Polvorientas, aguardan un océano en embestir con tal deslize que es cauce su redimir.

pero su tierno pincelado mas perpetuo no sera,

Alardeando de su dulce llanto, una gala de prosperidad ,. ¡que efimeras e insaciables! Aunque de febriles, ya son afligidas.

De mientras el cielo se vacia, contempla felicidad mia, como eres diluviada en cualquier esencia menos en mi pertenencia, mas cuando decidas tornar a brotar, de seguida en mi, desesperanzada, seras igual el reflejo que a mi saber, por siempre te sea estimada! Pues ante tal argollas no nos desampara el ser menospreciada.

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