Este año pasamos por tantas cosas, muchas de ellas no las merecíamos. Perdimos personas que no veíamos todos los días. Se fueron nuestras mejores sonrisas en un abrir y cerrar de ojos y quedaron nuestras peores heridas ocasionadas por la batalla, se perdieron oportunidades que quizá no se volverán a presentar en mucho tiempo, pero aun así… confías y la esperanza vive en una pequeña llama dentro de ti. Confiamos en que todo volverá a la normalidad en algún punto de nuestras, si así pase un año más o una década, eso no lo sabemos. Aprendimos a valorar la vida y nos volvimos más humanos, mas empáticos, más solidarios con el prójimo y de pronto lo material paso a ser un segundo plano en la lista de nuestras prioridades. Aprendimos a perdonar los errores de otros y dejar los rencores a un lado, pero lo más importante aprendimos a perdonarnos a nosotros mismos, nos reconciliamos con nuestro interior. Este año ha sido diferente, nos acoplamos a un nuevo estilo de vida que nunca imaginamos que sucedería, una nueva realidad que veíamos lejos a través de libros de fantasía y películas de acción, muchos ya no están, otros siguen luchando por su vida, algunos no han podido regresar a casa y los que aún están deben mantenerse lejos para poder sobrevivir, aprendimos a agradecer por un día más en que abrimos los ojos y nos encontramos vivos, aprendimos a apreciar pequeños momentos y debemos atesorarlos como lo más valioso que tenemos, porque es lo único que tendremos de aquí a unos años, el dinero viene y va y lo material tiene un lapso de vida útil, debemos vivir más en el presente y no tanto en el futuro o en el pasado como algunos.
Este año me paso de todo, perdí amigos, conocí gente diferente, hice cosas nuevas, cambie mi rutina, llore, grite, reí como nunca lo había hecho antes, me enamore cuando prometí una vez no volver a hacerlo, disipe mis inseguridades y me volví más fuerte. Pero no me arrepiento de nada, aprendí de mis errores y pedí perdón por mis malas acciones.
No te arrepientas de cada decisión tomada, te enseñará algo nuevo, no dejes que ese sentimiento de felicidad se evapore por un comentario tan simple y sin importancia, no dejes que el orgullo llene tu vida o te quedaras sólo, ama siempre como si se tratara de la primera vez que sucede, saluda a todos y regálales una sonrisa aun cuando no obtengas una respuesta.
Aprendí que vida solo hay una y se debe disfrutar día a día como si fuese el último.
¡Feliz año nuevo!
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