Me desangro

igual que el atardecer si te pienso…

aún resuena la voz de mi conciencia,

herida y sola,

resignada a la derrota que le muestra el tiempo.

En el silencio

recuerdo tu olor y me estremezco…

los pájaros traen el eco de tu risa,

la brisa evoca en mi rostro tus besos,

como tesoros inmortales en la inmensidad del universo.

Lo reconozco

a veces imagino realidades distintas…

como sería este mismo atardecer con tu presencia,

si pensaría en cómo se desangra el sol

persiguiendo a la luna o si vendría a verlo ni siquiera…

Quizás el amor

no halláse calor de hogar entre nosotros…

quizás se embriagara con el veneno de los besos,

quizás la resaca le produjo miedo,

quizás se marchó antes de dejarnos rotos…

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