la cuidad usando magia para camuflarnos de entre los caballeros de la orden, después de buscar en varios lugares erróneos topamos con una cámara que estaba fuertemente resguardada, sigilosamente los atacamos por la espalda hasta que cayeron al piso, al entrar al cuarto de piedra una vieja estructura redonda yacía en el centro de la cámara con diseño esférico, el aire tenía una extraña combinación de arcilla, polvo y un poco de magia oscura, Leandro y yo nos miramos con sospecha de la situación ¿por qué un lugar resguardado por los caballeros de Dios olería a magia oscura? mientras nos fuimos acercando a la puerta santa comenzaba a formarse el castillo del conde “caelum enim et pater, in me et rape ad locum” la puerta se abrió dejándonos entrar en ella, al cruzarla, nos topamos con un paisaje totalmente diferente, la niebla y los espectros que reinaban sobre el bosque en el que habíamos aparecido, daban camino al castillo de Drácula, al llegar a sus extensas eh imponentes puertas rojizas, nos preparamos ya que sabíamos que está sería una batalla muy arriesgada, las puertas se abrieron, su anfitrión estaba en las grandes escaleras principales sonriendo atrevidamente su piel rígida y blanca hacía juego con su largo y oscuro traje negro de filos rojos, su mirada fría y calculadora se movía como una flecha a velocidad. El castillo se estremeció, Drácula había empezado la noche con un gran saludo formal con un toque de ironía como era de esperarse
—Me complace tener nuevamente a un Gallart en mis aposentos (¡), con ansia eh esperado tu llegada… sabes, esta noche me hace recordar aquella gloriosa velada cuando disfrutamos de grandes placeres, los tiempos eran excelentes, pero Rahela… !Oh mi quería Rahela¡ su valentía y fuerza eran indiscutibles… lástima que murió de una forma muy insípida en manos de los suyos ¡ja,ja,ja! ¡qué ironía! ¿no crees?
–¡No manches el nombre de mis antepasados con tu repugnante voz! Rahela hizo lo que tenía que hacer y aunque no te derroto dejo un gran legado para completar su trabajo
—Por cierto, mi querido joven, me intriga saber… ¿cómo está tu madre? —De momento afloro una sonrisa maquiavélica y poco a poco fue mostrando dos largos y punzantes colmillos, sin pensarlo mi cuerpo lleno de impotencia arremetió contra el vampiro. Leandro a mi lado formo una lanza hecha de fuego con punta de plata, lanzándola directamente hacia el demonio, de la nada una mano con largas uñas azuladas detuvo la lanza que apenas y rosaba la piel de Drácula, una figura larga y delgada apareció, esa mirada triunfante y despiadada me recordaba al asesino de mi madre y efectivamente era Walsh
—Así que nos volvemos a topar —Resopló con su engreída voz
— Pensé que serias incapaz de lograr tu misión, pero… aquí estás ¡ya ancio degollarte como un corderito! ¡Ja,ja,ja! —Continuamente aparecieron vampiros, cumangas, blody caps, bwciod, centauros, demonios y varios de la corte del conde entre ellos Belix que esperaba tomar venganza por la derrota de los suyos
—¡Mátenlos! —Ordenó Drácula casi susurrando, todos desde los vampiros hasta los hombres lobos saltaron hacia nosotros con fuerza y rapidez, mi corazón palpitaba como si saliera de mi cuerpo, de entre tantos grujidos y gritos la voz de Leandro resalto con una plegaria celestial seguido de esto nuevamente formo su lanza propinando la primera defensa, con el libro de Thot en la mano y decidido a destruirlos a todos conjuré “gladius terrae”. El suelo empezó a temblar, las espadas formadas por este mismo, emergieron destrozando a su vez a varios de la horda del vampiro, la sangre fluía como cascada, desenvaine mi espada dirigiéndome a Belix quien junto a Walsh asesinaron cruelmente a un grupo de niños en el poblado de Brañosera, aquella misión había sido mi primer fracaso cosa que me tormentaria de por vida…
—¡Esta vez no te escaparas!
