Y prometo perderme, si con eso consigo recordarte,
porque no hay peor castigo que tener pocos recuerdos,
de quien querías aferrarte.
y si los recuerdos fallan y se hacen escasos, los construimos,
aunque no pueda mantenerte vivo, aunque no estés aquí conmigo.
Es que mi mente se agita y rebobina tu voz gruesa y calmada,
y se aferra al filo de tus palabras como moribunda,
porque aunque caminaste poco en mi vida,
me llevaste a tu tumba.
Espero en tu descanso, no te vuelvas un ingrato y me olvides,
aunque tengas a gente más importante, aunque a mi no me imagines.
Pido por tu alma, aunque a veces la siento presente,
¿Cómo se quiere a alguien? ¿Cómo si no puedo verte?
y es que parece que tu ausencia, sigue siendo una rutina,
en donde un par de vueltas y palabras, construyen mi día a día.
Me enseñaste a aletear como un pajarito pequeño,
para desaparecer cuando apenas volé,
y aunque batalle mil años por emprender este viaje,
algún día te volveré a ver.
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