Hay en mi dedo índice mucho odio. Al fruncir la mano casi desaparece oprimido por el pulgar, mas el odio es inconmensurable. Por más que empuje del falange el dedo no se separa de mi mano.

Me está empezando a doler el nudillo, duele, me está doliendo mucho, y el dedo no se separa. Duele también dentro del pecho y siento caliente en su superficie. Hay mucho odio y es demasiado para un único dedo.

Cuando relajo la mano no siento ningún alivio, sólo hay dedos desvaídos con algunas lagunas encarnadas y un nuevo intento no es posible, pues me da asco lo pegajoso del sudor en la mano. Los otros dedos también han sufrido el apretón, mas no del tirón. Sin duda hay mucho odio en esa mano con su único dedo.

No sé qué hacer con tanto odio y no sé si es posible que algo tan pequeño contenga un volumen tan grande de algo, de haberme podido mover hubiese ido a cualquier parte, pero hay tanto odio en mi brazo que urge dedicarle mi atención. 

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