Querida luna, te escucho

La cara de la luna estaba muy pálida, parecía empequeñecer por momentos y estaba triste. Lúa lo descubrió un día por casualidad.

–¿Qué le pasará?.– Se preguntó la niña extrañada.

Desde ese día, todas las noches desde la sierra de Oaxaca miraba al cielo, esperando que apareciera tan bonita y vivaracha como siempre, pasaron las noches y empezó a soñar con aquella hermosa luna…

Desde ese momento, comenzó a salir todas las noches a su patio para poder apreciar el hermoso cielo estrellado, sobre todo, la enorme y majestuosa luna que se asomaba con mucho esplendor.
Sus compañeros la tomaban por «rara», pues ella les comentaba que la luna se comunicaba desde sus sueños, pero ellos simplemente no le creían, Lúa no permitiría que le afectaran los comentarios, pues sabía que no decía ninguna mentira. En uno de sus sueños, la luna preocupada le susurró:

– Lúa, Lúa ¿me escuchas?.– Preguntó la luna desde lo alto.

– Aquí estoy querida luna, te escucho.– Respondió Lúa con entusiasmo.

– ¡Oh querida Lúa! Te traigo malas y buenas noticias.– Le dijo la luna.

– ¿Qué pasa querida luna?, acaso he hecho algo malo.– Respondió Lúa con tristeza.

– Para nada mi querida niña, lo que pasa es que el mundo cada día está más dañado, las personas de ahora no se dan cuenta del daño que están cometiendo. Necesito a una persona con el corazón puro, para que me ayude con una misión muy importante.– Le dijo la luna.

Lúa se quedó pensando en qué responderle, pensaba que era muy chica para poder hacer algo, sobre todo que alguien le creyera tan fácilmente, así que le entró miedo y le dijo a la luna…

– Querida luna, no creo poder ser la indicada para ayudarte, soy muy pequeña para poder hacer algo, ni siquiera me van a escuchar.– Respondió Lúa.

La luna desde lo alto la miró con ternura, amor y le sonrió, esperanzada dijo:

– Querida Lúa, eres una niña con un corazón tan puro que hasta las montañas se moverían si tú se los pidieras, así que ten fe, ayúdame para que todos puedan tener un mundo mejor. –Le dijo la luna muy sincera.

– Está bien, haré todo lo posible para que el mundo esté mejor, pero dime, ¿qué tengo que hacer?.– Preguntó Lúa con mucho entusiasmo.

– Lo único con lo que quiero que me ayudes es que con tu familia, amigos y personas que puedas juntar, para que marquen una pequeña diferencia.– Respondió la luna.

– ¿Cómo haremos esa diferencia?. – Preguntó curiosa Lúa.

– Muy fácil mi niña, lo único que tienen que hacer, es ser humildes, ayuden al que más lo necesite, sean amables con todos.– Le dijo la luna.

– Lo haré Luna.– Respondió con mucha energía.

Conforme con su respuesta, decidió que ya era hora para que Lúa despertara de su profundo sueño, así que la luna se despidió de ella y con una dulce melodía se alejó lentamente. Cuando Lúa despertó fue corriendo a contarle a su abuelita el sueño que tuvo, ella era la única persona que le creía, pues también soñaba con aquella luna parlante.

– ¡Abuelita!, ¡abuelita! adivina qué soñé.– Lúa se acercó con mucho entusiasmo.

– Platícame pequeña, ¿qué has soñado esta vez?.– Respondió su abuelita.

– La luna desde arriba me hablaba y me decía que tenía una misión muy importante para mí.– Le contó Lúa muy entusiasmada.

– Dime mi niña, ¿qué misión es la que te ha dado la luna?.– Respondió su abuelita preocupada.

– La luna me ha pedido que la ayude a que tengamos una mejor vida y para eso quiere que hagamos una diferencia, para demostrarle a las personas que podemos ser mejores.– Le respondió la pequeña.

Su abuelita no supo qué contestarle, pues ella sabía que aquella tarea iba a ser complicada, la mayoría de las personas son ignorantes, mal educadas y groseras. Así que, para no romper su ilusión le dijo:

– Pequeña, lo que te ha encomendado la luna es una tarea difícil, las personas de ahora no entenderán que tienen que cambiar, algunas personas te harán caso, otras te dirán infinidad de cosas malas, pero no deberás hacerles caso.

