¿Sabes? Yo lo he sido todo. Malévola hasta perderme entre tinieblas para al fin encontrar mi luz. He sido peor que un animal que vive a través de sus instintos más salvajes, así y solo así hallé la paz en mi alma, pude descubrir la auténtica esencia de mi espíritu. También me he sumergido en noches sin fin de éxtasis y lujuría, hasta saciar mi cuerpo y elegir la sobriedad. He sido presa y cazador, ahora ya no soy ninguna de las dos cosas, pues elijo tan solo ser libre. Antes de ser compasiva y caritativa fui la peor enemiga, la más vengativa y era ira lo que desprendían mis ojos. Quizás el karma me perseguirá hasta el fin de mis dias con tal de pagar hasta el último de mis pecados. Pero ¿ Quién vino al mundo libre de ellos ? Yo solo traté de encontrarme, aunque el precio a pagar sea el más caro. Bendito aquel que pueda saborear mi vida y andar con mis zapatos. No todo el mundo tiene el placer o la desdicha de ver la vida después de haber experimentado el abanico que se nos ofrece, que pocos somos los valientes que nos atrevemos a ello sin temer el perdernos por el camino, el no ser capaces que poder cerrar alguno de esos ciclos. Pero dime vida si no he disfrutado hasta la última gota de ti y he vivido cada día como si fuera el último y eso que yo no creo en la muerte. Señores recuerden que no se vive en vano, que no hay que arrepentirse de los errores ni alegrarse demasiado de los aciertos. Tan solo hay que sentir en cada poro de nuestra piel el oxígeno que nos ofrece este mundo. Agradecer cada amanecer como si fuera el primero de nuestras vidas y no juzgar a nadie ni a nosotros mismos, pues cada cual tiene su camino, su tiempo, su crecimiento. No importa quien vaya más rápido o más lento, lo único importante es encontrar la razón más tarde o más temprado por la cual estamos en esta vida.
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