Palomas guardadas (Obra completa) IX

Palomas guardadas (Obra completa) IX

Palomas guardadas 


Obra completa IX

Como grillos de nieve tiritan las estrellas

POEMAS

1.

Sacar de mí todos los cobardes
No quiero construirme un seudónimo de palomas.

2.

Ya nos desciframos la sombra
aprendimos el silencio del ermitaño
y ahora los buzos
vivimos en los hormigueros del agua
Pero aún tu acecho grutal

3.

Nunca querré parecerme a una papa
no tener dedos
ni tener lengua
No sé siquiera de qué lado de sus
ninguna parte mira
si tiene boca,
sólo un nido de ombligos
no, no quiero transformarme en papa
Siempre he odiado los tenedores
y no soportaría tener que odiarlos más
y sobre todo
no soportaría que me comiera
cualquiera que no fueras tú
y a pesar de que querría viajar
por tus entrañas;
tal vez, si tú me tuvieras
en tu plato, no tendrías apetito
o te llamarían por teléfono
o podrías incluso no comerme todo
o peor aún no darte cuenta
de que era yo

4.

prefiero luchar y
equivocarme que
vivir rutinariamente

5.

Pero ya no abriré tu sangre
como la estrella que te temblaba la mirada
Ni sonaré en tu gruta
como la lámpara
que nos comíamos la tarde

6.

Es suficiente saber que no se vuelve para dudar
el dolor de lo que se deja
¿Cómo medirnos la ausencia? el hueco que espera
por delante?
¿cómo secarnos todas las palabras
que nos viven el silencio?
cómo emprendernos la tristeza
con qué naves que no sabernos remar
tantearnos la lejanía como si partir
fuera un camino que seguimos?
Vivir es quedar, tantas veces hasta
historia. Por eso el dolor de cambiarnos
el rastro de asumir otros ojos y otras
manos en otros rostros y otra carne.

7.

Cuando haga sombra mi sombra
como un silencio pleno de palabras
cuando ya sea silencio en todas partes
silencio sin principio
de lo incomenzado
como la sombra de nadie
historia vacía
que no acorta el tiempo
cuando me vientas

8.

Abro todas las ventanas que conozco
pero no llega el viento desconocido.

9.

cuando tenga la mansedum-
bre de los fácilmente bravíos
te llegaré desde la gente
manso como el silencio
y solo como las palabras
irreal como las cosas que
sólo son en los ojos
y si me preguntas
para qué he venido
me sacaré los zapatos
para mostrarte mi
vida y si no me preguntas
nada agregaré al tuyo
mi silencio redondo
para que bebamos los dos de
la misma soledad.

10.

El silencio es un sitio de luz
y nos echamos palabras como sombras.

11.

…Y cuando el día, me habito
despierto mi vestigio indescifrable
sitiado en mi propia convicción
de un ritmo detenido
de un orden infinito de uno solo
de un punto inexistible
de un número que más o no de nada
levanto la mirada desde algún loco o ciego que llevo
ojos adentro
y apenas digo que apenas vi
el otro lado asomado a la cerradura
en un sueño que no puedo abrir.

12.

Ésta es tu tierra
el silencio es un país de espejos infinitos
por el abismo del eco tu rostro se repite
Por eso digo que ésta es tu tierra
un puerto donde también quedan los
barcos que han partido.
Tanto espera la soledad de los símbolos
vivida en tiempo de testigos.
campanas gritos derretidos
río de largos hombres anudados
al exilio
ésa es la tierra huertos convocados
al íntimo labriego
estuve madurando el exilio
la eterna soledad de mis manos
sin principio

Fueron cegados todos los andenes
anclada la sangre de las venas
como la savia de un árbol helado

13.

Abriré mis vertientes soltaré todos
los perros de mi sangre
inculcaré la luna en las olas de
mis campanarios
el relámpago de sombras será un ciego
al sol en el velamen del duro silencio
luego arrancaré a cantar
como la entraña de la nada un
día se suicidó con el primer pájaro
entonces ya será la luz la punta de
la historia intemporal para tejer

14.

Anclo en tus pies
Todo encallo pero me bajo de la
nave y camino
los pies de mi boca te persiguen
la piel camino de las vetas
Tu conciencia me espera en cada beso
Todo nos esperamos tanto nosotros
que para qué nombrarnos
simplemente vivirte que las palabras
suceden a las cosas.
coágulos de luz y silencio nos rodean
las manos que nos hablamos

15.

Las palabras no son tan graves en
la medida de las cosas.—

16.

Todo lo quiero, amor,
todo contigo.

17.

También, porque todo contigo,
quiero ser obsceno.

Obsceno como un colmillo
o la sangre en el pan
y masticar la dulzura
del asco libre y puramen-
te como una campana.

18.

Como una luna
la garganta meridional de tu silencio
es un cerrojo de palabras

Porque ahora,
que con las palabras sólo nos esconde-
mos.

19.

La piel de tu aliento
viene a acurrucarse en
mis oídos como una
pelusa en un rincón
en mi cuello se
agita la espuma del arroyo
como el eco del escalofrío
instanta la redundancia
del aplauso de sus alas,
y la lluvia suspensa la
fritura de su arena.
y se otoña
el derrumbe
de la tierra acu-
mulada en
mi sensación
y sube el vapor del polvo que las
piedras del alma resucitan
para contener la luna de tu beso
como una nube

20.

De indescifrables lenguajes
llueven tal vez letras
por el impenetrable espacio del
instante
en el sitio puntual del infinito
Hacer tierra con estrellas vivas
y no poder la célula original
(el número queda incompleto)
llueve el agua marginal
otro idioma de ventanas ve llover
Respira otra carne inmaterial que nos levanta

21.

De un púlpito infinito
llueven estrellas
letras de últimos lenguajes
el número total recuperado
en el punto infinito
de lo eterno.

22.

Florecerá el íntimo sol
garganta adentro del ojo elemental
toda la tierra congregada
en la raíz inimposible
irrevocable
primera
definitiva

descifrado el cerrojo original principal
completado el número

23.

Desde mi nada sitial
como el fantasma de un fantas-
ma
mi mano te intenta
como si fuera de agua

24.

De tus tres fracasos pensé que tenías
mala suerte o que eras tres veces
culpable o que hay más de tres hombres
malos.

25.

Campanas a silencio se expanden
como la soledad súbita en los puertos.
estrellas vacías rompen
como golondrinas frías a media
travesía
frutas muertas bajo tierra en
los inviernos.

26.

Todos nos asistimos con nuestras
puertas
Ciudad.
Nadie o alguien o todos
en la duda de cada acecho
en la sombra del espanto.
Tal vez si el viento alucina
una mano que llama
alguno atraviese la plaza de
su miedo
y sobre el silencio de la ciudad
vacía llame.
Después, tal vez,
la gente.

27.

Para adornarte con diamantes
que respiren
con piedras de viva transparencia
como a la reina de todas las edades
emperatriz galáctica
yo elijo temblorosas gotas
de agua o de saliva
y a veces de lágrimas
un poco opalescentes.
Busco por los ríos
infartados de la noche
por los lagos insondables del silencio
por las olas del tiempo sin llaves
y esparzo por tu cuerpo
de continente y de peligro
esas frutas sin nombre
esas maduras estrellas animales.
Así te quiero a veces
mojada y temblorosa
como un mar malherido
que tirita y se deshoja
Algo antártico en el fondo de tus huesos
un poco de cal de luz dormida, adormecida
de miedo a las ventanas solas
Un poco de rincón en tus pupilas
mojada y entregada
entre el aire y la sábana
que te sostienen
como una voraz corola.
Por quererte,
te quiero de mil formas
pero a veces quiero hacer
caminos
y como tendiendo entre las estrellas
al azar algunos hilos
con astronómico delirio
trazo rumbos de besos por la tibieza
de tu cuerpo infinito
y dejo los pasos de mi lengua
con pisadas de esmeraldas
de diamantes latiendo
de ópalos y perlas
y así condecorada
con el agua primaria de mi boca
con el sudor que emerge
de mi carne espolar que te tripula
con algunas lágrimas
que son parte del rito que nos vive
parte de esta vertiginosa locura
te dejo hecha de cielo
princesa boreal collar de aurora
mojada con el agua
enamorada de la hondura.

28.

Este beso tiene algo de nosotros que no conocemos:
un beso.

29.

mi silencio incluye tu distancia
Ya no eres nunca sin tiempo
eres antes

30.

…y pero tu tierra azul
me fue cerrando perros
mi noche se quedó sin alas.—
cayó la música
como una bandera vacía.
Entonces se dijo
que las palabras significaban
y mi perro cerrado se levantó como
un perro

31.

Hoy me subo a mis palabras
sueno en la caña
lanza de mi grito
y me duele la sangre que te escribo

32.

…Y se abrió la soledad
el lento horror de lenguajes diferentes
El silencio inimposible
de gritar tal vez por dentro

dimensiones
distintas

33.

Estoy esperando la mañana para contarte que soñé
con tu hijo.

34.

cierro los ojos y estrellan luces fugazmente.
no ha habido el tiempo
no puedo decirlas.

35.

Como las primeras hojas del otoño
jugando a haber sido mariposas
los pétalos de la poesía planean
Y caen a mi corazón.
Allí reposan, y se hunden
por los densos hormigueros
y recorren mil vetas laboriosas
relámpagos de hondura que las llevan
hasta una desembocadura de rosas
Yo andaba como un túnel escapándose
tenía la mirada fragorosa
Se han volado de mí aquellos acechos
se han volado con tantas otras cosas
Ya sé tu nombre y un culto de labriego
me empuja por las cosas más hermosas.

36.
QUE EL FUEGO SE QUEME

¡Incendio! Está la calle atestada de peligro.
Hombres disfrazados de hormiga hormiguean
como burbujas incalculablemente.
Arrastran venas raudas, largas flautas donde se apura el agua como un urgente animal.
Nadie mira a nadie. Nadie recuerda nada.
El fuego embiste como un toro derretido.
Olas, lenguas, banderas, túnicas y bramido.
Las hormigas le clavan su aguijón chisporroteante. Las heridas del fuego son húmedas y vaporosas.
Yo estoy en esta esquina y no me pregunto por los señores asustados, por los amantes que se derriten en los calcinados colchones, por los cuadernos como éste que se van por la ceniza, por el carbón de los miedos y los besos con rumbo de humareda.
Ni siquiera pienso que podríamos haber estado allí, jugando a siempre, tú y yo, en un mañana cualquiera.
No.
No hay incendios para nosotros. No habrá mangueras escupiendo; gritos de socorro, reventadas ventanas. Habremos tal vez una inundación de mariposas, un caos de flautas incandescentes, un diluvio de palomas luminosas.
No me importa que se quemen estas casas. No hay tiempo más allá de nuestros ojos. No hay muerte ni dolor ni urgencia.
Toda la tierra nos asiste como un planeta que concentra su circulación, su pulsación de palomas subterráneas en la primera raíz de su naturaleza. Están dejando que el fuego se queme.
Ya le han sacado los ojos. Le han clavado una inminencia de agua. Ese mar vertical ya se desploma.
Cerca de mí hay dos señores en pijama que no se parecen en nada a nosotros.
No saben que han sido condenados a cuaderno perpetuo.
Me voy antes que me salpiquen con rincones.

37.
EL TELÉFONO

Tiene algo de buda o
perro echado, de tintero
de cabeza de toro
o zapato abandonado
misterioso caracol
si está callado
contiene en silencio todos los senderos
A veces se despierta con voz de grillo austero
y entre venas atmosféricas y magia tamizado
me trae el sonido más amado
la canción vegetal que yo más quiero.

En esta soledad él es mi compañero
cueva del silencio y corazón alado
a veces por el aire me lleva hasta tu lado
como un instantáneo y ferviente mensajero.
Él, que toca tu voz con quieto aliento
que contiene en palomar tu melodía
en su boca la anuda con la mía
y nos lanza hechos aire por el viento

Yo amo a este teléfono profundo
a su prolijo intestino casi vena
a su cráneo carbónico que drena
que me lleva por las glándulas del mundo

Es el único antídoto del tiempo
único cerrojo del silencio

38.

Creo que podría ser profesor
de geografía
Conozco cada río del aire quieto
cada costa cada labio
cada abismo del silencio
Mis alumnos no usarían
anteojos.
Tal vez calandrias
en las manos líquidas
tal vez mirada de mordaza
Todos lloraríamos juntos
al empezar la clase.
Hoy por ejemplo
enseñaría los desiertos atroces
con esqueletos blancos
de luminosos caminantes
Allí han establecido
sus cadáveres titilantes
algunos poetas que nacieron ciegos.
Dejaríamos para nunca
los oasis
Alguien habría inventado
la palabra teléfono
Si no fuera por esta hora
en que todo el mundo duerme.
Creo de verdad que podría
ser un mal profesor
tengo todo que decir
podría asustar a mis alumnos
Dibujar en un pizarrón de lágrimas
cordilleras de besos
cordilleras con diamantes
que se quedan atrapados
en la boca
ay los volcanes
ay la nieve y la llamarada
y la lava en soledad.
Conozco este planeta de callar
con manos de viento
con garganta tormentosa
con huracanes de cuadernos.
Les aconsejo que no se inscriban
en mi curso
Podrían hacerse adeptos
a la poesía
y en alguna última página
a un primer suicidio.

39.
UN LARGO SUICIDIO MINUCIOSO

Nunca te he contado que cuando yo no había elegido todavía mis pájaros, vivía en una casa con rostro verde. Allí fui feliz. Vivía en el amor sin conocer su nombre, y en mis sueños aún no había puertos.
Pero un día entró un pájaro ciego, con mirada de azufre. Creo que yo tenía la sonrisa como la tuya, como un castillo de marfil. El pájaro voló esparciendo miedo, salpicando sombras. Luego nunca pude olvidar la palabra pecado. Alguien arrancó las rejas de la casa, profanaron las flores, usurparon raíces a la primavera, echaron escombros al río que ciñe aún el terreno y la cintura del verano no tuvo nunca más guitarras.
No he vuelto a ver la colmena estelar, la noche de Casuarinas con mil luciérnagas ancladas.
Esas hojas que arrancamos juntos para palpar el olor del eucalipto, la savia en voz alta de la hiedra, me recuerdan el olor de mi memoria virgen sin ronquera aún, como los pies de un niño. Y desde que empecé a dejar de rezar, a perder de vista el miedo y mucho más la esperanza, desde que mi vida se volvió un largo suicidio minucioso, no había vuelto a anticiparme al nombre del amor. A sorprenderme enamorado. A encontrármelo dentro sin haberlo hecho pasar.
Qué me pasa con vos Marilói?

40.

El amor me condecoró la boca
con esta urgencia de versos

no quiero suicidarme de silencio
puedo besarte eso sí,
permanecer callado
como una flauta perfecta entre tus labios
la canción nos crece por adentro
y la escribimos con galope de relámpagos.

41.

ven, bébete mis manos en celo.
bébete de un sorbo mi deseo
como un monstruo acechante y oculto.

42.
LAS FOSFORESCENTES TROMPETAS

La música desordena manantiales
en mi pecho
desata relinchos
sopla los molinos de mi sangre
y hace saltar tu rostro
como candente
mineral eyaculado

amo su rastro de gases derramándose
su lacio paso de pez o de gaviota
amo sus manos de tules y de oxígeno
su cuerpo gaseoso y llamarada

amo las trompetas de metálico
vuelo
cóndores de oro transparente
flechas huecas de cristal fosforescente

43.

Dónde han dejado el resto
de estos cadáveres
el expoliado cuerpo del alquitrán
esta sangre tenebrosa de planeta?
Miro en estas calles
el pedregullo engarzado
un poco como un desmentido cielo
constelado de las pequeñas
y las múltiples muertes de los hombres
tapas de botella
cristales de choques irrecuperables
cigarrillos retorcidos
indescifrables gotas de café
orina o sangre.
Esta selva para gatos
y vientos invernales
estos jardines para que paseen Dioses
de hielo
estos cementerios para que nadie llore
me recuerdan que nunca he pedido
auxilio
No quiero que los restos
las plumas los párpados
los rotos dedos de mi grito mutilado
se queden enredados
a este cadáver general desatrapado.
Mejor me voy
hay una plaza a la vuelta de la esquina.

44.
LOS INCOMPRENSIBLES GRITOS DE SOLO A SOLO

Ah! Jaron, qué inexplorable miedo de no saber cómo ni con qué ser amigo. De repente encontrar otro principio, una puerta donde ser nuevos de nuevo, con el miedo inicial a la mitad del camino.
De ir hacia nosotros nos quedaron gestos en las palabras, palabras que medían el mismo sentimiento, como casas que aprendimos a vivir juntos. Un día, de regreso (pero no de regreso del nunca), podríamos encontrarnos los dos en una puerta, los dos regresados al mismo tiempo a la casa de una palabra que nos soledad mucho tiempo. Y no preguntaríamos por las espaldas ni por los caminos ni los rostros recogidos en el exilio. Sólo retomaríamos un día que quedamos esperándonos, reconociéndolo todo como las golondrinas que vuelven al mismo campanario. No te entiendo, pero aunque pudiera, ¿qué conseguiría? Si en verdad, no se está más cerca por saber la medida de la lejanía. Sí, tal vez sirviera de algo, tal vez sería como tener el rumbo de volver, como saber por dónde el regreso. Pero a veces, se vuelve sin camino. De los más abismados espantos nos despertamos de mañana.
Y qué importa si cartas oscuras o laberintos de palabras o palabras claras pero vacías. Qué importa lo confuso del haberse ido, los incomprensibles gritos de solo a solo, si la claridad importa sólo en volver.
Amigo, no siempre estamos, pero nadie diría de nuestra casa que ni siquiera vive o un huérfano o un asesino que entran de noche por alguna ventana para calentarse el frío.

45.

Quiero apostar con todos los poetas
con todos los juglares y todos los
mentirosos de la tierra con todas
las bocas suburbanas de la historia
con todos los tinteros trasnochados
con todos los suicidas y los gatos
con los conejos las moscas y los peces
con todo lo que ha estado enamorado
quiero jugar contra ellos mano a mano
boca a boca, solo contra todos
a quien ha dicho más veces la palabra
el nombre divino del amor.
Y luego quiero llevarte el trofeo hasta
tus manos, para ti, la hembra
más amada de la tierra.

46.

Empieza en los dedos de tus pies
deltas de pan y de firmeza
el continente donde desembarcan
mis besos como exploradores y
suben por las dunas perfectas
de tus piernas de subterráneos océanos
Empieza en cualquier poro
en cualquier centímetro de piel enamorada
en el agua vegetal de tu cabeza
en tus párpados donde no hay nada escondido.
Empieza en tus manos a veces
en tu aliento donde vive la sospecha
en el olor melodioso que dejas cuando pasas
en tu nombre si no estás, cuando te nombran
empieza, empieza y sigue
empieza en mí, porque te traía conmigo
como un hambre de milagro antes de hallarte
antes de que hubieras sido siempre
como una cueva sagrada.
Empieza y es la primera gaviota de la tierra
el primer amanecer sobre la nieve
y mi corazón reconoce su demorado nombre
desde su hondo trayecto de extravíos
como un ciego de manos luminosas
Empieza constantemente, siempre
como empezaba antes de llegarnos
igual que una exhaustiva geología
que preparaba la fertilidad para la rosa
Empieza en cualquier cosa, a la mañana
en el cuaderno que me llama blancamente
en tu imagen que es el primer recuerdo
como un faro en la niebla
Empieza siempre interminablemente
como toda el agua de la tierra
de innumerables raíces en la atmósfera
de infinitas arterias hasta el mar.
Empieza y me lleva hasta las vetas
de tu cuerpo templario de altares y escondrijo
allí enumero la redondez de las naranjas
mido el olor total de los jardines
y escondo todas las espuelas de la luna
en la marea envainada entre tus piernas.
Es el amor ya lo sabías
que lleva las infinitesimales cosas
de mi vida a tu nombre y tu recuerdo
como a un continente de eterna subsistencia.

47.

Cuando tú y yo hacemos el amor
nos asisten todas las flores de la tierra
los ingrávidos besos de los cardos
el cardíaco semen del manzano
las rosas que elegí para tu nombre
y los alelíes que no sé cómo se besan
Pero cuando somos el amor
cuando lo éramos y cuando lo seremos
Dios se acuesta con la eternidad
para engendrar la primavera
que trae una ofrenda de canciones
para ti que fuiste un sueño en demasía
de Dios cuando duraba solo.

48.

Cuando a veces
me miras como el pan
me dueles ese
hambre de tiempo demorado
que nos esperamos mañana.

49.

Un poco de vino para imaginarte
un libro de poesías para oírte
un jardín perfecto para sospecharte
Y luego vienes tú y comprendo
que no hay ninguna imagen que me alcance
que eres mejor que los mejores sueños.

50.

100 pinceles para tu cara
todas las flores para tu olor
todas las mariposas que flotan la mañana
para poder tu mirada
todos los vientos para tu voz de camalotes
flotando en la luna
y sólo yo para tu distancia,
retrato absoluto de la soledad.

51.

Si yo tuviera cara de fusil
andaría por la calle escupiendo
matando disimuladamente
El ojo de aquel gordo en esa esquina
me tiene preocupado
se lo voy a pinchar con mi nariz
como si fuera una líquida aceituna
y se lo sirvo en el copetín al ingeniero
que viene a comer esta noche.
Pero sigamos fusilando cara a cara
Me olvidé de decir que el gordo es un magnate
que trabaja con el ingeniero ocultamente
para construir fusiles que se parecen a mi cara.
Por ahí hay un tenebroso capitán
que todavía juega a los soldados
—Los de plomo los tiene siempre limpios—
Pum! por no lavarle los pies a tu chofer.
Ahí viene ese geométrico policía
a pedirme la licencia
de portación de caras.
Que levante un alegato a este relato.
Que le proteste a la biología.
Yo no tengo la culpa de no haber visto
Nada más que películas donde hay revólveres
Las otras me hacían dormir
Y sigue el pesado con su retahíla
¡Que ya le he dicho que no tengo!
¡Nunca he ido al tiro Federal!
Mi puntería es muy mala
no tengo acciones en fábricas de pólvora
¿Cómo? Que me va a llevar a la seccional!
Mejor sería no tener cara de fusil
voy a cambiar de tema.

52.
EL PÁJARO MAGNÍFICO DEL BESO

Jaron, escribirte una carta es fácil. Tu nombre es un caballo (tu imagen es un caballo ensillado con un nombre) para ponerme en la garganta desvencijada y arrastrarla como a un carro viejo haciendo ruido a herrumbre de silencio.

