REUNIÓN

Ilustración: John Gilbert – William Harrison Ainsworth, The Lancashire Witches

En la asamblea, habló la más experimentada. Protestó fervorosa, por la injusticia de tantos siglos de persecución. Alegó que la iglesia no admitía competencia en su lucha por el control de la vida y la muerte. Reivindicó con argumentos sólidos la sabiduría contenida en sus prácticas, —muchas de ellas provenientes de culturas indígenas— para el tratamiento de enfermedades. Su discurso tocó el clímax. El auditorio eufórico, vitoreaba consignas en oposición a tanta misoginia, a la inconveniencia de atribuirse la propiedad del conocimiento en la medicina y la ciencia, defendían la enseñanza y la plena libertad para ejercer su profesión. Todo era ovación e histeria colectiva.

En ese preciso instante, irrumpe en el recinto la autoridad municipal con orden de detención a las participantes del aquelarre por la clara violación de las medidas sanitarias impuestas por el gobierno nacional con motivo de la pandemia.

En el proceso de legalización de captura, se confirmaron vuelos en escoba no autorizados, desde diferentes partes del mundo, consumo de alucinógenos en pócimas con altas composiciones de coca y marihuana y el decomiso de quince toneladas de ungüentos mágicos que, de acuerdo a las investigaciones posteriores, serían utilizados en una conspiración planeada —con rigor— para el próximo 31 de octubre con el fin de atraer a los niños.

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