Una sociedad de activos e inactivos

Una sociedad de activos e inactivos

Bruno Ravizzini

28/12/2020

He escuchado tanto y tan execrable acerca de la jubilación, su espíritu, su razón de ser y su ejecución, que quiero intentar razonar, navegar en su esencia.

Ideas tales como sentirse uno mismo como una empresa aislada individual que ahorra para su futuro, ignorando insolentemente su total pertenencia a una sociedad, me produce repulsión, es propio de un abyecto.

Esa idea del ventajero que, durante su vida, saca todos los provechos de la sociedad en la cual habita pero que, para su jubilación, quiere que le tengan bien guardados y protegidos sus ahorros y se aísla de todo lo demás.

¿Qué es jubilar? Jubilarse es un acto administrativo por el que un trabajador en activo, ya sea por cuenta propia o ajena, pasa a una situación pasiva o de inactividad laboral, tras haber alcanzado la edad máxima, o por enfermedad crónica grave o incapacidad.

El hombre es un ser social, que nace dentro de una sociedad, y que TIENE LA LIBERTAD de retirarse, de irse, durante toda su vida, pero no lo hace, sino que crece y se desarrolla como una pieza de esta comunidad.

Esta comunidad, formada por hombres que deciden quedarse, es un bosque ancestral donde cada hombre es un árbol. Algunos son altos y robustos, otros pequeños y flexibles, y algunos, por las inclemencias del tiempo, han sufrido daños. Pero todos, desde el más imponente roble hasta la más humilde hierba, contribuyen a la vida de este ecosistema. Cada uno aporta su singularidad, sus raíces se entrelazan y forman un entramado vital, y juntos crean un hábitat único e irrepetible.

Aquel, que clama porque cuiden sus ahorros para cuando sea veterano, debe entender que todo lo que ha hecho, lo ha hecho gracias a ese mecanismo social, entre ellos han participado el educador de sus hijos, sus propios docentes, el mecánico de su auto, el vendedor de su comida, el policía que lo cuida, el cuidador de su parcela, la empleada doméstica en su hogar, sus amigos que lo apoyan, sus enemigos que lo desafían, y tantos más.

Pertenecer a esta sociedad, como todas las situaciones y decisiones, tiene sus ventajas y desventajas, y también define deberes y derechos. Entre tantas definiciones y características de esta comunidad, está el resolver cómo sostenerse en el recambio de piezas, unas que pasan a retiro y otras que vienen en su reemplazo. Este conjunto tiene una responsabilidad sobre todas esas piezas que le permitieron ser y crecer durante tanto tiempo, les debe un corolario decente y digno. Y es muy importante entender, que le permitieron también, ir generando las nuevas piezas mientras eran las piezas activas. Todos partes de un sistema. La pieza suelta no genera, no progresa, no se desarrolla.

Si vamos entendiendo esto, y si somos una persona sensata, descubrimos que la jubilación es un compromiso que cada uno tiene con el colectivo. Un compromiso que adquirimos con el conjunto, con todas las piezas entendidas como un todo. No debería pensarse como el ahorro de nadie en particular, sino como la previsión que esta comunidad demanda para proyectarse en el tiempo, y para responderle, en cada ciclo, a todas sus piezas que le dieron forma.

Quiero que quede claro, no eres nadie tu solo, valoramos tu esfuerzo, pero todo fue gracias al conjunto en donde te desenvolviste. Haciendo un paralelismo con la física, eres en tanto que interactúas con otros, sino nunca hubieras adquirido masa.

Entendiendo esto, parece más que claro, qué y cómo debería ser la jubilación, un aporte colectivo en relación a la capacidad individual de cada pieza. Un fondo propio del sistema para cada una de sus piezas, de la más pequeña a la más importante, y no debería tener mucho que ver con la importancia relativa de cada pieza, sino más con la salud y funcionamiento correcto de todo el sistema. Allí aparece lo que llamamos el estado que, idealmente, debería ser quien gestione este fondo. Dado que dicho fondo está destinado a su conjunto de piezas llamado el pueblo.

No soy capaz de dar soluciones concretas a esta problemática, pero supongo que este fondo sería producto de un aporte constante, prolongado en el tiempo, que surge como resultado de diferentes componentes que alcancen a cada parte, y que alimenten este capital, que debería repartirse en partes iguales. Es muy poco decoroso y absurdo intentar hacer un prorrateo según la importancia de cada pieza.

Las diferencias que cada pieza merezca, o haya conseguido a lo largo de su desempeño activo, deberían correr, en este caso sí, por cuenta de cada parte, ser individuales y relacionarse con el sector privado.

Esta reflexión no intenta dar una solución a la problemática de las jubilaciones, pero sí busca dilucidar cuál es la naturaleza de su existencia.

“El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.” A. Schopenhauer

“Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué.” E. Galeano

“Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas.”
M. T. de Calcuta.

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