La devoradora de almas – capitulo 3

Después de un largo viaje por una gran variedad de terrenos, Akira llego a la central Orden, era un edificio de proporciones mas que descomunales, construida con un material que lo hacia ver formal y muy serio, por todas parte se veían pasar a personas de todo tipo de rasas y ocupaciones distintas, todos portaban una muñequera roja con el símbolo de la Orden: una águila de 6 alas que volaba sobre la ciudad esmeralda.

Luego de caminar un poco, frente a ella se encontraba la entrada principal, una puerta de cristal pequeña que no llamaba mucho la atención, Akira entro por voluntad propia, riéndose internamente por las caras de extrañeza de los guardias que la acompañaban, al entrar, se encontró con Black.

-Hm? pensé que tendría que noquearte cuando llegaras- Sonrió de forma burlona -La jefa te está esperando en el trigésimo quinto piso, y… no hay elevador-

-Tienen para este edificio super serio y elegante pero no para un elevador, y yo pensando que la jodida aquí era yo- 

Black hizo una risa forzada -Cállate enana-

-ohhh, ¿Qué pasa? ¿Mi comentario te ofendió , señorito Black?- 

Black fulmino con una mirada de odio puro a Akira -Solo sube y ya, no me des mas problemas de los que ya tengo- 

Al legar al trigésimo quinto piso, la mirada de Akira analizo la sala hasta toparse con una mujer sentada en algo parecido a una sala de espera, la mujer vestía con una túnica blanca decorada con patrones de líneas moradas, también portaba un pasador en forma de mariposa de un color morado muy llamativo, su pelo era de color negro con las puntas pintadas de morado, combinando con toda su vestimenta. 

Akira se dirigió a sentarse a un lado de la mujer de morado pues se le hacia de mala educación sentarse lejos de ella, al llegar al asiento la mujer de morado volteo a ver a Akira y sus miradas se cruzaron, sus ojos también eran morados, pero había algo extraño en ellos, Akira sintió como si esos ojos atravesaran su piel hasta llegar a su corazón para inspeccionar los lugares mas oscuros de todo su ser, haciéndola retroceder por el miedo que esta sensación le había provocado, después de un momento, Akira denoto que sus ojos estaban vacíos, no había pupila ni nada, solo un morado que brillaba de forma llamativa.

-Hola!!- la mujer la saludo sonriendo, su voz parecía suave y cálida, pero, después de ver esos ojos, Akira pensaba que la chica estaba muerta o algo parecido.

-H-ho-hola- logró decir con gran esfuerzo.

-Tu debes ser Awira, no? creo que seremos compañeras de trabajo!!- la mujer celebro con los ojos, sin cambiar ni un poco la sonrisa de su rostro, como si su boca solo se moviera para pronunciar palabras y después regresara a esa sonrisa que a Akira le parecía diabólica.

Perdida en sus pensamientos y temores, Akira no presto atención a las palabras de la mujer, y, al no querer dar a notar esto, respondió moviendo la cabeza en forma de afirmación.

-Yo soy Shinobu Koucho, un gusto conocerte Awira!!- Antes de que Shinobu pudiera extender su mano para estrecharla con la de Akira, Black las interrumpió

-Veo que ya se conocieron las 2 enanas- Shinobu era solo un poco mas bajita que Akira -Espero que no me den muchos problemas-

-¿Hm? ¿Porqué le daríamos problemas? ¿No estamos aquí para ayudar a la Orden?- Shinobu sonó un poco preocupada, aunque su expresión era la misma.

Otra mujer salió de las escaleras, esta era mas adulta que las dos chicas y el policía por mucho, esta vestía con ropajes de color amarillo y verde.

-Me disculparía por la tardanza, pero en vista de que ustedes son a los que hice esperar seria mejor ni siquiera mirarlos- la mujer sacó una libreta que parecía bastante cara -Akira Shinreku, Shinobu Koucho y Black, dos mafiosas y un capitán desobediente, ¡¿A quien se le ocurrieron los malditos equipos?!

Black miro hacia otro lado, intentando evitar la mirada de burla que Akira le dedicó.

-Bueno, supongo que no van a durar mas de dos misiones, así que lo dejare pasar, señor y señoritas, ustedes tres conformas el grupo de los devoradores de almas.