Todavía tengo agendado su numero
es de esas cosas que cuesta soltar
como si de esa manera borrara un poquito mas su alma
me compro un celular nuevo y lo vuelvo a agendar
no se bien por qué
solo quienes entiendan el duelo
entienden lo ilógico que vive en el.
A veces me dan ganas de llamarle
y contarle mi día
o qué tengo miedo y qué la vida es una mierda
y qué casi nunca puedo prender el calefactor
qué se inunda el patio
y cuando lloro de la bronca porque las cosas me salieron mal.
Todavía tengo su número agendado
un día lo busque entre mis contactos
alguien más tenia su número
Sentí la ausencia como una estaca clavada en el pecho
y con cada respiro se hundía más
«Amo a mi familia»
Decía el estado de whatsapp de este desconocido
que ahora tenia el numero de mi padre.
Mi viejo era de cancer, bien padre
bien amigo de sus amigos
un poco boludo, pero buena persona.
Mi viejo educaba con libertad
de hecho, quizás demasiada libertad
él veía como me equivocaba
me la daba contra la pared
y caía desparramada por el piso
Se reía y me tiraba una mano para levantarme
«Dale chiquita. arriba»
Por suerte todavía me acuerdo de su risa
hay gente que se olvida, yo no
siempre con un pucho en la mano
y un chiste malisimo entre dientes
«Cuántas estrellas hay en el cielo chiquita?»
Años tratando de descifrar el misterio de las cincuenta
También me acuerdo las ultimas palabras
en la puerta de ese quirofano del mal
«Nos vemos a la vuelta, chiquita»
Nos vemos todos los días
cuando miro las estrellas
cuando escucho un tango
en el silencio y en el llanto
Cada vez que me caigo
y siento tu mano desde otro plano
«Arriba chiquita»
Te escucho, me levanto.
OPINIONES Y COMENTARIOS