Guardián de la tierra: Darcy (1era Parte)

Guardián de la tierra: Darcy (1era Parte)

Ricky

27/10/2020

Era un lunes en la mañana, Adrián se preparaba para ir a la universidad, tomo un poco de café y pan tostado, no había para más.

Su madre no había llegado al departamento, era algo muy común así que solo tomo las llaves y fue a la parada del autobús, no era un día muy alegre, de hecho, llovía un poco; como sea, eran las 6 am y aún estaba un poco oscuro, su trayecto es de 1 hora así que era mejor madrugar.

Al cabo de unos minutos el primer autobús había llegado, se embarcó en él y se sentó en el quinto puesto a la izquierda junto a la ventana, durante el camino podía ver como los locales comerciales empezaban a abrir, como las mamás con sus niños salían apresurados para la escuela, podía ver como la ciudad empezaba a despertarse.

Su primera clase era a las 7:30 así que estaba ahí justo 10 minutos antes de empezar; un día bastante normal, sin mucho que hacer, solo prestar atención a lo que decían sus profesores.

Para las 12 del día ya había terminado con su horario del lunes, sin embargo, no podía irse, tenía que presentar al coordinador de su carrera una justificación por inasistencia que días anteriores tuvo que cometer.

Así que ahí estaba él, sentado en la parte inferior del edificio de su facultad, esperando, viendo a los estudiantes pasar; de repente llega Manuel, un compañero de él de una de las materias que veía.

(Manuel) – hola, que tal, que haces aquí sentado – le decía mientras le daba la mano y se sentaba al lado de Adrián.

(Adrián) – nada, esperando a que el coordinador venga

(Manuel) – Para qué?

(Adrián) – tengo que entregarle una justificación.

(Manuel) – mmm, yo lo vi hace unos minutos que tomo su auto y se fue, lo vas a esperar?

(Adrián) – sí, seguramente se fue a almorzar, ya debería venir más tarde.

(Manuel) – quieres? – y le extendía a Adrián una funda de papas fritas que recién había comprado.

(Adrián) – gracias – le decía mientras tomaba una.

(Manuel) – y ya comiste?

(Adrián) – mmm no, más tarde lo haré en casa, ahora no traigo dinero para eso.

(Manuel) – ha bueno.

Y Manuel se quedó sentado junto a él durante unos dos minutos más, apenas y comiendo sus papas, solo viendo a la gente pasar.

(Manuel) – ya me voy, toma, termínatelas tu – le dijo mientras le ofrecía la funda de papas que había comprado.

(Adrián) – seguro ?, son tuyas.

(Manuel) – sí, pero tú te quedas aquí más tiempo que yo y te dará hambre.

(Adrián) – está bien, gracias.

Manuel se iba y Adrián por primera vez en mucho tiempo vería uno de los gestos más nobles, sin duda, que un ser humano podía hacer por otro, el compartir.

A las 2 de la tarde el coordinador llegaba, Adrián le entrego el oficio y se fue a casa, otra vez a la izquierda del autobús en el quito asiento junto a la ventana.

Al llegar a casa vio una nota de su madre que decía que recogiese a su hermano a las 6 pm en la escuela, ella no podría ir. Así que solo tenía una hora para comer algo y las 5 de la tarde caminar para ir a recogerlo.

Luego de almorzar tomo un libro y salió del edificio, iba en camino a la escuela; mientras caminaba leía un poco, lo suficiente como para no pasarse las calles con autos moviéndose; el clima era un poco frio, no tanto, pero ya se acercaba el invierno.

Al llegar a la escuela espero a su hermano en el patio principal por alrededor de 10 minutos, cuando bajo Adrián tomo su mochila y es ahí cuando todo empezó, aquel lunes a las 6 de la tarde, Darcy haría su primera aparición.

De repente todo dispositivo que tenía una pantalla y podía emitir sonido se encendió, televisores, teléfonos, relojes inteligentes, incluso si no tenían batería o estaban desconectado de la fuente de energía; todo mundo empezó a alarmarse, ¿qué estaba pasando ?

De toda la distorsión que se veía en la imagen empezaba a sonar un piano, unas pequeñas notas con un sonido leve, y la imagen de un hombre empezaba a aclararse, un hombre de traje no muy diferente a cualquiera existente, pero con la peculiaridad que sus ojos eran dorados con tonos rojos muy brillantes, su cabello era de un color cobre un poco oscuro y su piel blanca.

