El tren y el beso

El tren y el beso

Ana MR

23/06/2021

Uno no sabe a donde te hubiera llevado la vida, decía mi abuela: “cuando era niña mi papá que era soldado, fue atropellado por una carreta en la puerta de mi casa, mi mamá lo esperaba cuando eso pasó, y en el instante que a él se le fue la vida a ella se le fue la mente, quedó sumergida en la oscuridad. Eramos 9 hijos, yo la menor. Los alimentos empezaron a faltar y ya no había que vender por comida. Una tía acomodada nos visitó unos meses después, noto que estábamos en calidad de huérfanos y que mi madre se había perdido quizás para siempre en sus pensamientos. Ella nunca tuvo hijos y ya había perdido esperanzas. Hablo con mis hermanos y les dijo que lo mejor era llevarme con ella, así podría estudiar y tener un futuro mejor. Se preparó todo, mi tía llegó con un hermoso vestido como el que jamás volví a tener en mi vida, mis hermanos en llantos me decían que era lo mejor. Voltee a ver a mi mamá pensando que gritaría que no me fuera pero no lo hizo. Llegamos al tren, en llanto mientras mi tía me hablaba de la maravillosa vida que tendría, yo sabía que si me subía a ese tren todo cambiaria para siempre. Ella sostenía mi mano, subió los escalones del tren que ya anunciaba su salida y de pronto un deseo incontenible brotó desde lo más profundo de mi ser, unas ganas de besar a mi madre. Me solté y salí corriendo, mientras me gritaban que regresara. Llegue a mi casa y bese a mi mamá y ella despertó, me vio a los ojos por primera vez en meses y dijo, que ese beso es el que se quedó esperando de mi papá en la puerta de la casa. Se que pude haber aprendido a leer, tener vestidos bonitos y muchas cosas más, pero preferí el beso que salvo a mi mamá”.

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