CONTENIDO

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………

1. YENIFFER…………………………………………………………………

2. CHARLES…………………………………………………………………

3. YENIFFER………………………………………………………………..

4. CHARLES…………………………………………………………………

5. YENIFFER…………………………………………………………………

6. CHARLES………………………………………………………………….

7. YENIFFER…………………………………………………………………

8. CHARLES………………………………………………………………….

9. CHARLES A LOS 10 AÑOS………………..……………………….

10. YENIFFER…………………………………………………………….. .

11. YENIFFER……………………………………………………………….

12. CHARLES………………………………………………………………..

13. YENIFFER………………………………………………………………..

14. CHARLES…………………………………………………………………

15. CHARLES………………………………………………………………..

16. CHARLES………………………………………………………………..

17. CHARLES………………………………………………………………..

18. YENIFFER……………………………………………………………….

19. YENIFFER…………………………………………………………….…

20. YENIFFER……………………………………………………………….

21. YENIFFER……………………………………………………………..

22. CHARLES………………………………………………………………

23. CHARLES………………………………………………………………

24. YENIFFER……………………………………………………………..

25. YENIFFER …………………………………………………………….

26. CHARLES……………………………………………………………..

27. CHGARLES……………………………………………………………

28. CHARLES………………………………………………………………

29. YENIFFER……………………………………………………………..

30. YENIFFER………………………………………………………………

31. LINCY…………………………………………………………………….

32. YENIFFER……………………………………………………………….

33. CHARLES………………………………………………………………..

34. Acerca del autor…………………………………………….………

INTRODUCCION

En la preparatoria que Yeniffer estudia llega un chico nuevo, llamado Charles, el cual que viene de New York. Su madre y él se han mudado a Texas por un problema que tuvo con varias escuelas y un su pasado oculto que nadie sabe más que su madre.

Charles Dodt tras ver y observarla se enamora de Yeniffer. Sin embargo al principio ella no le presta atención debido a la relación que ella lleva con Mack. Pero logra conllevar una relación de amistad con él. Tiempo después de ser amigos surge un inconveniente que se da entre el novio de ella con Charles. En base al problema estos se logran conocer mejor poco a poco y es aquí cuando todo esto inicia, es cuando Yeniffer empieza a conocer acerca de Charles y de igual forma él hacia ella. Quien ha vivido su vida aparentemente bien, pero existen cosas que hacen que la vida de Yeniffer sea en ciertos momentos complicados.

El pasado de Charles no es muy bueno, pues el chico había estado en pandillas y grupos delincuentes por casi dos años, generando problemas en la mayoría de escuelas a las que asistía en ese determinado periodo de tiempo, pero esto no se detiene hasta que su madre interviene y lo traslada a Texas que es donde conoce a Yeniffer.

Durante la fuerte relación de amistada de Yeniffer y Charles. Sucede algo inesperado durante un pequeño paseo que estos dan por el norte de Houston. De donde Charles termina gravemente herido, y en ese lapso de periodo de tiempo se da cuenta por completo de Dios, pues sabia de él, pero no le había tomado gran importancia. Su corazón estando destrozado internamente, llega a ver a Jesús quien es el único que puede ayudarlo a él y a Yeniffer con sus problemas y cargas.

Esta es una historia que habla de cuanto amor, ¡ESPEREN NO! El amor incomparable que DIOS tiene hacia nosotros sus hijos .basándose en la vida de Yeniffer y charles.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan. 3: 16.

¡QUERIDOS LECTORES QUE DISFRUTEN Y QUE DIOS LOS BENDIGA!

1. YENIFFER

-¡Yeniffer llegaras tarde a la escuela, por favor date prisa!

-ya voy mamá estoy cepillándome los dientes.

-Muy bien, pero date prisa tu padre tiene una reunión importante y tú tienes exposición de historia.

Yeniffer había pensado en no participar en la exposición, la cual ella consideraba muy aburrida, Pero para su mejor amigo Frank era lo mejor, había estudiado todo lo que le tocaba así que no quería decepcionarlo.

Cuando llego a la escuela Manos de Dios (GOD IS HAND) vio entrar a Lissa una de las chicas más popular de la escuela que estaba bromeando con Mack. Yeniffer estaba enamorada de Mack y se ponía nerviosa cuando estaba cerca de él.

En fin salió del auto se despidió de sus padres y se dirigió donde se hallaba Tina, quien estaba charlando con Frank.

-Hola Yeniffer ¿cómo estas, niña? -Dijo Frank alegremente, era un chico de 15 años. Llevaba una gorra del equipo de la escuela, una camisa celeste donde ponía: BAMOS COMPAÑEROS. Llevaba unos jeans verdes y unos zapatos negros. Cabello café oscuro, ojos verdes y con una actitud muy positiva. El chico media como un metro setenta y cinco de estatura .nada mal pensó Yeniffer este viene preparado.

Frank se inclinó y sujeto sus carteles y otras páginas y pregunto:

-¿Chicos estudiaron, vuestra parte de la exposición de historia?

-Más o menos.- Esbozo Yeniffer una sonrisa.

-si -dijo Tina (una chica de la misma edad de Frank. Llevaba unos Jeans negros, una camisa rosa, unos zapatos blancos. Levaba el cabello largo y con unos lentes y bien maquillada)

-Ok. Me gusta estar preparado, tienen que estar listas chicas es muy importante esta exposición. ¿Entienden? –Pregunto Frank.

-Claro que lo entendemos. ¿Verdad Yeniffer? –Voltio en dirección de ella.

-¿A? .Si por supuesto. –Murmuro un tanto distraída.

Tina se percató en la dirección que estaba viendo Yeniffer, a lo que dijo:

-¿estabas viendo a Mack .Yeniffer Wells? –Pregunto maliciosamente.

-claro que no Tina. ¿Cómo crees? –respondió rápidamente, tratando de disimular una pequeña sonrisa.

– Aja, cielo te conozco, como sea, pude observar que lo estabas viendo. Sí. Es un chico guapo y también está en el equipo de baloncesto de la escuela.

-Ha, yo podría estar en el equipo de baloncesto de la escuela también, pero el entrenador no me acepto cree que soy demasiado pequeño y eso que mido un metro setenta y cinco, pero ya verán. Creceré más y ese Mack no se va comparar conmigo.

-si Frank, se vale soñar. –bromeo Tina.

-¡Oye! -se quejó Frank, frunciendo el entrecejo.

-Chicos será mejor entrar. –intervino Yeniffer. -ya sonó la campana, es mejor que nos demos prisa, recuerden que somos el primer grupo para exponer, y al profesor Land no le gusta esperar mucho tiempo.

Los chicos entraron al salón de clase (eran del primer de preparatoria) el profesor Land ya los estaba esperando, el maestro era alto y delgado con unos lentes finos y una mirada de seriedad absoluta. Siempre pensando en la disciplina y de la mano la Responsabilidad, sus rasgos más predominantes en su carrera de docente de preparatoria. Claro pero dentro en lo más profundo, había comprensión, paciencia, y amor a sus alumnos.

-Muy bien ya están todos, espero que estén listos, el primer grupo a exponer. Es el de la señorita Yeniffer Wells. Adelante. –Ordeno.

Yeniffer y su grupo pasaron adelante, frente al pizarrón, colocaron sus carteles y sus notas para hablar algo si lo olvidaban.

-Muy buenos días a todos. Nuestro equipo hablara acerca de la historia estadounidense, cuando se dieron los ataque nucleares en 1945 y 1946 en nagasaqui e Hiroshima (china). Las consecuencias que género, los problemas económicos que surgieron y muchas cosas más, espero que puedan entenderlo. -dijo m–y seriamente, al grado de absoluto silencio que se pudo apreciar durante la exposición.

Estuvieron hablando por más de 20 minutos, dando datos importantes: como las diferentes consecuencias producidas por la segunda guerra mundial, las muertes, la pérdida económica mundial entre diferentes cosas que expusieron.

Muchos chicos de la clase se interesaron en la presentación, en un cartel que Frank había hecho se podía ver el hongo nuclear causado por una de las bombas nucleares lanzadas en china. La mayoría estuvo en silencia. Cuando hubo terminado Yeniffer, se percató de que Mack la había estado viendo.

-¡Gracias por su atención! Es pero que hayan podido comprender.-Yeniffer quiso agregar más pero se puso más nerviosa al ver que Mack se había interesado en la exposición sin perder de vista todos los detalles y al mismo tiempo la seguía mirando con una sonrisa que puso más nerviosa a Yeniffer.

-Muchas gracias chicos, excelente Frank, tu forma de hablar y explicar lo hizo más interesante ¡excelente! –apremio el profesor.

-¡Gracias profesor Land! –recito Frank orgullosamente de su trabajo.

– Y tu Tina. Excelente. Lo que más me gusto de parte es que expusiste de maravilla, no suelo decir esto, pero estuvo genial. –declaro, secándose una pequeña gota de lagrima.

-Gracias. –logro decir un poco aturdida por tanto alago.

– Y tu Yeniffer nada mal, estuvo súper bien.

-Bueno. Gracias profesor, hice lo que pude. – Logro decir pero estaba pensando en Mack cuando la había visto y sonreído.

-Está bien chicos, ponga atención que lo que diré, será para el examen: Como ya saben que Estados Unidos posee diferentes monumentos en honor a nuestros héroes y personas que marcaron la diferencia, uno de ellos fue Thomas Jefferson. ¿Quién puede decirme que lugar tuvo en la presidencia este hombre? –Pregunto el profesor entusiasmado.

-¡yo!- dijo Frank esbozando una sonrisa irónica.

-¿sí?, señor Laín. – expuso el profesor en un tono de curiosidad.

-Fue el tercer presidente de la nación. -contesto Frank con entusiasmo.

-¡Muy bien!, fue el tercer presidente. Y el monumento de Thomas Jefferson es reconocido por ser uno de los hombres más destacados de su época. Además es uno de los monumentos nacionales de los Estados Unidos que se ubica en Washington D. C., uno de los monumentos a los presidentes de los Estados Unidos dedicado a Thomas Jefferson, uno de los Padres Fundadores de la nación y tercer presidente. La estatua que se encuentra dentro del monumento Mide alrededor de los 5 metros con 79 CM de altura y fue echo en 1923.

-Otro monumento importante que poseemos es el de Abraham Lincoln. Este monumento se construyó en 1922. Lincoln fue el decimosexto presidente de la nación, dentro del monumento podemos admirar una estatua de él sentado sobre un sillón.

-como sabrán, espero que hayan anotado estos datos, pues dentro de dos semanas habrán exámenes. ¡Ahora, siguiente exposición!- dijo en tono severo.

Después de la exposición tuvieron las diferentes clases con sus diferentes exposiciones. Tuvieron ciencias, la materia favorita de Yeniffer, amaba química y había aprendido todo el corto tiempo que había estado en la preparatoria con el maestro que la impartía Jeff Connor.

Él era un científico retirado de 62 años pero se veía más joven, su interés y su confianza en Dios, su frase más pronunciada era “Dios permite los descubrimientos científicos’’.

-Maestro. Pregunto Yeniffer ¿qué pasaría si un campo electromagnético o si nuestro campo magnético dejara de funcionar?

-Bueno lo que sucediera es que los rayos cósmicos que expulsa el sol hacia todo el sistema solar chocara con la tierra y como les he enseñado. La tierra posee dos polos es decir dos fuentes magnéticas, el polo norte y el polo sur, con la diferencia que en nuestro planeta el polo norte geográfico es el polo sur magnético y el polo sur geográfico es el polo norte magnético.

-oh, ya, comprendo aja eso de los polos.

-Y lo que sucediera fuera que los rayos cósmicos destruyeran la capa de ozono y dañaría la vida en la tierra, porque el campo magnético es el encargado de protegernos y absorber el calor necesario para la vida en nuestro planeta. El nombre de este campo se denomina “MAGNESTOSFERA’’.

-Por eso es importante ya veo.-Expreso Yeniffer.

-Haremos un experimento, necesitamos un imán, dos baterías de 5 voltios, cobre y un foco Led. No se preocupen chicos yo ya tengo los materiales aquí preparados ustedes solo observen, tomen notas porque luego hare un test de lo que aprendieron.

Realizaron el experimento y aprendieron la importancia de la magnetosfera y luego el profesor Jeff les enseño la importancia de los gases atmosféricos como el famosísimo Ozono.

A la salida Mack llego donde se encontraba Yeniffer, el cual se presentó y le hablo de un poco de su experiencia en la exposición de Historia, también le pregunto si algún día le gustaría salir con él.

-Ah, pues, veras…Hmm claro. –Contesto entre cortado.- Yeniffer estaba muy feliz y nerviosa al mismo tiempo pues el chico más guapo y popular la había invitado a salir. – ¡Que emoción! Pensó.

-Ok ¿Qué te parece el sábado a las 2pm? –pregunto este un poco nervioso.

– Ok. Estaría bien. –Convino ella.

El cambió de tema al momento de que ella le acepto su invitación. Y el elogio por cómo había expulsado.

-¡Yeniffer estuviste genial! En tu exposición, me gusta la forma en que lo explicaste. Felicidades. –expreso él.

-oh, gracias.- Yeniffer se ruborizo y se puso como tomate. -Bueno tú también estuviste bien Mack, cuando hablaste de los inicios de la guerra fría en 1944 hasta 1991 y el surgimiento de la ONU.

-Ah… Gracias. Aunque no estaba seguro de algunas fechas, las olvide así que tuve que improvisar (Mack se rio y mostro sus blancos dientes y bien alineados. Era un chico alto, iba vestido con unos jeans negros, una camisa negra y la sudadera de la escuela, su cabello negro bien recortado y su cara limpia)

Los dos se rieron por un rato. Mack se le acercó y le dio un beso en la mejía, y luego se despidió y se marchó.

Yeniffer estaba muy feliz y nerviosa, nunca había hablado tanto con Mack Lennom y por más Lissa estaba que ardía, pues ella nunca había logrado que Mack le diera un beso y por demás ese día nadie había molestado a Yeniffer. Era perfecto, su madre ya la estaba esperando, ella pasó todo el día miércoles pensando en ese día y para más, Él le había dado su número de teléfono.

Esa noche Yeniffer soñó que Mack la recogía entre sus brazos y le daba un tierno beso en los labios, ella se sentía feliz, se encontraban en un parque haciendo un picnic junto con su madre. Ella pensó: este chico es perfecto.

2. CHARLES

Ya había pasado por 4 escuelas ese año, apuras penas había pasado el curso anterior por causa de las múltiples faltas que había hecho, por escaparse. No podía mantenerse, su madre le había dicho que tenía que tratar de encajar y mantenerse en una escuela por más tiempo.

Charles era un chico de 15 años, media un metro ochenta y tres, tenía cabello rubio, ojos verdes claros y una tez muy impresionante. A su alrededor daba a entender con su mirada que demostraba diferentes sentimientos: nostalgia y enojo aunque la que más le afectaba era la tristeza, pero el trataba de evitar y disimularla con enojo. Tras haber perdido a su padre dos años atrás su vida había cambiado, antes era un chico feliz, inteligente, responsable, sin miedo. Pero luego de haber perdido a su padre había cambiado al igual que su madre Lincy Dodt. Charles se había pasado esos últimos dos años generando problemas en cada escuela que iba, su madre le había advertido que si generaba una más se mudarían a la otra parte del país y lo castigaría por un año, cosa que considero muchas veces por su conducta. En fin charles no quería estar en Nueva York, la detestaba. Se había mudado de Pensilvania a Nueva York por razones diferentes, pero en especial por la muerte de su padre.

Su madre le estaba hablando precipitadamente, de manera que él se sentía un poco apagado.

-Charles ya estoy cansada de esto hijo ¡por favor compórtate! –le grito su madre, preparándose para el trabajo.

-¡Odio este lugar mamá!, quiero volver a Pensilvania, ya no quiero estar aquí. –Murmuro, en un tono de incomodidad, mientras se ponía su mochila donde tenía unos bocetos de dibujos.

-Ya, charles Alexander Dodt, por favor ¿sí? –Lo reprendió su madre. – haces algo más y nunca volverás a Pensilvania y nos mudaremos a otra parte del país de modo que sea peor que aquí para ti. Por favor cariño te lo pido.-suplico.

-no te prometo nada pero hare lo que pueda. –confirmo Charles.

Cuando llego a la escuela estuvo las primeras dos horas, aprovechando en cierto modo, le caía bien un chico llamado Román, quien le enseño unas recetas maravillosas. Pero ese chico se mudó de Nueva York a Indiana por razones familiares y Charles se quedó solo, no encajaba con otros chicos de la escuela, en las exposiciones le costaba cuando los maestros lo unían con Chicos a quien él nos les caía bien. No soportaba más ese ambiente.

Un chico, en una ocasión le derramo unas pinturas a lo que, él había reaccionado tranquilamente, pero el chico al cual se llamaba Brent. Él se burló y Charles no soporto más a lo que le empujo, lo que generó una discusión, en fin él termino suspendido por un tiempo. Sentía que nadie lo entendía, su padre siempre le había poyado en los momentos más difíciles, su madre estaba ocupada con las cosas de la cuneta, el auto… Él no quería más eso, quería irse de ahí, desvanecerse, alejarse cien mil millones de kilómetros de la tierra y jamás volver.

Ya no soportaba más. Mientras leía un libro de biología, unos chicos se le acercaron y empezaron a molestarlo, él permaneció tranquilo y sereno, pero no soporto más y les lanzo unos insultos, que si su madre le oía, terminaría lavándose la boca con alcohol 90%. Ya estaba, el odiaba estar ahí y lo que hizo fue escapar de la escuela e ir a un lugar que su madre le tenía prohibido. El chico se había unido a una pandilla al sur de Manhattan, donde el tipo que era el líder se hacía conocer como Latí.

Se dirigió, caminando a unos siete kilómetro de distancia, mientras un chico se acercaba, pero este lo ignoro y siguió caminando. En fin continúo murmurando en voz baja sus tragedias.

-Mi madre quiere que estudie ahí, ya, claro que NO, mejor prefiero estar aquí.- Se dijo a sí mismo en voz alta, mientras caminaba. Cuando…

Un chico regordete de unos 18 años salió de la parte de la esquina del barrio, donde se dirigía Charles, era uno de los integrantes de la pandilla. (Vestía una camisa azul en la que ponía: los del barrio nosotros. vestía unos pantalones grandes y flojos con unos zapatos Adidas y en la parte frontal de su cuello tenía un tatuaje de un tigre devorando un ciervo) este lo miro y le dijo:

-¿Qué ondas carnal? ¿Qué hay manito? –dijo el tipo.

-Nada. Vine donde el jefe, pues me escape de la escuela. Y… -contesto un poco incómodo, por el tatuaje del cuello.

– Buena compadre y ¿no has pensado en la oferta del jefe? –Pregunto entornando sus ojos como platos.

-¿Qué oferta? –reacciono este, precipitadamente intranquilo.

-Relájate hermano. Veo que estas muy tenso, simplemente el jefe quiere enviarte a tu primera misión. –espeto tocándose su bolsillo izquierdo.

-¿De qué se trata, caliverio? –Pregunto un poco más relajado.

– Pues ya verás, te está esperando desde hace días. –replico. –oye porque vienes hasta ahora, ¿sabes? Ya tenías mese de no venir, Latí ya había pensado que te habías escabullido y acobardado, en fin será mejor que vengas conmigo.

Charles estaba algo asustado pues había oído que durante su ausencia, la semana pasada el jefe había mandado a otro chico novato que recién ingresaba a la pandilla en una misión (era el nombre que esa pandilla usaba para designar las ventas de Heroína) y el chico había resultado asesinado, por el bando contrario que se dedicaba a la venta de Marihuana en el norte de Manhattan.

-Hola Charles, chico eres novato me informa Caliverio, veo que no habías reunido en el barrio. –Dijo un poco molesto. – pues… Te toca tu primera misión. (El tipo era alto, delgado tenía una cara agrietada, tenía en su mano izquierda un tatuaje de un gato drogándose con Heroína y en su mano derecha tenía un cigarro, llevaba unos pantalones finos y una camisa manga larga cuadriculada y unos zapatos rojos, Nike)- esto será bueno chico, entregaras 5 libras de Heroína al norte de Manhattan a uno de nuestros mejores compradores. Toma. (Le dio una bolsa negra bien comprimida donde ponía la palabra ‘’Producto”. La bolsa o mejor dicho la forma era cuadrada, comprimida sus mediciones era de 60 por 40 cm)

-Ok ¿cómo se llama el tipo al que se la venderé? –Pregunto Charles un poco calmado.

-No te diremos el nombre, pero claro, te lo describiremos y te diré como es. Además debes tener cuidado, tiene un gemelo en esa área, pero lo más desconcertante es que ambos poseen unos incisivos de oro, yo sé, es loco. –espeto irónicamente.-Así que por favor no te equivoques. No quiero perder a un novato más. el tipo es bajo como de un metro cincuenta y tres, es algo gordo y siempre lleva un saco color verde claro y si te pregunta quién te envía dile que te manda Latí el jefe del producto. Y otra características, es que unos de sus dientes frontales es de Oro.

El chico anterior se equivocó de dirección y pues llego donde el hermano de nuestro cliente, con quien no me llevo bien y como ya sabrás. Lo mataron de una forma horrible por favor ni se te ocurra preguntar ¡fue horrible!

-Pero toma esto por si acaso (El pandillero le entrego una pistola negra) ¿sabes cómo usarla?

– pues, no.

– bueno solo tienes que cargar de esta forma (le enseñó como cargarla, apuntaba y disparo hacia un tablero) bueno entendiste chico espero que si pues no tengo todo el día.

– Claro, entendí.

-recuerda chico, debes llevar la mercancía al lugar correcto, pues por un error puedes terminar muerto y me vería en problemas y… Bueno ya lárgate, caliverio te entregara una bicicleta con la que podrás llegar más rápido al lugar CORRECTO.

El pandillero al cual le decían caliverio le entrego una bicicleta de 4 velocidades color roja. Charles llevo la droga a donde se le había dicho, cruzo la interestelar, la avenida al Upper Est. Side pero cometió un error al desviarse una calle pues en esa área había una patrulla de policías y se fue un poco al sur cerca de donde el gemelo del tipo misterioso vivía. Cuando paso cerca de ahí, un tipo lo detuvo y le dijo que le digiera quien era. Cuando de la esquina de una edificio abandonado salió un tipo con las características que Latí le había dicho, con la diferencia que este llevaba un saco celeste. Charles se confundió y decidió preguntar. Había olvidado la importancia del color del saco que el comprador tendría, pero lo más extraño era que aun este tipo tenía sus dos dientes frontales de Oro.

-Tu no me digas que estas aquí para vender lo que llevas dentro de ahí.

-Am (Charles no entendía como sabía lo que llevaba dentro pero cayó en la cuenta que este tipo podría ser el gemelo del otro con la diferencia que este vestía de un saco celeste. Se maldijo en su mente por haberse equivocado, deseo solo haber dicho que solo pasó por ahí de paso, pero tenía trabada la lengua del miedo) claro, lo de la bolsa, solo es un regalo para mi madre.

-¡Chico no me mientas! ¿Sabes lo que le sucedió al chico que dijo una excusa por no decir la verdad?

-Más o menos. – pregunto un poco lleno de miedo.

-Eres uno de los Latí ¿eh? Asique me imagino que estas en estas zonas para llevarle eso, que para mí es una porquería de droga, yo vendo lo mejor ¿no es así muchachos? (de las demás esquinas de ese edificio salieron 7 chicos que aparentaban los 16 y 18 años)

-¡sí!!(Dijeron todos)

-haber chico dame esa cosa y saldrás bien de aquí ¿qué te parece?

-¡Claro que no! debo entregar el paquete a su destinatario correcto

-chico, no seas tonto. ¡Somos más! Además ¿sabes lo que dijeron los de tu pandilla? o mejor dicho que nosotros habíamos liquidado al chico anterior, pero lo único que hicimos fue darle una paliza, no lo matamos. ¡No sería capaz! El chico fue asesinado por tu mismo bando y además sabes que esa droga, no está en buen estado.

-¡Mientes! Latí, dijo que ustedes lo mataron.

-¿ah sí, eso dijo? – apunto con su dedo hacia Charles un poco malhumorado.

Charles asintió, pero estaba lleno de miedo que lo que hiso fue sacar su arma y apuntar a ese tipo que le había dicho que su nombre era Flyli. Él se preguntó ¿porque los pandilleros tenían nombre raros?: caliverio, latí, Flyli. Estaba claro que él no quería tener un nombre raro. Solo quería formar parte de algo, charles no se había adaptado en esos últimos dos años y en ese mismo momento estaba a punto de quitarle la vida a un apersona al grado de tanto miedo que lo invadía, se desesperó internamente, cuando en su interior oyó una voz pasiva y tranquila que le dijo: “NO LO HAGAS, YO ME ENCARGO” ¿SI?

Charles soltó el arma y arrojo la droga a una alcantarilla que estaba cerca, agarro la bicicleta y salió lo más rápido posible, ninguna persona que lo vieron, pedalear muy rápido, ni siquiera un auto de policía que pasó cerca de él. Nadie le prestó atención, mientras Charles pedaleaba, con todas sus fuerzas.

Paso dos horas (eran las 5pm de la tarde) asimilando que los de su misma pandilla habían asesinado a su propio integrante y ahora pensó que le tocaría a él por no haber cumplido la misión. Pero se preguntaba ¿que era esa voz que lo obligo a dejar el arma y?… Y salir de ese lugar tan agitadamente. Las palabras estaban grabadas en su mente. Se preguntó si se estaba volviendo loco, pero aparto esos pensamientos y decidió regresar a traer sus cosas de la casa del barrio donde se encontraban, todos a espera de su regreso. –se dijo a sí mismo.

Charles estaba muy nervioso a cada milla que se acercaba y pensaba en ya no regresar. Pero su mochila estaba en la casa del barrio. Necesitaba regresar, pues tenía su libreta de dibujos donde estaba dibujado su padre (semanas antes de que el padre de Charles muriera él había dibujado de memoria a su padre y a el mismo sobre una sábana viendo el cielo y bajo la sombra de un árbol frondoso, su dibujo había impactado a su padre y le había comprado unas libretas más, para que siguiera dibujando, era uno de los mejores recuerdos de charles) no estaba dispuesto a perder aquel gran dibujo que le había costado tiempo y dedicación.

Cuando despertó de sus pensamientos vio una patrulla y dos ambulancias ir en dirección de la casa del barrio, Charles sintió una gran preocupación y acelero mucho más de cuando había abandonado el barrio de Flyli.

Cuando estuvo cerca había un oficial de policía que estaba al tanto de los hechos y un testigo que le decía lo que sucedió en ese lugar. Otro policía tenía el bolsón de Charles y corrió rápido hacia el oficial.

-¿Qué paso aquí? –Pregunto precipitado.

-Algo terrible, será mejor que te vayas. ¡Esto no te incumbe!

– claro que si me incumbe, aquí estaban mis amigos hace una 2 horas, y por cierto. La mochila que sostiene, es mía. –Respondió sobresaltado.

-¿cómo puedo saber que es tuya? –Pregunto frunciendo el ceño.

-bueno, ábrala y mire dentro de ella, hallara un estuche, dentro encontrara mi billetera y revise la licencia de menoridad para conducir. –propuso.

El oficial hiso lo que Charles le dijo y en efecto, encontró lo que Charles le había dicho. El oficial le entrego su mochila.

-oye ¿charlit?

-Charles. –corrigió.

-ok, bien Charles ¿Qué hacías tú con estos tipo? Es peligroso estar con esta clase de gente

– Na… por cierto ¿qué les sucedió en este lugar? ¿ y mis amigos, donde están, que fue lo que paso? ¡Dígame! –Suplico.

– pues lamento decirte que todos murieron, excepto el líder, un tipo que se hacía llamar Latí. Pero investigamos que había sido buscado por intento de homicidio a un oficial, asique cuando se recupere será llevado a la cárcel (Latí había sido disparado en la parte inferior del pecho y 3 disparos en las piernas), pero dudo que sobreviva y por cierto una mujer dice que vio un chico salir en esa bicicleta. Hacia la zona contraria de este barrio ¿eras tú?

-si….

-Bueno tuviste suerte. Espera no. Dios te protegió.

-Aja, claro. Más no a mis amigos, que irónico.

-Oye Charles el Jefe tiene un propósito.

– Bueno está bien. Adiós oficial.

Charles llego a su casa a las 7pm. Su madre había estado muy preocupada, cuando los maestros de las escuela le dijeron que se había escapado y que no tenían idea de donde podría haber estado, le había llamado, pero él no había respondido. Cuando llego Charles esperaba una regañada y estaba listo para confrontarla, pero lo que hizo fue diferente y lo abrazo y dio gracias por que había regresado.

-oh ¡gracias a Dios estas bien! Charles ¿Dónde te habías metido? Me dijeron de la escuela que te habías escapado de nuevo y lamentablemente te expulsaron.

-Lo acepto me escape (puso una cara de aburrimiento y ganas de irse a dormir pero tenía que explicarle a su madre) pero estuve con unos amigos que lamentablemente murieron hoy y uno esta grave en el hospital (empezó a llorar a pesar que mantenía serrado a los sentimientos y no se resistió más, su madre se acercó y le dio un abrazo y le dijo que llorara que lo necesitaba. Charles no hizo nada solo sentir el calor de su madre cosa que había estado reteniendo por esos crueles dos últimos años)

-Mamá lo siento (llorando)

-No hijo, yo he sido muy dura contigo.

-Mamá ¿qué harás ahora que estoy expulsado?

-Pues no me queda más opción que mudarnos. ¿Estás de acuerdo hijo?

-SI

Hablaron un buen tiempo. Charles le expresó y dijo todo lo malo que había hecho con las pandillas y todo lo que hacía cuando se escapaba de la escuela. Se iba a pintar paredes, escribir cosas malas, en fin muchas cosas malas que charles había hecho durante esos últimos dos años.

Su madre le conto de que había faltado varias veces al trabajo cuando salía a buscarlo y cuando se metía en problemas que de tantas faltas la despidieron, pero que había conseguido un trabajo en Houston Texas, antes de que la despidieran y esa era la verdadera razón por la que quería ir a Texas y ya había pensado matriculara Charles en alguna escuela la cual tuviera principios cristianos.

-Charles nos mudaremos a Texas, los dos sabemos que estar aquí es muy complicado y es mejor un cambio para ambos.

-Claro, pero ¿porque no a Pensilvania?

-Hijo ya hemos hablado, pero si pasas un curso en la nueva escuela en la que te voy a matricular iremos a Pensilvania para el verano ¿Qué te parece?

-Está bien, me parece tu trato.

-OK, cariño ahora a cenar veo que estás cansado y necesitas comer luego puedes irte a la cama, mañana iniciaremos los tramites de la mudanza y por cierto desde hace 4 días había estado reservando una casa en Texas. Es bonito ya verás.

Cenaron juntos, cosas que no hacían seguido debido al trabajo de Lincy su madre y estuvieron contándose chiste, Lincy no había visto así a Charles desde que Tom había muerto, pero Lincy pensó que de hoy adelante aprovecharía estar más pendiente en la vida sentimental de su hijo.

Charles se fue a la cama con el pensamiento de un nuevo hogar en Texas, a Charles no le gustaba mucho la idea de mudarse a Texas pero se sentía apenado por que por su causa, habían despedido a su madre. Tendría que adaptarse a nuevas personas, nuevos compañeros y si llegaba a ser posible enamorarse de alguna chica. Cosa que había perdido el interés por causa de la muerte de su padre. Antes de quedarse dormido logro decir GRACIAS DIOS.

Era algo que no frecuentaba decir, pero algo lo impulso a decirlo, pues ese día había pasado algo muy inquietante y trágico.

3. YENIFFER

Yeniffer había estado pensando en el beso que Mack le había dado en la mejía. Estaba muy feliz y nerviosa. A Yeniffer no le gustaba decirle a las demás personas en público decirse hermosa o guapa pensaba que so sería algo egoísta, le gustaba más la opinión pública.

Sonó el teléfono a la izquierda de la cama de Yeniffer, había estado esperando esa llamada por un buen rato, ella esperaba que llamara Mack pero no era Mack, era Tina. Su mejor amiga, se habían conocido desde el séptimo curso en la segundaria. Al principio no le agradaba pero según fue pasando el tiempo le agrado y ahora era su amiga, tenía que contestar no debía ser egoísta solo porque el chico más guapo de la segundaria la hubiese invitado a salir.

-Hola tina ¿cómo estás?

-Bien Yeniffer, sabes que toda la escuela sabe lo de tú y Mack.

-¿En serio? Increíble que rápido se dan cuantas de las cosas.

-sí, sabes hasta dicen que ya están saliendo.

-vaya ¿Qué? No como crees. Solo somos amigos

-¿Amigos eh?

-Tina ¿de qué lado vas? –Pregunto frunciendo el ceño.
-Solo bromeo, amiga. Sabes. Tienes una gran suerte que le gustes. A mí nadie me invite a salir… -Dijo tristemente

-Tranquila amiga, ya verás tendrás al chico indicado en su momento. –convino.

-Bueno y cuéntame ¿qué te dijo?

-Pues solo me felicito por la exposición, dijo que lo había hecho. Bien, yo le dije lo mismo pues estuvimos hablando acerca de los errores e improvisar cuando no hay nada que decir. Fue lindo.

-Y que más. Yo vi que se acercó a ti ¿te beso? Cuéntame.

-Ay está bien pues. Pero no le digas a nadie ¿sí?

-si picara.

-Bueno aunque solo fue en la mejía se sintió muy bien hubiese visto sus dientes blancos con olor a menta, bien alineados y unos ojos tan hermosos, no sabía que decir en ese momento, ¡ah fue hermoso!

– también me invito a salir el sábado por la tarde, aun no sé adónde pero me dijo que me iba a llamar.

-Ay Yeniffer tienes tanta suerte, pero te daré una recomendación debes tener mucho cuidado. Prométeme que tendrás cuidado.

-Está bien Tina lo prometo, lo siento Tina mi hermana me está llamando, mi madre salió y tengo que cuidar a Mariana y mi padre viene a las 7pm. Adiós amiga cuídate y ya verás que el chico indicado llegara en su momento y tendré mucho cuidado con Mack.- adiós.

-Adiós cariño nos vemos mañana en la escuela. Haz la tarea por favor.

-Si mama.

-Bueno, cuídate, adiós.

Tina colgó la llamada y Yeniffer se fue a ver lo que quería su hermana. Mariana una niña de 5 años.

-¿Mari que pasa linda?

-nada solo es que estabas hablando con tu amiga Tina.

-Y que pasa ¿oíste nuestra conversación?

-Más o menos, si

– Y dime ¿qué fue lo que oíste niña? (Yeniffer le dijo a Mariana con ternura y con una gran sonrisa, pues pensó que su hermana había oído cuando había estado hablando con Tina acerca de Mack.

– Bueno Yeni. Algo acerca de un chico de tu escuela ¿Cómo era que se llamaba?….a ya Mack, si así oí.

-Bueno Mari es solo un amigo. ¿Sí?

-Claro. Comprendo

-Bien ahora sigue jugando ¿vale?

-Muy bien.

-Me llamas si tienes algún problema. Voy a estar en mi cuarto.

-Ok.

Yeniffer regreso a su cuarto a esperar a que Mack llamara. Mientras esperaba se puso a realizar su tarea de química, que el profesor Connor les había dejado. Tenían que investigar, amenos cuantos gases posee la atmosfera y la importancia de ellos. Mientras hacia sus tareas Yeniffer oyó el timbrazo de su teléfono y cuando vio quien la llamaba se puso muy pero muy nerviosa pues era Mack quien llamaba.

-Hola Mack ¿Qué tal?

-Bien Yeniffer y tú ¿Cómo te encuentras?

-pues yo estoy bien y ¿dime que deseas?

-pues solo quería saber si estabas bien y por cierto ¿verdad que hay tarea?

-Claro. Si la de investigar los gases que posee la tierra y su importancia ¿Por qué?

-pues es que Lissa me dijo que no había tarea ya que cuando el profesor Connor la estaba dando a mi llamo el entrenador, para ver los modelos del equipo y ya sabes lo del uniforme, y etc.

-Ah ¿Lissa no te dijo que había tarea?

-No. Fue extraño ella siempre me dice, pero esta vez no me dijo nada ni siquiera responde mis mensajes no la entiendo. En fin dejemos de hablar de ella. Tu dime Yeniffer a ¿dónde te gustaría ir este sábado?

-Pues no lo sé, creí que tú me lo dirías.

-Bueno está bien pero dime ¿qué lugares más o menos te gustan?

-bueno me gusta ir de vez en cuando a el parque Búfalo Bayou que está se extiende desde Shepherd drive hasta la calle Sabine entre Allen parkway y Memorial drive. Es un bonito lugar donde a veces voy a correr.

– Si es un buen parque yo he ido al parque Memorial que está cerca del que mencionaste, son bonitos. Que te parece ir al cine y luego al parque ¿eh?

-claro estaría fantástico. –dijo algo nerviosa, luego se mordió la mano, para refrenarse a hacer cualquier sosa tonta.

Yeniffer estuvieron hablando toda la tarde Yeniffer le dio recomendaciones a Mack para hacer sus tareas en orden y bien, hablaron de sus gustos, Yeniffer le contó que su color favorito era el Verde y Mack le había dicho que el de él era el azul y que le encantaba el baloncesto y que soñaba entrar en los Lakers y que su equipo favorito era ese y que su estrella era Lebrón James a quien era el que más le encantaba y quería ser como él.

Estuvieron compartiendo ideas conociéndose hasta que la madre de Yeniffer llego (había salido de compras)

-¡cariño ya llegue! –saludo algo fuerte.

-¡MAMA! ¿Cómo te fue me compraste lo que te pedí?

-claro mi niña llama a Yeniffer.

Marian se acercó al cuarto de Yeniffer y le dijo que su madre ya había llegado. Yeniffer colgó con Mack y le dijo que se verían mañana en la escuela. Yeniffer estaba muy feliz, fue donde su madre y le dio un fuerte abrazo y le dijo que la quería y que como le había ido que si había encontrado jamón para los emparedados que Yeniffer estaba dispuesta a hacer para su madre.

-claro cariño, si los traje ahora ve quiero ver que tan hábil eres cocinando, a ver cómo le va ir a tu futuro esposo cariño.

Yeniffer se dirigió hacia la cocina y empezó a preparar los emparedados. Luego cuando los termino, llego donde su madre y hermana y se los entrego, su madre lo probo al igual que su hermana.

-¡cariño, esto esta delicioso!
-¡si Yeniffer! -contesto Mariana.

-¿Enserio les gusta? –Pregunto, un tanto nerviosa.

-Claro cariño están riquísimos, eres una gran cocinera entonces serás tú quien prepare la cena ¿te parece?

-claro, además ya termine de hacer las tareas, quiero que cuando venga papa se sorprenda.

Yeniffer preparo la cena y cuando su padre llego se sorprendió pues la comida estaba buenísima y pregunto quién había sido la Chef que había preparado esa exquisitez. Caroline (la madre de Yeniffer expuso quien había cocinado) su padre Max se quedó sorprendido y la felicito.

-¡Felicidades cariño tu comida ha estado de maravilla! –le alago.

-Gracias papa, aunque mama me ayudo. –convino.

-Solo fueron unos pepinos que pele y todo el trabajo lo hizo Yeniffer.

Estuvieron hablando un rato de la comida y de la escuela, mandarían a Mariana el próximo año a estudiar. Cuando todos estuvieron tranquilos y saciados se fueron a dormir.

Yeniffer no dejaba de pensar en Mack pero de tanto pensar en al fin de se durmió.

4. CHARLES

Charles estaba inseguro y tenía miedo ya que el siguiente día se iban a mudar a Houston Texas y tenía pánico, no sabía lo que le esperaba, pero algo estaba decidido. Haría nuevos amigos y sería mejor. Más de lo que había sido todo ese tiempo en Nueva York.

Su madre ese día había salido a recoger los documentos de la escuela de Charles que a veces el olvidaba el pero quedaba ubicada en el UPPER EAST SIDE. Charles creía que se llamaba Nyc Geog District # 5-Manhattan. Sí. Esa era, la recordaba al decirla Charles en su mente.

-pues no me gustaba esa escuela, para nada. -Murmuro. – Bueno será mejor que le avise a mi abuela que mañana llegaremos a Texas.

Charles tomo el teléfono y busco el contacto de su abuela y espero a que ella contestara.

-¿Hola, con quien hablo?

-soy yo abuela Charles, tu sobrino.

– ¡ah Charles! , ya te recuerdo eres hijo de Lincy, claro ya te ubique, ¿qué quieres cielo, como te ha ido?

-si ya me recuerdas abuela, te extrañado, perdona porque nunca te había hablado tras la muerte de papa es que me sentía muy mal.

(Se empezó a poner un poco melancolice) pero ya me siento un poco mejor.

-ay cariño yo sé, fue difícil para ti y tu madre haber perdido a Tom. Era un buen hombre, pero no te preocupes chico, él te cuida desde arriba al igual de Dios ¿entiendes? –Pregunto.

-claro, abuela. Bueno te llamaba para decirte que si no había problema que nos quedáramos un tiempo contigo es que nos mudaremos a Houston Texas.

-No te preocupes Charles, tu madre ya hablo conmigo y claro que sí, sería un gusto tenerte aquí conmigo, te contaría historias y te ayudaría en tus tareas de la escuela ¿Qué te parece?

-Bien, abuela. Será fantástico, bueno te dejo. Tengo que seguir empacando, nos vemos mañana.

-¡Adiós campeón! –expreso su abuela y luego colgó el teléfono.

Su abuela siempre había sido positiva y tras haber pasado por un cáncer en el hígado, había salido victoriosa, pues su abuela tenía 65 años. Ella decía que Dios la había sanado. En fin su abuela era muy buena, Charles se había distanciado después que ella se mudara a Texas por unos negocios que atendía ahí, y por petición de su esposo, el abuelo Mark quien había muerto un año antes de que su padre muriera. Era increíble que su abuela aun trabajara, aunque ya estuviera jubilada. Era una gran persona y ahora se iban a reencontrar, no había hablado durante dos años, pero cuando Charles le hablo sonaba muy feliz, entonces su madre ya había hablado con ella. –se dijo mentalmente.

Su madre llego luego que termino de empacar sus maletas y también ayudo con otras cosas, hizo limpieza e hizo la cena para ambos.

Cuando su madre llego se sorprendió ya que Charles era raro que hiciera eso.

-cariño ¿tu hiciste esto? –Pregunto sorprendidamente.

-¿Ah, la cena? Ejem, pues sí. –dijo algo tímido

-¡Wuo!, increíble ¿Dónde aprendiste a cocinar? -pregunto su madre sonriendo, de impresión.

-Bueno leí algunas recetas en internet y también en la escuela había una clase de cocina en la que me metí y aprendí algunos trucos de cocina y por su puesto algunos videos en You Tube. –contesto con una sonrisa.

-¡pues cariño, te quedo fabuloso, te felicito! –exclamo halagándolo.

Cenaron y estuvieron hablando acerca de cómo sería vivir en Texas. La comida que Charles había preparado unas patatitas fritas junto con jamón, 5 rebanadas de pan tostado, Bacon y jugo de naranja.

– Mamá. Hable con la abuela. ¿No te molesta verdad? –Pregunto un poco inquieto.

-¿en serio? Claro, que no.

-sí. Me dijo que tú ya habías conversado con ella.

– y ¿Qué te dijo? –pregunto, con curiosidad

– bueno me conto ya sabes de que habías hablado con ella, dijo que nos podíamos quedar con ella por un tiempo.

-Cariño no te preocupes solo será un tiempo, recuerda nuestro trato (su madre lo miro con una sonrisa amorosa)

-¡claro! – lo entiendo, daré lo mejor que pueda.

Charles se fue a la cama y su madre le fue a dar las buenas noches, tenía tiempo Charles en recordar que su madre hiciera eso, pero se sintió bien, aunque estaba algo nervioso por lo del día siguiente ya tenía todas sus maletas preparadas para el viaje que duraría aproximadamente 3 horas 45 minutos.

A la mañana siguiente, la madre de Charles estaba preparando todo. Habían llamado un taxis para que los llevara al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Que ese día salía con dirección a Houston Texas a las 9 de la mañana y llegaría a Houston a las 11: 45: AM.

Salieron en el taxi y llegaron al aeropuerto. Con un poco de retraso pero lograron llegar Charles llevaba tres maletas, grandes y un bolsón GO. Su madre 5 maletas grandes, en la entrada Lincy pago al taxista y salieron del taxi. Un hombre les ayudo a llevar las maletas a su punto de espera y luego abordaron el avión.

Charles había viajado un par de veces en avión, se mareaba un poco al principio pero luego se empezaba a acostumbrar.

Volaron durante 4 horas por causa de unas turbulencias que hubo. De lo contrario todo estuvo bien, cuando bajaron del avión su abuela y otro tipo que Charles no reconoció. Los estaban esperando en un auto rojo Infinity modelo 2009. Claro, Charle ya lo había visto en el año 2016 cuando su padre murió.

Su abuela los saludo y les dijo que subieran y que pusieran sus cosas en portaequipaje, pero debido a que era bastante lo que traían consigo, una parte la pusieron en la parte trasera del auto que era de tres partes, la madre de Charles se sentó junto a su madre y Charles en la tercera parte del auto junto al resto del equipaje, a Charles no le importó.

-Y ¿cómo has estado Lincy? -pregunto la abuela, esbozando una sonrisa.

-Bien mamá y tú ¿cómo te ha ido tu negocio en el restaurante? –Respondió serenamente.

-Bien cariño. Quiero presentarte a mi asistente personal, su nombre es John. –Se lo presento y este le dirigió una sonrisa amigable lo que ella reacciono de igual manera.

-Mucho gusto señora Dodt, es un placer conocerla. Su madre me hablado mucho de usted, lamento lo de su esposo. –Dijo tristemente.

-Gracias. –Dijo cambiando de humor en el instante.

John dirigió su mirada hacia Charles.

-Bueno y tú debes ser Charles ¿verdad? –Pregunto emocionado.

-claro.-Contesto algo malhumorado. (Charles no se fiaba de este nuevo tipo que conocía, era de aproximadamente de 36 año, alto, delgado y piel oscura, típico pensó Charles. lo que para el significaba un mexicano que se había mudado a los estados unidos). -¿Tú eres el asistente de la abuela? –Pregunto frunciendo el ceño.

-¡Claro! –Respondió sonrientemente. -¿Y dime Charles que es lo que te gusta hacer?, tu abuela me dijo que te gusta dibujar, ¿qué es lo que te gusta dibujar?

-Bueno si me gusta dibujar, pero estos últimos meses no he dibujado tanto. Pero podría intentarlo (Charles lo miro con una cara de inexactitud, dudando a ver si quería hacer eso, pero luego de una mirada persuasiva de su madre asintió un claro forzado.)

– bueno será mejor que nos vayamos, no es así querida. Le expreso Jane (la abuela de Charles)

-claro señora.

-John fue el que condujo, la madre de Charles pudo haberlo hecho pero la abuela dijo que sería mejor que John lo hiciera ya que Lincy estaba cansada por el largo viaje. Pues no había parado de hacer llamadas y contactar para la nueva escuela donde iría Charles. Se la paso hablando todo el viaje que estaba agotada.

Cuando llegaron a la casa de la abuela. Charles no se lo podía creer. (Una casa celeste de 2 pisos con una cochera, vidrios con estilo de mampara divisoras, las puertas de madera de cedro, estilo abatible y el techo curvo, una bonita casa y además elegante pensó Charles) él ya sabía que su abuela tenía dinero, pero ese modelo de casa no la tenía cualquiera. La última vez que visito a la abuela la casa era muy diferente.

-Abuela, veo que has modificado tu casa ¡esta asombrosa! –le alago.

-Gracias Charles, John me dio algunas ideas de las modificaciones y la forma del techo, es una bonita combinación con el celeste. En fin, entremos quiero que se sientan en casa ¿sí? –dijo mientras dirigía su mirada hacia el jardín, el cual era enorme.

-Gracias mamá, sabes que estoy muy agradecida y por cierto tú casa esta ¡deslumbrante! –convino.

Entraron a la casa que era por cierto muy grande. La cocina se ubicaba cerca de la sala que era como tres o cuatros veces más grande que la sala de donde Vivian en New York. En la primera planta había cuatro cuartos y arriba cinco. En la casa solo tres personas usaban los cuartos los cuales eran la abuela, John, y el ama de casa y el mayordomo.

La habitación de la ama de casa se ubicaba abajo cerca de la cocina a 15 metros de distancia y de igual forma la habitación de la abuela también se ubicaba abajo, por causa de la espalda, ya que le dificultaba estar bajando y subiendo.

El ama de casa les dio la bienvenida a todos y ayudo a llevar el equipaje a Charles junto a John hacia las habitaciones que se ubicaban en la segunda planta donde también estaba la de John. Charles subió a la segunda planta, junto con John, el cual le puso el equipaje en la cama del cuarto donde dormiría.

-Bueno charles, siéntete en casa -Charles estaba impresionado su cuarto era enorme, pensó. Su cama era el doble de grande de la que tenía en New York, reviso el baño, era muy grande, no pudo resistirse y expreso una muestra de gratitud hacia John.

-¡Gracias! Esto es genial. – expreso.

-muy bien, quédate a revisar y luego me dices si tienes un problema. ¿Te parece? -pregunto.

– Ok. –respondió.

Charles no se lo podía creer era una habitación, fabulosa y también, pensó que últimamente había sido amueblada debido a el olor penetrante de los muebles, en el cuarto había dos sofás, cerca de la pared enfrente de la cama había una televisión de 68 pulgadas y unos parlantes, la ducha era enorme y con múltiples válvulas con las que podía programar si quería el agua fría o caliente. Pero por algo estaba nervioso. La escuela temía ir, donde sería nuevo.

Era una tarde de sábado 6 de octubre, en pleno otoño sentía el aire frescos, de los árboles. La abuela siempre decía que la vida dependía mucho de los árboles y por eso había replantado 7 robles alrededor de la casa, ella amaba los robles.

Cuando Charles miraba los arboles desde su ventana, oyó que alguien tocaba la puerta y se dirigió hacia ella.

-¡Ya voy! –dijo mientras se dirigía a la puerta.

Cuando abrió la puerta vio que era el ama de casa que le venía a decir que el almuerzo era en 15 minutos que decía su madre que bajara. Charles asintió, cerró la puerta se cambió de ropa (se puso una camisa negra, unos jeans azul y unos zapatos azules y se dirigió abajo a el comedor que estaba diseñado para 10 personas.

En la cocina se encontraba la cocinera de la abuela que estaba cocinando unas alitas de pollo, arroz y preparaba un jugo de mango que recién sacaba del refrigerador. Cuando Charles se sentó en la mesa, bajo su madre y se sentó frente a Charles.

-¿Qué te parece cariño? –pregunto dulcemente y dando a conocer una leve sonrisa.

-No puedo negarlo mama, esto es genial.- convino sonriendo.

-Bueno aunque pienso que mamá se pasó un poco con las remodelaciones o modificaciones como le gusta decir. –expreso, entornando los ojos mirando alrededor de la sala.

-claro, pero solo mira esta casa, es enorme. ¿Qué te parece mama? –pregunto, mientras miraba hacia arriba el techo, el cual estaba sumamente cuidado y muy limpio.

-Bueno hijo, esto es genial, que la familia está reunida. Será una nueva vida aquí. Pero no te acostumbres solo será un tiempo ¿te parece? –lo miro fijamente a los ojos, mientras entrelazaba sus dedos.

-Está bien mama. Y por cierto ¿a qué escuela iré? –pregunto, muy serio.

-Bueno es por lo que quería hablar, hijo ¿sabes que tu abuela cree en Jesús? –le pregunto.

-sí, ¿Por qué? –contesto muy tranquilo.

-Iras a una escuela cristiana, al norte de Houston se llama preparatoria Cristiana Manos de Dios. Pues he pensado que no encajas en ninguna otra escuela y es la que más cerca queda.

-¿que no encajo? Bueno hare lo que pueda para no ser expulsado ¿te parece?

-Bueno hijo ya habíamos hablado debes permanecer todo este curso sin ser expulsado y veremos lo de Pensilvania.

-¡Muy bien! Pero que conste, que no seguir eso de los jueguitos religiosos. –murmuro muy serio.

-Ok, como quieras. -Dijo satisfactoriamente.

Mientras hablaban llego la abuela y tomo a ambos por sorpresa. Estuvieron platicando mientras comían, poniéndose al día y haciendo bromas entre la familia.

-Sabes. Lincy ha sido duro desde que tu padre murió, y tú te mudaras a New York, trabaje duro para conseguir esto y ahora que lo tengo pues he logrado lo que quise pero echo de menos a Mark.

-Lo se mamá, te entiendo, tras la muerte de Tom ha sido difícil y peor después que la empresa de Tom quebrara por mi culpa (Lincy empezó a llorar, la abuela llego y la abrazo)

-No fue tu culpa cariño, tu sabes que desde antes que Tom muriera ya querían hacerle un mal los corruptos de los ejecutivos. No entiendo porque Tom nunca los despidió. –Murmuro entre dientes. –Esos… NO hayo palabras para describirlos, relájate cariño, no fue tu culpa, yo te entiendo. Tom te amaba y sabía que eras la persona indicada, lo único que le falto fue, dejar a alguien que te ayudara… -se quedó pensando por unos segundos mientras le enjugaba las lágrimas a su hija. –como tu hermana. –propuso.

-Hubiese sido una buena vicepresidenta. –se lamentó.

-Sí que lo hubiese hecho, y ahora mírala. Está en california. -Suspiro

-Yo también me pregunte eso, pero cuando asumí la presidencia de la empresa ellos me presionaban que hiciera esto aquí, esto allá, esto acá. Decían que esto se hacía así, de esta forma. Quería despedirlos pero no hallaba el valor y el motivo hasta que ellos me hicieron una mala jugada y pum quebré. –Dijo golpeando la mesa.

-Bueno cariño lo importante es que ahora estas bien y me tienes a mí por si tienes algún problema ¿entiendes? –le toco la mejía y le dio un tierno beso.

-si.- dijo pasándose la mano por las mejías y abrazando más fuerte a su madre.

Jane le limpio las mejías a Lincy y luego de eso comieron y la abuela miro a Charles.

-cariño tu madre me ha contado sobre tus expulsiones de tus antiguas escuelas y quiero cariño que sepas que te entiendo y yo también me escape de la escuela a tu edad. Pero tienes que saber que eso no está correcto. –Tomo una actitud seria, pero luego se suavizo.

-¿¡En serio mamá? ¡Eso no me lo habías contado! –Suspiro un poco agitada. Para calmarse.

-Hay algunas cosas que no te he contado, cariño pero es mejor dejarlo así.

-Bueno como te decía, no tengas miedo Charles, puedes contar conmigo y tu madre que para eso estamos ¿te parece?

-Claro abuela.

-Y dime Lincy ¿a qué escuela ira este jovencito?

-ah, lo he matriculado en la preparatoria Manos de Dios.

-¡WUO!, ¡Esa sí que es una preparatoria!! – opino alegremente.

-Bueno esa es la que queda más cerca.

-Cariño, es la perfecta, es la prepa de la que salió mi esposo. ¿No es así Lincy? –pregunto.

-Claro, también pensé en eso, es recordado por ser el campeonato de baloncesto de 1975.

-sí creo que aún tengo la copa, siempre hablaba de ese partido. Al principio, me pareció bueno que presumirá de su victoria, pero luego se empezó a comportar algo fanfarrón, hasta que yo lo puse en su casilla. ¡Ah! –Dijo amorosamente.

-¿Mi abuelo estuvo en el equipo de baloncesto de esa preparatoria? –Pregunto Charles dispuesto a oír la historia.

-Sí y fue reconocido no solo por el baloncesto, sino que también por ayudar a las demás personas y ser una persona humilde.

-No dijiste que fue un fanfarrón después de la victoria del equipo de Baloncesto.

-Claro, pero eso fue después, fue muy lindo. Te contare toda la historia, pon mucha atención. –Le expreso tomando un álbum de fotografías familiares. -Aquí vamos.

Pasaron la tarde hablando del abuelo de Charles, él lo había conocido, pero casi no pasaba con el solo en el verano, primero el abuelo y luego mi padre pensó charles.

5. YENIFFER

Yeniffer había pasado esos últimos dos días muy junta con Mack, ella se había sentido resguardada por él y muy bien, todas las chicas de la clase estaban celosas ya que Mack se había fijado en Yeniffer, incluso Lisa se había puesto celosa.

Yeniffer tenía planeado salir con Mack ese día. Era un sábado hermoso pensó, debería llamar a Mack dijo, pero mejor se limitó a pensarlo y lo hizo.

Sonó el vibrador del celular de Yeniffer y espero a que Mack respondiera.

-¡Hola Yeniffer ¿qué tal, lista para salir hoy en la tarde?, te tengo una sorpresa!

-Ah, ¿en serio?

-Claro, ya verás será fantástico. Bueno, tengo que colgar mi papa me llama, quiere que le ayude a reparar algo, ok nos vemos ¿sí? , te quiero. (Y colgó el teléfono)

-yo también. -Dijo Yeniffer después de que Mack hubiese colgado.

Jennifer se pasó la mañana preparándose para estar lista, en la tarde, -su cabello lo llevaba en unas trenzas y llevaba una camisa azul marino, unos jeans celeste y unos zapatos rosa. Se había maquillado y había usado labial rosa.

Cuando llego el momento, llego Mack – llevaba una camisa polo color negra, unos jeans color caqui y unos zapatos negros.

Cuando vio a Yeniffer quedo sorprendido.

-¡Vaya Yeniffer estas guapa!-Yeniffer se ruborizo.

-Gracias Mack tú también te ves muy bien – llego la madre de Yeniffer y Mack se presentó.

A la madre de Yeniffer le pareció simpático y les dijo a los dos que disfrutaran en grande.

Cuando ya se habían ido en el auto de Mack (el padre de Mack de lo había prestado para la cita) cruzaron 3 calles y pasaron hablando de lo emocionados que estaban por pasar un tiempo a solas.

-Y dime Mack ¿qué te parece si vamos al cine ahorita?

-Ok me parece – Mack la tomo de la mano mientras conducía despacio, era claro no llevaba prisa. Quería sentirse bien y cómodo con Yeniffer.

-Y ¿cuál peli Vemos?

-¿Qué te parece Christopher Robín?- dijo Mack.

-No creo que sea muy buena, ¿qué tal una de acción? –Venom, exclamo Yeniffer dando a conocer una sonrisa.

-Bueno he visto los tráiler.

– ¿en serio?

-claro, al parecer es una peli de la asociación de Marvel

-¿Marvel?, ¿te gusta las películas de Marvel?

-Claro ¿y a ti?

-Más o menos, solo he visto como 4 pelis de esa compañía, pero me han gustado.

-Claro. Veremos Venom.-dijo Mack.

Mack condujo hasta llegar al parqueo del star cinema grill. Encontraron parqueo y luego bajaron del auto y fueron hacia la entrada del cine.

En carteleras tenían: Venom, Christopher Robín, pie pequeño y otras pelis que no les interesaron, tanto como Venom.

Entraron a la sala donde compraron los boletos.

-Bueno Yeni reserva mi asiento – le dio su boleto.- yo iré dentro de un momento, comprare las palomitas y la bebida.

-Muy bien te estaré esperando.

Yeniffer entro en la sala 5 donde se estrenaba Venom. Espero que Mack llegara. Luego de unos minutos ya estaba entrando Mack, quien traía palomitas y bebidas. Se acercó junto a Yeniffer y se sentó.

-Que rápido

-si -dijo Mack sonriendo. Hablaron un poco e inicio la película.

En media película Yeniffer le dijo a Mack que tenía que ir al baño.

-muy bien, pero apresúrate que te vas a perder la mejor parte –Le dijo Mack sonriendo.

-Claro, ya regreso- la miro Yeniffer son una gran sonrisa de oreja a oreja.

Yeniffer fue a los baño y se arregló los labios de nuevo, pensando que tal vez besaría a Mack. Estaba decidida a hacerlo, que pensamiento de dijo.

-Tranquila Yeniffer lo harás bien- se dijo ella misma

Cuando de repente otra chica entro a los baños, pero era Lissa, Yeniffer algo abrumada y molesta, no permitiría que esa chica sin modales le arruinara el día. Estaba claro Lissa estaba enamorada de Mack y haría todo lo que estuviera a su alcance para que Mack dejara de interesarle Yeniffer.

Por suerte Lissa no reconoció (pues según ella quizás por el maquillaje y el cambio de ropa, ya que Yeniffer no solía maquillarse ni arreglarse) a Yeniffer, aún le dio un saludo al momento de entrar. Yeniffer regreso a la sala de cine.

-Mack- le jalo el brazo Yeniffer.

-¿Qué? –dijo el algo distraído poniendo atención a la película.

-No sabes a quien vi. –Hizo una pequeña pausa. – vi a Lissa en los baño y ni siquiera me reconoció, es más aun hasta me saludo. ¡Increíble!

-¿En serio? –Pregunto algo distraído.

-si.-Yeniffer no quería entra en detalle.- ¿Que parte me perdí?

-Hmm. Pues no mucho, solo la parte donde el simbionte entra en el tipo correcto, el reportero que fue despedido ¿lo recuerdas?

-Claro, ¿el que fue despedido porque delato a esa empresa que salió al principio?

-SIP.

-Bueno está bien no me perderé más la peli, veo que se pone interesante

Terminaron de ver la película, Yeniffer grito varias veces pero Mack la tomo de la mano, se vieron frente a frente y se acercaron y se dieron un beso. Los labios de Mack terminaron rosados por el labial de Yeniffer. Ella se sintió muy bien, cuando el calor de ambos se unió.

Cuando salieron del cine, no paraban de reírse y hablar acerca de la película.

-¿Qué parte te gusto más?- pregunto Yeniffer, sonriendo

-Bueno, la parte que más me gusto fue cuando, ese tipo de Venom lucha contra el otro simbionte.

-¡Si fue interesante, pero me gusto cuando exploto el cohete!

Se dirigieron hacia el parque Búfalo Bayou, donde vieron a un señor que andaba vendiendo helados.

-¿Oye Yeniffer, te gustaría un helado?

-claro (Yeniffer se ruborizo con la mirada dulce de Mack)

Se acercaron donde se encontraba el señor que vendía los helados y Mack le dijo: – ¿Nos podría dar dos helados por favor?

-Claro. ¿Qué sabor les gustaría?

-¿De qué sabor lo quieres Yeniffer?

-¡Me gustaría uno de chocolate!

-Muy bien, ¿joven y usted de que sabor lo quiere?

-Yo quiero uno de vainilla, por favor. –Pidió respetuosamente.

Compraron los helados y siguieron caminado hasta llegar a una banca del parque, se sentaron a disfrutar del ambiente y el helado.

-¡Yeniffer! ¿Qué has pensado de la universidad?

-Bueno la verdad no estoy segura, mi mamá me ha recomendado que sea abogada, es una buena carrera pero no me interesa mucho, prefiero la psicología, trabajar con niños, amo eso. ¿Y tú aparte del baloncesto que otro sueño tienes?

-Bueno, claro quiero ser basquetbolista y quiero ser muy bueno, pero también me gusta la física. Pienso estudiar física matemática en la universidad, es interesante ¿qué te parece?

-Claro, es genial aunque no soy tan buena en física, pero es genial. A Frank le gusta también la física.

-¿Frank? –dijo frunciendo el entrecejo.

-Sí, el que está en clase a la par de Tina. Es un amante de la ciencia, pues a mí me interesa más la química en el área de la ciencia.

