Mis pensamientos fluctuando.

Mis pensamientos fluctuando.

Domingo 15 de Marzo, 2020; 1:51:31 AM.

Contexto: Estudiante de psicología en 7timo semestre, con 19 años; Acostado boca arriba, fumando en la azotea de la Casa Marina Real; Centro histórico de Cartagena – Colombia. Identificando la constelación Pegaso, con lengua cual cartón y sabor a pan con café, briza de mar, suena Something de The Beatles de fondo, y la sensación de vacuidad lo insta a pensar:

El mero miasma de la infelicidad. Mientras artistas del reino unido cantan desde un tiempo ilusorio antes de que naciera, de ser eyectado cual Tao, hasta el oído de un escritor neófito de 19 años que comienza a sentir el humo más suave y la brisa más caliente. Siento las ojeras saladas. Noto que ellos a kilómetros de espacio y tiempo que jamás verán las figuras literarias que uso por cuestiones de ubicación historial. Jamás lloraran como yo por los aborígenes. Cierro los ojos, y veo una pupila -bahía linda y generosa Benedetti- como ese trozo de carne que el perro ve reflejado, como champaña meneándose en la copa, saliendo un sol encima del cristal como aquel poema de ‘la hermosa en la orgia’, suena el gemido troglodita en mesosoprano, baja el semen como meteoro eyaculativo a tapar la entrada de un sol colapsándose en sí mismo, el gato negro rasguña el firmamento, mi cara, y la lluvia derretida, que era buena, tras la supernova traía logos como: Espina, burbuja, color, loco, soy, o probable. Ahí están, al alcance de mis ojos africanos, se ven como carteles en la vía, pero no reales, eran puestos en un fondo verde en el rodaje de una película mientras mi auto no se mueve; Cae el suelo del coche dejando los pies fundirse en el asfalto mientras Carmen Electra me masturba. Y a todas estas, un pensamiento automático preguntándome ¿Como interpretaría esto Freud, Lacan o Jung?

De vuelta al mundo real platónico. Tengo ganas como de una autopsia -digo ‘como’, porque no sé que es-. Es invierno en mi interior chiché, y dibujo con los dedos -cual Cortázar-, el contorno de esa musa que quizá esté haciendo el amor en otra cama – como dice Sharif-, y pienso, y por pensar existo, y existe; en mi pensamiento fidedigno (Como explican los René’s; el pseudo- filosofo y el pseudo-artista) Estoy considerando cómo amo las curvas, más que tocar, más que el sudor resbalar, más que unos senos –característica de toda hembra en el reino animal- y mientras resto valor a un trasero dado por la genética de la que no merece ni tiene culpa; esgrimo, desgloso. Una parte de mi quiere que ella lo sepa, y otra no, porque no hace nada con saber qué disfruto sin ella, y otras diez partes toman la ultima cena. Adoro esas colinas de mujer, señor Neruda. Quizá es lo que quiero, una mujer desnuda que contemplar, pero no como en mis clases de pintura, sino que sienta por ella el temblor de mis manos tras la vitrina. Así la quiero, sin decirlo, sin pedirla, sin actuar como pervertido hasta conseguirlo, como ha sucedido.

-Pero… he tenido eso, y no suple-, me digo.

-Nada suple.-

– Evita el impulso de sobre-pensar.- respondo.

‘Abyecto’ y ‘estercolero’ serían mis rótulos hacia cualquiera que me dijera así fuera de mí. Si, el cosmos es infinito, la historia me absorberá como a Fidel, el tiempo una ilusión, la primera célula viva un enigma y la muerte da sentido a la vida –explica Heidegger-, porque pienso, yo no lo estoy, porque sueño en esto, yo no estoy loco Leolo. Todos lo vivirán igual, no quiero ser como todos, y si, al final siendo ‘diferente’ seré criticado, admirado por pocos, incomprendido, y a muchos etcéteras no les importará ¡Pero esquizoide sobrevivo!

-Hay cosas más importantes.- Replico.

-Sí, pero no es lo que quieres-

– ¿Porque buscas eso, si la vida es un absurdo?-

– No sé, allá está Camus, Lechowski y otros, diciéndote que el sentido de la vida, es la vida en sí.

-No entiendo. Siendo así, he de vivir todo o lo poco que supla; no soy nada, y la vida es lo único que tengo, solo me iré con lo puesto, parafernalia, parafernalia y más parafernalia. Me debo, debo hacer lo que me gusta, lo que quiero, ser hedonista o utilitarista, matar a Dios cual Nietzsche y ser la cuerda menos floja que auspicie el Súper hombre, creando mi propio sistema moral…

-Repetir esto hasta convencerme me daña-.

-Tal vez solo debo querer, estar con quien quiero, y dejarme querer-. Opino.

-¿Ya estamos así de condescendientes, auto-sugestivos, y conformistas?-

Abro los ojos, viendo la modernidad líquida y vintage. Suspiro y retomo… ¿Porque esa chica que ha sujetado mi mano – por ella y no por mí, aunque si por mí- Porque ahora no responde? ¿Sentiría celos dada mi ausencia? ¿Estará con él, su objeto canalizador de frustraciones y moralidad? ¿Tendrá problemas fisiológicos? ¿Algún conflicto interno que la moviliza ahora? ¿Vio mi mensaje y procrastino la respuesta? Hipótesis y más. A veces, solo a veces, quisiera ignorar y ser feliz así, con pequeñas cosas Porta, pero pensar es lo que mantiene el equilibrio entre mi baja autoestima y la soberbia, entre inseguridades y autodestrucción; así va el electrocardiograma de mi estabilidad. Si Sherlock, a veces la respuesta más simple es la correcta, quizá ella solo duerme. La pregunta ontológica, fenomenología existencial es ¿Porque pienso en esto ahora? ¿Porque lo significo Yalom? ¿Que deseo libidinal? ¿Que refuerza y mantiene la conducta? ¿Porque esquemas y creencias valoran esta situación?

