Tienes una sola mano y un gran corazón.

Tienes una sola mano y un gran corazón.

Un día de marzo creí tener el amor en mis manos, pensé tener la relación más hermosa del mundo, en mi corazón no había lugar para nadie más, mis ojos miraban por ese amor y mi corazón latía a mil cuando lo veía, pese al tiempo que llevábamos juntos; mis hijas gritaban al verlo llegar: 

-papi, papi, llegó papi. 

-llegó el nene corran hijas! decía yo,  él me daba un abrazote cuando llegaba y me decía cosas hermosa, cocinaba para mí y salíamos a bailar juntos cualquier día a cualquier hora. 

 Cómo puede ocurrir que alguien estaba tan ciega, estaba escribiendo un libro de mi historia de amor con él  y así parece que era, era mi historia de amor y quizás no la de él, pensé que llegaríamos a viejitos como las canciones románticas y los cuentos de hadas, él parecía amarme se desvivía por mí y me daba tantas demostraciones de amor cada día, que no llegue a pensar que me era infiel,  resultó que  él tenia el corazón de piedra, él olvidó lo  que dijo en el altar: 

-el amor no es un sentimiento, el amor es una decisión. 

Así terminó mi historia de casi más de una década con el que fue mi primer hombre  en toda la extensión

de la frase.  

Ese día de marzo que lo vi con otra mujer  creí morir, sueños rotos, ilusiones perdidas, días, meses, años creyendo en  el amor, un amor basado en el engaño y las mentiras. En marzo creí que maldecir y cobrar venganza insultando, diciendo malas palabras, halando cabello, sería un escape a mi dolor; lloré unas doscientas mil lágrimas, unas trescientas mil veces. Se cayeron mis uñas, corté mi cabello, perdí el semestre de la universidad,  me volví un espíritu rodante jajaja «más flaca que un carrao» quedé, así  decía mi papá, más  todo lo que se puedan imaginar. Luego  se vino un hogar abajo con tres hijas, crie una hija que no era mi sangre durante 10 años y la perdí de la nada, pensé e hice tantas cosas de las que hoy me arrepiento pero  gracias a Dios no regalé el perro, sólo sé que yo  pensaría antes  de hacerle daño y burlar  a una persona como lo que me hicieron a mí,  leer el libro de Job dos y tres veces fue un canal, la tercera vez ya estaba casi que me lo sabía,  hablar con Dios fue y ha sido mi ayuda, pero creer en marzo que el tiempo no pasaría  y que nunca llegaría un diciembre y otro diciembre era no pensar claro, tener un corazón grande y humilde es mayor  a que te falte un miembro del cuerpo, ya les contaré que después de preguntarle a Dios todos los días:

-¿porque yo?,  y luego responderme yo misma, que yo  no era quien para reclamarle a  Dios.

Que sólo Dios sabía lo que pasaría, hallé  la respuesta, dejé de hacer tantas  payasadas y de pedir perdón, porque yo no había hecho nada malo, volvió la dignidad a mi mente, después que un Psicólogo me dijo: es mejor terminar.  

Fue así que después pasó un diciembre y otro  diciembre, otro diciembre, el tiempo pasó.   un hombre con una sola mano,  ató mis zapatos,  cortó mis uñas, peinó mi cabello  largo, me mostró el significado del valor y el respeto por tu semejante, un hombre que  en un junio con la canción Mañanitas de invierno me mostró que pueden haber terceras y cuartas oportunidades para amar. 

Yo ya creía  conocerlo, pero en realidad uno nunca llega a conocer  a una persona nunca imaginé que una persona que tenía una sola mano, se graduará con honores en una universidad y que nadara tan bien, cuando yo me ahogo en una piscina infantil, jajaja.  Él  fue profesor de mi hija, asistí varias veces a sus clases de aerobics pero hasta ahí nada más. Cierto día de junio coincidimos en un lugar, cantamos la misma canción, él en una mesa y yo en otra, no bailamos, no hablamos,  todo inició por  haber sido escogido para llevarme a casa, despedirlo con un beso, sin ser nada de él y sin tener una relación, intercambiar números de  teléfonos fue el inicio para  conocerlo. 

Al día  siguiente  me llamó,  hablamos y después de contarme su vida, me di cuenta que era un hombre especial, ya no creía en nadie después de todo lo vivido, pero reconocí el hecho de que todos los hombres no son iguales, un problemita sencillo se aparecía, el tenía un enredo de vida, una relación no resuelta, un bololó cómo decimos los costeños, en el cual no quería  hacer parte, así que decidí apartarme y escucharlo hasta el día que el solucionará su inconveniente, no quería nunca hacer lo que me hicieron a mí;  pero fue más temprano que tarde que en julio me llamó a contarme que estaba triste y desilusionado de la vida, resuelto su pasado y buscando ayuda pasando por la misma situación casi casi similar a  las cosas que yo había vivido, con la única diferencia, que él no se estaba volviendo loco como lo hice yo, estaba  cuerdo y sensato, triste pero calmado, no hacía payasadas ni shows, no tenía insomnio, no se lamentaba por lo que ya pasó, no colocaba canciones de despecho y mucho menos haló cabellos, fue entonces cuando comprendí que cada quien vive su duelo diferente,  entonces pensé:

Vaya que diferencia a cierta chica  que casi muere de amor, se cortó el cabello y nunca creía superar  el pasado. 

Bueno, el hecho es que  después de un mes de conocerlo, yo hecha una experta en desamores, una gran valiente resiliente de llevar más engaños y «cachos» que manta de torero, una luchadora de hace ya un tiempo había pasado por un proceso, yo una mujer que se estaba viviendo la vida loca de Ricky Martín, salía,  bailaba, trabajaba cocinaba cuando quería, estaba olvidando mi rol de ama de casa por empezar a ser «mujer luchona» como dicen los memes de Facebook jajaja empiezo a darle consejos a ese hombre:

-la vida es una sola, hay que vivirla.

-No te des mala vida.

-Eso algún día lo vas a superar, deja que el tiempo pase, ya yo pasé por eso.

-Déjaselo a Dios.

Que fácil inventar consejos, cuando yo en un tiempo no le dejé nada a Dios si no que quería cobrar con mi propia mano, dar consejos y escucharlos es bueno, pero yo no oía tenía orejas de pescado, gracias a Dios escuché a mis 2 amigas y mi familia, para poder entrar en cordura,  la verdad yo me creía  después de cierto tiempo; la super psicóloga sin titulo,  pero él ni siquiera necesitaba de mis consejos, estaba tan organizado en su vida que mis consejos estaban de más. 

Lo invité a salir a bailar, él un hombre fitnes con una mujer cómo yo que no cumplia ni una dieta, bueno ese hombre entró en mi vida. 
me ha mostrado que se puede creer en terceras y cuartas oportunidades.

 

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