La realidad que se abre paso entre los sueños,
para encender un pensamiento intrusivo,
con dirección sin sentido aparente,
te incita a perderte entre toda la gente,
tan indiferente al resto de los demás.

Y no estaría mal volver a dejarse caer,
con el pretexto de querer llegar bien alto,
y lentamente observar el paisaje,
sentirse seguro, quitarte el blindaje,
y así dejarte ir hasta el final.

Y ahora entiendo las razones deterioradas,
que se volvieron el pilar de nuestra historia,
resignaciones ilusorias,
que sustituyen la falta de nuevas memorias,
culpa de los días despedidos por estorbar.

Alguna vez que me sentí decepcionado,
me asegure de no olvidar por que lo hago,
y aun que mis pasos pierdan el destino pendiente,
pacientemente estaré eternamente,
ausente de donde un día quise ser yo.

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