-Frank es un chico inteligente, pero pienso que no le caigo bien ¿no lo crees?

-No le caes mal, es solo que está molesto porque el entrenador Mike no lo deja ingresar al equipo de baloncesto por causa de su estatura.

-Bueno. Que te parce si hablo con el entrenador. A ver si es bueno, y depende de eso podrá entrar al equipo. Como sabrás existen algunos jugadores que no miden un metro noventa o dos metros y están en buenos equipos.

-Claro. Gracias por hacer esto por él.

-si es tu amigo, quiero llevarme bien con él y que tu estés feliz.

Hablaron un rato, luego regresaron al parqueo del cine después de haberse terminado sus helados. Subieron al auto y llegaron hasta la casa de Yeniffer.

Mack se despidió de Yeniffer.

-Adiós Yeni, nos vemos el lunes, hay te llamo ¿te parece?

-ok. –Mack le dio un beso y luego se fue.

6. CHARLES

Esa mañana de lunes Charles se despertó con el ánimo en alto, había estado hablando, todo el domingo con su abuela acerca de cómo era la escuela cuando su abuelo estudiaba ahí.

Pero ahora era lunes y tenía planeado ir a la escuela. Paso un buen tiempo preguntándose si sería aceptado, al fin y al cabo accedió a darse una oportunidad.

Su madre lo llevo a la escuela y lo presento con la directora. Quien le dio un recorrido de las instalaciones, luego lo llevo hacia su aula de clase correspondiente, donde estaría el resto del curso.

Cuando Charles entro se sintió un poco nervioso.

-Tranquilo Charles, estarás bien

-claro- apenas se puso en frente de todos, la maestra lo presento.

La mayoría de las chicas se le quedaron viendo, eso lo puso

-Este es Charles Dodt y es nuevo en este estado viene de New York.

Charles se puso aún más nervioso cuando al fondo había una chica que estaba a la par de un chico alto, cabello negro y por lo que vio Charles hacia ejercicio.

Esa chica lo impresiono. Iba vestida con uso jeans negros, una camisa blanca donde había un dibujo de flores girasoles, llevaba el cabello agarrado en una cola, tenía unos ojos color café chocolate y sus mejías perfectas pensó Charles.

Todos los chicos se presentaron, dieron su nombre y una bienvenida a Charles. Algo curioso fue que cuando las chicas se

Presentaron se sonrojaron y eso puso más nervioso a Charles. Cuando llego el momento de presentarse de Yeniffer.

-Hola Charles mi nombre es Yeniffer Wells y bienvenido a la preparatoria Manos de Dios – le dedico una leve sonrisa.

-gracias – logro decir a duras penas por lo nerviosísimo que estaba. Y cuando había visto a Yeniffer había quedado aturdido, tenía tiempo de no gustarle alguien y cuando la vio se quedó sin palabras.

Se sentó donde el profesor Land lo ubico cerca de Frank un chico que Charles calculo que media como un metro setenta y algo, llevaba una camisa roja, jeans verdes y unos zapatos negros, puma.

-Hola – le dijo Frank

-Hola.

-¿Oye vienes de Nueva York, mi tío vive ahí y dime como es ahí?

-¿En serio, que parte?

-En Manhattan.

-Yo vengo de ahí en norte de Manhattan.

-¡Genial!!

Estuvieron hablando acerca de Nueva York y algunas cosas interesantes como la estatua de la libertad y otros monumentos. Frank le contó cómo funcionaban las cosas en Houston y en esa escuela.

-oye mi abuela dice que esta escuela es reconocida por ser tricampeona en baloncesto y dime ¿eso es cierto?

-¡claro que si amigo! La promoción pasada gano el campeonato y esta nueva temporada la escuela está dispuesta a ganar.

-dime, veo que te gusta el baloncesto y ¿estás en el equipo de baloncesto?

-NO. –contesto amargamente.

-porque, veo que te interesa mucho y tu altura no está mal, no soy un fans del baloncesto pero conozco algunos jugadores que no son tan altos y son buenísimos. –convino.

-Gracias por alentarme, pero el entrenador es muy estricto y dice que necesito como mínimo un metro y ochenta y cinco. ¿Y tú cuanto mides? Porque veo que no está mal tu estatura. Deberías hablar con el entrenador y convencerlo, para entrar.

-No, no me interesa. Por cierto ¿Cuánto mides, para mí no está mal?

-Gracias Charles, eres un buen tipo, ah y por cierto mido un metro setenta y cinco. –le contesto casi sin entusiasmo.

-¿Qué? ¡Cómo es posible que no te deje jugar el entrenador! –Pregunto frunciendo el ceño.

Hablaron un tiempo mientras el profesor Land arreglaba unos documentos que le pasó la directora.

Charles no dejaba de ver disimuladamente a Yeniffer.

Tocaron para recreo y salió Charles junto a Frank, se fueron a sentar a unos asientos que estaban ubicados cerca de la cafetería de la escuela.

-hey Frank quien esa chica que esta allá – apunto con el dedo hacia la zona donde estaba la cancha de baloncesto en la parte de los asientos.

-¿No te recueras? –Pregunto. -Esa es Yeniffer. La que te saludo al final.

-¡Ah, claro! , había olvidado su nombre.

-¿porque me preguntas?- le dijo Frank con una mirada de sospecha.

– Por nada. Es que es tan diferente a las demás chicas que saludaron. ¿La conoces? –preguntó.

-Claro. Somos amigos desde la segundaria. –Respondió tranquilamente.

-oh ya veo, y quien es el otro chico, el que está jugando, ese que está ahí- señalo a la cancha donde se encontraba Mack jugando con los demás chicos del equipo.

-Ese es Mack- dijo Frank con una cara de irritación

-¿Oye tienes algo contra él?

-No, pero no me cae muy bien y no apruebo la relación que lleva ¡ese soquete! con Yeniffer.

-Comprendo. ¿Qué otra cosa interesante se hace aquí?

-tenemos clase en el laboratorio la siguiente hora, es genial ya lo veras. –Le ánimo.

-¿En serio? me gusta los laboratorios, en la otra escuela de nueva York pasaba en el laboratorio poco tiempo debido a unos problemas que había en esa aula.

-¿Oye que te parece esta escuela?

-Hasta el momento está bien, pero a mediad vaya pasando el tiempo te daré la respuesta definitivamente.

Tocaron el timbre y Charles y Frank volvieron al aula, donde ya se encontraba el profesor Jeff Connor. Entraron todos al aula y se sentaron, el profesor vio a Charles y se presentó.

-Bienvenido a esta escuela. ¿Cuál es tu nombre?

-Charles.

– Charles, bueno, espero que sea un buen curso para ti, igualmente todos, ahora todos iremos al laboratorio y veremos unas pruebas en el microscopio y analizaremos algunos elementos.

Salieron del salón ordenados, Charles detrás de Frank hasta bajar por las gradas (el laboratorio quedaba debajo de la escuela)

Llegaron todos a l laboratorio. Yeniffer siempre junto a Mack.

-El profesor Land les mostro unos instrumentos de medición científica, como la probeta con la que se medía el volumen, entre otros aparatos utilizados en la ciencia para medir.

Vieron las partículas de la sangre y estudiaron algunos elementos como él: Plutonio, Hidrogeno, Silicio y otros.

Esa mañana Charles se la había pasado en grande, llego la hora del almuerzo y Frank le había dicho que si lo esperaba un poco es que iría a comprar la comida, Charles le había dicho que sí, pues a él su madre le había llevado su comida.

Mientras Charles abría, su depósito donde su madre le había puesto: arroz blanco, con una pierna de carne, ensalada y una coca cola light.

Unas chicas llegaron a sentarse a la par de él. Todas llevaban unos jeans blanco, la más alta llevaba una camisa celeste y las otras llevaban el cabello suelto con una camisa color rosa, todas llevaban zapatos Nike de diferente color.

-Hola- le dijo una de las chicas a Charles

-Hola- expreso él algo incómodo.

-¿Tu eres el chico nuevo de primer curso verdad?

-Sí. ¿Y ustedes son?

-Oh lo siento, yo soy Tifany y soy de segundo curso y ellas son… ¡Chicas saluden! –les pidió con una seña en su mano derecha.

-oh lo sentimos. –dijeron al unísono

-yo soy Nataly y esta es Molle. -Las chicas habían estado mirando a Charles como bobas. No dejaban de observarlo y eso ponía muy incómodo a Charles.

-¿tú eres Charles no esa sí?- dijo Tifany.

-Sí. ¿Cómo supieron que me llamo así?

-Bueno – le dijo ella algo nerviosa- todas las chicas de primer curso hablan acerca de ti y por cierto, disculpa por ser honesta pero. –Se sonrojo tanto, que Charles tuvo miedo de que desmayara. ¡¡Estas guapísimos!!! –Le dijo.

Eso que dijo, esa chica hacia Charles tuvo que haberlo sentido bien, pero él lo que pensó fue: por favor Frank apresúrate. Charles se quedó pasmado por esa impresión ya que las tres chicas lo miraban de una manera curiosa y juguetona.

Las chicas trataron de hablar más profundo con Charles, pero en ese preciso momento venia Frank en dirección hacia donde se encontraban y las chicas se despidieron de Charles y Molle se acercó a él y le dio un beso en la mejía, cosa que sorprendió a Frank y a él mismo.

-¡Vaya tío! veo que en tu primer día ya estas conquistando chicas – expreso Frank con una sonrisa pícara.

-No que va. Ellas vinieron aquí y me empezaron a hablar, yo estaba esperándote. –Se quejó. – Eso lo que hicieron fue imprudente, ni siquiera tenían mi consentimiento.- expreso y frunció el ceño.

-Tranquilo, esas chicas siempre quiere andar con los chicos nuevos, ya verás, dentro de 4 meses ya no les vas a interesar. Extraño. ¿Verdad?, cuando me acerque. Se fueron. Las chicas no se resisten con Frank el genio- dijo con un tono algo grave.

– y ¿qué crees que querían? – expuso Charles, algo pensativo.

-¿No te das cuenta? – dijo Frank metiéndose una hamburguesa a la boca. Solo quieren a provecharse.

-¿qué? –dijo Mientras se toqueteaba la muñeca derecha.

-les gustas tío – ya con la hamburguesa dentro de la boca.

-¿Qué? ¡Claro que no! Y además jamás saliera con ellas. –LO reprendió de inmediato.

-¿porque no?, son lindas. –Pregunto algo extrañado.

– ¿Que no me acabas de decir que quieren aprovecharse? Y además. ¡Tío no solo basta la belleza! tienes que buscar alguien que sea perfecta y aprender a entender sus sentimientos y esa clase de chicas solo busca lo superficial.

-¡wau! Veo que sabes de ética. –Convino. –Eres un tanto extraño, pero es genial.

-Claro. ¿Porque no? ¿Bueno y a ti te gustan? –Pregunto levantando una ceja en modo interrogativo.

-¡No!-dijo algo dudoso. Charles lo miro hacia los ojos. – ¡Ah! está bien, me gusta Tifany. –Concluyo.

-¿En serio? Que loco. Yo de ti no me fiaría de ella.

-Sí ¡pero no le digas a nadie! ¿Vale? –le pregunto seriamente.

-claro, no le diré a nadie, y además ¿a quién le podría decir? No hablo con nadie más que solo tú. –Respondió.

-Muy bien. – sonó el timbre para entrar a clase.

-Bueno será mejor que entremos- dijo Charles.

-Sí. Parece que vamos con el profesor Scott.

-¿Quién es el profesor Scott?

-Es el que enseña literatura. Detesto esa materia, pero debo aprobarla- expreso Frank con una cara de inquietud.

– Apresurémonos que ya solo nosotros faltamos Frank, es importante que apruebes literatura, pero hablamos luego.- Charles se adelantó para botar las sobras de la comida y se dirigió hacia el aula, donde ya estaba el profesor Scott escribiendo en el pizarrón algunas leyes gramaticales. Cuando todos estaban ya sentados dijo:

-Bienvenidos de nuevo, jóvenes, hoy veremos leyes gramaticales y orígenes. ! Ah! ¿Quién? me puede decir ¿qué es una ley gramatical? -Yo dijo Yeniffer. –Levantado la mano rápidamente.

-Está bien Yeniffer, yo sé que sabes la respuesta. –Dijo amablemente. Dejemos que alguien más responda esta vez ¿le parece? –Pregunto.

-claro, como quiera – Dijo cuándo Charles levanto la mano, con un poco de pena.

-¡oh! veo que es un estudiante nuevo, ¿cuál es su nombre? –Pregunto afablemente.

-Mi nombre es Charles Dodt. –contesto de inmediato.

-Muy bien Charles ¿sabes la respuesta? –Dijo.

-Sí. Leyes gramaticales son aquellas normas que se usan en el lenguaje para definir las reglas y que son útiles para comunicarnos de forma escrita u oral, su importancia es que gracias a ellas podemos definir aquellos problemas que se dan en algunas situaciones cuando hablamos. –contesto seguro de lo que decía.

-¡muy bien Charles! ¿De dónde vienes?

-Nueva York, señor.

-Ya veo. –Se tocó el bigote en modo pensativo.

El profesor Scott se había quedado impresionado con la respuesta de Charles, y paso toda la clase hablando algunas cosas con Charles y pidió algunas actividades que les había dejado a los demás, Charles se salvaba por ser nuevo y solo le dejo una actividad para la casa que el la categorizo como fácil.

Se despidió de Frank, su madre lo había llegado atraer. Ella le paso preguntando todo el trayecto como le había ido su primer día de clase, él solo le dijo que le fue bien y que ya tenía sus primeras tareas, estaría trabajando toda la tarde haciendo tareas y que tal vez luego dibujaría.

Su madre le dijo que había ido a la entrevista y le dijeron que el miércoles iniciaba en esa nueva compañía. Luego le dijo que le compraría todos los libros el martes para que ya pudiera trabajar normal.

Cuando llegaron a la casa Charles saludo a su abuela y también a John algo rogado por su madre. Subió a su habitación e inicio sus tareas, el profesor Land le había dejado investigar la historia de la presidencia de Abrahán Lincoln, el periodo de sus fracasos como candidato y su ´proceso que conllevo llegar hasta la presidencia.

Charles estaba decidido a terminar al menos 2 tareas, la de Historia y la del profesor Jeff Connor que era acerca de lo que habían visto y echo en el laboratorio, se quedó toda la tarde haciendo tareas

Pensando en las chicas que se le habían acercado durante el almuerzo y no sacaba de su mente a Yeniffer. La expresión que puso cuando levanto la mano y el profesor Scott le había dicho que alguien más respondiera y le habían dado la oportunidad de responder, claro esa pregunta era sencilla se dijo Charles, al fin de al cabo había terminado las tres tareas que tenía y estaba, muy cansado que se durmió sin cenar.

Cuando se despertó eran las 10 pm, estaba tan hambriento que bajo a la cocina y vio a su madre que hablaba con el ama de casa.

-¿mamá? –Pregunto un poco preocupado.

-Charles, estas despierto, pensé que no ibas a cenar pero te metí al refrigerador tu comida, ¿la quieres? No te desperté porque te vi muy concentrado, no te había visto así en mucho tiempo- se acercó hacia Charles y lo abrazo, luego saco la comida, la introdujo en el microondas.

-Gracias mamá. Este cambio me está surtiendo efecto, y gracias también por guardarme la cena.-dijo con una sonrisa.

-Claro Charles. No hay problema, es solo que te vi muy bien que decidí no interrumpirte.

-Ok, ahora cenare y luego me iré a la cama, ya que tengo mañana clase con el entrenador Mike.- su madre saco la comida de el microondas y se la entregó a Charles, le dio un beso, le deseo buenas noches y se marchó a su cuarto.

Charles ceno y luego se dirigió a su cuarto.

-¡Qué día, no Charles! – se dijo el mismo. – muy interesante, pues debo dormir mañana se presentara ese tal entrenador Mike.

Charles se durmió. Soñó que estaba, en la escuela Manos de Dios, entrenando con los de él equipo de baloncesto, reconoció a Mack quien jugaba cerca de otros chicos que había visto, pero no podía recordar sus nombres. Luego apareció Frank que le pedía al entrenador que él quería unirse al equipo. Frank le suplicaba pero él entrenador no le prestaba atención.

-Vete de aquí chico, no tienes altura aun. –Le decía en un tono denigrativo.

-claro que puedo, solo déjeme intentarlo. –Se quejaba.

-¡No!- le decía el entrenador con irritación.

Charles se dirigió dónde estaba el coach, para poder hablar poder hablar.

Cuando llego Charles y le dijo al entrenador que le diera una oportunidad, para poder demostrarle que Frank si tenía talento.

Frank le dedico una mirada de agradecimiento hacia Charles y se dispuso a realizar unos tiros, los cuales todos acertaron, hizo 10 tiros y 9 acertó pues el último trato de hacer uno muy difícil, pero estuvo a punto de lograrlo.

El entrenador quedo impresionado pero no le basto y puso a que jugara en media mitad de la cancha a Frank y otro chico que Charles logro recordar su nombre, era Neil uno de los chicos de la clase que casi siempre estaba callado según le había contado Frank. Este chico era alto como de dos metros, tenía cabello castaño, llevaba Jordáns, con unos shorts negros, y una camisa sin mangas.

Empezó el juego de Frank contra Neil, el entrenador le había dicho que si este ganaba podría quedarse en el equipo con la altura actual, pero si perdía tendría que esperar hasta que llegara a él metro ochenta. Neil llevaba más tiempo jugando en el equipo, tenía más experiencia pero eso no significaba que Frank no fuera talentoso, al contrario Charles se sorprendió lo bien que se movía y hacia las jugadas, en una ocasión hizo la jugada demasiado rápido y de forma engañosa que Neil estuvo a punto de caerse al suelo.

El partido termino y Neil había echo 40 puntos y Frank 43. El entrenador quedo asombrado con él talento de Frank, qué accedió a qué ingresara al equipo.

De alguna forma Charles se había unido al equipo, cosa que le pareció extraño ya que a Charles no le llamaba mucho la atención. Celebro con Frank y otros chicos que por lo que observo que

Estaban de acuerdo y aun hasta Mack celebraba junto a ellos. Quien extrañamente ya no era el capitán sino Charles.- que loco pensó Charles.

Charles se despertó y se dio cuenta que eran 4: AM de la mañana y volvió a dormir, pero esta soñó con Yeniffer.

Soñó que estaba en la escuela en el laboratorio con el profesor Jeff, quien hablaba con Yeniffer cerca de un microscopio, -mostrándole algunos partículas pensó.

-¿Qué estás viendo Yeniffer?-dijo Charles con una sonrisa como si se conociera con Yeniffer desde hace mucho.

-Nada, solo viendo las partículas de la sangre de un pájaro-expreso con simpatía.- el profesor me enseña como sintetizar estas partículas y ubicarlas al microscopio.

-creí que ya sabias hacer eso.

-claro que lo sé hacer, pero esto es diferente, ¡ven mira!

Charles se acercó y vio dentro del microscopio se encontraba las partículas de sangre del ave tal como le había dicho Yeniffer, pero no cualquier partículas, estas estaban creciendo cada vez que se le aumentaba la luz, cosa que dejo lo dejo asombrado.

-¿veo que esto es nuevo y porque crece?

-Pues la verdad no lo sabemos, pues es muy extraño-expuso Yeniffer.

-Bueno creería yo que se trata de un ser que vive en la sangre de las aves en especial los canarios, de echo esta sangre pertenece de mi canario que hace una semana noto que no está muy bien de salud, lo lleve con el veterinario pero solo me dijo que necesitaba alimentarlo con unas ramitas de apio y otras cosas, lo hice pero empeoro y murió, ayer. Por eso vine aquí al laboratorio para hacer algunas pruebas de lo que le sucedía.

Charles empezó a sentir náuseas y vomito en frente del microscopio y las partículas iban tomando forma y tamaño hasta convertirse en parásitos y gusanos que desprendía más gusanos. El sueño cambio y se encontraba en una habitación oscura, donde la única fuente de luz era una vela, pero estaba lejos y una voz le decía:- Ven a mí, vuelve a hacer lo que hacías en New York, Charles. La voz que le hablaba era grave como si alguien raspa un pedazo de vidrio roto sobre una pared. Muy espeluznante.

-¿Quién eres tú?- dijo Charles.

-Yo soy a quien tú te has entregado en estos años y lo que viste hace un momento es lo que está pasando dentro de ti. Jajajajaja, – la voz retumbo sobre todo el cuarto hasta apagar la vela que alumbraba. ¡¡VUELVE A DON ESTABAS CHARLES!! –Ordeno la voz.

Charles se despertó en un sobresalto con la frente sudorosa, y las manos temblando, nunca había tenido una pesadilla de esa magnitud, ya había soñado con su padre en diferentes formas en las que él se imaginó que murió, pero ese tipo de el sueño era espeluznante, tendría que ser solo una pesadilla- pensó Charles calmándose.

Eran las 5: 54 AM. Decidió mejor irse a bañar y avanzar pues no estaba dispuesto a soñar con esa voz, que le decía que volviera. Se ducho y escucho un poco de música de Alan Walker (alone) y luego ordeno la cama, reviso internet y se dio cuenta que esa mañana habría mucho calor, vio un poco de televisión en Discovery Channel, sobre los leones africanos y sobre otros animales.

Siempre le había gustado ver ese canal con su padre. Lo extrañaba mucho…

7. YENIFFER

Que extraño el chico nuevo- pensaba Yeniffer. No había dejado de pensar en cómo respondió al profesor Scott a la pregunta que había dicho y además no dejaba de pensar en la forma que la miraba.

-¡Mack es mejor que ese chico!- se dijo con seguridad.

-veamos, creo que debería estudiarlo, para ver qué tanto es de inteligente.- estaba muy loca por Mack y no quería echar eso a perder , reviso su cuaderno de historia y vio las tareas que el profesor Land le había dejado. Termino las tareas y luego sonó el teléfono. Era Tina.

-¡Hola cariño!-dijo Tina.

-Hola, ¿cómo estás? –expreso Yeniffer.

-Bien cariño, te llamaba para decirte que ese tal Charles está muy guapo ¿qué piensas?

-en serio ¿para esto me llamaste?, Mack está mejor- dijo con seguridad, emitiendo una sonrisa.

-hey, ¿ya hiciste la tarea de historia?

-si. ¿Porque?, ¿será que quieres copia?- dijo irónicamente.

-claro que no. Solo quería saber si ya habías terminado. Bueno será mejor que te deje ya es muy noche. Qué horas. Oh si, 10: PM. Bueno adiós, nos vemos mañana ¡y duérmete ya!

-Ok, nos vemos mañana tina.

Yeniffer se quedó completamente dormida luego que hubo hablado con Tina, ella había estado con Yeniffer mucho tiempo y la quería como una hermana, claro tenía a su hermana Mariana, pero la relación que llevaba con Tina era muy diferente la sentía muy cercana y Mariana aún era una niña y Tina era de su misma edad.

Se despertó a las 6 de la mañana, algo emocionada por pasar mucho tiempo con Mack en la escuela, ella era la chica más lista en ingeniosa de él salón y eso le gustaba, últimamente Lissa y Kate no la habían molestado, – quizás por su relación que llevaba con Mack pensó Yeniffer. En fin le estaba yendo bien.

Se ducho y luego desayuno junto a su padre.

-Hola papá, como amaneciste hoy?-dijo Yeniffer.

-Bien,-dijo algo cansado.- ¿hija y tú lista para la escuela, y dime como te fue en la exposición de historia? no había podido preguntar por causa de que tenía que realizar algunos trámites, ya sabes lo del trabajo. Pero eso ahorita no importa.-expreso Max alegremente

-Muy bien, pues me fue bien y Frank no dejaba de presionar para que nos aprendiéramos nuestra parte, fue genial.- dijo sonriendo.

Estuvieron hablando todo el desayuno mientras todos se preparaban. Mariana iba a orientación para el jardín de niño, pues su madre quería que tuviera ideas de cómo sería para el siguiente año, Max quería ponerla de inmediato, pero no quería su esposa dejarla aun, su esposo le insistía, que iba a ser una buena idea y él había sido quien le dijo a Mariana que iba ser genial.

-¿Estás de acuerdo que Mariana inicie el jardín de niños?

-Sería una buena idea, así iniciaría muy bien- dijo Yeniffer.

-¿y dime Yeniffer como te va con Mack?- lo dijo su padre riéndose.

-de que estas hablando papá, solo somos amigos.

-claro. Amigos

-sí. Solo amigos, es muy lindo de su parte.

-bueno hija quería decirte que tu madre y yo nos conocimos desde la preparatoria y mira ya…

-si papá ya me has contado esto, pues voy muy bien y con cuidado con Mack.

Hablaron un poco más, hasta cuando todos ya estaban listo para marcharse y luego todos se subieron al auto, una camioneta Ford 2014 color azul. Quien conducía era el padre de Yeniffer Max.

Cruzaron la avenida donde estaba la preparatoria a la que iba Yeniffer. Se bajó del auto y luego se despidió de los tres y el auto se fue. Observo que Charles ya había llegado, eran las 7:30. Era extraño, que el chico nuevo fuese ahora el que más temprano llegase a la escuela y decidió acercarse para saludar.

-Eh. Charles hola, ¿qué tal?

-Bien y ¿tu?

– pues yo bien, ¿listo para el profesor Scott?

-¡no lose!- dijo sonriendo. –pero Frank me dijo que si hacia bien las cosas no iría mal.

-Frank. A ya. El profesor es tranquilo, exactamente como dijiste si cumples y dime ¿cuánto tiempo llevas en Texas?

-El sábado vine.

-¿En serio? – exclamo Yeniffer algo asombrada. Creí que ya tenías más tiempo de estar aquí.

-Bueno no sé yo pero la directora lo dijo ayer que venía de otro estado, ¿lo recuerdas?- Expreso irónicamente.

-ah, claro lo había olvidado, lo siento, con que Nueva York ¿no es así?

-Claro, fue un poco difícil acceder, pero resulto.

-Valió la pena, ya verás. Y espera a conocer al profesor Anthony que imparte Matemáticas. Y afortunadamente hoy nos toca.

-¿en serio? Charles puso cara de preocupación.

-SIP. Buena suerte Charles- lo dijo irónicamente. Ya había llegado Mack que miraba a Charles con una cara de como quien dice: aléjate o terminaras muy mal.

Charles vio acercarse a Frank que lo dejaba su madre y se despidió de él con un beso en la mejía.

-Mamá no hagas eso, me pondrás en vergüenza enfrente de mis amigos.

-¿te doy vergüenza Frank?

– no mamá es solo que tengo pena, mira me está mirando esa chica. Una chica de segundo curso de preparatoria lo estaba observando de una forma muy extraña.

-Muy bien, hijo te dejo. Y le dio otro beso a Frank en la frente.

Frank se acercó donde se encontraba Charles. Estaba sentado en una mesa cerca de la cafetería de la escuela.

-hola tío ¿qué hay?- expuso Frank.

-te he visto, cuando tu madre se despedía de ti. -Lo dijo sonriendo.

-oye, me has visto bueno. Es típico que ella haga eso, pero ya me estoy haciendo mayor y tiene que dejar de hacer eso. Dijo algo exaltadito- Pero volviendo a la realidad ¿cómo te ha ido en tus primeras tareas?

– bien, si las logre terminar.

-Bueno compañero, excelente tal vez te incluya a mi grupo de expo para la próxima, espérame ya vengo iré a hablar con Yeniffer.

-claro, te espero.

Frank se dirigía hacia donde estaba Yeniffer con Mack hablando.

-¡Hola, Yeniffer! Ah… Hola, Mack. Expreso sin ganas cuando saludo a Mack.

-Hola Frank ¿cómo estás?, ¡te tengo una buena noticia amigo!

-pues me encuentro bien Yeni, ¿y que eso de la sorpresa? –Pregunto frunciendo el entrecejo.

-bueno Mack díselo. Le golpeo el hombre a Mack.

-ok, tranquila, lo hare. Bueno. Frank sé que no te caigo bien, pero. Hombre quiero llevarme bien contigo y tal vez si tú deseas ser amigos.

-¿y? ¿Qué pasa?- dijo Frank irónicamente y algo molesto.

-No te enojes tío, quería hablarte acerca de unirte al equipo de baloncesto, hable con el entrenador y me dijo que si realizas unas pruebas y las pasas te va dejar ingresar. ¿Qué te parece? –dijo sonriendo naturalmente.

Frank no sabía que decir. Su rostro mostraba alegría con duda y sentimientos que Mack no logro descifrar.

-¿y bien que dices? -Dijo, sonrientemente.

– ¿Hiciste esto por mí?- pregunto con un tono de curiosidad.

-Bueno, Yeniffer me dijo que querías entrar y yo solo hable con el entrenador, al principio decía que no estaba de acuerdo, pero lo logre convencer. –expreso satisfactoriamente.

-Bueno. Está bien- logro decir Frank de lo emocionado que estaba, pero estaba disimulando sus sentimientos ante ellos.

-me alegra que lo hayas aceptado Frank.- Dijo Yeniffer con una gran sonrisa.

Yeniffer se sentía muy bien tras haber ayudado a su amigo, y también estaba agradecida con Mack por haber convencido al entrenador. Pero ella se sentía un poco nerviosa porque dentro de muy poco tiempo iniciarían los entrenos para el equipo de voleibol de la escuela y aun pensaba que era una mala idea, pero al principio se inscribió solo para demostrarle a Lissa y los demás del salón que no solo era una cerebrito, sino que también podía conllevar el voleibol. Yeniffer observo cuando Frank agradecía a Mack por haber hecho eso, y le daba un fuerte apretón de mano.

-Gracias a los dos, admitiré que hacéis una buena pareja. Y se marchó donde se encontraba Charles viendo su teléfono. (Que novedad tenía un IPHONE 8 +) nada mal pensó.

– y dime Mack ¿cómo convenciste al entrenador?, si a veces se muestra muy obstinado. –Murmuro ella dulcemente.

-Bueno primero hice… y de esa forma logre convencerlo.

Pasaron la mañana hablando y conociéndose más. Había pasado ya la clase de Educación Física, el entrenamiento en el gimnasio con el profesor Scott y Frank había realizado las pruebas que le había puesto y por lo visto, pensó Yeniffer. Las había pasado todas y con puntuación alta. Nada mal.

Para el almuerzo tras haber tenido historia, matemáticas, Educación Física, Literatura y ciencias con el profesor Jeff. Yeniffer estaba sorprendida como Charles había destacado en cada una de las materias que habían pasado, el profesor Anthony se sorprendió al darse cuenta la habilidad y rapidez del estudiante nuevo y lo felicito por ser muy bueno en matemáticas. Yeniffer no sabía cómo es que había resuelto los problemas aritméticos con tanta rapidez si ni siquiera calculadora había utilizado. Estaba asombrada.

Aparto esos pensamiento y se enfocó en el presento, Mack había ido a comprar los almuerzos de ellos. Cuando llego Lissa y Kate.

-Hola cariño- dijo Lissa con malicia.

-Lárgate Lissa no tengo tiempo para tus barbaridades de niña pequeña.

– ¿Me estás diciendo que actuó como niña pequeña?

-si. Porque tienes miedo de la verdad y tú también Kate que se creen las mejores que intimidan a todas las chicas del salón, no lo creo- expuso Yeniffer llena de rabia y el ceño bien fruncido hasta el punto de empezar a sudar. Estaba lista para arrojarles un puñetazo cuando llego Mack.

-¿qué está pasando aquí?- Yeniffer estaba a punto de golpear a Lissa cuando Mack la detuvo.- ¡Yeniffer detente! Y ustedes váyanse de aquí a menos que quieran problemas. Con suerte Mack logro detener el golpe que iba en dirección al rostro de Lissa, con tal fuerza que Mack se quedó luego del golpe sobándose la mano donde había recibido el golpe por haberse puesto entre medio de Yeniffer y las otras dos chicas.

-¿Por qué te interpusiste?, esas ya me tienen harta y la próxima vez no tendré compasión.

-Tranquila Yeniffer, solo quieren molestarte, pero ignóralas y de esta forma se olvidaran de ti – le acaricio el rostro y le tomo las manos.

-Gracias Charles. Por detenerme antes de haber golpeado a Lissa, si un hubiese sido por ti me habría metido en problemas.- le expuso una sonrisa llena de inocencia y arrepentimiento con unas lágrimas.

-No te preocupes, yo estaré ahí para ti. Le quito las lágrimas y le dio un beso en la mejía.

Comieron, tranquilamente sin ninguna interrupción, hasta que el timbre sonó y entraron a el salón, Yeniffer le dijo que este día no iban estar juntos porque el maestro de estudio Bíblico se enfadaba cuando veía a una pareja en clase haciéndose ojitos y le dijo que se

Ubicaría a una distancia de 4 metros de distancia, pero que en la salida volverían a estar juntos.

-muy bien Yeniffer nos vemos después. Le dijo Mack con una falsa cara de tristeza.

-no exagere estarás ahí cerca de mí. Le mostro una sonrisa irónica.

Mack se ubicó en el mismo asiento donde había estado, pero Yeniffer se puso cerca de Charles. La clase dio inicio y el profesor Henry hizo algunas preguntas hasta percatarse de que había un chico nuevo.

8. CHARLES

Charles se puso un poco nervioso con todo el mundo observándolo mientras el profesor se dirigía a él con unas preguntas que lo pusieron aún más nervioso.

-¿Eres el chico nuevo eh? Y dime de dónde vienes si no te importa decirlo.

-Bueno vengo de Nueva York, pero nací en Pensilvania. Dijo satisfactoriamente, este tipo ponía nervioso a Charles, sentía que no se llevaría bien con él, pero no lograba detectar porque.

-Vaya travesía ¿no?

-supongo –expuso Charles.

-Y dime. ¿Cuál dijiste que era tu nombre? Una chica que estaba al frente dijo: ¡charles!

-Charles eh. Interesante, como te decía ¿tú crees en Dios?

-Charles, no sabía que responder, no estaba seguro exactamente, su abuela hablaba de él contantemente, pero esa pregunta lo dejo sin palabras. Recordó las palabras penetrantes en sus oídos ¡¡VUELVE A DON ESTABAS CHARLES!!

Charles entro en sus pensamientos y recordó el sueño que había tenido retumbándole los oídos, esa voz tan penetrante hasta que sintió una mano que lo tocaba y volvió a la realidad.

-Charles -exclama Frank y otro chico. Por lo visto se había desmayado después de haber oído la pregunta.

– Chico veo que te sobresaltaste al oír, esa pregunta.

-no es nada es que recordé algo y me quede dormido en el acto.

-¿Dormido? No lo creo.

-Ejem. Dando respuesta a la pregunta. ¡NO CREO EN DIOS! –contesto rápido.

-¿Entonces qué haces aquí?- lo dijo en un tono severo.

– ¡Pues estoy aquí para estudiar no para oír todas estas cosas que no me van a ser útiles en la vida, Y a mi madre se le ocurrió meterme aquí!-Charles se levantó de la silla. –con su permiso saldré a tomar aire. -salió y se dirigió hacia los baños, entro y se miró al espejo. Su cabello rubio resaltado y sus ojos verde claro y sus facciones tan perfectas, Charles no estaba a gusto con lo que veía en el espejo, era algo interior lo que le hacía estar inseguro y eso le hacía cargar un gran peso que había estado cargando desde la muerte de su padre.

Se lavó la cara y luego regreso al aula, el profesor Henry estaba explicando algunas cosas por la que los ateos no creían en Dios, eso puso algo enfadado a Charles, pero entro sin decir nada y se sentó como si nada hubiera pasado. Pensó: tal vez esto me ayude a quitarme esta carga que llevo.

El profesor hablo y no se mostró enfadado con Charles cuando entro. La clase termino y todos salieron, cuando Charles iba a salir el profesor le dijo.

-¡espera! quiero hablar contigo. Dijo el profesor seriamente.

– ¿y ahora que desea profesor?- expreso fríamente.

-Chico lo siento por haber actuado de esa forma, no fue la bienvenida correcta. Sabes… te entiendo, yo también a tu edad no creía. El profesor se mostró sincero y algo apenado por la situación que había pasado, Charles.

-¡Usted! ¿Porque hizo eso?- espetó Charles.

-lo siento, discúlpame, es lo que hago siempre con los nuevos… todos los chicos nuevos que llegan al estudio Bíblico siempre, creen en Dios, pero contigo es diferente, te daré tu tiempo… pero quiero que tengas esto- le entrego una Biblia azul, donde estaba escrito: SANTA BIBLIA. Le entrego la Biblia y le dijo que por favor la leyera cuando pudiera, le dijo que leyera el nuevo testamente, pero en especial los cuatro evangelios.

-¿Qué es eso de los cuatro evangelios?- expuso Charles.

-Bueno, los cuatro evangelios son aquellos libros de este. Que contiene la vida de Jesús y la mayoría de milagros que realizo cuando vino a la tierra, el nombre de esos evangelios se llaman: MATEO, MARCOS, LUCAS Y JUAN.

-Había oído hablar a mi abuelo de eso, pero no le preste, atención.- dijo Charles, algo indeciso.

-Bueno Charles, disculpa mi mal comienzo, espero que puedas leer y cuando estés leyendo puedas entender, lo importante que fue que Jesús viniera a la tierra… bueno te dejo nos vemos el jueves.- le dedico una sonrisa.

El profesor salió del salón y Charles se quedó un poco de tiempo, pensando en lo que le había dicho este profesor, que Jesús había venido a la tierra. Ya había oído a su familia hablar de ÉL pero charles nunca le había dado importancia y nunca había preguntado ni investigado. Se retiró del salón y se fue al área de espera donde esperaría a su madre, ella le había dicho que lo iría a recoger de nuevo. Charles se había mostrado en contra pero su madre lo convenció.

Mientras esperaba en las bancas de (ESPERA) se acercó Frank, algo indeciso y medio contento.

-Hola. ¡Lo siento por lo el profesor!- le expreso con sinceridad y humildad.

-Ah. Ok, no hay problema, ya hable con el profesor y me dio esto- le mostro la Biblia azul que le regalo el profesor Henry.

-¡Wuo! Increíble- exclamo Frank.

-Porque te sorprendes, es solo un libro común.- dijo sin entusiasmo.

-¡No!, no es u libro común: ¡ES LA BIBLIA, EL MEJOR LIBRO DE TODOS LOS TIEMPOS! Amigo, eso que tienes en mano te ayudara a resolver cualquier problema, si la lees y haces lo que dice.

-Aja, claro- dijo en un tono burlón.

-Oye, no te burles – le dijo Frank en un tono serio, pero muy serio.

-Está bien Frank, lo leeré, espero que no sea aburrido.

-¡No te arrepentirás!- exclamo alegremente.

-Bueno, cambiando de tema, ¡increíble! Estas en el equipo, ¿no es así?

-está bien, pues cambiaremos de tema… y SIP estoy en el equipo.

-¡impresionante! ¿Cómo lograste convencer al entrenador?
-Fue Mack quien logró convencerlo y también me ayudo Yeniffer.

-Impresionante, amigo ¿estás feliz?

-sí, pero no me gusta la idea de que Mack este con Yeniffer, es algo extraño pienso yo.

Charles le conto el sueño a Frank de lo del equipo y que él era el capitán, que había convencido al entrenador y que competía con Neil en un partido de media cancha .Más no le conto el otro sueño del tipo con la voz siniestra.

-¿¿Neil??- expuso Frank en un tono exagerado.

-Claro, tú podrías ganarles, piénsalo… estuviste increíble cuando hiciste esas pruebas, cuando lanzaste esos tiros, felicidades.

-Gracias, eres el primero, en reconocerlo, ni siquiera Yeniffer me lo ha dicho aun- dijo Frank suspirando.

-Bueno, supongo que ella está ocupada con Mack.

-Claro, a lo mejor. Y dime cómo fue que le gane a Neil, ese es un gran tío, es genial, pienso que es el mejor, aunque Mack, pero a él no le gusta ser capitán.

Charles le conto muchas cosas que no le había contado del sueño, Frank quedo asombrado, la capacidad y los detalles, la sagacidad y el estilo con que contaba las cosas Charles, se dio cuenta que este tipo tenia talla de diplomacia y era perfecto para ser un orador ante las demás personas, descubrió que era perfecto para convencer, luego de un rato Frank ya sentía como si en realidad hubiese competido con Neil.

-¡Tío ha sido impresionante!, como me has contado tu sueño, ahora siento como si en realidad eh jugado con Neil.

-Bueno, yo sé que puedes lograrlo.

Frank- grito una mujer a lo lejos en un auto rojo.

-Ah, bueno tío me tengo que ir, nos vemos mañana ¿vale?

-Claro, cuídate.- le dijo, mientras Frank se alejaba.

-Como siempre. Su madre le dio un beso- mamá, ¡no hagas eso!- se rio un poco y luego se subió al auto y se marchó.

Charles se rio un poco con la escena de Frank y su madre, cuando a su izquierda se acercó una chica, de cabello negro, piel bronceada que vestía unos jeans, una camisa amarilla y unos All Star rojos, llevaba unos libros de química y un portafolios azul. La chica se resbalo frente a él. Charles se levantó y la yudo a recoger los libro y las hojas del portafolio.

-Gracias, exclamo ella, sonriendo.

-De nada. Dijo Charles.

-Tus eres Charles, estamos en la misma clase. Yo soy Lissa.

-Bueno ¡es un gusto Lissa!- Se dio cuenta que todos a su alrededor los estaban viendo, incluso Mack y Yeniffer, con una expresión de extraño.

-No les hagas caso, Charles.

La ayudo a levantarse y se sentaron a platicar, Charles hablo con ella muy sinceramente y ella le expresó que conocía a Yeniffer desde la segundaria y que no le había gustado tanto y pues se había ganado el odio de Yeniffer, la mayor parte del tiempo haciéndole la vida imposible, lo que deseaba era humillarla y dejarla mal ante los demás.

-Wuo. Veo que la odias, pero no lo sé, eres algo impredecible, supongo, no sé porque te cae mal, no se ve que es una chica mala pienso yo.

-no sabes nada de ella Charles, no te fíes de ella. Y pues esa rata me robo al chico que yo quiero y mírame ahora, ya nadie me hace caso.- se quejó viendo a Yeniffer con una mirada fulminante. Oye gracias por oírme, aunque fuese algo extraño pero fue agradable tu compañía. Le dio su número de teléfono y luego le dijo que Se tenía que ir, pero antes de irse le dio un beso en la mejía y se marchó, su padre le vino a recoger.

Charles se quedó sorprendido, dos días llevaba en esa escuela y ya lo habían besado dos chicas-muy guapas pensó.

Cuando vino el auto de su madre, el entro sin decir nada, su madre le pregunto cómo le había ido, el solo le dijo bien y no volvió a decir nada durante el viaje. Aún estaba sorprendido con lo del profesor Henry, cuando le pregunto a su madre.

-¿Mamá, tú crees en Dios?

-Claro, que creo en Dios, pero últimamente, tras los problemas no he pensado en Dios.- lo vio con una cara de cansancio.

-Mamá, no es necesario que me vengas a traer, puedo irme solo en el bus.

-Aun, no hijo, pero ya la otra semana te daré permiso, quiero que conozcas más este lugar.

-ok, pero…

-Charles, el sábado saldremos de paseo, al restaurante de tu abuela, ella quiere hacer una pequeña celebración por el cumpleaños de John, tu abuela dice que es un muy buen hombre y quiere hacerlo sentirse bien, dijo que esos últimos dos años, él le había ayudado con su negocio. Quiero que te comportes bien.

-Ok. Murmuro sin ganas.

CHARLES A LOS 10 AÑOS

Su padre le había dicho que le compraría el nuevo juguete si salía bien en sus calificaciones. Charles estaba seguro que podía lograrlo, su padre siempre le decía: tú puedes campeón.

-papá, ¿me leerás un cuento antes de dormir?- dijo alegremente.

-Claro hijo, por su puesto, ¿qué quieres oír hoy? , tú eliges. –contesto con una sonrisa amable.

-¡Peter Pan!- dijo con una gran sonrisa de oreja a oreja.

-Muy bien, pues. Había una vez un chico que se llamaba Peter Pan y vivía en un mundo que se hacía llamar el mundo de nuca jamás, donde nadie envejecía y… fin

Charles le gustaba siempre estar con su padre, aunque él llevaba una vida agotadora con el funcionamiento de su compañía, siempre tenía tiempo para Charles y su madre, era impresionante como sacaba tiempo de los lugares más profundos, para poder lograr tener las cosas bien.

Su padre le dio un beso en la frente y le deseó las buenas noches. Charles se sentía el niño más afortunado de él planeta y quería estar siempre con él.

A la mañana siguiente su padre ya estaba abajo, desayunando, esperándolo junto con su madre. Era la familia perfecta.- pensó Charles. Y quería aprovecharla. Charles los saludo alegremente.

-Hola cariño- dijo su madre felizmente.

-Hola mamá, ¿cómo has dormido? –Pregunto alegremente.

-De maravilla y ¿tu, eh campeón?

-Bien. Papá ¿qué aremos? hoy es sábado. ¿Podremos ir de pesca?

-Bueno hijo, es momento que desayunes. Ya lo veras – dijo su padre. Lo que le habían preparado, era su comida preferida, papas fritas junto con helado y una hamburguesa de queso doble. (Extraño. ¿No es así querido lector? Vaya que gustos. Oh sí. Continuamos)

Su padre le había puesto una sorpresa afuera de la casa, un carrito al tamaño de un niño de 13 años, listo para ser conducido por Charles. Charles salió de la casa y cuando vio el carrito no se lo pudo creer, es fantástico, pensó.

-Papá, mamá es genial, me encanta y el color, mi favorito (el auto era color azul, el color que amaba Charles desde que nació.)

-Bueno fue idea de tu madre Charles- exclamo su padre.

-¡Gracias, mil gracias, los amo! –Expuso, y los abrazo fuertemente.

Charles pasó toda la mañana viendo su nuevo carro, tamaño casi real, vaya que si pues tenía su motor y su batería para poder funcionar con el peso de Charles dentro.

Los padres de Charles lo habían querido decir a ÉL que ese día estaba cumpliendo años, era el mismísimo 20 de abril, su fecha de Cumpleaños, pero Charles no recordaba por el momento. Después del almuerzo, Charles estaba viendo una peli, junto a su padre, Toy Story 1. Él amaba esa película… Cuando su madre llego a la sala donde estaban viendo la película.

-¡feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños mi amor!- cantaban a una sola voz su padre y madre.

Charles estaba tan feliz que luego de haber comido el pastel les dijo lo tan agradecido que estaba por haber tenido unos padres tan geniales. Sus padres le dieron regalos, videojuegos para su PlayStation y una Tableta nueva. Y muchas cosas más.

-Y la última sorpresa mi amor, será ir de picnic a la baña de tu padre para ir a pescar. ¿Te gustaría?

-Me encanta y sí que será genial, veremos quien pesca más, ¿qué te parece eh, papá?

-Por supuesto, campeón- dijo riéndose alegremente.

Hicieron el equipaje para dirigirse rumbo al norte de Pensilvania en la Ford de la familia, hacia la cabaña de Tom, que había heredado de su padre. Cuando llegaron a la cabaña, Charles se mostró muy entusiasmado por estar de nuevo en su lugar preferido. Para estar con su familia, había venido a este lugar por mucho tiempo.

Charles ayudo a su padre a descargar el equipaje donde también iba incluida, una venera portátil que llevaban para todo el fin de semana. Luego de un momento de instalarse la familia, el padre de Charles le dijo que le parecería ir de pesca en ese momento.

-Iremos de pesca, ¡sí!- exclamo Charles con un gran entusiasmo.

-Muy bien, pues, pero primero, prepara tus cosas y no olvides el cebo para los peces. -Dijo sonriendo.

-¡Claro!, papá.

Prepararon el cebo para los peces (unas lombrices que habían comprado a 2 kilómetros de la cabaña en una tienda) y los envolvieron en el gancho para atraer a los peces. La madre de Charles les dijo que los estaría esperando con una sorpresa que no se preocuparan por ella, que estaría bien y que no le gustaba mucho la ida de pescar.

-Muy bien cariño, tú te lo pierdes.- dijo en un tono comprensivo.

-Vámonos ya papá, los peces me esperan.- exclamo Charles.

-ok, ya voy…-lo jalo Charles apurándolo, mientras el no dejaba de ver a Lincy.

Llegaron a la orilla del rio a unos cien metros de distancia de la cabaña. El rio era cálido y acogedor, color azul y muy reluciente. Se hacía llamar rio Hanns.

Charles, se acercó y se le quedo mirando un rato al rio.-Papá, que reluciente y cristalino es este río, ¿cómo se ha mantenido limpio después de tanta contaminación?- dijo, mientras se agachaba y sumergía sus manos dentro del río.

-Mira, hijo allá donde se encuentran esos árboles (le mostro con el dedo una arboleda que estaba a unos 80 metros de distancia por donde corría el río.) es ahí donde nace este rio, este no es exactamente es un rio, vendría siendo más que todo un nacimiento de agua, como una laguna, con la diferencia que parece un rio, más no lo es.-le dijo su padre sonriendo.

¿Qué te parece si empezamos a pescar, Eh campeón?- le dijo apuntando hacia las cañas de pescar.

-Claro. Veamos quien pesca más, ¿qué te parece? Eh…

-Tú lo has dicho, hijo. Y se dirigieron hacia las cañas de pescar, su padre tomo la más grande y Charles tomo la más pequeña (una caña de color azul marino y al tamaño de la edad de Charles, muy nivelada y con el cebo ya preparado.)

Pescaron por un largo tiempo y ninguno de los dos había logrado pescar nada, hasta que…

-¡Papá, creo que atrape uno!- Charles, tensaba su caña lo más fuerte que podía. Pero era inútil, no lograba enrollar con suficiente, fuerza.-

-Déjame ayudarte, ¿te parece?- le dijo su padre amablemente.

-claro. Su padre le ayudo a sujetar la caña y tiro de ella con tal fuerza que el pez salió volando por encima de sus cabezas. Su padre se acercó al pes y cuando lo vio se quedó sorprendido, era enorme, como de un metro y tenía unas aletas violetas y unas escamas extraordinarias.

-Increíble. –exclamo Charles.

Su padre asintió.- ¿es hermoso verdad?-le dijo con un tono de impresión.

-¡Wuo!, Es genial y muy grande, es el pez más grande que he visto en mi vida, pero… – dijo pero ya no emocionado sino algo triste.

-¿qué pasa hijo?-le dijo su padre.

-No crees que deberíamos devolverlo al río.-propuso Charles.-No merece morir y menos que nos lo llevemos fuera de su lugar de origen. ¿Qué te parece papá?

Su padre se impresiono con tal decisión, que Charles había tomado y conservar la vida de este hermoso pez. Tomaron al pez con mucho cuidado y lo arrojaron con delicadeza al rio, el pez se mostró contento de volver al río que se estuvo en la orilla un buen tiempo, mientras Charles y su padre seguían pescando, otros peces más pequeños.

-¡Mira Charles allá, (le apunto con el dedo a unos 5 metros de distancia de la orilla se encontraba el pez violeta al que Charles le había perdonado la vida) sigue el pez!

-Es impresionante que aun este en la superficie, ¿no es así papá?

-Muy impresionante, ¿qué te parece si le tomamos una foto?- le dijo su padre sacando la cámara.

Le tomaron la foto al pez. Y después de haberlo hecho el pez volvió a hundirse en el agua. Charles pesco 4 peces amarillos, que los envolvió en una bolsa con agua para mantenerlos con vida y cuando llegara a la cabaña los introduciría a la pecera que su padre le había comprado hace 3 años.

Cuando terminaron de pescar su padre lo felicito, y se tomaron una foto sentados bajo un árbol, sonriendo.

Volvieron a la cabaña donde su madre, los estaba esperando, para cenar, la madre de Charles había cocinado un alitas con ensalada, arroz y un vaso de Chocolate y de postre un helado de vainilla y fresa. Disfrutaron la cena.

-¡Impresionante Lincy, que buna estaba la comida cariño! ¿No es así Charles?- quien se encontraba lamiéndose los dedos, por el helado.

-Claro, mamá, ¡te quedo buenísimo!- Esbozo una sonrisa.

Charlaron un rato y luego vieron una película. El primero que se durmió fue el padre de Charles y se fue a la cama, les deseó buenas noches y se retiró. Luego Charles no puedo más. Apagaron la televisión y su madre lo llevo en varazos a su cama y le dio un beso en la frente.

-Adiós mi amor, que descanses, nos vemos mañana.

-Adiós mamá, te quiero. -Le dedico una sonrisa tierna a su madre.

-Yo igual.- cerró la puerta y se marchó.

Se quedó pensando en el pez del río que su padre le había contado que en realidad no era un río, pero a él le gustaba llamarle así no le pasaba lo que había visto en la mirada del pez. Que le había dado compasión, y tristeza cuando el pez estaba fuera de su lugar de donde provenía su origen. No sabía exactamente qué fue lo que le hizo cambiar de parecer, hubo algo que le dijo que dejara ir a esa creatura. Pero después de eso se había sentido mejor y…

9. YENIFFER

Que era exactamente lo que pensaba hasta ese momento de Mack, un chico guapo y muy genial, pero ella sentía que todas esas cosas no la llenaban, había algo en Mack que no lograba entender. Yeniffer se lo había estado pensando toda la tarde, después de la escuela, Mack le había dicho: «ignóralas».

No sabía con certeza si Mack era el chico correcto, se había dejado llevar por la belleza de este que ni siquiera se había puesto a pensar en los sentimientos, ¿en realidad Mack la amaba? Eso era lo que en verdad le preocupaba.

-¡Déjate de ideas Yeniffer, él te ama! Se dijo con seguridad. Cuando oyó que alguien estaba tocando la puerta de su cuarto.

-¡Yeniffer, abre por favor!- dijo su hermana.

Se dirigió a la puerta algo desganada y abrió.- ¿qué quieres Mari?- en un tono sombrío.

-¡Quería contarte algo!- lo dijo alegremente y entusiasmada como si fuera lo último en el mundo que diría.

-Está bien, pasa. Yeniffer la dejo entrar.

-Cómo pudiste ver, hoy fui al jardín de niño, pero solo para ver como es. Y… – la vio con una sonrisa de alegría extra.

-¿Y qué paso, en ese emociónate viaje, eh, hermanita?- lo dijo en un tono de sarcasmo con felicidad irónica.

-Pues es muy, genial y he decidido, que quiero iniciar ya el jardín de niños, para ir temprano a la primaria.-expuso nerviosamente.- y tengo un poco de pena, entones quería que me dieras algunas formas para hacerle caer bien a los compañeros ¿¿¿puedes???- le dijo implorándole y dando a conocer una mirada de perrito regañado.

-¿por qué yo y mamá?- le dijo eliminando ese ambiente de incertidumbre.

-Ella está ocupada, ya le dije y me dijo que te preguntara a ti.

-Está bien- lo dijo de una forma como quien dice: «me venciste, niñita».

-¡Sí!, ok, iniciemos ahorita.

-No, ahora no, tengo tareas y… luego, ¿te parece?

-Muy bien, pero que no se te olvide. Volveré. La miro con una mueca de chantaje.

Las horas pasaron y Mariana cada media hora iba a ver cuánto había avanzado Yeniffer. Al fin Yeniffer finalizo y accedió ayudar a su hermana que tanto la había irritado con su: ¿ya terminaste? De todas formas le dio las técnicas que a ella le habían funcionado cuando entro en el jardín de niño, para hacerle caer bien a los demás compañeros.

-Y eso es todo, ahora vete, tengo más cosas que hacer.- le dijo algo furiosa.

-Ok. Gracias hermana, y suerte con Mack. Le dijo con una sonrisa pícara.

Yeniffer la tomo del brazo y le dijo.

-¿Qué dijiste señorita?- le expreso sonriendo.

-Nada. Suerte con Mack. Solo eso.

-Muy bien, pues, puedes irte.

Se puso a revisar internet, se había aburrido, dándole formas de hacerle caer bien a los demás para el jardín de niños como:

-se sincera.

-genera platica.

-no muestres sentimientos, muy profundos ante los demás

– y etc.

Esas formas le habían ayudado en la primaria, pero cuando llego a la segundaria, descubrió nuevas formas, pero se dio cuenta que hay personas que siempre quieren opacar a las demás como era el caso de Lissa. Era lo que pensaba Yeniffer. Aun tenia latente la mirada de Lissa cuando estuvo a punto de golpearla en la cara, tenía que aceptarlo, esa chica era guapa, pero no entendía porque razón siempre quería opacarla, si ella no le había hecho nada para cabrearla, simplemente en octavo curso se llevó, toda la atención cuando habían estado hablando el mayor tiempo de Lissa y Yeniffer había hecho unos cuantos comentarios al respecto y Lissa había salido a la ofensiva. Probablemente se dijo Yeniffer. Pero si era la chica popular de la escuela ¿porque se fijaría en ella?, claro la conocía desde tiempo, pero que no se conformaba con caerle bien a la mayoría, no la entendía, se dijo Yeniffer.

Aparto los pensamientos de Lissa y se concentró en Frank, había ayudado a su mejor amigo, tras la insistencia de querer entrar en el equipo, estaba claro Mack había hecho la mayoría hablando con el entrenador. Lo importante, su amigo formaba parte del equipo, Yeniffer pensó un Nerd en el equipo que inusual. Aun no entendía que había sucedido en el salón, durante la clase del profesor Henry, la reacción de Charles, fue algo extraño, pensó. Cuando se desmayó en el salón se había asustado mucho y no entendía que le pudo haber pasado, cuando de la nada reacciono, en menos de tres minutos, fue algo raro se dijo.

Luego de haber terminado todas sus tareas, bajo a la sala donde estaba su madre con unos papeles del jardín de niños.

-¿Qué haces mamá?

-ah, esto es solo lo que Mari necesita para, iniciar el jardín de niños, yo no quería que iniciara tan pronto, pero supongo que ya te diste cuenta, ansiosa por aprender de inmediato.

-Claro, no dejo de molestarme, hace un rato. Esbozo una sonrisa.

-ja, ya lo creo. Y dime hija que tal tú, ¿cómo andas con ese tal Mack?- le dijo emitiendo una sonrisa pícara.

-Mariana te conto ¿verdad?

-más o menos, te vi cuando saliste, aunque no me viste. El chico parece honesto y… la vio con una mirada penetrante.

-Bueno mamá no te preocupes, él es muy lindo, ¿sabes? Hoy estuve de meterme en un lio y Mack evito que eso pasara, ¡él es fantástico!

-tranquila, hija tienes que ir despacio, pero ten cuidado, a veces los chicos no son lo que aparentan.

-Ya lo sé mamá, es solo que es genial, espero presentártelo la próxima vez ¿sí?

-Ah, está bien.- estiro su brazo al rostro de Yeniffer y le retiro su cabello y se lo hizo de lado, atrás de las orejas.- eres hermosa hija.

-Gracias mamá no es para tanto. Lissa es más bonita pensó.

-No importa lo que te digan Yeniffer, tienes que saber que eres hermosa y eres irremplazable y única. Le dedico una sonrisa amorosa.

-Mamá, ¿estás de acuerdo con la decisión de Mariana?

-Bueno, será mejor que inicie a estudiar, ¿no lo cree?- contesto, expresando cansancio.

-Sí. Y dime como re ha ido en tu trabajo, diseñando. Si aquí tenemos a la mejor diseñadora de moda de todo Texas. Le dijo a voz alta.

-Tranquila hija-dijo sonriendo.-solo hago algunas prendas, pero últimamente he estado trabajando en un vestido de boda, es genial, mi compañera Laya me ha dado ideas asombrantes, te lo mostrare cuando esté terminado.

-Claro, será un gusto mamá. Quiero contar de algo, se trata de la escuela.-la miro con nerviosismo.

-Está bien, hija cuéntame- asintió con la cabeza serenamente.

-se trata del equipo de voleibol y no estoy segura si querer entrar o no.-Se quejó.

-Pero, ¿te inscribiste, verdad?

-sí, es el problema.

-Bueno hija, solo habla con el entrenador, ¿pero estas segura que no quieres jugar?- la miro con unos ojos de sospecha.

-Claro que sí, pero en el equipo también se encuentra Lissa y Kate, ellas no las soporto. Se irrito y su expresión se volvió tensa.

-Tranquila hija, debes soportar y si te generan un problema, habla con la directora. -La miro con una mirada comprensible.

-pero ellas son el problema y para colmo de todo, tenían que venirse a esta preparatoria Lissa, me ha hecho la vida imposible, todos estos años. Respondió.

-Bueno, será mejor que hables con ella y solucionar las cosas. Y no creo que vas a dejar que una actitud inmadura de esa chica te desnivele, siempre he estado orgullosa de ti, mi amor, pero debes poner tus limites, ¿entiendes?

Yeniffer se acercó hacia ella y le dijo que lo intentaría y que estaba dispuesta a no perder la oportunidad de jugar ese curso, y expreso además que estaba dispuesta a ganar.

Se levantó de la mesa donde había hablado con su madre quien se había ido a ver como estaba Mariana, por la emoción de su primer día en el jardín de niños. Yeniffer se pasó la noche pensando cómo enfrentar a Lissa y que eso no generara una pelea. Recordaba cuando hablo con Charles y cuando se le habían caído los libros, ella se sintió un poco satisfecha con ese incidente y la forma como la miro, se sintió muy irritada y le entraron ganas de ir hacia ella y golpearle tan fuerte la cara no importando que ahí estuviese Charles. Lissa le metería cizaña en la mente y luego el atendería todas las cosas que Lissa quisiera que hiciera, así como lo hacía con Mack. Pensó Yeniffer.

Al fin de tanto pensamiento moribundo Yeniffer termino dormida, soñó que se encontraba en la escena de la escuela esa misma tarde antes de irse a la casa, observo que donde estaba Lissa se encontraba, también otro chico al que no logro reconocer. Charles estaba hablando con esa chica, Yeniffer se acercó dónde estaba Charles y le pregunto en un tono de enfado, que de que estaban hablando.

-Nada.-contesto Charles.

-¡Claro que nada!-Dijo Yeniffer muy pero muy enojada al punto de querer decir algo contra Charles.

-no, es en serio solo hablamos del deporte, de comida y otras cosas, pero no estábamos hablando de ti. Dijo algo nervioso. Cuando la chica que estaba cerca dio la cara y Yeniffer se dio cuenta que era ella misma pero unos 2 años mayor.

-¿Quién eres tú? -Dijo Yeniffer algo sobresaltada.

-Yo soy tú. Exclamo en un tono sombrío la Yeniffer mayor.

-Y que estás haciendo con este, y esta mugre.-Señalo a Lissa.

-Pues estos son mis amigos, y como has visto a la que llamaste mugre, es mi mejor amiga.-Expreso con sobresalto.

Yeniffer no entendía lo que estaba sucediendo en ese momento su yo del futuro, era amiga de Charles un chico muy extraño y misterioso y también con la chica que le caía más mal en la faz de la tierra y ¿porque ella se habría echo amiga de ella? Yeniffer se acercó de nuevo a ese grupo de tres y le pregunto a su yo del futuro.

-¿Qué me dices de Tina, que hay de ella?-murmuro.

-Bueno, era muy extraña, vaya que gustos. Pues ella se fue después del primer curso en la preparatoria a Indiana. Dijo que tenía que regresar con su abuela úes se había puesto enferma y su padre se mudó porque tuvo algunos problemas.-Dedico una sonrisa fría a Yeniffer del presente.

-Vaya, que extraño, todo esto, no es posible y dime falsa yo. ¿Qué hay Frank? él es tu amigo aun, digo mi amigo. Dijo sollozando y con la mirada fija en Lissa.

-Dile tu Lissa, que fue lo que le paso al pobre de Frank. Dijo sonriendo, echando un vistazo al rostro de Yeniffer.

