Mesa para dos,
Un vino,
Un viernes contigo,
Una habitación
Sin servicio.
Ven,
La luna aguarda,
Trae maletas,
El viaje ya no es improvisado.
Hay tacto,
Placer,
Punto final con espacio para el amanecer.
Tras mentes portal,
Ella se desnudó en el desierto
Y mantuvo el destinatario.
Esperé su llegada sin mareas,
Pronto estábamos en el Everest parlando.
Si es verdad que la luna controla la marea espero ansioso las suaves olas.
Nos envolvimos en el arenal,
En el espiral de nuestros deseos.
Derretirse en sus glaciares no fue un pecado
Y si lo fue,
Dios nunca nos había oído,
No le debíamos nada.
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