Los humanos y la magia

Los humanos y la magia

Nía Agudelo

29/04/2021

Esta historia se remonta a los principios del tiempo, cuando aún existía magia en el mundo. ¿No me crees? Presta mucha atención.

Se cree que en la antigüedad solo existían plantas y animales de todo tipo; pero, en realidad, había una gran variedad de paisajes llenos de árboles, montañas y ríos; y estos eran habitados por animales y criaturas. Entre ellas, estaban los elfos, ninfas, hadas, troles y todos los seres de cuentos fantásticos que alguna vez escuchaste.

Estaban separados por territorios, pero todos vivían en paz, compartiendo sus terrenos y alimentos mutuamente. En ese momento no existía el egoísmo, ni los malos tratos; mucho menos la envidia.

En el territorio de los elfos vivía una pequeña que era especialmente comprensiva y amigable con todos, sin importar de qué especie fueran. También sentía bastante curiosidad por el lugar en el que habitaba, así que siempre daba largos paseos de un lado a otro y cada vez regresaba maravillada por descubrir algo nuevo.

Un día encontró un pequeño grupo; no supo identificar su especie, ya que nunca los había visto. Sin embargo, se acercó a ellos para descubrir qué eran. Los extraños se escondieron al ver la rareza de su cuerpo, sentían miedo al verla. La pequeña elfa trató de calmarlos; empezó a hablar de ella y de las demás criaturas que existían en el mundo. Les dijo que le parecía extraño que no los hubiera visto nunca, ya que ella había vivido por mas que mil años y que sentía curiosidad por saber quienes eran y de dónde venían.

Los extraños le dijeron que su raza era conocida como “humanos”, le explicaron que antes eran muchos más y vivían en un lugar muy apartado, donde dominaba la oscuridad; todos los árboles estaban secos y no había animales, montañas ni ríos. Eran una especie conflictiva y eso fue lo que ocasionó que desapareciera la mayoría. No tenían a dónde ir, estaban asustados y cansados.

La elfa confió en ellos, les mostró el camino a su hogar, donde podrían vivir con todos los demás. Cuando llegaron allí, todos los recibieron con alegría, les ofrecieron comida, agua y un lugar para quedarse.

Sin embargo, esto no duró mucho tiempo. Los humanos empezaron a querer tener el control de todo: los terrenos, la comida, los animales. Ellos sabían como acabar con los que se interpusieran. Las criaturas les temían y obedecían. En poco tiempo, los paisajes se volvieron lúgubres y los animales se escondían para que no los cazaran. La pequeña elfa se sintió triste y decepcionada, pero, aun así, confiaba en que podrían cambiar; convenció a un grupo de elfos para que pensaran igual y fueron a hablar con ellos. Trataron de persuadirlos para que dejaran de acabar con el hogar que entre todos habían formado; pero los humanos sentían ira por aquellos que contradijeran su ideología y miedo por los que se atrevieran a revelarse; así que, acabaron con ella y su pequeño grupo. Esa fue la única vez que las personas se unieron y trabajaron juntos.

Después de un tiempo, hubo cada vez mas humanos y las criaturas fueron desapareciendo poco a poco, hasta que no quedó ninguna. Cuando ya no había más a las cuales dominar, las personas volvieron a pelearse y matarse entre sí; y la situación ha permanecido así hasta nuestros tiempos.

Pero, la memoria de la pequeña elfa no quedó en el olvidó; ella siempre creyó en nuestra especie y en que podíamos cambiar. Las criaturas tenían el poder de decidir en qué forma reencarnar, así que ella y el pequeño grupo que la apoyaba, decidieron volver a nacer como humanos, para que la esperanza de un cambio se mantuviera viva; y, mientras ese cambio se presente, ellos seguirán tomando nuestra forma para guiarnos.

La única prueba que puedo dar para respaldar esta historia, es que, aunque existen personas malas, aún hay unas cuantas buenas.

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