Tengo que escribirlo hoy y ahora. ¡Ya! y sin espera.

El Club Atlético Rentistas es un «cuadro chico» del fútbol uruguayo. El «bicho colorado» nunca ganó ningún campeonato ni se convirtió en favorito de nadie, y menos si juega con alguno de los «grandes» nuestros como Peñarol o Nacional.

Cuando se anuncia el partido central del fin de semana y el oponente es el «Renta» todos dicen «pan comido» o «papita pal loro», y antes del inicio del partido ya anotan los tres puntos en favor del oponente. También y por supuesto, la escalada en la tabla de posiciones de su equipo y el descenso indiscutido del cuadro uruguayo más insignificante que, seguro seguro, pierde por goleada por anticipado.

 El año pasado llegó a este cuadro un director técnico desconocido en el medio.  Se llama Alejandro Capuccio. Me hubiera gustado que Guillermo, hincha del «bicho colorado» de toda la vida, hubiera visto su trayectoria. Con tres o cuatro jugadores virtuosos y un gran conocimiento de cada rival, logró hacer que Rentistas fuera campeón del torneo Apertura, en el primer tramo del Campeonato Uruguayo jugado en 2020. Aquella noche que le ganó al Club Nacional de Fútbol fue impresionante. Derrotó al gran campeón en su misma cancha.

Cada jugador de un cuadro grande de mi país,  tiene la misma remuneración económica que todo el cuadro completo de un cuadro chico (como Boston River, Deportivo Maldonado, o el mismo Rentistas). Sí, leyeron bien. Dije bien: «CADA jugador» de Peñarol o Nacional gana lo mismo que «TODO el plantel de jugadores» de un cuadro de menor categoría.

Ganar aquella noche memorable por primera vez un campeonato fue significativo para todos, los que son sus hinchas y los que nunca lo fuimos, como yo. En casa y por la memoria de Guillermo festejamos con entusiasmo y alegría. Él sí siempre fue hincha, hincha a muerte, por ser «cuadro chico». Decía siempre que merecía su grito de aliento y su favoritismo. Usaba con orgullo la camiseta de su cuadro el día del partido y seguía con entusiasmo cada jugada desde su antigua radio portátil pegada a su oído durante los noventa minutos.

Ese logro, le reportó al club grandes ganancias. Varios jugadores se convirtieron en estrellas de mucho prestigio y ameritó su pase a otros cuadros, a cambio de suculentas compensaciones económicas para la institución  que gestionó su formación.

En 2021 y ya completamente diezmado, Rentistas jugó el otro tramo del campeonato. Como era previsible fue derrotado por todos y se convirtió en presa fácil para cualquiera. Quedó último en el torneo Clausura y a punto de descender a segunda divisional B.

Finalizado el Clausura y luego que los cuadros grandes de siempre tuvieran una vergonzosa participación, a Rentistas le tocó jugar  la final como ganador del torneo Apertura. Debía enfrentarse al  ganador, el Club Atlético Liverpool, que venía de arrasar  con todos sus oponentes en una brillante actuación. Con un despliegue de jugadores talentosos, veloces y muy jóvenes, logró el primer puesto al igual que lo había hecho el «bicho» en el certamen anterior.

Asi, Rentistas anoche, 31 de marzo, volvió a ser «pan comido» y «papita pal loro».

Los hinchas de Peñarol juntábamos las manos en oración al cielo, pues del triunfo de Liverpool y por cuestión de puntos, dependía la participación de nuestro querido carbonero aurinegro en la Copa Libertadores de América. Era el único gran consuelo que nos quedaba luego de un penoso fracaso local. Palmeiras, Boca Juniors, River Plate argentino, y otros grandes del continente  esperaban ansiosos a nuestro Peñarol, para medir sus posibilidades en igualdad de condiciones.

Sin embargo, para sorpresa de muchos y para segura alegría de mi adorado Guillermo, su «bicho colorado» ganó el partido de esta última fecha. Hubo empate en los noventa minutos, hubo alargue, hubo penales y el partido se hizo emocionante e interminable. En la última jugada, Nicolás Rossi, el golero de Rentistas, atajó el último penal. Enmudeció a todos. Nadie podía creerlo.

¡Y sí! Por primera vez el Club Atlético Rentistas irá a la Copa Libertadores de América y deberá jugar la gran final del Campeonato Uruguayo frente a quien ha acumulado más puntos en lo local: ni más ni menos que el Club Nacional de Fútbol.

Difícil, dificilísimo va a ser ver al Renta «campeón uruguayo». Sigue teniendo el cuadro diezmado, sin jugadores estrella y sigue en carrera jugando al fútbol a puro corazón y por amor a la camiseta . Pero tiene un técnico que sabe, estudia al rival y da confianza a sus jugadores.

«TENEMOS LA HERMOSA POSIBILIDAD DE ESCRIBIR UNA PÁGINA MÁS EN LA HISTORIA DEL CLUB» les dijo antes de salir a la cancha. Todos sus jugadores firmaron la pizarra y al finalizar el partido, lograron meterse en la Libertadores.

Lo cuento hoy porque no creo que la próxima semana pueda ganarle a Nacional, el más grande de los últimos tiempos y coronarse campeón uruguayo.  Aunque, después de lo que vimos anoche no lo creo imposible.

Me alegro porque es un cuadro chico que juega al fútbol «con garra charrúa» y mucha pasión. Me alegro por Guillermo que vuelve a estar presente en mi vida y a hacerme vibrar con su grito entusiasmado. Donde esté, sé que siempre está conmigo, me acompaña y me sigue  haciendo feliz.

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