EL PÁJARO MAGNÍFICO

Querido Jaron. Pienso a veces por qué cambiando el nombre esta carta a cualquiera podría entenderse como para una mujer, o de una mujer. No es regla, pero cuando entra en juego el mecanismo de todos los «heteros» (el único que conozco es el sexual), se es capaz, somos, mucho más capaces de nosotros mismos. Entonces la sinceridad.
Ése es el lugar. Si ser es ser verdad, o soy sincero y lo muestro pocas veces, o soy mentiroso. (No es lo mismo.)
Con vos siento que de todo me saco los obligatorios zapatos, como animándome a parecer como soy y poder conformarme después con ser como parezco.
Entonces es allí donde yo y nadie más (dando por francos a todos) le veo cierta actitud extraña a la carta.
Se me enderezan los túneles. Se ve del otro lado.

PÁJARO FUNDAMENTAL

Creo que porque se nos da y lo necesitamos, siempre hay alguien que nos sirva de espejo. Cambiar de espejo es no tener la certeza de medirnos siempre con los mismos números, y es peligroso. Al final de cuentas somos de testigos, y no tener uno constante es perder contacto con nosotros mismos.
Pocas veces te dije que te quiero, lisa y llanamente; en realidad es como se quiere. Sin metáforas ni escondrijos para esconder la cara (la que sea), que nos cuesta enfrentar y dar.

MANIFESTADO

Hoy, yo andaba con mi carro de lujo, y me enteré que hace tiempo habían inventado algo así como el automóvil y el avión y el cohete que, qué ridículos, vuelan y se mueven solos. Los vi. Los vi y ahora los creo. Por eso mi carro está lleno de herrumbre.
Tal vez por eso una carta con tu caballo, una carta con motor como ésta, sea la primera en que te pueda decir que te quiero, con las únicas palabras que corresponden.
…Y pueda desde muy adentro firmar rolfi, con minúscula, como una flor seca a Cristo el veinticuatro con jardines.

EN EL ESPEJISMO DE QUE TENGO OÍDOS

Hoy he vuelto a olvidar algo. Una carta de Graciela está en un libro de Vinicius de Moraes. Me hace acordar a un huevo frío que en algún lado… También me olvidé de eso.
Cuando se ha olvidado tanto que ya no queda tiempo, se grita.
Esto es un grito: ¡¡¡NO TE VAYAS!!!
Siempre parte algo que no se alcanza. Se grita para pedir: ¡¡¡Espérenme!!! Tal vez el por favor no suena muy claro (tal vez porque se corre).
No tenés barco, Jaron. Pero puede partir el tiempo. La espera entonces ya no me sería vigilia. Entonces faltaría yo también en la medida de un llamado. Pero el llamado parte también, y el muelle es un sitio de soledad. Entonces sí, ya no se tiene otro grito que el del último silencio.
Jaron amigo. Jaron mano. Jaron silencio. Jaron bueno. Jaron Jaron.
Todo está de una manera. Y el silencio que música vacía. Y la sombra que dolor occipital de rastro. Y la nuca que soledad de los que quedan. Y los otros que se mueren, penetrados del odio que no les pertenece. Y todo que algo.
Y vos que Jaron. Vos que todo lo que vos. Como la única manera de que seas. Como la sola forma de que faltar sea ser irreemplazable.
Jaron, que se nos van los días. ¡Y qué lástima! ¡Y qué importa! Si estamos siempre juntos.
Querido Jaron, cualquier día en cualquier parte (todos los días, donde sea).

ÉSTA ES UNA NAVE AL SILENCIO

Si fuera tan macho no tendría
vergüenza de besarte en la boca.

Me avergüenza la vergüenza. Chau, hasta no sé cuándo.

53.
VASIJA DE CORAZÓN

A veces, de tu vientre caen jaurías
de renunciados aerolitos
por venas de derrota
y desocupación
Es el otoño, tu éxodo de sangre
es cuando la seda vuelve a la tierra
y el gusano se hace mariposa
es la hora en que tu vientre terrestre
mastica la hojarasca humedecida,
con rumbo de nube
con instinto eterno de clorofila.
Amo tu menstruación, la lava
de tu vientre volcánico
los encendidos despojos de enterradas
atmósferas, tu galáctica savia
desmoronada, nieve herida
desatada cúpula.
Amo esa camisa de fuego
que tus íntimas ramas se desvisten
amo tu ejército de hijos
cayendo postergados
con algo de vencida hiedra
con campanada de ceniza
con escombros de paloma.
Amo ese innumerable cadáver
que te desorbita y duele
ese turbio deshielo de pan cenagoso
ese río de alas rotas
ese derrocado follaje de veranos sumergidos
esa dimitida cabellera mineral
ese dolor de destitución
que te tirita y te proclama
huerto de todas las rosas
mujer ante cualquier invasión
morada de la primavera.

Frase prohibida = (mis besos te buscan como ávidos vampiros)

54.

Estas ventanas, amor
con el múltiple beso de la lluvia
mordiéndolas con desesperada impotencia
amor, esta mañana
se enhebra por mis venas
como el olor de los árboles
nos habitaba a veces
cuando caminábamos por tu vereda.
Quisiera contarte
cada cosa que toco
cada desolación que mis ojos van creciendo
pero no tengo versos suficientes
ni suficientes palomas en mis versos
y esta lluvia que late
con diseminado corazón el techo…
Es entonces ésta la soledad?
esa que se demora en los espejos
esa que hincha el silencio
en los desmantelados muros
de los destituidos templos?
Estoy solo y no
pero estoy solo
llevo tantos destierros en la boca
y mi verso te busca amor
entre las cosas amor que me aniquilan
y a veces te toca, amor, te toca
te besa te ama te moja
y a veces me muere
como una paloma, aquella
en medio del océano infartada.
y esta luz y este aire
que me manipulan
Es la hora
amor de estas ventanas atroces
de esta mañana sin palomas
sólo barcos
con sirenas lejanas
y esas otras
amor, esas otras que nos nombran.
Cómo es tu mañana?
aquella de doradas piernas
un poco demorada
entre las demoradas sábanas del alba.
Cómo van los pasos de tus ojos
por esos pasillos venales
y las fotografías
en los muros que yo no miraba
pero que ahora reconocería?
Cómo son los silencios que me nombran?
y las palabras que me olvidan
cuáles son las manos
que acarician el plumaje del aire
que ya no me reconoce
La muerte es la única distancia
sin partida.
Y por nombrar cosas idiotas
la guitarra del aire
sin dedos
o tal vez mi corazón
que tañe
y este cuaderno amor
que me sostiene
como tu nombre
como un escudo
pedestal terrestre de mi boca
y la ventana donde
rebota
la lluvia que también está sola.

55.

Eres silencio, sin embargo te hablo a veces
como ahora.

56.
ANTOLOGÍA DE JARON

Amigo, un día nosotros
hacia el silencio que se alarga a cada carta
volveremos como al silencio sin principio
hasta la primera palabra.
Hoy olvido por los dos las flores
la tierra es un barco desnudo
el pan nos viene sin campanas
amor amigo amor
vaso que agua en sed. Nos basta
amigo, amigo amor
ésa es tu locura de la estirpe humana
ése es el pecado si el acero el número
pero qué importa! ¡Canta!
bébete las venas
borracho de mi sangre vana
que yo existo de verdad si tú me pasas
y tú que tú como si fueras
antes y después de los espejos
existes aunque yo no sea.

57.

En alguna parte estás, pero tu vez no es
mía
por eso, o porque otras manos atarean la
marea de tu sangre.

58.
PEQUEÑA MÍA

Pequeña mía, camoatí de melodías no inventadas, cueva de flautas pastoras del oro
Quiero hablarte a veces
sin decirte nada. Pasear
de tu nombre por la atmósfera, volar de tu mano por la música, acampar en una mariposa y clavarme una manzana para tener un corazón.
Tal vez en las olas del tiempo, tal vez con las prestadas sandalias del destino, tal vez porque sí, porque dios, porque caminos; yo no sé por qué pero nos encontramos.
Ahora me parece que saliste de una profecía, que a través de muertes y mañana vine buscándote y que ya mi brújula puede echarse a dormir como un fiel perro de caza. Tu voz es la medida exacta de mi oído, tu cuerpo es el barco de todas mis tormentas, tus ojos tienen enterrados talismanes, tu pelo es el país natal de mis caricias.
Tú me indultas lo más arduo de ser hombre: ya no me pregunto por los irrespondibles Dioses. De repente comprendo que vivir era una búsqueda y puedo dormir calentado por el fuego donde se queman mis gastadas herramientas de caminante.
Me he preguntado muchas veces por qué tejo estas redes, qué quiero pescar con mi poesía. Era tu alma, un pez originario. Pero las redes cayeron de tus ojos y estaban tejidas con hebras de vuelo de golondrina. Y no eran redes de atrapar, eran como manos de secar el sudor de las bestias atrapadas, toallas de sueño para los que nacen enterrados.
Me contaste que te amamantaste de lámparas, que pacía en los espejos de tu cuello sus raíces de luz la madrugada.
Me contaste que a veces te vertías por las ramas amargas de la noche y volvías hecha de rotura y extravío.
Me dijiste que tenías cementerios en la boca y algunas cruces en la piel y en las palabras.
Me contaste de dioses de diamante que bajaban con los ojos por el aire y me enseñaste a jugar a ser un dios de ésos.
Y cuando te tocaba yo tañía el universo.
Me contaste tantas cosas, por ejemplo que la boca no era herida ni dolía, que ése era el sagrario de las profecías, que todo lo que hacía era de besos.
Me enseñaste a jugar a los naufragios. Yo tenía alguna sal en mi madera. Pero tú eras mares diferentes y me devorabas y me devolvías.

59.

Mujer fundamental, veta de gacelas
mina donde surge la mañana
guitarra genital del alba
telar profundo de la primavera
Mujer, hondo cuerpo de flauta
donde vivía la música primera
tus ojos son frutas de lejanas tierras
tu alma tiene soledades de otra raza
En ti vinieron a abrevarse las estrellas
A ti bajaron en manada las galaxias
y en tu vientre pusieron una lámpara
y pintaron tu sonrisa con espera.
Se te hincharon de pétalos las venas
tu corazón se transformó en campana
y todo tu cuerpo era una casa
tu mágico cuerpo de alfarera.
De ti salió como la luna llena
era un pan de arco iris una espiga
era el número total de las vendimias
era el cuerpo de todas las cosechas
Tú le diste a beber cada paloma
tú sembraste la música en sus dedos
Y ahora tiene el corazón de vuelo
y mirada de mansas mariposas
Sostenida de latidos atmosféricos
pasó por mi lado como una flor de atmósfera

urgente salto de mi memoria
en ella descansaba un viaje eterno
Por eso mujer, madre del agua
quiero dejarte mi flor hecha de frío
un poco de equipaje de caminos
como el alba lamiendo tu ventana
para que a la hora total horas afuera
tengas aún mi corazón de página
como un humilde altar que te consagra
desde lejos mi madre verdadera

porque pasé a buscar la vida por tu casa.

60.

No hay
una sola quebradura en mis ojos
una sola ruptura del aire
no hay un solo momento en mi día
que interrumpa la catedral pujante
de mi memoria levantada
No hay un tajo en el silencio
por donde no se escapen ráfagas de canto
buscándote tu cabeza lejana, continente de mujer y de niña
No hay una palabra donde no capulle tu
nombre
una habitación donde yo entro
que no se ilumine de tiniebla viva
de silencio palpitante
de distancia encinta.
El amor viene (vienes) conmigo
como un arco iris para mi cabeza
como un halo de luciérnagas para mi
sonrisa.
Ya te he dicho todo (ya toda mi boca)
pero mi voz no quiere reposo
quiere trompetas calladas
y silencios que gritan
el sonido de las islas solas
el sonido del incendio en una isla
todo para construirle casas a tus ojos
chozas de saliva
trincheras a tu boca nocturna
donde encontrarse en sueños con la mía.
El amor va conmigo
es mi bastón, mi linterna incansable
y mi guarida.

61.

Una mañana de lluvia tenía los ojos con
hache linyera en el zaguán del tiempo
redondo de frío y de hambre
extendió los ojos como manos
despidiendo un barco alucinado
lo encontraron muerto de locura
pero él ya viaja en el barco.

62.
DEL CIRUJA

Así es mi amigo
hay que andar muchas veces una calle
para ser amigo de la vereda
Recién lo digo
después de haber dejado sombra tiempo
taco y seda
sobre el mosaico que no siempre
tuvo umbral para mi abrigo

63.

En la gran ciudad cada persona que se puede
encontrar y no se encuentra es una despedida
Cuántas despedidas pasan por mi lado.

64.

A bordo de la luna

65.

el albedrío de mis noches
no te alcanza.

66.

el silencio llega como un lúgubre emisario
todos lo dicen a la hora
del albedrío sin cadenas
Todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos.

67.
LENTAMENTE HERIDO

Mientras la cabellera mojada de la canción
resbala por la piel de mis bronquios
como un látigo enamorado
Miro los barcos debajo de esta altura
como cisnes o adormecidos camalotes
El cuerpo turbulento de américa
golpea mi ventana, ruge su desnudez
de hileras y casas
la ancha vagina de su puerto.
Allí fue, allí pasó mi escondida historia
mi desenvainado destino mi rastro que me buscaba
los pies por esas calles que eran las que a veces
mi memoria vacía no conseguía inventar.
El llanto es un sonido nupcial que hay en mis ojos como una casa hinchada de silencio. No puedo llorar, muerdo mis sueños como viejas uñas. No nos tocarán campanas. No nos correspondía otro milagro que el dolor luminoso de sentirse vivo a cada muerte que nacimos con las raíces ensangrentadas Voy esparciendo cadáveres, cementerios de sonrisas mi rastro es el inventario denodado de un profético veneno. He llegado hasta ti con pies de muerte con paso de fogata con mirada de turbio martillazo he llegado como un capitán de suicidios postergados a tasar la exacta medida de mis dientes a saber el número total de mis delitos. Ése es mi homenaje para ti. He llegado de sangre con corazón sangriento ileso de mí pero lentamente herido, llegué con pie de llamarada. Pero de repente habías sido, y estabas ante mi tiempo como una isla hospitalaria como el profetizado altar. Y en ti era una cara toda mi mochila de rostros, toda mi sedienta exhausta cantimplora de nadies. Todos mis olvidos te recordaban. Te parecías a las cosas más simples, al pan y al agua a las sábanas y a los amaneceres con llamadas y a las calandrias indescifrables entre misteriosas ramas a algunas cosas sucias como uñas entregadas y a todas las cosas limpias. En ti no había otro delito que la vida otro pecado que no haber sido todavía eterna. Te vi y es verdad que me encontraba. Una manada de ventanas me golpeó la espalda, de mis ojos volaban como hojas secas todas las fotografías y todas las cartas. Yo ya venía de ninguna parte. Cómo poder recomenzar este camino hay demasiadas flores no puedo detenerme ni mirar atrás, todos los pasos a mi espalda siguen conmigo

68.

Estoy vivo a patadas a mordiscos a párpado
a gritos a espina desaforada
y raíz al galope.
Catarata de pétalos
desbocada marea
alas y tajos en un solo vuelo
Y de repente como el torrente brioso
me anudo al lago de tu imagen
y soy paz.
Es el amor,
Estoy enamorado.

69.

(Perdóname,
yo sé que tengo derecho de gritarte
sé que soy superior a ti porque soy hombre
y si te retobás te cago a palos
pero ponete mis besos como una bufanda
y pisame la lengua
y si querés meteme las tetas
en los ojos que yo te voy a seguir diciendo que
te quiero.)

70.

¿Qué pasa Clementina?
¿Quién tocaba el timbre?
¿El padre Azcárate?
¿Tendrá miedo que publique
mi libro?
¡Los tengo!
¡tengo al clero en un puño!
¡Compañero Alfonsín!
¿me oye?

¡…que tengo el clero en un puño
Presidente!
(si supiera que dentro de poco…
yo…
yo mismito…)…
¿Cómo?
¿Que ya había sacado otro decreto?
¡Cagamos!

71.

El lápiz es el testimonio de mis ideas.
A diario recojo el mundo, y escribo lo que
se me ocurre. Pero, ¿qué se me ocurre?
El lápiz es el testimonio de mis ideas?

72.

Las sombras son testigos
de las cosas

73.

La gente que no es cariñosa es lo menos intelectual que hay. La gente que no se prodiga cariño lo hace por poco intelectual, por corta de alma y de inteligencia.

74.

Quiero decir el cielo y tu nombre se derrama como un manto que no puedo riendar.
Quiero decir el río desenrolla su charla de agua y digo,
tu imagen pasa
como el viento de un río,
Quiero gritar mis ojos para que traigas las anclas y no se ahoguen
Quiero susurrar la mirada de mis manos y tus contornos no me
escuchan,
Quiero decir y te llamo,
la ola del ocaso segrega un altar.
Ésa es tu imagen y Yo vivo de tarde
Mis manos se derriten esta noche como un agua
sin vasija
Mis manos no tienen la mordaza de las tuyas
y gritan.
Quiero gritar mis manos y no puedo detener
mi bote tan pequeño que se va tras ellas.

75.

Voy a tratar de ser amigo mío

voy a tratar de preguntarme cosas
me voy a regalar un montón de termómetros
un kilo de balanzas
un litro de espejos
todos los barómetros que sean necesarios
un alambique si hace falta
y voy a romper ese reloj insobornable.
Y me quedaré conmigo a pasar la noche
el día la semana
el año el siglo,
la eternidad completa
sumergiendo instrumentos
analizando piedras
tomándole la fiebre a mi sonrisa
leyendo abecedarios de silencio
hasta responderme
hasta saber quién soy.

76.

Voy estas fosforescencias
por la orilla de la vida
a veces un poco horario
tantas veces nunca
tanto siempre nada.
Me parezco a las luciérnagas
pero cuando no me enciendo
es que no existo
no tengo otra estadía que la luz
otra palabra que el beso
Sáquenme de encima estos nombres
como muebles antiguos
esos baúles incógnitos
y los pequeños cajoncitos
de hacer cosas útiles
como entrar en las peluquerías.
Yo no me corto nada
tengo demasiado poco
me dejo crecer la sombra
admito cada habitante
Sonrío al que me sonríe
después me apago
soy noche
existo tiniebla
pozo desparramado.
Y en invierno no hay
luciérnagas.

77.

Entonces me preguntó que cuánto faltaba y yo le dije que dos años y me dijo que bueno, que gracias porque era feo quedarse con esa ansiedad indefinida de no saber cuándo. Entonces no volvimos a hablar, y yo no vine a escribir esto para verlo después.
Hoy es después y atravesé un largo olvido y ahora estoy ante mi precaución de hace… ¿cuánto tiempo hace? ¿Cuánto faltaba? ¿Para esto? ¿Para esto faltaba?
¿Cuánto faltaba para qué?

78.

Ahora son las guitarras lloviendo
escalofríos
cuerdas tiritando
aire aterido de canciones-silencio
párpados temblando
un poco de grillos derramándose
espumosa madera
y tú surges de todo
como un vapor de fotografías ausente
y poemas no escritos. Y tú
y yo escribo
Tú y estas guitarras.
Follaje de aire
hojas que chocan y titilan
estrellas de tiniebla,
la soledad es terrible
voy a escribir esa frase
la soledad es terrible
Y estas guitarras apuñalándome
con pétalos.

79.

tu boca es la desembocadura del
alba
manantial del universo
cerrojo de palomas emigradas
y además la canoa de mis besos
y la quilla de tu lengua

80.

as never
as possible

81.

Entre la nieve ordenada de estas páginas
guardaba como el secreto hondo de las flores
nuestras fotografías (polen)
Y mientras soltaba barcos de papel cargados
con mensajes anhelantes hacia mi memoria
tu imagen se caía
llovía escondidamente sobre las frías baldosas.
Alguien las recogió y me las entregó reconocién-
dome
Estaban frías
Pero somos los mismos sobre el papel que nunca
pierde la memoria. Qué miedo tengo de la tuya
y de la mía.
Porque si caemos los sueños sobre las baldosas del tiempo
nadie recogerá nuestras almas. sin imágenes
vacías.

82.

Como un hechizo, surge entre vahos de silencio y delirio
el milagro peninsular de tu cabeza, como un faro
para las naves de la espera

83.

Quisiera ir a vivir en una flauta
para que cuando tú fueras a soplar
entrar sigilosamente en tu boca y
trasladarme dentro tuyo para
siempre como un parásito enamorado.

84.
IPAL

Un puto no tiene otra salida que fanatizarse con su desviación hasta el suicidio, o el suicidio mismo.
A todos los de Ipal les pasa lo mismo. María se les ha subido a la cabeza.
(Ipal es María, por eso es un camelo.)
Como a los putos obviando,
que a bastantes ya les pasó
lo de putos porque lo son.

85.

Creo en nosotros
en nuestras risas
Creo en mí
—si no creyera en mí no podría creer en nadie
creo en mí porque mucha
gente no me conoce
porque hay soldados en el Vietnam
(porque las madres dan hijas
para que yo me las coja)
porque al silencio lo beso en la boca
cuando me siento solo
porque hay gente
porque hay gente que nos venimos
por el tiempo buscándonos los ojos
porque hay alguien en alguna parte
que se va a casar
conmigo
¡Ah!
porque soy capaz de matar
se los juro
¿pueden creerme?
Y si pueden creerme, yo también
creo en mí por eso
y por lo de más allá
¡¡¡(rajá a la mierda pelotudo
no ves lo que me hacés poner?
y ahora ya está publicado.
Creo en mí porque hay gente que no
conozco y que voy a conocer algún
día
creo en mí menos cuando leo lo
que escribo
Creo en mí porque el padre Azcárate
me dijo:
¡No! esta vez no se equivocó el padre.
Creo en mí porque creo en mi mamá
pero mi mamá es los otros
Y dije que para creer en los otros debía
creer en mí
y si creo en los otros ya está
Y creo en Dios padre todopoderoso
porque hicimos las paces.
y me juró que no me va a
hacer picar por las hormigas
cuando
me quede dormido tomando sol.
Y creo
y creo que me estoy yendo
a la mierda.

86.

A veces yo bajo hasta donde el mar que es cielo techa un pequeño
mar de agua doble, donde las estrellas de los peces se reflejan
sobre una patena oscura y dorada dura y blanda, algodón y espada, pero
siempre tierra, donde tú guardas el secreto que te murmuré una noche,
una noche en que imprimí mi sombra como un árbol en la tierra
mi palabra se desplomó en ti como un pájaro en el agua hasta entonces
imblanda de un aljibe
allí goteó mi voz como el agua que se desenreda de las fisuras
y cayó espesa y única la palabra, la letra, el punto
que tú encofraste amor punto letra palabra grito.
a veces miro por tus rendijas dentro del templo y veo en el altar de
tu alma, sobre el ara de mi imagen un pájaro que abriga la
sombra de mi reflejo en ti que la vela paciente de tu amor
derrama.
Yo no tengo imagen de tu imagen tú la guardas por mí
junto a la mía; por eso encierras las más simples mariposas
de los ecos de mi voz que sigue conjugando: eras, eres fuiste y
eres y serás eternamente

87.

