Se acabó

Estoy en la mesa del comedor, solo me acompaña mi pluma y mi cuaderno, día lluvioso, ¡Vaya sorpresa! Parece cliché que justo el día que cierro una relación amorosa llueva. Pero qué más da está lloviendo y a raudales. Ahora vamos al meollo del asunto.

Acabamos de terminar mi relación no oficial con una de mis amantes, “siempre dejarlas es duro Albano”, me digo siempre cuando uno de aquellos seres de luz se va de mi vida amorosa. Es mejor así, me digo a mi mismo, continuar con aquella relación me hubiera imposibilitado tener algo con una mujer que esta poco a poco calando dentro de mi corazón (pero esa historia la contaré más adelante) y aferrarme a ilusiones nunca ha sido mi fuerte, yo soy un ser racional, no emocional (aunque el amor es muchas veces emocional, sin embargo, la razón me ha evitado muchos dolores de cabeza y ha logrado mantener mi dinero en la cuenta bancaria). Por ende, siempre analizó las cosas utilizando mi cerebro, no mi corazón.

Mi historia con ella había terminado hace tiempo y yo no supe ver el final, y continuamos alargando aquella historia hasta que hoy por fin supe reconocer que nuestra historia (al menos en el ámbito emocional) había terminado. Ella siempre quedará en mi mente como una gran mujer. La seguiré amando como a Daniela, Mayra, Andrea, María, las cuales se ganaron un lugar privilegiado dentro de mi corazón. Ya no podré hacer ciertas cosas por ella, ya que rayaría en la incomodidad, y ocasionaría problemas con sus futuros pretendientes.

Siempre tendrás un lugar reservado en mi corazón, fuiste un punto de inflexión en mi vida, no podré olvidar a aquella mujer, no porque no pueda, sino por que olvidarla seria quitar una parte de mi historia, seria mutilar una parte llena de recuerdos hermosos que empobrecerían mi ser.