-Lo siento, pero Frank murió hace seis meses en un accidente de auto. Explico Lissa manteniendo la cordura y mirando hacia Yeniffer sin sorpresas.

-¡QUÉ! ESTO NO ES REAL.-Dijo Yeniffer con tal grito. Que se despertó, y a tal grado que su papá y mamá llegaron rápido a la habitación.

-Yeniffer que pasa, ¿estás bien? -Exclamo su padre alertamente.

-¿te sucede algo?, nos sobresaltó ese grito. Dijo su madre algo angustiada.

-Lo siento. –dijo Yeniffer algo apenada. Fue una pesadilla, eso es todo, lo siento.

Su padre se alivió y se despidió de su hija y se fue, mientras que su madre se quedó.

-¿Quieres hablar de ella?

-no lo sé, mamá. Fue tan horrible. -Le conto su pesadilla, la forma de ella en dos años más y la noticia de Frank le provoco una sensación de temor.

-Mira, es normal tener pesadillas, estarás bien, ahora vuelve a dormir tienes escuela mañana. Le dedico una sonrisa comprensiva.

Su madre se fue y Yeniffer se quedó pensando, aparto ese pensamiento de su mete y se relajó, luego de unos minutos se durmió. No tuvo ningún sueño que Yeniffer recordara.

Desayuno, unos hotcakes junto con un jugo de naranja que su madre había dejado en el refrigerador. Luego de eso les dijo a sus padres que caminaría a la escuela. Sus padres no se pusieron a dar la contraria sino más bien se dedicaron una sonrisa de aprobación.

Se encamino por la avenida 33 cerca del parque Bayou donde a unos 100 metros de distancia se ubicaba la preparatoria. Paso por el parque con la intención de ver la naturales y de paso, cortar algunas flores. La preparatoria se ubica muy cerca del parque (era un edificio de 3 plantas, área verde y con diferentes aulas, dos canchas en el interior muy amplias, un centro de computadoras, 2 laboratorios de ciencia, una biblioteca y un tabernáculo donde se reunían cuando había un evento u predica por algún pastor. habían 4 salones de diferentes aulas para refuerzo de chicos con problemas de atención de algunas segundarias cerca de esa avenida) Yeniffer llego justo a tiempo cuando venía Tina.

-Hola Yeniffer, ¿cómo estás?- dijo Tina levantando la mano a unos 7 metros de distancia.

-Bien, Tina ¿y tú?

-Pues yo estoy de maravilla. Hoy empiezan las prácticas de voleibol no me lo quiero perder, y ¿tú no estás contenta?

-si muy contenta. Dijo Yeniffer fríamente.

-¿qué sucede, no quieres estar en las practicas? Dijo algo decepcionada.

-¡No! No es eso, es solo que Lissa estará también, ¿entiendes?

-Claro que entiendo, y no me gusta la idea de que ella, este también, pero debemos intentarlo, ¿te parece?- dijo comprensivamente.

-Bueno, está bien. Murmuro entre dientes.

-Bueno que te parece si entramos.- entraron al edificio, y se fueron a sentar en una mesa que estaba cerca de la cafetería.

-Hey, ¿ya oíste la nueva canción que subió Alan Walker? Dijo Tina.

-No, ¿porque ya la oíste? No creo que sea para tanto.

-Eso crees, esta fabulosa, me gusta y también el sonido, ese puede hacer música. Dijo emitiendo una sonrisa.- y dime ¿qué hay de Mack eh, picara?- sonrió burlonamente.

-no cambies de tema Tina. Dijo sonriendo. -Ah bueno, ¿él? no lo sé, después de ayer no le he llamado. Luego hablaremos. Pero no te creas eh, que no somos pareja, solo somos amigos, tengo que ir despacio, ¿no te parece?

-sí, despacio.- farfullo. – y ¿qué piensas de Charles? No crees que es algo extraño. Pero es guapo, pienso que es mejor que Mack, solo fíjate en sus facciones, su cabello rubio, es un galán. Dijo con una sonrisa traviesa.

-Tranquilízate Tina, y no ese chico es muy raro, se comporta extrañamente y con el único que se lleva bien es con Frank, aunque me sorprende su inteligencia, y capacidad en matemáticas, es lo único de lo contrario no. Y no te voy a negar que es guapo porque si lo es.

-Viste que era guapo, ¡las chicas de segundo curso se mueren por él! Dijo impresionada.

-Y ¿tú te morís por él? Dijo Yeniffer en un tono burlón.

-Claro que no, bueno aunque acepto que es guapo, pero eso no significa que me guste.

En la entrada venia llegando, Mack con su padre, un hombre corpulento debido a su trabajo de mecánico, con su ropa de trabajo, despidiéndose de du hijo.

Las chicas se pusieron nerviosas. Yeniffer se levantó y le dio un beso en la mejía, al cual respondió de igual manera. Se sentó junto a Yeniffer y les hablo que no había hecho la tarea de aritmética, porque tuvo que ayudar a su padre en armar un carro que su padre había desarmado y que faltaba algunas piezas.

-Yeniffer ¿crees que me podrías ayudar con la tarea si?- dijo amablemente.

-¿le ayudo tina, tu qué piensas?- expreso con una sonrisa pícara.

-No lo sé, tú decide cariño. Farfullo.

-está bien, pues, espero que termines, sabes lo que le pasa a los estudiantes que no entregan la tarea de matemáticas al profesor Anthony, te podría sacar del equipo por un tiempo. Le dijo dándole miedo con dulzura.

Yeniffer le ayudo a Mack con sus problemas de aritmética y también estuvieron haciendo manitas mientras le explicaba, Tina se echaba todo a la bolsa como quien dice. Se lo que haces cariño. Ja.

Mack termino y ya eran las 7: 45 AM, y cerca del cafetín a unas 4 mesas de distancia se encontraba Charles, estudiando un libro, no, era un simple libro, era la Biblia.

-Qué extraño.-dijo Yeniffer.

-¿Que es extraño Yeniffer? Lo dijo sonriéndole.

-recuerdan en, la clase de estudio Bíblico, el profesor al final de la clase, le dijo a Charles que esperara y hablo con él, luego cuando salió del salón en sus manos llevaba la biblia del profesor, que crees que haya pasado ahí dentro, el profesor después del incidente, no le dijo nada, que fue lo que hizo que cambiara de opinión acerca de él. Extraño, ¿no es así?- dijo Yeniffer en un tono sombrío.

-Bueno, no sé qué paso, pero ese tipo no me agrada. Murmuro.

Hablaron un rato mientras disimuladamente, cuando nadie veía, Charles se le quedaba viendo a Yeniffer. Pasaron esos últimos 15 minutos antes de entrar a clase con el profesor Land. Entraron al aula, Charles se sentó cerca de Neil, y Yeniffer se sentó a la par de Tina.

-Bueno muchachos, evalué las exposiciones finales y la mayoría alcanzo el objetivo, en especial la de la señorita Wells y la de la señorita Garrett, felicidades. Tengo una noticia, este viernes habrá una excursión al museo nacional de Texas y deben estar listos, pues de ahí vendrá otro examen aparte de…- bueno chicos iremos al museo de historia natural de Houston, oh, aquí. Por su puesto.

-¿En serio?- exclamo Frank. – será genial.

-Si Frank, en efecto y tendrán que estar listos, será para la materia de ciencias e historia.

-¿Cuál será el costo?- pregunto Natán. – un chico de 16 años, alto y con una mirada de pocos amigos.

-Bueno, Natán, tendrá un costo de 12$ cada estudiante.- dijo en un tono sombrío.-espero que, nadie se lo pierda, será fantástico. Tendrán diferentes guías para responder.

Muchos de los estudiantes murmuraron entre dientes, que porque siempre guías, ¿porque no el día libre? Cuando el maestro respondió.

-Miren chicos, esta salida es para ampliar sus conocimientos en el área de historia, pero más que todo en ciencias.

Yeniffer estaba emocionada, porque irían al museo, le encantaba lo que tenía que ver con la ciencia, verían esqueletos, y muchas cosas interesante pensó Yeniffer.

-¡Señorita Wells, vuelva!- le dijo el profesor que la despertó de su ilusión. Le dijo el profesor.

-ah, lo siento, es que será genial ir al museo de historia natural, mi mamá dice que es muy bonito.

-Ya lo creo… dijo el profesor conmocionado. – muy bien será mejor que iniciemos, me he demorado demasiado explicando esto, muy bien hoy…

Paso toda la mañana pensando en el museo y algo desorientada en la tarea de aritmética, sin importarle lo que Lissa, hizo para llamar la atención. Estaba mejor pensando demasiado que prestar atención a la vida real. Pero lamentablemente tuvo que despertar, cuando llego la hora del almuerzo, pues Mack le pidió un favor, que fuera a traer el almuerzo, por él.

Yeniffer se dirigió hacia el cafetín, donde encontró a Frank en una fila, para el almuerzo.

-Hola Frank, ¿qué vas a pedir?- dijo sonriendo.

-Bueno, hoy deseo comer carne, ensalada, y unas tortitas de masa.-expreso en un tono burlón.

-oh, pues yo pediré para mí, una hamburguesa, y para Mack, pollo, arroz, ensalada y un refresco de naranja, bueno eso fue lo que me pidió.

-Interesante tipo. Farfullo.

-sí, bueno será mejor que avancemos.

Pasaron y compraron los almuerzos, luego Frank se fue a sentar junto a Charles, quien platicaba con una chica de segundo curso. Yeniffer se dirigió donde se encontraba Mack, hablando con Josh, un chico del equipo de baloncesto, que iba a segundo curso, que recién se había unido al equipo. Yeniffer se acercó.

-¡Yeniffer! Ahí estas, bueno quiero presentarte a un amigo, se llama Josh y es de segundo curso.

-Mucho, gusto Yeniffer, ¿cómo estás?- expreso serenamente.

-ah, hola, Josh, gracias por preguntar. Estoy bien. ¿Estás en el equipo no es así?

-sí, hace una semana entre, pero sí. Bueno nos vemos Mack, te veo luego. ¡Adiós! – se fue alejando a otra mesa donde se encontraban unos amigos de Josh, o eso parecía.

-aquí tienes Mack, tu comida.- dijo Yeniffer.

-Ah, ¡gracias!-manifestó alegremente.-Y dime ¿cómo te sientes, después de la noticia de la salida al museo de historia natural?

-Bueno, veras… tengo un poco de nervios, pero estoy emocionada, mi madre dice que es un museo, genial e interesante.

-¿sí? Bueno yo no me sorprendo tanto.- dijo en un tono sombrío.- Ya he ido y no fue tan agradable, que digamos.

-¿en serio ya has ido?- dijo impresionada.- ¿porque no te gusto?- expreso emocionadísima.

-Bueno, estas bien, cuando fui, creo que fue en 8° curso, mi novia termino conmigo, y luego de eso no me volvió a hablar. -Murmuro un poco incómodo por la respuesta.

-¡Wuo!, qué cosa, ¿pero el museo cómo es? –Insistió.

-Es genial, los esqueletos y las cosas naturales que se encuentran son interesantes. – expreso sin ganas.

Yeniffer le hablo acerca de lo que su madre le había dicho y los exoesqueletos del elefante africano y muchas más cosas interesantes del el museo. Hablaron todo el almuerzo, acerca de la salida y como querían que saldría. Mack la tomo de la mano, Yeniffer se sonrojo y luego se retiró adonde se hallaba Tina, que estaba almorzando con Neil y Santiago quien era gran fans del ajedrez, y el otro, el chico callado.

-Hola Tina, ¿cómo estás?, ah, hola chicos, ¿qué hay?- dijo algo insegura.

-Ah, Yeniffer, estoy bien. Dijo muy quieta.

-hola, Yeniffer, ¡pues estamos jugando!- dijeron en una sola voz Neil y Santiago.

-Bueno, ¿puedo sentarme con ustedes?

-Claro. Dijo Tina.

Mientras Neil y Santiago, jugaban ajedrez, platicaron acerca de la visita al museo y también acerca de lo del equipo de voleibol, se llevaron los minutos que faltaban para entrar a clase en hablar de chicos, como Charles departe de Tina y Yeniffer defendiendo a Mack.

Durante la clase de ciencias, el profesor hablo de la salida y de lo que más o menos harían durante el trayecto y les dijo que les darían una guía para responder a las preguntas, cuando lleguen al museo.

Luego entregaron las tareas, y se marchó el profesor. Yeniffer al final accedió a entrenar en el equipo de voleibol junto a Lissa y Kate, quienes, se quejaron al inicio del entrenamiento pues no querían correr, la mayoría de las chicas se burlaron de ellas.

Yeniffer se rio un poco por la reacción de Lissa y Kate. En fin no se quejó de todas formas y avanzo bien, el entrenador les enseño movimientos básicos del deporte, como los boleos, tácticas, maneras de jugar, reglas y los errores que no se debían cometer durante un partido y…

10. CHARLES

Todo ese viaje en el bus escolar le había generado nauseas a Charles, pues no había comido bien por causa de levantarse tarde y por poco lo deja el bus de la escuela. Durante el viaje no dejaba de pensar en lo interesante que podría ser conocer un museo más a su lista de cosas que quería hacer, tenía planeado tomarle fotos a algunas cosas, para luego dibujarlas. Frank se encontraba a la par de él, quien no había parado de preguntar, que si estaba listo para responder el material. Charles no entendía lo afanado que era Frank. Al final llegaron al museo. Se encontraban en la 5555 Hermann Park Drive, Houston, Texas, ubicado a 4.1 millas de la escuela. Aunque solo fueron 30 minutos, ese viaje había sido abrumador pensó Charles.

-Oye, Frank, ¿interesante verdad?- dijo Charles asombrado.

-Claro, amigo, aunque pienso que tú no estás bien. Dijo frunciendo el ceño.

-Oye, tranquilo, es solo que me genero nauseas el ir en el bus, por causa de que no desayune bien. Expreso algo apenado.

-Ok, entiendo, será mejor que nos unamos al grupo, se ve que darán indicaciones.- se acercaron a donde estaban los demás chicos, el maestro que iban responsables era el profesor Jeff, el profesor Land, y el profesor Henry.

-Muy bien chicos, iremos en grupos. Dijo el profesor Land.- tendremos que hacer los grupos, muy bien. Hicieron los grupos en los cuales Mack, Lissa, Kate, Nancy, y otros chicos iban que irían con el profesor Land. El segundo fue Frank, Yeniffer, Charles, Tina otros con el profesor Henry. El tercer grupo Neil, Jacob, Margaret, Robert, y otros. Irían con el profesor Jeff.

Charles estaba de acuerdo en que Frank estuviera en su grupo y también estaba favor con Yeniffer, la cual no parecía contenta.

-¿qué sucede Yeniffer?- pregunto Tina.

-Nada. Dijo molesta.

-¡que te sucede Yeni!- expreso Frank serenamente.

-¡No me digas Yeni!, por favor. Frunció el ceño furiosamente.

-Bueno, Frank déjala, que se tome su tiempo.- dijo Tina comprensivamente.

Charles se acercó a Frank.

-Tranquilo, hiciste lo que pudiste. Pero sabes, se. Porque ella está así. Expreso satisfactoriamente.

-¿Y qué le pasa?- dijo algo irritado.

-Bueno, lo que le pasa no lo sé, pero se la razón por la que se comporta así. Es porque no la pusieron junto a Mack. Dijo emitiendo una sonrisa de victoria.

-pero, solo es un momento, esa actitud es algo impropia de ella, es extraño.

-sí, bueno no sé, lo que sea, mira nos estamos atrasando y también el profesor está repartiendo las guías.- se apresuraron donde se encontraba el profesor Henry, quien repartía unas hojas donde se encontraba 20 preguntas relacionadas con el museo de dos asignaturas diferentes.

Charles recibió la suya, y se quedó algo impresionado.

-No se ven difíciles, solo debemos buscar en el lugar correcto. Aventuro Frank.

-Claro.-dijo Charles.

-primero tendremos él recorrido y luego podaran verlo, pero antes de las 12 quiero que estén en este mismo lugar, primero el recorrido, para que llenen sus guías y luego tendrán el tiempo libre. Y esta será nuestra guía.- se acercó una mujer como de 40 años que usaba lentes e iba con una tabla entre los brazos.

  • Hola chicos mi nombre es Ruth y seré su guía en este museo. Primero pasaremos a ver la sala del diamante y luego…

El museo fue establecido en 1909 por la «Houston Museum and Scientific Society» (Museo y la Sociedad Científica de Houston), una organización cuyos objetivos eran proporcionar una institución gratuita para la gente de Houston centrada en la educación y la ciencia.

El complejo del museo consta de una instalación central con cuatro plantas destinadas a salas de ciencias naturales y a exposiciones, el Planetario Burke Baker, el Centro de Mariposas Cockrell y el Teatro de Pantalla Gigante de Wortham.- dijo la guía.

Charles no presto atención a la guía, pues había estado pensando en Latí, recuerdo que le había traído una escultura que había visto que se parecía un poco a Latí. No sabía que había pasado en esa última semana con ese tipo, aun sentía lastima por él, pues había recibido múltiples disparo. Despojo esos pensamientos de su mente y se dirigió donde se encontraban los demás, que seguían a la guía a la sala del diamante.

-Bueno, este es el diamante Hope de 45.5 quilates que tiene un valor estimado de 1000 millones de dólares y 1,0010 euros. Es un belleza inigualable, este diamante se encontró durante el periodo presidencialista de Thomas Jefferson, que se guardó hasta…

-increíble verdad Charles, mira que brillante. –dijo Frank.

-Aja. -Dijo Charles mientras respondía la pregunta que tenía relación con el diamante.

-¿cuantos quilates, era este diamante?- pregunto Tina.

-Es 45.5 quilates. – dijo Yeniffer en un tono sombrío.

-Gracias, linda, pero tranquilízate, debes soportar.-dijo comprensiblemente Tina.

Caminaron por la sala donde se encontraba un gran elefante, la guía les explico un poco de la historia de dicho ser.

-y bueno, este es el elefante africano con más de 60 años de antigüedad. Chicos creo yo, que esta pregunta si se encuentra en su guía que deben completar.

-Ya oíste Frank, será mejor que contestemos esta pregunta, es el número 15 de la segunda página. -Dijo Charles entusiasmado.

¡Vaya que actitud!- expuso Yeniffer en un tono burlón.

¿Qué gracia no?, Charles.- dijo Frank.

Avanzaron por las demás salas del museo, subieron a la sala donde se encontraba El Foucault pendulum, demostrando la rotación de la Tierra. La longitud del cable del péndulo que es de más de 18.30 m de largo.

Luego vieron el Cullen Hall of Gems & Minerals. Con una gran exposición de más de 750 muestras de minerales cristalizados y gemas raras.

-estas gemas son de mucho valor y se han mantenido en el museo porque, el que las descubrió darlas para que permanecieran en un museo que como ya lo sabrán fueron ubicadas aquí en el año de 1909. ¿Alguna pregunta?

-si. – dijo Charles, algo interesado.

-Adelante.

-¿En cuánto estaría valorado estas gemas raras, si se llegasen a vender?

-Bueno, muchacho, veras estas gemas son muy raras en el mundo, pero no estarían debajo de los 4 millones de dólares, por lo menos unas 10, pero todas, bueno eso sería demasiado para 5 generaciones.

-gracias, solo tenía curiosidad. Expuso Charles.

-Bien, ahora iremos al Wiesse Energy Hall, con paneles temáticos sobre energía, geología del petróleo y exploración de petróleo.

Cuando llegaron a la sala donde se encontraba el Weiss Energy Hall (que traducido al español es salón de energía Weiss) entraron y Ruth le empezó a explicar.

-verdad que esta sala, fue remodelada. Dijo Yeniffer algo interesada.

-claro que sí, Renovado y ampliado en 2017, la sala consta de 16 secciones, que incluyen una réplica en funcionamiento de un planta offshore de una plataforma de perforación en alta mar, un video de resolución de 15K que representa la historia de la energía, el «Geovator» (un viaje simulado en la roca bajo Houston y de regreso al Cretácico), la «Eagle Ford Shale Experiencia» (un viaje simulado al condado de Karnes, TX, para experimentar la fractura hidráulica de un pozo de petróleo desde el interior de la roca agrietada), «Energy City», (un modelo blanco a escala 1/150 que representa toda la cadena de valor de la energía cobrada vida a través del mapeo de proyección utilizando 32 proyectores láser), y «Renewable and Future Energy Sources». – Y bien, ¿quién quiere hacer el viaje simulado por el «Geovator»?- dijo Ruth.

Todos levantaron la mano, y Ruth los llevo al Geovator, donde entraron a una sala completamente amplia y con la más alta tecnología los llevo a ver un ataque hambriento de quien ganaba por la vida y por supuesto, desayunarse entre uno mismos entre los p-teranodones, y por ultimo todos los chicos y el profesor responsable pudieron ver la simulación del ataque de meteoritos que acabo con la era de los dinosaurios.

Terminaron de ver el ataque y luego salieron de la sala, y se dirigieron al templo y antigüedades de Egipto, mientras que Yeniffer había quedada fascinada con el Geovator y el salón de energía, que para ella había sido muy interesante y alucinante. Aun hasta hablo e interactuó con Charles después de estar enojada, y en ese momento irían a al templo egipcio y verían objetos que tenían milenios de antigüedad.

-¡Charles! Dijo Frank.

-¿Sí? Que quieres tío.

-Bueno, crees que veamos momias, pues yo nunca he visto una, quisiera ver una. Exclamo con entusiasmo.- solo las de las películas. ¿Ya has visto La MOMIA de Tom Cruz? ¡Estuvo buenísima!

-Bueno, si la vi, pero no me gustó mucho. Dijo en un tono sombrío.

-¿Y qué te pareció Venom?

-Ah, no lo sé, no la he visto. Dijo Charles algo decepcionado.

-No importa.

-Eh, chicos será mejor que completemos la guía, no le hemos hecho desde que entramos al salón de Geovator. Dijo Tina.

-¡cierto!-exclamo Frank un poco preocupado. No he completado, se me había olvidado.

-No anotaste Frank. Dijo Yeniffer en un aspecto burlón.

-¿La señorita, ya está de buen humos, eh?-exclamo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Lo siento Frank, Tina estaba enojada, pero ya estoy mejo. Bueno será mejor que completemos, pues son 50 preguntas y solo hemos hecho como 28, y ya solo faltan 4 lugares a los que iremos.

-Claro, Yeni. Dijo Tina.

Completaron las preguntas que hacían referencia al lugar donde habían ido y se dirigieron tras Ruth la Guía, quien a los demás chicos junto al profesor Henry les estaba explicando, acerca de las antigüedades de Egipto.

-Hall of Ancient Egypt (sala de la antigüedad egipcia) inaugurada en mayo de 2013, tiene muchos artefactos de milenios de edad y recreaciones de templos y momias egipcias de esa antigua civilización primaria.

Entraron a una inmensa sala donde habían una gran variedad de objetos antiguos, junto con estatuas de momias y momias dentro de sus ataúd, Yeniffer estaba asombrada, la Guía les explico que algunas piezas habían sido traídas de otros museos pero que pertenecían a Egipto de hace mucho tiempo, milenios. Encontraron una estatua de Ra el dios del sol egipcio, otra estatua de una reina egipcia llamada Cleopatra, la última reina egipcia.

-¿Cómo fue que murió Cleopatra Frank?- pregunto Charles.

-Ah, espera, ¿qué pregunta es?

-es la 38.

-ah, sí bueno veras Cuando el emperador Octavio la venció ella trató de seducirlo, pero él se resistió a sus encantos. En lugar de caer bajo la dominación de Octavio, Cleopatra se suicidó el 30 de agosto del año 30 a.C., posiblemente por medio de un áspid, una serpiente egipcia venenosa y símbolo de la realeza divina. En pocas palabras se suicidó.

-Gracias, compañero. Dijo Charles emitiendo una sonrisa.

-De nada.

Bien ahora iremos al Centro de mariposas Cockrell. Su profesor me ha comentado que hay preguntas relacionadas con esto, bueno vamos. Caminaron un buen rato mientras el profesor les daba la respuesta de algunas preguntas que no habían podido responder por causa de que algunas salas no estaban en exhibición.

Cuando llegaron al lugar el otro grupo de estudiantes estaba terminando de salir cuando Yeniffer observo que era el grupo donde se encontraba Mack, se puso muy feliz de verlo pero se llevó una desilusión cuando observó que llevaba de la mano a Kate, Yeniffer se enfadó mucho pero hizo disimulo para no dar a entender a los demás su enojo y desilusión.

Entraron al salón de mariposas y Ruth le inicio a explicar.

-Bueno chicos, deben poner atención y si tienen una pregunta, pueden contar conmigo. Dijo con una gran sonrisa. El Cockrell Butterfly Center, (centro de mariposa Cockrell) un mariposario ubicado en el complejo del museo. Inaugurado en 1994, el centro se encuentra en un edificio de cristal de tres plantas lleno de plantas tropicales y mariposas. El centro muestra una gran variedad de mariposas vivas, incluyendo monarcas migratorios y sus climas tropicales. El Centro de Mariposas Cockrell se reabrió en mayo de 2007 después de una revisión para hacer que la exposición fuera más interactiva; ahora hay juegos para niños y un zoológico de insectos en vivo en el Brown Hall de Entomología.

-tengo una pregunta. Dijo Tina.

-Adelante, ¿cuál es su nombre? Dijo la Guía.

-Mi nombre es Tina, y mi pregunta es ¿qué es Entomología? Es que aparece en la guía.

-muy buena pregunta, alguien sabe algo respecto a la pregunta de Tina, usted no profesor.

-Yo más o menos, creo que tiene que ver con los insectos. Dijo Charles.

-exacto, la entomología ​ es el estudio científico de los insectos. De cerca de las 1,3 millones de especies descritas, los insectos constituyen más de los dos tercios de todos los seres vivos conocidos​ y, además, tienen una larga historia fósil, ya que su aparición se remonta al Devónico, hace unos 400 millones de años.

-ah, ok gracias.

Yeniffer observo todo tipo de mariposas, eran hermosas pensó ella, pero aun no sacaba de su mente como es que Mack estuviera interactuando con Kate, quien no le caía bien, y también que días anteriores la había estado molestando, estaba preocupada. Yeniffer decidió apartar esos pensamientos y concentrase en esa excursión a uno de los mejores museos del país. Ya había resulto la mayoría de las preguntas de la guía y ya lo faltaban responder 7 de las cuales hallaría la respuesta en la siguiente sala, las preguntas tenían que ver con un planetario, pedía fechas y nombres y nos sucesos. Yeniffer se unió al grupo y les comento que ya sabía más o menos donde irían después.

Pasaron un buen tiempo hablando de mariposas, viendo los colores y tomando fotos, cuando el tercer otro grupo iba a entrar.

-Bueno, esto ha sido todo en el mariposario, chicos. Ahora iremos al Planetario Burke Baker, donde finalizaran todas sus preguntas de su guía, luego podrán dar un recorrido ya sin necesidad de responder algo, por si quieren ir de nuevo a un lugar que les llamo la atención.

Caminaron hasta la sala donde estaba ubicado el planetario, una sala amplia donde estaban las luces pagadas, un sistema avanzado de tecnología, y un sistema inteligente.

Antes de que les mostraran y vieran algunos videos, había un hombre que, era el encargado de dar la explicación e introducir a la experiencia.

-Buenos días chicos este es el planetario Burke Baker, antes que nada quiero darle algunos datos importantes, que por lo que veo si los necesitan para sus guías. Luego de ver algunos sistemas planetarios, si alguien tiene alguna pregunta me la hace llegar y la responderé con gusto. Muy bien el planetario fue inaugurado en 1964, presenta una serie de espectáculos de ciencia y astronomía. El planetario está equipado con el proyector de campo de estrellas SkySkan DigitalSky que puede simular estrellas, planetas, cometas, objetos nebulosos y otros efectos especiales. En 1998, se actualizó a vista completa, siendo el primero en los EE. UU. Y el tercero en el mundo en tener capacidad de imagen digital para múltiples proyectores.​ Esto le permite mostrar películas fullhome sobre ciencia espacial y también sobre ciencias de la tierra, ciencias de la vida y otros temas, muchos de los cuales fueron creados por el personal del HMNS. Un sistema de sonido estéreo digital también mejora los efectos especiales del planetario. Su programa de divulgación, «Discovery Dome», lleva la experiencia del planetario a la carretera, y llegan más de 40,000 estudiantes por año en aulas y eventos especiales en cúpulas digitales portátiles. Es uno de los primeros planetarios de 8k en los Estados Unidos. Últimamente ha sido remodelado algunos sistemas y ha sido actualizado, se puede ver simulado las constelaciones.

-Bien ahora veremos las simulaciones de algunas constelaciones, luego veremos algunos planetas, y por ultimo…

Charles había puesto atención con mucha rigidez, le interesó mucho al momento de entrar en el museo, no dejaba de ver a Yeniffer, aunque ella se ponía un poco rara cuando Charles la miraba, hubo una ocasión mientras él que estaba explicando lo del planetario, Charles vio a los ojos a Yeniffer la cual se puso algo tensa y lo fulmino con la mirada, Charles voltio rápidamente hacia el instructor o como fuese que era pensó.

-Y eso ha sido toda la explicación, ahora veremos lo que les dije al inicio.

Vieron las constelaciones, y en los momentos en el que el proyector hacia reflejo de la luz en dirección donde se encontraba Yeniffer, Charles la miraba disimuladamente. Fue cuando Frank se dio cuenta de que Charles estaba mirando a Yeniffer y le dijo:

-¿Estas mirando a Yeniffer?- murmuro en voz baja hacia el oído de Charles.

-¡No!, como cree, estaba mirando la constelación. -Dijo riéndose.

-¡silencio, por favor chicos!- dijo el encargado de reproducir las constelaciones.

-mira, nos regañaron, guarda silencio Frank.- dijo Tina.

-ah, está bien.-murmuro entre dientes.

Pasaron a ver otras constelaciones, Capricornio, Tauro, Leo y también vieron las interfaces de diferentes planetas, características de cometas, el cinturón de asteroides y diferentes astros.

Charles no paraba de ver a Yeniffer, disimulando cada vez que la observaba, Frank le hacía miradas de en plan: ¿qué haces?

Pero Charles no le hacía caso, vio algo en Yeniffer, que no había visto en muchas chicas a lo largo de su vida, que suerte tenía Mack pensó Charles. Pero no entendía porque Mack se había tomado de la mano con una chica en el otro grupo que no reconocía muy bien, pero sabía que era una de las populares.

Terminaron las presentaciones de él planetario e hicieron algunas preguntas al encargado de explicar que tenía por nombre Carlos. Luego de que la mayoría hubo terminado sus respectivas guías, Charles se quedó porque no había terminado aún y se dirigió hacia Yeniffer para preguntarle, si le podía ayudar.

Llego hacia ella y le pregunto las últimas dos preguntas que él no había podido oír, por causa de estar viendo a Yeniffer durante, la presentación.

-Ah, Yeniffer, soy Charles y te quería preguntar si ¿me puedes ayudar en las últimas dos preguntas? Dijo algo nervioso.

-veamos, primero. Claro te ayudare para que veas que no soy mala. Pero te preguntare algo. ¿Qué hacías mientras estaban explicando? –Pregunto fulminándolo con la mirada.

-¡Bueno, me distraje! Si lo acepto.-dijo apenado.

-Muy bien, ok, ¿qué hacías mirándome? Durante la explicación inicial. -Manifestó en un tono seguro.

-ah, pues… estaba viendo las luces y el proyector, pues son unos sistemas muy avanzado y me interesaron. –Trato de disimular, Dijo mirando hacia varias direcciones.

-Ok, está bien, las respuestas son…

Le dio las respuestas, se habían quedado solos debido a que los demás ya estaban dando el recorrido por sus propios intereses. Fueron donde estaba el profesor Henry y entregaron sus guías.

-Muy bien, ahora pueden ver lo que deseen hasta el mediodía. Y tu Charles ¿cómo vas con lo que te deje?

-Bueno señor, aún estoy en Mateo, capítulo 18, veo que está muy interesante, aunque no queda clara algunas cosas como: los discípulos de Jesús estaban como peleando por un puesto y otras cosas, también como perdonar al prójimo. Pero lo que me pareció algo extraño es de la parábola de la oveja perdida, ¿quién deja 99 ovejas para buscar una?, para mí eso es una pérdida de tiempo ¿no lo cree?-dijo Charles algo molesto.

-ok, está bien tú duda, pero acerca de la oveja perdida, representa el amor que Dios nos tiene a nosotros, pues las 100 ovejas representa a nosotros y esa 1 que se extravió es aquella que se aparte de los caminos de Dios, y para él todos y cada uno son importantes, pues si terminaste esa parte te diste cuenta de que el pastor hizo fiesta cuando la encontró. Yeniffer tú le podrías explicar más, si tú deseas. –dijo mirando a Yeniffer amablemente.

-Ok, lo intentare. -Murmuro.

Se dirigieron a la misma sala donde se encontraba el elefante africano, donde estaban hablando y tomándose fotos Tina y Frank.

11. YENIFFER

Se había dado cuenta en como Charles la había estado mirando durante la presentación, ¿qué pasaba con ese chico pensó?

-Y bien ¿quieres que te explique? Como pude oír supongo que estás leyendo Mateo, ¿no es así?

-sí, pero porque no mejor me lo explicas en otra ocasión. Dijo algo malhumorado.

-Bueno, como quieras, si no te importa iré a buscar a Mack, si es que ya termino.

-oye, no quiere decepcionarte Yeniffer pero hace un momento cuando entramos al mariposario, vi a Mack tomado de la mano con Kate. Dijo en un tono serio.

-Ya lo sé, porque ¿te importa? Dijo en un tono grosero.

-No, pero, ya que dijiste eso.

-Ah, ok, adiós.

Charles se alejó dónde estaba Frank y Tina, mientras que Yeniffer se fue a buscar a Mack, lo busco por diferentes salas, hasta que por fin lo encontró, junto a Kate, quien lo estaba mirando con una sonrisa traviesa, hasta el punto de querer hacer algo individuo.

Yeniffer se acercó dónde estaba Mack quien, al momento de verla soltó rápidamente a Kate de la mano. Le dedico una sonrisa de inocencia, y se puso de pie y salió a saludarla.

-¡Hola Yeniffer! ¿Cómo te ha ido con tu grupo, terminaste las preguntas?-dijo algo emocionado.

-Claro, sí. ¿Y tú?- expreso algo malhumorada, por causa de Kate quien estaba de pie a la do de Mack.

-Más o menos, bueno no. Pero ya me faltan 2, las que tienen que ver con el diamante. Dijo orgullosamente.

-¿Quieres ayuda? Yo ya termine y memorice algunas preguntas.

-me encantaría, pero necesito hacerlo solo. -Se voltio y vio a Kate de una forma muy extraña.

-como quieras.

Mack paso un rato contestando mientras Yeniffer miraba incómodamente a Kate, quien no paraba de ver a Mack traviesamente, hasta el punto que Yeniffer la fulmino con la mirada, al grado de que se retirara.

-Mack, iré a entregar mi guía, ya he terminado. Dijo algo, inseguramente.

-Está bien, Kate. Nos vemos luego.

-ok. -Dijo, mientras se retiraba al ritmo de la mirada de Yeniffer.

Mack termino su guía. Yeniffer corroboro sus respuestas y asintió con la mayoría, luego lo fulmino con la mirada.

-¿Porque me miras de esa manera? –dijo Mack con una mirada de duda.

-¿Qué fue lo de esa? te cae bien, después de lo que sucedió el miércoles. Expreso en un tono de enfado.

-No, existe ningún problemas que pase tiempo con ella, ni siquiera somos nada más que amigos, tu no debes decirme con debo estar o no, además ella iba en mi grupo, y no existe ningún problemas alguno, por el cual debas estar enojada, somos amigos y tal vez algo más, pero nada más. Tú no decides nada. Le dijo algo irritado.

-¡Creí que eras diferente, pensé que no eras como los demás chicos, me has decepcionado Mack! -Murmuro mientras lloraba.

Yeniffer salió corriendo de la sala con las manos en las mejías, dispuesta a no estar cerca de Mack por un buen tiempo. Mientras corría se encontró a Charles quien estaba tomándole foto a una gema de las cuales la Guía les había hablado.

-¿qué sucede Yeniffer, estás bien?- dijo amablemente.

-sí- dijo sollozando mientras se sentaba en una banca que estaba por ahí.

-Pues yo veo que no estás bien, ¿qué paso te dijo algo Mack, que te lastimo?

-No, fui yo la tonta en dirigirme hacia el mientras estaba con esa de Kate.- Murmuro entre dientes.

-Bueno, ¿quieres contarme? – pregunto algo dudoso.

-Bien, es algo raro pero te contare, no le digas a nadie. Me gusta Mack.

-eso ya lo tenía entendido. Dijo algo expresivo.

-¿Quieres que te cuente sí o no? – expreso un poco molesta.

-Ah, lo siento, continua.

-Fue desde que inicio el curso, que me gustaba y estaba loca por él, de hecho aún lo estoy. Trate de aplacarlo pero no lo logre… y yo creía que estaba saliendo con él, pero él me dijo que no es así. – Yeniffer volvió a llorar.

Oh, tranquila, cálmate.- Charles no sabía qué hacer, si abrazarla o alentarla. Definitivamente abrazarla seria abusar de la confianza. – bien, quiero que te pongas a pensar en todo el tiempo que has estado junto a Mack, ¿entiendes?

-¿porque? – dijo aun llorando.

-solo as lo ¿sí?- pregunto.

-ok. Yeniffer se puso a pensar en esa semana que había pasado con Mack, había sido genial.-pensó.- ya he pensado todo el tiempo que he permanecido con él ¿ahora qué?

-Muy bien, lo que debes hacer es pensar, si Mack ha valorado el tiempo que has permanecido con él. Si no lo sabes no importa, solo imagina. –dijo en un tono seguro.

-Está bien, ¿pero para que me servirá esto exactamente?- Murmuro.

-Esto te servirá para canalizar tus sentimientos y dará una pausa a tu dolor.

-oh, ¿cómo es que sabes esto, veo que está funcionando? Dijo un poco mejor.

-Bueno, después que mi padre murió, mi madre quedo destrozada, yo igual pero ella más. El punto es que el psicólogo le recomendó unas técnicas para sanar un poco el dolor, y pues mientras mi madre realizaba su terapia, yo la oía. -Dijo un poco pensativo. -¿Ya has pensado si te valoro o no?

-Sí. Pues pienso que sí. ¿Y ahora qué?

-Ahora, piensa lo que deseas de él y piensa que ya lo tienes, luego respira profundamente 4 veces y exhala, y eso es todo.

Yeniffer realizo al pie de la letra todo lo que Charles le dijo y efectivamente, este ejercicio calmo el estado de animo de Yeniffer.

-Gracias.- dijo Yeniffer.

-¿Por qué, si yo no hice nada?-expreso en un tono de impresión.

Yeniffer le agradeció, y le dijo que se quería llevar bien con él, pero que tuviera distancia cuando estuviera Mack cerca, pues no quería que sucediera una desgracia.

Hablaron un rato mientras, Yeniffer se le pasaba, la conmoción tras haber discutido con Mack.

-oye, ¿porque confiaste en mí?- dijo Charles intrigado en curiosidad.

-Pues, tú preguntaste y fui Cortez al responder. -Dijo en un tono burlón.

-oh, ya entiendo, pero ¿porque confiaste en mí en hablar abiertamente? Dijo con una expresión de duda.

-bueno… será que después de todo no eres lo que pensaba, eres alguien que vale la pena tener una conversación y me caes bien. Murmuro con una leve sonrisa.

-oh, gracias. Dijo algo nervioso.

Termino el tiempo de ir y ver lo que quisieran en el museo, Charles y Yeniffer se la habían pasado hablando, que cuando quisieron ir a una sala, el profesor les dijo que ya se había terminado el tiempo y tenían que volver al punto de reencuentro. Se dirigieron al punto de encuentro donde ya se encontraban la mayoría del grupo con excepción que Lissa aún no había llegado ahí. Extraño -pensó Yeniffer.

-Estas ahí, te he estado buscando, veo que vienes con Charles. -Dijo Tina un poco ruborizada.

-Ah, esto, no es lo que crees, es solo que hablábamos de algo sin importancia, ¿no es así Charles?

-Oh, sí. Por su puesto ¿nada importante?-Expreso en un tono de duda.

Yeniffer lo miro en un en un tono sombrío y frío hasta que Charles capto el mensaje.

-¡Claro Nada de qué preocuparse!- dijo casi gritando.

-ah ya, entendí. Y dime ¿encontraste a Mack?- pregunto Tina.

-Sí, pero no quiero hablar de él ahora, dime ¿tomaron las fotos al elefante?-dijo rápidamente cambiando de tema.

-¿Sucedió algo Yeni?, veo que no estas a gusto con que te mencione a Mack.

-ya he dicho, no quiero hablar de él, ¿puedes entender? por favor. – dijo un poco irritada, pero tras ver a Tina y Frank un poco incomodos con su actitud. Se suavizo. – lo siento, luego se los digo, ¿les parece?

-ok, muy bien. Claro que si tomamos las fotos mira.- Tina le mostro el teléfono, donde se encontraba Frank bajo el elefante, entre otras fotos que hicieron reír.

-¿Puedo ver? –pregunto Charles.

-Claro que sí, acércate.- dijo Tina.

Charles se acercó donde Yeniffer y Tina estaban viendo las fotos, que al mismo tiempo Frank hacia los mates de pose en los que salía en las fotos.

-Nada mal. Esta foto. Dijo Tina.

-Chicos, creo que ya estamos todos, será mejor acercarnos más al grupo, no sea que nos regañe el profesor Land.

Se unieron al grupo donde ya estaban todos, Kate se encontraba a la par de Mack, y Lissa a unos metros de distancia de Neil, el cual estaba jugando con una pajita de refresco que había comprado en la tienda del museo que se situaba a la entrada.

-Muy bien chicos, esto ha sido todo. Espero que les haya gustado y que hayan completado sus guías. Además la próxima semana tendrán exámenes y habrá algunas preguntas relacionadas con esta experiencia. Ahora todos al autobús. ¿Ya están todos, profesor Henry?

-Claro, ya están los 35 alumnos de la sección A, será mejor que nos vayamos ya. –Dijo el profesor Henry.

-ok, ¿algo que agregar Dr. Jeff?- dijo el profesor Land.

-Espero que hayan disfrutado al máximo esta experiencia, pues en mi opinión fue muy placentera.- dijo mirando a Yeniffer con un gesto de aprobación.

Subieron al autobús de la misma manera que al inicio, con la diferencia que Yeniffer se sentó junto a Tina y Neil junto a Mack, el cual no le molesto esa decisión que ella tomo. Frank, no paraba de mirar con una mirada persuasiva a Charles, quien no se dejaba de preguntarle a Frank que era lo que sucedía. Mientras que Yeniffer le contaba a Tina todo lo sucedido con Mack, después de haber terminado la guía y haberse ido en busca de este.

Tina quedo impresionada, por la reacción de Mack durante este suceso que le comento Yeniffer, la cual aún se sentía triste, pero no lo daba a conocer.

-¡Tranquila, veras que va a volver, yo lo sé!- dijo Tina en un tono seguro.

-¿Tú crees eso?- expreso en un tono triste.

-pues, yo creo que sí. Pero si él no te valora ¿qué me dices de Charles?-murmuro.

-¿Qué?- Yeniffer parecía genuinamente confundida.

-Pues no está mal. –dijo con una sonrisa traviesa.

-Eh. ¡No! No te paces, eres algo impulsiva amiga. Dijo disimulando una sonrisa.

-¿Oye porque, confiaste en él?- pregunto Tina.

-Pues, la verdad estaba muy confundida en aquel momento, y pues él me ayudo. Pues también el me pregunto, y yo le respondí.

-y dime algo, ¿te agrada de verdad?- pregunto en voz suave.

-Pues, veras, él es algo extraño, pero cuando esta de humor me agrada. Aunque déjame ser sincera no lo conozco tanto, ya veremos.- concluyo, Yeniffer mientras se recostaba en el hombro de Tina pensando en Mack y su actitud con la que reacciono.

-Muy bien, niña. Duérmete yo te despierto cuando lleguemos.

12. CHARLES

-¿Que te pareció esta visita a este museo Charles?- pregunto Frank.

-Bueno, no estuvo para nada mal, pero algunas cosas estuvieron aburridas, y lo más extraño de todo fue…

-¿Que fue? Dime, ¿porque ya no lo dijiste?- dijo algo sobresaltado.

-pues, Yeniffer hablo conmigo, cosa que me pareció extraña y raro, debido a la condición en la que se encontraba cuando me hablo. Dijo algo impresionado.

-Ah, con razón cuando se unió al grupo no quiso hablar acerca del tema de Mack. Entonces ¿hablaron de algo que sucedió con Mack no es así?- expreso frunciendo el ceño.

-creo que. Estás en lo cierto, pero no le digas a nadie, ellas confió en mí por una extraña razón, ¿entiendes?

-Claro, amigo.- dijo emitiendo una sonrisa.

-Bueno, como ya lo sabes desde la presentación hasta la… y fue entonces cuando ella se me acerco, yo le pregunte si estaba bien y ella me respondió, luego se abrió y me conto todo, muy extraño.

-amigo ha sido, impresionante que te hablara, ella suele ser algo equitativa con las personas que selecciona en su grupo de amistad y tú, supongo que ya te conto en ese grupo. Pero cambiando de tema, no creas que no te vi cuando las observabas durante la presentación en el Geovator. Murmuro en voz baja, con una expresión de inteligencia.

-¡Ya, está bien! Me descubriste. -Dijo levantando sus manos.

-Pues, como ya lo sabes, te vi en el Geovator, como la mirabas, según tú, viendo las luces y los efectos del proyector y aun me percate, cuando ella te fulmino con la mirada.

-ah, ese momento, fue algo embarazoso, pues me dio un poco de miedo al momento de ser descubierto, pero disimule más o menos. De todos modos ella me pregunto, que porque la estaba viendo durante la presentación.

Hablaron todo el viaje hacia la escuela, donde la madre de taba esperando. Se despidió de Charles y de sus demás amigos y se marchó, luego que Frank se fuera, Yeniffer se despidió de Tina y Neil, junto con otros chicos, los cuales Charles no se podía muy bien el nombre.

Aun hasta voltio a verlo y le dedico una pequeña sonrisa y luego se marchó.

Ese día Yeniffer se había mostrado un poco mejor a comparación con los días anteriores. Su madre lo llego a recoger. Charles subió al auto y le dedico una leve sonrisa a su madre.

Durante el camino, su madre le hizo algunas preguntas.

-Cariño, ¿cómo te fue en la visita al Museo de Historia Natura? –expresando una sonrisa.

-Bien.

-¿Nada más?

-sí. Tendremos examen la próxima semana.

-Oh, a por cierto ya tengo tus libros, ya el lunes podrás llevarlos, o si quieres puedes avanzar con lo que te han dejado de inmediato.

-ok, gracias. Iniciare hoy.- suspiro.

-Muy bien, como quieras. Ah por cierto al cumpleaños llegara, la hija de John.

-Y ¿qué pasa con eso?- dijo, haciendo un gesto de ironía.

-bueno… yo. Veras. No sé, tal vez te vaya bien, alguna compañía de tu edad. ¿No lo crees?- le dedico una sonrisa juguetona.

-¡Mamá! ¿En qué estás pensando?- dijo Charles un poco incómodo.

-Yo. Solo quería, dar ideas, pero en realidad. Solo estoy jugando. Exclamo con una sonrisa.

-¡aja! -Bueno será mejor que no hablamos de este tema, ¿sí? – dijo dirigiéndole la mirada mientras ella conducía.

-Muy, bien. Ok, entiendo solo quería divertirte. Murmuro en un tono de tristeza.

-Tranquilízate, es solo que ese tema es algo complicado, puedes hablarme de otro tema si quieres, pero ese no por favor. -Le suplico ya más tranquilo.

-Ok, ¿cómo vas con tus actividades y tareas en la preparatoria, ya hiciste algún amigo?

-Veras, pues principalmente hice un amigo, pero hay dos chicas que aún no estoy seguro, si ellas son mis amigas. – suspiro hacia el lado de la ventana.

-Oh, qué bien. Yo cuando inicie la preparatoria durante la primera semana hice un amigo, tu padre. – sus mejías se dilataron y sus ojos se enrojecieron.

-Cálmate, mamá. Dijo tranquilizándola.

-Ohm. Es que aún no lo supero.- dijo llorando.

-Ok, yo tampoco pero debes ser fuerte, y además estas conduciendo, podrías chocar, ¿quieres eso?

-No, es que, bueno veras, hemos pasado mucho y…

13. CHARLES

Llegaron a la casa, Charles se fue directamente a su cuarto, mientras su abuela le dedico una sonrisa, con la cual Charles le dedico otra igual. En su cuarto ya se encontraban todos los libros, nuevecitos listos para usarse. Reviso el de matemáticas, luego ojeo el de ciencias.

Paso toda la tarde de ese viernes ojeando y poniéndose al día con lo que pudo. Su madre subió a decirle que la cena ya estaba lista. El respondió que iría dentro de un momento, que terminaría algunas cosas y luego bajaría.

Charles bajo a cenar donde ya estaba sentado en la mesa, John, su madre y una chica de cabello rubio, alta y muy guapa. Charles se ubicó frente a su madre quien estaba situada a la par de John, su abuela se encontraba en la silla principal observándolos a todos con una mirada de satisfacción.

-¿Y cómo te fue en tu excursión al HMN?- dijo John con toda tranquilidad.

-¿El HMN, no es el Museo de Historia Natural?- replico algo inquieto.

-Ah, lo siento, es la abreviación del museo, ¿no te lo explicaron? – dijo dudosamente.

-Oh, claro lo había olvidado. Y pues me fue bien.-Murmuro irónicamente.

-Y que viste, que te intereso querido. Espeto la abuela dulcemente.

-bien, lo que más me gusto fue las gemas raras, las cuales habían un montón y…

-Claro, a Mark también le encantaban las gemas, una en especial, la cual no la he visto en tanto tiempo. Veras Charles es, como una tradición en esa preparatoria llevar a los estudiantes de primer curso. –Hablo la abuela.

-Oh, ahora entiendo la reacción de un profesor, que estaba muy emocionado, por ir.

-¿Cuál profesor fue quien dijo eso?- pregunto Jane. (La abuela)

-Pues, le decimos profesor Land, quien por cierto es muy estricto. Replico Charles.

-¿Land? No querrás decir Paul Land, un tipo alto, con lentes, y como dijiste muy estricto. -Dijo la abuela con un grito de sorpresa.

-La verdad, es que no me he fijado tanto en su nombre, pero te puedo mostrar una fotografía.-Charles encendió su celular, busco una foto en la que aparecía el maestro, cundo la hubo encontrado se la mostro a su abuela.

-aquí, está la foto, abuela.- Charles le presto el celular.

-oh, sí. Es Paul.- la abuela se quedó con una mirada de impresión.- fuimos a la misma universidad, en su época era un chico con sentido del humor, éramos grandes amigos, fue cuando él se cambió de universidad, si no mal recuerdo se fue a los ángeles.

El cocinero llevo la comida hacia la mesa, donde no paraban de hablar, hasta que fueron impresionados con el platillo que les había preparado.

-Vaya, Alfred, que apetitoso se ve eso.- dijo John.

-Es una receta familiar, espero que la disfruten. Sonrió orgullosamente ante John, y luego se retiró.

-¡Papá, esto sí que está muy bien!– dijo Sofía saboreando su platillo.

-Charles te quiero, presentar a la hija de John. – dijo su madre, con una mirada de tranquilidad.

-Oh, sí. Discúlpame Charles por no haberte presentado a mi hija. Expreso algo avergonzado.

-Hola, Charles mi nombre es Sofía, es un gusto conocerte. Dijo alegremente.

-Oh, hola.- logro decir.

Charles estaba impresionado, creyó al principio cuando su madre que la hija de John sería muy diferente a lo que estaba viendo, Charles la describió mentalmente, se fijó hasta en detalles menores, una chicas rubia, atlética, su piel clara y muy limpia, su cabello iba recogido en un moño, llevaba una camiseta azul, y sus uñas pintadas de azul claro. Estaba impresionado, no sabía que decir, al grado de tener que despertar de su sueño, pues ella le pregunto algo a lo cual Charles no había dicho nada.

-¡Charles! ¿Y cómo te sientes aquí?- dijo dulcemente.

-Ah, claro aquí, pues bien. Lo siento estaba pensando en otra cosa.- Charles dio gracias a su abuela por la comida y se retiró al jardín, donde estaban dos columpios.

Mientras Charles se columpiaba, se fijó, que de la casa había salido Sofía. Ahora si la podía ver mejor, llevaba unos zapatos deportivos, unos jeans azules, mientras pensaba. Esta se acercó a él sosteniendo una Tablet entre sus manos. Charles se puso un poco nervioso a medida que Sofía se iba acercando, en fin él disimulo un poco su nerviosismo y se pellizco para omitir su expresión.

-¿Qué haces Charles?- pregunto Sofía.

-Nada.- murmuro un poco nervioso.

-Ah, es que saliste y creí que estabas molesto conmigo. –expreso un poco apenada.

-¡No!, como crees, no fue eso. La razón por la que Salí fue… Cambiando de tema ¿en realidad es John? Verdad. Pregunto sonriendo.

-Ay, pues claro. Es que no nos parecemos, lo sé. Todo el mundo dice eso. La verdad me parezco más a mi madre.- dijo satisfechamente.

-Oh, ya veo.-dijo Charles murando al suelo.

-Y ¿qué es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre? Ya sabes, cuando no tienes tareas.

-Ah, dibujo aunque no siempre.- suspiro algo desganado.

-¡Genial! Mi madre es pintora y… oye no te importa si me siento en el otro columpio.

-Oh, esto. Claro, siéntate. ¿Y qué pinta tu madre?- pregunto entornando los ojos con interés.

-Pues, más que todo paisaje, aunque también le gusta dibujar rostros. Pero le encanta más la naturaleza. Te la mostrare.

Sofía encendió la Tablet y le mostro a su madre quien estaba enfrente de una mesa sonriendo a la cámara, le mostro otra donde se encontraba la familia completa, aparecía John, Sofía y su madre.

-Y bien, ¿tú que has dibujado?

-Bueno, yo. Veras es que tengo casi más de dos meses que no he dibujado. Pero me gusta hacer rostros.-Dijo en voz baja.

-¿En serio? Muéstrame algo que hayas echo.-dijo entusiasmada.

-Ah, pues mira estas fotos que tengo en mi teléfono, y luego te mostrare las de mi cuaderno.

Charles le mostro algunas fotos donde había dibujado unos trazos de paisajes y uno donde se mostraba el rostro de su madre.

-¡Uaou! Esto es impresionante, no me imagino que tendrás en tu cuaderno.

-Bueno, ya verás. Dijo Charles algo emocionado.

-Ok, te espero aquí. –dijo mirándolo mientras esté se alejaba hacia la casa.

Mientras Charles se acercaba a la casa se dijo en su mente.-que chica más extraña

Entro a la casa, vio que su madre, su abuela y John charlaban alegremente. Cuando el paso cerca de la sala para subir a su cuarto. John le pregunto.

-Charles, una pregunta, ¿Sofía estaba contigo?- dijo tranquilamente.

-Oh. Si. Está en los columpios. – contesto.

-¡Gracias!- le dedico una sonrisa de aprobación.

Cuando Charles, regreso donde se encontraba Sofía, se impresiono, cerca de ahí había una pelota de fútbol, donde ella estaba viendo su Tablet.

-Ahí, estas, creí que ya no vendrías, entonces me puse a ver una serie, la noche además esta genial, muy iluminado de parte de tu abuela ¿no lo crees? –dijo esbozando una sonrisa juguetona.

-Pues veras, es que no lo encontraba, pero aquí esta. –Charles le entrego su cuaderno algo incómodo.

Sofía vio en la primera página, una colina verde y en el fondo estaba una cabaña, la cual tenía una chimenea de donde estaba saliendo humo en ese mismo paisaje se encontraba un rio, de donde unas personas estaban bebiendo y…

Luego de ver la mayoría de los dibujos, Sofía quedo impresionada, y pues también no tenía palabras a eso hasta…

-¡Uaou! Esto es increíble, tienes talento Charles. Mi madre con esto quedaría impresionada, ¡es fantástico! –Replico.

-No es para tanto. – Respondió Charles un poco alagado.

-Es genial, pero ¿qué te parece si jugamos fútbol? – pregunto.

-¿Ahora? No lo sé, ya está algo oscuro. Tal vez otro día.-Murmuro.

-No importa, además hay suficiente luz, ¿qué opinas?

-No sé, es que no se me da este deporte.- replico.

-tenemos que intentarlo, no lo sabremos si no lo intestas, ¡por favor! – suplico emitiendo una cara de súplica.

-Te gusta el fútbol de verdad, lo veo, te apasiona, me imagino que me dejarías acabado en la cancha.- expreso un poco apenado.

-A lo primero. Claro que me gusta este deporte, pero a lo segundo. No claro, que no. Te ayudare y no te dejare mal.

-Ok, está bien. Pero si paso la vergüenza frente a los demás será tu culpa.- esbozo una sonrisa apuntando con su dedo a la pelota.

-Vale, yo me responsabilizo. – musito sonriendo.

-Sabes, quiero decirte que no juego a esto desde hace dos años. –Explico en un tono irónico.

-¿No has jugado por dos años? ¡Uaou! – Dijo muy impresionada.

-Y en la escuela, solo enseña baloncesto, y Voleibol por el momento. Hay una selección de chicos con Baloncesto y de chicas con Voleibol.

-Ya. Entiendo. Bueno, será mejor que empecemos a jugar, y te podría enseñar algunas cosas si lo deseas.

-Oye, ¿Por qué haces esto? Te muestras tan positiva y me hablas como si me conoces desde años, eres algo extraña.

-En primer lugar, conozco a tu abuela desde tiempo y ya te había visto y hago esto porque veo que eres un chico algo solo y 7desanimado. ¿No lo crees? – Murmuro algo en voz bajo.- en fin eso no importa concéntrate en tu presente.

-Pues amargamente. Tienes razón y estas en lo cierto. ¿Oye, como lo supiste? – pregunto frunciendo el ceño de una manera sobresaltada.

-¡Lo das a conocer! Genio. – le espeto irónicamente.

-Oh, ya veo. No se me había ocurrido pensar en eso. –se quejó tocándose la frente.

-Tranquilo, no están malo. Aunque si no lo controlas, podrías terminar ¡fatal! Pero por ahora no te enfoques en eso, concéntrate en el presente y en el fútbol ahora. ¿Sí? – Suplico.

-¡Como quieras! – respondió un poco malhumorado.

-¡Oye!- dijo.-Primero cambia esa cara.

-¿Así? – Le mostro una sonrisa forzada.

-sí. Pero no te esfuerces tanto. ¿Vale?

-Muy bien. – sonrió naturalmente.

Jugaron una hora, Sofía le enseño como patear la pelota y algunas técnicas de bloqueo de balón en el área enemiga. Practicaron movimientos de asechanza y la visualización de los movimientos delo pies para que no los engañaran durante el juego, cuando estuviese frente a un rival.

14. CHARLES

Terminaron todos sudados a lo cual Charles decidió tomarse una ducha. Luego que lo hubo echo, se despidió de Sofía quien también se había duchado y cambiado de ropa, la cual su madre le había prestado, por el partido o más bien la práctica que tuvieron los dos en el jardín de la abuela.

Esa noche Charles leyó la Biblia, hasta llegar al libro de San Marcos, lo cual termino muy impresionado debido a las lecturas e historias que leyó en Mateo. Pero aún no se creía que todo lo que había leído fuese cierto.

Su madre a darles las buenas noches, y a hablar por un momento.

-¡Que día! ¿No? – Exclamo su madre.

-Veo que estas bien, creo que la pasaste bien con Sofía. – su madre lo miro hacia los ojos sonriéndole.

-¡Mamá! No empieces de nuevo. –murmuro un poco apenado.

-Está bien. Pero cálmate, hijo. Solo jugaba.

-¿Jugando? Eh, bueno sí. El pase bien con Sofía, pero eso no significa que ella me guste, sabes. Es algo extraño

-A lo mejor ella quería ayudarte, bueno veo que estas un poco oxidado en el fútbol. -Sonrió dulcemente.

-Tienes, razón estoy mal, en eso. Pero no importa, en realidad… ah por cierto mañana será el cumpleaños de John, había que darle algo. –Pregunto un tanto inquieto.

-¿A, que se debe esa pregunta? Hijo.

-Pues, a nada, es solo que me preguntaba eso.- Mintió Charles.

-No te preocupes por eso, yo tengo lo que tu abuela que le íbamos a dar, la fiesta será mañana como ya lo sabes en el restaurante de tu abuela, y será a las nueve de la mañana. John se va a quedar hoy con su hija, pues su madre salió de viaje a lo que Sofía también ira a la fiesta. Ninguno de los dos sabe de la sorpresa.

-Ay, yo iba a decírselo a Sofía. Por poco. –Murmuro Charles.

-Oh, qué bien que no lo dijiste. –Expreso Lincy.

-¿Tú estás de acuerdo a que se realice esto mamá?

-¿El que, hijo? – pregunto su madre algo extrañada.

-Sí, estás de acuerdo en celebrar la fiesta de John. Ya sabes.

-Pues, al inicio me sorprendió la decisión de tu abuela, ella no suele hacer esto. Pero me dijo que este hombre la había impresionado mucho y por el tiempo que hemos estado aquí, me he dado cuenta de que él es un hombre honesto, humilde y muy responsable. Pues yo pienso que se lo tiene muy merecido.

Su madre tras haber hablado con Charles y haberle deseado las buenas noches, salió de la habitación.

Charles aun pensaba en la reacción de Sofía, cuando le mostro sus dibujos. Mucha gente le había dicho que sus dibujos eran sensacionales, pero él ya no se lo creía. Había pasado mucho tiempo desde que no dibujaba.

-¿Qué puedo hacer? veamos si aún puedo hacerlo. – se dijo a sí mismo en voz alta.

Saco de una caja una libreta blanca, y la abrió. Luego miro hacia una esquina de él cuarto donde se encontraba una caja donde estaba escrito: PR OYECTO DIBUJOS.

Saco de la caja una libreta blanca un poco desgastada de las orillas por causa del tiempo guardada. La abrió en la segunda página. Luego abrió una caja donde encontró un set de lápices con diferentes niveles en grosor y tamaño. El set que le había regalado su padre. Visualizo el dibujo donde se encontraba su familia bajo un árbol, donde él que más resaltaba era su padre quien estaba abrazándolo, junto con su madre en un paisaje muy despejado y con un cielo muy hermoso. Para Charles abrir esa libreta era duro, todo el tiempo que había pasado sin su padre le había provocado un sentimiento de nostalgia y odio hacia las demás personas.

No había dibujado por casi 2 meses y medio algo que impresionase a las personas y que fuese impresionante y digno más que grafitis y dibujos perturbadores de demonios y personas haciendo cosas ridículas, en los barrios de Nueva York.

Del set de lápices tomo dos, que estaban llenos de polvo, por causa de que no los había ocupado en mucho tiempo. Luego se sentó en una silla azul, que estaba situada a la par de una mesa cerca de la inmensa cama. Puso la libreta sobre la mesa y paso a la siguiente página, la cual estaba en blanco. Trazo unas líneas con el primer lápiz, luego tomo el otro lápiz e inicio completamente.