Creo en mí sobre tu soledad que arraso
como la lluvia
creo en mí como en tu silencio restañada
con mis lámparas de canto para siempre.
creo en mí como en un árbol
echadas a tu tierra las raíces de mis manos.
creo en mí porque te creo como los caracoles
guardan el mar infinito aunque no haya
testigos que lo recojan.

88.

cambian los bordes hasta que el
medio sea borde.

89.
VERBO ETERNO

tengo la sensación de que el agua es
un animal en total y que la tierra
es infinitos animales
el agua es cero y la tierra es numeral.

agua numeral

90.

Doy vuelta a todo la página.
Digo la última
la primera soledad me espera como
un vientre. Yo, como un vientre.
(la primera soledad es tan yo como un vientre)

91.
LA INSCRIPCIÓN

Encendemos la lámpara de música
nos invade ese silencio pleno que conocemos
infinito país.
Nada significa. Ésa es la eterna quietud
el movimiento infinito de lo que no cambia
el absoluto.

92.

Con manos clamorosas te busqué
como un ciego
como un gusano clandestino por el
cieno
recorrí cada poro suburbano del te-
rreno,
con lámparas de lluvia exploré cada
hormiguero,
Luego fue la desesperación identifi-
cando el veneno
El otoño me exilió a vivir en
sueños
Y vino la resignación del ciego que sabe
su destierro:
(Yo quería pintar el alba sin conocer los
colores del cielo)
Me eché entonces a dormir en un vino
amargo y lento.
Y ahora algo me sacude, me llama y
me despierto,
es la madrugada, la reconozco, la
estoy viendo.
Esto que siento está fuera pero ya estaba
adentro
no nos enamoramos, nos identificamos
nada más con vernos
nos reconocimos, el amor ya lo traíamos
de lejos
lo traíamos puesto como a un milagro o a un
instinto profético.
Qué me importan ya los dientes del
desierto
La sequía asediante la implacabilidad
del tiempo,
Dame tu mano de escudo abrevémonos
de besos
Entre arenas y cenizas siento que somos
eternos.

93.
EL HUERTO DE CHOQUI

Todo será recogido… tierra al fin… y Dios
en la última partida.

El valor de las palabras a veces es el de ponerse
de acuerdo para entenderse sin ellas.
Porque podríamos comulgar la misma luna
en un silencio de suave naufragio y sentirnos
infinitamente solos, como no saber
que compartimos ese lenguaje. Allí la mutui-
dad de nuestra asimbología, también debe
tener significados o la plena absoluta
confusión del todo. Como el silencio que es
todas las palabras. que será siempre el mismo
en todos los lenguajes.
si no tuviéramos sentidos, pero haberlos tenido
querríamos avisar que estamos en el pozo
y ni siquiera sabríamos que avisamos,
ignoraríamos si nuestras palabras ¿palabras?
van o no. si soñamos, si somos, si si.
como enviar un mensajero en busca de
auxilio… y la espera terrible de no saber si lo
han capturado. Sólo sabemos de las cosas,
que han sucedido. Sólo sabemos cuando han sido.
Es la única certeza que podemos. El no suceder
es una infinita vigilia y sólo se cierra en
el suceder.
Por eso importan a veces las palabras. nos
tanteamos la infinitud de nuestros ciegos
y luego nos echamos a la sombra para
callarnos en el mismo absoluto.
las palabras son símbolos de la inteligencia
de la mente el silencio es el espacio de
todas las inteligencias que no nos conocemos
el espacio del absoluto lenguaje de los muertos.

94.
LA TIERRA

No nos importa la tierra original
pero decimos cenizas.
No sabemos que es la tierra antes del primer
muerto. ahora clavamos las manos en la
tierra agua (de estrellas) [segunda] de aguas
muertas vivas

y decimos que es hombres.

allí nos conocemos. (Nos bastan dos
puntos en el vacío para tener rumbo, pero
no menos)
Aquí es nuestra soledad. Todo nos volvemos
(el principio del infinito es ser siempre
la misma cosa. nunca dejar de empezar
y ser siempre fin. principio y fin, la
misma cosa.)
Nos toca nosotros. y ser es aquí y ahora
sitio de testigos alto acecho de torres que
todo lo existen, todo lo están.

95.

Barro de ojos. designios astrológicos.
imperativo de la luna obedecido.
Polen de estrellas.

96.

Sacudirnos las estrellas que nos subor-
dinan.
O acatar
asumir el designio de las profecías
seguirnos en los hombres y en la
historia

97.

El trasbordo de la realidad a los
Símbolos

98.

La eficiencia de todas nuestras
compuertas y pulsos.

Choqui querida
siempre beso la boca
absurda del silencio.

99.

Durante siglos descubrí y abrí puertas
en muros. No llevaban a ninguna
parte. Pero ya el solo hecho
de develar el misterio de que hubiese
puertas ocultas me avisaba un
pasillo que aún espero. ahora abro
esta puerta. la pirámide completada
y me quedo con la eternidad, el
último instante es el tiempo
absoluto la inmovilidad del infinito
Todo lo abarco y lo comprendo, lo
soy. La última puerta.

«escrito aparecido en la pared de
la habitación donde apoyaba
la cabecera de la cama de
Ernesto el día de su muerte.
La tinta correspondía a la de la
birome del médico que confirmó
su muerte.»

100.
EJECUTAR

territorio
ininteligible

*

declamar, reclamar muñones

101.

El follaje de mis sombras
hebra

102.

Generalmente después de sucedidas las
cosas tenemos la única certeza
posible, el pasado. Y también es
el momento en que comprendemos
qué fácilmente suceden. Allí
entonces medimos con la boca
del asombro el número del
peligro o la potencia que habemos;
lo uno en el caso de entender
que cerca de la muerte se está dia-
riamente a una distancia de
imperceptible «casi»; y lo otro en
el caso de arrepentirnos por el tiempo
perdido, por la cobardía de no ser
capaces del riesgo que al final de
cuentas es común a todas las cosas;
Esto último sucede, cuando vemos
consumada una empresa de que no
fuimos capaces, pero sólo en el
plano de la iniciativa o de la decisión.

En un último instante todo
nos acude a comprobar
nuestra potencia: ¡Pude!
¡Hubiera podido…
y las lamentables equivocaciones
hubiera podido pero ya es tarde
y las aún peores, era posible
cuando pensé que ya era tarde,
pero ahora imposible y siempre
cada vez es más tarde y en
verdad nada sería anticipar-
se. Siempre tenemos miedo
de la inoportunidad, cuando
en verdad la única es la
falta total de ellas, el
absoluto nunca, el no.
prudencia es mueca, lo
menos de un tiempo y la no
prudencia no significa imprudencia
sino vigencia. Es característico
de los indecisos (otros adjetivos también)
respaldarse en argumentadas precau-
ciones de las que hasta ellos mismos
llegan a convencerse.

103.

Yo algún día soñé con este día,
y hoy no puedo despertarme de ese sueño,
porque sueño sin soñar, sueño despierto.
Yo quisiera estar soñando todavía.
Oh, qué hermoso espejismo el sueño que dormía.
Ah, qué cálida luz soñar viviendo.
Ay qué oscuridad cuando quedan los recuerdos.
Yo quisiera estar soñando todavía.

104.

Así lloran los hombres
con lágrimas secas y sollozos callados.
Así lloran los hombres,
los hombres no lloran, son machos.

Todos van por la calle, ésos son los hombres.
De la mano llevan sus novias y esposas.
Yo no soy un hombre; son ésos los hombres;
ellos no están solos, por eso no lloran.

105.
OH PRIMERA HERIDA EN LA PIEL

Oh, bautismo de amor que yo te di,
yo te bauticé en el nombre de mi amor
Oh primera herida en la carne que herí
oh primera espina en la piel vacía de dolor
yo te di la madeja, tú tejerás la lana
digestión
de semillas
en estómago
abonado

106.

Toda la furia de este silencio
al que le soy unas olas que rompen
sobre la playa de la soledad.
Quiero medirte con las manos
Quiero medirte el silencio con las
manos como explorándote
No me dan miedo los capitanes
Ni los soldados muertos sobre tus
inatestiguables espantos, no me
espantan tus indios pintados de
silencio ni tus ratas sol.
Todo lo que quiero es medírtelo
todo con las manos para después chuparme
los dedos.
Todo te lo quiero, aunque no
sepa que me acechas más allá
porque yo sé que siempre sigues detrás
de un recodo y yo con una lámpara
te enderezaré el sol doble, como en
un túnel donde se ve la salida.
Todo te lo quiero y todo lo que
te quiero son yo. Qué más
acaso puedo pedirte más
que yo mismo.
Porque ni siquiera me dan
miedo los campamentos de tu
historia ni tus túneles poblados
de esqueletos. Porque si quieres,
me defenderé de tus inDios con
lanzas y cuchillos que haré con los
huesos de tus muertos y si te
parece dulce me comeré las hormi-
gas con que devoraste tus capitanes
dormidos.

107.

Nada importa si estarás luego conmigo
Esperar el momento es remontar hacia una cima
Todo lo que pasa, son paisajes ignorados
Sólo tengo ojos para ti, amada mía.

108.

Tienes un nombre que repetía de memoria,
como si inconscientemente de la boca rodara
la piedra de una palabra despeñada de un monte.
Nunca supe, hasta hoy, qué significa esa palabra.

Ayer cuando te ibas quise clavar tu vuelo con un ruego
Quise poner en el arco de mi boca, la flecha que asesinara tu paso,
pero aquella palabra de memoria, había rodado de mi boca.
Hoy, con fruición infinita, la digo, llorando.

109.

Escríbeme el alma con la pluma de un ruego y con
tinta de lágrimas
Yo lloraré las letras por no haberlas silenciado
Yo contagiaré tu alma

110.

Yo quería decírtelo sin prisa
que esperaras y supieras que esperabas
Luego entonces la palabra llegaría.
Esperaste sin saber cuándo llegaba
y te ensordeciste de silencio desierto.
Luego vino, pero ya no me escuchabas
Cansada de esperar, ya no escuchaste
yo te amaba antes, pero fue poco eso
la palabra de amor te llegó tarde.
Luego en tus oídos las palabras fueron
como en el hermetismo impermeable de las piedras
tan sólo blando y casi
mudo viento.
Esa esperanza que tu alma ya no llena
es la que en la mía tu esperanza espera.

111.

acaso haber inventado el lenguaje
fue para poder mentir.

112.

lo mismo con tiempo y fuerza se tallan
el agua el aire la piedra o la madera

113.

Mientras está en silencio la ajena quietud
la miguita su paz.
yo soy el remanso que se acercó a la orilla
mientras corre borrascoso el río
todos siguen batallando, yo comencé a agonizar.

114.

Matrimonio de manos.
Viudez de penas.
Marchamos atados
por la vereda.
Divorcio de manos
matrimonio de penas
Camino solo
por la vereda

115.

tal vez en un primer momento todo
le agua
luego ya no sé si todo empieza
con la lluvia o con el más que nube

116.

Cuando tenga la real
bravura de los que pueden
ser mansos.

117.

En cada hueco blanco de este cuaderno
se detuvo mi alma y mi deseo a
reclamarte, y te busqué en el aire
para completar mis besos
para lavar el silencio de mis
manos en tu pelo tibio, para
despavorir mis miedos con tus ojos
como inundaciones de lámparas.

118.

Hoy es nunca.
El sitio de cualquier quizá
que nos encuentra.
Llegamos a nosotros.
El día nos sube a los ojos
por las cosas que vamos
Vas recogiendo tu tiempo.
un instante serás siempre.

119.

Empuñarte como un puñal y clavarte a mi lado,
contenerte en carcelero dique, agua fugitiva,
hacer una camisa de brazos que te embotelle,
es abrazarte con avidez infinita.

Ahorcar de un abrazo la persona amada,
Atarla, como la soga que circunscribe el cuello,
Y paladear con lengua de piel el gusto a piel de la piel palpada,
es sentir que el abrazo del alma aprieta un gozo inmenso.

Tender los brazos como laderas que se besan en un valle
esperando que un alma se desmorone dentro,
y volverlos como boca que bebió en un espejismo,
secos; Es el vano abrazo de un esfuerzo.

Sentir los brazos sucios de una hambrienta sed,
cuando labiaron un respiro ebrio de ansiedad
y se asfixiaron en un vacío desierto de ti
es comenzar, con avidez de luz, la ceguera a llorar

Sentir lo que se siente cuando se intenta inútilmente
asirse de una rama, cavernando algún abrazo,
Para descienagarse de la solicitud de la Soledad,
es sentirse como yo, solo y abandonado.

120.

las palabras las frutas tus
manos, el silencio con que
juego como con un gato
todas las cosas

la lluvia

cuando tenga la mansedum-
bre de los fácilmente bravíos
te llegaré desde la gente
manso como el silencio
y solo como las palabras
irreal como las cosas que
sólo son en los ojos
y si me preguntas
para qué he venido
me sacaré los zapatos
para mostrarte mi
vida y si no me preguntas
nada agregaré al tuyo
mi silencio redondo
para que bebamos los dos de
la misma soledad.

121.

el ocioso silencio de los barcos
dormidos

122.

Después de haber remado toda la luna.
entre los animales muertos y los gritos rotos
en tu bocado despeñado de luz
íntimo precipicio del pez sobre
la arena
en el musgo caliente que rodea
tu garganta más hambre
latiremos en silencio
como los barcos dormidos en los puertos.

123.

apenas se desenhebraba por
un alegre orificio de sangre
la bala. como si su carne se hubiese
puesto a silbar grotescamente
apenas se enhebraba por un pasadizo de su
mente un silbo de cordura como la
luz de un cerrojo.

124.

Sobre el labio de la nada
nos quedamos parados
como el testimonio

Una mano en los hombres
otra en el miedo

en dos manos era hombre.

Entonces nos quedaba entonces.
la única historia
y bajé los ojos

hasta tocarte el amor
con el silencio

Hasta entonces identificá
bamos las palabras
pero todo empezaba
a sernos más
que el pensamiento

125.

implacable atroz brutalmente
dulce.

126.

entrar en ti.

127.

sólo pude que hoy
no quiero verte.

128.

casi te di un beso.
Esto lo escribí, pensando que me
preguntarías qué había escrito.

ahora que lo has leído. (No vaya
a ser que no me preguntes qué he
escrito) ya sabes que si no
fuera por vos, o porque pienso
qué sé yo qué. hubiera
cambiado un papel por una
verdad.

129.

El silencio de mi pan se desangrará
en los dientes de tu insomnio

En el labio que sonríe tu locura
una golondrina como tu boca
se despecharía la luz.

Y yo quedaría
moviéndome
gestos feroces
con esta ininexistible actitud de
espacio
esta vívida medida de los muertos

profiriendo sombras
describiendo palabras feroces.
No.

Mejor salvarnos los ojos
medirnos el hambre con la piel
clavar los remos y el timón de los
barcos
quedarnos con las velas de la
sangre
involuntarios
en el incalculable designio
con la ferocidad de las estrellas
madurada en la ternura de
las manos.

130.

He dicho tres veces feroz.
tal vez porque quiero contigo
la mansedumbre de los tigres.

131.

He caminado por los hombres
poblándome los ojos
y todo se fue volviendo palabras.
Esto es todo.

Quiero alumbrarte con mis sombras
Echar el canto desierto del silencio
Para llenarte las manos con estrellas-
Víveme
Eso es todo
palabras

y aquí
quedarme tus ojos
todo lo existo como el silencio
que es todas las palabras

132.

Diccionario de quererte

133.

A veces no eras hasta que todas las veces

Beberte la historia que me venías

Secándonos el nunca
de los ojos vacíos de nosotros
en los días que nos llegamos.

134.

como un espejo en una habitación
donde todo está en sombras

135.

Escucha.
en la última lejanía
hay un mar que no tiene latidos

136.

yo no soy un hombre, los hombres son ésos
ellos no están solos,
por eso no lloran

137.

¿Qué decirte por que sepas cuánto lloro
si no hay lágrima que ablande tu silencio?
enmudece ese silencio que me aturde
yo callaré esta lágrima para escucharte atento.

138.
LA CAMA DE LAS FRUSTRACIONES

Un par de putas licenciadas en algo.

I

Ah, qué felicidad, qué felicidad. Estamos en verano, las camisas son prendiditas adelante, porque en invierno no hay suéter que aguante. Donde te lo querés poner se te ensartaron las lanas entre los cuernos. Está bien, la moda del cuerno con flecos. Deshilachados. Los chicos usan jeans desflecados y los viejos usan cuernos con flecos. ¿Qué decía tu mamá cuando eras chiquito? “Este chico no tiene mollera, tiene cuernos.” Ya te despuntaban los cuernos. Pobre madre, pobre madre, te tenía que acunar lejos de la pared, siempre lejos de la pared. ¿Y el moisés? ¿Cuánto medía el moisés? Para mí lo hicieron a medida. O te acostaban en dos canastos de pan. Gastaron más mimbre con vos para hacer el moisés que haciendo cinco juegos de living.

II

Lavarnos un poco la pija
peinarnos
ponernos ropa limpia
el alter shave
por aquí hay mucha soledad
arreglar vaginas y fingir virgos
mearle la puerta al italiano de mierda.

III

Mi madre llegó antes que las mujeres decentes.
Se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer.

IV

El italiano de mierda tiraba sangre por la boca y dormía con una muñeca inflable
las muñecas inflables no tienen pulgas ni se emborrachan
el que sí estaba lleno de piojos pulgas ladillas y sarna era el italiano de mierda
siempre estaba caliente y se pajeaba en todas partes
se pajeaba en el hospital en los velorios en la iglesia
ese italiano de mierda
ese inmigrante de mierda.

V

¿Qué le habrás pedido a los Reyes, que no te caiga otra postal? No se te habrá ocurrido vestirte de Papá Noel, ¿dónde te ponés el gorro? Ni Fumanchú ni Mandrake ni Fantomas pueden hacer que te entre. A menos que vayas a Los Gallegos, que ya inauguró, y te compres cuatro piezas de tela roja. Y una pieza de tela blanca para el pompón. Cuatro piezas de tela roja y cuarenta paquetes de algodón para el pompón.

VI

Todo empezó con una partida de dados
si antes de la tercera salen los cinco seises te mato
te juro que te mato
los cinco seises salieron a la primera
y al sirviente Perpetuo lo mataron a machetazos
sobraron machetazos
las mujeres y los maricones dan siempre machetazos de más
no es una regla fija pero sí bastante aproximada.

VII

Allegretto pizzicato para corno.

traducción: soy cornudo porque
mi mujer se alegra cuando le
pellizcan el orto.

VIII

Lo llamaban Tres Piernas porque tenía una pija descomunal
una pija valiente y siempre dispuesta a la pelea
mi esposa Clarita me robó los papeles del auto y se fue a vivir con el negro Tres Piernas
nada más que porque tenía una pija enorme descomunal y orgullosa
una pija tremenda
ella se sentía muy enamorada de la pija de su negro
la gente se ríe pero la situación es dolorosa
en estos casos el único que no se ríe es el hombre al que se le escapa la mujer porque tiene la pija débil
un caduco pellejo
en lugar de noble y recia
se desabrochó la blusa y le enseñó las tetas
besame aquí en las tetas
besame las tetas
yo sé que llevás muchos años queriéndome besar las tetas
te juro que no las vio nadie desde la muerte de mi marido
tenés que ser menos vanidoso y soberbio
menos asqueroso
criticás y murmurás porque sos un irresponsable
de muchas cosas no se puede culpar a nadie
de nada se puede culpar a nadie y tampoco al destino
me humilla que mi esposa me haya abandonado por tener la pija chiquita
una pija chiquita y arrugada
las únicas arrugas hermosas
las de las bolas
las mujeres están bien con un hombre encima
con un hombre clavado
las mujeres con marcas en las ingles
de abrirse y abrirse
tienen el corazón templado y la conciencia serena.

IX

Tené tus precauciones. Si suena el teléfono, más vale que no sea Movicom, si no se te engancha la antena en los cuernos y hacés cortocircuito. Si tenés una sábana a mano ponétela en los cuernos, porque en cualquier momento destapan una sidra y te la dan en los cuernos.
Cuidado con las cañitas voladoras, a ver si te prendés fuego. A ver si tenés que ir a dar al instituto del Quemado. ¿Te imaginás para tener que sacarlas de ahí adentro?

X

Un día empezó a salirme pus de los bordes de la flor del culo
mi madre me dijo tenés mala la flor puede que sea un grano
tu padre tenía siempre granos en el culo
cuando le reventaban dejaba todo podrido de sangre y pus
entonces yo le contesté también puede que sea un castigo de Dios
un cáncer que Dios me manda como castigo por haber estado acostándome con mi madre sabiéndolo
Gerardo Espinosa fue poco a poco dejando de acostarse con mi madre
me da asco vergüenza bueno me da como aprensión
pues a mí no a mí me da gusto mi madre me da mucho gusto
es una cerda que sabe dar gusto a los hombres
a mí ahora lo que me asusta es este cáncer que me ha salido en el culo
mi madre me dice que la flor está llena de pus
si la flor se me acaba borrando a lo mejor me muero
me gustaría saber qué les pasó a mis hermanos
mi madre volvía siempre a lo mismo
tu padre me mandaba hacer las porquerías con el caimán
nos revolcábamos sobre el suelo en el que siempre se amasó la tierra con mucha sangre de bestia o de hombre
eso no importa
lo importante es lo de menos
y el animalito me agarraba una pierna con la boca
enorme pero muy suave
el campo sabe muchas historias verdaderas
digamos el corral
lo que nos salva es que no habla
después me recorría todo el cuerpo
me mordía la nuca sin apretar
si aprieta me mata con esos dientes
me lamía las partes
las dos partes
me daba vuelta y me mandaba el pedazo por donde entrara
lo mismo le daba un agujero que el otro
yo lo guiaba con la mano para que no me hiciera un agujero más
las gallinas huían asustadas
el caballo rebufaba nervioso y la cabra se quedaba mirando como si tal
como si no quisiera que la vieran mirando
tu padre se reía mucho
después encerraba al caimán en una caja en la que lo tenía medio asfixiado
me tumbaba en la cama
me decía puta hija de puta
el enamorado insulta siempre porque cree que su amante es distinta y mejor
tu padre estaba muy enamorado de mí
puta hija de puta
me daba lo menos cien latigazos con el cinto
después me preguntaba que quién me había hecho las marcas y me pegaba más
si no me hubiera querido tanto no me hubiera pegado tanto
y me agarraba a lo bestia y me rompía toda
así no más
parecía un bisonte
con nadie gocé tanto como con tu padre
no se puede gozar más
debajo de él yo no podía ni moverme
quedaba toda rendida
tampoco podía respirar
a tu padre se le calentaba el cuerpo y la pija se le ponía como una brasa
afilada y ardiendo
necesito chupar esa pija bien gorda
cuando entraba me daban latidos en la cabeza
casi perdía el sentido
tu padre fue uno de los últimos hombres como Dios manda
uno de los últimos machos verdaderos que pisaron esta Tierra.

