Compañía al no retorno

Compañía al no retorno

Ema UB

18/12/2020

Mi yo se va contigo, al tomar tu mano siento tranquilidad en mi mente, me detengo y navego en tus brazos.

Una conversación escueta se escuchaba quedamente entre su boca sin labios.

Sentados en la roca que ciñe desde hace eras el farfullar de las olas.

Cobijados por la noche, con luz de taciturna luna y el vendaval revolviendo sus cabellos.

Una lágrima salada siente el llamado del agua, salta contenta, se funde con sus hermanas.

Levanta la frente, fija curso en las estrellas, un parafraseo fluye ociosamente.

Un suspiro se suspende entre telarañas del alma, en un asalto de paciencia le dice:

Podemos irnos cuando quieras, has de tomar mi mano, has de vaciar tu cabeza, abandona lo que has amado, cuando pongas los pies en mi senda no habrá oportunidad de arrepentirse, no quiero ver lágrimas cayendo de tus desiertas mejillas, dejarás los fardos de lo que representó tu vida.

Es hora. Tomad mi mano.

Es todo, el panorama desaparecerá al girar entre las rocas, la selenofilia será eterna. Lentamente un brazo entumido se estrecha en su cintura, ojos borrosos cuelgan al piso, miran los pies cansados, esos que tanto anduvieron zascandil.

El frío de sus manos absorbe calor, la catarsis aborda corazón; silencio, tranquilidad y olvido, de su mano obtiene todo lo querido.

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