Tras haber hecho contacto sobre el papel, su mente se activó automáticamente y empezó a darle muchas ideas sobre las cuales, trazaba en el papel, pero su punto más importante lo estaba plasmante que no dejaba de llegar a su mente: Yeniffer, quien la tenía como loco. Su mente no paraba de darle ideas de como plasmarla sobre el papel, la recordaba de memoria.

Tras haber terminado su dibujo, donde aparecía Yeniffer sobre el elefante Africano del Museo de Historia Natural. Sus trazos e ilustraciones habían quedado a un nivel impresionante. Luego de haber finalizado su dibujo, tras dos horas de trabajo. Charles se quedó completamente dormido.

Cuando se despertó se dio cuenta que se había quedado dormido sobre la mesa, por suerte había tenido un agradable sueño, el cual era acerca de él y Yeniffer quien le presentaba a su familia, y luego se dirigieron a un parque a comerse un helado. El parque se hacía llamar parque Bayou, o algo por el estilo. – pensó.

Ya había oído el nombre de ese parque en la vida real, cuando oyó la conversación de Yeniffer y Tina en el recorrido del museo.

-Esa fue la razón de este extraño sueño, eh.- se dijo a sí mismo.

Ese mismo día era la celebración de John, planeada por su queridísima abuela quien lo estimaba mucho por ser según ella: un hombre honesto, humilde y muy responsable. En fin Charles no se iba a pasar todo el rato haciendo una lista de las cualidades de ese tipo, alejo el pensamiento de su mente y se fijó en su obra que había realizado horas atrás, le tomo una foto y por su mente paso la posibilidad de mostrárselo a Sofía, pero con solo pensarlo le pareció algo ridículo.

Luego de pasar un rato pensando que se iba a poner para la celebración de ese día. Decidió utilizar un pantalón de vestir color café claro, una camisa blanca manga larga y un saco color azul oscuro junto a unos zapatos negros de vestir. En ese momento esperaría a una determinada hora para cambiarse. Mientras tanto se vistió con unos Shorts negros y una camiseta de la universidad de Harvard.

15. CHARLES

Mientras amanecía Charles, reviso algunos mensajes de Frank y otros chicos con los que había platicado en la escuela. Se aburrió de leerlos mensajes y encendió la televisión y vio que en el canal 45 estaban dando noticas cosa que le genero más aburrimiento, al grado de casi apagarla, cuando se fijó que el titular de la noticia decía: “ATENTADO CONTRA EL HOSPITAL NACIONAL DE MANHATAN NUEVA YORK”.

Era justamente el hospital al cual habían llevado al jefe de la pandilla de Nueva York, donde Charles había pertenecido. (El pandillero Latí, el cual salió mal herido de un tiroteo en su contra)

Charles se sobresaltó un poco al ver el titular, y le subió más volumen.

La reportera explicaba, “que unos hombres en mascarados y con guantes. Aun no identificados por la policía los cuales fueron captados por las cámaras del hospital, cuando ellos se metían en el hospital amenazando a las personas y preguntando por el número de habitación donde se encontraba un paciente, el cual fue reconocido como: YOSH JACKSON. Quien según la policía había pertenecido a una pandilla, con antecedentes criminales y reporte de un asesinato contra un adulto mayor el cual había sido herido, y trasladado a ese hospital para luego enfrentar a la corte, por su expediente criminal, que según en el barrio donde tenía control era conocido como LATÍ había sido asfixiado por los tipos que entraron al hospital, quienes están siendo investigados, pues luego de cometer el asesinato, desaparecieron minuciosamente del hospital sin dejar rastro”.

Charles quedo conmocionado por tan brutal noticia, apago el televisor de inmediato y se puso a pensar en Latí, él no había sido tan bueno con él. Pero le había dado la oportunidad de formar parte de algo. Trato de asimilarlo y concentrarse en su presente, para luego…

Eran ya las 8: AM. Y su madre aún no estaba lista, Charles le había insistido en que se decidiera que iba usar, pues tenían que darse prisa, hasta que por fin se tomó una decisión y los encontró a los demás en el auto ya listos. Su abuela vestía un vestido morado junto con unos zapatos cafés, muy lucidos con sus atuendos extremadamente impresionantes, su madre se había decidido por un vestido hermosísimo color salmón que iba teñida con flores y también lucia unos aretes de perlas, los cuales daban con la combinación de su vestido y sus plataformas.

-¡Vaya, Charles que guapo!, ¿No es así madre?- dijo alagándolo.

-Estas en lo cierto Lincy, ambos están preciosos. – Expreso emitiendo una sonrisa.

Llegaron al restaurante de la abuela de Charles en diez minutos, en los cuales ella había estado preparándose, lo que iba a decir, en honor a John.

Entraron al restaurante (un edificio muy elegante de dos plantas, que se situaba a unas millas de distancia a la preparatoria MANOS DE DIOS.) cerca de una plaza.

La forma en que estaba decorado era estupendo, estaba claro que su abuela quería impresionar a John, su abuela los guio por unos pacillos en el edificio a un lugar donde se abría una estancia mucho más amplia que la primera sala del restaurante. El suelo estaba hecho de cerámica multicolor y el techo tenia ilustraciones inigualables, donde se podía apreciar ilustraciones fantásticas, las cuales parecería que estaban, bordadas en mármol.

En la sala ya estaban varias personas, entre ellas se encontraban, unos tipos que dirigían la música, que al momento que vieron a Jane, le dedicaron un gesto de respeto y saludaron con las manos.

La madre de Charles se fue a saludar a todo mundo, mientras él se quedó sentado en una mesa, cuando de entre medio de la gente, salió un chico alto, cabello negro, ojos café claros y vestía un atuendo un tanto informal. Que al momento de que Charles le dirigió la mirada, este le mostro una sonrisa traviesa. Y se acercó.

-¡Ay! Oh. ¡Vaya! Miren quien está aquí, nada más que mi queridísimo primito.- dijo el chico que se había acercado a Charles.

-¿Michael? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la universidad en california? – pregunto un poco inquieto.

-¿A si es como me recibes?, que va. ¿No te parece que has olvidado un poco tus modales? – replico Michael irónicamente. – en fin, pues sí, debería estar allá, pero me he dado cuenta de esta celebración, por decirlo así “familiar”, en teoría Jane dice que él es como parte de la familia. Pero cambiando de tema. ¿Cómo has estado, eh, primo?

-Veras, es raro verte aquí, pero de momento estoy bien. ¿Y tú? ¿Cómo está la tía Katherine? –dijo un poco más tranquilo.

-Bueno. Mamá, está bien. Pero ¿que tú no estabas en Nueva York?–Murmuro un poco dudoso.

-Veras, hubieron algunos problemitas, pero ahora estamos aquí.-Replico Charles en un tono un poco molesto.

-Ok, entiendo. Y dime Charles ¿cómo la has pasado en este estado? ¿No te habrá salido una chica encantadora a quien ponerle atención? –Dijo haciendo una mirada picara.

-Típico, de ti primo. ¡No! Claro que no. Pues la verdad eso no sería de tu incumbencia, pero solo te diré que hay alguien especial, pero no más, y no se te ocurra suplicar que no te diré más.

-Está bien, ok. No te hagas el malhumorado, ¡amenos algo bueno te ha pasado aquí! – murmuro un poco niñon dando a conocer una mirada de decepción y tristeza.

-¡Bien!, te diré algo bueno que me ha pasado: fui al Museo de Historia Natural, donde pude apreciar, muchos descubrimientos e investigaciones sorprendentes, como…

Platicaron un buen rato, hasta que Michael le dijo que iría a conocer a la gente y que regresaría dentro de un momento, él se puso a pensar un poco mientras todas las personas se iban integrando a la celebración, a la cual Charles no se había percatado de que en la sala, ya se encontraba John, pero las personas no le habían dicho nada, suponiendo a espera de la sorpresa que todos le tenían preparada.

-¡Hola, Charles! –Dijo John acercándose, mientras saludaba también con la mano. – ¿sabes dónde se encuentra Jane? – pregunto frunciendo el entrecejo.

-Pues, ¡no! No le he visto, como desde hace unos 40 minutos. –contesto Charles sin despertar sospecha de la sorpresa a John.

-Hmm, que extraño, ella me dijo que me estaría esperando. Bueno gracias, por avisarme, pero oye. ¿No sabrás porque está aquí toda esta gente?, si hoy es sábado. Normalmente estarían trabajando algunos Chefs que veo por ahí, pero que raro… muy raro. –Expreso un tanto confundido, mientras miraba a Charles.

-Oh, sí. Es extraño, aunque en realidad no conozco a la mayoría. Ejem, como a ese tipo, y ese y ese… en fin solo puedo dar crédito de conocer a ti, a esa de ahí, que creo que es una de las amigas de la abuela, pero la verdad es que no tengo idea. –Murmuro asiéndose el inocente. – Pero, y tal vez ya ven… – Se quedó sorprendido y un tanto aturdido por la conmoción, era Sofía la que se dirigía hacia ellos, quien lucía un vestido rojo, un collar ámbar, y unas sandalias que pegaban con su atuendo, llevaba su cabello color dorado. Que en ese momento igualaba el esplendor del sol en su mejor momento.-pensó Charles. El cuál iba trenzado en perfecta sincronización, estilo al grado de pensar que había sido echo, por alguien muy creativo y elegante que daba a entender ese estilo tan impresionante.

-Hola Charles, ¿cómo estás? – dijo esbozando una linda sonrisa. Y cambiando de vista la dirección, mientras su padre se alejaba de donde estaban ellos.

-Pues, veras yo… – Trago saliva, con dificultad. – Mmm, estoy bien. Supongo.

-Ah, ya veo. – dijo serenamente.

En medio de la multitud se acercó Michael, quien es sus manos traía, dos vasos de ponche. Quien hizo una cara de asombro cuando visualizo a Sofía.

-y dime, querido, primito, ¿quién es ella? – dijo Michael un tanto asombrado. Mientras le dirigía una sonrisa a Sofía.

-Ah, ella. Pues es… Es. Una amiga.- dijo tragando saliva un poco nervioso.

-Hola, es un gusto. Soy Sofía, ¿y tú? –pregunto.

-Oh, yo, soy Michael Stoll, como ya habrás oído, soy el primo de Charles, quien, para decirte es muy tímido con la chica. – dijo dirigiéndole una mirad de pena, a la cual Charles respondió con una mirada atroz en plan de: lárgate o te daré un golpe en la cara. – Lo siento, estoy bromeando. – Dijo en un tono de incredulidad.

-Sera, mejor que te vayas, por allá. Oí que te están llamando, ¿no lo oíste? – dijo un poco molesto, arrebatándole los dos ponches que traía en las manos, y dedicándole una mirada de disculpas a Sofía. – mira ahí están, ve. Llaman por tu nombre. – le acompaño en esa disimulación, Sofía quien también le apoyo, para que Michael se alejara.

-¿Qué acto? ¿No? – expreso Charles un poco incómodo.

-¡Uy!, pues eso, sí que fue raro, ¿pero no te cae bien? – pregunto arrugando la frente, un poco confundida.

-pues sí. Me cae bien, pero el problema de él es: que no para de hablar, aunque a veces es un tanto burlón, pero de todas formas tiene sentido del humor, deberías oír sus chistes, más cuando critica a Donald Trump. Dijo emitiendo una leve sonrisa.

-¿Le gusta criticar a Donald Trump? Eso sí que es loco, aunque no lo apoyo, en fin la verdad es que… ¿sabes porque estamos aquí? – pregunto, cambiando de tema muy rápido.

-Muy bien, te diré la verdad, estamos aquí, para velar a mi primo Michael. – murmuro irónicamente.

-Veo, que tienes sentido del humor, pero eso de velar a velar a alguien esta medio extraño, ya dime. – Dijo suplicando, como cuando le pido que jugaran fútbol. Esa, mirada que no te permite decir no.

-Vale, te lo diré. Pero no se lo pude decir antes de tiempo. Como veras, mi abuela tenía planeado… y esa es la razón, por tanta formalidad.- suspiro de tanto hablar.

-¡Caray! No me había percatado de que hoy, es el cumpleaños de mi padre, pero gracias a ti, ahora lo recuerdo. – Pero porque han demorado tanto.- pregunto Sofía, un tanto interesada.

-Mira, solo eso te puedo decir, mi mamá, me va a matar si se entera que te he dicho sorpresa. –Murmuro un poco asustado.

-¡No te preocupes, mi padre no lo sabrá! Hasta que llegue su tiempo. – Dijo, mientras su padre se iba acercando hacia ellos.

-¿Hasta que llegue mi tiempo de qué? – Pregunto John, sin saber nada. De lo que hablaban.

-Oh, veras, papá. Tu hora de ya sabes, cuando, e… e. – Sofía se quedó sin palabras hasta que.

En la sala, se apagaron todas las luces, y toda la gente se quedó completamente callada, como que si toda la gente hubiese sido avisada de que eso sucedería. En fin En l aparte más alejada de la sala unas luces y u cartel, con luces Led se desplazaban, donde venían Jane y Lincy quienes llevaban unos micrófonos incorporados cantando el “FELIZ CUMPLEAÑOS: JOHN.

John se quedó impresionado, luego de pasar unos minutos un poco pasmado, debido a la impresión.

Charles, se sobresaltó un poco, al momento en que apagaron las luces, en totalidad absoluta, sin ninguna luz, más que la de su teléfono, que tuvo que pagar, por el murmuro de algunas personas, las cuales se disgustaron.

Sofía, se había colocado más cerca de Charles, al momento de la escena de las luces, a lo cual él se sintió un poco nervioso e incómodo.

Ya estaban llegando, toda la gente y poco a poco estaban encendiendo todas las luces, y John fue llamado hasta la tarima donde ya se encontraba Jane y Lincy, quienes no paraban de cantar junto a la gente, al unísono.

-Oye, deberías ir… ya sabes, a felicitarlo.- Opino, dirigiendo la mirada hacia la tarima, observándola serenamente.

-Oh, sí. Claro, ahora voy. ¿Y tú? – Pregunto Sofía esbozando una sonrisa tímida.

-Ya iré, es solo que tengo que hacer, algo. Creo que tengo que contestar una llamada, ya te alcanzo.- Dijo mientras veía a Sofía irse hacia su padre y felicitarlo, junto a la demás personas.

-¿Verdad, que es Guapa? – le susurro Michael al oído sin haberse percatado Charles.

-¡Oye! ¿Qué haces? Esta loco, claro, si lo es. Es solo que ciento que ella y yo, ya sabes… – Murmuro un tanto incómodo.

-¡Que va! Charles, ella es perfecta para ti. No me lo niegues. –Replico un poco sobresaltado.

-Si ya te lo dije, es que no siento que ella sea, no sé. ¿Para mí?

-Estas desaprovechando una oportunidad. Deberías pensarlo. – respondió un poco disgustado.

-No, sabes a quien si valdría la pena ver, pues sería… Hmm, Pero eso no te lo diré, y será mejor que vayamos. Mira creo que la abuela nos llama. –dijo, mientras la abuela los llamaba con el dedo.

Se dirigieron, donde se encontraban todos, ya reunidos en honor de John, a lo cual la abuela pidió silencio y dijo:

-John Daré, tú eres un gran amigo, compañero y quiero que sepas, que te consideramos un miembro más como de esta familia, eres un hombre respetuoso, humilde, leal. Felicidades, y que cumplas más años de vida, que Dios te bendiga y seas prosperado tú y tu hija. Ahora disfruta de la fiesta que fue diseñada para ti. Si quieres decir algo adelante.

-Claro, quiero decir mucho, es impresionante y loco esto. La verdad no me esperaba esto, no sabía a qué veníamos, creí que era alguna reunión, pero cuando vi a toda esta gente aquí, me quede algo confundido, pero para resumirlo todo. ¡Gracias! A todos.

16. YENIFFER

Tanto tiempo de reunión familiar, estaba su padre, su madre y hermana, relatando todas sus aventuras del museo, lo cual para su familia era algo tradicional, generaciones de su familia se sentaban a la mesa un día sábado a charlar de cómo le había ido en su día de visita al museo. Para Yeniffer era una pérdida de tiempo, hacer tal cosa, pero sus padres le habían insistido en que tenían que hacer la tradición, cosa que disgusto a Yeniffer, pero al final accedió. Aunque también la estuvieron, molestando el día viernes, insistiendo en que tenían que hacer la tradición.

Al fin y acabo ella, les conto las cosas, que había hecho y visto. Más, no conto nada que tuviera que ver, cuando lloro en el museo y Charles, le ánimo. En cierto modo: algo lindo. Pensó Yeniffer, pero lo más, loco fue el momento cuando ella le había dicho que estaba bien, y vaya que terapia más extravagantes. –Se dijo mentalmente. Mientras que su alrededor, de una forma muy peculiar, dio a conocer una cara de expresión un tanto extraño, junto con disgusto y al final una irónica sonrisa.

-Cariño, ¿estás bien? –Pregunto, frunciendo el ceño, un poco confundida.

-Ohh, claro. Solo pensaba, ya sabes acerca del museo. Y dime mamá, ¿Qué se hace en esta, disque tradición familiar tras haber relatado los sucesos vividos el día anterior?

-Pues, normalmente, vemos una película, no sé. Algo que quede para toda la familia, por su puesto. – dijo imitando la expresión irónica de Yeniffer.

-No hagas eso, ¡pareces muy yo! – convino sonriendo.

– Bueno, será mejor que decidamos, que vamos a ver. ¿Verdad Mari? – dijo su padre sonriéndole a Mariana.

-Claro, papi. Yo no entiendo eso, pero quiero ver una peli. ¿Puedo escoger, si, si? – pregunto, haciendo una carita muy mona.

-Bueno, mi pequeña niña, veras. Tú hermana debe escoger, a menos que no le importe si tu escoges. – Respondió su padre, dulcemente.

-Yeni, puedo escoger, ándale hermanita, porfis.- suplico Mariana, tan insistente.

-Muy, bien, pero más te vale que sea buena, eh. Ahora creo que prepararemos las cosas, porque me imagino que eso de la peli, será durante la noche. ¿No es así? – pregunto con su mirada hacia su madre y padre.

-¡Oh, claro que sí, por supuesto! – Dijeron ambos al mismo tiempo.

– Muy bien, hay que darnos prisa, aun son las dos de la tarde. Tenemos que avanzar. – dijo su madre.

Preparan, todas las cosas a usar durante la noche, que por lo que Yeniffer pensaba, no era más que una reunión familiar, algo que no le pareció malo. Ya que pasarían un tiempo los cuatro, unidos.

Al son de la noche, todos yacían en el sofá familiar, donde en medio se encontraba Mariana, la cual había elegido la película de pie pequeño (una recién estrenada) a la cual nadie puso objeción debido a que era infantil y educativa. En la parte derecha de Mariana se encontraba Yeniffer, quien abrazaba a su madre del lado derecho a su madre, y del extremo izquierdo del sofá se hallaba su padre, quien completaba, a la familia. Frente a ellos se encontraba un pequeña mesa, donde estaban, snack en gran variedad, se encontraban Doritos, papas fritas refrescos, etc.

Terminaron de ver la película, a la cual la primera en caer en batalla del sueño fue, Mariana, quien ya no soporto más y le dijo a su madre que se iría a dormir. Tras haber terminado esa película, accedieron en ver otra, en la cual el padre de Yeniffer perdió la batalla esta vez, ya solo quedaba su madre y ella. A lo cual, ambas terminaron, todas dormiditas en el sofá.

Ese domingo, fue un poco rápido, ya que tras haber ido, a la iglesia se había quedado impresionado con el sermón que predico el pastor, se quedó pensando un buen tiempo acerca de lo que había oído, que logro cambiar de pensar el ayudar a su hermana. En fin Yeniffer se dedicó a ayudar a Mariana en sus tareas del jardín de niños, cosa que para ella eran facilísimas. Que en conclusión ese día se la paso, bromeando y jugando con su hermana, que para ella no era más que una cría que estaba empezando a ver la vida, muchas cosas que viviría. Que Yeniffer se sorprendía que un día fue como su hermanita: pequeña, vulnerable, con miedo, ingenua, inocente…

El lunes, por la mañana, durante la el viaje hacia a la escuela, sonó su teléfono. No se lo podía creer que el que le hablaba era Mack, Yeniffer aún seguía molesta, con él, se había estado engatusando con Kate, y ahora estaba de inmediato, queriendo llamarla. Yeniffer tomo el celular y colgó la llamada, no estaba dispuesta a dirigirle la voz y la mirada, aunque eso significara no hablarle.

Llego a la escuela, su madre se despidió de ella y luego se fue. Yeniffer entro a la escuela mirando hacia los extremos del edificio, donde se encontraban fotografías de estudiantes que habían sobresalido y que fueron un orgullo de esa institución. Ella siempre había soñado estar plasmada en un retrato de esa manera, en su antigua escuela también había eso, lamentablemente, ella no había permanecido el tiempo suficiente que era de dos a tres años, para poder logar eso. Esta vez en esa preparatoria sí que lo haría, tenía que demostrarlo, y lo haría.

Se aproximó a las mesas donde solía sentar, junto con Mack, pero al recordarle la actitud, de este. Se retiró a las gradas de la cancha de fútbol, donde se encontraba el conserje haciendo limpieza, a lo cual este la saludo mostrándole una sonrisa.

-Buenos días, don José. ¿Cómo ha estado? – dijo Yeniffer serenamente.

¡Bien! – dijo satisfactoriamente. -¿Usted, no es Yeniffer Wells? La que está en el equipo de Voleibol, y la que demostró ser una buena jugadora –dijo don José un tanto sorprendido.

-No es que yo sea, la mejor pero hago lo que puedo, y sí. Soy Yeniffer ¿Porque? – dijo está, un poco confundida.

-Oh, es que, te pareces tanto a Caroline. – dijo satisfecho de su deducción.

-Hmm, pues ella es mi madre. – expreso rápidamente.

-¿Caroline es tú madre? ¡Uaou! Disculpa la impresión es que. Nosotros estudiamos en esta misma preparatoria, pera ya sabes, las cosas de la vida. Me entiendes, verdad. La verdad es que no le he hablado desde hace como 10 años, en fin dale mis saludos cuando la veas, dile.

El conserje se fue, de donde estaba limpiando y se retiró, dedicándole una sonrisa hacia Yeniffer.

-Este conserje, ¿habrá tenido algo con mi madre?… No lo sé. –Se dijo a sí misma.

Vio que los demás ya estaban llegando, cuando observo que en la cancha estaba Charles con una pelota, tratando de hacer algunas técnicas. A lo cual no estaba dando resultado.

Yeniffer se acercó a donde, este estaba y le dijo:

-¿Qué haces Charle? – pregunto.

-Oh, ¡nada! Es solo que estaba practicando, es que no se me da bien esto. Y estoy tratando de aprender, pues el sábado alguien me dejo. En cierto modo ¿humillado? No lo sé. Contesto un poco distraído.

-Oh, ya veo, lo siento por interrumpirte. – le dijo y se retiró.

-¡Oye! – le grito. –No me importa si me acompañas, ven.- Le dijo animándola.

-¡No! Tampoco se me da este deporte. –dijo esquivando la oferta.

-Ándale, ven aquí. A mí también no me interesaba, inténtalo.- le insistió.

Yeniffer se acercó. Donde este se encontraba, luego le pidió que le pasara el balón, a lo cual lo pisoteo y lo envió, en un ángulo muy extraño, que no pudo saber.

Estuvieron la mañana, de la entrada jugando fútbol, un tanto raro, pero se divirtieron, hasta que Mack, se acercó a la cancha, diciendo:

-¡Yeniffer! Quiero hablar contigo. – grito suplicando.

-¡vete de aquí! no quiero saber nada de ti. Mack.- dijo, ella con enfado.

-por favor, no te hagas la dura, solo fue un error. ¡PERDONAME! – suplico. – fui un tonto, un inútil gusano, por favor. Perdóname.

-Claro, que fuiste un tonto. Pero lo de gusano no estoy segura. -Dijo tratando de disimular una leve sonrisa.

-Ya lo ves, te hago sonreír, te prometo que no te fallare, y perdón por herir tus sentimientos, la verdad es que no sabía en que estaba pensando. Dame una oportunidad.

Yeniffer se acercó, donde este se encontraba y le dio una bofetada en la mejía izquierda, a lo cual este la agarro de la cintura y le dio un beso, en los labios.

Ella se quedó un tanto aturdida, se separó al momento de que Mack la besara y se le quedo mirando, muy enfadada. Pero luego de verlo a él un poco. Esta lo beso.

Charles, al ver esto se fue del lugar y se reunió con Frank.

Luego, de todas estas emociones de traición y enojo, Yeniffer le dijo a Mack, que no la decepcionara y que le dijera que si este la amaba. A lo cual respondió seguramente que sí.

Toda la mañana, estuvieron hablando y reflexionando lo mal que se habían comportado ambos. Mack, le dijo que no había hecho nada malo con Kate, que nada más solo la había tomado de la mano. Ella reacciono un tanto histérica, pero tras haber hablado con este, se relajó.

En la tarde antes del entreno de Voleibol, Mack se despido de ella y le dijo que la sorprendería el siguiente día, con algo especial, que según él sería muy impresionante.

Nada más con solo pensarlo, esta se emocionó.

¿Quizás me pregunte si quiere que sea su novia? – se dijo mentalmente. O tal vez me dé algo lindo, no lo sé. Mientras tanto debo prepárame para el entreno.

¿Que habrá pensado Charles, al momento de vernos besándonos? El pobre se esfuerza por que yo le caiga bien, eso fue muy impropio de mí.

Las prácticas dieron inicio, las cuales finalizarían a las 5: PM. Lo que sería tres veces a la semana, pero Yeniffer estaba dispuesto a invertir su tiempo para logar algo y mejorar en ese deporte. Que desde pequeña tanto le había encantado.

Todo marcho súper bien, realizando los ejercicios, técnicas y métodos, para el deporte. Pero las cosas se pusieron mejor cuando, el maestro dijo que habría un partido. Para comprobar las habilidades, o mejor dicho cuanto habían aprendido.

El maestro dio a elección, propia de las chicas para que ellas eligieran sus equipos. El primer grupo fue el de Lissa, Kate unas de último año de preparatoria llamadas Nancy, Alejandra, Ariana, Kimberly, y otras.

El segundo equipo, fue hecho por las chicas restantes, donde estaba Yeniffer, Tina, Lincy, Carol, Karen, Carmen, y otras chicas, las cuales habían estado deseando formar parte del equipo de Lissa.

Yeniffer estaba muy emocionada, por ver que tanto había aprendido, y darle una paliza al equipo de Lissa.

El juego dio inicio, por parte del equipo de Lissa, quien al momento de realizar el saque, se rompió una uña, y reacciono de una manera un tanto niñona. El balón que lanzo, no llego ni siquiera a la red, a lo cual fue punto a favor del equipo de Yeniffer. El siguiente turno fue de Tina. Quien satisfactoriamente logro hacer que la pelota alcanzara una buena trayectoria, donde fue aceptado por Kimberly (una chica un poco callada, que llevaba su cabello negro recogido en una coleta de caballo, y unos shorts negros junto con una camisa del Barcelona. Sin embargo esta chica era muy ágil) la cual la devolvió con brutal golpe en el aire, que hasta Yeniffer se quedó con la boca abierta y por su puesto. Fue punto a favor del equipo de Lissa.

-Vamos, nosotras podemos. Tina, mantente alerta, con Kimberly y tú Lincy, quiero que estés alerta con Lissa, muy bien. Las demás estén alerta en su área.

El siguiente saque realizado, fue hecho por Kate, quien apuras penas logro pasar la pelota por encima de la red, donde se encontraba Karen, quien hizo un pase hacia Yeniffer, la cual golpeo la pelota en dirección a Lissa, que por cubrirse la cara, su equipo perdió otro punto.

El partido concluyo, con el puntaje de 40 a favor de Yeniffer y 15 a favor de Lissa. El entrenador felicito a ambos equipos por sus esfuerzos dentro de la cancha.

Yeniffer, estaba sudando a chorros. Se dirigió a las duchas de la preparatoria y se dio una buena bañada, se cambió de ropa y se fue a esperar a su madre a que la viniera a recoger.

Durante la noche paso pensando en la forma en que vio Charles aquella escena, no entendía muy bien a ese chico, pero mejor aparto eso de su cabeza y se dedicó a jugar un rato en un Nintendo viejo que tenía y que desde mucho tiempo que no lo usaba. Aun se preguntaba si serviría aun, pero se dio cuenta que aun coleaba.

Paso jugando hasta las 10: Pm. Hasta que se dio cuenta de lo tarde que era y dejo a un lado el Nintendo el cual, había estado jugando un juego de Pac-man (su juego favorito, ya había visto la película de pixeles)

Reviso sus redes sociales. Y se fijó que un tal Alexander Dodt, le había enviado la solicitud en Facebook. Ella no estaba segura de quien era este, a lo que decidió investigar por los amigos que este poseía. Que en conclusión, era deprimente, solo Frank y Tina estaban agregados, entonces cayo en la cuenta de que se trataba de Charles.

Sin pensarlo acepto la solicitud y escribió:

-Hola Charles. – redacto.

Pasaron unos 15 minutos, a lo cual Yeniffer aun esperaba que este le dijera algo. Pero ya iba a perder la esperanza cuando.

-¿Yeniffer? ¿Eres tú? – escribió Charles.

-¡Contestaste! – escribió un poco sobresaltada.

-Bueno, es que no podía dormir. Y dime ¿qué haces tú despierta a estas horas?

-Pues, para ser honesta, me quede jugando toda la noche.

-¿En serio? ¿X qué? – Escribió un tanto informal.

-Bueno, termine todo temprano. Oye porque te fuiste hoy en la mañana.

-bueno, pues me sentí un poco incómodo y decidí mejor irme, para no interrumpirlos. ¡Pero tienes que dormirte ya! Recuerda habrá exposición mañana. Debes estar lista. – y dejo de escribir para luego desconectarse.

En serio solo eso. Vaya que chico. –Se dijo a sí misma.

Luego de un momento de tanto pensar, se quedó profundamente dormida.

Soñó que era una niña pequeña. Se hallaba en un bosque situado al norte de Texas, estaba oscuro y sentía un miedo horrible, trato de hablar pero no le salían palabras de su boca. Sus pies se dirigían solos sin su consentimiento, hacia una zona donde estaba mucho más oscuro. En la sombra se encontraba un bulto al cual Yeniffer no pudo diferenciar, sintió que su sangre se helaba a medida que se iba acercando hacia la oscuridad. Trato de decir algo, pero no lograba producir ningún sonido, sus pies no cedían y todo su cuerpo estaba siendo atraído hacia la oscuridad.

Cuando en la más remota parte del bosque, apareció una leve luz, como de un coche, con poca energía, que le decía:

-Yeniffer, ben a mí. Estarás bien. Te lo prometo. – su voz se oía muy dulce y sincera.

Yeniffer trato de que sus pies y su cuerpo cambiaran de rumbo. Pero la oscuridad tenía una influencia tan fuerte que no le permitía. Ella en su mente suplico. A lo cual ese ser respondió:

-No te preocupes, pídeme en tu mente, yo te ayudare.- dijo como si ese le hubiese leído el pensamiento. Yeniffer le suplico que le ayudara fervientemente.

Cuando de repente la luz se incrementó, poco a poco y la oscuridad se iba opacando, notándose menos, hasta el grado de desaparecer. Frente a ella Yacía un Ser muy, pero muy lleno de luz con forma humanoide a lo que ella dedujo como Jesús, y se arrodilló.

-No te arrodilles ante mí. Por qué no lo merezco, arrodíllate ante Dios; creador del universo y todopoderoso. Yo solo soy un mensajero que te dice: Que no te preocupes y que sepas que Jesús estará siempre a tu lado, cuando estés en la peor circunstancia de tu vida. Nunca lo olvides y debes saber que él tiene un propósito en tu vida.

La luz, fue desapareciendo, poco a poco, cuando en donde debía haber oscuridad, estaba de día y con un paisaje muy, lindo.

Yeniffer se despertó, agarrando amorosamente su almuada, cuando oyó el despertador, y se levantó de su cama y se dirigió a la ventana, donde pudo ver a lo lejos unas montañas, con un tanto paisaje un poco oscuro; recordándole la escena que vivió en su mente. Aunque solo fuese solo un sueño, le pareció aterrador. Pero lo que más le sorprendió fue cuando esa leve luz se fue haciendo, cada vez que ella imploraba. Más fuerte, al grado de eliminar la oscuridad. Y lo que le había dicho el ángel:

“no te preocupes y que sepas que Jesús estará siempre a tu lado, cuando estés en la peor circunstancia de tu vida. Nunca lo olvides y debes saber que él tiene un propósito en tu vida.”

Ya había oído, historias acerca de lo hermoso había sido, los encuentros con él. Pero Yeniffer estaba segura que esto había sido, algo increíble para creer.

Decidió escribir todo, en su diario personal acerca de lo que soñó y luego, hizo algo que no había hecho en mucho tiempo: orar.

17. YENIFFER

Esa semana se a paso, mucho tiempo con Mack, platicando con Charles, trato de hacer más conversación con Charles. Pero este se mostraba muy distante hacia ella. No entendía lo que pasaba con este.

El sábado había ido, con Mack al centro comercial, donde le había propuesto si quería que fuese su novia, a lo que ella respondió con un gran sí. Mack, le había dicho que la felicitaba, pues había oído que estaba haciendo un gran trabajo en el equipo de Voleibol, ella solo se ponía un tanto ruborizada por tales halagos.

En fin había sido, una semana muy, acogedora, por lo cual Yeniffer se encontraba muy contenta y estaba satisfecha con su desempeño en la preparatoria y con su relación, aunque aún sentía algo que le inquietaba. Lo de su sueño del martes le preocupaba, pues tras haber orado. Una voz en su mente se había activado. Más o menos como alguien que le decía que estaba bien, y que estaba mal.

A lo cual, sentía que no tenía que estar con Mack, pero ella al momento de oír la voz que le decía: “no te conviene”

Ella trataba de apagar, esa voz. Pero cada vez que desobedecía, se sentía aun peor, algo mal estaba pasando en su mente, lo cual ella no tenía el control.

Todo ese mes de octubre había pasado, tratando de averiguar. Se había mostrado un tanto distante de las demás personas, hasta de Mack.

Eso le había dado tiempo, para reflexionar, y pensar. La única persona con la que no dejaba d4e platicar por Facebook era Charles, quien le hacía sentirse bien, y sentía que la comprendía. Habían platicado de todo, hasta habían hecho algunas bromas con diferentes políticos, cosa que le ponía de humor. En la escuela casi no se le acercaba, pero ella le había explicado la razón. Pues Mack se ponía un tanto histérico cundo Charles se le acercaba, para preguntarle un dato o confirmar una respuesta de Matemáticas, lo cual ella quiso, mejor evitarlo para evitar una pelea. Pues hubo una ocasión en que Charles y Mack se habían enfadado tanto que si ella no hubiese estado ahí, ellos se hubiesen peleado.

Frank y Tina habían comprendido, la razón distante de Yeniffer. Hasta su madre estaba extrañada por la actitud de ella.

El miércoles 7 de noviembre se haría una fiesta en la escuela. Yeniffer había pensado asistir, pero ya no se le daba muy bien tras un mes de no hablar mucho. Al fin y al cabo acepto la invitación de su novio, quien se había mostrado muy preocupado por ella. Y eso le gustó mucho de Mack, que a pesar de su situación la siguiera amando.

Llego el dichoso miércoles, donde pudo apreciar la componía de Mack y de sus amigos a excepción de Charles quien se había, situado en un lugar alejado de los demás, hasta que vio que una chica se le acerco y empezó a platicar con ella. Yeniffer quiso acercársele y agradecerle por todos los consejos que le había dado, y que también le habían funcionado. Pero mejor no se acercó. No entendía, como podía hablar con él por Facebook y no tenía el valor suficiente de ir hacia él y saludarlo.

Tras, pasar unas horas, en las cuales, había permanecido con Mack, tomo la decisión e ir a saludar a Charles, quien jugaba fútbol con una chica, que al parecer ya estaba en el último curso.

Yeniffer se acercó un tanto ansiosa y le dirigió una mirada, de tranquilidad a la chica que estaba jugando con Charles. La cual al parecer, pertenecía al equipo de Voleibol.

-¡Eh! ¡Charles! Hola. – grito a unos metros de distancia.

-¡Yeniffer!, ¿qué hay?, como ha ido. La celebración adentro del salón, donde creo que tienes que estar. Supongo. – Dijo flaqueando un poco.

-Hmm, ya me aburrí.- murmuro un tanto desganada.

-Ah. ¡Ya! – exclamo este, jugueteándose el pelo, un poco gracioso.

– Y… Ah, tu, oh. Perdona mi inconciencia, buenas ¿Karen? – dijo, dirigiéndose a la chica que en ese momento le paso el balón a Charles.

-Oh. Si, Karen, No hay problema. ¿Quieres hablar con él, solo? –Pregunto esta honestamente.

-Sí, no te importa, podrías quedarte, no es gran cosa lo que hablaremos. –Musito Yeniffer.

-¡Oh! No te preocupes, creo que iré a la cafetería. Ustedes hablen libremente. – respondió sonriendo.

-Ok, bueno, y de paso me compras una Coca-Cola –light. Te la pago después.- le pidió a Karen, imitando una sonrisa suplicante. Mientras ella asentía con la cabeza, mientras se dirigía hacia la cafetería.

-¿Karen? – dijo Yeniffer, sonriendo maliciosamente.

-¿Qué? Claro que no, no hagas eso. – dijo mientras trataba de reprimir una carcajada.

-Yo, no he dicho nada. – , murmuro en tono inocente.

-Claro, no has dicho, nada. – Repitió Charles burlonamente. –y ¿cómo te va?… ya sabes con Mack.

Ella le dedico una mirada, un poco apagada, lo cual resulto un tanto deprimente. Yeniffer amaba a Mack, pero ya no se sentía igual, que cuando iniciaban.

-Hmm, pues. No es algo por lo cual deba estar orgullosa, pero ejem. Las cosas están un poco agitadas, pero por ahora bien.- dijo sonriendo amargamente y luego de unos segundos, adoptando una nueva expresión. Una de curiosidad.

– Y tú, ¿qué has hecho, últimamente?- pregunto Yeniffer, entornando los ojos, llenos de curiosidad.

-Pues, igual que tú. Nada importante, pero si llamáramos que ya domino un poco la pelota, pues eso sería lo nuevo. – expreso, intentando de subir la mora. Cosa extraña que Charles no estuviera acostumbrado a hacer.

-Pues, he visto que subiste una fotografías, unos dibujos de paisajes y rostros. ¿Tú los dibujaste? – pregunto ella, frunciendo el entrecejo.

-Ah, eso. Pues… Hmm. sí. -Respondió, en un tono no tan creíble.

-Oh, por cierto. Jamás te he visto dibujar, aquí, en la preparatoria. -Replico ella, tratando de ver a que llegaba.

-¡Nunca, has visto mis cuadernos! –dijo.

-Bueno, y algún día, ¿me dejaras verlos?

-Tal vez. Pero no son exactamente, lo mismo que subí, en las redes sociales. En realidad los que tengo en el cuaderno son: dibujos de partículas químicas, dibujos de ejemplificación gramatical, ilustraciones matemáticas, mapas geográficos, y algunas cosas menos importantes, atrás del cuaderno.

-¡Tienes, que enseñármelo! Pues aún me quedan dudas.- dijo sonriendo.

-Ok. Oh, mira… Ya viene Karen y ¡qué bien! Trae mi Coca-Cola light, sabes es mi bebida favorita, en fin ya me tengo que ir. Fue bueno hablar físicamente contigo.

Charles, se aproximó dónde se encontraba Karen, tomo la bebida en una mano, y de su bolsillo saco una moneda, amarillenta y se la entregó a Karen, quien lo acompaño, hasta perderse, en la esquina de unas aulas. En dirección hasta la cancha de Baloncesto.

Yeniffer, le costaba poder entender a Charles, aunque en ciertos momentos se sentía un poco, atraída por este chico en ciertos aspectos. Pues le agradaba su compañía, la forma como este se expresaba cuando permanecía cerca de ella, en fin al principio de la amista, ella había pensado que sería un torpe, como los demás chicos. Pero había demostrado ser alguien, enfocado y predispuesto, algunas ocasiones le habían dado ganas de darles un puñetazo en la car, porque lo que no le parecía de Charles era: era un tanto orgullo, pero sobre todo, el decir acerca de su in confianza con Dios, cosa que por lo visto tras todos los sucesos que este había pasado, se imaginó Yeniffer, pues que habría descubierto que Dios si era real y que por lógica existía. Aun así en ciertos tiempos, Yeniffer se ponía a discutir con Charles. Él decía que como era posibles, ciertas cosas, como cuando este le dijo que ¿Cómo era posible que un hombre podía, resucitar, de entre los muertos? algo que para Yeniffer, era como estarle, diciendo:

Cómo es posible que para alguien que tiene suficiente dinero, se digiere a sí mismo “no comprare comida por un mes, sabiendo que pude morir, el u su familia.

Era bueno, pasar con Charle, pero su insensatez, de las cosas, la ponía con tal grado de querer acertarle una patada en su tórax. Una idea fuera de lo común, que tuvo que resistir en muchas ocasiones. Pero de lo contrario, era un chico excepcional.

En ciertos momento, mientras ella, se ponía a observarlo, notaba que, este mostraba un cambio de humor muy, rápido. Como estar guardando un secreto, a lo cual no estuviese dispuesto a contar a nadie.

El día paso, tranquilamente, sin ningún acontecimiento, que fuera inhabitual, salvo, por la ridícula escena que hizo Lissa para llamar la atención de Mack. Lo cual no dio mucho efecto. Al fin y al cabo, fue otro día más para Yeniffer, sintiéndose un poco interrogante, pensando, mucho.

La mayoría del tiempo, últimamente, ella había querido estar con Mack. Pero sentía algo que le decía, que no le era conveniente.

Esa noche tuvo, de nuevo pesadillas. En donde se encontraba en un abismo, ya no era una niña pequeña, sino más bien, tenía 15 años. Soñó, que sus padres se encontraba inmersos dentro del abismo y que ella trataba de ayudarlos, pero sus esfuerzos eran inútiles, lo cual fue muy triste para Yeniffer.

Ella les insistía que no iba a parar de intentos por ayudarlos a salir de ese tenebroso lugar.

El sueño concluyo que, ella se adentraba, en el abismo junto a sus padres. Pero estos no parecían sus padres, más bien parecían como si sus almas hubiesen sido absorbidas por algo muy oscuro, que Yeniffer no pudo descifrar. Algo en su interior le decía que necesitaba su ayuda, pero no captaba y…

Otra mañana en la que amanecía sobresaltada, Y con escalofríos que le invadían la columna dorsal, y la superficie del cuello. Trataba de controlarse pero, cada vez que pensaba en sus sueños le entraba un temor atroz. Ella se decía y oraba, pues desde su encuentro en el sueño con el ángel, había orado cada noche antes de acostarse. Pero el verdadero motivo por el que lo hacía era porque temía que soñase otra vez con sus pesadillas, lo cual sucedía a menudo.

Ese día tenía planeado, ir al centro comercial con sus padres, luego de la escuela, también había que entregar un proyecto de ciencias, lo que le había mantenida su mente ocupada de las pesadillas, en fin ya estaba terminado.

Se trataba de un sistema de jeringas, que su objetivo principal era: demostrar la presión en los líquidos. El experimento era una mano, que en la parte frontal, cerca de los nudillos se encontraba las jeringas pegadas en los cinco dedos, los cuales debajo de ellos estaban conectados un sistemas, no tan complejo, pero útil para el movimiento por medio de la presión del aire ejercida por medio de las jeringas conectadas a unos tubos lo cual permitía hacer movimientos en los dedos.

Yeniffer, les había incluido colores al agua, para que pareciese más llamativo, y a la mano les había pintado las uñas, cosa que por costumbre le encantaba, pero por lo general el experimento ya había sido probado por ella y por su traviesa hermana, quien le rompió un tubo que estaba mal conectado con la jeringa.

En la escuela, cada uno presento sus proyectos de ciencia, algunos fueron muy llamativos para Yeniffer, pero otros aburridos. El de Neil, fue un tanto asombroso según Yeniffer, pues se trataba de un circuito eléctrico, pero no uno cualquiera. Este circuito estaba compuesto por 8 focos Led, y 10 baterías de 1.5 voltios, las cuales estaban conectados en un sistema un tanto complejos, que estaban conectados a un interruptor, el cual era lo interesante del experimento, este estaba activado con un pequeño sensor ultrasónico que el mismo Neil había armado y cuando, una persona daba un aplauso a unos 3 metros de distancia este se encendía sin necesidad de tocar el interruptor.

Charles le hizo una pregunta hacia Neil, que por lo general, hablaba poco. Y le había sido difícil acceder a explicar, bueno a mostrar, porque no había dicho ni una palabra.

-¿Por qué le instalaste un interruptor, a tu circuito eléctrico? -dijo muy interesado.

-Ah, bueno… no estoy acostumbrado esto, pero te lo diré.- murmuro en un tono gélido. – el interruptor es para controlar la energía. –expreso satisfechamente.

-Ah, no lo entiendo. –murmuro Roberto, irónicamente.

-¡Sí, pusieras atención entenderías! – convino Frank, quien estaba anotando hasta el mínimo detalle. – pero lo que Neil dice: es que el interruptor es para que no se malgaste la erguía, pues cualquiera podría aplaudir cada momento y los focos se encenderían y apagaran y, esa es la razón del interruptor.

-Ya terminaste. – pregunto Roberto, burlándose.

-Ja, ja, que tonto. – le espeto Frank.

-Oye, quédate quieto, o ya te la veras. –murmuro Roberto, emitiendo una mirada de ira hacia Frank.

-Ya, déjense de tonterías, chicos. – dijo el profesor Jeff, un tanto molesto. – por favor, Neil. Continua.

Neil continuo, con su exposición, aunque, no dijo mucho, más que el funcionamiento de su experimento. Luego de que este hubo terminado, expuso Lissa, un experimento químico, cosa que sorprendió a Yeniffer. Viniendo ese experimento que viniese de otro chico o chica, le parecía normal, pero de Lissa. Eso sí que fue extraño.

Su turno, llego. Iba a explicar el funcionamiento de la mano, de presión la cual la llevaba en una bolsa del supermercado. Todos los chicos le habían dicho que les mostrase su experimento, pero ella no había accedido, y les había dicho que hasta que ella pasara, a exponer su invención, aunque ya había sido creada.

Su experimento deslumbro a la mayoría de los chicos, y algunas chicas a excepción de Lissa y Kate, quienes se mostraron un tanto obstinadas por causa de la atención que le prestaban. Y Jate dijo:

-¿Par que rayos, usaras esa ridícula, mano? – exclamo, tratando de recibir atención.

-señorita Garren, guarde silencio. –le espeto el profesor Jeff.

-Oh, ok. –murmuro molestamente.

Algunos chicos susurraron unas risas, a los cuales quienes miraron a Kate, los fulmino con la mirada. En fin Yeniffer termino de explicar su experimento e invito al profesor a que lo probara.

-Muy, bien ahora. Profesor ¿Qué le parece si la prueba? – dijo ella, emocionada.

-Muy, bien. Veremos cómo está la presión dentro de estos tubos plásticos. Recuerdo cuando trabajaba en un laboratorio, ya lo recuerdo, estábamos descubriendo la cura de un veneno de una extraña serpiente en el norte del río amazona, mis compañeros de trabajo, hicieron un prototipo de una mano, solo que esa, prácticamente de carne, con los residuos hasta cuando… El profesor no se dio cuenta que había entrado en otras de sus historias cuando aún no había llegado a la escuela. Eso era lo que más le encantaba a Yeniffer del profesor “sus experiencias”.

El profesor observo, el experimento detalladamente, a lo cual respondió:

-Muy, bien Yeniffer, lo único que te diría es que, el dedo pulgar está un poco desnivelado, el fluido que le has introducidos a los tubos gotea de la parte de ese tubo. Pero lo demás está estupendo.

-Todos estuvieron estupendos, esto me dice que en este salón, tenemos alumnos decididos. Frank, tu experimento fue alucinante, y tu Lissa, no me lo esperaba pero fue impresionante. – expreso un tanto asombrado. A lo cual esta mostro una sonrisa de orgullo.

-Ahora, quiero que todos estudien la página, 34 de su libro y quiero que me presenten para el viernes un análisis y una hipótesis de lo que piensan de lo que está en el libro, esto será en parejas, pero no se crean que ustedes las harán, al contrario “yo las hare”.

El timbre sonó, eso salvo a Yeniffer de la intención del profesor, ella no quería que la pusieran con Lissa o Kate, era lo que más temía, de seguro el profesor era capaz. Pero el timbre los salvo, por ese momento.

-Bueno, chicos, se salvaron por los pelos, pero, ahora que vamos a almorzar, hare las parejas. Y se los mandare con el profe Henry – el maestro se fue y le guiño el ojo a Yeniffer.

Algunos chicos se quejaron, pues se notaba en sus rostros que no querían formar grupos con quienes no les caían bien.

18. YENIFFER

Durante, el transcurso, de la velada con sus padres y hermana en el restaurante en el centro comercial, el cual era impresionante, cuando recién llegaron Mariana había quedado tan impresionada que hasta mantuvo abierta la boca por un tiempo hasta que su madre se la cerro dulcemente. Se extendían unos pasillos muy amplios, y dentro había una especie de sala donde se podía entrar en el famoso aro, donde se podía vislumbrar un panorama espectacular. Yeniffer tenía tiempo de no ir a este lugar, desde que era pequeña iba, pero tras el nacimiento de su hermana ya no había ido. En fin estaba de nuevo, ahí y eso le gustaba.

Se tomaron un par de fotos dentro del aro, y luego fue que pasaron al restaurante de pizza, que estaba situado dentro del centro comercial. Mariana no paraba de hablar que ese sitio era muy interesante, y espectacular al mismo tiempo que devoraba una rebanada de pizza.

“para ser una niña de 5 años, casi los 6, nada mal con tus expresiones hermanita” pensó Yeniffer.

-¿Y qué te parece cariño? –pregunto su madre, dirigiendo la mirada hacia Yeniffer.

-Ah, yo… Hmm. pues esta. Bien. Supongo. –Respondió entre cortado.

-Oh. Pensé que aun te gustaba este lugar. –dijo su madre con aire de tristeza.

-No. Claro que me gusta, es solo que estaba pensando, y además últimamente es… – no término la frase. Pues frente a la tienda cercana del restaurante estaba Charles, con una chica, a la cual Yeniffer no pudo reconocer, una chica alta, rubia y bonita. Quien iba vestida con una chaqueta verde y unos jeans celeste y unos zapatos deportivos “vaya Charles” pensó.

Charles, voltio a ver desde la tienda, pero en ese preciso momento, un hombre que pasaba por el pasillo tapo la vista. Yeniffer trato de mirar, pero Charles, ya no se miraba. En fin aparto eso de la mente, pero fue difícil debido a que aún no le pasaba que ese chico al que había conocido hacia un mes estuviera interactuando con una chica.

-Yeni. –Murmuro Mariana.

-Ah, ¿qué? –respondió Yeniffer.

-¿Que tienes? te veo un poco distraída, eso no es propio de ti. –expreso un tanto extrañada.

-¿Qué? Que no es… sabes que olvídalo. – convino está un poco irritada.

-¿Por qué el cambio de humor, hija? –pregunto su padre.

-Lo siento, Marina, es solo que no estoy de humor. En fin ¿Papá puedo comprar algo en la tienda de a la par? No te preocupes no te pediré nada. –contesto rápidamente.

-No. yo te iba a dar, si quieres, claro.

-No te preocupes, papá. Yo me encargo. Bueno ya regreso.

Salió del restaurante de pizza y entro a la tienda de ala par, donde ponían “¡vestidos, zapatos, todo lo que quieras está aquí!”

-una frase muy larga para un título. -pensó Yeniffer.

En fin. Ella entro a la tienda y pudo ver que en la esquina se encontraba Charles que cargaba con unas cajas de zapatos, mientras la otra chica se proba otros zapatos. Que chica, más… -no hallaba palabras para describir las características internas, era un poco extraña según Yeniffer.

Charles, se situó frente a un espejo y observo un sombrero que estaba en esa sala, y le dijo a la otra chica:

-Oye, Sofía, ¿qué piensas como me veo?

-Te, ves todo un Ranger, Charles. – le contesto Sofía.

-¿En serio? Pensé que me parecería a un vaquero. Sabes, desde pequeño he querido probarme un buen sombrero de vaquero, pero no importa.

Los tortolitos siguieron, bromeando y jugando con la ropa y artículos que probaban. A Yeniffer le pareció algo impropio de Charles, que se comportara de esa forma, con ella nunca se había mostrado tan mono. “A lo mejor la tal Sofía le gusta” – pensó.

Se acercó más, donde estos se encontraban, cuando un empleado, un hombre de como 34 años, un poco moreno, su medida como de un metro setena y cinco con una tez un tanto curtida, tenía los ojos con ojeras, consecuencia de no dormir mucho –pensó Yeniffer. Llevaba su uniforme de la tienda, en l aparte frontal de su pecho izquierdo en un pequeña plaquita se podía mirar su nombre, donde decía: “Kade”.

-¿Bas a comprar algo, niña? O solo observas a esos dos de allá de la esquina. –dijo en tono amargo.

-Ah, yo. Claro.- dijo un poco nerviosa. –creo que me llevar esto. – dijo, tomando un pequeño sombrero color rosa.

-Muy, bien. Nos vemos luego. – murmuro, retirándose hacia el otro pasillo de la tienda.

-Porque querré comprar un ridículo, sombrero.- se dijo en voz alta, al grado que Kade pudo oír.

-¿Qué? – murmuro Kade.

-Oh, nada, solo dije “¿por qué no querré un hermoso sombrero?” – expreso un poco sorprendida.

Aquel tipo, solo buscaba fastidiarla, aunque no estaba mal, que llamara un poco la atención de los tortolos. –pensó Yeniffer.

Luego de unos instantes, mientras espiaba a Charles y Sofía, se dio por vencida. Yeniffer no tenía el valor suficiente para acercarse y saludar. Mejor se dispuso a salir de la tienda, pero para disimular su salida compro un pequeño sombrero color rojo, el color favorito de Mariana. Le dio un poco de pena el tal Kade, a pesar que la había descubierto espiando a Charles y a Sofía, quienes por lo visto compraron muchas cosas de la tienda luego que Yeniffer volvió al restaurante.

-¿Que ha pasado, que es eso Yeniffer? –pregunto su padre, apuntando su dedo al sombrero rojo, que tenía unas plumas rojas, aparte de ser rojo, y un tanto anticuado.

-Ah, pues. Nada, pero te he comprado algo Mari. ¿Me perdonas por mi actitud de hace un rato? -pregunto emitiendo una pequeña sonrisa.

-Claro, te perdono. ¿En serio es para mí? Ese sombrero. – expreso sonrientemente.

-Claro. Pruébatelo. –le pidió Yeniffer.

Ella se lo probo, se le veía un poco raro, pero se veía que estaba feliz, lo cual le alegro a Yeniffer, pues no quería saber que había tenido que pagar $15 dólares solo por un sombrero anticuado, por lo menos le había gustado a su hermana. Consecuencia por haber seguido a Charles con su “amiga”.

-papá, ¿dónde está mamá? –Pregunto Yeniffer.

-tu, madre está pagando la cuenta, luego de aquí iremos a comparar unos libros, para ya sabes… tu hermana, el jardín de niños.

-Oh, ya veo. Bueno aprovechare a comprar un libro, y no te preocupes yo lo compare. – volvió a responder rápidamente.

-¡Oye! Te puedo prestar. -, murmuro su padre sonriendo inocentemente.

-Na, no te preocupes, he estado ahorrando.

Su madre volvió, con unos postres en las manos, los cuales los traía en una bandeja, se acercó con una gran sonrisa de oreja a oreja.

-Muy bien. Nadie se va de aquí sin acabarse el postre. Sonrió dulcemente su madre.

-¿Y si no podemos?- pregunto su padre emitiendo una sonrisa pícara.

-Pues ya nos la veremos contigo. –dijo la madre de Yeniffer; dirigiéndose hacia Max, sonriendo de la misma manera que él,.

Tardaron, casi una hora en terminarse el postre, el padre de Yeniffer no pudo más y le regalo sus restos de postres a Mariana quien con gusto los devoro sin ningún problema, Yeniffer tardo un poco menos que todos. Pero aun así termino, completamente saciada.

Entraron a la librería, donde se extendía por, 4 pasillos, los cuales estaban ordenados por el género de los libros. Había también un pasillo separado de los otros cuatro, donde ponían “libros académicos”. Los padres de Yeniffer y su hermana se dirigieron a ese lado de la librería.

-Cariño, iremos a este lado, tu si quieres escoge un libro que te guste. Estaremos aquí, si nos necesitas. –dijo su madre esbozando una dulce sonrisa.

Yeniffer, observo los géneros, donde habían muchos libros, de acción, comedia, trágicos, ciencia, romance y un sinfín de géneros, los cuales estaban divididos en los cuatro pasillo.

Se mostró interesada en un libro, de Romeo y Julieta, pero no de la típica historia de siempre. Si no más bien una historia totalmente diferente. También escudriño un libro de una historia de un chico que cuando es pequeño mata al padre de la chica, que de grande se hace su novia.

Paso un buen tiempo decidiéndose, por cual de esos elegir. Entonces cayó en la cuenta de que su madre le había dicho: “que si quería un libro, que lo tomara”.

-¿Con cuál de estos me quedo? – se dijo en voz baja. –Hmm, pues creo que ambos, aunque este del “chico asesino” me parece un poco exagerado.

Tomo la decisión de dejar el libro del “chico asesino” el cual su título original era: “pasado a en marcha” (rasgo que ella caracterizo, por la pequeña introducción de la parte trasera del libro, donde hablaba del chico que asesino al padre, y…)

Devolvió “pasado en marcha” al estante donde se encontraba, y se fue al área donde estaban los libros cristianos. Tomo un libro de Joyce Meyer, el cual Yeniffer categorizo prefecto para leer.

Sus padres, ya habían encontrado los libros académicos que necesitaban para Mariana y pasaron donde se encontraba la despachadora.

-Yeniffer, ¿elegiste algún libro? –pregunto su madre.

-Sí, he elegido dos, pero el otro yo lo pagare. –respondió serenamente. – uno de Joyce Meyer y el otro de Romeo y Julieta, pero no la típica historia. En fin, aquí están. –Yeniffer se acercó y se los mostro.

-Vaya, cariño, ¡ese libro me lo tendrás que prestar! – dijo su madre señalando con la barbilla el libro de Romeo y Julieta. Y dando a conocer una mirada de intriga.

-Ok, pero primero, lo primero. – murmuro Yeniffer.

Compraron los libros, luego se comieron un helado en una pequeña tienda de “la nevería”, una tienda que útilmente se había situado en el centro comercial, pues antes de esa tienda había un despacho de teléfonos, la cual, fue comprada. Yeniffer había visto muchas veces ese antiguo despacho de teléfonos, ahí donde había comprado su primer teléfono, era algo que le generaba un poco de nostalgia, sentía que algo no estaba bien, pero decidió apartarlo de sus pensamientos y enfocarse en su presente, con su familia.

Cuando, ya se iban a retirar del centro comercial, a la salida cerca del parqueo, a unos diez metros de distancia se encontraba, Charles. Quien guardaba unos vestidos, ropa y otras cosas de la tienda en la que Yeniffer los había visto a él y su amiga, Sonia, no. Era Soria, hasta que lo recordó era Sofía. Claro Sofía.- se dijo a sí misma, cuando de la parte trasera del carro de Charles, se oyó un ruido precipitado. Era una motocicleta que por poco había chocado con Charles, quien se salvó por un tubo que se ubicaba cerca de ese lugar, donde el motociclista choco.

-Charles del susto se había arrojado al otro lado de él parqueo. Los padres de Yeniffer al ver aquella escena se asustaron y fueron donde estaba Charles, quien estaba ileso de cualquier golpe, excepto por la caída que el mismo se había atinado.

-¿estás bien? – pregunto su padre. Mientras Yeniffer no se había dado a ver, por causa de Sofía quien había salido directamente donde estaba Charles, a ayudarle a levantarse y limpiarlo.

-Oh, claro. Completamente, ese tipo es un irresponsable. –murmuro este, frunciendo el entrecejo.

-Claro, gracias al cielo, sabes. Pensé que te había arrollado. Pero estas bien. Soy Max. –dijo sonriendo y ayudándole a recoger unos zapatos que se le habían caído a Charles cuando se lanzó, para salvar su vida.

-Ah, yo. Soy Charles, y gracias por ayudarme, en serio, gracias. –dijo este satisfactoriamente, mientras Sofía le limpiaba la camisa.

-Oh, entiendo. Ese tipo cuando te vio tirarte se asustó y acelero más, espero que no vaya a arrollar a una persona, a lo mejor anda ebrio. –opino el padre de Yeniffer.

-Bueno, gracias de nuevo. –la madre de Yeniffer se acercó a donde se encontraba su padre y le pregunto a Charles que si se encontraba bien, el cual respondió con un sí, muy positivo.

Yeniffer salió, de donde había estado mirando todo, se acercó dónde estaba Charles el cual al verla se sobresaltó, y se puso un poco nervioso.

-Esta es nuestra hija, Yeniffer.- dijo su madre.

-Yo la conozco, estudiamos juntos en las preparatorias Manos de Dios. –contesto algo atontado.

– Claro, estudiamos juntos. –convino un poco inquieta.

-Oh, es un gusto. – expreso la madre de Yeniffer.

-Hija, ¿conoces a este chico? –pregunto su padre.

-¡Claro! ¿Porque? – dijo Yeniffer desganada.

-Oh, es solo que… es un gusto Charles. –y le dirigió una mirada de aprobación.

-Bueno, será mejor, que les presente a una amiga, esta es Sofía.- dijo Charles haciendo un gesto hacia Sofía.

-Oh, perdón. Hola, como dijo Charles soy Sofía, es un gusto. – le lanzo una mirada amarga a Yeniffer, luego le susurro algo al oído de Charles un tanto impaciente.

-pues, Yeniffer. Nos vemos mañana, señor y señora Wells, ¡ha sido un gusto conocerlos! Feliz noche, y gracias por su determinado cuidado. –sonrió tímidamente y luego se retiró con Sofía, hacia el auto que por lo visto él lo conduciría.

19. YENIFFER

Yeniffer estaba tana agotada, de esa agitada noche y la reacción de Sofía, quien se mostró muy sombría, y sobreprotectora frente a Charles, aunque ella también se había mostrado un poco desganada durante el encuentro inesperado que sucedió esa noche en el centro comercial, por poco habrían arrollado a Charles. En ciertos momentos Yeniffer hubiese preferido eso, pero en ese momento no estaba de humor para bromas.

Al llegar a la casa, no dijo ninguna palabra, y se fue directo a su cuarto y sin más, se durmió. Soñó que se encontraba en la cumbre de un monte al cual no pudo reconocer, a unos sesenta metros distancia se podía vislumbrar a una persona, la cual estaba agachada tratando de beber agua de un pequeño río que pasaba por la montaña. La corriente era tan fuerte que “la persona” no podía agarrar bien el agua y cada vez que obtenía el agua se le evaporaba en las manos. Yeniffer se aproximó a donde este se encontraba y le grito:

-¡Hola!, donde estamos. –Pregunto. Está, muy agitada.

-Ah, yo. Bueno niña estas en mis dominios, deberías irte. –dijo e intento seguir tratando de sacar el agua del río.

-Y ¿quién es usted, exactamente? Y ¿por qué no pude sacar el agua de ese río? – contesto, dudando al final de su pregunta.