XI

Las mujeres no se dejan coger por desconocidos
mentiras como ésa pueden derribar a un hombre
no hace falta jurarlo
pero de todas formas lo normal es que no se dejen preñar por desconocidos
como Valeria no quería ser la excepción no quería dar la nota
cuando terminaba de coger con el gallego Carlitos se metía una aspirina en la concha y se la lavaba bien
enchufándose un sifón y apretando con fuerza
Valeria tiene una cicatriz en el nacimiento de las tetas
fue un mordisco que le dio su marido un casinero Augusto
le arrancó un cacho de teta y la herida le tardó en cerrar cerca de dos meses
¿qué es esa marca?
y a vos qué mierda te importa.

XII

Gerardo Espinosa tenía mucha fuerza
era capaz de doblar la reja del balcón con una sola mano
pero en la cama servía para poco
variaba poco
eso me lo confesó mi madre
en la cama era muy delicado pero no a lo vicioso ni ruin
y se conformaba con lo que le hicieran
jamás pedía nada e incluso era obediente y sumiso
¿querés que te la mame?
bueno
¿querés que te meta la lengua en el culo?
bueno
¿querés que te monte?
bueno
comeme la concha
bueno
meame en la boca con la pija adentro de la boca
bueno
pegame con el cinturón
bueno
decime que me querés más que a nadie
bueno te quiero más que a nadie.

XIII

Cuidado, cuidado cuando le vayas a poner el agua y el pastito a los camellos. Vas a trizar todo el espejo del baño con el agüita. Cuidado, cuidado, tomá tus precauciones. No te desesperés cuando te levantés para ver qué le trajeron los Reyes a tus nietitos, que vas a salir con el respaldo de la cama a cuestas. Con los cuernos vas a enganchar el camisón de tu mujer. Cuidado, cuidado, hasta el rosario de la pared vas a enganchar. No te desesperés. ¿Vos dormís con alargación de la cama en los pies? ¿A qué altura ponés la cabeza para que te entren los cuernos? ¿A la mitad o más abajo? ¿A tu mujer de besito de las buenas noches le besás las rodillas? Cuidado, cuidado. No, que tengas cuidado, no seas inconsciente.

XIV

Amémonos pequeños míos, disfrutando de nuestras bocas que derraman arropía
lamiendo, en sedienta agonía, los brillosos filamentos
y nos interesen un as las murmuraciones de los hipócritas de turno
que pretenden reprimir nuestros deseos con el fantasma de una dudosa muerte.

Apasionémonos amados míos y conjuguemos todos, estos jugos seminales
en uno y único maravilloso líquido que abarque los enardecidos cuerpos.

Cojamos pequeños míos, besando nuestros culos y colmando esa concha de otros cien besos,
que se abre, roja camelia de fosforescentes estrías, a la sequedad de las gargantas
y nos importe un carajo la imbecilidad que nos rodea.

Garchemos amados míos y que nuestras tiesas y bamboleantes pijas sean los mástiles de briosas naves
prontas a hender en un ponto de convulsa batalla
mientras escupimos sobre los idiotas que procuran acallar los jadeos.

Dejemos pequeños míos que los torsos se doblen de placer y los gemidos se conviertan
en gritos de anhelantes orgasmos
acallando las proclamas que incitan a futuras generaciones a consumir el deseo en la fidelidad.

Vivamos amados míos el frenesí del goce y del dolor
puncemos el espíritu y libremos aquel que está adentro
reventando al boludo mofletudo del arco y la flecha.

Revolquémonos pequeños míos en un mar de secreciones, mierda y semen
riéndonos de las maldiciones que están dispuestas contra nosotros.

Condenémonos a una lujuriosa noche, si es necesario, amados míos
levantando como bandera cuerpos sangrantes
culos, tetas, pijas, brazos, piernas, troncos
y enarbolemos para siempre el reino del PLACER
ese que nos fue negado con engaños, mentiras y perfidias.

Acostemos el cuerpo, amados, sobre la hierba húmeda y que los poros respiren
el privilegio de sentir
lúbrica potencia en celo
para que cabalguen muslos de hembras y machos.

Olvidemos compañeros la inútil conciencia
las repulsivas representaciones del amor
e impulsemos las vértebras a explorar calientes y excitantes lúmenes.

Busquemos amados míos, cálidos sitios donde armonizar la avidez que provoca la orgía
mientras observamos la rítmica danza de los cuerpos en constante movimiento.

Traguemos pequeños míos, toda la dorada lluvia de orín y excrementos que los vientres puedan contener
sintiendo el embriagante aroma que nos electriza
logrando el más sublime de los éxtasis.

Perdámonos amados míos, entre las tersas pieles de las doncellas prontas a ser reventadas
cuando sus frágiles hímenes cedan a la presión de las poderosas vergas
bebiendo sus virginales pérdidas exaltemos el más recóndito de los apetitos.

XV

Mi madre era puta fría
o sea puta mansa y no puta caliente
o sea puta brava
las putas frías no son viciosas pero tampoco distinguen
son putas distraídas
y no suelen cobrar mucho
las putas bravas son viciosas y distinguen
ésas sí que distinguen
son putas que ponen mucha aplicación
mucha atención
también son más caras
mi madre ganaba para comer sin salir de pobre pero no se quejaba
cada cual se gana la vida como puede hasta donde lo dejan
y bien mirado este de puta no es de los peores oficios
no hacen mal a nadie y se mueren sin demasiado trastorno para nadie
tampoco se puede hablar de putas frías
son más bien templadas
tibias
es más verdadero hablar de putas templadas
tibias
que de putas frías
va más de acuerdo con su mansedumbre.

XVI

A Gerardo Espinosa cuando estaba en Misiones lo picó un bicho en los huevos y se los dejó medio secos
los dos huevos juntos parecían una pasa parecían un higo medio seco
desde entonces le fue perdiendo afición a las mujeres y también a los hombres y a los animales
eso nunca viene de golpe sino de a poco
y sólo buscaba compañía cuando necesitaba que lo escupieran
eso tampoco es raro
Gerardo Espinosa me decía yo no le quiero pegar a ese negro de mierda a ese mestizo de mierda
es él quien me lo pide
se pone bizco y en su mirada se lee un cartelito suplicante
Gerardo Espinosa me decía si tu padre no lo hubiera matado lo hubiera matado yo
a ese negro de mierda tenía que matarlo alguien
podés estar seguro
a estos negros de mierda a estos mestizos de mierda terminan siempre matándolos a palos
alguien se calienta se pone nervioso se le para un poco la pija y los mata a palos
en el momento de matar a palos a un negro de mierda
en el momento de matar a palos a un mestizo de mierda
el asesino tiene la pija dura
no falla
es algo que se repite
y acaba
vamos que si acaba
eyacula como una bestia
se le viene la leche justo cuando la víctima escupe el último aliento
da mucho placer acertar.

XVII

Cuando la gente se conoce no se desperdicia nada y se dan gusto unos a otros
se hacen gozar los unos a los otros
se dan mutuamente mucho placer
entonces la gente se hace feliz
cada vez que la caficia de Susana la tía le pega a Cecilia la tía se lo cuenta a Esteban y Esteban se pajea disimuladamente metiéndose la mano en el bolsillo del pantalón
se le nota porque saca un poco la lengua
a Bufano siempre le gustó pervertir a las chiquitas
volverlas putas hacerlas putas putearlas emputecerlas
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
es como un instinto
es infalible
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
a mi mamá le pagó la fiestita de la Primera Comunión y la hizo tomar y cuando mi mamá ya estaba medio borrachita la metió en la cama
abrí las llantas separá las piernas
mi mamá tenía diez años y era muy obediente
vos respirá hondo abrí un poco las llantas separá las piernas
a mi mamá le gustaba obedecer y sentir las fuertes manos de Bufano separándole un poco las piernitas.

XVIII

Mira Patria mi erección.

XIX

Con permiso de Cela, Hollmann y Arrabal.
Y con la ayuda de Susan Sontag.
Y con la ayuda de Vicente Aleixandre.

XX

Sé feliz, cornudo. Tomá tus precauciones. Si suena el teléfono, más vale que no sea Movicom, si no se te engancha la antena en los cuernos y hacés cortocircuito. Se queda pegado hasta el que está en la línea, hasta el que llama se queda pegado.

XXI

Machuca no saques la basura, a ver si te confunden con una rama seca arriba de las bolsas y te llevan. No te agaches, a ver si te confunden con una rama seca y te llevan. ¿Pero qué es esto, una rama seca con un hombre debajo? Los de Venturino. Y resulta que sos vos. ¿Con qué te peinás? ¿Con rastrillo? ¿O con la horquilla? ¿Dónde te lavás la cabeza, en la fuente? Con razón cada dos por tres está vacía. ¿Qué shampoo usás, qué shampoo viene en un bidón de cinco litros? ¿Qué usás, anteojos con tiras? ¿Quién se encarga de pasártelas por los cuernos?

XXII

Sé feliz, cornudo. Lo que ganás en el diario no te alcanza para reconstruir tu casa. ¿Qué otro laburito tenés? ¿En qué otra changuita andás? Gastás más plata en restaurar que en vivir. Vivís para restaurar. Todo lo que rompés con los cuernos.

XXIII

¿Nunca te denunciaron por tajear a la gente cuando te agachás para escribir? Los que tenés enfrente. Tenés que escribir a dos metros de la pared. No arranqués los parabrisas luciendo los cuernos. Sé feliz, comprate un jeep.

XXIV

Es todo confuso pero quizá sea cierto
calumnia que algo queda
ayuda al que necesita que algo queda
descúbrete ante el pordiosero que algo queda
alaba que algo queda
roba al poderoso que algo queda
recuerda los momentos amargos y felices que algo queda
olvida que algo queda.

XXV

Yo no sabía quién era yo, de dónde venía, quiénes habían sido mis padres.

Un día mi madre me confesó que me había reconocido la primera noche que nos acostamos juntos
no me dijo nada para no avergonzarme
ella tenía que vivir y yo tenía que comprender
tenía once años más que yo y se ganaba bien la vida
nunca le faltaron clientes porque no se negaba a nada
no me dijo nada por si me daba vergüenza de volver a acostarme con ella
tenía miedo de perder un cliente
comprendé que tengo que vivir
ahora ya veo que no te da vergüenza
me dijo que en el amor lo peor es el calor
hace hervir el cerebro y el corazón
por eso se dan tantas deslealtades y crímenes
para ser puta hay que tener instinto y dignidad
si no tenés instinto te morís de hambre
y si no tenés dignidad igual te matan a puñaladas
mi madre llegó antes que las mujeres decentes
se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer
después de coger cuando me iba mi madre me pedía que la besara en la frente
por respeto.

XXVI

(Lo que está entre paréntesis no tiene nada que ver.)

XXVII

Mutis por el forro.

139.
MIGAJAS DE AGUA

I

la noche me abarca taloneándome las sienes
amplia o infinita como un templo sin costados
es la hora en que las glándulas
de las almas segregan sombras olvidadas
es necesario recordar para que el olvido sea cierto
y los rostros olvidados vienen a recoger su olvido

II

esta noche en que revolotean
tus imágenes en tus veces
sobre tu verdad aprendida
ordenándose esta noche
en que miro a través de tus
cosas como un túnel esclarecido
por mil recodos desdoblados
esta noche digo que te recuerdo

III

quiero amarte con piedad infinita de vigilia
masticando el fervor a las imágenes
para desnudar ovarios en el néctar
y erigir telares de tu nombre

IV

para que me nombren tus palabras
ordenaré mis cosas sobre tus idiomas
y cuando quieras pensar tendrás mis cosas
como el único lenguaje que te canta

V

el cielo esta noche es hondísimo
y agrio
con luciérnagas que chisporrotean
como los grillos

VI

un humo blanco de leche empolvecida
se incensa de las chimeneas

VII

tu imagen merodea como los bichos
de luz

VIII

quiero que tus ojos se empañen como a veces

IX

he rescatado del tal vez tu voz dudada

X

a la hora en que tiritan los dedos de la lluvia
como un rito de callarme desde adentro
arrodillo a tu imagen mi silencio

XI

amo las olas de tu pelo que rompen apaciguadas

XII

esa turbia duda que te veda
este ancho silencio que te impide
arbitrario ademán que te hermetiza

XIII

de lejanos grillos digo estrellas
tal vez porque palpitan
como tiritan tus venas
con ese temblor con que titilan
las mariposas

XIV

te aman mis manos que no saben
nada de tus médanos

XV

un relámpago venario catacumba la tierra

el itinerario de la hora que vuelve pájaro
el corazón relojecido

la tierra guarda el misterio del
ajedrez de las hormigas

XVI

como el mar queda en los caracoles las olas
del silencio se han quedado en mis tímpanos
y ululan

XVII

tanto silencio he recorrido
tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas cosas

XVIII

todavía tengo tiempo para los juguetes
para embarrarme las manos
y dormir sobre mi madre mientras
fuera los hombres desenvainan las guerras

XIX

para embarrarme con tu sangre
porque quiero untar mis manos
con el vientre de la tierra
enjuago en el fragor de tus ojos
mis manos de largos silencios

XX

mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas

XXI

la sangre se empecina en la sien de campanario
goteando sapos
como los relojes de los borrachos en la madrugada

XXII

mi sangre es un largo silbido y a veces
brama en invierno como los
aleros que se llenan de tormenta

XXIII

hay veces en que los mecanos de la vida
se quedan sin sentido
y el alma se levanta para rezar

XXIV

me bastan
las dos teclas de tu pecho
para cantar sencillamente al amor
tartamudeando de a sorbos la
poesía de la sangre

XXV

mi tristeza
una manera de tus cosas
te nombra por aferrarse
a su propio naufragio

XXVI

mi tristeza tiene una puerta
y yo no sé dónde empiezan los muros

XXVII

voy a indagar en tus rincones
de panal para encontrar las larvas
de tus palabras aún no
dichas

XXVIII

quiero de ti dos cosas

tu imagen para mis sueños
y tu mano para mi ceguera

XXIX

no preguntes dónde vamos

calla y sígueme

encontrarás dos que
forman uno

somos nosotros

XXX

antes de morderte el pelo con las
manos
lavaré un pájaro de miedo
entre tus dedos
y acostumbraré
mi silencio a tu silencio
para que baste tu paz
para mi enmimismamiento

XXXI

el eterno infinito se rompe en el estuario
hondo de los túneles que
desembocan sobre la mañana

XXXII

todo se sueña en el primer silencio

hasta parece fácil el sol y la mañana nueva

podrías venir sin sorprenderme y el recuerdo
después tendría dos veces distintas

XXXIII

ahora comprendo que el
destino es posterior
al tiempo

XXXIV

la tierra también tiene raíces
y sangre
y garganta
y canta por los hormigueros

XXXV

tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego proferido por el agua

XXXVI

quiero desenredar la música
en tus manos de piano
resucitar de las algas de tus dedos un tesoro
largamente enterrado
y luego deletrear cada hebra de mi bandera de amor
y habré escrito un poema para los pentagramas de tus manos

XXXVII

el silencio llega como un lúgubre emisario
todos los días a la hora
del albedrío sin cadenas

todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos

XXXVIII

en tus ojos fondeo las naves de mi honda arqueología

XXXIX

tus ojos amanecen en horizontes de silencio como barcos
y yo lleno de años de náufrago
en los muelles solitarios
de mis manos
te tomo como comulgándote

XL

mi tierra no brota jardines ni frutos
pero sí el atroz laberinto de los hormigueros

XLI

me gustaría tener el olvido rápido
de las flores que envejecen en un día
pero el tiempo tiene la implacable dimensión
de los relojes
o los relojes tienen la demora del tiempo
y mueren muchas flores por cada recuerdo que no
cambia

XLII

sonarán tus
ojos
vasos de cielo a silencio
como caracoles
y el mar
infinito para siempre
pero el huso de música
telar innumerable
no habrá dicho
toda tu alma

XLIII

el día que el silencio se encienda
yo averiguaré sus árboles y ríos
donde hubo un muro de oscuridad
pero no sabré que el silencio se iluminó

XLIV

el eco deshoja mariposas de un candelabro de viento

XLV

el pasado aroma mis recuerdos
mis recuerdos aroman mi memoria

XLVI

Tu orgasmo como un escalofrío del mundo

140.

Te quiero.
Tenía ganas de decírtelo
era la habitual paloma que se
ordenaba dentro mío y tramaba ese
dolor de aire que nos ahoga de
anticipadas libertades
Por eso vine hasta la tinta
a volar a indefinirme a sentir
mi galáctica explosión
mi dimensión de alba enamorada.
Te quiero.
tú no estás a la orilla de mi boca
para oírlo, para deletrear el
oleaje de mi aliento
por eso te lo escribo ahora
en este sitio donde tu ausencia
hincha el espacio
donde tu cuerpo es una urgente
escapatoria donde tus ojos son
el embarcadero de mi alma.
En este sitio donde el amor se reparte
con absurda geometría
donde cada uno extrae de entre páginas
feroces un nombre y una historia
para jugar al tiempo, enmascarados
para jugar a ser o a haber sido
aquí, donde me toca el nombre
del amor desesperado
el sitio de la pregunta irrespondida
la raíz erradicada
el trasplante total de la existencia
aquí, beso las páginas donde me
embarco, me ato al nombre desbocado
de mi personaje y digo a un nadie
que tiene tu cara imaginada
toda la música que me toca.
Digo amor y amo y muero en esta
vida muerta, muero de vida y escenario
con tu ausencia puesta
recubriéndome como una bandera de
besos. Aquí decido lo que soy
broto, desatrapado como el agua
que desorbita la tierra
y una vez más tú eres la meta
el público testimonial, la mano
que pasa a recogerme.
Ya ves, sólo quería decirte que te
quiero.
Son tan copiosos los cimientos del
amor, que abro mi boca para caber
tu nombre y arrecio un pantano de
alas luminosas que me vives dentro.

141.

Estábamos predestinados
pero no quiero que seamos destino
quiero algo más mágico
una abeja que elige una flor en la pradera
y eras tú
dios que escribía una poesía
y éramos nosotros.
Tú que te bañabas en un océano total
y eran mis besos.
Un gesto tuyo contiene la eternidad
pero a mi amor no le bastan las
palabras
quiero comerte, beberte al tiempo
que me respiras y masticas
los dos con dimensión de atmósfera
humo en la niebla
silencio y canción
lámpara y sombra
mezclados infinitesimalmente en
el vientre de un átomo
infinitamente unidos.
Tal vez es nuestro amor que escribe
la poesía. y es dios.

142.

De las horas que he vivido de los
hombres
he aprendido una cosa de la gente
que todo lo que piensan o que sienten
no tiene nada de las palabras o los
nombres.

143.

Adoradísima mía: En principio
nada. Romper es muy difícil, y más lo es
romper silencios. Este que rompo ahora es
uno sin principio y con un final a medias
ya que sólo yo lo combato. Es la primera
vez que te hablo, aunque sea de esta tan
callada manera. Nunca nada de lo
que tengo entre la piel de los ojos y la
nuca te ha llegado.

144.

Porque no has tenido nada de lo que

Porque al otro lado de la piel de tus ojos
hay un mar que llega hasta la nuca de
tu alma;
y porque sólo lo supongo,
Porque de este lado de mis ojos,
está el escondrijo de mi acecho,
en que mi vigilia de lisiado en la ventana
te sostiene como a un rostro igual a mi alma
y ya no pasas,
Porque te pareces a mis lugares
y mi tú te nombra fácilmente
y mi costado (yo siento) no te cuesta,
porque un silencio sin principio
te llega hasta la espalda
y no tiene

145.
AGREGADO A TI

Tú no sabes cómo sólo tengo la luz
Yo a veces busco tu recuerdo
para encenderle a mi silencio una
lámpara
Despido mi último verano
y no vuelvo la cabeza hacia ninguna
golondrina.
Pero esta tarde, suelto el pez de mis manos
para buscar el rumbo de mi silencio
olvidado
Sí es cierto, te canta la sangre
su canción de tarde,
te enciende el rezo la azul melancolía,
pero ya todo el acecho asomado
se retrae, para guardarte sólo
como un ara. basta tu recuerdo
ahora, tal vez una manera de olvidarte

Vuelve al templo el fervor perdido,
ya no soñará
la paloma de la altura
que se alaga sobre playa solitaria
Esta tarde,
Esta tarde de vino se me clava
como se me clavó tu rostro al medio
del lejano sueño.
Ya no será mía aquella canción
sin ruido
aquel buzo que fui a buscar en
tu mano de campana.

146.

Esta carta me acerco.
Busca entre las cosas más simples
en cualquier momento y elige una.
Entonces tómala como si fuera mi boca
enjuágala en tus manos como si
fueran mis manos roncas y torpes
Yo estoy contigo
en este silencio que ya me llega al cuello
mi costado busca tu soledad para encontrarte.

147.

Y mi beso aprenderá a amanecer y a ponerse
en el labio horizontal de tu cuerpo como el sol.
tu latido marino
mi boca te atrapará como el grito seco y vacío
te atrapará en la ferocidad de la luna
en la taquicardia del mar
el mar
y tu corazón campanario
aleteando en la agonía de la locura
y tu íntimo bocado de mis lanzas.

148.