El hombre solo miraba a la cámara o algo así; todas las personas se preguntaban quién era, entonces el leve sonido del piano se detuvo.

(Darcy) – Escuchen con atención – decía el hombre con un suspiro al terminar la frase y viendo un poco al suelo.

(Darcy) – Durante años ustedes han estado aquí, han vivido placenteramente, han tenido hijos, construido ciudades, han evolucionado como cultura en diferentes tipos, han vivido grandes historias, muchas muertes que en su mayoría no tuvieron que ver con desastres naturales sino a causa de ustedes mismos. Ahora es momento que muchos de ustedes se tengan que ir, no por mi elección sino por su elección. – lo dijo con un tono calmado y paciente.

(Darcy) – Antes de que se ponga el sol del día viernes tendrán que dormir, si alguien no hiciera eso, esto es lo que les sucederá.

La imagen cambio y mostraba a una mujer acostada en el suelo, estremeciéndose y gritando de dolor mientras en un par de minutos una especie de virus consumía su carne, la consumía hasta dejarla en huesos y aún estaba viva.

(Darcy) – A todos los que se encuentren despiertos, eso es lo que les sucederá, no podrán curarlo, no es una enfermedad, desearan morir y no podrán hacerlo, se mantendrán así y aun cuando ya no quede carne en sus huesos seguirán sintiendo dolor, seguirán vivos hasta que solo quede polvo.

La imagen volvió a cambiar y lo enfocaba esta vez a él, no parecía tener ningún tipo de expresión, no parecía disfrutar lo que estaba anunciando ni tampoco era como que no le gustase.

(Darcy) – Hasta aquí llega mi anuncio, tengan buena vida y disfruten de este lugar durante lo que les queda de tiempo, la vida es muy efímera saben, no la desperdicien – termino de anunciar mientras veía firmemente al frente, asintiendo con la cabeza en la última palabra.

Los dispositivos se apagaron, los que estaban encendidos volvieron a su estado anterior; pero solo se escuchaba eso, todos estaban en shock, temblando un poco sin decir nada; para Adrián no era lo mismo, volvió su mirada hacia los demás y los vio así durante al menos 20 segundos.

Luego las personas se apresuraron a sus casas, estaban muy asustadas, al contrario de lo que podrían creer, las personas si le prestaron atención, si tenían miedo.

Adrián tomo en brazos a su hermano y corrió hacia el terreno vacío detrás de la escuela; el viento lo empezó a envolver y poco a poco lograba levitar, puso la cabeza de su hermano sobre su pecho para que no viese al suelo, y así llego al departamento donde vivían por la ventana de su habitación.

Durante los siguientes días el mundo se paró, todos estaban con sus familias, estaban esperando el viernes, en las calles se veían familias en los parques, algunos estaban construyendo estructuras altas, estructuras con solo pilares y un piso superior, los ricos aseguraban sus hogares con metal y marcos de energía eléctrica.

Eran pocos los escépticos, pero tampoco incentivaban a los demás a no creer; fueron días muy grises y silenciosos, las personas ya no hablaban mucho solo disfrutaban de los momentos.

El viernes llegó, Adrián se fue del departamento, por la ventana de su habitación se lanzó al vacío y empezó sobre las nubes, a ver el mundo, viendo como todos se dirigían a esos lugares que habían construido, llevaban sillas y almohadas, algunos salían a las montañas y es ahí a donde fue él, se alejó de su familia ese día.

La tarde ya llegaba, él no sentía miedo, solo el aire a su alrededor que le permitía volar sobre el cielo ya callado; el sol se iba poniendo poco a poco.

En una montaña en un terreno plano estaban posiblemente 3 familias, Adrián fue hasta ahí se elevó sobre ellos ya dormidos, apenas una pequeña mirada de una menor en brazos de su madre logro verlo, ahí mientras los últimos rayos del sol lo opacaban.

(Adrián) – No sé quién seas, pero esto no debe ser así, no debes llevarte la vida de nadie, no debería pertenecerte ese derecho, no es de nadie, ni siquiera del Dios más fuerte que haya en el universo – dijo mientras el aire a su alrededor corría más rápido y la tierra temblaba levemente.

El sol ya no estaba, la luz de la luna se abría paso y el silencio abundaba, ahí estaban, todos durmiendo en un profundo sueño del que quizás no despertarán.







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