-Veras, niña ignorante. Este río fue diseñado para que nadie pudiera sacar agua, y…

El ambiente se sintió gélido y oscuro, otra vez Yeniffer se encontraba en el abismo donde sus padres se encontraban inconscientes.

Recordó la primera vez, que había estado en ese lugar. Fue en el primer sueño, se sentía muy real, para ser un sueño. Ella se dijo a si misma que ya estaba harta de tantas veces de que en sus sueños apareciera en ese lugar. Ya no soporto más y grito.

-Ya, estoy cansada de este estúpido lugar, ya no quiero estar aquí. – grito al vacío.

-Deberías reconocer, que estas en el camino equivocado. –dijo una voz apacigua que salía de la parte más remota, una esquinita de luz que se abría a unos metros de altura, de donde se encontraba Yeniffer parada.

-¿Quién eres? – pregunto, muy agitada.

-¡Tu, misma provocas esto! Yeniffer tu bien sabes que esto, lo puedes cambiar, pero la pregunta es: ¿porque no quieres cambiar de dirección? –exhorto la voz.

-Ah, ¿cambiar de dirección? No entiendo a qué se refiere. –exclamo Yeniffer.

-Lo que soy, es tu misma conciencia, que quiere que te vaya bien. Te has estado aparatando de los demás internamente, y es eso lo que está dañando. Deberías pensarlo. La razón por la que en tus sueños apareces en este abismo es: ¡Yeniffer! Oyó la voz de su hermana quien le tocaba el hombro despertándola un poco preocupada.

-Hmm, ¿qué pasa? –pregunto, algo soñolienta.

– ¡No, fuiste a la escuela! Te tratamos de despertar, pero no querías, actúas algo rara, mamá llamo a la escuela y le dijo que estabas enferma.

-¿Qué? ¿Qué horas son? – murmuro un poco desequilibrada al momento de ponerse de pie.

-Pues, son las 2: PM. ¿Te lo puedes creer?, te la pasaste en la cama más de diez horas, ¡Uaou! – dijo y luego le dedico una mirada de tranquilidad.

-¿Qué? Hoy tenía que organizar el grupo con el que tengo que trabajar. Malditas pesadillas. No se percató de que Mariana había oído la palabrota, y por lo visto estaba procesándola.

-¿Maldita? – murmuro confundida.

-¡No! No digas eso. No es bueno, perdona por haberlo dicho. Pero no lo repitas. –ordeno precipitadamente.

-Ok. Bueno, iré donde mamá y le diré que ya despertaste. –salió dando pequeño saltitos, y se retiró de la habitación.

Su madre le dijo que no había querido levantarse, y que luego estaba ardiendo, que estaba con una gran calentura de 39° grados, lo cual la preocupo al principio, pero luego de unos minutos conto su madre. Que de la nada en menos de 5 minutos había bajado a una velocidad inhumana la temperatura corporal, menciono que se había puesto completamente helada.

Yeniffer, estaba aterrada, se dio cuenta que el sueño que había tenido le había afectado a su cuerpo, aparte de su mente. Su madre le había preguntado, que si se encontraba bien a lo cual esta respondido que sí. Aun recordaba lo que le había dicho su propia conciencia que le decía: “Te has estado aparatando de los demás internamente” en parte tenía razón, ella estaba siendo irracional prestando atención a su “conciencia” cosa que para Yeniffer luego de un momento de analizarlo, lo vio un poco loco por su parte.

Esa tarde se la paso, hablando con Tina y Frank, los cuales el maestro Jeff los había puesto en pareja; Tina con Yeniffer y Frank con Charles. Hablaron de la falta que hubo sin la presencia de Yeniffer, y que a Mack, por lo que le dijeron sus amigos no se había mostrado inquieta ni preocupado ante la ausencia de Yeniffer, a lo cual ella se sintió triste, Mack no le había parecido un canalla por el momento, pero ya despertaban dudas dentro de ella.

20. CHARLES

Todo ese tiempo que había pasado en la preparatoria, le había hecho cambiar de opinión a Texas, cuando llego, no quería estar ahí y deseaba con ansias desaparecer de ese lugar. Pero ese sitio le había hecho pensar diferente, ya no se sentía solo y desanimado sino más bien acogido.

En tanto dos años no había podido conseguir un buen amigo, sino que un grupo delincuente, que solo le atraería problemas, y un tipo que hace poco había visto que había sido asesinado. En fin ya no le importaba lo de la pandilla, ya no quería regresar a ella, si es que aún seguía en el barrio, no lo sabía. Tras el tiroteo en “la casa del barrio” Charles no había prestado atención a los sucesos subyacentes que podrían pasar, no sabía si el grupo se había deshecho o si habían reclutado a otros chicos que no quisieran estar en la escuela o con sus familias, no estaba seguro.

Claro, él casi no hablaba mucho a profundidad con su madre, sorprendentemente Sofía era la que se había empeñado en descubrir sus emociones y sentimientos a lo largo de ese mes que había transcurrido, aun no sacaba de la mente como se había hecho amiga de ella. Pero lo tenía presente, algo muy raro pero ahí estaba, en su mente.

Pensaba en lo que había sucedido el día anterior, en el centro comercial, como el motociclista había intentado arremeter contra él, no intencional pero a lo mejor estaba ebrio. –se dijo. El padre de Yeniffer lo había dicho también, el tipo de la motocicleta se había asustado cundo Charles, se lanzó al otro lado del parqueo, cosa que él considero luego de eso algo estúpido, pues el tipo ni siquiera no había tocado.

La ausencia de Yeniffer ese día le provoco un poco de tristeza, le encantaba la presencia de Yeniffer, con solo mirarla su mente divaga por horizonte lejanos jamás conocidos.

Ese día Sofía lo había obligado a que se pusiera unos Shorts deportivos para un partido que tuvieron en una cancha cerca de la propiedad de su abuela. Él se había negado al principio pero no quería decepcionar a aquella chica, que tanto se había esforzado por ganarse su confianza, aunque no lo había logrado del todo.

Charles prefería a Yeniffer, sabía que Sofía era muy bonita, con sentido de humor y muy positiva, pero había algo en Yeniffer que le llamaba la atención, algo que no podía expresarlo con palabras, algo muy profundo. Los primeros días se había quedado sorprendidísimo, pero creyó que no le daría importancia, pero no fue así. Últimamente había estado soñando muy a menudo con ella, cosa que le preocupo pues jamás le pasaba eso. Todo un día muy duro, Sofía lo había puesto a realizar unos ejercicios muy cansados, a los cuales él había estado a punto de desmayarse, al grado de permanecer descansando por cinco minutos, lo que le pareció suficiente.

Tardo unos quince minutos en recobrar el aliento, y luego se dirigió hacia Sofía. Quien estaba haciendo abdominales con tal precisión que parecía una máquina echa para eso.

-¡Oye!, ¿No crees que ya es suficiente? –dijo en un tono algo cansado.

-¿Qué? –ella dejo de hacer las abdominales. –No, esto solo fue el calentamiento, ¡jugaremos! a ver que tanto has aprendido este mes. –expreso sonriendo con sudor en la frente.

-Vale. –sonrió Charles amargamente. –Sera divertido. –murmuro en tono sombrío.

-Bueno, ya lo veremos, por ahora descansa pues, será dentro de cinco minutos, Frank será el árbitro. –Frank. ¿Estás listo? – grito Sofía dirigiendo la mirada a Frank.

Quien estaba plácidamente en una esquina de la cancha donde leía un manual de fútbol, además tenía en sus manos un pequeño silbato color gris, como si Sofía hubiese planeado que él sería el árbitro. Charles lo había invitado, pues en ciertos momentos le daba algo de miedo permanecer solo con Sofía, ya sabía que era rara, pero no quería estar solo si pasaba algo, y también quería hablarle de Yeniffer.

-Claro, cuando me digas estaré listo para arbitrar. Aunque no se mucho del fútbol, pero según el manual que me has prestado he entendido algunas cosas interesantes, sabes se me da mejor el baloncesto.

-Ok. Yo te aviso. –dijo Sofía, volviendo a realizar sus abdominales frenéticamente.

El partido dio inicio, en la parte derecha de la cancha, se ubicaba Sofía y en la parte izquierda se había ubicado Charles, quien no se mostraba tan entusiasta con la idea de esa chica. La cancha media veinte metro, sería un partido cansado pero lleno de expectativas en relación al fútbol, cosa que emocionaba a Sofía.

En primera instancia Sofía marco 3 goles sin ninguna dificultad, dejando a Charles muy por debajo de lo que había querido hacer, el aún no había anotado, pero deseaba hacer uno por lo menos. Últimamente se la había pasado en la cancha de la escuela, practicando y además había acudido a Joshua; un chico de segundo curso de preparatoria que se le daba el fútbol. No podía rendirse ante Sofía, anqué solo fuese un juego, algo que tenía Charles era que no le gustaba perder. Era una característica poco de fiar pues él tenía en claro que nunca se podía ganar.

Despertó de sus pensamientos y se concentró en el partido, Frank había aprendido de maravilla, para decir verdad ese chico era un genio, se había aprendido las reglas en poco tiempo y observaba minuciosamente, algún error o falta realizada. Hubo dos ocasiones en las que le pito un penal a Charles, pues este le había pisado el talón de Sofía, y la otra vez fue que la voto.

Charles logro anotar dos goles, y eso le animo a continuar, después de los penales a favor de Sofía estaba decidido a no hacerlo más, realizo un movimiento con los pies tan rápido que confundió a Sofía, al grado de estar a punto de caerse de frente. Charles dejo la pelota rápidamente y al intentarla ayudar ambos se cayeron, él quedo encima de ella, quien se encontraba frente a él cara a cara.

Él nunca se hubiese imaginado, que esa chica fuese capaz de hacer lo que hizo. Sofía mostro una sonrisa pícara aunque también al principio se mostró incomoda, pero fue tan rápido que Charles quedo atónito, al grado de quedarse quieto por un minuto sin hacer nada. Sofía se había acercado a su rostro. Al principio creyó que no sería capaz de lo que estaba pensando, pero efectivamente, ella se le acerco, su aliento olía a menta, le dirigió una sonrisa y PUM. Lo beso. Charles sintió algo extraño en su estómago, pero no eran nauseas, sino más bien sintió miedo. Lo sé, parece raro, pero el chico no sabía que eso sucedería, no estaba empeñado en Sofía, jamás había querido hacer nada fuera de lo normal con ella. Pero ese beso, fue algo tan inesperado que luego que ella hubo terminado y se hubieron puesto de pie. Esta le mostro una sonrisa y le dijo que el partido había terminado.

Frank, estaba frente a ellos cuando sucedió esto, tenía la boca abierta, Sofía al ver eso le dijo:

-Nunca has visto a dos chicos besándose. –pregunto irónicamente.

-Claro, que sí. –dijo firmemente. –pero es solo que ¿Charles? Me parece algo extraño, no lo crees Charles. –respondió preguntándole a Charles.

-Ah, pues. Hmm. No, lo sé. – dijo este confundido, y desorientado.

Se la pasó pensando en el beso toda la noche, no entendía porque Sofía había hecho eso, pero Sofía tras haberlo besado se mostraba diferente, se mostraba más relajada y más tranquila. Charles ya se había dado cuenta de que algún par de días atrás le había hecho unas miradas extrañas, pero no las había interpretado mal, solo las dedujo como un comportamiento un poco anticuado.

Se sintió mal, en lo más profundo de su ser, emanaba un sentimiento de culpabilidad, el cual le decía que lo que había pasado en la cancha no fue correcto. Pero de otra parte de él algo le decía: “bien, estuvo bien Charles, ella es mejor que la patética de tu amiga Y”

No sabía exactamente, a cuál de las dos opciones complacer, Sofía era su amiga pero nunca había sentido nada por ella, la opción dos le decía que tenía que darle una oportunidad. Pero no estaba seguro.

El día anterior, cuando Yeniffer estaba en el auto, sin percatarse de él, al momento de que su padre y su madre le hubieron hablado, ella se había mostrado distante como siempre, pero al menos eso lo comprendía, ella le había dicho que había tenido unas pesadillas semanas atrás. Pero no le había dado detalles, solo eso, una parte de él quería aprovechar la oportunidad que se había abierto con Sofía, pues además está ya tenía novio, el patético de Mack, quien no le caía nada bien y lo peor, se ponía como perro rabioso cuando se le acercaba a Yeniffer.

Y también hubo un momento en el que Charles se le acerco a está, donde Mack, se le paro frente a él diciéndole que se alejara, pues este según Yeniffer no quería problemas. Estuvieron a milésimas de pelearse, gracias a la intervención de ella no paso, pero Charles deseo rebanarle la cara puñetazos, era un tipo molesto y que se la creía el mejor, según el pensamiento de Charles.

El viernes, era la entrega del análisis e hipótesis de la página 34 del libro de estudio, Frank había hecho una gran parte en el informe, Charles le había ayudado con la hipótesis y algunas sugerencias pero de lo contrario no había de que preocuparse. Ya habían terminado, solo faltaba presentarlo al profesor.

Durante la entrega de la tarea, Charles se la había estado pensando, el momento en que Sofía lo beso, él se había sentido aturdido y atontado, además un poco confundido, jamás habría pensado que ella hubiese tenido el valor de hacer tal acción. Charles no había tenido la oportunidad de hablar con ella, pues se sentía muy confundido y no tenía ganas de estar más con ella por un rato. Frank lo despertó a la realidad. Quien lo miraba frunciendo el entrecejo.

-¿Lo traes tío? – pregunto este un poco inquieto.

-Ah, claro que sí. Es solo…

-No me digas que lo perdiste o lo olvidaste. –Respondió Frank, muy inquieto.

-Ah, el trabajo. Ya te dije que lo traigo, espera.- Charles hurgo en su mochila y saco un portafolio color verde con dibujos de partículas atómicas las cuales estaban decoradas de forma muy interesante. Se lo entrego a Frank, quien al momento de verlo su humor cambio y dibujo una sonrisa de tranquilidad.

-Vaya, colega. Pensé que no lo traerías, pues ayer te vi un poco desubicado. Que cosa lo que hizo tú… ¿amiga? –Frank emitió una pequeña sonrisa desconcertante. A la que Charles lo fulmino con la mirada.

-¿qué te pasa, amigo? ¡Yo no tenía la intención, y bien sabes que ella fue la que inicio! –Miro hacia el frente tratando de omitir ese tema de conversación.

-y tú lo terminaste. –lo miro tímidamente. – Pero ya está bien. No hablaremos de esto.

-Muy bien, quiero que nadie sepa esto. –le murmuro a Frank, un poco inquieto. Mientras que detrás de él Tina se estaba acercando en dirección de Charles.

-Hola, chicos. ¿Qué hay? Los veo un poco inquieto, ¿hicieron el análisis e hipótesis? ¡Ah!, vaya creo que sí lo han hecho. –Apunto con su dedo al portafolio ¿puedo observarlo un momento? –Pregunto, esbozando una sonrisa tímida.

-¡Vaya! Amiga. –Dijo Frank. -Muchas preguntas, pero yo estoy, bien, ejem pues Charles no lo sé, pregúntaselo tú. Y claro puedes ver el portafolio.

-Oh, creo que soy un tanto entrometida, lo siento chicos. –exclamo tristemente.

-¡Tranquila Tina! –Expreso Charles en tono reconfortante. – No eres entrometida, eres nuestra amiga, es solo que pues he tenido por ahí unos problemas, nada de qué preocuparse, contestando a tú pregunta estoy bien. ¿Y tú? –Pregunto algo entusiasmado.

-Yo estoy bien, pero lo que me preocupe es que Yeniffer no venga de nuevo. Pues ella tenía que hacer el análisis y yo la hipótesis. Espero que lo haya hecho. –dijo suspirando.

-No te preocupes Tina, yo sé que ella lo hizo. Confía en mí. Yeniffer es una chica responsable y dedicada. –convino Frank.

-Todo este tiempo que he estado en esta preparatorio me he dado cuenta que Yeniffer es una de las chicas más aplicadas y más lista que he conocido.- Reconoció Charles muy seguro de sus palabras.

-Lo dices muy segur, Charles. –Murmuro Tina.

-Porqué lo estoy. –atribuyo a sus halagos hacia Yeniffer.

-Ok, señor Shekspire. – dijo Frank, burlonamente.

-¡Hey, cuidado con lo que dices Frank! –Dijo en tono de advertencia, pero luego se relajó. – Pero me encanta aun así Shekspire.

-Oye, perdona. Pero no me lo habías dicho. ¿Que, puedes cantar también? –Pregunto tímidamente, pero a la vez sonriendo.

-Pues, te provocaría un problema auditivo si me oyeses cantar. – Respondió emitiendo una pequeña sonrisa.

Charles y Frank entregaron su trabajo al profesor Jeff, quien les dio halagos por la decoración que tenía el portafolio, enfocándose en las partículas subatómicas. La entrega fue efectiva y favorable, el profesor reviso el análisis y se los entregó a los chicos. Lamentablemente Yeniffer aún no había llegado, Charles pudo vislumbrar la decepción en los ojos de Tina, quien estaba tratando de explicarle al profesor la razón y también dándole la parte que a ella le había correspondido.

Cuando de la nada, el aula se abrió por Yeniffer, quien se le miraba un aspecto terrible, como si hubiese salido de una casa embrujada y sin que haya dormido por días. Ella saludo y le dio unas disculpas al profesor y también le dirigió una pequeña sonrisa de disculpa a Tina, quien al momento de verla salió hacia ella dándole un fuerte abrazo.

Yeniffer saco de su mochila un folder color verde, decorado con sistemas planetarios y elementos químicos, alargo la mano y se lo dio a Tina, quien se mostró más tranquila al momento, luego Charles vio que estaba uniendo las partes del trabajo.

Charles se acercó dónde estaba Yeniffer, cerca de un pupitre que estaba desocupado, y le pregunto:

-oye. ¿Estás bien?

-¿ves que estoy bien? –dijo un poco gruñona.

-Lo siento si te ofendí, perdona, pero veo que no te encuentras bien, y sabes es extraño que él no… – Apunto a Mack con su barbilla quien estaba platicando con Robert. –No te ha saludado. Ni siquiera te ha dirigido la mirada. –Expreso un poco incómodo. Por miedo a que esta le respondiera violentamente.

-Ah, él. Pues. No lo sé. Ya hablare con él. Pero ¿porque sacaste al tema eso? –pregunto inclinando sus cejas en una manera muy atractiva que a Charles le gustaba.

-Ah, pues eso es que pensé que sería importante. Ya sabes tú novio y… -Se dio unos golpecitos en la frente al momento de haber pronunciado la palabra “novio”.

-Eso, no te debería importar, pero es algo que llevo de la mano. ¡Sabes! Últimamente me he estado sintiendo fatal, lo del miércoles. No estaba bien. Perdóname. –suspiro.

-Claro, y cambiando de tema, ¿porque no viniste ayer? ¡No fue lo mismo sin ti! El profesor Henry me obligo a memorizar 20 versículos de los “proverbios” al final lo logre, pero fue algo difícil. – la miro a los ojos y pudo ver lo lindos que eran, ya se los había visto, pero nunca los había visto tan de cerca, eran tan hermosos, llenos de un color café tan reconfortante y con un brillo encantador. Yeniffer lo despertó de sus pensamientos fugases.

-Charles, estamos aquí en la tierra. ¿Puedes oírme? –pregunto, pasando la mano frente a los ojos de él.

Oh, ¿qué? Disculpa, es que me perdí en mis pensamientos. A veces pasas, ¿no lo crees? –pregunto arrugando la frente.

-Hmm, quizás. Pero te estuviste casi por cinco minutos, ¿no crees? que deberías reducir ese tiempo de pensar filosóficamente. Porque parecías un filósofo con la expresión que habías puestos. –forzó una pequeña sonrisa.

-¡Ja! Lo siento. – dijo un poco nervioso.

-Ok, será mejor que, pongamos atención a las indicaciones del profesor, que supongo que dará.

-sí. Bueno, fue genial hablar aunque no fue lo que pensé.

-¡Oye! –el rostro de Yeniffer cambio y dio a conocer una sonrisa traviesa. – ¿quién era esa chica que te acompañaba el miércoles en el centro comercial?

-Ah. Pues, veras. Simplemente una amiga. –murmuro nerviosamente.

-¿Solo una amiga? Claro, te creo. –dijo riendo. De una manera que a Charles le encantaba.

-Como dijiste, tenemos que poner atención. Nos vemos en el almuerzo, si es que Mack no se muestra como perro rabioso.

-Ok. –dijo Yeniffer.

Se ubicó de nuevo en su lugar, a la par de Frank, quien no dejaba de tratar de reírse y cambiar la reacción constantemente por extraños motivos.

-¿Qué pasa, colega? Te veo algo raro. ¿No estarás pensando en lo de ayer y asimilándolo con mi conversación con Yeniffer?

-¡a eso será no! Solo pensaba en unas cosas, nada de que tenga que ver contigo. –respondió rápidamente, un poco inseguro.

-Como sea, mira el profesor. Creo que dará indicaciones. Y…

No pudo completar su siguiente frase, pues el profesor Jeff empezó a hablar y a felicitar. Por su puesto su frase inicial “Dios permite los descubrimientos” y “todos es debido a él” refiriéndose a Dios, Charles no se sacaba de la cabeza porque Dios sería importante para todo, aun en las cosas menos importantes. Ya había tenido discusiones con Yeniffer acerca de ese tema, donde disfrutaba de su enfado cuando el no cooperaba para darle sentido a una idea de ella. Aunque Charles había leído los cuatro libros evangelisteros, sin embargo tenia múltiples dudas, pero no se había atrevido de ir donde el profesor Henry y preguntarle. El maestro había dicho en el museo “puedes apoyarte de Yeniffer, ella sabe mucho de eso”

El profesor termino su discurso alegador, a Charles le agradaba, si uno terminaba sus tareas y actividades el maestro se mostraba positivo y además si tenían algún problema en la asignatura, podían ir y declarar sus dudas; él se mostraba siempre optimista y dispuesto a contestar sus dudas.

A las 12 del mediodía ya estaban todos fuera de los salones de clases, Charles estaba tratando de hacer diferentes maniobras con la pelota de baloncesto, no se le daba bien pero Frank le había enseñado un par de cosas junto con algunas tácticas en momentos difíciles. Se encontraba jugando con Neil, quien le dedicaba miradas de aprobación en un movimiento bueno y un gesto de rechazo con los errores, típico ese chico casi no hablaba.

A lo lejos cerca de las gradas donde estaba ubicado el laboratorio de química, se encontraba Yeniffer. Quien estaba hablando con Mack, a Charles no le importó, pero luego se fijó que la actitud de ambos se volvió más fuerte. Se acercó poco a poco disimulando, pero la situación se estaba volviendo tensa. Mack le sostenía las manos. Ella le pedía que no se acercara a Kate. A lo que él, le decía que no era una mala compañía, y que tenía que perdonarla y seguir su vida. Mack tenía Razón, Yeniffer tenía que seguir adelante su vida, pero según lo que le había contado, ella detestaba a Kate y Lissa, aunque Lissa no tanto sino más bien ahora le daba lastima.

La situación se convirtió más tensa Mack le soltó las manos y se dio media vuelta tratando de evadir los ruegos de Yeniffer, quien tenía lágrimas en las mejías. Eso le provoco un sentimiento de ira y pena por ella. Charles se preguntaba en su mente “como este no la valora” “este es un completo idiota” “porque se niega a estar con Yeniffer” “ellas e ha portado tan dulce con él y así le paga”

Yeniffer se encontraba a dos metros de distancia de Mack, quien estaba con el entrecejo fruncido y con las manos agitándolas en señal de estar pensando muy deprisa. Charles se acercó un poco más, disimulando sin que ninguno de los dos se diera cuenta de su presencia, pero si pasaba algo en lo que Yeniffer necesitara ayuda; él estaba dispuesto a ayudarla.

Mack termino de por lo visto, tomar una decisión, miro al suelo sin mirar a Yeniffer a los ojos y le dijo:

-Lo siento Yeni, has sido genial en todo, pero creo que lo nuestro ya no funciona. –dijo un poco entre cortado.

-Estas diciendo, que ¿terminas conmigo? –pregunto ella sollozando.

-Si. Lo siento mucho. –murmuro algo indeciso.

Yeniffer, se dejó caer al suelo y empezó a llorar con más fuerza, llevando sus manos a su rostro para cubrirlo.

Charles no se resistió el deseo de salir y decirle a Mack lo cretino que era. Salió de donde estaba escondido. Y se puso a unos metros de distancia de Yeniffer quien aún no lo había visto. Cuando Mack lo vio, en su rostro pudo ver una mirada de odio puro y un anhelo de quererlo golpear, pero él se resistió el deseo de ir y golpearlo en la cara y además estaba claro que Mack era más fuerte y más alto, una desventaja contra Charles.

-¡Oye! Mack. ¿Enserio? A si dejaras las cosas entre ustedes dos. –pregunto forzando una mirada asesina.

-¿Tu que sabes de relaciones?, chico raro. –grito, en un tono agresivo.

-Pues quizás no sepa mucho de relaciones, pero esta no es la forma.

-Tu eres algo entrometido, desde que te amigaste con Yeniffer, se ha cambiado mucho. Por tu culpa, ya no es la misma de antes.

-Lo que echo es aclarar las cosas, tú no eres más que un cretino, don nadie que merezca la confianza de ella. –dijo apretando los dientes resistiéndose a golpearlo. Mientras apuntaba con su barbilla a Yeniffer, quien no había hecho ningún movimiento a pesar de estar oyendo todo.

-Ja, Ja, Ja. ¿Tú? Ganándote la confianza de ella. –dijo en tono burlón.

-Ya basta chicos, estecen quietos, ya no soporto esto, Charles perdón pero esto no te incumbe, y tú. –dijo dando a conocer una mirada de ira absoluta contra Mack. –Eres un cretino, Frank me mostro una imagen donde te estabas besando con Kate, yo quería preguntarte pero no me dabas la oportunidad. Desde que hicimos la visita al museo te has estado comportando algo extraño y alejado de mí.

Yeniffer hizo algo que Charles no se hubiere imaginado. Corrió donde Mack y le empezó golpear en el brazo y el pecho, pero a Mack no parecían dolerles los golpes, cuando hizo algo que exploto los límites de Charles.

Él nunca se había interesado por aprender artes marciales o métodos de defensa, cosa que su madre le insistía a menudo cuando estaba en Nueva York, ya había recibido palizas por partes de algunos chicos que se lo encontraba, pero no como cuando entro en la pandilla de Latí. Su madre le había preguntado qué le había pasado a lo que él le respondió: “me he caído” “tropecé con la skate” pero el muy bien sabía que ella no se lo creía, razón por la que le había recomendado las clases de defensa personal. Pues solo accedió durante dos meses, a lo que luego ya no le importó por diferentes motivos, que no le quiso expresarle as u madre. Ella bien sabía que andaba en malos pasos, un día le encontró un arma bajo su almuada, por lo que recibió una regañada estrictamente fuerte.

Durante su estancia en la pandilla le había servido contra, algunos chicos tontos que trataban de robarle su dinero y tenderle bromas muy malas. Pero ahora más que nunca deseaba recordar un poco de aquellas clases impartidas por un profesor al cual no recordaba bien su nombre, Chomkyou que tenía un centro de artes marciales al norte de Duclik, su madre le había obligado a ir. Le había dicho que le sería útil, pero luego de un tiempo lo saco por múltiples razones.

Charles vio a Yeniffer desplomarse en el suelo. Mientras que Mack no se arrepentía por lo que había hecho, sino más bien se cruzó de brazos y rio entre dientes. Esto le genero más enojo y odio hacia este chico.

-Eres un completo, “IDIOTA” –La palabra resonó a tal grado que Mack capto su atención.

-¿Que harás? Tratar de golpearme.-Le espeto este. En un tono de provocación.

-pagaras por esto, imbécil. –Charles estaba que ardía, jamás se había sentido tan enfadado en su vida, pero estaba claro que quería acabar con la patética cara de Mack.

-inténtalo. –le grito Mack. Confiadamente.

-Charles, no vale la pena, ya no es el mismo. –le murmuro Yeniffer. Quien aún se encontraba en el suelo.

-Ah, claro no vale la pena, pero le hare sufrir lo que tu pasaste. –Murmuro entre dientes.

Charles se abalanzo sobre Mack a tal grado que le dejo ir un golpe, con tal brutalidad que le Mack no tuvo tiempo de reaccionar quien además cayo en el suelo.

-¡Pagaras Dodt! –dijo mientras se levantaba toqueteándose los labios, que habían sido rotos por el impacto en el rostro.

Mack se acercó ante Charles y lanzo un golpe, aún más sagaz, por suerte Charles logro esquivarlo agachándose y golpeando la parte del tórax de Mack, quien retrocedió ante tal golpe. A lo que reaccionó con una risa siniestra.

-Ja, me han golpeado peor, pero aún no has probado uno de mis puñetazos. –este se desplazó tan rápido que Charles no lo puedo ver bien y le golpeó en el estómago al grado de sacarle el aire a Charles. Quien cayó en el suelo, mientras Mack se le ponía en sima para sestarle un nuevo golpe, pero esta vez en el rostro.

Gracias a sus múltiples palizas en la calle, este reacciono rápido antes de que Mack le golpeara, utilizo una técnica que el maestro Chomkyou le había enseñado, que consistía en rodear con sus brazos la parte del cuello y usar todas las fuerzas en darle la vuelta al enemigo y asestarle un golpe. Efectivamente dio resultado pero no pudo darle el golpe pues, no se había dado cuenta que la mayoría de chicos habían acudido a Yeniffer quien los había llamado en auxilio. Cosa que Charles categorizo ridículo durante la pelea.

El entrenador Mike le sostenía el brazo, con tal fuerza que no pudo golpear a Mack, quien se levantó rápido para golpearlo. Pero la voz del entrenador fue tan potente y con llena de enfado que Mack paro. Cuando Frank y otro chico lo retuvieron, para que no siguieran con la pelea.

-¡QUE HACES AQUÍ! –exclamo, manteniendo a Charles fuera del alcance de Mack. Este se dispuso a forcejar con Frank, quien lo sostenía de su espalda junto con Neil. Hasta que logro soltarse e y dirigirse donde Charles, para acabar con él.

-¡TOCALO Y DILE ADIOS ATU SUEÑO! –grito el entrenador a tal grado de que todos guardaron silencio.

-¡El inicio! –grito de ira.

-No me importa quien haya iniciado, pero ambos están en un gran lío. En especial tú Charles, que no tienes un buen historial. Pero tu Mack. –dijo mirándolo con gran decepción. –Tú padre estaría decepcionado.

Las cosas se pusieron más tranquilas, aunque Charles se puso peor cuando el entrenador menciono lo de su historial. Este se logró soltar del entrenador de un tirón y se fue caminando, muy enfadado sin prestar atención a los demás.

El entrenador y algunos chicos le digieren en lata voz, que se tranquilizara, luego de un momento de caminar y pensar de lo que había hecho, haber arremetido contra Mack, quien no se encontraba muy feliz que digamos.

En el camino se encontró a Frank, quien estaba platicando con Tina. Sin saber nada de lo de la pelea. Frank se le acerco tranquilo y emitiendo una sonrisa natural.

-Hola, ¿cómo estás? Oí que había un revuelto cerca del laboratorio, ¿sabes algo de eso? –Dijo, cambiando su sonrisa por una mirada seria, como analizando la situación.

-Hmm. –Medito unos segundos, tocándose la barbilla. – Pues. No. No he oído, pero no quiero hablar de eso. Ven aquí. –le dijo llevándolo a un lugar aparte de los demás. Le conto todo lo que había pasado con Mack y Yeniffer. A lo que Frank se quedó aturdido. Y dando a conocer una mirada de ira, mezclado con pena, junto con un poco de molestia.

-Amigo, estas en un aprieto, será mejor que vayas donde la directora, ella sabrá solucionara esto, aunque pienso que re pondrán un castigo, como suspensión por un tiempo. Pero aun no me creo que Mack haya… esto es. No sé. No sé qué pensar ahora, es demasiado que procesar. Lo siento mucho. – dio a conocer un gesto de comprensión.

21. CHARLES

Fue una exhortada terrible, la que sufrió Charles. Mack había sido castigado de tal forma que lo habían sacado del equipo de baloncesto por un tiempo mientras recuperara el juicio, pues después de la pelea que tuvo Charles con él. Este se había enfadado con un chico de segundo curso, que le había dicho algunos insultos y por estar a favor de Charles y por estar al alcance de este, a lo que lo había dejado con un brazo roto. “Pobre chico, no se hubiese entrometido” –Pensó Charles.

En cambio, su castigo era suspensión por 3 días, e ir los sábados a la preparatoria a realizar servicios con la infraestructura de la institución. La directora le había dicho, que no causara más problema, de lo contrario lo expulsarían debido al alto índice de suspensiones y expulsiones en sus cursos anteriores.

Charles no había mostrado ninguna acción de estar en contra de la directora, si no que acepto todo su castigo.

Durante el viaje a la casa, se puso a oír la radio del auto. Su madre le había dicho que lo podría usar, pero con su debido cuidado. En una ocasión por poco estuvo a punto de chocar con otro auto, por causa de distraerse mientras pensaba en Yeniffer. Aun se encontraba enfadado, pero era hábil para esconder sus emociones ante las demás personas. No quería estar con nadie por el momento, ni siquiera con su madre.

Estaba dispuesto a hablar con su madre acerca de su expulsión, pero no entraría en detalle. Pues no quería que su madre interfiriera en sus asuntos personales.

ÉL después de que su padre muriera, no le había expresado sus sentimientos a nadie, ni siquiera a Yeniffer, ni aun a Sofía, a quien ni loco estaría dispuesto a decirle sus secretos más íntimos de su ser. Charles se sentía solo y sin nadie de absoluta confianza a quien acudir. Pensó en lo que le dijo en una ocasión el profesor Henry: “Si tienes un problema y no sabes a quien acudir, habla con JESÚS, él te comprenderá”

-¡Qué idea más loca! ¿Cómo puede oírme alguien quien no puedo ver ni tocar? –se quejó, hablando consigo mismo.

Siguió conduciendo hasta llegar a una avenida cerca de la propiedad de su abuela, en el lugar se encontraba, un hombre pequeño, con smoking, lucía un peinado de pelo poco habitual en Texas y una mirada perversa. La que distinguía su faceta malvada: el tipo de la avenida era Flyli, su antiguo enemigo por parte de la pandilla.

Entonces, Charles cayó en la cuenta. Recordó el titular de las noticias “ATENTADO CONTRA EL HOSPITAL NACIONAL DE MANHATAN NUEVA YORK”. Los tipos que habían asesinado a Latí, ahora estaban en Texas. Pero Charles en su mente se preguntaba la razón. ¿Porque se habían trasladado ahí? ¿Qué había pasado en Nueva York?… muchas preguntas empezaron generarse en la mente de Charles. No podía saber exactamente, porque Flyli se había trasladado a Houston, pero supuso que no era para algo bueno, solo espero a que no se lo volviera a encontrar, por fortuna cuando paso no lo visualizo.

Esa noche, no pudo conciliar el sueño de lo aturdido que estaba, hasta se le había olvidado decirle a su madre de su suspensión de la preparatoria y de la pelea. Su madre le daría una regañada, pero aun así se limitó a no pensar en eso, respiro profundo y pensó en cuanto tiempo había pasado después de aquella tarde, cuando hizo aquella extravagante salida impropia e irresponsable, con el objetivo de satisfacer los deseos del cabecilla de la pandilla. Cosas que no la habían generado más que problemas tras problemas. Recordó que en una ocasión que se por salir de clase, había saltado un muro donde tuvo que implementar algunas técnicas de parkour, de la que aprendió por unos chicos de Pensilvania que se dedicaban a hacer parkour. Cuando hubo caído casi se rompió el tobillo, pero paso con un terrible dolor por casi una semana entera.

En fin, ya no quería saber más sobre pandillas, se la había pasado en pandillas durante esos últimos dos años, ya no pensaba volver hacer otra estupidez metido en pandillas ni problemas relacionados. Una voz en su mente retumbo: “¿Qué fue lo que hiciste hoy, eh?” Charles se reprendió por haber olvidado por completo su pelea con Mack, durante todos los pensamientos acerca de Flyli y todo lo de las pandillas. Tenía que decirle a su madre lo del inconveniente.

A la mañana siguiente, se levantó temprano y se fue a la preparatoria. Dejo una nota en la que ponía:

Mamá. Salí a la preparatoria, no te preocupes, tenía que hacer algo. Me fui caminando.

Quiero hablar contigo cuando regrese.

Pdta.: Charles.A.D.

Durante su trayectoria hacia la escuela, Charles había tomado el bus, cosa que no hacía a menudo. Ya se había aprendido los destinos de algunos buces que pasaban cerca de la avenida donde vivía. En el bus observo a un tipo algo extraño. Llevaba unos tejanos, una camisa bordada hasta las mangas, tenía unos jeans negro, hablaba en español de forma precipitada como si estuviera en apuros, voltio ver a su alrededor y Charles detecto que el tipo llevaba un arma blanca: una navaja suiza, con una empuñadura de cuero, la cual resaltaba en la parte trasera de sus Jeans.

No tenía certeza si, le arma era algo que ese extraño tipo utilizaba o estaba planeando atentar contra alguien. Charles no lo sabía, pero de algo estaba seguro, ese tipo no parecía amistoso, y adema son entendía porque permanecía sentado, debido a que cerca de él, estaban varios asientos vacíos. Estaba listo por si pasaba algo fuera de lo normal. El tipo saco de su mochila, que había puesto en el suelo. Un celular, que según Charles pudo ver era un modelo de Huawei, el más reciente de la marca china. A él nunca le habían interesados los celulares Huawei, su madre siempre le había dicho: “No te fíes de esos teléfonos, rastrean todos tus datos” ella siempre había preferido los iPhone, pero el tipo saco el último modelo, el cual Charles no pudo reconocer muy bien, pero sabía que era el reciente. Frank le había contado mucho a cerca de teléfonos, incluso le había contado que quería trabajar una parte de su vida creando nuevos modelos de móviles, en fin Frank le había mostrado las actualizaciones de los modelos y efectivamente el celular del “tipo raro” era exactamente como el que había visto como los modelos recientes.

El tipo raro llamaba desesperadamente, su rostro daba a conocer miedo y preocupación, cuando el bus paro y dio a conocer la parada, donde tendría que bajar Charles. El cual se distrajo un poco y por poco pierde su parada, si no fuese por la intervención de una mujer, la que llevaba una niña entre brazos. Charles despertó de su ideas y sus pensamientos y reacciono y salto del autobús el cual empezaba a ganar velocidad.

Una señora que se había bajado del autobús, le reprendió diciendo:

-¡Estás loco! ¿Qué pretendías? –dijo mientras caminaba al otro lado de la calle.

-Pues… yo… nada. –termino de expresar, mientras que enfrente de él se situaba la preparatoria. Eran las 7: AM. Y ya se podían visualizar personas, no había rastro de ningún chico que él conociera. Entro a la escuela y dijo que venía a realizar servicios y tuvo que mencionar que estaba ahí por un problema que tuvo el día anterior, cosa que le molesto.

-Y dime, estas aquí, ¿porque generaste una pelea? –Pregunto el vigilante con el ceño fruncido.

-Más o menos, pero sí. –Respondió rápidamente. – ¿Me dejara entrar? Porque si no yo me voy tranquilamente. – se dio la vuelta listo para retirarse, pero en seguida el vigilante lo llamo.

-Chico, creo que tienes una cita con la aspiradora y con la escoba. –Murmuro emitiendo una sonrisa aterradora.

-¿Qué? Esta bromeando ¿verdad? –dijo un tanto alterado.

-Yo jamás bromeo con chicos como tú. –Dijo, cambiando su humor a un nivel muy rápido.- entra, sígueme. La directora ya me indico a que venias, estarás aquí todos los sábados hasta el doce de diciembre, desde las ocho hasta las doce. ¿Entiendes?

-Claro. –murmuro un poco inquieto.

-Ok. Don José te dará las indicaciones de lo que tendrás que hacer. Recibirás ayuda de alguien, creo que es una chica, pero nada de cosas impropias dentro de las instalaciones. ¿Comprende? –pregunto arrugando la frente, casi como líneas las cuales parecieran que hubiesen sido pequeñas elevaciones de tierra en su rostro.

-Ok, pero ¿Quién es exactamente, y porque recibiré ayuda?

-No lo sé, ándate con cuidad, este día estas con Jack, nada se me escapa, ahora vete, anda, lárgate. – dijo fulminándolo con la mirada.

Camino quince metro en dirección del pequeño tallercito que tenía Don José, donde reparaba algunas mesas dañadas junto con un montón de cosas que los estudiantes arruinaban. Charles no había dañado nada hasta el momento, aunque en una ocasión rompió un tubo de ensayo en el laboratorio de ciencias, pero para él no contaba como romper una mesa o una silla. Visualizo a Don José y este le dirigió una sonrisa, juntamente con un saludo con la mano derecha. Este se acercó y lo saludo.

-Hola, Charles. ¿Cómo has estado? Jack me informo que vendrías hace un ratito. Pero ¿porque estás aquí? –dijo entornando sus ojos un poco impresionado, pero de la mano una mirada de compasión.

-Ah. Hmm, pues vera, tuve un pequeño lio ayer durante el almuerzo y PUM, estoy aquí. Contestando a su primera pregunta, supongo que estoy bien, ah y por cierto, ¿dónde está Ranst? –Hizo una mueca un tanto caótica.

-Ranst. Claro, él. Supongo que está de vacaciones. Creo. –contesto en un tono de duda. –Pero no te preocupes por Jack, se ve que es irritante. Pero si lo llegas a conocer es un buen tipo, el me salvo en varias ocasiones, pues en el año de 1996, asaltaron esta preparatoria. Si lo hubieses visto en acción te sorprendería.

-¿trabaja aquí desde 1996?- murmuro mordiéndose el puño de su mano.

-No, ¿cómo cree? Estudiaba aquí. Era mi último curso de preparatoria y Jack era el vigilante, yo estaba en pleno ataque por unos ladrones que trataron de robarse unas computadoras que habían sido triadas de California. El punto es que Jack es un buen hombre, solo dale tiempo.

Charles no entendía como habían terminado hablando de peleas y asaltos, pero era agradable platicar con Don José, mientras trabajaban limpiando y reparando circuitos dañados, reflectores malos y pintando zonas que les faltaba color.

-Jack, dijo que alguien me ayudaría, ¿a qué se refería? –Pregunto este mientras reparaba un lavadero.

-Oh, ¿eso dijo? Extraño es que te haya dicho eso, Jack casi no tiene sentido del humor, pero a lo mejor fue una broma. Ayúdame con este farol que está dañado. Un chico de segundo curso lo daño, pero nadie lo vio, ni siquiera fue captado en las cámaras.

-Muy bien, en seguido voy, solo déjeme… ya está, no habrá más fuga en este lavabo.

Se dirigió donde se encontraba Don José con una escalera donde estaba el farol dañado, los focos reflectores se habían roto cuando el chico de segundo curso había dado el golpe o lo que sea que hizo.

-Don José. –dijo Charles. –No se aburre de este trabajo, digo no le aturde la rutina.

-Mira muchacho, la vida no es fácil, pero respondiendo a tú pregunta. Claro que me aburro de vez en cuando, lo que me mantiene alerta y rebosante de energía son ustedes.

Charles se quedó pasmado. No pretendía bajarle el ánimo, pero en su mente no podía asimilar la respuesta, se decía: ¿cómo unos chicos, pueden enorgullecerlo y generarle deseo de seguir con un trabajo así? Él no estaba diciendo que fuera malo, sino más bien algo tan aburrido y tan rutinario.

-¡Wuo! ¿Es enserio? ¿Porque? –hizo una cara como si hubiese visto un alienígena.

-Ustedes me motivan, ustedes me dan deseos de seguir en esta preparatoria, ¿sabes? Yo he querido marcharme muchas veces, pero hay algo que no me deja irme, creo que es…

En la estancia, Yeniffer interrumpió a plena plática, algo raro de ella. Le dirigió una mirada a Don José, quien reacciono amablemente y se retiró de la escena.

-Nos vemos luego Charles. –se despido sonriendo tranquilamente.

Yeniffer le dirigió una mirada de disculpas y una mirada de comprensión a lo que Charles reacciono negativamente.

-¡Vete de aquí, por favor! –Murmuro, mientras terminaba de reparar el farol roto.

-No estoy aquí por ti. Estoy aquí porque también fui castigada por tu insensata reacción. –espeto un poco molesta.

-No quiero hablar de eso. Si tienes que hacer algo hazlo pero lejos de aquí. –convino un poco inquieto.

-Esa es la cuestión, Mack hablo con la directora y le explico todo, estoy fuera del equipo de Voleibol por un tiempo y tengo que venir los sábados a supervisar que estés haciendo lo ordenado. – Respondió precipitadamente.

Charles no quería hablar con Yeniffer, quería estar cien millas lejos de ella, tenía una vibra de problemas, pero se preguntaba porque estaba molesta con ella, si ella nada le había hecho. Mientras trabajaba no dejaba de pensar en la razones lógicas por las que estar enfado, no pudo más y descarto la idea del enojo a lo que lo acompaño la envidia, él estaba locamente enamorada de ella, pero no tenía el valor suficiente para expresárselo y peor, después de el inconveniente con Mack.

-Oye, solo miraras, ¿ese es el castigo? Que aburrido. –Murmuro.

-Lamentablemente este es el castigo, mi madre estaba en… ¿qué? ¿Porque te estoy diciendo eso? estoy molesta contigo, arruinaste todo lo que tenía con Mack. Eres un insensato.

-Di lo que quieras, yo hice lo que hice y no me arrepiento. –dijo satisfactoriamente.

-¿Qué? Estás loco, sabes que eres un chico muy extraño y creería que también demente, pensé que podía ser tú amiga. Pero creo que tu corazón está más duro que un diamante.

Yeniffer estaba equivocada con su corazón, por supuesto que tenía y no era duro, estaba dañado y destrozado por los golpes de la vida, pero Charles al oír todos esos comentarios no hizo la menor intención de molestarse.

-Yo quería verte fe… -se entrecorto y suprimió todo lo que iba a decir y se limitó a hablar.

-¿Qué? ¿Querías verme qué? No. Claro que no. –dijo mientras caminaba de un lado hacia otro sin parar.

Termino la mayoría de cosas que Don José le había encomendado, lo hizo muy bien para su primer día. Compro un refresco en la cafetería, la cual estaba abierta, pues los sábados llegaban chicos con déficit de atención de diferentes escuelas. Para recibir ayuda más especificada por parte de grupos de estudiantes ya graduados y algunos maestros a los que no los había visto en el transcurso de la semana.

Llevo todos los utensilios que Don José le había prestado para hacer las reparaciones y luego firmo en cuaderno para hacer notificar que cumplió su responsabilidad. Yeniffer también firmo, y luego su madre la esperaba en la entrada, quien al verlo lo fulmino con la mirada.

No entendía, el día miércoles lo había tratado tan bien, y ahora se comportaba como un animal rabioso, él se limitó a quedarse a pensar en eso y se fue.

Para su sorpresa, a unos kilómetros de distancia había unos tipos, vestidos completamente de negro y con tejanos de trabajo, los cuales preocuparon a Charles. Camino lo más disimuladamente, se mezcló con algunas personas que iban adelante del por la calle. Cruzo una avenida y con el rabillo del ojo pudo percatarse que lo estaban siguiendo, se acercó a la parada de autobús y por suerte un bue se acercaba, entro y pago, pero por desgracia los hombres también se subieron. Se escondió con el asiento de adelante para que los hombres no lo vieran, los cuales miraron en varias direcciones del bus buscándolo, pero no pudieron por el gentío. Se bajaron, cosa que alivio a Charles cuando de repente, en la parte trasera del bus se encontraba un tipo bajo, rechoncho y una sonrisa perturbadora mostrando sus incisivos los cuales eran de oro. Charles reprimió el deseo se sollozar, no podía creer lo que estaba viendo.

¡Flyli! -se dijo en voz baja.

Estaba preocupado, aun no sabía si le guardaba rencor, pero se limitó a seguir mirándoles, quien actuaba normal y muy tranquilo. Cuando se bajó del autobús Charles, se sintió más relajado.

Cuando ya se había bajado del autobús a unos dos kilómetros de la casa de su abuela, se dio cuenta, que Sofía iba en dirección en la misma dirección que él, a lo que Charles se escondió en unos arbustos del vecindario. No quería ser visto por ella, ya que aún se sentía un poco incómodo por la inesperada acción de Sofía y su corazón había sentido algo muy extraño en la chica, aunque ya no asumía con claridad lo que sentía por Yeniffer, sintiendo un poco de rencor pues no paraba de pensar: “yo la defendí y así es como me paga, que inapropiado”.

Charles se desvió por una avenida situada a doscientos metros de la casa de su abuela, rodeándola e introduciéndose a esta por medio del jardín: donde había una pequeña entrada en la cual solía entrar cuando estaba molesto con su madre.

Se introdujo demasiado rápido y disimulando su presencia, mostrando como que hubiese estado en el jardín por algún tiempo, a lo que Sofía pudo ver, esta se acercó en dirección a él. Esbozando una sonrisa inquietante, a lo que Charles se puso nervioso y muy incómodo. Quería salir corriendo de ahí con todas las fuerzas que poseía, pero algo le obligaba a quedarse quieto y sin hacer ningún movimiento. Sofía se ruborizo un poco al ver a Charles, y le dedico una leve sonrisa.

-Hola, Charles. ¿Ya te ha pasado? –Pregunto frunciendo el entrecejo. –Vamos solo fue un beso. Nada que preocuparse.

-Ah, veras. –Murmuro nerviosamente. – No. No me he…no lo sé. –termino Charles más incómodo por su tonta respuesta.

-Ya relájate, perdona por haberte echo pasar pena. Disculpa. –Expreso un poco avergonzada.

-No es importante ahora. –convino. – Es solo que no me espera esa reacción tuya.

-Veras, esto sonara extraño, pero no me resistí el deseo de besarte. –dijo volviéndose a ruborizar tanto, al grado de toquetearse constantemente su brazo derecho. “Algo extraño”. – Pensó Charles.

-Uaou, esto es raro. Pero comprendo tu situación, yo he pasado lo mismo con una chi… sabes que olvídalo. –Murmuro rápidamente tratando de cambiar de tema.

-¡No! Dímelo, puedes confiar en mí. –Dijo forzando una carita muy mona.

-Ok, no sé cómo lo logras, pero es irresistible a tu mirada, podrías convencer a cualquiera que hiciera lo que quisieras, en fin. La chica de la que estamos hablando se llama Yeniffer y…

Le conto exactamente todo, desde que la había conocido hasta la trágica tarde, donde le había hecho sentirse muy mal. En el rostro de Sofía Charles podía observar varias cosas: decepción, tristeza, celos, pero también comprensión. Ella lo animo para que insistiera con tratar de comportarse mejor y que fuese más abierto a los problemas, dificultades. También le explico que tendría que ser más gentil y reconocer sus errores, algo que no le agradaba a Charles, lo que le había generado muchos errores a lo largo de su vida, incluso cuando su padre estaba con vida. Él se sentía mal por Sofía, no le gustaba pero ella había sido muy buena con él, mientras que él solo la había ignorado, lo había tratado muy bien, le había ayudado, le había dado ánimos, le había dado ánimos en el fútbol. “Merece un buen chico” –se dijo mentalmente.

-Oye, Sofía, perdona mi reacción. Pues yo, veras como lo sabrás, eres mi amiga. Pero ya entiendes, lo siento si dañe tus sentimientos. –Expreso melancólicamente.

-Lo entiendo. –murmuro un poco agitada, limpiándose el rostro, de donde brotaban lágrimas. –Disculpa por esta molestia.

-Tranquila, hazlo, es bueno. Nosotros también debemos hacerlo de vez en cuando. –Apremio. –Eres una gran amiga, eres genial, mereces a un buen chico. Yo no soy digno de ti. ¿Seguirás siendo mi amiga?, eh chica lista. –Pregunto un poco dudosamente.

Ella asintió con la cabeza mientras se limpiaba sus lágrimas. Charles se acercó y le ayudo a limpiarle su cabello, pues lleva unas ramitas de algún árbol al que quizás había trepado. Luego de habérselos quitados, se le acercó y le dio un beso en la mejía, uno de amigo. Ella se puso mejor después de eso, tras haber aclarado las cosas.

-Mira, como ya sabrás, estoy en un aprieto, si mi madre se da cuenta que estoy suspendido me va a matar, y jamás me permitirá ir a Pensilvania a pasar el verano, hicimos una tregua antes de venir a Texas y ya lo supondrás.

-No tenías que faltar tu promesa, me imagino. Pero deberías decírselo, sería lo más sensato. –opino ella, ya recobrando su actitud entusiasta.

-Muy bien, ahora iré, deséame suerte. –suplico haciendo una reverencia algo extraña. De la que se arrepintió tras haberla hecho.

Sofía solo se rio cuando Charles había la reverencia. Estaba feliz, pues había solucionado algo importante, pero aún le quedaba solucionar los problemas escolares, con su madre, Yeniffer, Mack…

22. YENIFFER

Acaso, no era suficiente con que le rompieran el corazón, y para más, le ponían supervisar el castigo de Charles, algo injusto. –pensó Yeniffer. La ruptura le había provocado un sentimiento de amargura y odio, pero no sabía hacia quien era, pero estaba molesta con cualquiera que se acercara a ella, para consolarle. Aun le había dicho algunas cosas a Tina cuando había intentado levantarle el ánimo. También había actuado mal con Charles, a fin de cuenta él se había mostrado valiente contra Mack, de donde había salido mal, junto con otros chicos por apoyarlo.

Yeniffer no pensaba lo mismo de Mack, ya no lo reconocía de aquel chico a inicios del curso, los momentos buenos, los momentos cuando salían a algún lugar tranquilo, cundo se sentaban bajo un árbol del parque Búfalo, su lugar preferido para pensar y reflexionar lo sucedido.

Bajo la sombra de un gran árbol, ella se sentía muy bien, estar en el parque era relajante, a pesar que debería estar en casa no le importaba. Solo quería pensar más. No entendía por qué Charles la había defendido en la escuela, ni siquiera tenía que haber estado en esa discusión, no le incumbía para nada, pero le había hecho sentirse un poco mejor cuando la apoyo, y dijo que era un tonto.

Eran ya las tres de la tarde, y Yeniffer seguía bajo el árbol. No había almorzado nada, ya le estaban entrando ganas de comer algo, por fortuna llevaba veinte dólares, con los que luego de un rato de reflexión accedió a utilizar para comprar una hamburguesa de doble queso. Un poco impropio de ella comer eso, pero no se iba morir de hambre, además ella misma se dijo: “una vez al año no hace daño”

Mientras devoraba la hamburguesa que había comprado en un Burger-King que se ubicaba a unas calles del parque. Pensaba en las cosas que había sucedidos esos días, tenía que mejorar, se decía así misma, ¿estaba dispuesta a cooperar? Pues la verdad es que Yeniffer no tenía idea. Cruzo algunas avenidas, se tropezó con una chica de unos veinte años aproximadamente, quien se mostró muy disgustada al momento de que ella chocara con Yeniffer.

Se disculpó, pero eso no fue suficiente para tranquilizar a aquella extraña chica malhumorada, de la que luego estaría tratando de averiguar las razones por las que no había podido interactuar. En fin tras aquella pequeña escena, se encamino sin paradas e ir directamente a su casa, la que se situaba a unos kilómetros de la preparatoria. Su madre le había contado que, en realidad el origen de la familia comenzaba en Washington DC. Pero por razones de la guerra civil de 1962 sus bisabuelos se trasladaron a Texas, donde estaba un poco calmada la guerra.

Sus orígenes se remontaban en Washington DC, no se lo había contado a nadie pues había pensado que no sería importante, su madre de vez en cuando merodeaba en el jardín con una fotos en manos de su abuelo, quien participo en la guerra, pero meses después deserto por causas de familia, ya que los habían amenazados, por esa razón él y su esposa se trasladaron a Houston, donde quince años después el bisabuelo cayo en batalla en el año de 1917, durante la primera guerra mundial.

En fin, su madre jamás lo conoció, pero su abuela le contaba que fue un hombre excepcional, era un hombre valiente aunque un poco precipitado, cosa que en tiempos críticos era una buena arma, pero también un gran riesgo que siempre estaba asumiendo.

Al llegar a la casa, su madre ya la estaba esperando, con el ceño fruncido y con los brazos cruzados.

-¿Porque te fuiste, me estabas preocupando? ¿En qué rayos pensabas? –Murmuro muy molesta.

-¡Mamá! Lo siento, pero ya no soy una niña pequeña. Lo siento por ti Mariana. –Dijo mirando a su hermana, quien estaba armando una casita con unos bloques de Lego.

-Hmm. –contesto sin prestar el mínimo movimiento de atención hacia su hermana.

-como te decía: ya no soy una niña, ¿entiendes? Disculpa que me haya ido después que me recogiste de la escuela pero… -su rostro se ensombreció y unas lágrimas brotaron de sus ojos.

-Tranquila mi amor, eso tiende a pasar. Hablemos en la sala, ¿sí? -le susurro dulcemente.

-Ok. Es que… -murmuro enjugándose las lágrimas de su rostro.

Se movieron hacia la sala, donde no se encontraba nadie, la amplia sala, en una pared superior se encontraba una televisión de 65 pulgadas, la cual estaba decorada con pegatinas de Bob esponja, patricio y de más caricaturas.

Yeniffer, le conto todo a su madre. Aun su relación con Mack, a lo que ella no reacciono precipitadamente. Ella le conto que cuando tenía catorce años tuvo su primer novio; un chico llamado Sami, del cual se había enamorado preciadamente, pero que le destrozo el corazón saliendo con otra chica aun mayor que él. Yeniffer le conto también, los detalles de la pelea de su ex novio contra Charles “el frio” (título atribuido por sus escasas expresiones en sus conversaciones y en su diario vivir) algo que le sorprendió a su madre y cambio de parecer un poco acerca de ese chico.

-Mira, yo sé que te rompió el corazón, pero no te preocupes. Lo que debes hacer es seguir tu vida, yo entiendo que estas dolida, pero quiero que sepas que los Wells no somos personas sencillas, sino que somos fuertes. ¿Entiendes mi amor? –le apremio, tocándole el rostro cariñosamente.

-Sí, gracias por oír. Me hacía falta mamá. Gracias. –Logro decir, mientras se limpiaba con un pañuelo su rostro.

-Ahora cambiemos de tema. Adivina. Yo te dije que cuando todos los modelos de mi diseño estuvieran listos te los mostraría, pues ya están terminados. ¿Quieres verlos? –Pregunto entusiasmadamente. Esbozando una sonrisa de oreja a oreja.

Esa cara hizo que a Yeniffer le levantara el ánimo, no pudo soportar reír, y también no pudo evitar la emoción, su madre había terminado sus diseños de moda, que serían todo un éxito. –Ok, estoy entusiasmada para verlos, espero que sean impresionantes. –convino.

-¡Sí que los son! Pero antes tienes que comer algo. ¿No lo cree?

-Estoy bien, no te preocupes. Ya me comí una hamburguesa con doble queso. –sonrió dulcemente.

-Que va, No. Eso no es una comida saludable, además ¿no querrás perder tu peso ideal? Te has esforzado por este mes en hacer tanto ejercicio que a veces pienso que vas a explotar.

-Solo fue una hamburguesa, ¿Qué me puede pasar? Además creo que he rebajado demasiado, solo peso setenta y cinco Kg, mira mi estatura, esto creo que es demasiado.

-Hum, veo que estas muy alta, pero si insistes, te daré de comer algo especial. –su mirada dio a conocer una sonrisa muy loca, pero a la vez muy tierna.

-¿Que estarás pensando? Eh, espero que no se te ocurra algo con demasiada gras, lo que se me apetece seria unos vegetales con un poco de sal, limos y unas piscas de chile. ¿Qué opinas? –Pregunto haciendo una cara un poco tonta.

-¡Hija! –le regaño su madre. – ¡No hagas eso, te ves algo rara, muy hermosa, pero muy rara! –Dijo tratando de aguantar una risa.

-¿Qué cara? –murmuro, luego de verse en reflejo de su celular. – Jo, veo que me veo un poco idiota.

-¡Yeniffer! ¿De dónde has sacado ese vocabulario? –le reprendió, con una mirada seria. –además he oído decir a Marina decir: “Maldita pieza” ¿has tenido que ver con eso?

-Esa, no sabes callarse. Sin ánimo de ofenderla, conste. –Murmuro. –pero sí. Yo lo he dicho y ella lo ha repetido, fue el día en que yacía muerta en la cama. –Expreso en tono burlo.

-¡Niña! –le volvió a reprender su madre. –Con eso no se juega y será mejor que te preparemos algo de comer. Andando.

23. YENIFFER

Estaba sorprendidísima, su madre había creado unos modelos de ropas y vestido deslumbrantes a los que ella les había encantado todo, combinaciones de colores los que lucían fantásticamente. Su madre tenía talento, pues había hecho un vestido de novia en dos colores uno era blanco, pero muy elegante y precioso. El otro era rojo, pero no era solo un simple vestido, sino más bien era impresionante, estaba hecho de la tela más elegante conocida en el distrito Texano, tenía bordados ilustraciones muy interesantes, sin mencionar que tenía extractos de joyas valiosas. Yeniffer pensó un poco loco, pues alguien codicioso podría robarse las joyas, pero parto ese pensamiento de su Mente, no quería que una idea loca la desorientar de la exposición de su madre ante tales modelos, los cuales fueron categorizados como los mejores.

Después de los impresionantes modelos de moda, Yeniffer se la paso alagando a su madre por toda la tarde. A lo que comieron en un restaurante de comida rápida. Hablaron mucho de moda, noviazgos, escuela, y muchas cosas de chicas.

Su madre aun no sabía de los aterradores y perturbadores sueños que Yeniffer había soñado esas últimas semanas, ella decidió no contarle eso a su madre, pues no quería preocuparla ni interrumpir su agradable conversación con ella, además no había compartido tiempo con ella, por causa de las necesidades primordiales de su hermana. Pero eso no le molestaba, aunque de vez en cuando tenía que abrirse a su madre y hablarle libremente sus inquietudes y momentos difíciles pues ella ya había vivido lo suficiente para saber de la vida y ayudarla a superar dificultades.

Su madre le dirigió una mirada cariñosa y le pasó la mano sobre su cabello, situándole un mechón de cabello y se lo puso sobre su oreja izquierda.

-¡Eres muy linda y hermosa! ¿Sabes? Cuando naciste fuiste una bendición para la familia y aun lo eres, pero no te he dedicado mucho tiempo porque también está tu hermana la cual necesita por ahora mayor atención, esa es la razón, pero no quiero que te sientas rechazada en la familia, quiero que te sientas bien y cómoda. –le expreso dulcemente.

-Entiendo eso. –Asintió Yeniffer – Es solo que a veces me siento vulnerable y débil, aunque me hago la fuerte pero se me es difícil y no sé qué hacer.

-Ya, mi niña, para mi aun lo eres. Mi dulce Yeni, te amo con todo mi corazón y deseo lo mejor para ti y Mariana, son mis motivaciones para seguir luchando. –le dijo sonriéndole. –pero ahora que ya estás un poco mejor, ándale come un poco, la pizza no se va a acabar sola. Come. –le apremio.

-Muy bien, lo hare. Pero solo una rebanada. –devoro una rebana y luego le paso una su madre. –Te toca, come tú también.

-Muy bien, mira son seis rebanadas y nos faltan cuatro. Tendrás que comer.

