Salía y entraba. Salía y entraba repetidamente de aquel lugar…

Algunas veces te miraba, algunas veces no.

Algunas veces me percataba de tu estar, algunas veces dirigía la mirada hacia mi andar.

Uno entre varios, nada espectácular.

De pronto llegó el día, la pregunta que despertó mi interés, sin respuesta premeditada.

Otro día llegó, el día que te fijarías en mi, el día que me fijaría en ti. Situación insignificante, en la cual me interesaste.

Pasan los días estando en cualquier lugar, mirando solo por mirar.

De alguna misteriosa manera puedo encontrar tus ojos postrados sobre mi. No sé si sea verdad o mi mente lo suele malinterpretar, en cambio, ahí estás.

Siguen pasando los días y no sé cómo actuar, contrario a lo que se podría esperar, no puedo progresar. Temor y verguenza se pueden apreciar.

Y desde ese día entro y salgo del mismo lugar, esperando poder mirarte en donde sueles estar.

-Luz Vera

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