Lúa se quedó unos minutos reflexionando lo que le dijo su abuelita, ella sabía que no iba a ser tan sencillo, pero no se iba a dar por vencida tan rápido… de eso estaba segura porque no quería decepcionar a su querida luna.

– Abuelita, sé que no va a ser nada sencillo, pero no pienso darme por vencida, daré todo lo que esté a mi alcance.– Respondió muy decidida.

– Está bien pequeña, te ayudaré en lo que pueda, ¿por donde debemos de empezar?.– Preguntó su abuelita.

Lúa se puso a pensar, no sabía cómo podría empezar con la tarea encomendada, pasó un largo rato pensando cuando ella dijo:

– Podemos empezar regalando la ropa que ya no nos quede, pedirle a los vecinos si tienen ropa que no ocupen y que esté en buen estado, después podemos preparar comida y llevárselas a las personas que están en las calles y hospitales.– Dijo entusiasmada.

– Veamos que podemos hacer pequeña.– Le dijo su abuelita angustiada.

Lúa fue corriendo a su cuarto y empezó a buscar entre sus cosas que podría regalar, además de ropa también agregó juguetes, mochilas, lapiceras, plumones, etc… Una vez que sacó todo de su cuarto y del de sus papás se reunió con su abuelita en su sala y le preguntó dónde iban a meter las cosas, su abuelita le dijo que en unas cajas de cartón, así que fue corriendo por unas cajas que tenía guardadas en su habitación y cuando las tuvo, empezó a guardar todo dentro de estas.

Una vez que finalizaron con sus cosas, Lúa les llamó a sus amigos para que salieran con ella a las calles para reunir más cosas, sus amigos sin pensarlo dos veces fueron para ayudarla, cuando llegaban a las puertas de sus vecinos unos les abrían y apoyaban amablemente, mientras que otros eran muy groseros y cuando les decían sus intenciones azotaban la puerta en sus caras, a Lúa le molestaba que la gente fuera así de insensible y mal educada, pero eso no impedía que siguiera con su propósito, en el camino se encontraron con un vecino que les parecía muy amable y fueron a decirle sobre su idea.

–Julian, Julian.–Grito Lúa.

–Hola Lúa, que sucede.–Contesto el con una falsa amabilidad, pero Lúa no le tomo importancia,

–Disculpa que te moleste, pero mis amigos y yo estamos reuniendo cosas para regalar a las gente que lo necesita.

A Julian le preocupo eso, el no era una buena persona, el odia los actos de caridad y por años tuvo en su control a los vecinos para que no lo hicieran.

–Pequeña, es lindo que estén haciendo eso, pero no puedo ayudarlos, hace una semana saque algunas cosas y las regale.–Mintió con tanta seguridad, que los niños le creyeron.

–Esta bien, muchas gracias.

–No hay de que pequeña, espero que recauden mucho.–Dijo el con un sabor amargo en la boca.

Después de casi 3 horas decidieron ir a casa de Lúa, para poder escoger todo aquello que estuviera en buenas condiciones e ir empacando para que al día siguiente pudieran ir a regalar todo. Como eran muchas cosas y sabían que iban a tardar, su abuelita decidió cocinar algo para los niños, puesto que ya era tarde y no habían comido nada en todo el día. Una vez que finalizaron con su tarea guardaron las cajas en su cochera y asegurando que no faltara nada, se fueron a dormir, sus amigos se quedaron a dormir ahí ya que también querían ir temprano a regalar todo eso.

Mientras que todos dormían Julián comenzó a elaborar un plan para robar las cosas que recolectaron los niños, decidió reunir a otros vecinos que tenían el mismo pensamiento egoísta, para así evitar que pudieran hacer su acto de caridad, una vez que sacaron todo de la cochera, regreso a su casa y con «tranquilidad» se fue a dormir.

Lo que Julián no esperaba era que la luna lo estaba observando y al darse cuenta de su vil acto decidió comunicarse con su pequeña niña.

– Lúa, Lúa.– Dijo la luna desde lo alto.

