El Aroma del Alma

No recuerdo hasta hace mucho haber sentido un aroma que me llevo hasta el más recóndito lugar de mis recuerdos, de mis sentidos, de mi corazón.
Fue un aroma que simplemente estaba desde que empecé a respirar, desde que sentí el mundo en mis venas, en mi piel.

Desde que nací, un solo aroma me acompaño para el resto de mi vida, y lo seguirá hasta que deje de respirar. Y hoy, puedo asegurar, que el aroma que siento, es el aroma que describo como El Aroma del Alma.

Es ese aroma de dos seres que se volvieron uno, ese aroma que danza al tocarse, al acariciarse, al sentirse el uno con el otro.

Ese aroma, al cual lo llamó Mamá y Papá.

Es ese que te lleva a tu niñez, a los momentos más cálidos, cuando estabas en sus brazos, cuando sentías que te valía madre el mundo con solo tener sus ojos.

Es ese sentir, es ese olorcito de su piel que no se te va a borrar jamás de tu nariz, porque es el primer olor que sentiste, el primer olor que te dio tranquilidad cuando sentías que te estaban sacando de tu mundo, de tu paz.

Recuerdo cada abrazo, cuando se juntaban y se juntan los cuerpos con fuerza, pero con fuerza de amor verdadero, de sentimiento genuino y puro, de sentir y oler ese perfume característico de su piel, y reconocerlo sobre 1000 personas.

Hoy, ese aroma, es el que me transmite paz, alegría, pasión, amor y porque no, una tristeza hermosa por momentos.

Me trae los mejores y más hermosos recuerdos de mi vida y me acompañaran por el resto de la misma.

Porque su aroma, siempre perdurará en mi.
Porque su aroma, siempre formará parte de mi Alma.

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