Yeniffer estaba comiéndose su segunda rebanada cuando el teléfono de su madre se oyó el modo vibrador.

-Mamá, tu teléfono, te están llamando… oh, mira quien es mi tía. –tomo el teléfono y se lo entrego a su madre. –toma debes contestar.

-Ok. Es algo raro que mi hermana me hable. Pero contestare. –contesto su madre un poco malhumorada para contestar. – ¿Si? Hola.

-Más ánimos, mamá. Es tu hermana, yo sé que no se han llevado bien, pero es la familia. –le propuso. –ve, más cariñosamente.

-Oh, ok. Hola hermanita, ¿cómo has estado? –Murmuro entre dientes.

-No te esfuerces tanto, que sea natural. –le aconsejo Yeniffer.

-Muy bien. Sí. Ok. No estaría mal. –Voltio a ver a Yeniffer entornando los ojos como platos. ¿Quedarse la semana de vacaciones de diciembre? ¿Con nosotros? – Pregunto sorprendidísima.

-¿Que quiere? –pregunto Yeniffer en voz baja.

-Quiere quedarse con nosotros en las vacaciones de diciembre. –Murmuro en voz baja.

-¿Qué? ¡Eso está genial! –aprecio Yeniffer. – Veremos a la tía Jessica y a…- no se dio cuenta que su madre tenía un rostro irreconocible de lo rara que se había puesto y la mirada que le estaba dirigiendo era muy pero muy rara, junto con enojo e irritación. –Mamá, que tienes, parece que estas que explotas.

-Adiós, Jessica. Ya veré que tal tu propuesta, ahora te gustaría hablar con Yeniffer. Ok, ahora te la paso. –le ofreció el teléfono a Yeniffer un poco disgustada.

-¡Hola tía! ¿Cómo has estado? Pues yo estoy bien. –mintió con una sonrisa muy destacada a la que su madre la miro algo extrañada. Ella le hablo moviendo los labios para que su madre se los leyera diciendo: “tiene que venir, nos haría bien a todos. Incluso a ti”

-Claro que no. Estamos mal desde el 2015, y no pienso hablarle. –se cruzó de brazos, frunciendo el ceño y mirando hacia otro lado.

-Ok, tía. Estaría genial, ¿vendrá Kevin y Selena? -pregunto muy emocionada. –Muy bien, esta será la mejor navidad en años. Ah, ¿que si mi mamá está de acuerdo? ¡Claro que sí! Bueno los esperamos. Adiós.

Su madre estaba que ardía, y ella se estaba riendo un poco de como se había comportado su mamá cuando hablo con su hermana, quienes habían tenido un inconveniente durante una fiesta en 2015, solo se hablaban por teléfono.

-Mira lo que has hecho, has invitado a mi hermana a pasar la navidad con nosotros. ¿En que estabas pensando? –le reprendió.

-Mira, yo no soy experta en relaciones, pero mantener rencor y enojo no es bueno. Debes reconciliarte con ella, ¡por favor! Esto será genial y bueno. –suplico entornando los ojos inocentemente al grado de parecer muy tierna.

-Muy bien. Está bien, pero si las cosas se ponen malas será tu culpa. –Espeto tratando de hacer una sonrisa. –no has perdido tu influencia, eh niña.

-Pues veras a que no. Aun me queda de esa persuasión. Pero no te has comido tú segunda rebanada. Tienes que hacerlo. –reclamo sonriendo.

-Ok, lo hare, pero no crees que sería mal idea invitar a mi hermana, no nos hemos visto de hace tres años. Sería extraño. –opino.

-Tal vez, pero a un a sí. Ella es tu familia también, y tú misma me has dicho que a la familia no se debe abandonar. –contesto Yeniffer muy seria y concentrada en la mirada de su madre.

-¡Huao! Veo que tienes razón, eres muy lista. Estas en lo cierto, tendré que perdonarla. –dijo ella un poco desanimada.

-Lo harás y yo te ayudare. Pero ahora continuemos con esto. Y no me terminaste de contar la historia cuando un novio tuyo te llevo a una cita en un tractor. –sonrió dulcemente.

-Vaya, que eso fue muy raro. –asintió. –pero él fue muy noble, me quería, en fin…

Durante el viaje de regreso, compraron una cajita feliz para Mariana. Hablaron más y se contaron chistes e historias muy divertidas de las cuales no soportaron el reírse más. Su madre le conto cuando el padre de Yeniffer eran novios, durante el 2000. Le hablo de lo tímido que era, y la forma como la logro conquistar. Yeniffer le conto algunas travesuras que hizo cuando tenía seis y siete años junto con su primo Kevin. Ella se sorprendió por las cosas que su hija había hecho y que nunca se había dado cuenta, muy raro. Pero extremadamente loco y gracioso. Como cuando Yeniffer le prendió fuego a su pastel de cumpleaños, el cual luego fue remplazado por una tarta más pequeña, la cual fue improvisada por su abuela.

Yeniffer se sentía muy bien hablando con su madre, tenía tiempo de hablar a tantos detalles con ella, pero estaba feliz de poder compartir tiempo con ella, aun en su mente recitaba: “a la familia no se abandona, no importa lo que hayan hecho” le gustaba esa frase de su madre, a lo que ella la había utilizado para que accediera a que su tía pudiera llegar en las vacaciones de navidad. Quería con ansias ver a su primo Kevin; el cual era un gran payaso, un chico muy divertido con el que había pasado la infancia, hasta que se había ido a vivir a Miami con su madre y papá. Lo echaba de menos y no quería esperar para verlo y hacer un par de bromas.

Esa noche todo estuvo genial, cenaron muy bien. Su padre se le ocurrió cocinar, dejo muy sucio pero valió la pena, hizo unos plátanos con frijoles, acompañados con rebanas de pan, ensalada, carne, unas bebidas naturales que el preparo con naranjas, mangos, y otras frutas a los que resultó ser una bebida impresiónate. Yeniffer no sabía que su padre podía cocinar tan bien, pero tampoco que hiciera un gran lio en la cocina, todos ayudaron a limpiar. Luego vieron televisión.

Esa noche, ella estaba dispuesta a leer la biblia. Tenía tiempo que no lo hacía por voluntad propia, sino que lo había hecho por que el profesor de estudio bíblico se lo había dicho. Pero en ese preciso momento sintió las ansias de hacerlo.

Leyó unos proverbios, los reflexiono y luego dio gracias a Dios y se durmió, algo que no hacía a menudo, pero se sintió bien al hacerlo. Esa noche no tuvo ninguna pesadilla, lo que vio fue unos fragmentos de la pelea de Mack y Charles, quienes no eran detenidos por nadie, hasta que una brillante luz intercedía entre ambos situando a uno de su lado izquierdo y el otro a lado derecho.

La luz se empezó a disipar entre los dos, los cuales tenían golpes muy fuertes, Mack tenía un ojo muy mal como un color berenjena el cual le hacía perder su atractivo, su cabello despeinado y su camisa hecha jirones. Charles no se encontraba mejor, tenía los labios reventados por causa de los brutales golpes, estaba casi sin camisa la cual había sido hecho trizas, tenía las mejías muy rojas a punto de tornarse moradas, como en plan de haber estado peleando por un gran tiempo. Sus manos estaban cerradas formando un puño, los nudillos estaban tan tensados que Yeniffer pensó que se le iban a reventar, los cuales estaban manchados con sangre. Una escena totalmente realista y posiblemente lo que hubiese pasado si los demás y el profesor no hubieran intercedidos.

Luego que la luz se hubo esfumado, ella apareció entre medio de ellos. Hablo lo más que pudo para que la ira de ambos se apaciguara, pero no fue suficiente. Fue echada de un lado y de nuevo los chicos volvieron a la pelea la cual había sido interrumpido por una luz cegadora. Yeniffer se percató que estaba en un sueño, entono todo lo que podía en el sueño y dijo:

-¡YA BASTA, LOS DOS! –grito, con tal fuerza que los chicos dejaron de pelarse para mirarla. – ¿PORQUE PELEAN? ¡ESTO NO ES MÁS QUE UN SUEÑO, ASI QUE YA BASTA!

-¿Qué? –Murmuro Mack.

-Ella dice que es un sueño. –Murmuro entre dientes Charles. – Pues parece muy real. Mírame. –le dijo a Yeniffer.

-lo sé. Esta echo un asco, pero créanme, esto no es más que un sueño, están en mi mente. En voz baja se dijo que estaba loca, por estar hablando con personajes de su propia mente y aclarándoles que eso era un sueño, uno muy real, se dijo. –pero díganme, ¿porque pelean?

-Pues, es obvio, verdad tonto de Mack. –dijo Charles volviéndose a Mack con el ceño fruncido.

Mack, lo fulmino con la mirada. –Claro, es por ti. Dinos a quien prefieres. –Pregunto fervientemente.

-Espera… ¿No se suponía que estabas saliendo con Kate? –Pregunto Yeniffer muy confundida.

-¿Quién es Kate? –espeto Mack. –en fin, No, tu eres lo que quiero, este tonto estúpido, quiere que tu salgas con él. Así que peleamos, y míranos.

-Esto es extraño. No. No. No. No. No…No. –se dijo así misma tocándose el cabello. – Esto es como yo lo interprete, esto no está bien, pero…

-Tranquilízate, pero dinos. A quien prefieres. Debes elegir. –convino Mack.

-No te precipites, Yeniffer. –dijo Charles, tristemente.

Al momento de que Charles hubo dicho eso, se espumo de la escena, luego Mack después de Charles lo hizo, y ambos desaparecieron.

El ambiente cambio, ya no se encontraba en la escuela, ahora estaba en el campamento cristiano al que solía ir en verano. Tenía once años, estaba en una mesa donde un pastor hablaba acerca de la vida eterna, Yeniffer estaba distraída viendo a un chico, el cual estaba situado a cuatro sillas de distancia de ella. El chico, levanto la mano, y pregunto: “¿la salvación se pude perder?”

A lo que el pastor le respondió serenamente con un “si” le empezó a explicar cómo se podía perder, le dijo que si una persona moría en pecado, no importando que confiara en Dios, perdería su salvación. Lo que dejo muy impresionado al chico que por lo que Yeniffer murmuro su nombre era: Natán, era un chico como de un metro sesenta, alrededor de 12 años, cabellos rizados, piel bronceada, y un rostro atractivo. Su mirada hacia que Yeniffer se ruborizara

Cuando Yeniffer se despertó, no entendía por qué razones había soñado con Natán, su antiguo amor, el cual se había ido a estudiar a una escuela en Massachusetts. Ya tenía tiempo que no hablaba con él, pero la escena de su sueño era cundo se enamoró de él.

Despejo a Natán de su mente y miro su reloj, eran las 6: AM. Del día domingo 11 de noviembre. Su madre le había insistido que fuera a la iglesia con ella, y que de paso, le haría bien volver al grupo de adolescentes con Thomas, un viejo amigo de la infancia. Ella le había prometido que iría aunque en realidad no estaba segura que fuera una buena idea, además había dejado de ir desde el final del verano por razones muy personales. Pero aun así trataría de poder encajar con aquellos chicos que una vez fueron sus grandes amigos, muchos le habían preguntado, las razones por las que se ausentaba. A lo que ella ignoraba con: “tareas de la escuela, proyectos, estoy ocupada, etc.”

A las 8: AM. Ya estaba en la iglesia, dudando si reunirse al grupo de adolescentes, los cuales tenían un ministerio en la iglesia el cual se hacía llamar: “Juventud para cristo” (youngest for Crist) la cual consistía en reunir a la mayoría de jóvenes desde catorce años hasta los diecisiete. A fin de cuentas accedió a regañadientes de su madre y de paso le pidió que dejara en la escuela dominical a Mariana. El único que no estaba en la iglesia era su padre, el cual se había escusado para quedarse en la casa para descansar, pero que según él, oiría la emisión de la radio.

Tras haber dejado a Marina a Marina en donde le correspondía, con los niños de 5,6, y 7 años, se fue directamente donde se encontraban algunos adolecentes, los cuales estaba sentados en sillas plásticas haciendo un semicírculo y dando espacio para por entre medio para que la gente pasara. En el frente se encontraba Thomas, lucía una camiseta roja de superman, unos jeans grises, unos zapatos Vans. Su cabello iba peinado ordenadamente, su piel blanca, la cual resaltaba mucho. En su mano izquierda tenía un brazalete hecho a base de lana, entrelazado, formando una forma muy peculiar. En sus brazos tenía una guitarra semiacustica conectada a un reproductor de sonido. Cerca de él se encontraba una chica alta, y otro chico los cuales tenían unos micrófonos inalámbricos, iban vestidos con una camisa donde reflejaba el título del ministerio en color azul.

24. YENIFFER

Llegar ahí, fue muy raro y extraño para Yeniffer, al momento de que ella se hubo acercado, Thomas dejo de tocar la guitarra, el cual estaba a punto de terminar la canción, la que se titulaba: “Cien mil razones.” Thomas se mostró muy amable con ella, y muy gentil. La invito a presentarse, a lo que ella estuvo tentada a no aceptar, pero la mirada insistente de ese chico la hizo cambiar de opinión. La mayoría de chicos con los que antiguamente había interactuado se mostraron muy amables y muy sorprendidos. El programa se llevó a cabo de maravilla, hablaron acerca del amor de Dios hacia la personas, por lo que decidió salvarlos de la condenación eterna y mando a su hijo unigénito (Juan 3: 16) para salvar a la humanidad.

Se realizaron muchas dinámicas de las cuales, la mayoría de los chicos del ministerio animaron a que Yeniffer participara, al final de tanta insistencia acepto. Se la pasó en grande, rio mucho y disfruto.

Thomas la invito a que volviera el próximo domingo, que sería aún más genial y divertido y que hablarían acerca de cosas muy interesantes dentro de la juventud, la cual encaminada a lo correcto y a principio de Dios, serian perfecto, todo esto y mucho más. Cosa que le pareció muy interesante y genial, estaba deseando volver. Se despido de Thomas y se fue a recoger a su hermana en la escuela dominical, luego se dirigió a encontrar a su madre, quien estaba hablando con una amiga.

Se acercó, donde estaba ella; mientras mantenía sujeta de la mano a Marina, quien forcejaba para desprenderse de ella. Su madre voltio a ver, y puso una mirada de satisfacción como quien dice: “¡lo ves, fue genial! ¡Yo lo sabía!” en parte tenía la mirada de su madre, pero hubo algunas cosas que le incomodaron, en fin se acercó a ella y le dio el informe de su hermana.

-Te espero en el auto. – le dijo irónicamente.

-Ok, llévate a Marina contigo, ¿quieres, por favor? –contesto volviendo a su conversación con su amiga.

-¡Muy bien! Andando, Mari, no te vaya ocurrir que quieres ir al baño, si quieres ir ve ahora, luego no pararemos a alguna tienda para ir al baño. –le espeto un poco intranquila a su hermana.

-SIP, quiero ir. Yo iré y vendré. No te preocupes. –entorno los ojos en forma de súplica.

-No, no. Si te pierdes mamá me va a matar, te tendré que esperar a que salgas y luego nos iremos al auto. –la miro frunciendo los labios.

-¿Porque haces eso? –Pregunto ella tratando de imitarla.

-¿Qué cosa? Ah fruncir los labios, bueno es algo que suelo hacer cundo, las personas me fastidian con sus preguntas. Y será mejor que te apresures. –convino un poco molesta, pero forzando una sonrisa falsa.

-Ahora voz. –afuera del edificio se encontraba unos baños, en uno estaba: para hombres, representado con el signo de una cara masculina y lo mismo en otro el cual tenía una cara femenina. Marina entro al baño, luego que hubo salido, le dedico una sonrisa inocente. Yeniffer la cargo en brazos.

-Vaya, eh niña, veo que si te pareces mucho a mí. –murmuro mientras le tocaba el cabello, el cual estaba despeinado.

-Hmm, quizás. Pero yo soy más bonita. –esbozo una pequeña sonrisa entre sus labios.

-sí que lo eres. –le dijo burlonamente, pero cambiando de tono a uno dulce. –eres muy linda, sabes al principio tuve celos, pues tenías toda la atención pero… -vacilo por un momento mientras caminaba hacia el auto cargando con Mariana, la cual se había sentado en los hombros de Yeniffer.

Mientras caminaba, Thomas se cruzó entre ellos.

-Ah, hola Yeniffer, hm, y ¿tú?, oh si eres Mari, ¿verdad?

-¡Claro! Creo que te llamas Jonás, espera no. Es Thomas, si es así. –dijo satisfactoriamente.

-Vaya, que eres muy lista, igual que tú hermana. ¿Verdad Yeniffer? –pregunto, haciendo una mueca, para divertir a Marina.

-¡Jijiji, ah, eres gracioso! –le apremio Mariana.

-Bueno, no es nada.

-Tal vez si, o quizás no. Tiende a ser un poco loquita, pero muy lista, ¿no es así, niña? –acertó alagando a su hermana.

-SIP… contesto.

-Bueno. Thomas, este día ha sido genial, me encantaría volver el próximo domingo. –le dedico una sonrisa. Y luego se despido con la mano y se marchó en dirección al auto.

25. YENIFFER

Recordar todas las cosas que había pasado con sus antiguos amigos de la iglesia, todo había sido estupendo, pero algo le había hecho cambiar de parecer. Luego del verano se propuso a no ir más a la iglesia. Sus problemas estaban a la mira, todos las cosas que le había tocado vivir, muchas veces se había preguntado, la razón de porque esa vida. Estaba claro, no era tan mal, pero se sentía mal por muchas cosas a pesar de haber recibido respuestas a sus dudas e incertidumbres. Volver fue una experiencia buena, ya que tanto tiempo de aislamiento de sus primeros amigos de su vida, hablar con Thomas también había sido un poco reparador, la mayoría de las chicas del ministerio estaban locas por él. Pero Yeniffer no. Había aprendido que él era su amigo, y que tenía que respetar, claro, al principio estaba encantada con él, pero a menudo paso el tiempo se dio cuenta que no eran más que emociones locas queriendo ser liberadas por causa de la juventud.

Pero algo en su cabeza le decía: “-¿Qué me dices de ese tal Mack? La razón que usaste para poder ganártelo, ¿Qué no era tú amigo? Y luego se convirtió en algo más, pero eso no duro mucho, eh, ¿Qué harás?” muchas veces esa voz le había hecho perder la cordura, pero no era más que sus propios pensamientos haciendo de la suya, para aplacar cualquier sentimiento que tuviese con alguna relación amorosa fallida.

Con sus máximas fuerzas que poseía, logro apartar esos pensamientos de lugar y enfocarse, en el examen de historia que estaba haciendo en ese momento. Ya había resuelto casi toda la prueba, pero las últimas preguntas le habían hecho caer en un flashback, llevándola a cuando solo era una niña de nueve años, se encontraba en la habitación de su madre, donde estaba su madre y padre, quienes platicaban precipitadamente. Vislumbro a un tipo que estaba en la habitación, un hombre alto, traje negro, capucha y un arma en la mano, apuntando a su madre.

-Señor le daremos, lo que quiera, pero no nos haga daño. –suplico su madre.

El tipo respondía amargamente, diciendo que quería “la niña.” Yeniffer se asustó mucho y se fue directamente hacia su madre, mientras que el hombre se reía fríamente.

-Gracias, me han simplificados las cosas, ahora querida. Ven conmigo. –Ordeno, al grado de asustar a Yeniffer.

-No, no lo hare, no quién es usted. –respondió muy enojada y con lágrimas en las mejías.

-Bueno, ya verás. Le are daño a tú padre. –le disparo a su padre, pero no acertó, simplemente le rozo al grado de herirlo.

-¡Papá! –grito Yeniffer al grado de hacerse tapar los oídos, su madre, el ladrón y su padre. Yeniffer aprovecho eso y corrió hacia el ladrón y le acero una mordida en el brazo donde tenía el arma. Una voz hizo que saliera del flashback, era: el profesor Land, quien le estaba preguntando si ya había terminado la prueba. A lo que ella negó con la cabeza, miro la hoja y observo que ya había terminado, se preguntó ¿Cómo?-en su mente. El profesor noto la papeleta y miro todo hecho.

-Señorita Wells, por lo que veo, usted ya ha terminado. –opino extendiendo la mano para recibir el examen.

-Oh, verdad. Claro tome, aquí esta. –Murmuro algo atontada.

Todos los de la clase, incluso Mack la voltearon ver de una forma muy inusual.

Durante el recreo, Tina se le acerco cuidadosamente, preguntándole que si se encontraba bien, a lo que respondió con un: “si”

-Oh ¡gracias al cielo! Porque me asustaste durante la prueba. –Dijo tocándose el cabello un poco agitada.

-¿Cómo de que te di miedo? –pregunto, frunciendo el ceño.

-No te acuerdas. Bueno… No te copie conste. Pero me di cuenta que te faltaban dos preguntas, hm, también esas no las pude responder, pero eso no es importante.

-Al punto, al punto. –suplico algo impaciente.

-Resumiéndolo. Tú luego de ver las preguntas, como que te dormiste, te apoyaste en un brazo y empezaste a escribir sin ver nada, y contestaste las dos preguntas. –dijo satisfechamente, pero un poco nerviosa. –Tranquila, si vi las preguntas, pero las deje en blanco. Pues recordé las respuestas después de verlas en tu papeleta. En fin todos ya habían terminado, solo tú, más o menos no.

Luego de la escuela, se en camino hacia su casa a pie. Pues su madre iría a realizar unas cosas en el supermercado. De lo más inesperado, un auto rojo Nissan, paso cerca de ella; era Charles, quien al verla detuvo el auto y le ofreció que si quería que la llevara. Yeniffer se negó, pero él insistió hasta al grado que ella accedió.

Durante el viaje todo se mantiene en silencio, ninguna palabra por parte de ambos, hasta que Charles saca al tema lo de la prueba del profesor Land. Ella decide no decir nada, pues aún estaba conmocionada por el recuerdo que tuvo en el salón cuando era una niña y sus padres estaban en un apuro. Él le pregunta que, si se encuentra bien, a lo que ella respondió sí.

Charles le pregunto, la dirección de su casa, para llevarla hasta allí. Pero ella se niega a dársela completa, pues no quiere que su mamá se dé cuenta que Charles la ha traído a su casa.

-Dime ya la dirección. Pues desde aquí ya no se hacia dónde. –dijo relajadamente.

-¿Por qué haces esto? –Pregunto Yeniffer entornando los ojos, como platos.

-Ah, yo solo quiero ayudarte, quiero… pues ser mejor. –contesto algo entrecortado.

-Ah. ¿No conoces donde vivo? Solo unos cuantos kilómetros del parque Búfalo Bayou, es simple. Tú sigue adelante, yo te diré cuando es el lugar correcto.

-Como quieras, pero aun no… sabes que olvídalo. –murmuro en son de rendirse.

-No. ¿Que no te pasa? ¿La pelea? –pregunto, levantando su ceja izquierda.

-No, bueno sí. Espera no. Bueno, no sé. Pero no eso, es lo de hoy en la clase. Fue muy extraño parecías dormida, pero estabas escribiendo tranquilamente. ¿Cómo hiciste eso? –dijo, haciendo una mueca de curiosidad.

-Mira. Te diré algo. No tengo ni idea de cómo hice eso, ni siquiera me había dado cuanta que ya había terminado el examen. Hasta que el mismo profesor me lo hizo notar. Yo la verdad estaba… -dudo unos segundos y luego volvió en sí. –dormida, exactamente como dijiste, estaba cansada y las preguntas eran aburridísimas. –respondió rápidamente y mirando hacia el lado de su ventana del auto.

-Ok. ¡Oh! Mira, ¿estoy bien en esta dirección?- apunto con su dedo una avenida en forma de “T”

-sigue, es más adelante. –convino.

-Muy Bien. –se quedó pensando unos minutos. – Charles.

-¿Si?, señorita Yeniffer. – pregunto exageradamente. -¿Alguna petición?

-No hagas eso, loco. No, es solo que me quería disculpara por como actué el sábado. Perdona, es que estaba algo afectada y también disculpa a mi mamá como te miro.

-¡Vaya! Tú madre es aterradora. –concluyo Charles.

-Solo me estaba defendiendo. – apremio, inclinando su rostro en dirección de sus piernas.

-Ok, me parece correcto. Mi madre habría hecho lo mismo, pero yo no le hubiese permitido interceder en mi vida.

-¿no le permites a tu mamá, interceder en los asuntos personales o problemas cotidianos? – pregunto frunciendo el ceño, lago fuera de lo común.

-Sí. A Si de sencillo, algunas sosas claro que por obligación tengo que decírselas, pero… no importa. –contesto muy tranquilo.

-le hablaste de… ya sabes. La pel… dijo un poco arrepentida por haberlo mencionado.

-sí. Bueno más o menos. Pero a ahora eso ya no tiene importancia. –dijo un poco desganado.

-Está bien. Mira ahí, esa e s mi casa, la blanca hasta el final, pero aquí déjame, gracias. –le dedico una pequeña sonrisa de agradecimiento. –nos vemos mañana.

-Claro, adiós.

Se despidió con la mano, y vio mientras el auto se iba. Llego hasta la puerta de su casa, saco la llave de su bolsón y la introdujo en la cerradura. Entro en la casa. Zeus estaba durmiendo en el patio, Yeniffer se acercó sigilosamente, le empezó a sobar la espalda y rascarle la el estómago que según la forma de como reacciono el perro le encantaba.

Se pasó un rato haciéndole masaje a Zeus, él se despertó y le lamio la mano un buen tiempo.

-Tranquilo Zeus, ya. –dijo riéndose.

Ella tomo una pelota de tennis y se la lanzo, Zeus corrió muy rápido y le trajo de regreso la pelota.

-¡Buen perro! –le sobo la cabeza dulcemente. – ¿tienes pulgas? Eh amigo.

Zeus solo le contesto con un pequeño ladrido, como diciendo: “por supuesto que no”

-Ok, te revisare, creo que te bañaron la semana pasada. Pero antes veamos si tienes hambre. –cuando dijo eso, el perro ladro más fuerte. –Veo que sí, eh.

Le dio, unos huesos que estaban en la refrigeradora, también unos panes, los cuales se estaban desperdiciando en una bolsa, ella los salvo ya que se estaban hormigueando.

-No le digas a nadie, no te puedo dar eso. Pero supongo que te gusta. –murmuro a Zeus, quien se encontraba comiendo muy concentradamente.

¡TOC, TOC, TOC, TOC! –sonó en la puerta.

-¡Ya voy! ¿Porque no tocaron el timbre? ¡Ahgr!–murmuro, caminando hasta la puerta. Vio por el celosillo. Se fijó que era el lechero, quien traía dos botellas de leche. Abrió la puerta.

-Hola, aquí está la leche que me pidió, supondría que es su madre. –contesto un poco dudoso.

-¡Oh! Claro que sí. La recibiré yo, ¿le parece? –pregunto respetuosamente.

-Claro, aquí esta. –le entrego las dos botellas. –Pasare a recoger el envase mañana a la misma hora.

-Gracias. –contesto ella, el señor se quedó esperando en la puerta un poco incómodo, hasta que Yeniffer capto. -¡OH! Lo siento, ahorita le pago. –eso pareció quitarle un poco la incomodidad al señor, que según se veía en su camisa decía: Jorge.

Le entrego el dinero y Jorge le agradeció con una cordial sonrisa, se despido y se marchó.

Llevo las botellas de leche a la cocina, una amplia sala en forma rectangular. Las coloco en el refrigerador, aprovecho para sacar unos nachos. Se los llevo y subió a su cuarto, encendió su MP4, y puso: “Eye of the tiger de Survivor” una de sus canciones favoritas.

Encendió su laptop y entro a Facebook. Charles había publicado una frase, junto con una imagen a la par de una arboleda. En la frase decía: “cuidar el medio ambiente no es una opción, es nuestro deber” le dio un me gusta a la publicación y se salió de Facebook, entro a You Tube y se puso a ver unos videos de francés.

Estaba muy aburrida, llamo a Tina, para preguntarle, que si quisiera ir con ella al parque. Tina respondió a la llamada de Yeniffer.

-Claro, solo dime donde te espero.

-Ok. En el mismo lugar de siempre, cerca del río. ¿Te parece? –Pregunto.

-Muy bien, tráete unos nachos. Por favor. –suplico.

-intentare llevarlos, tengo unos que ya están empezados, pero pasare a Weimar a comprar más. Bueno…Nos vemos ahí.-apremio.

Pasar a Weimar no fue nada de complicado, pero llevar lo comprado al parque sí que lo era. Yeniffer había comprado dos bolsas de nachos, dos coca colas, un recipiente, y unos platos desechables. Eso no parece mucho ¿verdad? Pero el problema era que también se había llevado la bicicleta consigo, y otras cosas de las que ella se arrepintió de haberlas llevado.

Cuando visualizo a Tina a lo lejos cerca del río con una toalla para picnic. Se alegró, y le pidió ayuda. Ella llego corriendo, le ayudo a llevar las cosas, dando a conocer una mirada desconcertante.

-¿En que estabas pensando? ¡Esto es demasiado! Solo mírate. –contesto un poco sorprendida.

-Sí. –murmuro algo cansada. –pero debe valer la pena. Mira ahí hay nachos, coca-colas y otras cosas que nos servirán para mantenernos entretenidas.

-¡Yeni! Esto es mucho. ¿Cuánto dinero gastaste? –pregunto entornando los ojos.

-Hmm, como ejem. Treinta dólares más o menos. No me fije bien en la factura, pero por ahí, le di un billete de cincuenta dólares. –respondió satisfactoriamente.

-¡Wuo! ¿No crees que no lograremos acabarnos eso? –dijo apuntando a las dos bolsas de nachos, con las coca-colas, algunos chocolates y unas galletas.

-Quizás no. –expreso haciendo una mueca de duda. – Pero haremos lo que podamos. Ya no perdamos tiempo y ayúdame a llevar todo esto a allá. –dijo apuntando con su barbilla, donde se encontraba la toalla de picnic.

-Si insistes. Andando. –apremio Tina, emitiendo una gran sonrisa.

-Oh, mira. Casi se me caen los chocolates. –le dijo Yeniffer haciendo un mohín de preocupación.

-Yeni, es solo un chocolate, del montón que trajiste. –respondió dando a conocer una mueca.

-¡Ya! –Reprendió. –nada de hablar. Por ahorita, llevemos esto.

-Pero, la grasa el entrenamiento el… -no termino la frase.

-Por ahora, olvídate de eso. –ordeno Yeniffer, esbozando una sonrisa muy loca.

26. CHARLES

“Pero estando ya presente cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de mano, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de macho cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre y de los otros toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociada a los inmundos, santifican para la purificación de la carene, 14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15 por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las trasgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” Hebreos. 9: 11-15.

Pensar en todo eso, era difícil de comprender, Charles lo había leído ya dos veces y aun no lograba comprender. En su mente no comprendía a que se refería la escritura con “los llamados reciban la promesa de la herencia eterna” no sabía a qué se refería, con esa frase. Deicidio dejarlo y continuar leyendo todo el capítulo. Esa mañana había llevado la Biblia azul que el profesor Henry le había regalado un mes atrás, ya había leído muchas cosas, pero casi no le había dado mucha importancia, sola la veía como un libro cualquiera del cual leía historias. Todo los cuatro libros evangelistas en los cuales se habla de Jesús, ya los había terminado de leer, tenía un montón de cosas que no entendía pero a una si los dio por alto, quedándose con las múltiples dudas, en ciertos momento había querido acudir a su abuela o alguien que supiera, pero al fin de todo se limitó a hacerlo.

Hizo los que más le gustaba hacer durante el recreo después de clase, jugar fútbol, muchos chicos habían formado un equipo para hacer competencias. Él se había unido con unos chicos del tercer curso junto con unos cuantos del segundo curso de la sección B. en fin durante el juego, pudo poner en práctica muchas cosas que le había enseñado Sofía. Aun recordaba lo muy triste que se había puesto, cuando le tuvo que decir que no sentía lo mismo que ella, pues ella parecía muy fuerte de sentimientos, -en fin todas las personas son sensibles en el fondo. –se dijo mentalmente mientras jugaba, lo que causo que se distrajera y se cayera frente de un chico de tercer curso el cual media como dos metros y cinco.

-¿Estás bien? –Pregunto extendiéndole la mano amablemente.

-Ah, rayos. –Murmuro. –Oh, lo siento. Si estoy bien. –acepto la ayuda. –es que me distraje mientras jugaba.

-¡Hum, bueno! Concéntrate. –convino, volviendo al partido.

-Graci… -Ya se había retirado de nuevo al lado contrario. –Muy bien Alex; concéntrate. –se dijo así mismo amarrándose las correas de sus zapatos.

Se dirigió de nuevo donde estaba su equipo defendiendo de unos chicos que estaban a punto de hacer el gol.

Cuando corrió lo más que pudo pero extrañamente logro detenerlo y tomar el balón en su dominio, hizo movimientos muy raros y geniales de los que la mayoría de chicos quedaron impresionados, paso cerca de un chico al que le generaba un poco miedo. Paso muy rápido, que él chico no se dio cuenta que le había pasado la pelota de tunelito, al grado de recibir un: ¡ohhhs! ¡Ahhhs

! Por parte de la mayoría de los chicos de su equipo. Se desplazó velozmente y le dio un fuerte golpe a la pelota en dirección a la meta contrario.

Lo que paso fue muy impresionante, Charles golpeo la pelota a seis metros de distancia la cual se fue en un ángulo poco alentador, pero la fricción del aire permitió un desvío, el cual fue favorable en dirección de una esquina de la meta. El chico de la meta no logro detener el lanzamiento y efectivamente logro acertar el gol.

El timbre sonó en ese instante, todos los chicos del equipo de Charles celebraron diciéndole cosas muy buenas de las cuales nunca se hubiese imaginado que se ganaría y dándoles palmadas de aprobación en la espalda.

Durante la clase de ciencias, la mayoría de las chicas no paraban de alagar a Charles por su destreza durante el partido de fútbol. Mack parecía que explotaba con los halagos dirigidos a Charles, Yeniffer permanecía callada, mientras que el ignoraba todos esas cosas que decían las chicas e incluso algunos chicos de la clase. El profesor hablo de unas bacterias extrañas, las cuales sonaban terribles para Charles. Casi no presto atención por hacer unos bocetos de unas bacterias monstruosas, hasta que el mismísimo maestro se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

-¿Señor Doth? ¿Se puede saber qué es lo que hace? –pregunto tranquilamente.

-Hum, pues… estaba dibujando la bacteria de la cual estaba hablando. –Respondió algo nervioso.

-Bien. ¿Puedo echarles un vistazo a su dibujo? –Pregunto educadamente.

-Claro que sí. Aquí esta. –alargo la mano para darle el dibujo.

El profesor vio el dibujo, en su rostro se pudo ver una mirada de exclamación e impresión junto con un poco de molestia. Se suavizo hacia Charles y le entrego el dibujo.

-Me doy cuenta. –reflexiono por unos segundos. – ¡Tienes talento para el dibujo! –Exclamo, a lo que él se asustó.

-Vaya señor. Pensé que me iba regañar. –dijo. Algo impresionado.

-Claro que es algo extraño su dibujo, pero puedo apreciar su talento, ¿podrías mostrárselo a tus compañeros?

-Ah, claro. –se paró enfrente de todos y mostro el dibujo a todos, algunos no lo alcanzaron a ver, pero lo paso a todos en uno en uno. Aun a Mack se lo pasaron, él lo vio pero lo paso rápido de una manera muy molesta. Cuando rodos lo vieron, se quedaron muy impresionados la mayoría de los chicos, algunas chicas no estaban de acuerdo con el dibujo, pero aun así le expresaron que tenía talento.

-Bien, como ya sabrán. Este joven tiene talento. Charles. –le dijo dirigiendo su mirada hacia él. – Quiero hablar contigo antes del almuerzo. –le dedico una sonrisa de aprobación.

Antes del almuerzo el profesor Connor le pidió unos minutos para hablar con él.

-Mira Charles. –murmuro el profesor. – ¿qué te parecería si dibujas algo para un proyecto que se va llevar a cabo el 18 de enero?

-¿Qué? Es decir, ¿porque? –pregunto frunciendo el ceño.

-No es nada malo. Es solo que tendrás que dibujar un prototipo de unos sistemas que si tú deseas hacer yo te los entregare, para que los hagas en un gran cartel. La nota será para ti, y no tendrás que hacer ningún proyecto para esa fecha. Solo debes hacer el dibujo, y lo presentas tres días antes del evento. –le propuso, entrelazando sus dedos y mirando hacia el suelo un tanto raro para Charles.

-¿Qué le pasa? –Pregunto Charles amablemente.

-pues no es nada, es solo que pensaba que el mural quedaría maravilloso. Muéstrame más de tu talento. Por favor. –suplico.

-Bueno, la verdad es que no me esperaba nada de esto. Mañana le traeré algunos dibujos y modelos de algunas cosas que últimamente he estado haciendo. –respondió un poco nervioso.

-Muy bien. Me parece correcto. Piensa la oferta que te he propuesto. Ya puedes irte.

Charles se había quedado impresionado y atónito por lo que el profesor le había pedido. Luego de un momento a solas llego Frank, quien se veía muy feliz y emocionado.

-Oye, ¿Por qué tan así? –pregunto Charles.

-¿cómo qué? ¡Ah! De esta forma, estoy emocionado, pues el sábado voy a salir con alguien. –dijo mientras sonreía tontamente.

-ya veo, ¿me imaginaria yo, que debe ser alguien especial?

-Sí que lo es. –dijo, mientras se ponía nervioso.

-¿Cómo accedió ella? Si hasta hablar de ella te causa nerviosismo.

-¿tú crees? En fin. Será sensacional. Pero no venía por eso…- se quedó unos segundos pensando. –pues solo quería decirte, ¡hermano, tu dibujo de esa bacteria monstruosa, impresionante! No me habías dicho que dibujabas.

-Gracias, no es para tanto el dibujo. –le dijo en señal de aprobación a su comentario, le dirigió una mirada seria y luego sonrió diciendo mientras se alejaba. –Hay muchas cosas que no te he dicho. Adiós.

Compro una hamburguesa, junto con una “Seven up” muy fría. Las cuales pudo disfrutar bajo la sombra de un árbol, el cual estaba cerca de la cancha de voleibol. Luego de haberse devorado la hamburguesa, se quedó observando, a las chicas de Voleibol jugar, pudo ver, que una de ellas era Yeniffer: la cual destacaba bastante en medio de las demás chicas. Según un grito de una chica de segundo curso, el puntaje iba a favor del equipo donde se encontraba Yeniffer. Se pasó la mayor parte del tiempo ver jugar a las chicas, que llego al grado de querer bajar las gradas e unirse al juego con ellas. Claro. Podía hacer eso, pero eso sería algo impropio de él, pensó.

El timbre sonó, lo cual significaba que el tiempo para almorzar había finalizado. Se unió al grupo de estudiantes, los cuales se dirigían hacia el salón donde también tenía que estar Charles. En el grupo se encontraba Frank, quien iba hablando con Yeniffer, Tina. También iba Mack, Robert, Neil, James, Lissa, Kate, Jacob, Margaret. Los cuales iban murmurando algunas bromas que habían hecho durante la semana.

La clase de lengua fue devastadora para Charles, tener que hablar de los dioses griegos, la triste tarea de leer la Ilíada, junto con otras obras como: Esquilo, Homero y otros griegos de los cuales no le interesaban para nada en absoluto. Muchos chicos del salón dijeron que ya las habían leído en el curso anterior y que les interesaba mucho. También hubo un chico llamado Rayan, el cual la mayoría de su tiempo libre se la pasaba leyendo. Menciono que había un escritor famoso que había hecho libros de aventura acerca de los dioses griegos y romanos, el cual se hacía llamar: Rick Riordan, menciono muchas cosas que para Charles no fueron más que aburrimiento crónico. Por otro lado, Yeniffer se mostraba ansiosa por leer esos libros, a lo que Charles pensó que era una pérdida de tiempo. La clase termino, la maestra proporciono notas históricas acerca de esos famosos griegos y romanos los cuales escribieron obras muy famosas, las cuales habían sido traducidas a muchos idiomas. Él dedico unos minutos a ojear su libro, donde se mencionaba un poco de la historia de algunos escritores de la época antigua, pudo ver que estaban en la lista un tipo llamado: “Tito Macío Plauto.” un romano el cual había escrito muchos libros en latín, uno de sus más destacados: “la Olla” una historia de una olla la cual estaba enterrada, con oro. O por lo menos eso fue lo que logro entender Charles, además del famosísimo Mío cid. Un aburridísimo libro del que no estaba ansioso por leer de su parte. Al cual tenía por obligación que leer, para los exámenes que serían en aproximadamente en dos semanas.

Esa tarde, se la tuvo que pasar leyendo los aburridos libros, los cuales no tuvo que comparar porque su abuela tenía una biblioteca llena de libros, donde pudo encontrar todos los libros que le había pedido la maestra. Junto con otros que para el futuro tendría que leer.

La Ilíada, estaba muy aburridísima, trataba acerca la guerra de Troya y los Aqueos, quienes estaban siendo liderados por Agamenón, el cual se hacía llamar muchos méritos por sus destrezas y también aparecía el famoso héroe: Aquiles, con mucho más cosas que hacían que el aburrimiento de Charles aumentara de mal en peor. Leyó 50 páginas de las que termino asqueado, le pareció mejor leer la Biblia, que para esas alturas ya iba teniendo más lógica. Se preguntaba, muchas cosas, las ideas locas de los griegos.

-¡Qué locura, eso de estos dioses! Esos griegos estaban chiflados, al igual que los romanos. –resoplo al haber terminado de leer “Prometeo encadenado, Electra, y otros escritos cortos.”

Después de haber leído un montón, bajo para cenar. Donde ya estaba su madre y su abuela; quienes hablaban seriamente. Charles solo logro alcanzar que su abuela le decía: “no habría problemas con que se quedara un tiempo más.” Entendió de inmediato de lo que estaban hablando. En su mente recordó, lo que su madre le había dicho, “nos quedaremos con tu abuela, pero solo será un tiempo.” –Creo que ese “un tiempo” llego a su fin. –Murmuro en voz baja.

Se acercó lentamente a la mesa, cuando se hubo acercado, ambas cambiaron su tono al momento de verlo. Le dedicaron una sonrisa un tanto forzada.

-¡Hola! –dijeron al unísono.

-Ho-la. –dijo un poco entrecortado, luego se sentó y se quedó de brazos cruzados en modo de distracción.

-¿y cómo te ha ido? Mi nieto favorito. –Apremio.

-¡Bien! –murmuro.

-¿Bien? –pregunto su madre, frunciendo el ceño.

-Sí. Estoy bien, no te preocupes. –dijo un poco más suavizado.

-muy bien, ¿porque no iniciamos la cena? –pregunto la abuela, quitando el ambiente tenso. – ¡Alfred! Ven acá con la cena por favor. –ordeno.

-De inmediato. –respondió el cocinero.

-ok. Y dime Charles, pude observar que estabas leyendo un libro. ¿Qué piensas acerca de mi biblioteca? –Pregunto ansiosamente.

– Hmm. Es muy grande e impresionante, deberías verla mamá. –opino Charles.

-verdad que sí. ¡Es genial, tú abuelo me ayudo con la colección! Hay más de sesenta libros de autores del siglo XX. Y otros títulos que leímos en la segundaria y en la preparatoria, uno de mis favoritos es: Romeo y Julieta, de William Shekspire. Otro es… -no pudo seguir pues en ese momento Alfred traía la comida.

Puso en la mesa: huevos fritos, frijoles, guacamol, plátanos fritos, pan francés, queso fresco y crema. Una cena algo poco común para Charles. Sin embargo se la pasó en grande disfrutando de los bocadillos, se la había pasado leyendo y haciendo las tareas que no había comido nada después del almuerzo en la escuela.

Su tía y madre lo observaban como devoraba las rebanadas de pan junto con el guacamol. Él se dio cuenta que lo observaban, pero cuando lo hizo, ya era demasiado tarde.

-¿qué? –pregunto frunciendo el ceño, mientras terminaba de tragarse un pan.

-¡Oh! Lo sentimos. –dijo su abuela. – pero, cariño, tranquilo. No tienes prisa, come despacio.

-Aja, lo siento. Comeré más despacio, es que… Hmm, tengo hambre. –dijo rápidamente sin dudar nada en absoluto.

Termino de cenar. Le dio gracias a su abuela al igual que Alfred, a quien le halago con su buenísimo guacamol de la mano con los plátanos de los que había disfrutado a lo grande. Cuando estaba a punto de subir hacia su cuarto, pudo ver con el rabillo del ojo a Sofía, la cual venía con John. Acelero más el paso y subió lo más posible, antes de que lo vieran.

Se cepillo los dientes, se lavó la cara y se limpió las manos. Encendió la consola de PlayStation y se dispuso a jugar Mortal combat. Paso dos horas jugando, no se dio cuenta del tiempo que había estado en el juego, hasta que oyó un golpe en la puerta. Se dispuso a abrir la puerta. Llego un poco desorientado. Quien estaba frente a la puerta era Sofía. La cual iba vestida con unos Shorts blancos, sandalias y una camisa de Hollywood. Llevaba el cabello recogido en una coleta color negra. Iba un poco despeinada, pero eso no le quitaba lo atractivo.

Charles abrió la puerta, y pudo observar que Sofía le dedicaba una sonrisa un poco hipócrita.

-Hola, solo venía a decirte que te llama tu madre, solo iba de paso para la habitación de mi padre y pensé en avisarte. –dijo un poco en seco.

-Muy bien en seguido bajo, solo apagare la consola. Estaba a punto de pasar de nivel en Mortal Combat. –Murmuro entre dientes.

-¿Juegas eso? –haciendo una mirada, como quien ve a un alienígena, de mucha extrañeza.

-Pues… sí. Es un juego muy Guay, me gusta mucho. ¿Porque?, veo que a ti no te parece lo mismo.

-¡No! Me encanta. –dijo entusiasmada. –en serio. He jugado un montón en la consola de PlayStation 3 y 4.

-Si quieres podemos jugar, luego que regrese. No me lo imaginaba pero ¿Qué te parece? –pregunto un poco nervioso.

-Hmm. –Vacilo por unos segundos. –Claro, me parece genial, pero apúrate, que ya te están esperando abajo. Te he distraído. –dijo sonrojándose.

-Tranquila, no me has distraído, es solo que hemos hablado, bien. Ahora bajo.

Apago la consola, se puso unas sandalias y luego de estar listo, bajo por las escaleras. Vio que en la mesa estaba tal como le había dicho Sofía. Un ambiente muy tenso. Se acercó un poco disimulado, mientras su abuela y madre hablaban entre murmuras.

-¿Hola? –pregunto frunciendo el ceño.

-Charles. –dijeron las dos al unísono.

-Mira, ven aquí, siéntate. Necesitamos hablar acerca del algo muy importante.

Charles se sentó, en una silla, la cual estaba situada cerca de su madre y abuela.

-Mira, hijo. –dijo su madre suspirando. –Es bonito aquí. ¿Verdad?

-Sí que lo es. –Expreso viendo el rostro de su abuela, el cual estaba un poco triste. –Abuela, ¿te pasa algo?

-Mira, estos tiempos han sido momentos memórales y muy buenos, pero recuerda que nada es para siempre. Dile Lincy. –dijo en tono triste.

-¿Que me tienes que decir, mamá? –pregunto un poco preocupado.

-No es nada grave. Recuerda que cuando llegamos a Texas, le dije a tú abuela y a ti, que nos quedaríamos con ella. Pero también eso era solo un tiempo. Entonces ese momento llego a su fin, nos mudaremos a 22 millas de aquí. La direccione: 10031 Burgoyne Road, TX 77042. A 30 minutos de la preparatoria, y como el nuevo trabajo en el que iniciare el lunes, de sebe pasar cerca del parque Búfalo. Entonces te podre dejar en la escuela.

-Estas diciendo, que nos iremos de aquí. –dijo algo desconcertado, pero recuperando la compostura de inmediato.

-Sí. Es eso lo que quería decirte.

-si Charles, me gustaría que se quedaran más tiempo. Pero tú madre insiste. –volteo a mirar a su hija, con una mirada de súplica.

-No. Mamá. Ya te dije. Hemos estado aquí como más de un mes, es suficiente. –expreso definitivamente.

-Como quieras. – expreso la abuela, en plan de vencida. – pero Charles, ¿tú qué opinas?

– La verdad, no lo sé. Aquí es muy genial. Pero si es lo que mi madre quiere tendré que obedecer. No te preocupes abuela, te vendremos a visitar. ¿Verdad mamá? –Dijo dirigiendo su mirada hacia su madre.

-Por supuesto que sí. –exclamo ella.

-Muy bien, espero que la hayan pasado muy bien aquí. Será triste, pero espero que les vaya bien a ustedes. –dijo un poco triste.

-Mamá. Te visitaremos, además estarás ocupada atendiendo tu negocio, y también estarás ocupada. Y la navidad se acerca, te prometo que vendremos.

-Muy bien. –dijo en tono apagado.

-¿Cuándo, tienes planeado que nos iremos? –pregunto Charles, mirando hacia una pintura al fondo de la sala.

-el sábado por la mañana. Específicamente a las 9 de la mañana.

-Oh, eso. Bueno, veras te conté lo de la expulsión, pues como veras, me dejaron entrar este lunes. Pero eso fue porque el profesor de ciencias hablo por mí, y convenció a la que paso la semana pasada, pero. Tengo que presentarme a la preparatoria los sábados de ocho a doce del mediodía. Pues el principio era hasta el doce de diciembre, pero para hacer más “justicia” ahora será hasta el veinte de diciembre. –termino algo nervioso por saber la reacción de su madre y abuela. Las cuales su rostro daba a conocer incertidumbre y un poco de molestia.

-¡Santos cielos! –Murmuro su abuela. – ¿porque no habías dicho esto, muchachito?

-Ejem… pues no lo sé. Pero pensé que no sería importante. –dijo en voz baja.

– ¿No sería importante? –reflexiono unos segundo. – ¿recuerdas nuestro trato? Se suponía que no tenías que meterte en problema. –dijo en un tono muy fuerte, que hasta sorprendió a la abuela.

-Tranquilizare Lincy. –apremio la abuela. –Cálmate, hija, ten paciencia.

– ¿Paciencia? Sí. ¿Cómo no? Eso es lo que me falta. –dijo tranquilizándose, pero poniéndose de pie. – ¡Mamá! No sabes lo que este chico ha hecho durante dos años. Haciéndome la vida imposible. Y…

-Recuerda, que estoy aquí. Y nuestro trato consistía en que no me expulsaran y ¿lo han hecho? –dijo en tono irónico. –creo que no. Ahora me voy.

-Charles, espera. –dijo su abuela.

-Gracias por todo, pero ya oíste a la jefa. Nos vamos el sábado. –repico en tono seco, hablado de espalda mientras se encaminaba a su habitación.

La partida con Sofía en Mortal Combat, le ayudo a aclarar las ideas. Por lo que Charles se fijaba, ella disfrutaba jugando. Jugaron hasta las 10: PM. Luego Sofía le agradeció por la oportunidad. Antes que esta se fuera, él le conto acerca de la decisión de su madre, a lo que ella termino apoyándole y dándole ánimo. Luego de esa charla motivacional, se quedó completamente dormido, trabajando en algunos dibujos que le mostraría al profesor el día siguiente.

Luego de eso se quedó pensando cuando, su abuela le había insistido en ir al Campeonato de nativos americanos Pow Wow, El cual se celebraba el primer fin de semana de noviembre. Donde Houston acogió uno de los campeonatos más significativos para la comunidad indígena de los Estados Unidos. Cientos de indígenas de todo el país se reunieron para competir durante dos días con bailes y cantos tradicionales. El campeonato va acompañado de comida, piezas artesanas, exposiciones de obras de arte, etc. Sin duda fue algo súper interesante. Más el echo cuando su abuela había participado en un baile. Eso fue una oportunidad de oro para acercarse a la cultura indígena, una experiencia muy interesante. Sin embargo él no le tenía tanto aprecio a las cosas artesanales, pero llego a reconocer que poseían un gran talento. Su abuela había comprado muchas cosas ese día. Ella quería ir el siguiente día, pero tenía que atender unos negocios y Charles tenía un proyecto en manos que debía que terminar, el cual fue muy satisfactorio ante los profesores.

Pensar todo eso, divertirse con su abuela, pasar tiempo con Sofía. Todo eso le recordaba su padre, el cual en vida había sido una gran persona, alguien sin igual, alguien protector, amable, confiable y un icono de las personas sinceras junto con muchas aptitudes las cuales lo dio a conocer. Charles comprendía absolutamente, la razón por la que su madre se había enamorado locamente de él. Lo que abecés dudaba era, por que su padre se había enamorado de su madre. Pero él aunque no quisiera aceptarlo, sabía la respuesta. Su madre había cambiado por la pérdida de su alma gemela, de vida, de complementación, de su amigo.

Muchas variables las cuales la habían hecho cambiar drásticamente, sin embargo había cosas que le hacían cambiar de pensar de su madre. La forma de como actuó frente a su abuela no le gusto para nada, pero había aprendido que si alguien decía algo malo de una persona, no habría que recurrir al mismo tono, sino contraatacar de una manera tranquila, como si el insulto o el comentario benigno no le hubiera afectado. No le había mencionado su nombre, sino más bien “este chico.” Tardo minutos en asimilarlo, pero lo dio igual cuando ya lo había asimilado.

27. CHARLES

El profesor no paraba de ver los dibujos, los miraba y los volvía a observar minuciosamente. Charles ya se había aburrido, llevaba esperando por quince minutos a que le dijera algo, sin embargo no. No le había dicho ni una palabra, y para más, le había dicho el profesor que se quedara allí por que terminaría rápido de observar. Ya cuando estaba por el último, los cuales habían sido diez dibujos de paisajes, un laboratorio, partículas atómicas, retratos de actores famosos donde había dibujado con una habilidad sorprendente a Robert Dawner Jr. Quien se encontraba con un esmoquin color negro y un peinado típico del actor, su inminente sonrisa.

-Veo que te gusta, esto de Robert. ¿Verdad? –Pregunto arrugando el ceño.

-Sí, me gusta su actuación y por si fuera poco. Sé un montón de cosas de su vida, además de las filmaciones en el papel de IROMAN, se dice que piensa abandonar el UCM. –dijo satisfactoriamente.

-Hijo, lo sé. Solo con ver esto de aquí puedo notar que te interesa mucho acerca de él. –convino un poco agitado.

-¿Le pasa algo? –Pregunto Charles un poco preocupado.

-Estoy bien, es solo un pequeño resfriado. Pero ya he terminado de observar, me parece muy bueno esto. Ahora imagínate, para el proyecto de enero, ¡será una pasada! -expreso entusiasmado, pero aflojándose la corbata en señal de tener calor. -El evento con tú talento será genial. Ahora puedes irte, le tomare algunas fotos a estos diseños, incluso al de Robert Dawner Jr. ¿si no te importa, desde luego? –pregunto.

-Claro, después del receso puede entregármelos. ¿Qué le parece? –dijo tranquilamente. –pero ¿seguro que está bien?

-¡Estoy perfecto! Como nunca. –Esbozo una sonrisa un poco forzada.

-Muy bien, adiós. –se despido con la mano. –nos vemos y gracias por interceder por mí, cuando estaba suspendido, se lo agradezco.

-No fue nada. Yo sé que tienes talento y quiero que uses tu potencial para lo correcto y seas una persona exitosa. Dios hará de ti cosas grandes. –expreso, antes de que Charles saliera del salón.

-Si claro. –Murmuro mientras caminaba para dirigirse a las gradas.

En las mesas cerca de la cafetería se habían reunido algunos chicos, los cuales estaban murmurando cosas a las que Charles no logro alcanzar a oír. Pero dentro de poco este se dio cuenta de que se trataba. Algo sin importancia, se trataba de la lámpara que había reparado con don José el sábado anterior. Unos chicos se quedaban a observarlo y a decir cosas como: “pensé que no lo repararían, ¿quién fue el responsable en dañarlo? Pero ha quedado muy bien, muchos chicos dicen que de noche se ve genial.” Algo tonto para hablar. Algunos chicos del primer año de la sección A se la pasaba hablando de cosas normales como siempre: películas nuevas, los fanáticos de Marvel hablaban de posibles teorías para la próxima entrega de Avengers. En fin un día normal en la preparatoria Manos de Dios, los seminarios de los sábados seguían su curso de siempre, el nuevo ministerio de la escuela que hace poco de una semana había sido lanzado, el cual consistía en que para la semana de navidad, el equipo de la iglesia de la escuela donarían comida a las personas que ni tienen y viven en las calles. Los profesores habían pasado listas para ver quienes querrían unirse a ese ministerio, muchos chicos lo habían hecho, incluso Yeniffer se había unido, algo que lo había motivado a Charles a unirse también.

Tina se acercó a él, murmurando entre dientes unas fechas, que hasta donde sabia Charles tenían que ver con el nuevo proyecto de Historia. Le dirigió una leve sonrisa, luego cambiando a una mira seria.

-Hola Charles, sabes. Pienso que eres un buen chico y un gran aliado, entonces quería preguntar… que si… -Vacilo por un momento hasta al grado de entrar en seguridad. –quería preguntar si querías unirte a mi grupo de Historia.

-Oye, ¿porque vacilaste tanto? -Pregunto.

-Hmm. No lo sé, lo importante es que la pregunta ya está hecha. ¿Sí o no? –Pregunto decisivamente.

-esta ok. –Respondió sin pensarlo.

-¿esta ok, que? -murmuro frunciendo el ceño. –Bueno, eso me imagino que es un sí. Pero eso fue raro, entonces al salido te doy tú parte de lo que harás. ¿Ok?

-Sí, no hay problemas. Por cierto ¿has visto a Frank? –dijo toqueteándose los nudillos de su mano derecha, haciendo memoria del brutal golpe que le había dado a Mack.

-¿Frank? Hay el Frank. –dijo riendo extrañamente un tanto perturbador. –Pues el chico está loco, está en la cancha de Fútbol practicando. Algo extraño de él, pues generalmente le gusta más el baloncesto. Ejem, me tengo que ir, adiós, Frio.

-Oye, ¿Por qué Frio? –pregunto Charles algo sorprendido. –no te entiendo. –Tina se encogió de hombros y se marchó.

“Frio.” -Extraño. –pensó. Se fue a la cancha de Futbol para buscar a Frank, el que raramente se acercaba a dicho terreno. Hasta que las cosas se pudieron claras. Hace unos días había dicho que saldría con una chica y por lo que él sabía esa chica tenía que ser alguien que el mismo conociera. Recordó la noche anterior cuando jugaba, Sofía no se mostraba conmocionada ya, por la declaración, al contrario se veía feliz y tranquila. Cayo en la cuenta que Frank había aprovechado aquello para amistarse más con Sofía y como tal ella amaba el fútbol, la razón por la que estaría en la cancha de Fútbol.

Cuando ya se encontraba a una distancia de 15 metros de Frank, se sorprendió lo que el chico hacía, totalmente impresionante para ser un novato en ese deporte. Realizaba movimientos rápidos y bien generados. Se acercó al campo y lo saludo con la mano a lo que Frank respondió de igual manera, levanto el balón del suelo con una técnica muy sencilla, cosa que le tomo a Charles aprender tres días.

-¡Charles! –grito Frank alegremente.

-Eh, Frank. ¿Cómo te ha ido? –Pregunto Charles, sonriendo.

Cuando estuvieron cerca los dos, empezaron una larga conversación, ambos se contaron las cosas que le había pasado durante esa semana, Frank admitió que había aprovechado la reacción de Charles con Sofía a su favor, a lo que él reacciono serenamente y de una forma tranquila. Le conto que muy pronto se mudaría de donde actualmente vivía y que se mudaría a una casa a treinta minutos de la preparatoria. También le pregunto que como iba su relación con Sofía.

-Compañero, Tina me ha dicho lo del grupo, ¿te unes? –pregunto.

-Ya lo hice. –contesto mirando hacia el edifico de la preparatoria.

-Ah, pues bien, porque quiero ver tus capacidades en funcionamiento y por ser el mejor dibujante, serás el que haga el cartel esta vez. No creas que no me di cuenta, antes de esa rara bacteria yo ya sospechaba aunque me mostré que no sabía, pues para no llamar la atención, también por ahí alguien me dijo.

-¿A, si? Adivino. Sofía, ¿verdad? –lo miro a los ojos y Frank no pudo evitar sonreír.

-Exactamente, eres sabio. Pero recuerda lo que dice el…

-Ya lo sé. “Dios permite el conocimiento” por Jeff Connor. Lo sé. –Murmuro.

-Estas aprendiendo, buena. Ahora si quieres puedes acompañarme, por lo que he visto anteriormente tú ya manejas este deporte. ¿Verdad?

-No lo sé, no lo he practicado en una semana. –convino.

-vamos pues, el receso terminara dentro de poco.

-Muy bien, aquí vamos de nuevo. –Murmuro.

-No te hagas el rogado, tú puedes, ya lo has demostrado antes cuando jugaste con Sofía, por cierto ella estaba muy loca por ti.

-¿ella te lo ha dicho? –Pregunto frunciendo el ceño.

-sí. Pero eso ahora ya no tiene importancia. Andando. “Frio” –Murmuro en voz baja.

-¿Que dijiste? –le dirigió una mirada interrogativa.

-Ejem. Pues “Frio” hace mucho, no crees. Ya se viene navidad.

Charles dio a conocer un rostro muy extrañado, al grado de hacer que Frank, lo soltara todo.

-Muy bien, ahora todos te dicen a sí. Porque tiendes a comportarte de esa manera, frio como el hielo, la verdad yo lo hago por broma, no porque crea que lo eres, aunque en ciertos momentos lo pienso. Pero en fin tú no sé si te has dado cuenta, pero hay un montón de chicas y he visto que nunca interactúas con ellas. Vamos hombre. –le ánimo. –deberías hacer algo por ti.

-Pues, la verdad si me interesa alguien, pero a lo de frio, hace un poco. En fin volviendo a lo de mi apodo. Pues cierto en cierto modo, pero no interactuó por diferentes razones, pues la mayoría de las chicas que he conocido valen la pena, ¿entiendes?

-¿Hasta Sofía? –pregunto levantando las cejas.

-Bueno ella sí que lo vale, pero eso es diferente. Una cosa es hallar a alguien que sea genial con uno, interesante y otra cosa es que tú no sientas nada, por esa persona nada más que amistad.

-Bien… ¡Hey! Nos hemos desviado del verdadero objetivo, recuerda que jugaríamos, veamos que tan bien juegas, eh, Charles

Despejo toda la conversación con Frank y se concentró en el juego. El chico había mejorado pero aun así Charles le dio unas lecciones las cuales había aprendido con algunos chicos de segundo curso. Jugaron los siguientes diez minutos restantes, trazaron ángulos extraños y movimientos raros los cuales fueron resultados de mala concentración.

Luego del agotador partido, Charles entro en el aula y observo que en su mesa estaba todos sus diseños gráficos que el profesor Connor había visto. Los tomo y los guardo en su mochila, luego se sentó en la silla, y espero a que los demás entraran. En su mente recorría la imagen del sábado anterior cuando en el bus, había visto a aquel tipo que era idéntico a Flyli.

Vio que los chicos ya estaban entrando al salón, antes que el profesor de Matemáticas entrara, saco su teléfono y reviso su Instaran donde pudo ver algunas fotos de su primo que últimamente había publicado.

“el muy sinvergüenza, se saca fotos en Hollywood, que cosa” –se dijo en su mente. Su primo aparecía en california en una de las centrales, donde arriba del aprecia un letrero de Hollywood, el cual estaba exaltado en letras muy grandes. Michael ya llevaba bastantes seguidores en sus redes sociales. A Charles nunca le había importado la fama de las redes, sino más bien, mantenerse en el anonimato era una de sus pasatiempos favoritos.

