ANTEOJOS GRADUADOS

         Los primeros meses de universidad solía sentarme siempre atrás, pero cada día que pasaba me sentaba en las primeras sillas, el problema era que ya no podía distinguir las letras en el pintarron. “ No quiero ir con el oftalmólogo porque seguramente me va pedir que usara lentes” fueron las palabras que exclame. Pasaron dos, tres, seis, y mas meses, ya no podía mirar con facilidad a cierta distancia, me sentía incomoda, todo era borroso y confuso, era una sensación nada agradable, pero el usar anteojos no me apetecía, mi interior se negaba a aceptarlo. Hasta que un día decidí ir a un chequeo y efectivamente los necesitaba con urgencia, en poco tiempo la dioptría aumentó por mi terquedad a no usarlos. Cuando fui por ellos y me los puse, era el ser humano mas feliz, veía todo con claridad, las cosas no me causaban confusión, nada era borroso u opaco, podía mirar el bello atardecer, el amanecer, todo era hermoso. Hace unos días mientras caminaba en la playa coloque mis anteojos entre la arena y me hizo reflexionar en esto: hay muchos necesitados de ello en el corazón, algunos tienen miopía o astigmatismo o ambas cosas, por no querer ir al oftalmólogo especialista, todo miran confuso y borroso por los problemas, dificultades que enfrentan día a día, quizá han sido defraudados en el transitar de esta vida y por estar en esta situación, al mirar todo borroso no se percataron que esas personas que se acercaban eran un peligro para su corazón. 

        Ahora la luz ya no brilla normal, sus ojos lagrimean porque se reúsan a ir con el especialista, el mejor de lo mejor, este no falla jamás, te proporciona esos anteojos con la graduación exacta. El quiere obsequiratelos para que mires con excelencia, y que a través de ello veas con claridad. Solamente así te darás cuenta que hay cosas buenas y hermosas a tu alrededor que no has podido mirar porque la miopía no te lo ha permitido, te quedaste enfrascada en lo incomodo y no puedes salir de ello, por mas que lo intentas. Hoy es el momento de levantarse, de secar esas lagrimas que la falta de lentes te ha causado, es tiempo de mirar hacia el horizonte, un nuevo amanecer, es momento de ver con claridad, pero no te confundas, en tu desesperación, no uses esos anteojos que son económicos, que encuentras en las tiendas con graduaciones que no son las medidas exactas que necesitas, no busques lo barato, porque seguirás mirando borroso o simplemente te afectara mas los ojos, no busques saciar tu alma con algo momentáneo, ve con el especialista que el te dará la solución, ven al mejor oftalmólogo que se llama Jesús.