-He de plantearme ¿Que buscaba al principio?-

-Relaciones abiertas-. Respondo.

-Si sé que ahora ese no es el fin, porque sus razones las razones de ella son multifactoriales para no aceptar, ¿hasta dónde debo dejar fluir? Debe haber un norte, ¿no?

Ahí está la ansiedad, por nunca haber vivenciado la libertad. No lo había intentado sin límites. No lo había intentado dejándome conocer. Me predispongo, por eso no lo disfruto al llegar, no me satisface, y me digo asexual por no gozar de ningún atributo sexual, y deliberadamente premedito.

-Pero es que en efecto, el coito, no tiene sentido y esencia.-

-Sí, tengo razón, no es placer sexual mi objetivo, pero no alcanzarlo me frustra- Replico.

– Caprichoso, engreído, egocéntrico…

– No es así del todo, quizá sí, tengo complejos en esa área, quizá algún machismo se asoma en la frustración de sentir que otro alcanzo lo que yo no. Quizá doblegaría mi auto concepto de lo que puedo llegar a hacer sentir, etc. Hay infinidad de formas de entenderlo. Caprichoso, egocéntrico; Si, lo soy, y sé que decirlo así limita mi posibilidad de cambio, lo sé. Pero las peores cosas sobre mí, las has dicho ya conciencia (Como recito Brock), y si uso este mecanismo de defensa, es porque no he identificado una intencionalidad que brinde más ganancias afectivas. No puedo ser mi propia cruz, y menos si solo me hago críticas destructivas.

Debo ‘querer’, decidiendo sujetarme a este ideal, Foucault. Quizá Baudelaire tenga razón, y el amor es la necesidad de salir de uno mismo; y sé que significativamente, ‘lo más importante es ser feliz’, o al menos eso dicen los humanos.

Si ella no quiere desnudarse ahora como arte, no tiene porque ser con ella. Hay muchas opciones. Puedo darle a cada persona lo que quiera o espera, y que con ella parezca que dejo fluir en la medida que solo es por estar atento a otras.

– Eso es egoísta, lamentable, falso…

-¡No! No, porque miles tienen la misma percepción, solo que yo lo hago consiente, y es más, pensarlo, avala mi responsabilidad. Esto es ser humano, la moral y ética son construcciones sociales. Si es el modo de ser feliz toca, es la cúspide ¿No Maslow? Por muy maquiavélico que resulte. Es como sentir felicidad solo tirándome de un avión sin paracaídas, moriré, pero era ‘mi modo de ser feliz’. ¿Que más quiero? Morí, pero fui feliz.

-No puedo pensar así, estudio psicología- Me digo.

-Ahora mismo, no soy psicólogo.

Interesantemente no me siento amado, y cuando me lo dicen no lo creo, quizá, claro, porque yo mismo no creo merecerlo. Pero sé que mi autoestima no es tan mierda, esto es hiperbólico. No sé cómo quiero que me quieran si cada quien ve lo que quiere, si no aman al otro, sino lo que significa o como beneficia, ¿Cómo querría eso?, si cada quien quiere a su modo y no me satisface dadas las expectativas; Y ahí voy otra vez a divagar.

Si Buda, la vida es sufrimiento que viene del apego, como decían las nobles verdades, podría superar ese sufrimiento eliminando deseos, apego y expectativas a través de la comprensión, pensamiento, palabra, acción etc. Debo aceptarlo; Que no me quieran como quiero no significa que no lo hagan, Gabo. Debo respetar lo que quieran o no, para que sea respetado también para mí.

-Qué fácil es decirlo-.

Interesantemente, quiero ser amado pero nunca han podido querer lo que soy porque actuó como quien no soy todavía; como el visionario, poeta, dibujante, el profundo interesante, entre otros, porque quiero serlo, pero aún me falta. Si no comienzo a trabajar en ello hoy, jamás llegaré.

-Al menos soy sincero conmigo mismo, cosa que otros no hacen.-

Quizá deba ser solo su amigo, de esa forma muchas me han querido; Solo que antes no quería solo eso. Quizá no llegué para estar con ellas toda su vida, puede ser que vine para cambiárselas (Emilio II), y aquella que espero durmiendo en el suelo detrás de mi puerta, cosiéndome pasaportes falsos, probando su perfume en otros labios y practicando el beso no inventado; vez sea la única que cambie todo, me salve y lea esto Nach. Pero aún no llega… y esta espabilando la luz con ganas de irse. Literal y simbólicamente. Despierto, y otra vez soy consciente del simulacro. De vuelta en el mundo que quiero que paren, porque me quiero bajar.

Suena ‘Don’t cut Yr Hair’. Entonces… ¿Quién sabe si de saber burdos Socráticos? Tal vez me había sentido pleno, satisfecho o amado últimamente, y estar ahora en soledad hace extrañar la breve presoledad que llaman felicidad, Benedetti. Debería dejar de pensarlo. Aunque todo lo que ella ha hecho, bien me lo han hecho antes amigas; besos, abrazos, y las manos cual adolecentes, no importan, pues no hay hechos, solo interpretaciones (Nietzsche). Mas, a todas estas ¿Qué pensará ella?, ¿Cuál es su proceso experiencial? ¿Y si desde su cosmovisión a través de factores biopsicosociales, siente que me quiere genuinamente? Si es así, debo dejar de pensar, dejar la desconfianza, dar el salto de fe Kierkegaard.

-Pero si me equivoco, yo mismo cabo mi tumba y la escupo-.

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