A las 11:19 de la noche

A las 11:19 de la noche

Rodion

23/06/2021

Son las 11:19 de la noche. hace frío afuera, y adentro también, debería haber comprado otra garrafa para la estufa, pero era eso o comer. Aunque en este momento, con los dedos de los pies entumecidos, pienso que debería haber escogido la garrafa. Ya está, otra mala decisión que va a parar al saco con las demás. Al menos esta no es de esas que no me dejan dormir de madrugada, bueno, tal vez hoy no me deje dormir, pero al menos no es por razones existenciales. El agua en la pava se calienta en la cocina, pero se le hace eterno llegar al hervor. Siento que pasaron mil años desde que la puse ahí. Esperar me hace pensar, pero esta no es una buena hora para pensar. No se si existe una buena hora para hacerlo, al menos no si se quiere evitar la angustia. Espero ansioso el silbido que me avisa que el agua ya está lista, así prepararme un café ¿o un té? que dilema, estúpido dilema. ¿Qué más da? el café me mantendrá despierto un rato más, ¿para qué? el té quizás me ayude a dormirme ahora ¿para qué? bueno, como si todo tuviera que tener una razón. Como si algo tuviera alguna razón. El agua esta lista.


¿Que hora es? deje el celular muy lejos, buscarlo seria dilatar mas el asunto. además, en el trayecto podría cambiar de opinion, y no es eso lo que quiero. ¿Para qué seguir postergando esto? no es que no me guste la vida, pero es que es demasiado para mi, me abruma, me sofoca, me llena de tedio. Me siento hasta culpable por pensar esto, si lo tengo todo, al menos todo para no tener que quejarme, claro está. ¿Por qué no puedo ser feliz?


Mi único consuelo en este momento, es que a diferencia de Borges, yo conozco esa calle transitada por última vez, calle que no extrañara mis pasos; se quienes son las personas de las que me he despedido por última vez, aunque ellas siquiera sospechen que fue la última. Me apena saber que muchos de estos libros, si no todos, permanecerán inertes en no sé cual biblioteca, quien sabe por cuánto tiempo, hasta que algún ser venga a rescatarlos de ese letargo al que los estoy condenando. Ojalá hubiese leído más, pero da igual, nunca habría tenido suficiente tiempo. Ya nada de esto importa.


Tantas veces leí este poema, siempre pensé que cobraría más sentido cuando lo leyera siendo ya anciano, pero no es el tiempo humano el que le da sentido a las cosas al parecer. Porque podría jurar que no podría tener más peso ni sentido que el que tiene ahora.

de estas calles que ahonda el poniente,

una habrá (no se cual) que habré recorrido

ya por última vez, indiferente

y sin adivinarlo, sometido…

No puedo más que pensar en todos esos caminos que no volveré a transitar. Calles que no se verán menos vacías por mi ausencia. Donde mis pasos ya no estén, estarán otros. Y donde alguna huella mía hubiese quedado se esfumará rápidamente.

si para todo hay término y hay tasa

y última vez, y nunca más, y olvido

el mundo era indiferente antes, lo es ahora, y lo será después. nada cambiara con mi partida. quizás algunos me lloren un día, pero mi imagen y mi voz terminarán por morir también es sus memorias. siempre se me hizo horrible el darme cuenta que estaba olvidando a algún ser alguna vez querido. pero es que después de la muerte solo queda eso, olvidar. y olvidamos tan rápido.

tras el cristal ya gris la noche cesa

y del alto de libros que una trunca

sombra dilata por la vaga mesa,

alguno habrá que no leeremos nunca

inamovible Gibran de mi mesa de luz ¿cuantas veces te leí? deberías haber caído en manos que estén dispuestas a seguir este viaje, y no en estas manos muertas de nacimiento.

¿y el incesante Ródano y el lago,

todo este ayer sobre el cual hoy me

inclino?

creo que supe desde el momento en que pegué este poema en la pared como iba a ser mi sino.

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