Una mañana entré a la cafetería y mientras tomaba el café, un señor de la mesa de enfrente, al verme se acercó a mí.
—Yo te conozco, —dijo el señor.
—¿En donde?, —pregunté.
—En otra vida, —dijo con firmeza el señor. — En otra vida éramos perros callejeros, íbamos juntos a buscar comida en la basura y cruzamos la calle sin darnos cuenta de que un vehículo venía a exceso de velocidad. Ese día, ambos quedamos tendido sin vida en el pavimento después de recibir el fuerte impacto en el hombro derecho.
—No señor, yo no lo conozco, —le respondí. — No creo en vidas pasadas ni fui perro en alguna de ellas.
—Tal vez no recuerdes ese suceso, —exclamó el señor. —Cuando regresé a esta nueva vida, noté que tenía un hundimiento en el hombro derecho como consecuencia del impacto que recibimos.
—Aunque te resistas a creerlo, tú también tienes ese hueco en el hombro derecho y por eso te reconocí, — insistió el señor.
Culminada la conversación me fui a casa y mientras caminaba tocaba repetidas veces el hombro señalado por el señor.
Al llegar a mi hogar narré a mi mujer lo sucedido
—Carmen tócame el hombro derecho, — le sugerí.
—Javier, no seas tonto cómo vas a creer en ese cuento, —respondió mi mujer.
—Tócame por favor, es cierto, palpo un hueco en el hombro derecho, — le insistí.
Mi mujer, algo preocupada y sorprendida por mi raro comportamiento, se acercó a mí, extendió su brazo y al tocar mi hombro derecho ladré y le mordí la mano.
«La sugestión es un estado psíquico en el cual una persona experimenta sensaciones e ideas que alguien le sugiere o le induce».
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