—¡Te cortare y comeré tus huesos! —Corrí esquivando sus afiladas garras, hiriendo su espalda, el lobo se lanzó con fuerza dejándome en el piso con no más que mi espada protegiéndome, sus grandes colmillos podían partirme en dos si me atrapaban, al girar mi cara los blody caps venían y del otro lado, se avecinaba la anfisbena, solté la espada y rápidamente apuñalé varias veces a Belix, con la daga que traía bajo mi traje dejándolo inmediatamente sin vida. Leandro soltó su brazo dejando bailar en el aire un látigo flameante que produjo un torbellino de fuego, convirtiendo en cenizas a los blody caps, por suerte con anticipación transferí mi magia a su cuerpo ya que sabía que indiscutiblemente la necesitaría, salté, ya en el aire dispare pequeñas ´pero agudas cuchillas hiriendo a la anfisbena, en el suelo, sacudió su cola lanzándome contra los muros del castillo causando que se derrumbara la sala principal, confundido por el golpe logre levantarme, la serpiente se arrastraba velozmente hacia mí, de inmediato forme blessed rain, arme la estrella centrándola en el círculo dirigiéndola hacia el monstruo, cayendo sobre ella una lluvia de agua bendita que fue quemándola hasta que se desintegrara, voltee buscando a Leandro, quien se encargaba de las cumangas, al otro extremo yacía Drácula disfrutando del espectáculo
—¡silencio! —dijo el, de inmediato todos se detuvieron, de una de las puertas apareció un hombre con el rostro desfigurado y cubierto de sangre mientras este caminaba frágilmente hacia el vampiro, el conde extendió su mano esperando algún objeto que minutos después me aclaro que aquel objeto era el libro de Thot ¿Qué estas esperando? —pregunto el vampiro, en mi interior sabía que no podía entregarle el libro, con la piedra y con Thot seria literalmente imparable por otro lado la humanidad dependía de ello y la vida de mi padre también, sonriendo preparo su cuello para robarle la sangre de su cuerpo
—¡NO! —grité desesperadamente
—¡Si lo quieres te la daré, pero primero libéralo a él y al líder de los Lyons!
—El líder de los Lyons no es asunto tuyo —dijo Drácula
—¡Claro que lo es!, ¡si quieres a Thot déjalos ir!
Mi padre camino muy lentamente, con cada paso se notaba el dolor que sentía hasta que cayo —¡Padre!— y mientras corría para ayudarlo el vampiro miro a un demonio, que con la velocidad del rayo hirió rápidamente a mi padre, inmovilizo a Leandro y me despojo del libro, todo en un parpadeo
—¡Ves, al final siempre obtengo lo que quiero!, Ahora que lo pienso me gustaría contarte una linda historia, tú y yo tenemos más cosas en común de las que te pudieras imaginar mi pequeño Lars…
—¡Tú y yo no tenemos nada en común!
—Hace mucho tiemp…
—¡No!, ¡ya tienes lo que querías!
—Aun me falta algo… líder… ¡algo que es mío!
—¡Eso no es verdad!
Drácula amordazaba a mi padre con revelar un secreto, secreto que altero mucho más a mi padre por otro lado Leandro estaba en el suelo siendo encadenado y yo me encontraba rodeado por mas vampiros…
—Por ahora cumpliré tu petición…—Me miro, y mientras su mirada penetrante y burlona me observaba me dijo
—Nuestra conversación quedara pendiente… espero que nos veamos muy pronto
Y de la nada desapareció dejando un rastro de niebla oscura que flotaba en el aire mientras las criaturas de la noche nos acorralaban de un solo golpe libere a mi compañero e inmediatamente los trasporte a Westmister
—¿Qué haces? — pregunto Leandro
—¡Cuídalo!, mi padre estaba herido de gravedad, con cada minuto que pasaba su vida se iba apagando —¡Ya no hay tiempo!, ¡prométeme que lo salvaras!