Las razones del amor son siempre explicables.
¿Cuáles son las del olvido?
Si me disecaran el aliento hasta
el último nervio, si me desmantelaran
piedra a piedra la mirada
como un edificio hasta no dejar una
sombra, si emprendieran el recuento
de mi alma con las más minuciosas
tijeras el diagnósico sería: amor
El veredicto sería la vida.
Tú tienes otra página que escribir tal vez más solitaria. Pero quizá encuentres más sonrisas en tus lágrimas de las que en la garganta esperas. A lo mejor un día te levantas con un anzuelo de luz, por la mañana, y vas a abrirle la puerta a un camino fecundo que te llama e invitas a entrar a la primavera y abres la boca turbia de los roperos prohibidos y echas a volar puñados de música por el aire de la casa y abres las ventanas para que salgan huyendo las incrustadas soledades.
Me voy como el que huye de un incendio. No quisiera despertarme lejos y preguntarme por el desastre sin saber responderme y tener que huir de mi huida durante el largo camino de la cobardía.
Quiero dejar una jornada con pies de honestidad. Quiero una travesía sin estelas como heridas una partida sin dolor irremediable por la espalda.
Las lágrimas son inminentes. Lo hemos dicho tantas veces. Pero por este arduo recorrido tus pies se han hecho árbol y los míos agua. Vos te quedas y te moran pájaros yo me voy y me habitan a veces unos cielos reflejados. Las piedras de la ruta acomodaron nuestra identidad irrevocablemente. Irrevocablemente alas, ya no me quedan anclas, el viento del otoño me desgarra los mástiles del corazón mis venas se hinchan con demora, hay horizontes en mis ojos que emigraron hace mucho.
La vida no tiene perdón para la vida.
Mi alma zarpó a una nube hace ya tanta partida. Ahora me toca a mí que me quedé demorado a acomodar algunas cosas que lloraban o llorábamos demasiado.
No nos juntamos para vivir, sino para amarnos. El amor era la vida. A veces partimos de la vida para recuperarlo pero ya el tiempo nos pide la cuenta de nuestras cosechas. Hay horizontes verdes en mis sueños.
Pongo tu foto sobre esta página mientras escribo, así es más decírtelo, más vivo, más serlo, y esta carta no se vuelve uno más de los tantos mohos que nos derrocan, un poco más del inconfesado armamento de la traición.
Quise oponerme a la sequía a veces con obstinación de cacto. Mis espinas te picaron. Me volví lagarto y repté por tus días con silenciosa muchedumbre de vacío, entonces me pisaste porque no me veías, me intenté alacrán para asustar tu pie y tuve miedo de serlo demasiado, sólo me quedaban los pájaros y quise volar para adornar con algo de poesía nuestro páramo desértico y no hice más que levantar el vuelo para inventar un rumbo de rosa y vi a lo lejos (en esos lejos que nos pasan a veces tan cerca) un jardín incalculable de flores que yo no conocía. Entonces supe que siempre había sido ave y recordé ese jardín que venía buscándome inmascarablemente por entre brotes y altares y tránsito de despedidas.
He venido a decirte que me voy, que me he ido que tal vez nunca he estado aquí. Nada de eso es verdad. No existimos hasta que no encontramos el espejo. El que fui te quería. El que soy no te ha querido nunca. Por lo tanto debo haber venido a decirte que estoy muerto que Rolfi ha muerto que se transformó en pájaro carpintero y se metió dentro de un tronco y nadie puede ahora adivinar cuál de todas las flores del árbol soy. Para qué contarte que hay una abeja que salió del corazón del oro que sabe mi flor y viene a veces a encerrarse conmigo?
Cada vez estoy menos triste, me cuesta pero creo que es inapelable, que estoy obligado a vivir rotundamente, que las anclas que pesan más que el barco tienen algo de suicidio. Sé que fundé mi zozobra en la isla de otro navegante. Buscando leña y fruta para abastecernos encontré la mía, había un paisaje que reconoció mis ojos, huellas que llamaron y saludaron a mis pies. Vengo a dejarte la fruta y la leña.
Allá lejos me estoy esperando a comer me estoy esperando a vivir a besar a ser a crecer. Encontré la tierra de mi raíces. Nunca sabía por qué era estas abejas; allí las dejé, había tantos pétalos. Y ese hondo zumbido en mis ojos como el de los caracoles… ahora sé de dónde traía la canción.
Debo pedirte perdón por la tormenta que me arrinconó en tus costas, por haber encallado en tus dientes por haberme quedado a pernoctar en tus isla, por no ser en fin ni un buen piloto navegante ni un buen carpintero para arreglar el casco roto de mi embarcación. Ahora me voy, dejo un poco de devastación en tus selvas estragos de hachas en tus troncos, me llevo en mi estructura un poco de tu madera he calafateado mi buque con la saliva y la sangre de tus plantas y después de agotar tus racimos me voy dejando los pecíolos desnudos.
He venido a que me digas que soy un hijo de puta. Ya lo sé.

149.

Está bien, soy un animal
un animal como el mar o como un sueño
o como el silencio que siempre queda
girándote detrás de los ojos.
Soy animal como tus manos
y pretendo clavarte las mías de raíz
como una lámpara.
Sí, soy el animal
hermoso e implacable en la ferocidad
de las estrellas
y ya me ha sangrado la boca
de raspar en el silencio
como en un huevo infinitamente duro
mucho más que mi instinto de
nacer
o peor mucho peor
como un muerto equivocado
que despierta.
Como un animal que soy tengo
algo de pájaro
la lejanía.
que siempre es lo que está más
allá de nuestro tiempo.
tendrá mis horas.
Por eso digo que mis ojos se pondrán
en tu cabeza
como la luna
inimposible y brutal
hasta tu mansedumbre de acatarme
con la ferocidad del mar.

150.

Un día me iré
y quedarás lamiendo mi sombra
como una gata ciega
Nada habrás olvidado
pero tampoco responderás
de nosotros
Te parecerá atroz haber subido a mi costado
atrozmente dulce como el suicidio que
obtenemos.
Recordarás que te decía reina
cuando me enjuagaba los pies en tu
pelo
mientras me pedías perdón por ti
como una esclava
todo lo recordarás.
cuando te lamía los vértices como un
—gato ciego lamiendo tu sombra—
como el mar que respira contra el
muelle.
Un día me iré
y el genital imperio de los astros
que te hice sombra
te quedará en tu orgullo
como de hembra
orgullosa por el soldado muerto

151.
CÓMO SER UN GRAN ESCRITOR

tienes que cogerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares.
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primera embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Céline, Dostoievski, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza…
entonces no estás listo
toma más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay,
está bien
igual.

CHARLES BUKOWSKI

EL ASUNTO FANTE

Yo quería llamar a este artículo «El asunto Fante o cómo un mediocre y un perdedor alcanzaron la gloria de la literatura norteamericana», pero me dice mi editor que es demasiado largo, así que quédese en este sucinto, a la par que enigmático, «Asunto Fante».
Al grano. John Fante fue, por decirlo de alguna manera, el precursor de ese género literario que se ha dado en denominar el realismo sucio. Realmente, no sabemos hasta qué punto podría ser considerado precursor si no fuera porque Charles Bukowski se ocupó durante toda su vida y con ahínco, de recordarnos lo importante que para él fue la obra de Fante. Y Bukowski, éste sí y con todas las garantías, puede ser llamado el padre del realismo sucio y, además, su versión más descarnada y salvaje. Después vendrían hijos como Raymond Carver y Richard Ford, y nietos, una miríada de nietos, capitaneados por los notables David Foster Wallace y Lorrie Moore. Por no hablar de las legiones de escritores más o menos hechos que tratan, en la mayor parte de los casos infructuosamente, de emularlos, de emular, en realidad, el mito que los trasciende.
¿Cómo consiguieron un escritor mediocre y carente de recursos y otro alcohólico y perdedor nato llegar hasta lo más alto de las cimas literarias y convertirse, de paso, en referentes para la narrativa norteamericana del siglo XX?
Fante y Bukowski, al contrario de lo que habitualmente se cree, fueron contemporáneos. El segundo es, tan sólo, once años más joven que el primero. Pero la leyenda, el mito que en torno a todos los realistas sucios existe, ha hecho que, váyase a saber por qué, se piense que Fante es, de una forma imprecisa e indeterminada, mucho mayor que el viejo indecente.
Pero no, ambos vivieron el mismo tiempo aunque, si bien existen circunstancias que los igualan, más son las diferencias que los alejan. Bukowski y Fante provienen de la inmigración europea. Son extraños en la tierra prometida y tratan de abrirse paso comenzando desde abajo. Eso es lo que básicamente nos cuentan en sus libros: experiencias y vivencias de los que, de antemano, lo tienen todo perdido. Pero poco más. A partir de ahí, sus vidas no tienen nada que ver. Bukowski, perdedor de raza, da tumbos por la vida y la sobrelleva de mala manera gracias al alcohol mientras trata, con una firmeza envidiable, de convertirse en un escritor de verdad. Por ello, y a pesar de lo hostil del medio, se empecina en escribir contra viento y marea. No deja de ser un pobre desgraciado al que la vida lo arrolla sin remisión hasta el día, bien entrado en años, en el que alcanza el éxito como escritor.
Ese mismo día, precisamente, es el momento en el que arranca el asunto Fante que hasta aquí nos trae. Bukowski, en cuanto tiene ocasión, rinde pleitesía a Fante y se declara deudor de su obra. Algunos de los que lo escuchan, se maravillan por su facilidad para inventarse nombres geniales: John Fante. Pero no, Bukowski insiste: ese nombre no es producto de un delirio alcohólico, sino que pertenece a un ser real, un escritor italoamericano publicado hace años en Estados Unidos y, como no puede ser de otra forma, casi desconocido no sólo por el gran público, sino también por los expertos.
Ése fue el golpe de suerte de Fante y la única razón por la que ahora se reeditan sus libros y nosotros hablamos sobre él. Porque el viejo, al final, lo consiguió y quiso llevarse a alguno más con él. Y de toda esa podrida sociedad a la que despreciaba profundamente y que aparece retratada con maestría en cada uno de sus relatos, eligió a un tipo acomodado que vivía en una estupenda casa de Malibú pero que, desde el mismo día de su nacimiento, había pertenecido al mismo ecosistema bukowskiano: heridas, resentimiento, alcohol y apuestas. Tómense una copa a su salud.

ALBERTO VÁZQUEZ

POEMA NAVIDEÑO PARA UN HOMBRE ENCARCELADO

hola Bill Abbott:

me parece muy valioso que distribuyas mis libros

allá en la cárcel, mis poemas y cuentos.

si puedo aligerar la carga de algunos de los tipos con

mis libros, bárbaro.

pero la literatura, sabés, es difícil de asimilar

para el hombre ordinario (y para el extraordinario
también);

a mí no me gusta la mayoría de la poesía, por ejemplo,

por eso escribo la mía de la manera que me gustaría
leerla.

la poesía pareciera que se está volviendo mejor, más

humana,

la claridad del lenguaje tiene algo que

ver con eso (w. c. williams vino y le pidió

a todos que aclararan el lenguaje)

luego

vine yo.

pero escribir es una cosa, y la vida

otra, pareciera

que hemos mejorado la escritura un poquito

pero la vida (nuestra y ajena)

no pareciera estar mejorando gran

cosa.

quizás si escribiéramos lo suficientemente bien

y viviéramos un poco mejor

la vida mejoraría un poquito

como para que no dé vergüenza.

quizás los artistas no han sido lo suficientemente

poderosos,

¿quizás los políticos, los generales, los jueces, los

curas, la policía, los cafiolos, los hombres de
negocios han sido demasiado

fuertes? no me

gusta esa idea

pero cuando miro a nuestros pálidos y preciosos
artistas,

actuales y pasados, me parece que es

posible que sí.

(a la gente no le gusta cuando hablo así.

Chinaski, cortala, dicen,

no sos tan grandioso.

pero

carajo, no estoy hablando acerca de ser

grandioso.)

lo que estoy diciendo es

que el arte no ha mejorado la vida como

debería, ¿quizás porque ha sido algo demasiado

privado? y a pesar del hecho de que los viejos poetas

y los nuevos poetas y yo

hemos tenido todos problemas idénticos o parecidos

con:

las mujeres

el gobierno

Dios

el amor

el odio

la indigencia

la esclavitud

el insomnio

la deportación

el clima

las esposas, y así

sucesivamente.

ahora me escribís

que al hombre de la celda de al lado tuyo

no le gusta mi puntuación

cómo pongo las comas (especialmente)

y también la manera en que divago

para decir algo con precisión.

ah, él no se da cuenta de la intención

la cual es

liberar, humanizar, relajar

y aún así hacerla tan real como sea posible

a la palabra en la página. la palabra debe ser como

la manteca o la palta o

el churrasco o los bizcochitos calientes, o los
anillos de cebolla o

cualquier otra cosa que sea realmente

necesaria. debería ser casi

posible que agarres las palabras y

te las comas.

(debe de haber algún vivo en alguna parte

por allí

que dirá

si es que lee alguna vez esto:

«¡Chinaski, si quisiera una cena voy y

la pido!»)

como sea

un artista puede divagar y aún así mantener

la forma esencial. Dostoievski lo hacía. él

normalmente contaba 3 ó 4 historias marginales

mientras contaba la que era

central (en sus novelas, claro está).

Bach nos enseñó cómo poner una melodía encima de

otra y otra melodía encima de

ésa y

Mahler divagaba más que ninguno que yo conozca

y yo encuentro gran significado

en su pretendida falta de forma.

no dejés que los chicos de la forma y la regla

como el tipo de la celda contigua

te las pongan encima tuyo. sólo

dale un ejemplar de Time o Newsweek

y estará feliz.

pero no estoy defendiendo mi obra (ni de vos ni de él)

estoy defendiendo mi derecho a hacerla de la manera

que me hace sentir mejor.

siempre pienso que si un escritor se aburre con su
obra

el lector va a

aburrirse también.

y no creo en la

perfección, creo en mantener los

intestinos libres

por lo que coincido con los que me critican

cuando dicen que lo que escribo es un montón de
mierda.

estás condenado a 19 años y 1/2

yo vengo escribiendo desde hace casi 40.

seguimos adelante con nuestras cosas.

seguimos adelante con nuestras vidas.

a veces escribimos mal

o a veces vivimos mal.

todos tenemos malos días

y noches.

a ese tipo de la celda al lado de la tuya debería
mandarle

Las Obras Selectas de Robert Browning para Navidad,

eso le daría la forma que él está buscando

pero necesito la guita para el hipódromo,

Santa Anita abre el

26, así que dale un ejemplar de Newsweek

(los muertos no tienen futuro, ni pasado, ni presente,

sólo se preocupan por las comas)

y ¿puse adecuadamente las comas

aquí,

Abbott?

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CHARLES BUKOWSKI

COMENTARIOS SOBRE MI ÚLTIMO LIBRO DE POESÍA

estás mejor que nunca.

transaste.

una bosta.

mi madre te odia.

sos rico.

sos el mejor escritor de lengua inglesa.

¿puedo ir a verte?

escribo como vos, sólo que mejor.

¿por qué manejás un BMW?

¿por qué no das más recitales?

¿todavía se te para?

¿conocés a Allen Ginsberg?

¿qué pensás de Henry Miller?

¿escribirías un prólogo para mi próximo libro?

te mando una foto de Céline.

te mando el reloj de bolsillo de mi abuelo.

la chaqueta adjunta fue tejida por mi esposa en el
estilo bávaro.

¿te emborrachaste con Mickey Rourke?

soy una chica de 19 años y voy a ir a limpiar tu casa.

eres un bastardo apestoso por decirle a la gente que
Shakespeare es ilegible.

¿qué pensás de Norman Mailer?

¿por qué le robás a Hemingway?

¿por qué aporreás a Tolstói?

estoy en cana y en cuanto salga voy a ir a verte.

creo que chupás culos.

salvaste mi puta vida.

¿por qué odiás a las mujeres?

te amo.

leo tus poemas en las fiestas.

¿realmente te pasaron todas esas cosas?

¿por qué bebés?

te vi en el hipódromo pero no quise molestarte.

quisiera renovar nuestra relación.

¿realmente te quedás despierto toda la noche?

puedo beber mucho más que vos.

se lo robaste a Sherwood Anderson.

¿lo conociste a Ezra?

estoy sola y pienso en vos todas las noches.

¿a quién carajo creés que engañás?

no tengo mucha teta pero sí unas buenas gambas.

fuck you, man.

mi esposa te odia.

¿podrías leer los poemas que te mando y hacer un
comentario?

voy a publicar todas las cartas que me mandaste.

pajero hijo de puta, no engañás a nadie.

CHARLES BUKOWSKI

EL GENIO DE LA MULTITUD

Hay suficiente traición y odio,
violencia.
Necedad en el ser humano
corriente
como para abastecer cualquier ejército o cualquier
jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son —AL FINAL— aquellos que
predican
PAZ.
Aquellos que hablan de Dios
Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.
Aquellos que predican amor
No tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con
Aquellos que
Están siempre
Leyendo
Libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.
Cuidado con
El hombre corriente
Con la mujer corriente
Cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca
lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar
a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.

CHARLES BUKOWSKI

El verdadero arte tiene la particularidad de poner nerviosa a la gente.

SUSAN SONTAG

Quédate con tu Borges.

NICANOR PARRA

Necesitamos menos adeptos activos y más adeptos turbados.

ANTONIN ARTAUD

La moral conduce a la injusticia.

ALBERT CAMUS

Que las palabras pasen como aeroplanos por encima de las fronteras y las
aduanas y aterricen en todos los campos.

VICENTE HUIDOBRO

La literatura nos lo dice todo sobre el hombre y el mundo. Todos nosotros somos sus protagonistas.

La literatura es la reina de las ciencias superiores, porque es la reina de las ciencias de la cultura, la reina de las ciencias del espíritu.

152.

Cuando se logra la medida de las
imposibilidades es la magnitud del milagro.
No mediando nada, por lo menos, visible
mente, divino, el milagro sería mi fuerza.
No quiero nada más allá de mí. Soy
suficiente para mí y la gente que me pasa
y a la gente que yo le paso tenemos la humana modestia
o inmodestia de medir con nosotros nuestros
méritos, por otra parte iguales a los de cualquiera.
Sé lo que quiero, sé cómo lo quiero. Por eso
rechacé tantas veces lo que quiero. Porque venía
de otra forma que la que yo puedo por mí mismo.
No necesito escribir las cosas para cerciorarme
de mí mismo. Ni siquiera escribir que no
necesito escribir. Ni siquiera que ni siquiera.

153.

Dame la mano
Dame los ojos
voy a ponerte la vida
Dame un lugar para clavarte el coraje
si no tienes nada de eso.
Dame la sonrisa vacía
para calentarte los dientes con palabras vivas
Déjame lavarme los ciegos con la savia de tu
luna

154.
CARTA A MÍ

Jorge, pocas veces nos hablamos.
Nos pasamos de largo murmurando de todo, como si nosotros no existiéramos en nuestra medida la infinitud del todo.
Jorge, algún segundo fuimos amigos. ¿Te acordás? Tantas veces mataste con tus manos los mosquitos para que no me picaran. Tantas veces escondiste la última medialuna para que yo no me quedara con hambre. Tanto me querías…
Pero… ¿¡te acordás o no, carajo!?
¡¡¡Jorge!!! Jorge, por favor, no dejes que la gente se vierta los ojos para afuera.
Tantas veces fuiste altruista conmigo a riesgo de parecer injusto.
¡Acordate! Está bien que te pongas de novio, pero los amigos no se olvidan.

155.

El que al par de los hechos se justifica
con palabras, sabe que los hechos no
tienen la razón

156.

Como una manada de olas
un toro de mar

157.

Adentrados lobos laterales
el miedo se me hace en los zaguanes.

158.

He venido hasta mi voz para
buscarte

159.

Hay derrotados antes de la
guerra. Allí no ha sido Dios.

160.

Si un día tu sueño conjetural se parece
al otro lado de mis manos

161.

bajo pájaro de luna
tu pie de pan y de raíz
como un navío ciego

162.

y tu vientre cíclope
y un caracol o cerrojo en la miga frutal
un hornero
una garganta un hormiguero

163.

tallo de sangre
tu pelo de musgo y sangre
barro de sangre
pájaro de trigo quemado y sandía.

164.

Siempre el odio de antemano me
anticipa los odiados

165.

En el pelo de musgo
te ataré mi canto de lluvia
como un río
En el pelo de musgo y vino
como un río enjugado por los hombres
de la guerra
mi canto será viento de sangre
Y cantará por siglos el caracol de vientre
mi garganta es una rama
que no tiene invierno
y tus ojos viajarán el silencio
y las manos panecidas

166.

Ojos atrás de los hombres
el mundo existe.
(ojos afuera existe
sin medida.
Allí tú eres verdad a veces
como Dios cuando me alcanza el miedo
Por eso somos enormes
en la garganta súbita del sueño
Y ahora te regalo el tiempo,
alguna hora vacía
O como una colmena de piedra
donde las trincheras hacen miel
de sangre

167.

Es hora de voz, de savia
de tierra abierta en el grito de fuego
de las alas y el infinito de los ciegos
y la sangre irrumpiendo en los candados
como en rabia
es hora de lanza de sol grito de acero y rayo
de trincheras maduradas en colmenas
de barro de sangre en la garganta de las venas
de flor y pájaro emergido en canto
Aquí soy
las flores son palabras del canto de la tierra
un oficio me descubre la colmena
y mi campana se vuelca
de sol.
Designado un pan se ha abierto un templo
qué más da si tus manos de palomas de luna
qué más da los ojos la garganta, alguna cosa tuya
Ya está erigida la verdad del ciego.

168.

Los hombres flotan en los ojos de los hombres
como peceras respectivamente
como peceras como espejos
conjugando el los otros
desde una ventana entre yo y el
mundo
y soy el mundo tantas veces
en las ventanas de cada hombre en
vive
y todos somos yo y todos, los otros.

169.

Serás detenida
como la savia
en el invierno último
Y yo que me voy hacia el nunca
seré detenido también
como una flor a media rama
largo último invierno
la primavera desde ayer siempre tendrá
nunca
Y qué habrá detenido la flor de
rama adentro?
como un naufragio previo
como un mañana ciego

170.

Dado algo que en su constitución se compren
da a sí mismo reducido a un término
menor lograremos una sucesión infini-
ta. ya que en la expresión reducida estará
inducida una segunda reducción a
un tercer término del mismo objeto
que a su vez comprenderá un cuarto que
a su vez. etc

171.

estaba encerrado en las paredes de mí mismo
ya en la lengua hecho saliva el sabor de la ceguera
sin saber desde dónde se fue la última luz ya olvidada
y soñé que alguien entraba y me despertaste con la puerta

se aturdieron mis manos al tocarte
y tu voz me encandiló y me asusté de creer en tu existencia
y tuve miedo de ser muda baldosa en el oído de tus pasos
o que estuviera en mí la impotencia de una campana sin mano en su cadena.

Por eso me gusta desnudarte poco a poco de las sombras
y comprobar mi despertar no soñado
y el cadáver de tu ausencia.

172.

Un día echaré mis ciegos salvajes
a hacer tribus
de hormigas
de gigantes o de horneros
a viajarte los siglos del vientre
cíclope
a saberte la música por los ojos rotos
en el sabor de espadas que te invada
mientras la tierra se puebla con la
lluvia
por la garganta que alargan las hormigas.
Ah
tus montañas vegetadas
qué infinito albedrío beberte en las
venas de la tierra
Sólo el agua te puede
como tú me puedes garganta
un día lloveré sobre ti
como irrumpen los diluvios que te invaden
a romper la miel sobre las piedras
de luna
bebiéndote ya toda la tierra
toda la soledad
toda la sombra
todo el silencio
guardado tantos siglos guardado
tantos viajeros y tantas dulzuras
tantos muriendo
y tantos ciegos sin candados al fin

173.