Durante su estancia en las calles, junto con las pandillas, se le habían declarado muchas chicas, incluso mujeres de treinta a cuarenta años. Personas que no les importaban los resultados de todas a aquellas cosas, pero Charles nunca quiso acceder a nada de lo que le dieran, nada de nada. Alguno de sus amigos de las pandillas le decían insultos por no acceder a acostarse con las chicas que le ofrecían. Sin embargo, algunas cosas le habían obligado a realizar, como drogarse. Era algo que pensaba a menudo, su madre jamás se dio cuenta que hacia eso, pero para lo bueno de todo es que nada de eso le genero adicción, sino que aquellas acciones hicieron que su vacío se incrementara.

Guardo su teléfono en su bolsillo y luego Salió de sus pensamientos cuando, el señor Anthony entro en acción en la sala.

-¡Muy buenos días, jóvenes, les tengo una sorpresa! –dijo muy emocionado, mientras sostenía su bolsón, junto con la laptop en sus manos. –como verán, no hemos realizado aun los exámenes, entonces, pensé ¿y si realizara una actividad, antes, para ayudarlos, porque el examen estará muy complicado? Entonces, aremos grupos de tres personas y andando, les daré lo que harán. Eso sí, deben hacerlo aquí, de lo contrario no obtendrán los puntos extras que deseo darles. ¿Qué opinan? –Pregunto, frunciendo el ceño.

-¡sí! –gritaron algunos al unísono.

-Ok. Hagan los grupos rápidos y cuando estén listos les daré una hoja, donde está la actividad…

Una actividad como esa correspondía a un porcentaje de nota muy buena, el problema era es que con los chicos que más o menos se relacionaban ya estaban unidos en un solo grupo. Yeniffer, Tina, Frank. Qué ironía. –Pensó.

Reprimió una mala palabra y se fue donde estaba el maestro, viendo unos datos de promedios y revisando unas extrañas ecuaciones que Charles ni siquiera conocía.

-Profesor. –dijo.

-¿Si? Señor Doth. ¿Puedo ayudarle? –Pregunto.

-Ah, pues. Vera es que no hay más personas, entonces le quería preguntar si ¿podría realizar la actividad solo? –murmuro algo nervioso por la severidad con la que actuaba el maestro cuando los chicos se portaban tontamente en su clase.

-Veamos, aja, eje. Sí. Creo que tienes razón. Todos están en tríos, excepto tú. Pero es extraño ustedes ni siquiera están organizados en un numero de tres hasta llegar al 37. –se tocó su bigote por unos segundo, en señal de estar pensando.

-Ejem, es. Por… -no logro terminar la frase, pues el maestro la dijo.

-¡Han faltado! Cuatro alumnos. –grito un poco raro. Todos los chicos se quedaron en silencio para ver lo que sucedía.

-¿Y bien? ¿Qué dice? No deseo estar en otro grupo, quiero hacerlo solo. –espeto.

-tranquilos chicos, no es nada, sigan organizando, pues dentro de dos minutos les daré lo que harán. –dijo a los que lo habían vuelto a ver. –Muy bien, te permitiré, veo que usted es un chico brillante, entonces le propongo un trato. –Pregunto, sonriendo raramente. Esa típica sonrisa loca, cuando se emocionaba explicando a aquellos grandes griegos y personajes matemáticos.

-¿De qué se trata? –dijo Charles frunciendo los labios.

-Pues lo que tienes que hacer, es hacer lo que está en la hoja de actividad, con la diferencia es que. –saco de un folder un examen muy largo. –es que este es para chicos de segundo curso, claro tiene cosas que son de este curso, pero ya me entiendes. Te daré dos días, para que lo hagas y si todo lo haces bien o por lo menos sacas un noventa u ochenta, te pasare el examen y no lo tendrás que hacer, ni tampoco esta actividad, según los resultados del examen anterior, pude diferenciar tu capacidad. Eres listo. –Le apremio.

-déjeme verlo, por un minuto. –le pidió.

Claro, toma. Decídete rápido, pues si cambias de opinión te daré esa actividad que todos harán y siempre harás el examen, será agotador pero sé que no es ninguna barrera para ti.

-Muy bien, aja, sí. Ya, esto. ¿Cómo era esto? Oh, claro. Muy sencillo. ¡Agr! Olvide esto, muy bien, ¿Qué hay aquí? Oh, esto está muy regalado. Ok. –dijo terminando de ver todo el examen. –Si. Acepto, quiero hacer esto. E iniciare de inmediato. Si lo termino hoy se lo daré.

-Tranquilo Einstein. –le dijo. –pero ni siquiera yo lo termine en dos horas, a menos que seas un cerebro.

-Ok, hare lo que puedo, aunque no recuerdo algunas cosas. –murmuro viendo uno gráficos.

-¿Qué no entiendes? –el maestro se acercó al examen y vio la parte de duda de Charles. –Oh, eso es fácil. Solo tienes que hacer…

Ya estando en la prueba del loco profesor de Matemáticas, se concentró lo más posible en todos los documentales que había visto, cuando estaba con su padre. Recordó las escenas cuando su padre le decía que sería de utilidad saltarse cosas de un nivel alto. Su padre le había enseñado muchas cosas de matemáticas, era la razón de su materia favorita, su queridísimo padre se había graduado de Físico matemático en la universidad, pero meses después estudio Administración de empresa, utilizo sus conocimientos para crear una empresa, que durante un tiempo era reconocida, pero tras su muerte las cosas cambiaron por el trágico control con el que la había llevado su madre.

Volvió al presente, donde se encontraba con una prueba súper difícil a la que tardo unos minutos en entender. Tomo algunas páginas de su cuaderno e inicio.

28. YENIFFER

Una agotadora actividad. Se había sentido mal por Charles, se había quedado solo, sin nadie que le ayudara en los problemas. Pero lo más sorprendente fue que después que la mayoría habían terminado la actividad de tres páginas. El muy loco se comportaba muy raro, reía extrañamente, cosa que Yeniffer nunca había visto, pero lo más interesante, era que mientras reía, su concentración en el papel era sorprendente.

Pudo visualizar un poco de la prueba de Charles, pero para su sorpresa observo que no era igual a la que ella había realizado. Sino que era una más complicada y más larga. Llevaba ecuaciones muy complejos, gráficos y muchas cosas que casi no logro reconocer. Pero lo raro era que Charles no paraba ni un momento de escribir números, su mano escribía y sus ojos parecían demostrar estar en otro lugar. Yeniffer le dijo por su nombre varias veces, pero ni aun eso le hizo quitar su desconcentración del examen, por lo que leyó en la parte de arriba decía: Test de 2 curso.

El profesor le había puesto a realizar algo tan complicado. Su curiosidad no paro de asecharla y le fue a preguntar al profesor. Quien le respondió cordialmente que la prueba de Charles era un test de la universidad. Ella le dijo que era lo que él pensaba de esa prueba. El maestro le dijo que Charles pensaba que era una simple prueba de segundo curso de preparatoria. Algo muy sorpréndete fue que después de haber hablado con el señor Anthony, pudo apreciar cuando Charles se levantaba de su asiento revisando revés y al derecho de el examen. Entrego el examen y le dijo unas palabras en el oído al maestro y luego regreso a su mesa.

Tuvo un deseo grande de ir a preguntarle a Charles, y decirle como le había ido, pero reprimió ese deseo y espero el timbre para el almuerzo.

Al irse a la casa, se fijó que Charles iba caminado, tuvo el deseo de ir y darle un empujón a su casa, pero estaba segura que su madre no estaría de acuerdo. Llevaba abierta el lado derecho de la ventana, tomo una bocanada de aire y lo contuvo por diez segundos, luego lo exhalo relajadamente, su madre no le dijo nada, solo le dedico una mirada de complacencia.

-¿Qué te pasa? –Pregunto sin ninguna intención.

-Nada, es solo que un chico de mi clase, de matemáticas se quedó solo hoy en una actividad y… No sé, me dio lastima.

-No te preocupes, eso no es tu problema, aunque mal para tu compañero. –dijo sin intención mala.

-Si. Pero lo más interesante de esto es que. El muy loco logro terminar solo, y para ser honesta su prueba estaba dificilísima. –Apremio.

Su madre se encogió de hombros y le dedico una sonrisa compasiva, llevando su mano derecha a su muslo, típica acción que solía hacer cuando no sabía exactamente la respuesta a los problemas de su hija. Levanto su mano de su muslo y lo llevo en dirección a la timón del auto, apretó los dientes y dijo un pequeño murmuro al cual Yeniffer no logro oír bien.

-¿Qué fue lo que dijiste, mamá? – pregunto ella frunciendo el ceño.

-Nada, importante. Solo pensaba en lo de tú tía. Yeniffer será una pesadilla. – Exclamo. – Creo que fue un error.

– Mamá, tranquila, relájate. Respira.- le animo haciéndolo ella también. – debes tener cuidado, estamos yendo a 70Km/h. ten un poquitín de cuidado y deja lo de tú hermana para después, luego podremos hablar.

– Lo siento, y gracias por calmarme, podría haber pasado alguna tragedia. En fin, tienes toda la razón. Tengo que mantener la cordura, no voy a perder el juicio simplemente por una reunión con mi queridísima hermana. No pasara. – se dijo. Mientras miraba la frente en el volante y Yeniffer la miraba extremadamente con una sonrisa, que pasaba de eso a una mueca.

– ¿Que te da gracia? Para que te rías y hagas esa sonrisa loca. –Reprendió tranquilamente.

Yeniffer no pudo más y se empezó a reír más de lo normal, algo impropio de ella. – veras es que me da mucha gracia tu monologo de hace un instante, fue muy bueno. Pero ya enserio. –Dijo quitándose las lágrimas de tanto reír- Ya está. Ok, ahora sí. Bueno mamá, debes controlar lo que sientas por mi tía, recuerda que es parte de la familia y a la familia jamás se abandona, pero te diré el motivo de mi risa. – Reflexiono por unos segundo viendo el rostro de su madre mientras conducía, tomando el volante con demasiada fuerza, dando a ver su nudillos blancos, por la fuerza ejercida y sus palpitantes venas que se desplazaban por la mano de ella. – Es: estabas graciosísima cuando te lamentabas, pero perdóname por haberme reído.

Su madre se mantuvo callada por unos minutos y luego de eso, empezó a reír de la nada, volteando a ver a su hija y volviendo a la volante. – ¿Vedad que si es divertidísimo? – Pregunto riendo placenteramente. Siguió por el camino con la misma actitud, muy impropio de ella, pero continuo hasta llegar a un punto donde había unos policías que estaban en la carretera.

-Mamá, baja la velocidad. Mira allí, hay unos policías. – dijo mientras trataba de comprender la risa de su madre que aún no cesaba. Su madre bajo la velocidad del auto y se detuvo frente a un oficial que llevaba una insignia del condado de Texas, el cual tenía una arma en su mano, la guardo en su traje, y se dirigió hacia el lado de su madre.

-sus documentos por favor. –pidió el oficial.

-Claro, aquí están. –musito, entregándosela con una sonrisa de oreja a oreja.

-Muy bien, en seguido vuelvo. –Apremio el oficial.

Unos minutos esperando, hizo que Yeniffer encendiera su portátil y se pasó los minutos restantes viendo unas noticias de algunos actores famosos. El oficial le entrego los documentos a su madre, la que le había dicho un “gracias” muy raro, sin duda su padre se habría puesto celoso. Al llegar a la casa, saludo a su hermana, la cual se encontraba viendo televisión en Disney Channel, un programa de Mickey Mouse. Ella solo voltio para darle un saludo con su mano derecha y luego regresar a su programa.

Llego a su cuarto y empezó a escribir en su diario las cosas que habían pasado ese día, como el examen de Charles o la inesperada actitud de su madre. Ya tenía algunos días de haber terminado su relación con Mack, él no parecía estar afectado por la ruptura sino más bien por el tiempo que había sido suspendido del equipo de baloncesto. Observo el calendario y se dio cuenta que el 25 de noviembre tendría su primer partido de la temporada, sin duda Mack estaría muy molesto porque faltaría a ese memorable inicio de jornada. Claro estaba si el chico no mejoraba su actitud, no volvería. Aun recordaba el lunes, cuando el padre de Mack había llegado a la preparatoria y había salido hecho un demonio, tal rasgo se pudo ver, por la incomparable rabia que dio a conocer, pero en fin, según los demás chicos habían llegado a un acuerdo con el entrenador y la administración.

Se cambió de ropa, se quitó los jeans que traía por una falda hasta las rodillas la cual se la había regalado Tina en su cumpleaños, tenía colores muy peculiares como el azul, junto con negro: sus colores favoritos. Se dio cuenta que ya no llegaba hasta la rodillas, sino más bien seis centímetros más arriba, pero como no saldría a ninguna parte se limitó a pensar lo que digiera su madre. Bajo las escaleras y no puedo reprimir un grito cuando vio que Thomas se hallaba platicando con su madre, se regresó lo más rápido que pudo al cuarto y se puso un Short más largo que la falda. Y luego bajo tratando de mantener la calma, para su suerte Thomas no la había visto, sin embargo había asustado a Zeus con el grito, el perro se abalanzo sobre ella a lamerla, luego lo retiro y le acaricio la espalda.

-¡Yeniffer! ¿Estás bien? Thomas está aquí. Quiere preguntarte algo.

-Enseguida voy, es solo Zeus. –Mintió.

-Muy bien. –dijo su madre.

Llego hasta la sala donde estaba Thomas sentado sobre el sofá pequeño a la izquierda del familiar, mientras observa a Marina como miraba el programa de Mickey, un ridículo ratón que en sus principios de vida había atesorado mucho. Se acercó hacia Thomas sin que esta lo viera, lo tomo por sorpresa.

-¡Bu! – grito, levantando las manos como solían hacer cuando eran niños.

-¡Ah! –grito muy sobresaltado el pobre de Thomas. Luego de unos segundos se tranquilizó y respiro profundo. – Me has asustado. Lo acepto, pero ¿Por qué? – Se quejó.

– Para hacer esta visita más interesada. –le dedico una sonrisa burlona.

– ¡Vaya que sí! Pues he estado a punto de lanzarme la suelo. ¡Uaou! En fin ya después de esta alocada presentación, estaba aquí, para preguntar. Si te gustaría ir conmigo a un mañana a un evento que el grupo de jóvenes ha preparado. Piénsalo, está bien. Pero antes de las 5: PM. Está claro, eso si tu desecas ir. –le sonrío amablemente esperando una respuesta.

-Vaya que directo. – comento sarcásticamente. –pero dime algo. ¿A qué horas será eso? Porque si es en la mañana no puedo.

– No. Es en la tarde a las tres. ¿Qué dices? ¿Te animas? – Propuso.

Yeniffer se quedó pensando unos minutos ante la propuesta de Thomas, luego la reconsidero, tomo notas metales y por fin. – Muy bien iré, pero nada de obligarme a participar en lo que no quiero. – Pidió en señal de orden.

-Lo que desee señora. –Musito alegremente. –te veo mañana.

Thomas se fue a la puerta y la abrió, antes de cerrarla, le dijo.

-Es bueno, que hayas vuelto, y te ves genial. Adiós. –termino sonriéndole y cerrándole la puerta.

-Vaya, vaya, vaya. ¿Qué piensas de él? –Pregunto su madre.

Ella se encogió de hombros. –No lo sé, es un chico encantador, pero parece que la amistad que antes tenía con él se ha desvanecido, ya no se siente igual. ¿Por qué se molestaría por venir hasta aquí y preguntarme, en vez de llamarme por teléfono? Es algo interesante su forma de ser.

-Sabes que el grito que oí, no fue lo que me pareció que era. –le sonrío y le toco su cabello. –Creo que te sorprendiste o asustaste por Thomas.

-¡Por favor! Mamá, sabes que no. Es solo que, en ese momento usaba la falda que me dio Tina para mi cumpleaños y…

-Santo cielo, no me había percatado. Estas más alta, ya comprendo, pero eso no quita tu reacción hacia Thomas.

-Ejem, no lo sé. Tal vez que sí, o no. No lo sé con certeza, ni siquiera sé que es lo que quiero ahora. Murmuro.
-Acompaña a tu hermana con esa película, le haría bien a ella. Mientras que yo les preparo algo de comer. – opino. –ve.

-Muy bien. Pero…

-nada de nada, acompáñala. –ordeno.

-Si, en seguida. Y…

Termino de ver la película con su hermana, luego vieron otra hasta que se quedaron dormidas las dos. Cuando Yeniffer se despertó, se dio cuenta que eran las 6 de la tarde y se sobresaltó, no pensaba que se quedaría todo ese tiempo. Mientras se levantaba vio que su hermana estaba acostada en la alfombra, la subió al sofá y le dejo seguir durmiendo.

Entro en la cocina y saco una botella de leche semidescremada, tomo de ella un poco y la puso en su lugar, se cepillo los dientes y se fue al cuarto de su madre. Estaba en la cama, sus pies estaban sobre la cama observando unos papeles que parecían recibos y cuentas.

-Mamá. –dijo.

-Oh, veo que ya despertaste. Se veían tan monas que no quise despertarlas. ¿Mari sigue dormida? –Pregunto mientras miraba unos recibos en sus manos.

-Sí. La deje en el sofá. ¿Qué es eso? –Pregunto cautelosamente.

-Recibos, cuentas. Nada interesante, nos hemos retraso un poco. Tu padre se esfuerza por hacer el doble para poder pagar esto. –le mostro uno de los recibos donde aparecía la cantidad de: $ 10,000.

-¡eso sí que es mucho! –murmuro.

-este solo es uno, hay más. Cuando tú hermana enfermo hace cinco años, gastamos una cantidad de dinero, que poco a poco tendríamos que pagar. ¿Recuerdas? Cuando eso sucedió. –Dando a conocer las arrugas de su rostro, las facciones de cuando sonreía sin ninguna preocupación. -Dos años después de aquel hombre loco que entro a la casa a llevarte consigo. Pero Dios fue misericordioso y nos salvaste de aquello. Pero sabes yo tuve un miedo catastrófico, jamás permitiría que te llevaran. –de sus ojos brotaron unas lágrimas.

Yeniffer se acercó a ella y se las enjugo. –No te preocupes de nada. Yo te amo y siempre le he hecho. Algo me impulso a hacer aquello. Lo más curioso es que hace poco tuve un flashback de eso.

-¿Enserio? –Pregunto ella sorprendida.

-sí, durante el examen de historia. Fue muy extraño, en fin. –murmuro.

-Ejem, pero ahora no importa. Aunque fue algo horrible. –musito. –Ya es hora que bajemos, dejare esto para otro rato, estas cosas tendrán que esperar.

-sí, es mejor que bajemos. -Apremio Yeniffer.

Ella asintió con la cabeza positivamente, mientras se limpiaba el rostro con un pañuelo. Luego se puso de pie y le animo a Yeniffer a bajar junto con ella. Cuando estuvieron abajo, vieron que Mariana ya estaba despierta, la cual estaba jugando con Zeus, de tal manera que ella lanzaba una pelota de Tennis, donde el muy obediente de Zeus iba y recogía la pelota con el hocico y la traía donde estaba Mariana.

-¡Linda! Ven aquí. –pidió su madre.

-ya voy, espera. Zeus ya no jugaremos, espera, espera. –decía mientras le lamia la mano. – ya, chico. –le reprendió, mientras que este se quedaba quito sentado en el suelo.

Mariana se apresuró en llegar donde estaba su madre. Ella la miro de pie a cabeza, le toco el rostro suavemente y le dio un tierno abrazo, luego de unos segundos hizo lo mismo con Yeniffer. Las dos chicas cerca del regazo de su madre. Yeniffer apretó con más fuerza esa unión, sentir el agradable calor familiar, solo faltaría su padre. –pensó.

-son muy especiales para mí, Dios ha sido muy bueno con nosotros y mejor aun cuando tú amor. –hizo una leve pausa para contener el aliento, dirigiendo su barbilla en dirección de Mariana. –te curaste, Dios te sano, las amo. Se mantuvieron juntas por un tiempo, luego Yeniffer dijo que tenías que hacer, ellas accedieron y se retiraron a la sala más a fondo.

En su cuarto se puso a meditar de todo lo que había pasado esa tarde. “la prueba de Charles” “la actitud de su madre” “el flashback” “el complemento extraño de su examen de historia” ya le había pasado cosas raras, pero eso fue lo que derramo el vaso, se estaba volviendo loca. –pensó. Tras una larga meditación, se dio cuenta que tenía que hacer tareas y actividades que tendría que entregar el lunes, además de empezar a trabajar en el proyecto de ciencias en enero, el maestro les había dicho que tendría que ser algo fantástico de lo que sería el resultado de alguna calificación y que sería crucial en importancia para pasar el curso.

Inicio sus asignaciones escolares, hizo la investigación, los imprimió y los introdujo en un portafolio. Luego encendió su ordenador y reviso algunos mensajes de Facebook. Como siempre, Charles subía frases existenciales, Yeniffer siempre le había dado: “me divierte” pues era gracioso para ella, para semejantes frases. Por lo que sabía solo tenía unos pocos amigos, un primo y una amiga rubia, de la que estaría segura que se moría por él. Despejo eso de su mente, pero le vino a la cabeza aquella noche, cuando ese tipo de la motocicleta arremetía contra él.

Recordó que ese extraño hombre vestía muy inusual, con un smoking celeste opaco, era un poco pequeño, pero eso no le quitaba su faceta hostil. Cuando casi estuvo a punto de arremeter contra Charles, ante la presencia de su padre, ese hombre salió deprisa. Tardo unos minutos en hacerse unas teorías suyas; “un accidente” lo dudo “apropósito” podría ser se dijo en una nota mental, el entrenador dijo algo el día de la pelea, pero ella le había quitado importancia, pero recordaba lo que había dicho: “no tienes un buen historial.”

¿A qué se debía con su historial? ¿Por qué había obedecido sin quejas? ¿Por qué cumplía sin quejarse? ¿A qué se debía su extraña actitud? Durante todo el tiempo que había hablado con ella, jamás le había dicho nada de su pasado. Ella en muchas ocasiones en Facebook, había preguntado por su pasado en Nueva York, pero lo que decía “era que era una terrible ciudad a la que no estaría dispuesto a regresar aunque lo sobornaran” una extraña actitud, pero nada más.

-¿Porque estoy pensando en él? -Se reprendió en voz alta, golpeándose suave con los nudillos en la frente.

Había algo que no lograba comprender y dejar de pensar en Charles, se sentía atraída por la curiosidad, tenía deceso de entrar en su mente o su corazón y ver qué cosas podría ocultar a los demás. El chico lo había hecho muy bien, hasta el momento en la preparatoria nadie le parecía extraño la actitud, simplemente lo categorizaban como “el frio de la clase.”

Había tenido ganas de abandonar el grupo donde estaba e ir con él, no es que le atrajera en el sentido cotidiano, sino más bien en lo oculto e interesante que hacia su vida, un misterio que resolver, tantas veces se la había pasado leyendo el libro de Sherlock Holmes, que eso le inspiraba para el caso de Charles. Sus oportunidades para hablar con él eran escasas por el momento, pero estaba dispuesta al mínimo de atención predispuesto hacia ella, primero tenía que ganar confianza y luego tal vez haría algo muy extremo para ver más allá. No. –se dijo. No podía alegar esa idea, era un poco fuera de lo común. Tener una relación de amistad con él había sido un reto, pero algo más… -eso si es que sería extraño. –alego.

Termino una parte de las actividades que le correspondían para el proyecto del grupo. -¡Claro! –Murmuro. Charles estaba en su mismo grupo, para la aburrida actividad de historia. –Usare eso como excusa para hablar con él. –dijo mientras sonreía de una forma poco común en ella.

Le escribió en el Chat:

-Hola Charles, necesito corroborar algunas cosas contigo acerca de la actividad de Historia. Contesta.

Tras unos minutos de espera frente a la pantalla del teléfono Charles respondió:

-Muy bien. ¿Qué quieres corroborar? ¡Rápido, porque estoy ocupado!-😐

-Bueno, tengo que decirte que mi parte ya la he finalizado.-👌

-¿no tienes nada que hacer? Porque yo sí que lo estoy. -😔

-Ejem, bueno será mejor que te deje a hacer lo que quiera que hagas. Espero que estudies.😄

-como digas, además mañana tengo que ir a realizar esos servicios a la preparatoria, a veces pienso que tenía que haber aceptado los días de suspensión, pero en fin, lo echo, echo esta. Adiós me tengo que ir. Nos vemos mañana.🖐

-Esa conversación no fue nada más que estudio, nada importante para mi investigación, pero ya sé a quién recurrir. –Murmuro en voz baja. Encendió su teléfono después de meditar la conversación anterior, llamo por Whatssap a Frank.

Hablaron por casi media hora. Estudio, sentimientos, pasatiempos, etc. Todas las cosas que le sirvieran para sabes más acerca de Charles. Frank le pregunto en ocasiones la razón por la que quería investigar acerca de Charles, ella al fin de cuentas tuvo que inventar algo razonable aunque hasta para ella sonaba poco creíble.

Frank le dijo que la madre de Charles había tenido una compañía con anterioridad, pero por muchas causas esta quebró. Antes de eso otro hombre había estado al margen de la compañía, pero la biografía decía que murió en el año 2016 en accidente automovilista.

Mucha información, el padre de Charles había sido un empresario, pues sus características concordaban con algunas de Charles, el mismo cabello rubio, los mismo ojos, con la diferencia que los del padre de Charles lucían muy alegres y vivos, en cambio los de Charles parecían agotados de felicidad y tranquilidad, un rostro agitado, lleno de preocupaciones casi sin vida. El apellido Doth, poco común más sin embargo ahí estaba en Internet, no mencionaba los familiares de él, pero mencionaba que tenía una esposa y un hijo.

Comprendió de inmediato la incertidumbre de Charles, la razón de su actitud, la pérdida de un ser querido, la perdida de una figura paterna, la pérdida de su héroe. Trato de imaginar ella sin su padre, al que tantas veces había visto y amado y de igual forma el hacia ella, se dio cuenta que no sabía lo que se sentía, perder a alguien, incluso a su perro era triste y muy doloroso. Trato de comprender el dolor de Charles en lo más profundo de su corazón, más no fue capaz de lograrlo, ningún familiar cercano había muerto hasta el momento. Su bisabuelo había muerto hace 10 años, ella solo era una niña que no sabía mucho de la vida al igual que su hermana. Eso era mucho tiempo, ni aun cuando murió un primo que se encontraba en Brasil, jamás lo había conocido y esa era la plena razón por la que no había sentido dolor alguno, simplemente pena por la familia de su primo.

Dejo de un lado a Charles y se dedicó a pensar en sus propios intereses, se preguntó ¿Qué era lo que más temía? ¿Que la motivaba a seguir viviendo? ¿Por qué era importante seguir? Y un montón de preguntas que terminaron dominándola y haciéndola echarse a dormir por casi 2 horas, hasta que su madre la llego a despertar y decirle que la cena ya estaba preparada.

Aún tenía un poco de sueño cuando estaba cenando, pero le llego de nuevo un pensamiento que le motivo a preguntarle a su madre acerca de la muerte y perdidas familiares. Desde el fondo logro articular algunas palabras entrecortadas, pero dudaba de si lo hacía o no, hasta que se decidió.

-Mamá. Tengo una pregunta que deseo que me respondas honestamente. –dijo dejando de un lado su plato de comida.

-Muy bien. –contesto tomando una bocanada de aire y expulsándolo tranquilamente, luego que se limpiara con una servilleta la boca por unos pequeños restos de comida. –Estoy lista, pregunta. –le ánimo.

-Mami, ¿Qué preguntara mi hermana? –dijo Mariana frunciendo el ceño.

-No lo sé, pero escucha bien. –la miro a los ojos compasivamente.

-Bien. Mi pregunta es: ¿Qué se siente perder a un ser querido? –dijo algo tensa.

-Perder a un ser querido. Ejem. –se tocó el mentón en plan de estar pensando, según como la conocía Yeniffer. –pues, lo que te puedo decir es que se siente un gran dolor, un dolor que no logras comprender, algo que solo Dios puede curar y el tiempo. –sus mejías se volvieron rojas. –cuando perdí a mi padre, fue muy difícil, no quería estar con nadie, perdí el apetito, baje casi ocho kilos, entre en una gran depresión por casi cuatro meses. –dijo respirando lentamente.

-¿y que paso luego, mami? –Pregunto, Mariana un poco triste.

-Hmm, pues tuve que superar el dolor, pero aún me siento triste. Algo que he aprendido es que una persona no pude evitar la muerte, y las personas que viven deben aceptar eso, pues no podemos ir en contra de la naturaleza, en fin. Lo veré en el paraíso, cuando mi Dios gobierne por toda la eternidad y todos los que creemos en él estemos adorándole y bendiciendo su nombre, ¡será emocionante y lindo! –una lagrima broto de los ojos de su madre, pero no de tristeza, sino de alegría. –Eso sentí, cuando perdí a mi padre. ¿Porque cariño, alguien ha perdido a alguien? veo que has estado muy atenta. –le dijo.

-Pues, es algo que estoy investigando nada más. –Musito satisfecha.

-Yeniffer, veo que este día no tuviste entreno de voleibol. –expreso su madre.

-sí, es que el profesor estaba enfermo, y no llego y además la directora dijo que esa tarde iban a tener un evento.

-ok, está bien, eso nos permitió hablar, poder hablar.

De repente se oyó un timbre, era el de la casa. Su madre se apresuró a ir a ver quién era.

-Hola, ya vine. ¿Dónde están mis niñas? –dijo mientras se desabrochaba el saco. –Ah. He estado toda la mañana y tarde con este saco, que ya siento que me sofoco. –Murmuro viendo a los demás.

-¿cómo ye ha ido en el trabajo? –pregunto su madre, acercándose a él y dándole un beso.

-Tapate los ojos. –le susurró Yeniffer a Mariana al oído, al igual que le puso una mano es los ojos.

-No. Si ya me estas tapando tú. No. No es justo. –se quejó.

-Ya han finalizado, puedes abrirlos. –susurro en su oído nuevamente.

-Rayos, pero, ejem. No importa. –exclamo, yendo donde su padre a abrazarlo. – ¡Papá! Ya estás aquí.

-Si mi niñita. –La tomo en brazos, al igual que le daba tiernos besitos en la mejía. -¿Cómo te fue en el jardín de niños? –dijo entornando una ceja cariñosamente.

– Muy bien. Estoy aprendiendo rápido. –dijo orgullosamente.

-¡Vaya! Caroline, tenemos otra genio en esta casa. –bajo a Marina cuidadosamente, y abrazo a Yeniffer. – ¿cómo estas cariño?

-Bien. –dijo, al mismo tiempo de abrazar a su padre. –estoy bien. –suspiro.

-Muy bien. –se separaron. – ¡Oh! ¿Huelen eso? Parece estupendo. ¿Tú cocinaste de nuevo Yeni? –Pregunto entornando los ojos en dirección de la sala.

-Nop, esta vez no. Fue mamá. –respondió situándose un mechón de pelo de su rostro.

-Con que tú, ¿eh? –dirigió su mirada a su esposa. De una manera muy linda –Vamos a comer, pues. –Apremio alegremente.

-Como quieras. Volvamos a la mesa chicas. –dijo su madre.

-sí. –dijeron al unísono.

-Oh, sí. Esto huele genial…

29. YENIFFER

Ya de nuevo en la preparatoria, solo le faltaría un par de calles que tomar, pues no había querido que su madre la llegara a dejar. Paso por su lugar favorito, cerca del río en el Búfalo Bayou, contemplo los enormes árboles, y el agua cristalina, recordó cuando Tina y ella, comieron ahí hasta saciarse de lo más completo. Continuo su caminata hasta llegar a la preparatoria, pudo vislumbrar que Charles ya estaba entrando, llevaba una chaqueta negra, unos jeans azules, zapatos Adidas y su pelo muy bien peinado, llevaba una mochila negra con la una ilustración impregnada de Alan Walker. Se detuvo a pensar por unos minutos, si ir hacia el directamente o encontrase con el luego en plena observación. Se decidió por la segunda opción.

El conserje ya estaba dentro cuando ella entro, le estaba dando unas indicaciones a Charles, algo acerca de reparar una lámpara que estaba rota. Se adentró en la estancia hasta llegar a la oficina de la directora, que por suerte hoy había llegado. La saludo e informo que Charles ya estaba haciendo sus servicios. La mayoría del tiempo solo llamaba a la directora “directora” jamás con su nombre, ese día se tomó la molestia de mencionárselo, a lo que había reaccionado grafíticamente y con una sonrisa.

Al llegar a donde estaba Charles, le empezó a decir algunas cosas, preguntarle por la prueba que habían tenido, le conto acerca de sus sueños, hasta se atrevió a decirle que lo sentía por lo de su padre, hizo una pequeña pausa cuando dijo eso. La mayor parte del tiempo estaba mirando hacia el suelo o al cielo.

Lo embarazoso fue cuando se dio cuenta que Charles llevaba auriculares, y no le había prestado atención en nada. Agradeció en voz baja eso, pues se había sentido un poco rara contándole sus sueños. Esta vez se aseguró que este oyera bien, y le pego un buen grito que hasta lo asusto.

-¡Charles! –Grito.

-Ah, ah. ¿Qué pasa? –dijo quitándose los auriculares rápidamente. –Oh, Yeniffer eres tú. –Dijo luego un poco más calmado.

-Pues claro que era yo. –dijo en un tono irónico. – Te he estado hablando como una tonta, por mucho tiempo. –hizo una pequeña pausa. –bueno, ya he venido para hacerte la supervisión.

-Oh. La volteo a ver por unos instantes. –Ok, como quieras. –se voltio de nuevo.-estoy ocupado, como estás viendo.

-¡Oye! ¿Puedo ayudarte en algo? –pregunto precipitadamente. –No pienso quedarme de brazos cruzados mientras tú haces algo.

-¿en verdad, quieres hacer algo? –dijo con tono serio.

-Claro, ¿Por qué no? Estaría bien. –concluyo.

-Está bien, como gustes. Me ayudaras a pasarme todo lo que colocare y me pasaras las herramientas también. ¿Qué tal?

-Me parece una excelente idea. Iniciemos. –sonrió.

-muy bien, primero, tráeme eso que está en el suelo. –señalo una un par de herramientas que estaban en el suelo. –Tráemelas por favor.

Charles y Yeniffer se pasaron un buen tiempo reparando algunas cosas de la preparatoria, las cuales no se encontraban en óptimas condiciones. Durante todo ese tiempo Charles no decía más que: “tráeme esto, treme aquello, gracias, por favor, pásame eso, esto, ahí está bien” diversas palabras a las que Yeniffer, pensaba que pasarían, pero decepcionada pues deseaba oír algo diferente a lo Cortez. Trato unos minutos en poder pensar en cómo hablarle de lo que había descubierto, pero se dispuso a abandonar la idea cuando este le dirigió la palabra.

-Oye, te he visto un poco inquieta. ¿Te pasa algo? –Pregunto frunciendo el ceño.

-Hmm, pues sí. No es importante. –Musito.

-Dime, no hay problema. –convino.

-Ok, ahí te va. ¿No estas aburrido con la forma de vida que llevas? –pregunto algo pensativa.

-Pues… Hmm, si, a veces. Mucho quisiera cambiar, pero no puedo cambiar mi carácter una vez ya forjado, es algo que no logro entender bien. –la miro a los ojos. –Créeme lo he intentado. Pero para ser honesto, he cambiado mucho. –rio sarcásticamente, volviendo rápidamente a la reparación de un cable del laboratorio de ciencias.

-Sabes. Yo te he visto mucho. No en ese sentido. –corroboro rápidamente. Aun así se ruborizo un poco. – ya sabes, en fin. Que eres algo frio.

-Ahora de nuevo con lo de “chico frio” que payasada, es solo no tener vida social a lo mucho, como otros. –le apunto con la barbilla en dirección a ella, esbozando una sonrisa.

– Pero a lo que me refiero, es que yo… me he dado cuenta que casi no le haces caso. Espera no. Nunca le haces caso a las chicas, la otra vez te vi, con una, era… -se quedó unos segundos pensando. –Oh, sí. Era, ¿Cuál es su nombre? Hmm, oh, Sofía.

-Ah, eso. Sabes que eso es privado… pero ya que lo mencionas, yo no me fio de todas las chicas que se me ponen en frente. No digo que no confió en Sofía. –corroboro. –Es solo que yo…

-Entiendo, no hace falta que lo digas, perdona por mencionarlo. –se disculpó.

-No importa. –dijo mirándola de soslayo. – la verdad es que me han pasado muchas cosas, pero en fin. Yo ya no sé qué pensar de mí. Sigamos. –opino.

-No. Bueno claro. Pero… -se quedó mirándose sus manos. –es solo que, pues ejem, no lo sé.

-¿Qué quieres decir con que no lo sabes? _pregunto, frunciendo el ceño.- ¿a qué te refieres?

-Es que, no me pasa. Que el maestro de matemáticas de haya dejado solo en la actividad. –logro decir, por no mencionar su descubrimiento. – fue algo incorrecto. –negó con la cabeza, tratando de disimular su acción anterior.

-Oye, yo a ti. Casi no te entiendo. –convino frunciendo los labios. –Pero ya que lo mencionas… -se quedó unos segundos sin decir nada. –Esa prueba no estuvo, para nada fácil. En fin logre terminarla, la otra semana se sabrá los resultados. –suavizo su mirada. – ¿y tú? –dijo dando a conocer una sonrisa.

-Ejem, pues. No estuvo difícil, solo fue una actividad muy larga. Sabes, consideramos a que te unieras a nosotros, pero ya sabes cómo es el profesor Anthony.

-si, en fin, aprendí algunas cosas que me servirán para el próximo curso. –se quedó callado por unos segundos. –pero hay algo extraño en esa prueba. Había cosas que mi primo hace en la universidad, a veces cuando mi primo y mi tía me visitaban, ejem, él me ponía a que intentara a realizar algunos ejercicios de la universidad, fue raro. –frunció el ceño. –Eso fue lo que me ayudo, para poder resolver lo que salió en esa prueba tan agotadora.

-¿En serio? –pregunto sorprendida. – ¡Hmm! Sabes eh, que la. ¿De qué nivel fue la prueba que hiciste?

-según tengo entendido, fue de segundo curso de preparatoria, me imagino que hay algunas de esas cosas que se ven en ingeniería, porque mi primo se mataba haciendo eso. –vacilo por un instante. –aun creo que se mata haciendo eso.

-Lamento decirte esto, pero esa prueba no era de segundo curso. Era de la universidad y sí. Era una prueba del profesor, porque si no lo has notado, el señor está estudiando en la universidad, ingeniería, pero cambio algunas cosas para que las partes más difíciles las pudieras responder. –dijo algo precipitadamente.

-¡Pues eso está súper genial! Entonces estoy listo, para algunas cosas universitarias, nada mal. –se dijo. –oye por hablar nos hemos desviado algo. Mira. –señalo un toma de corriente que estaba quebrado. –debemos reparar ese y toda esa hilera que sigue por toda esa sala.

-Muy bien, manos a la obra. –Musito mientras sostenía en manos un destornillador.

Trabajaron un buen rato, Charles haciendo el trabajo difícil y Yeniffer el trabajo más sencillo, pero importante. Se pasaron casi toda la mañana reparando, al igual que hablando, eso hizo que la mañana no fuese aburrida. Hablaron de sus favoritismos, las cosas que detestaban y las que les gustaban. Charlaron un tiempo de deporte y estrellas favoritas de Hollywood. Yeniffer tuvo ganas de hablar acerca de su familia, pero le pareció impropio de ella, no menciono nada en referencia a la familia de Charles.

Ya a las 11: 45. Ya habían terminado lo que don José había predispuesto para esa mañana. Compraron refrescos y nachos y se fueron a sentar a una mesa de la cafetería. Yeniffer le pregunto que como le parecía Texas y le preguntó, que si le gustaría viajar a otro país.

Charles contesto que. Texas había sido una ciudad genial e interesante, pero tenía algunas cosas de las que no estaba de acuerdo. Y en alusión a la segunda pregunta, respondió: que si le gustaría viajar a otro país, en especial a uno de Europa como Francia o Croacia. Yeniffer opino que su país favorito al que siempre había estado soñando con viajar era a Israel. Le conto todas las cosas por las que estaba emocionada por ir como: “El mar muerto, la tumba de Jesús, Jerusalén, el río Jordán, el muro de los lamentos” todas esas cosas y mucho más.

Era algo que no se lo contaba cualquiera, estuvo dispuesta decírselo a él. Porque sabía que era un chico muy diferente a los demás que había conocido en su vida. No era como los otros, aprovecharse de la ingenuidad de las chicas y satisfacer sus deseos para luego dejarlas plantadas, No, Charles era diferente. A él no le importaba lo físico de las personas, más bien le importaba la opinión, sentimientos y aquellos rasgos que no se pueden ver a simple vista, los cuales solo se dan a conocer a medida pasa el tiempo y se descubriendo todas a aquellas cosas por las que vale la pena seguir. Estaba claro, Yeniffer estaba segur a que Charles era alguien totalmente diferente, con problemas claro, pero totalmente diferente. Descubrió que era alguien que el dolor había sido un medio para hacerlo cambiar y desarrollarse de una forma distinta a los demás chicos. Mack incluso era igual a los demás chicos, solo que con la diferencia que tenía una forma de disimular aquellas cosas que lo hacían ser igual a los del montón.

Charles había respondido la mayoría de las preguntas realizadas por Yeniffer, al igual que ella, había respondido la mayoría de las preguntas a excepción de unas muy personales a las cuales tuvo que evadir cambiando de tema.

-Oye no cambies de tema. –dijo sonriendo.

-No. Eso es demasiado personal. –murmuro. –pero llegara el momento cuando lo podrás saber.

-Muy bien, tu igual, pero por el momento nadie sabrá nada de nada, ¿correcto? –Pregunto.

-si, como quieras así será. –convino Yeniffer. –Oh mira, ya son las 12:00. Bueno Charles, nos vemos, ya me tengo que ir. Y lo siento por… – Se mordió la lengua en el acto. –olvídalo.

-¿Qué es lo que sientes? No hay nada que… Espera. –grito.

Pero ya fue demasiado tarde, Yeniffer ya estaba saliendo de la puerta, se voltio y le dedico una sonrisa sarcástica, y se despidió con la mano y se marchó. Su madre ya la estaba esperando. Llevaba unos jeans azules. Junto con una camisa gris y un peinado un tanto anticuado. Ella saludo con la mano a la que su madre respondió con una sonrisa, se acercó al auto y le dio un pequeño abrazo.

– Hola cariño, ¿Cómo te fue? –Pregunto cariñosamente.

-Todo bien, mamá. –Respondió, al momento que se subió al auto. -¿Cómo te fue en el cumpleaños de la amiga de Mariana?

-No te lo imaginas, estuvo genial, Kimberly se sintió muy nerviosa, pero al final se adaptó, Marina dirigió la canción, hubieses visto, fue hermoso. –se quitó una lagrimita de la mejilla. –Lo siento, es que fue tan lindo, vámonos a casa de inmediato, muy aquí vamos.

Esa tarde no disponía de mucho tiempo para vestirse bien, a las tres seria la reunión de Thomas y ella no estaba decidida en que ponerse. Se tomó una hora en poder decidir en que llevar, al final opto por un vestido, que su madre le había regalado en su decimocuarto cumpleaños, el cual al principio le había quedado flojo, pero ese último año había crecido lo suficiente para que le quedara. Se vistió y se puso unas zapatillas, se maquillo poco, y se peinó. Se puso el perfume que más le gustaba, uno con olor a canela junto con rosas. Bajo a la sala y de dispuso a mostrarse ante su madre. Cuando ella la vio, puso una cara de asombro inminente, a lo que respondió con una sonrisa desorbitada.

-¿Qué pasa? –pregunto frunciendo el ceño.

-No. Cariño, no frunzas el ceño, pierdes belleza. –se quejó. –Es solo que tenía tiempo de no verte así. ¡Oh! Vaya el vestido de tu decimocuarto cumpleaños te quedo por fin. Has crecido este último año. –Le apremio.

-supongo que sí. –dijo. –Ahora quiero algo de comer, no sabes lo hambrienta que estoy, iré a la cocina a prepárame algo mientras llega Thomas.

-No, no, no. Tú quédate en el sofá. Que yo te preparo algo enseguida, quiero que luego te cepilles muy bien los dientes, sería una pena que Thomas te vea una lechuga entre los dientes. –y se marchó a la cocina.

-¡Mamá! –se quejó.

Solo se oyó risas que provenían de la cocina, mientras esperaba a su madre, encendió la televisión. Se puso a ver un programa de Disney XD, que solía ver cuando era pequeña, al igual que a Mariana le encantaba. Su madre lego después de 10 minutos, con un plato con tres emparedados y un juego de naranja.

-Mira cariño. Falta una media hora para que Thomas venga, entonces si quieres mostrarte bien ante él. Debes comer tranquilamente, para que no te ahogues pero no como tortuga ¿sí?, así que inicia. –ordeno.

-Como quieras, pero lo hare con calma, no quiero ahogarme como mencionaste. ¡Mariana! –grito. La niña llego rápido ante el grito. -¿tienes hambre? –pregunto.

-sí. -Asintió con la cabeza seriamente.

-Ok, entonces toma. –agarro un emparedado del plato y se lo entrego. –es todo tuyo y sabes qué. Acompáñame a ver esto. Siéntate a la par mía.

Termino sus emparedados y termino el programa de televisión, entrego el plato a su madre y se marchó a cepillarse los dientes. Tardo tres minutos en hacerlo lo mejor posible y también utilizo el hilo dental para quitar todas las sobras restantes. Se enjuago muy bien. Se volvió a perfumar y se dispuso a bajar.

Ya la estaba esperando Thomas, iba vestido con un smoking azul, una corbata negra, camisa blanca manga larga y pantalones negro de vestir. Los zapatos muy relucientes y limpios. Su cabello iba bien peinado y sus dientes resplandecientes como siempre. “este chico tiene clase” pensó. Bajo suavemente para no llamar la atención de Thomas. Cuando este la vio, abrió la boca de impresión, ella se sintió un poco incomoda, a lo que el en el momento de percatarse de eso, suavizo su mirada y se relajó ante ella. Se disculpó de una forma muy Cortez y la invito a salir. Ella se despidió de su madre, quien sonreía de oreja a oreja, a la par de ella Mariana, quien no estaba prestando mucha atención, por casusa del programa de televisión. Salieron y Yeniffer se sorprendió, un auto muy cuidado y muy bonito estaba frente a ellos. El auto de Thomas.

Muy cuidado y resplandeciente, por dentro estaba muy limpio y con un aroma agradable. Thomas le dedico una sonrisa. Ella se ruborizo un poco, calmo su mente se dispuso a preguntarle a él.

-Thomas. ¿Por qué cuando viniste la otra vez, no trajiste el auto? -sonrió apaciblemente.

-Ejem, pues la verdad era que. Estaba en reparación. ¿Nos vamos?

30. CHARLES

Ya habían pasado dos semanas desde que se habían mudado a su nueva casa en la avenida 10031 Burgoyne road, Houston TX 77042. Una casa compuesta por tres dormitorios, dos baños y un espacio de 2,019 pies cuadrados. La cual estaba ubicada en un área residencial.

Le había gustado, más que el apartamento en Nueva York, pero aun así, extrañaba la casa de su abuela. A 21 minutos de distancia de la preparatoria, estaba cerca, pero aun así, no le pasaba, la casa se había sentido muy sola, su madre llegaba hasta la noche. Su abuela le había prestado unos de sus autos.

Había platicado bastante con Yeniffer esas últimas dos semanas. Durante ese tiempo sucedieron muchas cosas. Una de ellas y de las que más esperaba era, que había pasado la prueba del profesor Anthony, con un puntaje de 90. Habían realizado los exámenes y por suerte en los había pasado con muy buenas calificaciones al igual que Yeniffer y otros chicos de la clase.

Su madre le había celebrado el cumpleaños de su abuela, junto con John y Sofía, los cuales la sorprendieron, ella se había quedado sin palabras, el cumpleaños se había llevado a cabo en la nueva casa de su madre. Los que asistieron fueron algunos empleados más íntimos del restaurante de la abuela, John, Sofía y algunas personas que Charles nunca había visto, pero imagino que eran conocidos de su abuela. Hablo mucho con Sofía, ella le pregunto de cómo se sentía en el nuevo lugar. El contesto honestamente, él se atrevió a preguntar cómo le iba con Frank. Ella vacilo por unos momentos, pero Charles rápidamente cambio el significado de la pregunta diciendo: ¿Cómo te va con Fran, en fútbol? Ella contesto de inmediato a la pregunta realizada, dijo que estaba mejorando, y que ya estaba superándola, pero también le contesto a lo primero, le había dicho que estaba muy bien y hasta se atrevió a preguntarle que si estaba celoso. El río tranquilamente y confirmo que no. Celebraron muy entusiasmados el cumpleaños de la abuela, ella dio un par de palabras y admiro la casa que su hija había comprado, Lincy se había quedado muy satisfecha con el cumplido de su madre y había volteado a ver a charles para dedicarle una sonrisa.

Los habían invitado a celebrar el día de gracia el próximo año en la casa de su abuela, la cual prepararía todo, mencionó que quería unir a la familia ese día, y todos celebrar, pero también menciono que no solo la familia de sangre, sino que también la familia creada a lo largo del tiempo, los amigos, aquellas personas que estaban dispuestas ayudarlos en los momentos difíciles y echarles la mano.

El lunes por la mañana, hizo unos pequeños ejercicios en la clase de educación física para aumentar su resistencia en las carreras, trato de mejorar el fútbol, junto con Frank, pero por desgracia, todo el tiempo que había pasado sin hacerlo le había cobrado factura. Frank ahora era un experto en ese deporte, muchos chicos de la preparatoria lo incluían en muchas cosas y campeonatos fuera de la escuela, recientemente había ganado el campeonato con un equipo de fútbol, el cual estaba hecho con la integración por varios miembros de la escuela, junto con otros que ya estaban surcando la universidad, entrenados por un tipo llamado Chuck. Frank le había contado, que para la celebración le invitaron a cerveza y algunas cosas al as que él no accedió, pero aun así menciono que disfruto bastante, le menciono también que su relación con Sofía había mejorado más de lo que esperaba, pero que aún no le había dado el primer beso. Cosas que para Charles fue ridículo e infantil.

Luego de historia, trabajo con el profesor Connor, con el prototipo para el gran proyecto de enero, y con la presión de que estaban a punto de salir de vacaciones y que deberían apresurarse. Hablaron y propusieron ideas brillantes, Charles opino que el diseño del maestro estaba un poco opaco en color, al que le dio opiniones de las que el maestro quedo impresionado, tardaron todo el recreo en solucionar ese problemas, pero al final valió la pena. Había faltado a algunas tareas por la concentración del proyecto, pero el profesor Connor les había pedido permiso para eso.

El maestro de matemáticas le había tomado, más confianza y lo había nombrado el presidente de las secciones matemáticas para el proyecto de enero. Él se había negado al principio y le había dicho que ya estaba incluido en el área de ciencias, pero el maestro hablo con el profesor Connor y llegaron un acuerdo, el cual consistía en incluirlo en dos materias, lo que le generaría un promedio muy bueno, el cual había sido planteado por el profesor Anthony, de todos modos lo lograron convencer.

El trabajo de matemáticas consistía en crear un sistema de coordenadas que fuese compatible con varios sistemas creados por el mismo, dando a conocer y explicando el funcionamiento de dicho sistema de una forma fácil y eficiente de comprender. Las personas o espectadores tendrían que usar la lógica para hacer cálculos mentales, fáciles de hacer, pero ingenioso. Charles había planteado la idea, a la que el profesor había reaccionado encantado con la brillantez de él.

En el almuerzo, se dispuso a revisar el sistema que el mismo había creado, y aprovecho a realizar un par de tareas para el viernes, unos datos de historia, un par de textos de legua. Verbos de francés en conjugaciones en pretérito perfecto. Termino rápido para luego realizar algunas cosas que había aprendido en la materia de Informática Tecnológica, unió unos sistemas creados por el mismo en su laptop, tardo casi todo el almuerzo en que cargaran, ya solo faltaban cinco minutos cuando estuvo completado. Algunos chicos se le acercaron para ver lo que hacía; algunos se sorprendían por el trabajo que estaba realizando, otros menospreciaban lo que hacía y murmuraban que era una pérdida de tiempo.

En la clase de estudio Bíblico estuvo muy atento a las preguntas del profesor Henry, las cuales hacían alusión a la vida de David, el cual había sido una persona que a Dios le había agradado su corazón, vieron sus errores y lo que se podría aprender de él, la forma de como actuó cuando se acostó con Betzabe. Y el pecado que desencadeno, al matar a Urías indirectamente, mandándolo al frente de la batalla. La forma como fue reprendido por el profeta Natán, el cual le hablo de una manera muy sabia, donde el mismísimo David, se condena, luego se arrepiente y se echa silicio en el cuerpo, en muestra de arrepentimiento y suplica.

El profesor realizo una serie de preguntas escritas las cuales, serian importantes para una actividad realizada, para todos aquellos chicos que habían salido mal en dicha materia. Charles había salido bien en Estudio Bíblico y no necesitaba los puntos adicionales para pasar la materia, pero aun así realizo la actividad. Algunos chicos le pidieron ayuda. El accedió, pero solo en unas pocas cosas.

Después de la escuela, fue a la casa de su abuela, tenía planeado almorzar con ella y hacer tareas ahí. Llego a las 12:30. Su abuela estaba tomando clases de mandarín a pesar de su edad, cuando llego ella lo saludo en mandarín, al principio no le había entendido, pero después reflexiono y se dio cuenta, a saludo también en mandarín. Había aprendido gracias a su maestro de artes marciales, su abuela le pregunto que donde había aprendido a hablar ese lenguaje. Él le conto de sus clases particulares de artes marciales en Nueva York, también que había visto muchos videos en YouTube. Almorzaron, y platicaron de las novedades, su abuela le comento que el día de gracias sería algo genial y sensacional, el asintió sin decir nada hasta que ella le pregunto qué como le estaba yendo con su servicio en la preparatoria. Él le contesto que muy bien y que muy pronto terminaría.

Luego de haber almorzado, ella lo llevo al jardín. Entre algunas flores que había, unas amapolas junto con unos claveles, los cuales estaban muy relucientes. La abuela le dirigió una mirada de soslayo. Suspiro y dijo:

-Ah, Charles. Haces mucha falta aquí, junto con tu madre, por supuesto. Pero ya lo ha decidido y no quiere cambiar de opinión, en fin. Te traje aquí para decirte que ha sido muy bonito y especial compartir tiempo contigo. –hizo una pequeña pausa, mientras se sentaba en una banca situada en el jardín, junto a un árbol de roble. –Sabes. Es raro, la primera vez que conociste a Sofía, ustedes me aplastaron algunas plantas. –dijo sonriendo. –No es un campo de juego, pero me gusto como disfrutabas. ¿Cómo has estado con esa chica, eh Charles?

-Bueno, para ser sincero, estamos muy bien, en el sentido de amistad. –sonrió. –no pienses mal.

-Yo no he pensado mal. –dijo reprimiendo una sonrisa, para luego estallas en un carcajada. –Oh, lo siento. Perdón. –suplico.

-Te entiendo. –y se carcajeo con ella.

La abuela le invito a tomar un vaso de jugo de naranja, junto con unas galletas con chispas de chocolate, las favoritas de ambos.

-Mis favoritas. –Murmuro.

-Lo sé. Entonces come tú también. –Le animo Charles.

-Mira nietecito. –Expreso dulcemente. –Estoy enferma… Tengo diabetes, el doctor me ha prohibido comer dulces, cosas que tengan azúcar en exceso. ¿Entiendes?

-Sí. Lo siento mucho por ti. Debe ser terrible. –Convino en un tono amargo.

-Exacto, es horrible, tomo mis medicamentos, pero aun así es doloroso. Sabes. En una ocasión un cliente del restaurante, me ofreció unas muestras de unos pastelillos. ¿Sabes que sucedió? –Pregunto amablemente.

-Los rechazaste. –Dijo pensativo.

-Exacto, le dije a John, que los probara por mí. –Dijo amargamente.- la verdad es que cuando era joven no me cuidaba y comía y tomaba azúcar en exceso, era una loca. Mark me salvo, pero no lo suficiente para evitar sufrir la consecuencias de hoy en día. Te recomiendo que sepas controlarte y saber tomar las decisiones correctas, recuerda, que lo que has hoy, será el fruto del mañana.

-Pero te va bien. Tienes tu restaurante, tu casa, tus autos, tu jardín, y todas las propiedades que posees. Para mí eso es suficiente. –Murmuro un poco molesto.

-Relájate Charles, las cosas materiales no traen la felicidad es Dios quien la da a sus hijos, a los que creen en él. –Dijo compasivamente.

-Juan 3: 16. –convino Charles rápidamente, pero casi sin humor.

-¿Qué? –pregunto frunciendo el ceño. – ¡Oh! Lo siento, claro que sí. Exactamente, Juan 3: 16. Muy bien, vaya Charles no sabía que leías la Biblia, me impresionas. Dime, ¿desde cuándo la lees? Es algo poco habitual en ti.

-Pues la verdad, es que no lo hago por mi propia voluntad, porque si no lo has olvidado, en la preparatoria existe algo llamado, estudio Bíblico, en donde dejan tareas, actividades, exámenes y todo en referencia a el estudio, pero todo basado en la Biblia… -Espero unos segundo para que su abuela respondiera.- ¿Ya recordaste? –pregunto.

-Perdona que no te haya contestado, es que me desconecte de esta época y viaje a cuando era joven y estudiaba junto con Mark. Fueron buenos tiempos y sí. Claro que recuerdo el estudio Bíblico, al principio de los orígenes de las escuela, era por el estudio, pero luego se implementó las demás materias y actividades, y hablando de eso, yo conozco a tu maestro de historia, estudio conmigo y con Mark, era un tipo algo callado, pero míralo que como es. Se ha convertido en un maestro de la disciplina. Sabes. Yo conozco a la mayoría de los profesores de tú preparatoria, con excepción de unos cuantos nuevos.

-NI me lo digas, el profesor Land, es la disciplina encarnada en un hombre. –Expreso exageradamente. Se quedó un tiempo viendo las flores y oliéndolas, era un olor muy agradable. –Abuela. Mi madre es un tanto rara de vez en cuando, como hace unas semanas cuando me dijo que era un estorbo, pero sabes ¿Qué? –Le pregunto mirándola a los ojos, en señal de no decir ninguna broma ni mentira.

-No, no lo sé, ¿Qué es? –dijo mientras tomaba unas cuantas flores color violeta.

-Le verdad, es que sí. Me enfade en el instante, pero ya no me importa, no me importo como una hora después de eso, no me entro rencor para nada, eso fue lo extraño, también pasaron algunos desacuerdos en la nueva casa, pero casi no me importo. Sabes abuela, pasar contigo me da una paz muy buena y grande, es bueno visitarte. –Suspiro para luego tomar una bocana de aire. Se sentó y cerró los ojos muy educadamente.

-Eres un chico muy impresionante, me pongo a pensar de muchas cosas de Tom. Te contare algo Charles. Al principio yo no aceptaba que tu madre estuviera con Tom, pero me fui dando cuenta que merecía la pena, era una persona muy buena e inteligente. Hubo en una ocasión que fuimos a la playa, tu madre se estaba ahogando, nadie podía hacer nada para salvarla, ni siquiera los salvavidas podían hacer algo al respecto. –hizo una pausa. Y le broto una lágrima de sus ojos.

-¿Qué paso luego? Cuéntame. –Le pidió.

-Tomo una lancha, se dirigió a toda velocidad hacia donde estaba tu madre, se lanzó con un equipo de salvavidas, logro llegar donde estaba Lincy y luego le puso el equipo salvavidas y la subió a la lancha, cuando llegaron a la playa, ella había tragado agua. Él le hizo respiración de boca a boca. Yo no estaba de acuerdo al principio, pero preferí que lo hiciera alguien que conocía a un completo desconocido. La situación fue que el logro sacarle el agua. Ella cuando se dio cuenta de lo que había hecho, le agradeció mucho y desde ese entonces acepte que estuvieran juntos, después de un año de noviazgo se casaron.

-Eso sí que fue ser un héroe. Recuerdo que mamá siempre le decía que era un héroe. Por cierto, ¿sabes dónde pasaron la luna de miel? Mamá nunca me lo dice. –Dijo algo decepcionado.

-Claro que lo sé. Tú madre me consulto antes de que se casaran, pero dime algo Charles. Prométeme que no le dirás a tú madre que yo te he contado esto. ¿Me lo prometes? –Pregunto.

-Claro, te lo prometo. –Respondió amablemente.

-La luna de miel fue en Hawái y fue de lo mejor. Tengo unas fotos aunque, algunas cosas no las sé, pero sé que fueron un misterio para mí. Tú madre paso cosas muy buenas con Tom, solo le ha costado sanar, yo la verdad también, pero recuerda que fue hace tan solo dos años y el mío, fue hace más.

-Si lo entiendo, yo también he sufrido mucho. Sabes abuela, nada llena este vacío que me ha quedado, nada lo llena, he tratado con amigos. Nada. –Murmuro.

-¡Ay! Mi querido Charles. –Se acercó a él y le froto suavemente el cabello. –Tienes que aprender a sanar, yo lo he hecho tú también puedes y sí. Si hay alguien que puede llenar ese vacío, solo consulta con él. Has leído lo suficiente para saber que es tu única salida.

-Lo pensare, muchas personas dicen que les quita el vacío que sienten. –Dijo un poco triste. –A veces recordar mis mejores tiempos con él me generan más y más tristeza. –Se empezó a enrojecer sus mejías, se tapó con su mano izquierda y se limpió el rostro, trato de no llorar, pero ya era tarde. Su abuela le estaba dando un abrazo diciéndole cosas alentadoras. Él se olvidó de el mismo y se sumergió en el aroma de su abuela para recordar los buenos tiempos. Recordó cuando viajaba con su padre, cuando lo llevaba a la compañía, hablaba con los empleados, en especial con uno que se llamaba Elías, una gran persona y un buen amigo de su padre. Recordó cuando pescaba en la cabaña del tío Tom, tenía el mismo nombre de su padre, el tío de su padre, le habían contado que cuando su padre nació, el tío Tom recomendó el nombre. Nunca lo había conocido, pero su padre decía que era una buena persona y muy bueno, además la cabaña la había heredado ya que el tío Tom no había tenido hijos, por ese motivo se la había dado al padre de Charles. Recordó cuando jugaban alegremente en la consola de Xbox, jugando Mario Card, carreras, jugando a las damas y ajedrez. Recordó cuando le enseñaba informática, muchas cosas que atesoraba de su queridísimo padre. Pero lo que más le dolía recordar era, las siguientes semanas luego de la muerte de su padre. Ver el sillón de su padre vacío, en las noches, esperando la puerta para que lo abrazara y le diera regalitos, para contarle cuentos, para brindarle amor. Una de esas situaciones muy tristes fue, que en la escuela que estudiaba realizaron un evento de padre, y Charles no pudo participar. Se fue a un rincón de la clase y lloro hasta que ya no podía. Durante esos dos años tras la pérdida de su padre se le había hecho muy difícil vivir, trataba de hacer las cosas solo con su madre, pero no podía, era algo muy doloroso, Charles siempre decía que era algo de lo que no le gustaba hablar, pues cuando lo hacía lloraba y lloraba hasta quedar reseco en las glándulas lagrimales. Por ese motivo tomo la decisión de cambiar drásticamente, en vez de ser una persona triste y quebrada al igual que frágil, decidió ser una persona dura y solitaria, alguien que no fuese fácil de dominar, al principio había creído que esas cosas remplazarían todo el dolor y su sufrimiento, pero meses después se había percatado que había estado equivocado.