Lúa emocionada se dirigió hacía la luna e ilusionada le comenzó a narrar todo lo que había hecho y lo que tenía en mente. La luna al ver toda su emoción decidió pararla para decirle lo que había visto…

– Pequeña Lúa, detente un momento.– Le dijo la luna alterada.– Necesito que te despiertes y vayas a tu cochera, tu vecino se ha llevado las cosas, tienes que recuperar todo antes de que sea demasiado tarde.– Le dijo la luna muy angustiada.

Lúa sin poder creer lo que la luna le estaba diciendo entro en pánico y de un salto se despertó, fue corriendo hacía su cochera y en el momento en el que da un paso a esta, se da cuenta que efectivamente no había ni un rastro de todo lo que habían recaudado, le entraron muchas ganas de llorar, sentía que le estaba fallando a su querida luna, después de pensar bien que iba a hacer, decidió ir a hablar con su vecino, para poder hacer que entrara en razón. Cuando llego a casa de su vecino escucho ruidos en la parte de atrás de la casa, cuando se acerca más logra escuchar una conversación de su vecino.

– Tenemos que deshacernos de todo esto, antes de que se den cuenta de que no están las cosas, la pregunta es ¿dónde?.– Dijo Julián.

– Yo digo que quememos todo, para que nunca más piense en volver a hacer este «acto de caridad» .– Dice otra voz, la cual Lúa no reconoció.

– Puede ser, el único detalle sería que va a ser muy obvio que algo raro pasa y más cuando vean salir una nube de humo por el fuego.– Dice Julián con voz sarcástica. Lúa no podía permitir que hicieran eso, así que con todo y miedo, salió de su escondite para poder enfrentar a su vecino.

– ¡Julián!.– Gritó Lúa desde la entrada de su casa.– ¿Por qué se han robado todo?.– Le pregunta Lúa

– Lo que pasa es que no queremos que sigas haciendo tu acto de caridad, las personas no van a cambiar, el mundo esta así por culpa de las mismas personas.– Le responde Julián.

– Yo sé que todos pueden cambiar, si ven que nos interesan los demás antes que nosotros, las personas reflexionarán y se unirán a esta hermosa causa, regrésenme mis cosas y venga conmigo para que sienta lo que es ser humildes y generosos.– Respondió Lúa con una sonrisa.

Julián no muy convencido acompañó a Lúa, una vez que se subieron todo a las camionetas en las que iban a ir a dejar las cosas, llegó más gente con cosas y Lúa pidió que los acompañaran a dejar todo a las personas que lo necesitaban… Lo que realizó Lúa se volvió un gran ejemplo para todos, hizo que muchas personas abrieran los ojos ante la desagradable situación la cual sufrían a diario. Después de una semana la luna se volvió a comunicar con Lúa, para decirle la verdad sobre por que puede comunicarse con ella…

– Querida Lúa, ¿me escuchas?.– Pregunta la luna desde el hermoso cielo obscuro.

– Aquí estoy Luna, te escucho.– Responde con mucho entusiasmo.

– Pequeña, quería agradecerte por todo lo que has realizado, gracias a tí las personas se dieron cuenta del error que estaban cometiendo.– Dijo la luna con orgullo.– También quería explicarte el porque tú y yo nos podemos comunicar, eso es gracias a tu abuelita, cuando ella era de tu edad todas las noches que se sentía sola y perdida, me platicaba sobre su día y cuando menos se lo esperaba me aparecí en sus sueños y ella me pidió, que si en algún momento llegara a ser abuela, nunca dejara sola a su pequeña nieta, tu abuelita escogió tu nombre, el cual significa «brillar» ó «iluminar», me dijo que a la nieta que le pusiera «Lúa» iba a ser con la que me iba a comunicar.– Le dijo la luna.

– Luna mía, estoy muy contenta de que todo saliera bien, estoy muy agradecida contigo y con mi abuelita por confiar en mí, jamás les fallare, seguiré realizando cosas buenas y demostrándoles a todos que podemos cambiar, realizando pequeñas acciones.– Le respondió Lúa.

La Luna conforme con todo lo que había pasado, se despidió de Lúa y con una bella melodía va desapareciendo y perdiéndose entre el amanecer y el despertar de Lúa…

Fin…

Etiquetas: cuento

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