Muchas veces ocurren acontecimientos en nuestra vida, que originan alteraciones emocionales en nuestro organismo, Algunas de esas emociones la expresamos en forma libre y abierta, pero otras veces guardamos silencio y las dejamos dormidas. Callar una emoción es reprimirla, es dejarla dormir en nuestro organismo sin darle salida, sin pensar, que allí en silencio y en complicidad con el tiempo genera dolor y ocasiona heridas.
Llorar es un lenguaje corporal que expresa lo que estamos sintiendo en un determinado momento, pero también de un sentimiento que hemos dejado dormido y que despierta de tiempo en tiempo por el dolor que sentimos. Se llora cuando hay tristeza, pero también cuando hay miedo, rabia, dolor, culpa, felicidad, o bien por la emoción que hemos escondido. Llorar no es signo de debilidad, por el contrario es fortaleza. Las lágrimas que derramamos por emociones sentidas tienen un alto contenido hormonal relacionado con la tensión que vivimos, Llorar es un analgésico natural que reduce el estrés y calma el dolor físico y emocional, pero también nos permite resolver con mayor claridad las dificultades que estamos viviendo..
Cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas por las que no lloró en su debido momento» Mario Benedetti.
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