Aquí estoy (es decir aquí soy)
ciego una vez más
el naufragio es por detrás
por eso no podría saber nadar nunca.
La gente me trepa
(como una isla vertical cuando el mar
ha sido completo).
La gente me trepa
como hormigas ciegas
y desde mí saltan al vacío
(allí tal vez hacen tribus de
tumbas, y los niños juegan
debajo de la tierra).
Siempre es ahora.
siempre es aquí
Pero ahora, aquí no soy el de siempre
como muriendo.
Cómo puedo parecerme a mí,
si muero por primera vez.
Alta marea de sombras,
la tierra convocada en las raíces
Relámpago de acceso al viento.
Y mi tierra? y mis raíces.
El viento me pasa por nunca
como moviendo unas hojas que no soy.
Igual un día me hundiré,
pez de la tierra
como un topo de sangre buscando
la colmena de la tierra.
Quién podrá vivir en mi destiempo
ni los locos,
ni los desterrados de la hora.
sé que las manos se juntan algunas
veces, o en la larga vez de sepultura
¡Qué soledad morir a una muerte
diferente
el único muerto de mi muerte despoblada!
Ése es el temor que he tenido de hombre
presentía que la muerte era un poco soledad.
y ahora este destiempo,
este intiempo
en que la gente me trepa
y ni siquiera me intenta algún lenguaje.
Yo soy inesperado
(siempre existe alguna voz)
mi voz es inesperada
Pero se me trepa,
sólo soy un aquí, ni siquiera un
ahora, un dolor una culpa,
¡qué va una razón!

174.

A todos los hombres del mundo
a los sordos
y también a los sordos del espíritu,
a los mudos
y a los mudos del alma
a los ciegos
(a los muertos) a los ciegos del alma
(no olvido que los muertos sólo son
ciegos del cuerpo totalmente).
A todos los hombres que me vengan,
que me sean,
Que seamos
que nos vivamos y nos muramos
mutuamente
a todos los hombres del mundo
a los poetas y a los borrachos
a los novelistas
y a los locos
a los científicos
y a los mecánicos
y a los desahuciados
a los hambrientos
y a los que no tienen el placer de tener
hambre
a los que mueren de hambre
a los que odian
a los que no les alcanza el dolor
hasta el odio
y a los que les sobró el valor para
salvar a Dios
a los que les faltó la serenidad e inventaron el cielo en las trincheras
A los que llevaron el pan en el bolsillo
y a los que dieron frutas de pan donde
el alma
a los hombres que ángeles
a los hombres que hombres
y a los hombres que… hombres,
a todos los hombres del mundo
a los que celebraban en alcohol el niño
buscando la ceguera suficiente
a los que dijeron lo mismo que yo
a los que tuvieron mejores palabras
A todos los hombres… «¡qué manera absurda
de decir a cada uno!»
quiero ponerles mi garganta de una
vez por todos,
que hasta aquí han hablado
por mi voz hacia afuera o hacia
adentro.
Y lo quiero hacer
para que seamos lo mismo en ese
instante, de recorrernos el tiempo
sin haber rendido a la vigencia de los
rostros la verdad
que es mucho más cuando no tiene palabras
Si en vez de enviar palabras vacías
pudiera echar a vuelo
campanadas sin campana
como darnos las manos desde
siempre
desde hombres…
que hombres…

175.

Porque cuando miro el mundo como si fuese
un párpado
nada veo si no te he visto
quiero verte pues estoy ciego de ti,
quiero mis cerrados ojos abrirlos.

176.

Mi convicción de tu presencia tiene
el seudónimo de: tus manos.

177.

todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego en que me dieras a leer una
carta de amor

178.

mis horizontes comprimidos
los renglones de una prisión

179.

Entraré en ti hasta el exterminio
las hordas de mi sangre
te confinarán en tus propios rincones
mataré tus rebaños para dar
de comer a mis soldados
De todos los palacios que me sobren
haré lugares para mis caballos
violaré tus cementerios
y te obligaré nuevos Dioses
te comeré las manos y lo que
sobre engordará mis perros
y no me traicionarás ni con veneno en
mi vino
ni cuando duerma la embriaguez
de las orgías.
Afilarás mis espadas y mis lanzas
y curarás con tu polen las heridas
que los tuyos hayan clavado en mis
soldados.
Y luego, manso como un rey
te diré que te he amado mucho.

180.

entiendo tu miedo y tu
Algo nos asusta al empezar
a ser trascendentes para alguien

No todas las cosas vuelven a su
origen, tal vez sí en lo absoluto,
pero no siempre en el tiempo.
me basta pensar en mi madre
por eso es aquí, esto no es para
sino por vos,. qué tiene que ver eso
del origen, tiene, porque si bien
digo que antes y eso implica bastante
«antes para llegar a hoy» y eso
implica antes pero fundamen-
talmente hoy, y hoy que es un
ahora, un desde y un hasta digo
ahora tú, hasta que tú y desde
nosotros, y éste es el origen de
vos en mí y de que todas las cosas
sean por vos y para siempre

entiendo tu miedo y tu
orgullo. Ni siquiera te lo pregun-
to. Cuento con ellos como
conmigo. Y sobre eso de preguntar
te diré algo que siento sobre las
cosas y sus palabras. Hay algunas
que son retóricas, otras viven más
en el silencio y en el vivir las palabras
más abajo de la piel de las palabras
mismas. Otras son dulces.
Brutal y ferozmente dulces como
te putita o te quiero
o mujer mientras morderte
la boca y muelle muelle
muelle y agua muelle agua
y el mar como un gato cabecean-
do y te quiero y entiendo
tu miedo y envainarme en
vos como un topo ciego redondos
de tan enteros iluminados
con la dulzura de los locos y la
ferocidad de la dulzura. niños
viejos y leones tocándose con
los ojos los astros que nos entran
por el tiempo y como ves todas
las palabras perdidas porque
vale más vivirnos que pensarnos
y hasta equivocarnos que saber.

181.

Dime, a ver
acaso nuestras distancias no son todas mentales?
—en la misma agua quedaron flotando
mezclándose infinitamente como la sombra en los
ciegos
los pequeños náufragos de nuestra transpiración.
Hemos estornudado en la misma calle
y en infinitesimales hojas
quedamos anudándonos en la tierra
como todas las hojas del otoño.
Y ahora aquí
hablamos del amor y de la
inimposible lejanía
sólo porque soy cobarde
y no te violo
y no aprendemos entonces
el amor por el principio.

182.

(Perdóname,
yo sé que tengo derecho de gritarte
sé que soy superior a ti porque soy hombre
y si te retobás te cago a palos
pero ponete mis besos como una bufanda
y pisame la lengua
y si querés meteme las tetas
en los ojos que yo te voy a seguir diciendo que
te quiero.)

183.

Amor coma la soledad es fuerte como un dios punto Pero
si tengo que morir coma que sea de ti punto final

ZOÉ VALDÉS

184.

Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos

185.

Voy a buscarte
donde puedo mirarte varias
veces en el mismo instante
Donde puedo contemplarte horas
sin que tu momento se inquiete
en la corriente de esas horas
y me estucho en mis recuerdos
e ignoro qué luz visita mis
ojos abiertos
en qué frío me desvisto de mi
desnudez sin fuegos y sin hielo
mientras soy un trago de
mi propia hambre
y en el estómago de la
mente me disuelvo
y reconstruyo mi antes gastado o
cambiado
o me agrego a mí en un día ese día
imposible de ser
y visito mis ojos visitados por ti
Allí te eres como fuiste.
tu imagen se enganchó
como el musgo en las piedras
y te caíste de las horas,
o yo fui goteando migas
de donde puedes estar en mí
para tenerte en uno solo, en
todos tus minutos.
Tus imágenes son quietas y
duras.
Las horas pasaron como las olas
y tu presente y mi conciencia
de ti viajaron en pos de la siempre hora
nueva, como el agua recorrida
por la onda,
Y voy eligiendo entre las
gotas de tu rastro revisando
pie por pie hasta llegar
al beso que aún no se secó
a la puerta que se impone
como yéndome a buscar al
fondo de mi enmimismamiento
o que a mi súbita estación en
mí durante el momento
que será pasado está sin principio,
por la que te has ido
como todos los días y desde
la que empiezo solo y me alegro
de nuestra realidad
Y me vuelvo a hundir a bucear
las imágenes que viven en los
juntos.
y empiezo a extrañarte,
e intento traerte y meto
las manos en el agua
y el agua me da la respuesta
de su carne vacía de ti
que te desordenas en ella como
las cosas a través de las llamas
y no puedo atraparte
y mis manos son jaulas de leones
y puedes irte como un gorrión
cansada de tu curiosidad
y dejarme con mi impotencia
de caja para encerrar la luz
fantástica entre mis dedos de piedra
con mi impotencia de caja
para vaciarme del vacío de ti
que me llena como la oscuri-
dad de una caja cerrada.

186.

Tengo en la ternura la ferocidad de la lluvia
voy a navegarte
soy tu capitán
y me tengo en las manos
para untarte mi sombra caliente
mar mío
capitán en tu estrella de sangre
apenas te he visto mirarme
y ya te digo mujer porque hasta conmigo.

187.

Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad

188.

Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos

189.

Una palabra es como un animal azul
que se mueve dentro de tu vientre
como una isla o una estrella en la noche oceánica
un sitio
donde hay silencio de silencio
o el silencio tiene luna
o la puerta del silencio una ventana
Tal vez un día se mueva este animal azul
que echo a vivir debajo de tus ojos,
tal vez se mueva como pareciéndose
a algo,
como encontrando los rostros de los nombres
este animal azul, que tiene un nombre,
tal vez algún día se te vuelque por los
ojos
buscando una mano original
para llenarse al final
como una campana completada
que llama a oficio
aquí te dejo este animal
esta infinita palabra
que sólo existe a soledad
pero que la gente se busca hasta la
mentira.
…amor…
qué animal absurdo
cuando no se delira
Detrás de tus ojos
hay un hornero de manos azules
para los pájaros huérfanos.
amor, este animal es un pájaro sin
raza
que va a buscarse las alas en los hombres
cada uno tiene un ala
para darle el nombre
cuando se mueva azul en las entrañas.
A veces vuela con un ala sola,
pero se vuelve ciego y torpe
o con dos alas diferentes que lo rompen
hasta que al fin nos viene por la boca
y se te mueve en el vientre del hornero
haciendo nido en las manos azules.
Éste es mi animal, amor, te lo dejo
para que eche raíces, hasta que me
busques.

190.

Tú eres una niña pequeña
una niña pequeña redonda y luminosa
tus dientes tienen el olor de las manzanas
murmuradas con la lluvia
y tus manos el olor de la tierra
iluminado con la lluvia
Ahora bien, como si tú fueras
en verdad una niña,
como si yo fuese tu tío severo y silencioso
como una vela
te sientas asustada ante mis bigotes
(imagíname unos bigotes de tío)
mis bigotes serían como un lacio cóndor
desplegado y sonreído.
Entonces yo te preguntaría por ejemplo
cuáles son los dientes del tiempo.
Luego te contestaría que yo tampoco lo

y como tú no podrías jugar a ser abogada
como tu tío
ni yo enseñarle a mis bigotes a jugar
con tus muñecas
olvidaríamos este verso de hadas
y te besaría el pecho caliente
como el de una niña luminosa y trémula
pero con las frutas crudas
de la mujer que se te vino
Y mordería el vino duro de tu boca
y de repente te regalaría un
chocolatín
porque tal vez pensáramos que tu
madre tiene razón
que no debemos acostarnos juntos.

191.

Juguemos en la cama
mientras tu vieja no está
vieja estás?
vieja estás?
me estoy sacando los pantalones
¡pero vieja! si no podemos jugar los tres
¡soy yo, tarada! que te contesto como el
lobo
Ah!…
Metele que se nos acaba el verso
Y si sigue
puede llegar tu vieja.

192.

Ya lo ves
cualquier mundo que invente
para que vivamos,
sigue siendo mi fantasía
y entre los dos
no somos capaces de una realidad.

193.

En un silencio de azul
como grillos de nieve tiritan las estrellas

194.

Un día mi grito te irá al soy

195.

El viento pasa su humo de cristal
como un gato de música vacía

196.

Tus ojos de hornero y atrás
Tu ojo empececido
me viaja las horas por las horas

197.

El buzo va buscándote la sombra para
beberte el canto sumergido

198.

Ah la gaviota de sangre
los dientes de luna

199.

cada hombre tiene una soledad para cada uno de los hombres.

200.

Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.

Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo

201.

todo empieza con yo y
siempre aquí será nosotros o
la soledad

202.

Me gustan tus ojos que se juntan en
las cosas que pasan a buscar,
simples, cotidianos,
pero ariscos y feroces como molinos de
tormentas.
Me gustan tus ojos que giran,
que devoran sombras
y que mastican el silencio con que te
miro.
Me gustan tus ojos
porque son hermosos,
aunque tal vez sean sencillos y buenos
pero vulgares;
entonces me gustan tus ojos porque
son tuyos.

203.

Un día enjuagaré mis dedos en tu pelo
lavándome del mundo
para que mi amor te llegue sin palabras
callado y desnudo.

Y apoyaré al otro lado de tus ojos
mis ojos tuyos
y acercaré a tu voz descalza mi silencio
para callarnos juntos.

Y mi sangre pregonará tu beso
como un himno profundo
y en el vientre de tu mano guardaré la mía
como a un hijo tuyo.

Y ese día amor ahuyentaré tus sombras
para limpiar tus muros
y arrodillaré mi boca a tus lugares
para cantarte mudo.

Y me tragará inaugurando oficios
tu vértice oscuro
y morderás el lanzazo que te crucifica
como un hondo buzo.

204.

Siempre es lo mismo, aquí estoy
el ahora y el aquí los llevo puestos
y son el sitio y la vez donde yo soy
la realidad mutable es todo el resto
como un camino desigual por el que voy
ahora el yo mismo, yo lo gesto
el tiempo me traspone yo le doy
el presente como decir es esto.

como un río que pasa por un puente
pero yo soy puente que paso por un río
yo viajo a la par de los relojes. soy testigo
peregrino inexorable del presente
porque todo es desde mí. No todo es mío.
pero todo es porque es conmigo.

205.

Día a día te voy dejando mi flor de luna
En las ramas del viento
mi voz brota como un pájaro de sol
Y yo cargo mis naves una a una
para echar mi canto
hecho de palomas mensajeras
rotas para siempre las amarras
al silencio.
A veces,
cuando meto la cabeza en un pozo
de silencio
cuando estoy ausente
(como la mirada de las estatuas
como la mirada atrasada de esos
hombres)
Tú vienes a beberme la poesía
como una abeja
para tejer la miel que te desborda
cuando estoy ausente
y el canto no te deja mi flor de luna.

206.

Me da miedo el olvido compañera
pero igual he emprendido tu distancia
la frente me lava el dolor de la espalda
y quiero irme aunque de verdad no
quiera
todo te lo he dicho si me quedan
palabras
quiero que te alcancen de esta manera
que aún tiene tu nombre lo que queda
mientras el olvido es el recuerdo que no
pasa
yo no te quería, amor, ¿aún lo recuerdas?
nosotros era un día que soñabas

No me duele, de verdad, tu lejanía
Yo me duelo en el veneno de haber sido
Yo mismo me duelo por haber partido
cuando aún un poco te tenía

En la fe que sobre todo me agiganta
ya perdida no te daba por perdida
el olvido es un camino sin medida
sólo el amor es lo que se levanta

207.

Todo ha sido ya hasta la distancia
(Yo sé que la certeza de las cosas
sólo existe cuando las cosas pasan)
Pero aquí la lejanía nos devora
y sin que haya pasado es como si pasara
el tiempo es una medida absurda
cuando un instante basta para el nunca

208.

Qué absurda esta tristeza de olvidarte
para qué irme si en verdad no quiero
pero igual me voy o mejor, vuelvo
aunque mi forma de olvido es recordarte

209.

bajo el invierno ya
el corazón a media asta del cuello
la mirada rota
y el rumbo sin rumbo
el olvido va.
yo no he sido abandonado
en verdad
no queda nada por atrás
nada he dejado
lo que me asombra
es sentirme triste
con una tristeza que te nombra
aunque no existe.

210.

A veces
largas esperas a la orilla del silencio
echado un anzuelo al alma
para buscar las palabras como peces
desato la vigilia del pescador al verso
y me vuelvo con las redes sin palabras.
Qué más puedo decirte
ahora que ya todo te lo he dicho
haberlo dicho todo
no quiere decir las palabras que te existen
quiere decir sembrar palabras como nidos
como árboles sin viento y sin otoño
donde el alma tiempo afuera vive.
Todo lo he escrito
como un huerto que hizo altar sobre tu suelo
mi voz no se acaba con tus cosas
mi garganta es más extensa que lo dicho
Pero aquí a tu verdad erijo un templo
y tu verdad es cierta.

Ahora
porque sobre tus flores el sol no tiene
invierno
para que vivan tus insomnios lentos
te dejo los horneros de mi palabra rota
Vuelvo a decir amor, nada reniego
tampoco que el otoño es verdad fuera
del verso

Yo no te olvido
mi palabra de piedra no te olvida
el alma hace una casa y deja un
ermitaño
sobre el verso largo que te he escrito
más allá se cierra la poesía
como un huerto que se va por otro árbol.
¿Qué quieres que te diga
ahora que ya todo lo he cantado?

211.

Te dirán que la tierra me hizo cauce
que el mundo se hizo en mí en forma de
guerra
que partí en un barco azul hacia la tarde
cerrando alrededor las cuatro puertas.

Te dirán dondequiera que me busques
que no estoy ni estaré que ya no existo
Te dirán dondequiera que preguntes
aunque sepan de mí, que no me han visto.

Porque ya ha sido la hora del olvido
ya se cierran los rumbos de esta historia
Yo sigo aún sin lugares el camino
Y tú no puedes venirte por mi sombra

Y ya no podremos nunca preguntarnos
si el recuerdo nos busca algunas veces
si volvimos la cabeza al separarnos
si corriste en vano a detenerme.
Y ya no sabrás sobre qué insomnio
el verso te abandona como un barco
en altamar de la tristeza cambia el rostro
y ya no haces ara en el altar del canto.

Y te dirán ya lo verás cuando me sigas
Que pasé por allí rumbo hacia el nunca
que me fui desnudando las espinas
sin dejar ni un rastro ni una tumba.

Porque en verdad me seguirás un
día
cuando veas, tarde la verdad desnuda.

212.

Cuando el hombre no te sea suficiente
cuando busques más allá del día
cuando sepas que existir no es el presente
cuando sea mucho más lo que sería
Volverás la cabeza tristemente
para buscarme en la senda ya vacía
que tanto habrás sido por la gente
sin hallarte como yo solía
entonces con el rumbo roto
errarás sin verdad por las heridas
andando los países más remotos
porque yo cavé tu sangre hasta encontrarte
y aunque te abras la garganta sin medida
ya nadie de verdad podrá buscarte.

213.

Yo que supe la medida del perdón
por todo lo que pude perdonarte.
Mordí desnuda tu verdad sin Dios
y recorrí tu mentira interminable.

Yo te tendí mi tristeza regalada
sin que arredraran mi fervor tus cementerios
yo doblé mil recodos en tu garganta
y quise lavarte el alma con el tiempo
Yo te acerqué mi olvido dulcemente
todo puede ser dos, diez mil veces
Tanto dije tu historia mejor por otras
gentes
tanto hablé tanto canté por
comprenderte
Tu garganta se dobla sin altares
en verdad mentir no es inhumano
sólo quise redimirte ¿sabes?
con la mejor manera de mi mano
Yo que no tengo derecho a perdonarte
ni a pensarte lo bueno ni lo malo.

214.

Creo de verdad que la verdad
es cierta
cuando se la mira hacia atrás
porque el principio
es cierto recién por el final

215.

Hoy me vive tu pelo
lento violín de sombra
largo pájaro quemado de trigo
donde la poesía hace nidos
de alondra

216.

Amiga, mi querida amiga
esta distancia que no tiene raíces
y que en verdad tiene raíces en nosotros
nos está buscando mucho mejor en el
sueño.
No somos buenos, pero tú eres buena
y yo soy bueno
por eso mi mano cava ahora en el silencio
como el último pájaro o el primero
Ya estamos idos. Pero yo vuelvo
la cabeza a cada vuelta del sendero
Es un poco el miedo y otro poco la soledad
Tengo miedo de que seas el último puerto
y descubrirlo del otro lado del tiempo
En realidad, la tristeza se parece a todas
aunque nadie sea como tú.
Esta tristeza, tu tristeza
el último vestigio que te queda.
Yo te escribo para contarte
el primer sabor de lejanía
Nada me duele por mañana.
Todo me duele en ti
como perder una ventana que me busca
que no voy a vivir
Yo que nunca he pedido paso
que he golpeado con la frente en el
miedo de los otros
Yo que soy tu mentira en otra gente
yo que soy tu secreto sin guarida
me rompo
creciendo ya por otras manos
Tendrás olvido y cantaré
por haberte sufrido y olvidado
y luego diré que nunca
porque diré amiga, amiga mía
en otra carta como esta que ya no te
busque
Y en verdad amiga, amiga querida
(y ahora lloro)
me da pena tener que olvidarte
para buscar mi costado mejor en otra
parte
porque tanto puedo perdonarte
y tanto te perdono
y lo pudimos ser mejor que en cualquier
parte
y mejor y más que en cualquier otro
y ya no somos
amiga y me voy por olvidarte
Ésta es la carta del olvido
una nave
que un día tú me regalaste
es la última sangre
que te escribo.
hasta olvidarte

217.

Aquí te soy el rastro la distancia
el tiempo recorrido y el silencio
donde mis palabras son más por no determinadas.

218.

Cuando depongas tu libertad
libremente
poniéndole un rostro al sueño
o mejor volcando el sueño
sobre un rostro
cuando tus alas basten siempre
en un costado consagrado

si yo que tengo derecho a tu
nobleza,
no he sido nombrado
pero tampoco te perdono
te daré mucho mejor la mano
para ser distintos el nosotros
por amigos, amiga, por hermanos.

219.

Te cultivaré
como una abeja que cultiva
las abejas

220.

Te habitaré como un esquimal.

221.

Ahora que el hijo se te va en sangre.
y un rostro se clausura por el nunca

222.

