Mi último voto electoral fue por Vargas Llosa, en 1990, porque luego me estaría destinado a salir del país. Emigramos casi toda mi familia a Europa y conocimos otra gente, otras culturas, otros mundos… nos tocó vivir el arquetipo del héroe y su gran viaje, que habita en nuestro interior… siendo para unos más fuerte que para otros.
Quedamos fascinados con Suecia y nos quedamos a vivir en su capital por muchos años; hicimos de Estocolmo nuestra isla de Itaca. De allí salimos a conocer otros países, otros sistemas, otras políticas de gobierno, otras costumbres… otras formas de vida que nos sedujeron y nos invitaron a quedarnos a vivir allí de por vida… Mis hermanos lo hicieron, se quedaron en Estocolmo… por mi parte, regresé a Perú, luego de haber encontrado el gran tesoro o las respuestas a mi búsqueda existencial; como por ejemplo, la comprensión de que el ser humano es un ser espiritual y social… es un ser místico y político a la vez… e igualmente, unos lo serán más que otros.
Es un ser político porque está llamado a velar por la armonía social, y es místico por su experiencia personal con la Divinidad Suprema que habita en su corazón.
He vivido casi veinte años bajo el ala de un sendero espiritual, que era como un burbuja dentro del gran sistema social, creyendo que estas burbujas individuales del «sálvese quien pueda», eran la solución al bienestar o armonía social. Era tanta mi sed de realizar mi ser interior que no cuestioné nada de lo que este sendero espiritual me ofrecía; y también porque «el no cuestionar» era una premisa de tal sendero espiritual, especialmente, no cuestionar a sus líderes. Craso error, porque estamos justamente en el plano viciado o la dimensión del error, donde todos somos falibles; por lo tanto, hay que cuestionar; este es el trabajo obligatorio de nuestra inteligencia en su discernimiento entre el bien y el mal, no sólo para nosotros mismos sino también para toda la sociedad.
Quizá sea bueno vivir dentro de esa burbuja mientras uno va descubriendo o puliendo su ser espiritual y místico; pero después, debe romper esa burbuja para integrarse con el medio que le rodea.
En mi caso, fue el destino o la Divinidad Suprema quien me sacó de esa burbuja para mostrarme otros caminos y peldaños… fue de este modo que retorné de nuevo a Perú, y ahora también he retornado, aunque de forma virtual… comprendiendo esta vez que tengo el deber social de emitir mi voto electoral.
Por eso es que entré al mar de internet a informarme de la situación política del Perú, para emitir mi voto serio y responsable; y a la vez intentar participar activamente a través de mis posts o artículos que voy compartiendo con mi familia, amigos de las redes y del Club de Escritura, con la esperanza de que mi diario virtual y público le sirva a cualquier caminante que me encuentre en su camino.
Este deber de votar es como el cordón umbilical que me une a Perú, y hoy puedo decir que en este plano visible, estas tierras son mi isla de Itaca, mientras mi barco se dirige a la aldea mágica de mis sueños más preciados.
OPINIONES Y COMENTARIOS