—¡Por mi vida! —Leandro me miro y nuevamente cerrábamos una promesa de sangre…
—Hi…j…o —El líder de los Gallart moribundo y desangrándose intentaba decirme desesperadamente algo a lo que le respondí
—Padre, todo va estar bien… solo preocúpate por mejorar
Ínterin a esto miles de demonio comenzaban a correr hacia nosotros y en cuestión de segundos termine el hechizo de transportación que recayó encima de ellos haciéndolos desaparecer justo a tiempo para invocar nuevamente a mi antecesora la gran Rahela Gallart.
La guerrera emergió de mi cuerpo derrotando a todos los demonios presentes, las columnas de luz destruían todo lo que había a su paso, todo había acabado por ahora, con mi padre a salvo ahora mi misión era recuperar el diamante koh-i- noor y el libro de Thot sin olvidar al líder de los Lyons…
BYRNE NOLAN
Desde mi último contacto con Lewis caí en cuenta de la gravedad de la situación, en nuestra lucha Lars había tenido un pequeño cambio en su piel, cambio que no surgió por el efecto del vapor toxico de la entrada al infierno sin olvidar la tonalidad de su cabello claro que por segundos cambio drásticamente a tonos oscuros mientras este apenas despertaba de su recaída después de mi enfrentamiento contra el oni que nos amenazaba, ahora me encontraba cerca del castillo mis hermanos que tenían la orden de esperar instrucciones quedaron atrás preparando las armas para el gran ataque, mi deber era recuperar a mi padre, el líder de los Lyons, los mensajeros me daban señales vagas de lo que probablemente podría estar pasando justo ahora Lewis traspasaba un puerta santa pero su final estaba cerca con más razón debía llegar lo antes posible al castillo, su ubicación era secreta pero contaba con la ayuda de los espíritus que me nos guiaban, mientras los días pasaron me encontré en las frías tierras de Varsovia donde tiempo atrás habíamos enfrentado a un enemigo muy poderoso como Drácula, en mi pecho un mal presentimiento me estorbaba por días y vagas visiones de Lars siendo asesinado se pasaban por mi mente como lindos recuerdos de infancia ya por tarde me adentre a un profundo bosque, la energía que emanaba de este era abrupta, sus árboles resecos y marchitos me afirmaban que este era el lugar que estaba buscando, mientras más me adentraba más sentía su presencia. Drácula estaba ahí al igual que mi padre, cada vez que recibíamos un mensaje nuestro tiempo cambiaba a comparación de los demás por lo que nuestro don no era la adivinación sino no saber escuchar y alinearnos nuevamente con la realidad, al detenerme llegue a las puertas de un enorme y macabro castillo, sus puertas de tonalidades rojizas fueron impactadas por un fuerte golpe que impacto desde su interior, y por los huecos de este se escapó una gran cantidad de luz que hizo que toda la parte frontal del castillo quedará iluminada, Lars seguía con vida aquel poder era la fuerza de Rahela que justo ahora estaba siendo invocada por su predecesor, las puertas se abrieron, al entras me topé con un escenario en ruinas Lars yacía en el suelo, y a su alrededor las paredes seguían cayendo una tras otra…
—¡Lars!, ¡por dios!, ¡qué bueno que estés vivo!
—¡Byrne! ¡te estaba esperando!
—¿Qué paso aquí? ¿y mi padre? ¡¿dónde está mi padre?!
—No pude rescatarlo ya que nunca apareció, de seguro Drácula lo tiene en alguna parte del castillo
—¡¿Dónde está la piedra?!
—No la pude recuperar, además tiene el libro, ¡tenemos que ir tras el!