Aquí estamos
agregados a la vida con importancia asesina
Diariamente nos damos gracias por todas
las cosas
hasta por el innumerable principio
de creernos.
De la realidad
sólo nos faltan los hechos
el tiempo
así es que todo es nosotros.
Yo.
Por eso debemos andar.
Estar es seguir
aquí es siempre
La absoluta quietud
de que todo avance
pero nada pierda relación.
Dios.
Aquí estamos
el destino es mañana
aunque todo es antes.

223.

Todo te accede
te existe
como el perfume como la música
como la tristeza
Nada te cuesta
todo lo vives
ordenas las palabras como el agua
Y yo tenía número para cada
estrella de la lluvia.
Por eso aprendí de ti
aprendí amar y ser
Por eso ya nada se busca el testimonio
sino la vida.
Déjame iluminarte
entrar en ti
fácil como la tarde
y vivir en la sangre de tu alma
como el hijo que me esperas.

224.

Me hace frío la ciudad
en cada una de tus palabras calientes que llevo
florecida la piel
El silencio rompe como un mar
y apenas puedo subsistir la arena
Mujer
Todas las furias que guardamos
La ternura que aprendimos a descubrirnos
detrás de nuestros gestos feroces
Las manos
las manos que recogimos
de la sombra
y de nuestras ternuras atroces
como los gatos.
Los gatos de la noche
me hace silencio la ciudad
los hombres
los caminos que sólo van
yo como un camino
porque siempre hoy

225.
CERO

Poca importancia concedo al
origen y significado real de las palabras
teniendo por real el contenido
comunicativo en el que todos se ponen
de acuerdo. creo que cada palabra sea cual
fuere su significado acepcional, es
vivida por cada individuo de manera
diferente, llevando así una
carga vital y una resonancia afectiva
que le da connotaciones diferentes
de acuerdo con el individuo. Es como
un mismo espejo que para cada hombre
tiene un rostro diferente y no es una
actitud del espejo, como tampoco, la palabra, que
en sí y en su relación significativa son
inconmovibles, sino que es una respuesta
resultante del contenido recepcional
del testigo y el signo que despierta sus
propios ecos. según creo serían muchos
los caminos para llegar, contándose entre
ellos, también un colorido sonoro del que resulta-
rían percepciones propias y diferenciales de
cada individuo.

226.

Esta cálida manera de suplicio te agiganta
el infinito del silencio cotidiano te propaga
y recoges mi costado como un lugar para tu
rostro
y ya es tuyo el diario afán de pensarte
que te hospeda.

Ya el tiempo que anticipa el sueño te prepara
con el solo principio
la devoción de soñarte te acomoda veces
y el hábito de tocarte con la caricia que
no te alcanza
aprende en tu imagen tu piel no comprobada.

Tú que inundas mis horas
con embriaguez cansina
que llenas de melancolía de siesta
las horas y los lugares donde mi paz solía
que enturbias el sueño indiferente
(y ya tengo rostro para la cara vacía
que soñaba)
tal vez con infinitas miradas que no encuentran
con ojos amamantados de luna
y ahuecados de pregunta
Tú que pasaste a recoger mi costado
que con presentido imperativo
de razas y destinos
te acomodas sin buscarlo
sobre el tú que te esperaba y ya te
nombra,
tú que pasas a buscar
en una vez un hábito de largas historias
y no necesitas los días para la
costumbre del rito que te adora
porque tienes sin esfuerzo
la dimensión de mi hueco lateral y de
mi mano
y la palabra que arredre mi silencio
y el rostro que aseste a mis tinieblas
una lámpara,
tú que ya te alzas como un faro
y que nombras el ara de mi alma
eres en mí la dimensión de mis vacíos
lentos y lejanos
y en las horas la vez que te da nombre
y rostro y te consagra desde siempre.

227.

Cuando se agobie y sude mi lengua, pero cante
cuando no pueda mi mano una palabra, pero
escriba
cuando no haya ya cosas que nombre mi lenguaje
pero aun sin sendero mi afán de caminante siga,

cuando ya vencida la vela de mi voluntad de puerto,
caiga
pero mordiendo el viento con las manos diga todavía
y con un tesón que sobreviva la agonía me levante,
y me arranque los harapos de las lágrimas y ría,

cuando abdiquen el nervio y el músculo vencido
y yo arroje mi cadáver que me es muerte, y viva
cuando limpie la sombra de mis ojos que me ciega
y esgrima otro velamen que en la tormenta no dimita

cuando ante mi propia tumba postergada
ofrezca mi rezo mi fervor y mi
rodilla
y me pida ayuda como un náufrago y me salve
entonces, esta vida porque sí, me será vida.

228.

si mi mano es fuerte cuando pueda el oro
usaré los dientes
y si mi boca puede fortaleza con mentiras
clausuraré mi mente
porque el mundo es una borrasca para mi barco
de timonel impotente.

229.

A tu imagen le he hablado muchas veces
como rezando lejos.
a veces hinco mi voluntad a tu rostro
y pienso.
Ésa es toda tu manera de presencia
ausente.
tu rostro empieza un sueño
sin presente.

230.

Sobre el mapa de tu arena caliente
voy cayendo peregrino y me levanto y sigo,
y dejo un rastro de historia
y una estela de sangre
porque copiaré mis pasos
en las veces nuevas que serán como ésta.
Yo que me seguiré a mí mismo
voy tildándote el sendero que es calvario
amamantando mi derrota que subsiste
en el cactus dormido que enarbolan las tumbas de
tus médanos.
Te digo el dogma de la palabra que
no tiene cosa; y tú entiendes que te amo
porque le asesto a la leña preparada
en tus guaridas el grito de mi antorcha
que te desata el eco llamarada.
Y tú vas con un labriego interno que
cultiva en un telar que es misa
con la abeja al medio que te crece y vive

231.

Hoy he intentado sin poderla, la poesía perdida.
y ahora digo que te canta, pero es silencio
que te evoca y calla
Por eso vive tu hora sida
en la imagen que te recuerda y te comprueba en
tus veces.
Tú eres tú porque te pareces a mi alma.
y ésa es toda la poesía que te habla.
¿Es verdad que no te importa
que no te revolotee sobre las sombras
la paloma mensajera que es palabra
o que haga un hornero de barro o de miel
la abeja que yo enseño a volar en mi alma?
No encuentro la poesía, es cierto.
tal vez no sea mía; pero esta catedral de silencio
esta manera de todas las palabras,
esta casa vacía o esta mano tendida
es una manera de grito que te calla.
Por eso toma mi poesía transparente
esta bandera que es fe sin colores y sin patria
y agrega a una página en blanco, con mi nombre
las palabras que quieras escuchadas.

232.

Te ahonda un mito de abismo y
laberinto
el tal vez es un recodo en que la duda
espera

(eres en principio; nueve veces de
sangre, postergadas)

mi mano agreste, en la guarida
del acecho te imagina.

Llenaste un espacio porque tienes
algo de mi silencio (y después de ti)
te pareces a ti todas tus veces

¡Qué importan otros rostros de
la espera
si el tuyo era el final de la
vigilia!
Eran posible una mañana una
lluvia, una tristeza
ojos sonoros o calientes
Era posible una mano de junco
y una voz de ciruelas
un posible infinito y un quizás
clausurado
y ya tiene la imagen que no era
recuerdo
tus dedos de damasco y tu voz de
madera.

233.

El tiempo es un camino cualquiera
cambiaremos de camino y el aquí será
un ahora.
la vez primera tiene más allá
un instante y un lugar para los dos.
Allí empezará el recuerdo
comenzaré a poder perderte
pero más que todo a recordar y perder
la cuenta de las veces.
Los días serán hacia después los tuyos.
el tiempo nuestro nos tocará la espalda
como un rastro diario que será la historia
Y nos aprenderemos con el silencio
y con las manos
y olvidaremos cómo era la ignorancia
de nosotros
porque seremos contiguos del antes que olvi-
damos.

234.

Quiero gritar silencio porque no tengo
qué decir
entonces repaso las cosas cotidianas
con la mano cansada de los ojos
habituales
Todo converge en la nuca de mis ojos
La ventana mi mano las cosas en mi
mano, mi sombra mi silencio
Tal vez este silencio sea una manera
de las voces viejas

235.

Por esa soledad previa de todos que me abdica
porque una vez es tu principio
y una tácita presencia te prolonga;
por esa mano que reemplaza el hueco en una mano
y el pescador de la mirada que socava
y sabe desde antes que sea la palabra
por esa compañía en un instante
y esa hermandad sin germen ni cadera
por esa devoción de nombrarte con silencio
cuando eres esa soledad con que me ahueco;
por esa simple mitigación de siglos
con un solo segundo de restituir presencias
te nombra el tú que titula mi costado
y mi mano de amigo es la disposición que espera.

236.

Contigo visité mis días destapando asombros
le agregamos al tiempo los lugares
existiendo los acontecimientos
Y allá en la sombra final que nos juntábamos reducíamos a silencio el parapeto.
Todos los miedos nos guardaron.
y no tuvimos una segunda estrella
con que saber hacia dónde.
Contigo poblé el nosotros como una
ciudad vacía en espera.
Allí nos asumía el barro la historia de
testigos.

237.

Las campanas latidas como palomas huecas o corazones de vidrio y sol
el corazón de barro se me derritió laxamente
con el ín-timo sonido de un sabor
a miedo o vergüenza
la noche se abrió la luna bostezaba
y se desperezaron los muebles de la sala
un estático cansancio se amontona,
cabeceó de nuevo la campana. pasó el tiempo
hasta el último latido y supe
que había sido el
último

quedó un hueco himno sonoro que se
diluyó como un pájaro diezmado

238.

toca la nada con la punta de los ojos
como un ciego y me regreso sin
haber partido soy siempre la mitad
del camino cualquier parte de un
sitio que no tiene lugares
algo me naufraga me destina al silencio

239.

A veces vuelvo sobre mi propia sombra para
haberme sido. Todo lo estoy entonces
Redondo total testigo.

240.

Un número es cierto
pero podría decir cualquiera y sería
igual,
porque no sé cuánto
sé que mucho y eso es todo.

241.

La ciudad se refriega contra mis
ventanas

242.

Qué puedo decirte de mañana
si aún te faltan tantas
mujeres para ser.

243.

Diariamente mi duda pregunta a la otra
orilla de los ojos
por tu rostro como un solo tal vez indescifrado

244.

Tú, que tienes paz para estar triste

245.

Perduraré en ti para que tildes con mi
nombre
las horas que fueron mis veces.
porque debo quedarte
como el eco del mar en los caracoles.

246.

vulnerable en
un talón o una mollera

247.

el cáliz de tus manos.
pausado.

248.

La felpa del sueño me entibiece.

249.

Tu voz de felpa me enturbia a veces
como un aliento a una ventana

250.

Una música turbia y seca que me raspa.

251.

Diezmar las sombras.

252.

La tristeza se instala en la nuca de mi
alma y se hincha
como el incienso que se expande.

253.

Bastan dos veces para tildar el tiempo
comenzar que es ya recuerdo
inaugurar pasado y abrir olvido
compararte con tu imagen
y soñar mañanas.

254.

Ahora tengo tu rostro para ordenar tu nombre
tengo el rumbo fijo de tus ojos hace mucho
pero basta para mirarte a los ojos.
Ya puedo recoger tu sueño sin equivocarte
y decir tú y decir los otros.

255.

Porque eres más bajo mi frente, como un secreto de
tumba.
¡Qué importan las veces de tu casi carne!…
si amo más mi alma

256.

Quiero fracasar mis propios
fracasos
ser vencido mis propias
derrotas
De la experiencia de los demás
estoy avisado.

257.

Hoy que ya mañana

258.

Como a las cosas que se evaden de la inercia de largas
lejanías volveré a hallarte
porque ha sido tu principio
ahora ya puedo decirte entre el fragor
del mundo y buscar tu rostro
rescatado del tal vez y el nunca

259.

Un pájaro de historia resucita
y se sacude el polvo que lo cubre.
la hormiga labriega grita su cansancio.
He de saber que vivo.

260.
EL SILENCIO Y NOSOTROS

Las hormigas de mi boca te han marcado
por la espalda las venas de la tierra
han bajado a la sombra final buzos de sombra
para tragarse el silencio que te vive los vértices
de tu colmena más honda
Ya todo te lo viví como el silencio, ala total
sin testimonio. Y sin embargo, aquí
me quedo como el labrador adherido a tus
tardes para seguir empecinando la savia
de la tierra madurada en una flor.
Nos ha entrado el silencio como a las casas
de los que han muerto lejos
En los nuestros erigidos se agrega la distancia
de otros tantos rostros. Y no nos dolemos
sin embargo que un árbol nunca ha sido
lejanías y nos quedamos, con las raíces
clavadas en nosotros, como estamos
buscándote el otoño en el verano

261.

La noche queda doliendo.
Te cansabas de comerte los
prados del cielo
como un potro azul de silencio
alargándose la sombra de vacío
por el viento
volveremos a nosotros dormido
sin sal de la locura
como el pescador que olvida el
hada que le subió de las redes

262.

Ya vienen las botas tapando
en los hormigueros los ojos de los
hombres que fueron testigos
la tierra es hombres secos
manos vueltas al beso inicial
tiempos y sitios distintos que ya
son lo mismo
Pero este regreso no es haber
tenido partidas
Ya vienen las botas de la profecía
sobre los hombres que ya no son
las cenizas
Suenan sirenas extrañas en los
puertos vacíos
lloran algunos niños de historia atrasada
algunos ojos enormes comprenden y aceptan
al final de un camino que eso era el desvío
y mientras van desmantelando palabras
como las golondrinas de la última primavera
cierran como templos de Dioses desmentidos
uno por uno los extraños niños
y como el agua de la lluvia última
cerradas en el número infinito
todas las semillas que ya nunca frutas
emprenden la nada por los mil abismos
de los hormigueros que caen al nunca.

Una rama se quiebra bajo un pie desnudo
el primer acecho donde se abre un ciego
pregunta en la sed y en el hambre primeros
qué es esto a lo que empieza ya a llamarle mundo
Y sin saber que ya, es decir mañana
sin saber que estar es haber llegado
descubre sus manos al tomar la
rama
y se queda absorto contemplando el
barro.
Destapando miedos la primera
sombra
la noche primera todo dolorido
se vuelve redondo para achicar
el frío.
regresando al barro como buscando
abrigo
Huyó tanto ese día se hizo tanto a su carne
que reconoce los ojos por la mañana y se abre
se toca los pies, es el primer niño
es el primer miedo se toca se toca
se alza como un pino se tropieza y cae
le duelen los pies se toca, no sabe
toma algunas plumas, toma algunas
hojas
son suaves, las pisa y ya no se cae.

Una rama se quiebra bajo algunas hojas
reconoce un punto, un sonido extraño que
no está en el aire
levanta la rama que pisó. como antes.
reconoce antes reconoce ahora
los pies no le duelen, se mira las botas
ya no mira el barro sigue hacia delante

263.

Porque soy como todos, un aquí y un ahora,
una muerte posible y un recuerdo
de veces
una esperanza abierta y más que todo
siempre
un yo que dice de los otros y que ignora.

Alguna vez he sido el tú de un labio
y lo que a alguien le faltaba para ser
nosotros
que fue conmigo, tal vez por eso soy un
antes de los
otros
y un después que mentirá a la espera
hasta ser pasado.

¿Qué más soy? tengo cosas mejores
silencios que son menos pecado que mentiras
mentiras que son menos peores que odios
y que iras
y tengo más que todo muchas cosas peores
no obstante soy también lo que me es
un amor hacia mí mismo que llaman
egoísmo
y un a veces amor hacia los otros que es
lo mismo
según me vuelva amado de los
que yo amé.

Ése es todo el ser que soy, un alguien

un testigo de historia o un pedazo de
ella
una manera de poder morir. Mi vida
es ésta.
Después
Una tumba sin nombre y sin mártires.

264.

Tú;
porque no necesitas nuestra historia para nuestra
costumbre
porque el hábito contigo
es mutuidad de espera
y paz de solo conservada.

Tú;
porque llegas y lo tomas todo,
como si fueras el fin de una vigilia
(basta un solo llegar para dos abandonados)
Tú; porque
nadie puede negar tus palomares
a mis alas descansadas.
¿acaso no es tuyo desde siempre (porque
ibas a llegar)

Porque en ti acaba una espera; tú.

Tú y tú, porque ya estás conmigo
y subo a mi corazón y desato el oleaje de un campanario
para rezar, para llorar, para gritar
y nada te doy ni tomas, sino que todo es tuyo.
el día, el domingo,
y la sangre retoza, niña y de día
luego de tanta ansiedad
de auscultar horizontes
Tú, porque
en tu primera vez habrá desde antes
ya un rito cotidiano,
tú porque diaria compañera ya,
recoges el musgo de sombra que me
crece por la
noche,
y enciendes una lámpara de palabras al
silencio,
que no es el mismo, tibio
en que nos callamos (pero no callamos)
aprendidos y apretados tantas horas.
Tú porque pusiste tu nombre a mi poesía
como haciendo una casa en un territorio de
abandono.

265.

En estrechos zaguanes se acantila una
doctrina
echar redes a un huerto con afán labriego
y soñar con esperanza de pescador poeta

266.

A veces en tus ojos florecen palomas
y sangras la savia que te sube desde el alma
tienes tristeza de andenes finales
y fervor de labriego para llorar.

Un íntimo himno se te escapa por los párpados.

267.

todo empieza con yo y
siempre aquí será nosotros o
la soledad

268.

Cada día entierro un túnel
pierdo millones de historias
me soy
pero me camino no toda la tierra.
entonces sin preguntar todas las cosas
que no, me siento diferente, único,
sitial, solo.
pienso que somos un barro de ciegos
caldo de ventanas derretidas que a veces
pregunto quién cocina.
Hoy enterré un altar como cualquier día
tal vez porque usé las piedras antes de
hacerlo para matar pájaros o esconderme.
Hoy me enterré un altar hoy morí
tantos testigos
y me acepto en la imperfección de
poder ser cualquiera cualquier
cosa. cualquier historia cualquier
nunca.
Si la realidad es siempre lo que ha
sido, qué importa ser yo mismo
u otro que al fin sería yo o él mismo.

269.

¡Qué importamos desde o hacia dónde si a
veces aquí no nos existe tanto.

270.

las manos con la boca abierta.

271.

«me cuesta lo que dices»
—jardinero—
colaborar con tu imagen.

temo que no correspondas con mi
imaginación.

272.

yo soy pastor de silencio
tu sangre será arrancada de
raíz
tu sangre de raíz,
éste es el verso.

273.

entraña de corazón
y viento
rumbo crucificado

274.

…Pero ya zarpamos el olvido
Ya nosotros. el nunca. ya todas las cosas
ya el silencio es un país vacío
un ciego que volvemos noche a noche
Ya nos ponemos el tiempo
la imagen que nos están los testigos.
Ya nos brota el nadie que existimos
a cada lejanía
y aceptamos la historia sin tiempo
a cada rostro nuevo.
Ya todo lo partimos
Ya todo lo quedamos
Desde aquí nosotros
como habernos crecido en los ojos
desde aquí la nuca y mañana
como los puertos ——
Ya todo lo zarpamos
llegados desde nunca
hasta la eternidad de morir
contando tiempo.
¡¡¡Y a pesar de las cosas que nos existen
¿qué nos quedamos sino el
rincón siempre después nunca que es
siempre. infinito
del silencio tiempo adentro de
nosotros?!!!

275.

Mírame a las manos
Mírame a los ojos como a la profundidad de
un ciego.
Y cállame a las sombras
a las manos como a una actitud de
árbol y diluvio.
Cállame a los ojos
Cállame a la espera
de llegar hombres
o inhumanos
Dios
de otra manera.
Cállame al silencio
vaciando espejo sobre espejo.
y cuando tu mano vuele
tu pájaro inicial
raíz venida de la luz incomenzada
cuando alas la soledad
de mi diluvio sin ausencia ni
espera (de ser único)
habrá sido el silencio
palabras enteras

276.

Mi mano habrá muerto de piedra y cielo
y vendrá tu pájaro de pan
a anidar en los rincones de mi raíz sin
sed como un cangrejo.
y se pondrá tu garganta. como decir
la tarde
se pondrán tus ojos como barcos nuevos
y aprenderé que estaba solo en tu costado
como el viento
como despertar con la mañana y saber
que estaba ciego
Ah! tantas tardes gaviota
abierta en el durazno
me sentiré poeta u hormiga en tu boca
de playa infinita
tantas veces abismo
y laberinto de sangre
y nido en el rincón de tu piel sin
naufragios.
Mi mano habrá muerto de silencio y
muelle
pero la mañana de la noche larga
irrumpiremos silencio en silencio
sombras envainadas en la sombra
como una lámpara de sombras
y una gruta solitaria.

277.

Habremos habido tanto azul sin principio
como errantes eternos
en la irrealidad del otro
y allí tapados del diluvio siempre a espalda
que nos acorrala
allí barro de ciegos
mezclados como los hombres y
las hormigas
alzaremos el grito encontrado
como un mástil

278.

Mi mano hará raíz en tu garganta
tu víscera
un púlpito como toda la tierra
nos gritará por todo el tiempo
hasta que el mar ya no nos llegue
pero sigamos sonando a libertad
como los caracoles.

279.

Rodearás la eternidad como una
semilla. pero te faltarán
testigos. ——

280.

Ahora, cuando el mundo excede mi garganta
echo las manos al silencio sin peces
y la sed ahueca un caracol en la
sombra.
Yo he sido a veces una hormiga inexorable
sobre mí. comiéndome los cerrojos
vivo el rito de suicidarnos en los
números. Y cumplo como una
golondrina
con la inexorabilidad del infinito en
un anillo.

281.

Y la inexorabilidad del infinito en
un anillo, éste, pero en realidad cualquier
lado del mundo
cualquiera, pero esta manera de la
gente.
un espejo que nada emite, que todo
lo traga
que existe las cosas de sí testimonio
como llevando la cuenta
a veces me racimo
multiplicado en manos
por la sed de serme en cada cosa.

282.

Duelo y soy como un anzuelo
desclavando azul en el abismo
duelo en el muerto donde vivo
el que muere me vive lo que duelo.

283.

creo en ti
como un ciego en una mano

284.

A grito abierto te desboco
mi sombra como un
barco nada.
para que te vengas con tus
propias maderas.
de todo lo caliente
el árbol de sombra de los hormigueros
todo el velamen de la tierra
como una mano de silencio
te agarganta todas las
palabras sin vientres como
pájaros desnudos
descalzos.

285.

(irrumpiendo como el cielo atronando
un pez)

286.

Mano adentro de tus ojos
la espera es una soledad eterna
Vengo a tu último ciego
para vivirte el relámpago que me tragues
Y en el andén donde todo está aceptado
rompo el candado final
y el tiempo no habrá sido cerrado.
…Y sembraré sobre los huesos de todos
los muertos obligados.
sembraré sobre las gargantas que gritaron
en remotos lenguajes sin testigo.
para añadirme a tu sangre.
El diluvio será la espalda de un pájaro
el nunca, el tiempo de la nada
toda la soledad
y luego alzaremos el silencio ganado
a garganta y ciego
para hacer panes de palabras
con la sangre genital de las
estrellas.
Todo lo habremos, como el silencio
mano adentro de tus ojos
donde nos raíces el mundo.

287.

Viviré en tus dientes como las gaviotas
en la roca, agregado a tu grito
(como los mártires en el último
héroe)
y ya sabré qué era vivir, a la hora
de morir con razón.

288.

Caeré por tu sangre como un náufrago
en el silencio

289.

barro de silencio
pero nunca vuelves de
mañana porque el tiempo es un camino que sólo va.

290.

La cuenca de tu savia
circular
la ruta del molino
sin fatiga
ruega de savia tu
corazón de barco

agua luminosa

291.

Puedo quedar con tus palabras
para probar como un rompecabezas
el mundo que les cabe.
las miro una por una como si fuesen
caracoles
midiéndole a cada una la soledad
que me viven.
me pongo tu canto en la garganta
que me espera por adentro
como un buzo
como haciendo camino con tus mapas.
Siento que te soy testigo
Y bajo hasta serme ciego en tus mismos
abismos
a preguntarme cuál es la ceguera de ver.

292.

En el día tu mano o la mía es un
puerto que aprendemos a haber esperado
tanto.
Toda la soledad averiguada en un rostro
nos irrumpe en el instante de empezar
a perder la cuenta de la eternidad.

293.

para envainar mi canto en tu garganta
como la lluvia en los hormigueros.

294.

Para sernos de verdad
todo será cenizas por la espalda

295.

Alguien más yo que yo mismo.
De todas mis distancias tú eres mi
única ausencia.

296.

Tu voz es un vaso de distancias
como el mar en un caracol.

297.

Me trago la raíz de tu garganta
y leva anclas tu soledad por mi vigilia

298.

Toda tu soledad que me tragué

299.

Madúrame tu pelo el silencio.

300.

porque no importa la palabra nueva sino la
vida nueva
voy diciendo cosas que algún otro ya dijera
que ya han sido dichas
como estrenando con mis uvas el vientre de la
tierra
sin preguntar por otros huertos ni por otras
primaveras
que el costado se nos viene de lejanías y nieblas
como decir aquí, hoy esto es lo que sería
y decimos tal vez como decir mañana a ciegas
tal vez: la única certeza que nos queda todavía.

301.

Partir es bueno si aprendemos
el camino de vuelta

302.

Una esquina cualquiera una canción
cualquiera desdibujada en un silbido
cualquiera

303.

Más a ti de tu coraza. coraza ¿sabes?
mi imagen es mucho más que tu silencio.

304.

hace falta o que Dios te imagine muy
potentemente, o tener una imagen muy
potente de Dios.

305.

Tenía una cara minuciosa

minuciosamente arrugada

306.

Más a ti que tu coraza
(tu coraza sabes?)
pierdo el rumbo de mi propia sombra.
ahora es otro silencio el que quemo
con palabras
Guárdame tus cosas del nunca
yo soy el que te tendrá eternamente
porque mi tiempo sin horas no
tiene partida.
Adiós a tus manos que todavía
soy ciego
Adiós a tu boca de gaviota que
no tuve tus tardes
Adiós a tus hormigas dulces
que no pude decir estrellas
Adiós a tu garganta de caña
que me quedé la savia.
Nada nos anuncia
nada parte
Hoy partir es perder una historia
antes del día.
Tú! partir es desmantelar piedra
por piedra los altares
toda el alma acudida a responder
un rostro
Adiós un poco también a mí mismo
Adiós un poco mucho más a mí
mismo
Hoy no hay otro tiempo que el que
pierdo
me voy quedando atrás de la
distancia
como ya predecirme en otro encuentro
la mirada vacía
la mirada como la mano de un
muerto.
Si tú quieres volverme
(regalarte la otra punta del silencio)
estoy en el zaguán de tu tristeza
como un hombre redondo
en el frío del invierno.
llámame a pasarnos nuestra historia
a poblarnos de manos el silencio
a secarnos la gente de los puertos
y el destiempo que nos pasa
con la luna caliente de los huertos.
En tus dientes vivían mis gaviotas
de tu silencio marino
me quedo con los sueños
búscate la frente que me toca la
espalda
Que yo no supe treparme hasta tu
beso
para abrirte un campanario ojos adentro
Ahora que la distancia es soledad
Adiós con el beso que ahora sí
tiene soledad

307.

no creo en los presagios pero siempre después de
las cosas tengo la impresión de que hubieran
sido auguradas. pero sólo en los casos de cosas
que me importan es lógico.

308.

Si puedo desmentir los astros que me obliguen
elegir las estrellas que me hubieran sido

309.

Cuando le crecen dientes a mis manos, te
espero en mis manos para saciar tu espera
milenaria como un diluvio o invadir
el acecho de tus alimañas con una antorcha
interna en tu sombra. Todas mis quillas
poblarte como la tierra, pero sólo para
gritarle a tus raíces para clavar mi mano
como un ancla en tu espeso silencio
para añadir mis anclas de madera a tu
hambre sin puertos — llegarte así como se
anuda la indescifrable mano de la niebla
con el humo de un barco de lejanía sin
nombre, y bebamos así la última sonrisa
de los túneles la soledad de un niño sobre un
soldado muerto grotescos como pájaros que naden
sus primeras alas. Todo cansarnos, salvajemente
ciegos como buzos en la tierra y reírnos como un
campanario de la palabra amor de todas las pala-
bras que nos quieran explicar
Voy a tascar la última arena de mi oleaje
latido a alas y campana sobre tus cerrojos
abismos. Te voy yegua marina, garza
cansada después de la tormenta porque después
de abrirnos, tal vez podamos arrasarnos los
días que nos esperamos.

310.

Chau, este beso sí tiene soledad
por eso te lo dejo como un pájaro
para que sea más fácil la distancia
pero para que sepas volver
o llegar.

311.

Tu luna es un corazón de pan y el viento
de sangre una voz de silencio
estoy pensando en ti
por eso me siento como se sienten los poetas
me siento poeta
como para decir que naufrago a silencio
o que canto con las manos
como un árbol
de lenguaje ciego.
Todos los himnos quietos
me vienen por la saliva de la noche
como el barco pájaro del beso.

312.

Hay cosas que son istmos de contacto
tácitamente comunicativo. La
moda. el diario. pero donde no
internalizamos interpersonalmente
donde no hay una participación
ni un aporte directo, sino y no
indefectiblemente una aceptación
y asumisión de todo lo que al
fin constituye lo caracterológico
de las circunstancias
Convergemos por tiempo en los detalles
que determinan lo que llamamos
época

313.

Qué vacío gritar con otra cosa
que silencio

314.

Este barro de silencio y náufrago
me va tragando como una ciénaga.
Enciendo mi linterna de sombras
y apenas alcanzo a callar unas estrellas.
No tengo más remedio que caminar mi
peregrino
me paso la frente por la espalda
pero no hice camino

315.

todas las sectas de mi sombra
conviven con tus lámparas.

316.

Subiré por tu espiga como la sangre
de la tierra
hasta poblarte los ojos que tantean la
música
te beberé en la garganta el pájaro de la locura
y seré desde adentro el sitio por afuera

Haré barcos con tus dedos de caña
de pan
para ser a los dos lados de la nada
midiendo diluvios en las alas
de tu dulce pájaro voraz.

317.

Como un caracol de la tierra.
Me alargaré como la lluvia íntima
en los hormigueros, midiéndote la sombra
te cavaré por el camino del grito
hasta liberar el pájaro ciego que espera.
Será en ti el mar, toda la sombra y
la tormenta en caracol, para pulsarte
la locura a corazón bajado como el
latido de las olas que enumeran los barcos.

318.

Me buscaré el buzo a tu manera
destapándome una soledad que me
llevas
El silencio de los hombres está
callado de tantas
soledades
Llenarás tu silencio (el que me vive
el otro lado de tus palabras)
como una mano.
Tantas manos me van apareciendo
con la gente.
Tantos ciegos voy alargando la
mirada.
y tú serás sólo un dolor para
mi muerte
cuántas veces digo tú

cambio las caras
mi costado es el sitio de
todos los hombres

319.

Si en la vena del tiempo coagulara
y frenase la sangre el transcurrir
y fuera bajo el puente la misma agua
que se petrifica en quietud y no se cambia

320.

Cuando llegues temo
quedarme
coagulado y quieto,
petrificarme
gritarte en silencio
no poder tocarte
ni ante ti mostrarme
etéreo
ser fantasma
incolora nada
invisible, ajeno
cuerpo, a tus ojos ciegos,
de materia callada

mírame al pasar
que yo estoy mudo

321.

yo sé que antes y tras de mí hubo
y habrá
alguien que vaciará el vacío de tu
lado
yo sé que tú me crees el candado
última perla de collar

322.

¿Cómo puedo callar el canto que me surges?

323.

¿Cómo gritarte mi corazón de palo
como un árbol, un hombre que no ha
sido entero
cuando pasas como un viajero
por mi carne pobre o mi riqueza
de árbol?

¿Cómo se abre tu carne ciega
congregada en flor donde la lluvia
es viva
asomada tu soledad en un aljibe
y tu piel existida en lo que besa?

¿Cómo gritarte amor esa pobreza
esa pobreza de acero en la madera
esa existencia ser afuera
de buscarme el hombre más allá de la
existencia?

¿Cómo gritarte cuando pasas aquí
pasas
cómo gritarte (la hora mutuamente)
que eres el aquí, el ahora, tú la gente
el costado que se nombra en lo que abarca?

Y tu mano me baja como un pájaro
caliente
nos buscamos el barro por el ciego y por el
topo
la guarida es el lugar cuando existimos
miedo. Pozo
de la lluvia que cerramos

Pozo en la madera buche de savia
corazón de pájaro y silencio
en el pecho del árbol
que se cierran
como latirte la savia en el cuello de
la tierra
con el topo de sangre
ciego en la estocada

gritar, ir comprobando oídos sin
cerrojos
como gritarnos a los ojos solos
y arrancarnos la raíz por la garganta.

324.
JESUCRISTO

Una ciudad. un reo. crucificado
en el suelo. ruido. tiembla
se cae poco a poco todo. doce
hombres que quedaron en la plaza
avisan a los demás que mientras
huían pasaban aviones vacíos
que tenían las escotillas de las bombas
abiertas todo ha quedado radiado
el muerto en la plaza. es el único
que se corrompe. los doce envejecen,
los demás luego de los siglos comprenden
que han enfermado de inmuerte

325.

Un día te abriré te asumiré todos
los silencios como la tierra fue toda
tumba alrededor del primer muerto
como fue toda huerto
bajo el primer hombre
un día te abriré
te poblaré la historia
para que tengas tiempo

Y no me importarán
los olvidos que se te abran por
detrás
toda tu tierra recogida en una
raíz
como tu carne accedida en una
lanza.
Serás invadida. tu testimonio
vendrá de la locura como un pájaro
que llega del diluvio
caminaré tal vez sobre un abandono
(sólo hay abandono donde hubo
partidas.
el silencio empieza después de
la última palabra)
pero andaré empezándote ritos en tus
templos sin oficios.
allí aprenderé a cantar
con tus cosas
tu tierra subirá por las semillas
allí te abriré entonces
el sol será a los dos costados
de una punta
como la lanza por afuera desde
adentro.
allí acudirá tu espejismo
abierto el ciego
en el primer espejo destapado.
allí serás a los dos lados
de un espejo
con la savia a media asta
mordiendo la lluvia como los hormigueros

326.

El tiempo, eterno ahora sucesivo
como el día, final postergado cada día,

327.

Noche a noche tu pecho de altura
baja a recoger tu corazón de pan
sobre las olas
para juntar las manos al ritual
pagano
de rezar con la voz desde la mano.

328.

De tanto gritarse solitario
mi silencio se suicida para ti esta tarde
mística resurrección del rezo

329.

Yo soy tu sangre recogida en la tierra
la lluvia que se cae por tu fruto en verano
y el tesón de golondrinas rumbo atrás
de primaveras
que levanta tu sereno como un faro
Soy el otro lado de tu mejor silencio
y el silencio que guardan todas tus palabras
por eso te subo en las noches sin rezo
como el fervor que junta las manos
en las almas.

Y yo te amo a veces sin nombrar mañana
y sin bastar ayer no paso a recoger
tu día.
a la hora del recuerdo el sueño no
te alcanza
y la noche callada te vuelve lejanía
Eres mejor que el verso que te
nombra y canta
mi voz no te puede como tus suaves tardes
por eso el recuerdo te intenta y no te
alcanza
y el canto es oración aunque yo cante

330.

Hoy la lejanía, profecía de los hombres
se alza, tarde vertical

331.

Acatada mi rebelión
maniatado el grito
crucifica la garganta.

332.

Desde tu voz te llamo.
levanto la soledad que me acom-
paña.
como levando anclas
a un pájaro último de
recorrer diluvios.
Más allá de mi silencio
tu voz se extiende
agreste sobrevida de una
sola soledad que canta
sola.
El mundo te reclama
se te clava en el remanso
de los ojos
empezando túneles de angustia
recogida
el mundo te crece por los ojos
empezados caracoles de rumor
infinito.
Como se guarda la luna sin
haberla comido
tu soledad es mi abandono y
mi silencio tu pobreza de
palabras.

Y aquí estoy nombrando cosas
que no nombras y eres
porque tu rostro sirve para mis
manos,
y a este hueco sonoro que tiene
tu nombre
le crecen palabras en la
primavera.

333.

sangre
alto púlpito de pan,

334.

Has caído a mi garganta para
Mi voz sin cadenas.
Por eso tu albedrío está en mis
alas y mis velas
Y puedo gritar

335.

Con mi voz de barro
Voy a hacerte un hornero
para que vivan tus ojos de remanso
y de luna
y para guardar tus hondas manos
de manzana
con mis roncas manos voy a
hacerte un silencio
tú tienes, recuerdo, lentos dedos
de caña
lejanas partidas asomadas al alma
y el ancho peso de trigo como
un rumor de
sombras
cayendo de tu espiga hasta
la tierra.
Con mi garganta de caña voy
a hacerte una
estrella
para sembrar en tu tristeza una
larga ventana
Y con mi ojo de acero una luna
quemada
para un sol infinito más allá del
invierno
Quiero hacerte la mañana de mis
cosas mejores
te pareces a mi alma cuando te
recuerdo.
por eso me bastan estas tibias flores
que son largos vientres a través del invierno
No te importe la tarde desnucada un
día
hoy el mar se desboca sobre el tiempo
desbordado
y donde el canto era una quieta actitud de
espacio
como una dulce flor silvestre te ha crecido
el verso.

336.

de vientres y lanzas
de oscuros panales
y pasillos sonoros de lámparas
de penúltimos estambres
de labios azules soportando naves
de cálidas dagas
y travesía innumerable sin lugares
de hombres desfondados
como el eco indescifrable en los pasillos
de hombres largos
en el círculo infinito del anillo
retomo la carne
y el tiempo estacionario
el infinito inmóvil me desvisto
me fue designada la llave
desde vientres largos
y asumo la vez que me asisto
olvidado ya el número del ave
y el diluvio inmemorial que me subsisto.

337.

a la orilla
De tu savia nómada como el verano
fui degollando flores
que se convertían en mariposas.

338.

De savia vengo
de telares remotos
urdiendo centinelas en las torres
del ciego vegetativo como la nada
por el tiempo sagital que me numera

En una tumba de altura
la luz que me transcurre
digo madre
el candado florece como el pájaro coral
el buzo que pasará a verdad
ya existo la mirada del que sea testimonio

en una mesa azul olvido vasos de música
me han sido cambiados los emblemas de la sed.
los signos que ya no significan
yacen como cadáveres que no son muertos
y desde los lenguajes desmentidos
que nos solos
algas en el inapelable infinito de la nada

digo madre y suena
a rostro aún
a palabra que subsistió la cancela
como asumiendo el espejismo
de creer en espejismos.

339.

Perdido el tiempo de recoger actitudes

de alguna mañana que me exista los ojos
sentenciado a sal
de barro proverbial
descifrado
o templo desmentido

la trinchera abandonada
el acecho sitial de los ojos de un muerto
rictus de infinito que no desmentirán los gusanos.

340.

…Pero no podrán desmentir el veredicto original
de haber sido designados hombres.
condenado a

341.

llevaba los ojos raspados de vientos azules
y un día retorné a mi vigilia
de ventanas dibujadas en los muros

342.

riguroso como un anillo

343.

de soñar con rigor diario las mismas cosas
que dejaba en el sueño como despertando
perdí la realidad.

344.

Querida Gual.

Yo aprendía a escribir mientras
el cartero tocaba el timbre. ¡Qué casualidad!
Cuando leí tu carta me sentía tan capaz
que me pareció ridículo dudar.
Quiero explicarte bien. Escribir no es
producir palabras con trazo de literatura.
Eso es lo que yo hacía. Ahora no. pero
tampoco escribo. Por eso te digo que
aprendía. Espero haber encontrado la
veta. Es muy difícil. Como sea, voy
a estar en tu día del ERROR para producir
palabras, o escribir. En estos casos el asunto
no es cómo sino qué.
Estoy un poco flaco 63 kg. según algunos
loco; pero no con la trascendencia de los
locos verdaderos o los genios, sino con la
de los estúpidos.
Yo opino que convivir con una estupidez como
la que ahora me pasa es otra cosa que locura
o idiotez. Es búsqueda. En eso ando.
No importa qué se encuentra. En primer
término importa la inquietud, luego saber hacia
dónde. Por eso, pagaré con muchísimos
kilos más de lo que sea.
Es como gastarse las manos contra las
piedras. Un precio bastante bajo si se
considera que se logra salir de una cueva.
Yo les he escrito muchas veces. He pensado
que les escribía. (no puedo con el genio y me
justifico). pero ninguna carta emprendió
la distancia.
No les pido perdón. Es como no tener la
culpa. Ser, nunca es una culpa. y yo soy
de alguna manera que no tiene cartas y cum-
plidos.
Manifestar no es lo sustancial. Y yo sé
que ustedes saben que todo lo que se recuerda
es mucho más que un millón de cartas.
Por eso, cuando hay otra cosa que un respeto
y una formalidad sin fondo se puede, sin
temor de perder la propia imagen, existir
en la verdad de estar lejos y cerca en una
misma distancia.
Claro está que una carta es una ayuda
para los extraviados en el desierto de la gente.
Pero ustedes son un desierto lleno de árboles,
¿qué necesidad hay de mantener relacio-
nes sin talón (indestructibles) con cartas?
Es cierto, yo suelo escribir, una vez al siglo,
y creer que es bueno, pero en mi nueva
posición de absolutismo no admito la
impostergabilidad de lo relativo.
Y absoluto estúpido como digo, me voy por
la relatividad de las explicaciones.

345.

En la frente que me sube por los pies
vuelvo,.

346.

música = fuego helado
hielo de música = color.

347.

Remota. total. enorme.
como el silencio en un campanario
como el último grito sobre la tierra

348.

ya nos desciframos la sombra
aprendimos el silencio del ermitaño
y ahora los buzos
vivimos en los hormigueros del agua
Pero aún tu acecho grutal

349.
YEMA

tus manos roncas como el barro como
adobe,
las nueces.

350.

prefiero luchar y
equivocarme que
vivir rutinariamente

351.

Pero ya no abriré tu sangre
como la estrella que te temblaba la mirada
Ni sonaré en tu gruta
como la lámpara
que nos comíamos la tarde

352.

Es suficiente saber que no se vuelve para dudar
el dolor de lo que se deja
¿Cómo medirnos la ausencia? el hueco que espera
por delante?
¿cómo secarnos todas las palabras
que nos viven el silencio?
cómo emprendernos la tristeza
con qué naves que no sabemos (sabernos) remar
tantearnos la lejanía como si partir
fuera un camino que seguimos?
Vivir es quedar, tantas veces hasta
historia. Por eso el dolor de cambiarnos
el rastro de asumir otros ojos y otras
manos en otros rostros y otra carne.

353.

Cuando haga sombra mi sombra
como un silencio pleno de palabras
cuando ya sea silencio en todas partes
silencio sin principio
de lo incomenzado
como la sombra de nadie
historia vacía
que no acorta el tiempo
cuando me sientas

354.

Desde mi nada sitial
como el fantasma de un fantas-
ma
mi mano te intenta
como si fuera de agua

355.

De tus tres fracasos pensé que tenías
mala suerte o que eras tres veces
culpable o que hay más de tres hombres
malos.

356.

Campanas a silencio se expanden
como la soledad súbita en los
puertos.
estrellas vacías rompen
como golondrinas frías a media
travesía
frutas muertas bajo tierra en
los inviernos.

357.

Todos nos asistimos con nuestras
puertas
Ciudad.
Nadie o alguien o todos
en la duda de cada acecho
en la sombra del espanto.
Tal vez si el viento alucina
una mano que llama
alguno atraviese la plaza de
su miedo
y sobre el silencio de la ciudad
vacía llame.
Después, tal vez,
la gente.

358.

mi silencio incluye tu distancia
ya no eres nunca, sin tiempo
eres antes

359.

el dolor a vino

360.

Aquí soy
sobre tu testimonio que me empiezo
y el ciego que dejo atrás o que recojo.
aquí ordeno nuevamente las palabras
sobre las cosas que me creces
como un agua nueva a cada sangre en la
tierra.
Aquí te soy.
La raíz que se ensancha toda la tierra
la tierra que asiste
congregada en la única raíz
que todo se asume en el primer testigo
Aquí te soy como la raíz que existe toda la tierra
se busca soledad a soledad como las manos.
Y luego de cerrar los ojos
la duda sin importancia de ser verdad uno
u otro lado del espejo.

361.

Cierro los ojos para pensar tu
imagen.
asomado a pasillos de niebla
a las cosas del intiempo
tomado de la mano de tu rostro

362.

Arte es el instante inmenso en que zozobra toda estética.

363.

Arte es el instante inmenso en que zozobra toda norma.

364.

las palabras las frutas tus
manos, el silencio con que
juego como con un gato.

365.

cuando tenga la mansedumbre de los realmente bravíos
te llegaré desde la gente
manso como el silencio
y solo como las palabras
irreal como las cosas que
sólo son en los ojos
y si me preguntas
para qué he venido
me sacaré los zapatos
para mostrarte mi
vida y si no me preguntas
nada agregaré al tuyo
mi silencio redondo
para que bebamos los dos de
la misma soledad.

JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT

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