Con la decisión tomada Byrne y yo no adentramos al castillo, mientras avanzábamos nos dimos cuenta de su majestuosidad con pasadizos secretos, puertas que no te llevaban a ningún lado, grandes laberintos con trampas mortales y sin mencionar a sus habitantes, más monstruos, demonios, brujas, espectro y de mas, nuestra búsqueda empezó, mientras más nos adentrábamos al castillo más demonios habían, los huesos y partes desmembradas no tardaban en aparecer, las cosas que pasaban dentro de sus puertas eran inimaginables, ya en la parte norte del castillo, dimos con lo que era la cámara de la tortura de Drácula, los cuerpos guindados parecían ramas secas de un árbol marchitándose, el olor nauseabundo que emanaba dicha cámara ponía nuestros cuerpos en duda, los huesos roídos por ratas formaban una gran montaña, dicho cuarto era sin duda un matadero, un lugar donde las bestias se deleitaban con los gritos desgarradores que aún se escuchaban atrapados en sus paredes, al salir de la cámara el ambiente cambio, la música inundaba toda la sala, todo era tan elegante los demonios seguían apareciendo, los skelet zjarri (esqueletos de fuego) llenaron el gran salón, tome el látigo sagrado dejándolo volar con velocidad hacia los skelet partiéndolos en dos, al darnos paso por el castillo. Nolan y yo necesitábamos un lugar donde curar nuestras heridas y descansar un poco, por suerte dimos con Angélica Julandrasi, el alma de una joven que había caído en las garras de Drácula, muriendo brutalmente dentro del castillo, la chica conocía cada rincón de esté, llevándonos hacia la gruta de la virgen, el único lugar del castillo donde Drácula no podía entrar ya que la fortaleza había sido construido sobre una pequeña iglesia solo unos siglos atrás y dicha gruta, había permanecido pura por la supuesta aparición de la madre de Dios, el irónico lugar emanaba una sensación de paz, Angélica, no era la única alma en pena del castillo, los espíritus aparecieron de todos lados de la gruta, aquí eran donde se refugiaban de las hordas de Drácula, que las seguía hasta en la muerte, a la mañana siguiente nuestro camino debía continuar
—Gracias por guiarnos a este lugar, ¡les prometemos acabar con Drácula para que puedan ser libres!
—Nuestra esencia nunca podrá ser libre hasta que el castillo caiga, ya que al momento de nuestras muertes fuimos condenadas a permanecer en el castillo…
—Lamento lo que les paso, por ello, destruiremos a Drácula, —dijo Nolan
—Drácula permanece en el salón de diamantes rojos, pero antes de eso, deberán reunir toda la fuerza que tengan ya que él es un oponente poderoso y desgraciadamente inmortal…
Angélica nos extendió la mano dándonos una pequeña caja de cristal, en su interior había un viejo rosario de madera que era el que la virgen había dejado en su visita después de ascender al cielo
—Este pequeño rosario es una de las cadenas más fuertes en contra de Drácula, para sellarlo deberás hacer que el rosario cuelgue del cuello de él…
Byrne y yo nos despedimos con la promesa de liberarlas, los días pasaron, los monstruos cada vez más fuertes aparecían uno detrás de otro ya en el lado este del castillo dimos con dicho salón de diamantes rojos, entramos, las puertas se cerraron de un solo estruendo, la sala era la más grande de la fortaleza, el cuarto de tono rojizo hacia juego con los grandes cuadros que colgaban de las paredes doradas, la luna no iluminaba mucho, mi cuerpo alertado del peligro que yacía en dicha sala, se erizo, pero mi corazón estaba decidido a aniquilarlo de una vez, el frio iba llenando cada rincón, las velas fueron apagándose poco a poco, de inmediato una oscuridad inmundo la sala, del otro lado se asomaba una sonrisa macabra de largos colmillos agudos, Nolan y yo nos preparamos y Drácula emergió de las sombras dejando ver solo la mitad de su cuerpo a la luz de la menguante…
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