Oprimió todos los recuerdos acerca de su padre en su mente, y los aisló en una parte donde fueses difícil localizar, se tranquilizó y se apartó cuidadosamente de su abuela, quien reacciono tranquilamente ante tal acción.

-¿Estas bien? –Pregunto cuidadosamente.

Asintió con la cabeza. Permaneció en silencio por unos minutos, tomo unas flores y se las dio a su abuela, ella le agradeció y le animo a tomar una decisión sabia, que en sus manos estaban las puertas a tomar, le dio un abrazo y se despidió para ir a su estudio.

Se quedó un tiempo en el jardín, observando minuciosamente las flores y los pequeños insectos que pasaban. Trato de entender lo que su abuela le había dicho: “toma una decisión sabia, tú tienes la puertas en tus manos.” La analizo por unos minutos, hasta rendirse, luego entro en la casa para despedirse de Alfred, John y su abuela, tenía que seguir con sus proyectos.

Mientras conducía el auto, se puso a pensar como Yeniffer se había decidido en investigarlo, al principio le había parecido algo tonto y una pérdida de tiempo, pero tratándose de ella, era otra cosa. Ya había descubierto el nombre de su padre y la compañía que poseía, lo más inquietante de todo, era que se estaba aferrando mucho, como amor indirectamente hacia ella , cada vez que la miraba sentía algo muy extraño y una especie de atracción hacia ella, algo nuevo en él.

Paso un semáforo, por poco estuvo de chocar con un auto que paso cerca de él, el tipo que lo conducía le arrojo unas palabrotas, de las que Charles no le importó, estaba tan sumido en la idea de que Yeniffer le estuviera prestando atención, de que ella lo estuviera investigando por razones desconocidas de las cuales no tenía ningún indicio de saber. Condujo hasta llegar a su casa, donde pudo ver a su madre que ya estaba llegando en un coche que se había logrado comprar. Charles había optado por la oferta de su abuela en prestárselo, era un bonito auto, aunque un poco de desgaste en la pintura, pero por lo demás, Charles lo categorizo como algo bueno para empezar.

Estaciono el coche cerca de la calle, ya que la casa que su madre estaba rentando no poseía cochera. Se bajó del coche y se dirigió a la entrada de la casa, saludo a su madre, mientras esta abría la puerta con unas bolsas en las manos de compras, Charles le ofreció ayuda, pero esta se negó y le sonrió fríamente. Se fue a su cuarto y se dispuso a seguir con su proyecto.

Encendió su IPod, con una canción de Led zepelín e inicio. Se pasó toda la tarde oyendo música y haciendo las tareas y avanzando en el proyecto de Matemáticas, ya que era el que más le preocupaba, tenía que hacer unos gráficos, con unas cosas raras que el profesor le había dicho que hiciera, aprovechándose de su capacidad para el dibujo, le había dicho que tenía que hacer ejemplos de ángulos en diferentes posiciones, basados en la vida cotidiana, técnicas de medición en la antigüedad y un montón de datos que tendría que memorizar.

Pero Charles tenía una idea brillante, de la que solo una persona muy ingeniosa podría darse cuenta, era algo fuera de lo común y que le ayudaría a poder explicar ambos proyectos de la mano toda la información que tendría que memorizar. Estaba orgulloso con su plan y estaba decidido a que no fallaría. El problema era que para eso tenía que concentrar demasiado tiempo, para al momento de la explicación y el análisis de la información tomando en cuenta los datos históricos de antiguos matemáticos, científicos, y gente de la astronomía vinculada a las mediciones de las estrellas y lo que tuviera que ver con eso. Tenía que dedicarle demasiado tiempo para plasmar su idea sobre el papel. No estaba dispuesto a compartir su idea con el maestro. Pero a lo que consistía con fórmulas, eso. Tenía que memorizar a gran complejidad para resolver los enigmas que fuesen presentados en la exposición, incluyendo los datos a lo que formaría parte de su idea.

Paso alrededor de tres horas, creando el boceto de lo que estaba dispuesto a plasmar sobre su ilustración en un pliego de tres metros donde estaría datos de ángulos, coordenadas de gráficos y sistemas más avanzados de segundo curso de preparatoria, el maestro le había pedido que lo plasmase, para charles al principio le parecieron un poco complicados, pero a medida lo iba estudiando a más profundidad lo fue entendiendo al grado de memorizar las diversas reglas y fórmulas, el maestro también le había pedido que plasmase reglas algorítmicas de la mano con reglas y formas logarítmicas de un nivel más alto del cual aprendió muy fácil, por medio de estudios que realizo durante algunas clases que decidió tomar.

Cuando por fin había terminado el boceto del proyecto de matemáticas, se propuso a iniciar el de ciencias. Inicio de inmediato, pero cuando estaba en una parte interesante, su madre toco la puerta de su cuarto.

-Está abierto. –grito Charles.

-Oh, muy bien. Voy entrar. –Advirtió.

-Como quieras. –contesto algo cansado.

Su madre en una mano tenía un plato de comida y con la otra una Pepsi. Charles cambio su cara, por una de agradecimiento, su madre le dio la comida, luego se dirigió de nuevo a la puerta, sin antes echarle un vistazo al boceto que estaba extendido en el suelo.

-¡Está muy bien! –le observo. – ¿Cuándo es el evento, para presentar esto? –Pregunto. Mirando ansiosamente los detalles del dibujo con las partes matemáticas requeridas para el arduo trabajo.

-¿Cómo sabes que pasar este evento? –dijo, al mismo momento de comer una patata.

-Pues, antes en la escuela, no se solía hacer cosas así, además tu abuela me contaba de los múltiples proyectos que realizo en la preparatoria, los cuales fueron premiados, pero en fin. Me imaginaria que son para el inicio de año. ¿No?

-Estas en lo cierto. Será en enero. Una fecha de la cual aún no se sabe con exactitud el día, pero los maestros dicen que podría ser después del 15 de enero en adelante.

-¡Oh! Ya veo. –dijo toqueteándose la barbilla lentamente. –Me parece que será extraordinario. –opino.

-¡Sí que lo será! –dijo algo apresurado. – ¿Sabes? Creo que tengo que seguir trabajando, es algo complicado lo que daré a conocer. –Expreso algo fríamente. –Yo llevare el plato a la cocina. –concluyo.

-¿Puedo saber lo que más o menos estás haciendo? –Pregunto algo emocionado, con un toque de curiosidad.

-Lamento decirte esto, pero no. No puedo aun, debo terminarlo y cuando ya lo haya hecho te lo mostrare. Te lo prometo. –le propuso. – Es solo que quiero que quede estupendo.

-Muy bien, como quieras. Nos vemos mañana pues tienes clases. –Antes de salir, volvió y le pregunto. –Ah, por cierto ¿cómo está la abuela?

-Hmm, la abuela está bien. Ahora continuare. –Dispuso de un nuevo lienzo el cual lo ubicó en el suelo. –su madre lo vio y se retiró sin antes decirle que no durmiera hasta tarde. El asintió con la cabeza y siguió en el trabajo.

A la mañana siguiente, un fulgurante martes, listo para pasar por ese emocionante día del cual podía disponer. Se bañó, vistió y tomo el desayuno junto con su madre la cual estaba esa mañana de muy buen humor, incluso le propuso después del trabajo y la escuela para ir al cine o aun lugar que no fuera estresante a lo que Charles acepto sin tanto entusiasmo.

Su madre le dijo que si le daba la oportunidad de llevarlo a la escuela ese día. El acepto a regañadientes, se limitó mantenerse serio todo el trayecto, más no soporto más y en un par de veces en el viaje se pegó unas carcajadas poco común en él. Esa mañana su madre le había dado dinero para que pudiera comprar otro lienzo para el proyecto, a lo que el reacciono muy bien.

Durante la clase de ciencia hablaron de los enlaces químicos y sus desarrollos, Charles casi no puso atención por pensar en su proyecto, el maestro lo najo de sus sueños en dos ocasiones y lo mando a que se lavara la cara, el al principio no acepto, pero de todos modos no quería estar en la clase. Cuando bajo las gradas en dirección al lavabo, se encontró con Mack, el cual estaba hablando con unos chicos a los que no les caía muy bien.

Estos se acercaron a él mostrando una sonrisa forzada, la cual iba dirigida por Mack.

-¡Eh! Charlot. –se burló uno.

El los ignoro y siguió caminando.

-¿Tienes miedo que te partamos la cara imbécil? –Opino otro.

El solo siguió caminando sin mirar atrás. Cuando hubo entrado en el lavabo, se froto los ojos lentamente, cuando en el reflejo del espejo del lavabo observo a los tres chicos junto con Mack.

-Hola Charlot. –Se burló Mack, sosteniendo en sus manos una pelota de baloncesto. –Le lanzo la pelota en la cabeza a lo que Charles lo esquivo.

-¡Lárgate de aquí, inútil! O ¿quieres que te deje como la última vez? –Pregunto dándose vuelta rápidamente.

-Tanto miedo te tengo. –Hizo una mueca de fingir miedo. – Te romperé la mandíbula, por tu culpa mi padre me humillo enfrente de mi novia.

-Con que ya olvidaste a la pobre de Yeniffer, ¿Eh Mack? –Convino algo indignado. –Además a mí que me importa tu problema tonto.

Los chicos trataron de sujetarlo, pero Charles los golpeo a los tres tan fuerte que cayeron al suelo. Sin embargo se levantaron rápidamente y cuando Charles estuvo a punto de arrojarle un golpe a Mack, estos lo sujetaron de cada brazo.

-Y te crees tan fuerte. Pero mírate eres un inútil. –Le dio un puntapié en el estómago, tan fuerte que Charles se empezó a marear.

Trato de forcejar, pero era inútil, los chicos eran más fuertes que él y también eran más, no podía hacer nada. Trato de concentrarse en el presente sin perder el sentido. Logro soltarse de uno de los chicos, le dio un fuerte golpe en los encajes a lo que reacciono en busca de darle un golpe a Charles, sin embargo este de aparto y le dio al otro chico de la par. Los chicos se enfadaron ya que se empezaron a pelear entre ellos. Charles aprovecho ese momento para golpearlos, a uno le dio una patada en la cabeza y a otro le dio un fuerte codazo en el estómago, se encamino dónde estaba, Mack, el cual había recibido accidentalmente un brutal golpe en la nariz.

-Ahora que pasa eh Mack. Pedazo de idiota sin sentido, esto te costara caro, no suelo hacer esto. Pero si es necesario tengo el valor de hacerlo. –Le dirigió una mirada de irritación. Le propino un fuerte puñetazo en el estómago que estuvo a punto de verlo desmayarse. Le hizo prometer que no lo molestaría más. Este asintió a regañadientes.

Se lavó y se fue a su casillero donde por fortuna había guardado una camisa, se la puso y volvió a la clase.

La directora llego a preguntar al salón por la situación de los chicos en el lavabo, nadie contesto. Charles se había limpiado lo mejor posible, por suerte la directora no noto los pequeños moretes. El peor daño estaba en su estómago y espalda. Mack y los demás chicos que habían estado con él, los había llevado a la enfermería de la escuela.

A la hora del almuerzo se le acercó Yeniffer para preguntar por el proyecto de Historia.

-Estás listo para la exposición, ¿Eh, Charles? –Pregunto algo inquieta.

-Tranquila lo tengo todo bajo control. –Mintió. –Estoy perfectamente preparado para hablar de lo que sea.

-No seas melodramático, no me estas siendo sincero. –Arqueo una ceja, de la forma que le encantaba a Charles.

-Muy bien. No estudie. Ejem, estaba muy ocupado, trabajando en el proyecto de enero y también visite a mi abuela. –Se tapó la boca con su mano izquierda. –Perdón por entrar en detalle, pero es que…

-Je, es curioso, a veces me pasa. Pero que sincero eres, vaya novedad. –Río serenamente.

-Sí. –Convino.

-Mira ya sé que puedes hacer. Tina y Frank están en la mesa 3 cerca de la cafetería, ven con nosotros para estudiar, pues el cerebrito no estudio. –Esbozo una sonrisa.

-¿También? –Pregunto frunciendo el ceño. –Eso es raro de él.

-Sí. –Contesto tocándose un mechón de pelo.

-Está bien. Vamos. –Propuso.

Llegaron a la mesa tres donde estaban los demás chicos del grupo.

-¡Charles! ¿Qué hay? ¿Estudiaste, adivino, verdad que no? –dijo mientras sostenía el libro de historia.

–Estas en lo cierto. Y por lo que me dice Yeniffer. Tampoco tú. – se sentó en la mesa a la par de Frank. – y tú Tina ¿estudiaste? –Pregunto.

-Un poco, pero no lo suficiente. –contesto un poco triste.

-Oye saldremos bien. –Le alentó Frank.

-Yo sé. Porque tú no estudiaste, Frank. –Musito Charles.

-¿Lo sabes? –Pregunto frunciendo el ceño.

-Sí que lo sé. –Repitió al igual que le dedico una sonrisa de cómplice.

-Cállate. –Le reprendió un poco nervioso.

-¿Qué es de lo que tienes que callarte, Charles? –Pregunto Yeniffer sonriendo.

-No charles, no. No lo hagas. –Suplico Frank.

-¡Vamos! Ella es tu amiga. ¿Por qué no quieres que sepa? –Pregunto Charles.

-Está bien, como quieras. La verdad chicos es que estoy saliendo con una chica y… -Su rostro se tornó muy nervioso.

-¡Ya lo sabía Frank! –Apremio Yeniffer con una amplia sonrisa en el rostro.

-Pero… ah, olvídalo. Pensé que no lo sabias. –Hablo Charles algo confundido.

– Soy una chica y se cuando alguien está de esa manera.

-Discúlpame por no haberte dicho, eres una de mis mejores amigas, ¿Cómo pude? –Se dijo así mismo.

-Muy bien ya dejémonos de esto y concentrémonos en la exposición, el profesor Land, se molesta si no estudiamos. –Dijo Tina algo agitada.

-Buen punto, Tina. –Expreso Charles, tomando un libro de la mesa y abriéndolo en la página de estudio. –Aquí vamos…

31. YENIFFER

Esa mañana tendría que hacer algo para animar a su madre, después de la quebradura de su pierna en el trabajo. Su jefa le había dicho que como era navidad no importaba su ausencia que no había tomado las vacaciones de la temporada pasada. Yeniffer había pasado el día de gracia de maravilla con su tía y su primo Kevin, el año pasado toda una pasada en la cual disfruto a lo máximo. Pero sin embargo le entristeció que solo fueran dos días, su madre se había molestado con ella misma por su quebradura, fue muy duro, pues ella tenía un proyecto que terminaría antes de navidad, sin embargo le habían dicho que descansara.

El miércoles Charles la había invitado a salir al parque Búfalo, donde se había divertido mucho. Las vacaciones habían iniciado el viernes y todo lo interesante que había hecho durante ese sábado había sido jugar cartas con su madre y mirar la televisión hasta aburrirse. Tenía planeado ir de compras con Tina e ir a algún bosque del área más cercana. Tina le había metido hasta la cabeza que debería ir al bosque, fue muy extraño cuando se lo dijo, pero al final accedió con un par de condiciones.

-Te gane de nuevo Yeniffer. –Exclamo su madre emocionada.

-¿No te aburres de esto? –Pregunto.

-No. Me encanta esto, fui campeona en un concurso, cuando iba a la segundaria. –Le apremio.

-Pues se nota. –Convino Yeniffer algo desesperada.

-Muy bien, otra partida, ¿apuestas? –Pregunto con una gran sonrisa.

-¡mamá! –La regaño.

-Perdón, es que en la segundaria apostábamos. –Concluyo dispersando las cartas entre sus manos.

-No mamá. Esta vez yo pongo el juego. Jugaremos 31 ¿eh?

-Ok, como quieras. Y si apostaremos. Quien pierda limpia el baño en navidad. –Se rio.

-No. Eso sí que no. –Murmuro Yeniffer. –Además si te gano no podrás hacerlo por tú pierna.

-Tienes razón. –Se tocó la barbilla pensativa. –Ya se. –Dijo emocionada. –La apuesta será que la que gane limpiara el popo de Zeus, todo un mes el otro año, y en ese momento mi pierna ya estará mejor.

-Muy bien, como desees. –Propuso Yeniffer.

-Ayúdame a colocarme mejor. –Pidió su madre.

Yeniffer se puso de pie, para ayudar a posicionar mejor a su madre la cual estaba sentada en el sofá en un ángulo poco saludable, cuando lo hubo hecho volvió a su posición en un banquito frente a la mesa de vidrio.

Después de ese arduo juego de 31, se vistió para salir con Tina y Charles. Cuando estuvo lista salió de la casa y se fue hasta dos calles más lejos de donde vivía, Charles la estaba esperando junto con Tina en el asiento trasero.

Durante el viaje nadie se atrevió a decir nada, hasta que Charles rompió el hielo.

-Y bien Chicas, ¿cómo les ha ido este su primer día de vacación? –Pregunto alegremente.

-Muy aburrido. –contesto Yeniffer.

-Igualmente. –convino Tina, maquillándose.

-Oye, porque te maquillas. –Pregunto Charles.

-No lo sé. Quizás haiga un chico atractivo en la tienda. –Sonrío raramente.

-Ya estás con eso eh, Tina. –Jugo Yeniffer, revisando su teléfono. –Por cierto, saben porque Frank no pudo venir. –Pregunto.

-Está trabajando con su proyecto. –contesto Charles.

-Oh. –Suspiro.

Ya en la tienda. Charles las acompaño, dando a conocer un poco de incomodidad, entraron a la primera tienda.

-¡Mira esa blusa! Tina. –Exclamo Yeniffer abriendo la boca algo infantil.

-¡Ah! –Se conmociono Tina. – ¡Se be precioso! Lo quiero. Veamos de cuanto dispongo. –Se preguntó. –Claro que sí, puedo darme el lujo.

-Yo quiero una igual. –Camino a la par de Charles muy cerca de él.

Un hombre que se estaba probando una corbata, las miro y también a Charles y le dijo:

-Vaya, que tienes suerte.

-¡Oh! Esto, solo son amigas. –logro decir, se ruborizo cuando voltio para ver a Yeniffer, la cual se veía muy tierna alagando las blusas y bolsos.

-¿Charles ya viste esa blusa? O esa camisa. ¡Están lindísimas! –Exclamo tomándole de la mano para llevarlo donde se encontraban.

-¡Oh! Pues veo… Hmm, yo pien… -Apenas logro decir.

-Ejem, pues veo que está muy bien. Me lo probare. –Le propuso.

Cuando salió del cuarto de prueba, se sorprendió lo que vio, en el rostro de Charles pudo visualizar una mirada que nunca había visto a exactitud. Tenía sospecha de esa mirada, pero no le había dado mucha importancia, como en el museo, durante la presentación de las constelaciones, lo había visto hacer eso y otras veces fugazmente.

-¡Hola, hola, Hola! ¿Hay alguien en la tierra? –Bromeo, pasando las manos en el aire alrededor de su rostro.

-¡Pues, es que! Yeniffer te vez hermosa, claro lo eres, pero así te vez más. –Logro decir al momento de ruborizarse.

-¡Ah! Gracias. –Dijo poniéndose nerviosa, volviendo al vestidor rápidamente.

No podía creer lo que había oído, Charles le había dicho “te vez hermosa” una impresión que nunca tenía en mente de escuchar de ese chico, pero para ser precisa le fascinaba y emocionaba. Estaba feliz, pero a la vez con miedo, había algo en Charles que aún le inquietaba, algo que aún tenía que investigar. Cuando le menciono de su padre, este se puso algo negativo, pero a medida le fue hablando tranquilamente y comprensiblemente, este accedió amablemente, se dio cuenta que el apodo de “frio” no era exactamente el adecuado, durante esos últimos días, había compartido tiempo con él y había descubierto muchas cosas buenas, incluso Charles le mostro el dibujo de cuando habían ido a la excursión al museo, donde aparecía ella montada sobre el esqueleto del elefante africano, junto con muchas flores alrededor, una verdadera obra de arte. Ella le pidió si podía tomarle una foto a lo que el accedió muy serenamente. Un chico muy interesante y sobre todo con valores éticos, con el único problema “sin creer y depositar sus cargas en Dios” algo que estaba segura que tarde o temprano llegaría a la conclusión de su importancia en su vida. Despejo su mente ante sus pensamientos y se estimó en salir del vestidor con una nueva blusa color azul.

Charles estaba sentado algo pensativo, al punto de vista de Yeniffer.

-¿Y qué piensas de esto? –Pregunto sonriéndole dulcemente.

-Te ves… Muy bien. –Dijo.

-Bueno, pues ya tengo lo que me llevare, vamos a ver lo que quiere Tina. –Propuso.

-Bien. –Expreso. – Hace poco vi que se probaba unos Jeans azules, y no te creerás. –Tomo aire. –Estaba coqueteando con un chico que le mostraba la ropa.

-¡Ja! Claro, que eso me esperaba, esa chiquilla es así. –Le sonrió burlonamente.

-Oh, entonces ¿ya te lo esperabas? –Pregunto algo confundido.

-Claro, tontito. –Bromeo. –Sí. Desde que vinimos aquí, ven apresurémonos para ver que hace.

Se aproximaron dónde estaba Tina hablando con un chico de aproximadamente 19 años, el cual trabajaba en la tienda según la intrigada platica que Tina mantenía, Charles se ubicó cerca de Yeniffer muy cerca de ella, tratando de oír sin que no se dieran cuenta de que ambos estaban espiando.

Sin embargo para la sorpresa de ambos Tina se dio cuenta, Yeniffer se puso un poco nerviosa y no sabía qué hacer en ese instante para poder disimular.

-¿Yeniffer? ¿Charles? Chicos. –Dijo, dejando al chico para ir por ellos.

-Charles bésame. – Le pidió Yeniffer.

-¿Qué? –Pregunto frunciendo el ceño.

-Hazlo. –Le replico. –Para disimular que la estábamos espiando.

-¡Hmm! –Se puso algo nervioso.

-¡Hazlo! Nos vera y se molestara. –Charles se acercó más a ella, la tomo de las mejías cariñosamente y le dio un beso.

-¡Chicos! ¿OH? –Se quedó sorprendida e incómoda según lo que daba a reflejar. –Lo siento por… ya saben. Bueno me iré.

Yeniffer se sentía muy extraña y loca. Al sentir el contacto de los labios de Charles, se suavizo y se dejó caer en un sueño al cual no había visitado jamás.

-No te ilusiones con esto. –Le regaño a Charles, a la vez sonriéndole algo loco.

-Yo no he dicho nada. – Le susurro amablemente.

– Bien volvamos. –Caminaron unos pasillos sin decirle nada a Charles, al grado de enfadarse, pero no sabía porque. En su mente no pasaba lo que había hecho. “había besado a Charles” no podría olvidar eso por mucho tiempo, totalmente a todos sus besos con los chicos, diferente a Mack.

-Yeniffer ¿estás bien? –Pregunto Charles.

-¿Porque preguntas?

-Ah, pues es que estabas hablando, sola. –Aclaro.

-¿De veras? –Frunció el ceño. – y ¿Qué dije?

-Ejem, algo como: “totalmente diferente, beso, Mack” “no lo olvidare” fueron palabras no completas, y hasta tenías los ojos cerrados. –Charles cambio el peso de cuerpo al sostenerse con su pie izquierdo. –Mira, si estás pensando en lo que paso hace un momento. Que te quede claro que “fue tu idea” –Le recalco.

-Es eso y no. No es importante, pero tienes razón fue mi idea. Ahí termino todo. –Suavizo su rostro al hacer contacto visual con Charles. –Cambiando de tema, creo que deberíamos buscar a Tina, no sé si aún quiere ir al bosque, ¡oh! mira qué horas son: 11: 45. AM.

-¿Ella quiere ir al bosque, en temporada de navidad?

-Supongo que sí. –Convino.

Buscaron a Tina, la cual encontraron ya pasando sus cosas por la caja registradora.

-Ah, chicos ahí están. –Sonrió apaciblemente.

-Lo que viste no fue en realidad lo que vistes.- Hablo rápidamente Yeniffer. –Pero dime tú, te vi con un chico.

-Sí. –dijo. – Ese era mi primo que vino hace un mes, para hacer prácticas sociales y el dueño de este local, le dio la oportunidad y tal vez darle trabajo si le impresiona. Venga chicos. –Murmuro. -¿Por qué se estaban…?

-Ni lo menciones. –Le reprendió Yeniffer algo incomoda. –No te ofendas Charles.

-¿Porque? Entonces. –Insistió.

-fue porque yo… – iba a decir Yeniffer cuando Charles le dijo que el hablaría.

-No digas nada. Yo lo aclaro. Muy bien Tina, nosotros creímos que tú y ese chico se estaban coqueteando, ya que Yeniffer dice que sueles hacer. –Tina sonrió. – la cuestión es que pensamos eso, y nos acercamos para ver (espiar) y tú de diste cuenta, entonces para disimular Yeniffer propuso el beso, para el disimulo perfecto, como de película.

-¡Oh! Ya entiendo, pero yo le pude haber presentado al chico aunque no hubiese sido mi primo.

-Lo siento Tina. –Dijo Yeniffer.

-No hay nada de que disculparse. Ahora apresurémonos para ir al bosque. Rápido Yeniffer pasa eso por la caja.

Yeniffer pasó las cosas por la máquina y cuando ya tenía que pagar se dio cuenta que el dinero era insuficiente. Charles rápidamente le dio a la señora un billete de veinte dólares.

-¡Oh! Gracias. –Dijo Yeniffer.- Adelántense chicos, yo los alcanzo.

Los chicos salieron, Yeniffer espero a que le entregara las pocas cosas que compro y el vuelto del billete de Charles.

-¡Vaya cielo, tienes un novio ejemplar y muy caballeroso! –le dijo la señora sonriendo.

-No es mi novio. –Añadió Yeniffer.

-Debería. Solo a simple vista se puede ver que es un chico digno y las cámaras no mienten. –Le entrego el vuelto regresando a un juego de sudoku.

Cuando de repente se oyeron unos disparos fuera de la tienda. Yeniffer por instinto se agacho rápidamente sobre el suelo.

Pero le vino a la mente Tina y Charles, y salió rápidamente. Busco a los chicos con la vista, cuando los hubo encontrado se dirigió ante ellos, ambos estaban agachados sobre el suelo cerca del auto en el que habían llegado a la tienda. Se apresuró para llegar hacia ellos.

-Chicos, gracias a Dios, ¿están bien? –Pregunto.

-Creo que sí. – suspiro algo agitada.

-Bien. ¿Y tú Charles? Ya puedes levantarte ¡Santo cielo, Charles! –Visualizo donde estaba, le ayudo a levantarse, de su pecho emanaba sangre en cantidad preocupante.

-Estoy bien, es solo un rose, estaré bien. –Logro decir. Dolorido.

-¡Tina llama a uno ambulancia! –Le pidió.

-¡Estoy en eso! ¡Hola, si hay un herido gravemente, apresúrense, en el pecho, sí, estamos en la tienda de!… si en la misma avenida, exactamente cerca de… sí. Ok.

-¿Qué te dijeron? –Pregunto agitadamente.

-Ya están encamino. Dijo que lo que tenemos que hacer es hacer presión sobre la herida, con algún pañuelo o algo de tela.

-¡Tu blusa! Dámela. –Le pidió.

-No, mi blusa no. –Se quejó.

– ¡Charles se muere! –Le reprendió.

-Está bien. Toma. Ahora lo que debes hacer es presionar sobre la herida, pero no bruscamente. Si así, ahora solo tenemos que esperar a la ambulancia.

-Estoy…- Dijo Charles ya casi desmayándose.

-Aguanta Charles. La ambulancia estará aquí en poco tiempo. –Yeniffer le beso la frente suavemente.

-Eso… -Respiro difícilmente. –Fue tranquilizante.

-Tranquilo.- Le tomo la mano Yeniffer.

-Yeniffer. –Trato de hablar. –Si… me mue…ro. Quiero que… sepas que te am… -cerro los ojos.

-¡Charles, Charles, Charles, Charles, Charles, Charles, Charles, Charles! –Le suplico llorando fervientemente.

En eso llego la ambulancia, del auto se bajó un paramédico con un grupo de personas.

Se acercó a Charles, le tomo el pulso y con su demás equipo se propusieron a subirlo a la ambulancia.

-Yeniffer tranquilízate ya. La ambulancia ya tiene a Charles, dejemos que ellos se encarguen.

-Disculpe. –Pregunto Tina. -¿a qué hospital lo llevaran?

-Al hospital Shriners. –Dijo. -¿Eres tú la novia de él? O ¿ella? –señalo a Yeniffer.

-¡Yo soy su novia! –Respondió Yeniffer sin pensarlo

-¿Sabes? –Le dijo seriamente a Yeniffer. –Sube con nosotros le dijo el paramédico.

-Pero soy menor. –Dijo.

-No importa, me imaginaria que sabes quién es su madre o padre, entonces nos das el número. –Reflexiono un momento, relajo su rostro. – Se fuerte.

-Ok. –Suspiro pesadamente, mientras miraba a Charles de una manera terrible.

-¿Qué hay de mí? –Pregunto Tina.

-Llama a los padres del chico.- le ordeno el paramédico.

-Muy bien, me llevare el auto.
-Bien.- Dijo Yeniffer débilmente.

32. CHARLES

Algo extraño sucedió cuando la bala impacto contra su pecho, él pudo sentir el impacto, pero lo extraño fue después, debido a que no sentía nada de dolor en su pecho sin embargo después de que Yeniffer salió de la tienda empezó a sentir el horrible dolor.

Cuando cerró los ojos sintió un poco de alivio, sin embargo algo peor sucedió, al momento de desmayarse, volvió al sombrío lugar del cual había soñado muchas veces.

Esta vez se encontraba cerca de la puerta, la cual estaba iluminaba, emanando felicidad. Cuando de repente a su izquierda de la oscuridad una voz, grave y horrible emitió unas palabras.

-¡Con que, ya estás aquí! –Grito emocionado.

Otras voces emergieron a unísono junto con la voz líder.

-¡Estamos aquí para llevarte! –Rieron emocionadamente.

-¿Quiénes son ustedes? –Pregunto Charles temblando del miedo. –Esto solo es un sueño. –Se dijo internamente.

-¿Eso crees? –Dijo la voz líder. –Acaso no te das cuenta que ya no estás en la tierra, por el momento tú alma está en un sitio neutro. –Cambio el tono. -¡estamos aquí para llevarte, AL INFIERNO! –Grito a carcajadas.

-No, No, No. –Se llevó las manos a la cabeza pensativa y recordando lo que su abuela decía muchas veces, la muerte.- No, no puede ser. Yo leía la Biblia. –Se quejó.

-¡Ay! Pobre de Charles, piensas que solo por eso irías al cielo. Mal por ti. Recuerdas que muchas veces tuviste la oportunidad.

Los demonios se abalanzaron hacia Charles violentamente, lo rasguñaron terriblemente. En sus pensamientos no dejaba de pensar que pudo haber hecho, “no hice nada malo” “defendí a Tina” “¿Por qué a mí?”

-Aun muerto eres impredecible. –Le dijo un demonio riéndose muy feo.

-¡Jesús, perdóname! ¡Lo siento por que nunca te hizo caso! –Grito desconsolado con lágrimas en los ojos.

-¡No digas eso! –Se quejó un demonio.

-¡FUERA DE AQUÍ! –Grito una voz poderosa y con un gran brillo.

Charles había cerrado sus ojos, tenía su cuerpo muy mal, su mente desorientada. Cuando una figura humano resplandeciente semejante al sol en su mayor fuerza. Charles vio su brazo y sintió una paz tan grande que tomo el brazo y dijo:

-¡Gracias JESÚS! –le dijo. –He hecho cosas malas, y no había creído en ti. Perdóname no merecía tu auxilio, siempre me había quejado de ti, por la muerte de mi padre y… -Lloro incansablemente. –He sido un mal agradecido, tengo a mi madre y no le prestó atención.

-ENTIENDO CHARLES, QUIERO QUE SEPAS QUE CUANDO TE SIENTAS SOLO, CUANDO TENGAS MIEDO, CUANDO ESTES EN LOS MOMENTOS DIFICILES, CUANDO NADIE ESTÉ PARA AYUDARTE, AHÍ ESTARE YO. ESTOY SIEMPRE CONTIGO. TE AMO.

-¡Gracias! –Respondió.

-AHORA, DEBES VOLVER AL MUNDO, TE QUEDA MÁS TIEMPO, DISFRUTALO Y NO TE PARTES DE MI CAMINO.

-¡Sí, lo hare! –Respondió, cuando todo el ambiente se evaporizo.

Lo siguiente que vio fue, una luz que lo estaba guiando en un camino, la cual le mostraba muchas escenas de su vida por la cual había pasado, tardo unos momentos en darse cuenta que aún no estaba despierto. Aprovecho la ventaja de saber y se concentró en buscar aquellos pensamientos de felicidad, los cuales disfruto con su familia completa, sin embargo no logro concentrarse a la perfección por lo que llego a sus pensamientos de tristeza durante sus catorce años, en las calles de nueva York cerca de un callejón, donde se encontraba una chica de unos 14 años de edad. Junto a ella otro chico el cual aparentaba 16 años. Ambos estaban hablando de una forma muy mal, la chica le decía cosas muy incomodas para lo que Charles solía oír. El chico la reprendía y le decía palabras más fuertes, ambos se decían cosas malas, Charles de 14 años se acercó a ellos para preguntar una cosa, ellos le dijeron que se fuera o saldría mal, el chico lo amenazo con un mate de quererlo golpear a lo que Charles reacciono mal, dándole un puntapié en los encajes. El chico se quejó de dolor, se puso de nuevo de pie y se abalanzo contra Charles con la intención de golpearlo en el estómago, el primer golpe no lo acertó, el segundo lo logro. A lo que Charles cayó en el suelo violentamente.

-¡Mike Déjalo ya! –Se quejó la chica.

-¡Cállate Rachel! –Contesto Mike furiosamente. –No ves que este imbécil, me ha desafiado.

-Tú iniciaste.- Contesto Charles de 14 años. Limpiándose las manos sucias. –Entonces ya verás de lo que soy capaz, Pedazo de basura.

-¡Hmm! El idiotita se cree tan listo eh, bueno comete… inténtalo.

Charles de 14 años se lanzó desvalorizado al grado de golpear a Mike en la boca fuertemente hasta lograr hacer que de este brotara sangre. Mike, esquivo algunos golpes y le golpeó la espalda fuertemente.

-Ja, esto ha estado reñido, pero terminaras mal, hijo de… ¡Muérete! –Le grito, listo para acabar con Charles.

Cuando del callejón se oyó unos disparos, Charles salió corriendo, sin embargo Rachel y Mike no lograron salir de ahí. Después de una hora Charles regreso y vio a los chicos muertos en el pavimento con sangre alrededor de sus cuerpos. Aunque casi no los conoció y lo único que hizo con ellos fue pelear, lloro y se marchó.

Charles observaba a su propio yo como reaccionaba después de la perdida de chicos que pudieron llegar a crecer. En ese momento pudo saber que Dios estaba con el antes de todo, los chicos habían muerto sin embargo el no.

Se concentró de nuevo, pero no en situaciones difíciles, sino unos días antes de que su padre muriera.

Charles a los trece años dibujando un paisaje en donde refleja a él, junto con su papá y mamá. Charles recordó cuando hizo ese dibujo, lo que le produjo tristeza con alegría, su padre estaba en un lugar mejor, sin embargo su madre trataba de suplir el papel de padre, había tratado de abarcar ese espacio, por mucho tiempo Charles trato de evadirla incluso lo hizo antes de salir con Yeniffer y Tina, le había contestado un poco mal, no le paso por la mente ningún momento de como estaría su madre, aunque él sabía que lo quería y que había tratado de suplir el espacio de su padre, sin duda había sido difícil. Tratar de cubrir un gran espacio el cual no estaba fácil de suplir.

Se arrepintió por no haberle dicho nada a su madre y sin duda estaría preocupada, no podía salir de donde estaba por el momento, tendría que seguir con su búsqueda. Se sumergió en un recuerdo muy fuerte, en el cual aparecía Charles de 10 años, su padre y su madre los cuales lo sostenían cariñosamente entre sus brazos, sus pensamientos entrelazados de su yo del pasado, busco recuerdos de ese año y encontró la vez cuando su papá lo llevo a su cabaña el día de su cumpleaños, recordó además que ese día encontró un pez enorme el cual estuvo muy hermoso en su aspecto, recordó que en los ojos del pez pudo ver tristeza por haber sido sacado de su habitad, fue por esa la razón que lo devolvió a el rio, sin embargo luego de unos momentos el peculiar pez volvió a la orilla y sacara la cabeza de una manera muy feliz.

Recordando en su mente, vino a su cabeza un recuerdo la vez en que atacaron a la pandilla, donde Caliverio había muerto y Latí fue herido para que tiempo después fuera asesinado en el hospital. Recordó también cuando el maestro de artes marciales le atino un fuerte golpe, donde termino llorando a lo que el maestro estuvo obligado a hacer el acto de que había sido vencido por Charles, lo que lo hizo sentir mejor.

Todos esos recuerdos antes de Texas, unos buenos otros malos, pero a pesar de todo aun extrañaba a sus amigos en Pensilvania los cuales fueron geniales con él, recordó cuando su mejor amigo Jack, le regalo una skate, la cual aprecio mucho de parte de él.

Su mente estaba recordando muchas cosas de las cuales había pasado, pero lo que más le impactaba eran los de aquellos momentos donde estaba en peligro, en la calle, con los grupos de los cuales nunca logro sacar provecho. Sin embargo en todos esos momentos Dios había estado con el cuidándolo, y aun. Lo había protegido de los malos espíritus o demonio.

Estaba claro y estaba muy comprensible, Dios era real y todo lo que había leído de la biblia era cierto, no podía creer que lo había negado, se reprendió a si mismo por haberse dicho todas aquellas cosas de las cuales no le beneficiarían.

Sumergido en lo más profundo de su mente recordó el primer día de clases en la preparatoria, cuando conoció a Yeniffer, la chica a la que había admirado y amado, no podía recordar exactamente que había pasado después del impacto en su pecho, Yeniffer se había convertido en una chica a la cual le pudo tener confianza, era algo que jamás pudo sentir con cualquier chica con la que tuvo oportunidad de conocer, su manera de ser muy distinta a todas.

Recordó en su mente todas aquellas veces en las que la había visto disimuladamente sin que se diera cuenta, sin embargo se dio cuenta en la tienda por su expresión que dio a conocer, pues se sorprendió que ella hiciera lo que hizo, fue algo raro, pero en el fondo lo disfruto y se ilusiono con eso. La desventaja de eso fue que cuando salió de la tienda muy ilusionado fue que al oír los disparo fue apartar a Tina de donde estaba y luego de quedarse más tiempo de lo normal parado algo conmocionado por Yeniffer hasta que Tina le dijo que se agachara rápidamente y en ese momento recibió el impacto en el pecho, pero como recordó antes, fue muy raro que el dolor lo vino a sentir cuando llego Yeniffer.

Sentir el calor de las manos de ella sobre su rostro lo reconforto mucho, sin embargo antes de poderle decir lo que sentía se desmayó. No tenía la menor idea de donde estaba y con quien, si estaba grave, o si estaba en cómo. No podía estar seguro, pero algo era lo que sabía, No estaba muerto, Jesús le había dado otra oportunidad y era cuestión de tiempo para que pudiera volver en sí.

33. Lincy

Cuando oyó que Charles estaba en el hospital casi se tropieza por el susto, pidió la dirección al doctor que le llamaba, se encamino para ir al hospital de una manera muy rápida. Por fortuna ese día no tenía trabajo ya que era vacación, trato de no pensar en algo terrible que le hubiese pasado a su hijo, pero no podía parar en su mente lo que podría suceder, de sus ojos emanaron lágrimas, había sido muy dura con él. Pensó que de esa manera lo haría fuerte para no sufrir como ella. Sin embargo eso no había sido cierto, estaba segura que él también estaba sufriendo un poco más recuperado pero aun. Trato de evadir la idea de perderlo al igual que a Tom.

Cuando llego al hospital vio a Yeniffer en la sala de espera, de donde se suponía que estaba Charles. Su rostro no mostraba ninguna felicidad ni contentamiento alguno, dedujo que estaba mal. Se acercó a ella un poco preocupada y le pregunto.

-¿Como esta? –Dijo algo precipitada.

-Esta grave. –dijo tristemente. –Hace cuatro horas lo han llevado a cuidados intensivos en una operación de 6 horas.

-¿Quien dio la autorización para que lo operaran? –Pregunto algo enojada.

-Pues, nadie, fue iniciativa de los médicos, de lo contrario habría muerto. Además no es mí a quien me corresponde decirle eso. Oh, mire ahí viene el médico. –Señalo a un doctor que venía en direcciona ellos.

-¿Señora Doth? –Pregunto el medico con un rostro no muy alentador.

-¿Qué pasa, doctor? –Pregunto ella tratando de reprimir un sollozo.

-Mire, la cuestión es delicada. Sé que lo operamos sin consentimiento de nadie, pero, si no hubiésemos hecho estaría muerto, queremos que por favor nos entienda. Él ahora está estable, la operación termino, está en la habitación 417, ahora todo depende de Dios.

-¡Pero doctor! –Se quejó. -¿Qué le pasó exactamente?

-Recibió un impacto de bala en la parte derecha de su pecha, muy cerca de su corazón, daño una parte de sus pulmones, tuvo una hemorragia durante la operación y estuvo a punto de morir pero se logró estabilizar.

-Gracias Doctor. –le dijo.

El doctor se marchó, mientras que Lincy se dirigió dónde estaba Yeniffer, quien se veía muy destrozada.

-¿Puedo sentarme? –Pregunto.

-Claro. –Dijo. -¿Cómo está?

– Ya salió de la sala de operación, está en la sala 417. ¿Puedes venir conmigo? –L e pregunto algo triste.

-Ok. –Se quedó quieta un momento. Tomo aire y exhalo. –Mire, todo sucedió tan rápido, estábamos comprando, salimos de la tienda y…- sollozo.

-Tranquila. –L a abrazo. – ¿sabes? Charles no me conto mucho de ti, pero sin duda eres alguien que le importan las personas. Él siempre estaba ignorándome, haciéndome las cosas difíciles antes que viniera a este Estado.

Yeniffer se quedó un poco sorprendida según el punto de vista de Lincy.

-¿Porque tengo que saber eso? –Pregunto respetuosamente.

-Charles te importa y lo quieres. Después que tú entraras a la vida de mi hijo ha cambiado radicalmente, le importas mucho y te quiere. –Hizo una pausa para tomar aire y limpiarse las lágrimas. –Estoy orgullosa de él. ¡Como podrás saber perdí a mi esposo hace dos años, Charles ha ido conteniendo todos esos sentimientos a lo largo del tiempo, entonces para mí es muy difícil la idea de perderlo también! Charles ha estado en grupos peligrosos, incluso estuvo a punto de morir en una ocasión.

-Dios ha estado con él. –Dijo Yeniffer. –Hay que confiar que él lo librara de esto, lamentablemente que…

-Tienes razón, Dios ha estado al cuidado de él, toda su vida, pero Charles desde que murió su padre ya no le dio importancia, hasta yo me había alejado, pero gracias a mi madre he vuelto de nuevo y ahí sigo en lucha.

-Yo algunas veces le decía a él, lo importante que es tener a Jesús en nuestros corazones pero nunca me hizo caso. Sin embargo un profesor de la escuela le regalo una Biblia.

-Oh, claro. Yo vi esa Biblia. Me asombre, creo que la leía. –Dijo algo apagada.

Hablaron mucho de Charles opinando y compartiendo cosas que nadie jamás sabría. Ambas unidas para animar a una sola persona, “una madre y una amiga muy íntima.”

Entraron a la sala 417 para ver cómo estaba, cuando Lincy lo vio entro en un mar de lágrimas y sollozos, Yeniffer trato de calmarla, pero también rompió en lágrimas, estaba entubado con un montón de cables marcando los leves latidos de su corazón. La calma y la paz que había conseguido con la compañía de Yeniffer se fueron apagando cuando hubo visto a Charles, se acercó a él y le paso la mano cariñosamente sobre la frente. Pensó en todo lo que pasaron juntos y hasta el momento no pensaba que su hijo estuviera en tal estado, pero verlo de esa manera le rompió el corazón. Observo una silla que estaba en el fondo de la sala, y la trajo donde estaba Charles, se sentó y se quedó contemplando el cuerpo inerte de su queridísimo Charles.

Tratando en su mente de ordenar sus pensamientos se inclinó sobre el rostro de Charles y lo observo detalladamente, trato de soportar las lágrimas. Sin embargo su dolor inminente no pudo más y se derramo en un mar de lágrimas.

Yeniffer se acercó a ella y le dio un abrazo, la tomo de sus brazos, Lincy no pudo más, saco todo lo que pudo en su alcance.

Estaba harta de todo lo que había pasado, se sintió mal y decepcionada de su vida, estaba enojada con Dios por todo lo que había vivido, no estaba dispuesta a perder a su hijo, en su mente en lo más profundo logro sacar un pequeño recuerdo del cual surgían momentos buenos, sin embargo al volver a abrir los ojos, todo eso desapareció y se enfrentó a la cruda realidad.

Le pidió a Yeniffer que si la dejaba un momento a solas con su hijo, a lo que ella sintió, saliendo de la estancia tranquilamente.

-¡Charles! Hijo. –Sollozo amargamente.-La vida no te ha premiado con esto, sino más bienes estos… pasando esto por…. –Más lágrimas surgieron.-Cuan del cálido amor que un día sentiste cuando aún estábamos unidos, siendo un familia buena y feliz, sin embrago toda relación siempre tendrá momentos de dificultad, momentos donde nuestra fe y vitalidad flaquearan, pero esto que nos ha sucedido mi querido hijo, es que nosotros nos hemos apartado del camino correcto, yendo hacia cosas que no benefician a nadie.-Tomo una bocanada de aire. -¡Jamás pensé que nos sucedería esto! Quiero que sepas que te amo, no importa lo que hagas te amo, por tan necio y caprichoso que sueles ser ¡TE AMO, ERES LO MÁS HERMOSO QUE VINO A MI VIDA!

Unió sus manos en señal de reverencia, cerró sus ojos y dijo:

-“DIOS. Perdóname por haberme alejado y no acudir a ti cuando estuve triste y devastada, perdóname por haber sido muy dura con Charles, Perdóname por no haberle brindado ese amor que tanto se merecía, señor tú que habitas en lo alto, acepto que no puedo vivir sin ti, acepto que mi vida después de alejarme de ti no ha sido agradable. ¡Pero te agradezco por tus lazos de amor con los que me atraes, me has mantenido con vida hasta el día de hoy para cuidar de mi hijo, el cual me diste! Me había alejado de ti, te había dejado por completo, me aleje al grado de no creerte importante, esquivando todo indicio de ti. Mamá me dijo mucho de ti, me instruyo en el camino, sin embargo hice todo lo que no estaba bien, Tom llego a mi vida, hizo que volviera a ti, pero tras su muerte te deje nuevamente y no te había prestado mucha atención. Jesús perdóname por favor, quiero seguirte esta vez para siempre y no alejarme más, por favor señor. –Suplico dejando todo ella en la sala, ya casi sin poder soportarlo más. –Perdóname, no te lleves a Charles, es muy triste que perder a mi querido hijo, prometo cuidar más de él, seré más cuidadosa, lo amare con todo lo que pueda, fui muy grosera en darle la espalda muchas veces, pero siempre lo he amado y no lo dejaría por nada. Señor ayúdame a ser fuerte. A ti sea la gloria por siempre.

Luego de orar por casi una hora expresándole a Dios todo lo que había hecho y expresando de lo arrepentida de cómo había demostrado sus sentimientos con su hijo y las personas en lazo conyugal. Le pidió a Dios que sanara a su hijo, y ella sería mejor y jamás se alejaría e instruiría a Charles en el camino correcto.

-Lincy. –Le toco el hombro un brazo.

-¿Hmm? –Respondió algo desorientada. – ¿Quién? – Dijo limpiándose el rostro.

-Soy yo. –Dijo suavemente.

-¡Mamá!- Dijo tristemente. Brotando nuevamente de su rostro más lágrimas.

Su madre le enjuago las lágrimas y le dio un beso en la frente muy tranquilamente.

-No te preocupes. CHARLES SANARA. –Dijo muy serenamente, pero de una forma de la cual no se podía cree oír de su madre.

Cuando oyó eso, sintió una paz muy fuerte que la invadió todo el cuerpo, lo que sintió fue. Libertad, Jesús la había perdonado y lo podía sentir muy, pero muy bien.

Se levantó de donde estaba sentada y camino hacia el pasillo, vio que Yeniffer ya no estaba, fue donde estaba sentada su madre y le dio un abrazo.

-¿Cómo supiste de esto? –Pregunto.

-Dios habla con los que le creen. –Le dijo sonriendo amorosamente.

-Y ¿Yeniffer, sabes dónde está? –Dijo algo preocupada.

34. YENIFFER

Dormida en su cuarto en el silencio de la oscuridad de donde se podría oír las cigarras y el sonido de los búhos, se encontraba la queridísima Yeniffer, quien no podía aun creer lo que había pasada, una situación muy difícil, dándose cuenta de todo el rompecabezas que se estaba trazando en su vida, mucho tiempo de pensar y hacer muchas reflexiones había llegado a la conclusión de Charles.

Su madre se había preocupado mucho cuando la vio, con el rostro ensombrecido y las lágrimas en su rostro. Cuando ella le hubo contado todo, su madre no podía decir nada al respecto, ella simplemente subió a su cuarto y se acostó. Estuvo donde paso todo, estuvo durante el proceso y luego llegaba la madre del chico y luego regresar de nuevo a su casa, trágico 22 de diciembre, lamentablemente por unos problemas del clima su tía y primo no podrían llegar para navidad. Se lamentó internamente, pero en su ser en lo más profundo algo le decía que todo tenía una razón para que todo lo sucedido tendría un propósito.

Su madre había llamado al ministerio de la iglesia para orar por Charles, junto con otras personas, recordó que cuando ya estaba por irse del hospital entro la abuela de Charles de una manera muy tranquila y relajada.

Mientras dormía soñó que Charles moría en el tiroteo, ella estaba saliendo cuando una bala impacto en el pecho de Charles, ella se abalanzo hacia el gritando, mientras los demás solo observaban, ella pedía una ambulancia pero nadie hacia nada, todos sin hacer nada, mientras Charles iba perdiendo la vida, pero antes de morir le dijo que la amaba y que jamás había conocido a nadie como ella, y luego expiro. Ella le toco el rostro y le dijo que no era más que un sueño.

Se despertó sobresaltada, cayéndose de la cama , luego de haberse puesto de pie reviso su teléfono celular en Facebook, observo que había mensajes de muchas personas pidiendo oración por Charles Alexander Doth, en el mensaje se explicaba que había recibido un disparo en el pulmón derecho y que esta situación se encontraba en estado crítico en un hospital.

Se bañó y se puso ropa limpia, trato de evadir esos recuerdos del tiroteo escuchando música, se colocó los audífonos y se puso a leer el libro que había comprado en la tienda del centro comercial, el libro trataba de dos familias durante el siglo xx el cual argumentaba de un amor que había entre una dama llamada Rubieth y un caballero llamado Johan, los cuales vienen de diferentes familias, las cuales mantienen enemistad por causa de un problema que sucedió seis generaciones antes entre sus antepasados, para esta pareja eso es ridículo y debe terminar.

Tras leer sesenta páginas, decidió bajar para ver cómo estaba su madre de su pierna, descendió sigilosamente sin llamar la atención de nadie.

La vio recostada en el sofá, se acercó sigilosamente y le beso la frente cariñosamente.

-Hola cariño. –Dijo su madre.

-Hola. –Respondió.

-Y ¿Cómo has despertado? Pareces que estas bien. –convino, tomándose un taza de café.

-Hmm, creo que sí. Hoy estoy un poco mejor. –Decidió sentarse a la par de ella. Tocándose los ojos.

-¿Te sientes culpable, verdad? –Pregunto ella tocándose el yeso.

-Sí, me siento mal. –Se quejó.

-No fue tu culpa, y aunque hubieses estado ahí no hubieras haber podido hacer nada, es más a ti te pudo haberte pasado lo mismo. Lo que debemos hacer es orar porque se recupere.

-Sí. –Se quedó pensando por un momento. –Mamá. Qué pena que Kevin no vendrá por este clima. Quiero ir a ver a Charles.

-¿En serio? –Pregunto frunciendo el ceño.

-Sí, quiero ir. –Termino. –Me cambiare, le pediré a Tina que me acompañe. Tal vez esté disponible Frank.

-Muy bien. Me gustaría ir, pero. –Señalo con la barbilla su pierna. –Tal vez en otra ocasión.

-Ok. –dijo secamente.

En el hospital no los habían dejado entrar, pues no tenían un vínculo familiar, entonces tuvieron que fingir que eran primos de Charles, junto con la ayuda de la abuela de Charles, la madre se había ido a casa a descansar, entonces se quedó con él.

Caminaron por el pasillo en silencio, cuando Frank rompió el silencio.

-¿Qué fue exactamente lo que paso? –Pregunto algo inquieto.

-Y a te lo dije Frank. –Dijo Tina secamente.

-Pero, esto es algo… -No termino de hablar pues Yeniffer le hizo una mueca para guardar silencio. –Muy bien.

-Todo fue muy rápido. Él fue impactado en su pecho y luego. –Señalo el hospital. –Llamamos a la ambulancia y está aquí. ¿Suficiente?

-Claro. –Dijo algo apenado.

Llegaron a la sala donde estaba Charles. Conectado a unos tubos y aparatos que Yeniffer nunca había visto, por lo general su aspecto era terrible, tenía unos tubos conectados con su pecho y uno en la boca con muchos cables, sus latidos eran muy suaves y discontinuos, estaba sin duda al borde de la muerte. –pensó.

-¡Hola Yeniffer! -Dijo la abuela emocionada.

-Hola. –Dijo ella algo triste.

Por la forma en que la miro. Se pudo dar cuenta de lo que estaba pensando.

-El estará bien, no te preocupes. –dijo muy segura de lo que hablo.

-Pero parece…. –No logro terminar.

-Si lo sé. Parece crítico, pero aunque no lo creas, todo depende de él. –lo señalo. –Él está luchando por su vida, yo sé que lo lograra, está en una lucha espiritual.

-¿A qué se refiere con eso? –Pregunto entornando los ojos.

-Cuando despierte lo sabrás. –Dijo dulcemente.

-¡Oh! –Suspiro.

Hablo con Frank y Tina de todas sus incertidumbres y dudas, la confianza de la abuela y la lucha de Charles, ambos respondieron que Dios sabría lo que estaba pasando, ella expreso que fue muy extraño cuando sucedió el tiroteo, debido a como reacciono Charles, pues no empezó a sangrar solo hasta que Yeniffer salió.

La doctora entro en sala con unos datos en sus manos, luego se acercó a la abuela de Charles dándole unos datos que por un momento ella se preocupó pero luego de voltear para ver a Yeniffer su confianza volvió. Agradeció a la doctora y regreso donde estaban todos. Impacientes y dispuesto a saber que pasaría Yeniffer pregunto.

-¿Qué fue lo que le dijo la doctora?

-Bueno, ella dice que no lo lograra, pero yo tengo fe que sí. –Levanto su puño mirando al cielo falso.

-ok, es mejor que descanse, pues lo necesita, Frank ira a la tienda y comprara algo de comer mientras nosotras nos quedamos cuidando a Charles, usted descanse en el sofá.- Señalo un sofá azul que estaba cerca de la puerta de la sala de Charles, el cual estaba en muy buen estado, junto a él se encontraba una maceta con una pequeña planta.

-Muy bien, si pasa algo fuera de lo normal, me despiertan.

Se dirigió al sofá y cerró los ojos, de un momento a otro se quedó profundamente dormida.

-Frank, ve a la tienda y compra esto lo que te enviare por Whatssap y tú Tina, bueno nosotras nos quedaremos aquí para ver si algo pasa, vamos.-Le animó.

-Bien. –Dijo siguiéndola.

Hablaron mucho de lo que había pasado y cosas personales, en una ocasión, Tina le pregunto que si en realidad le gustaba Charles a lo que ella se puso muy nerviosa afirmando su pregunta. Tina le expuso que le gustaba Mack, a lo que ella respondió que debería estudiarlo más, pues podría ser alguien bueno si se lo propondría, ella había pasado buenos momentos con él, sin embargo sintió algo que no la motivaba a seguir, fue duro la ruptura pero lo hizo, no para seguir con Charles sino más bien para no estar en algo en lo que no quería decir. Ella fue quien dijo que era su novia, entonces Charles no tendría la culpa en nada. Sumergida en sus pensamientos se dio cuenta que en realidad amaba a Charles y que lo apreciaba demasiado, descubrió que él había tenido un pasado no muy bueno, aun así no le había importado, busco más y más, hasta no poder seguir. Ella también le había revelado muchas cosas que nadie más que Dios y el sabrían.

Mientras tomaba un poco de café que Frank compro, algo extraño paso en la cama de Charles, una luz brillante descendió sobre todo el cuerpo de Charles. De inmediato llamo a la abuela quien se quedó atónita ante tal cosa, después de unos segundos que sucediera eso, se inclinó en la habitación e inicio una oración, Tina y Frank la siguieron en el acto, mientras Yeniffer estaba de pie viendo el rostro y cuerpo iluminado sintió una paz y una tranquilidad que jamás había sentido, se acercó a la cama y le toco el rostro a Charles suavemente, mientras en el marcador de los latidos pudo ver que su corazón se estaba estabilizando y su respiración estaba mejorando. De su rostro brotaron lagrimas de alegría al ver a su chico sanando por la grata misericordia de Dios, precesensiando un magnifico milagro, del cual lo tendría en mente por el resto de su vida. Vio cómo su cuerpo que antes había estado de un color poco saludable cambiaba a uno saludable y fuerte, cuando ella en sus lágrimas mirando hacia arriba, sintió la mano de Charles acogedora y suave como cuando se toca el algodón recién hecho. Su corazón estallo de alegría al verlo abrir los ojos y dedicarle una sonrisa. Se quitó los tubos que tenía conectados a la boca y dijo:

-Lo que te quería… decir es que TE AMO. –Expreso sonriendo.

Ella no se resistió al impulso y se inclinó y le dio un beso en los labios, algo que nunca pudo sentir con nadie más, aun mejor que cuando lo beso en la tienda, totalmente genuino y lleno de amor en ambas direcciones, paso así por casi diez segundo cuando la abuela, Tina y Frank la interrumpieron con una bienvenida para Charles.

-Bienvenido a la vida, he compañero. –dijo Frank con una gran sonrisa y un par de lágrimas.

-¡Hola Frank! Gracias hermano. –Agradeció. Se dirigió a su abuela. –Gracias abuela, eres muy especial para mí.

-Tú también Charles. Tú madre también te quiere mucho, le diré que despertaste.

-Ok. Gracias amigos por todo, por brindarme su apoyo. –Se movió de la cama quitándose todos los cables y tubos anexados a su cuerpo.

-No te quites eso. –La regaño Yeniffer cariñosamente.

-Estoy bien, no necesito esto. Dios me ha curado y me ha perdonado. Él es el que me salvo de la muerte en ambos sentidos. –De su rostro broto un par de lágrimas. –Pensé que no tenía perdón, pero… -Yeniffer lo abrazo, luego se unieron los demás.

Luego de un par de minutos de asombro llego la doctora que le había dicho a la abuela de Charles, que no sobreviviría, la cual se quedó sorprendida al grado de casi desmayarse.

-¿Cómo? –Dijo tocando el informe de Charles.

-Un milagro. –Dijo la abuela de Charles.

-¡AH! Esto es muy raro, el chico tiene un daño en su pulmón derecho, nivel crítico al borde la muerte y lo veo ahí parado sin los tubos ni aparatos que lo unan a la vida. –Sus rostro mostro miedo e

Impresión. Luego al suavizarse y llorar.

-Dios fue quien hizo esto, el medico por excelencia, el cual mantiene el control entre la vida y la muerte, estuve a punto de morir en ambos sentidos y él me perdono y me dio una segunda oportunidad, ¡Alabado sea por lo siglos de los siglos, que nos salvó!

-¡Charles! –Se sorprendió Yeniffer al llegarse a él y darles un abrazo.

-Ok, muy bien. Llamare al doctor Arévalo. –Dijo la doctora, secándose las lágrimas.

-Charles, tú madre está en camino. –Apremio la abuela.

-Ok. Tengo que hablar con ella. Pero mientras viene Yeniffer, tenemos que hablar. –Le dedico una sonrisa.

Todos salieron de la sala mientras Charles y Yeniffer hablaban, él le conto todo lo que sentía y lo que había tratado de hacer para impresionarla, le contó que había estado muy equivocado de Dios, lo había juzgado mal y estaba arrepentido, quería estar con él siempre y nunca dudar de él. Yeniffer le ayudo a hacer la oración, donde ella lo animo y le conto todo lo que también había retenido, los sueños que había soñado, no le oculto ningún detalle, la abrazo y le dijo que la comprendía y que dieran gracias a Dios por todo lo que había pasado, debido que las cosas malas sucedidas darían paso a momentos de amor y paz.

Su madre entro al cuarto.

-Saldré un instante para que hablen. –Le soltó la mano.

-Ok, gracias. –Dijo, algo sorprendido.

Yeniffer salió del cuarto para reunirse con los demás junto con el doctor Arévalo, el cual estaba revisando datos con la boca abierta.

35. CHARLES

Su madre parada frente a él, con una mirada de súplica y tristeza, junto con alegría. Esta un tanto confundido por lo que pasaba dentro de la habitación, pero decidió alejar todo lo malo y dar inicio a algo nuevo en su vida, todo lo que había pasado era para lo que estaba pasando de inmediato, Dios tenía un propósito en él. Era la forma como llego y perdonaría a cualquier persona que alguna vez lo hubiese herido, no importando el dolor, debido a que le mayor ejemplo lo hizo, el cual sufrió cien veces más que Charles.

Charles corrió el poco espacio hacia su madre y le dio un fuerte abrazo el cual fue muy bien recibido, ella lo beso muchas veces. Al principio no la había soltado, pero lo hizo, la miro a los ojos y le dijo que la amaba.

-¡Mamá! –Dijo con alegría en sus ojos. Apretando sus manos con las de ella.

-Hijo. –Dijo ella llorando. –Dios santo, estás bien.

-Claro. –Respondió. –él tuvo misericordia conmigo.

-Sí que lo hizo. Perdón por no confiar que sanarías, esto es un milagro. –Dijo sonriendo.

-Yo tampoco pensaba en que volvería a verte. –Reflexiono unos segundos mirándose el brazo, donde había recibido un pequeño rasguño. – ¿ves esto? –Dijo mostrándole el rasguño de su brazo.

-Sí. ¿Qué fue lo que te paso? –Dijo algo preocupada.

-Mientras estaba inconsciente, estuve viajando por mis recuerdos, antes de eso. Bueno, es algo difícil de explicar, cuando me desmaye en la tienda, cerré los ojos y cuando los abrí me encontraba en un lugar muy oscuro y tenebroso, unas voces me dijeron que estaba muriendo y estaban ahí para llevarme a mi castigo, que estaban ahí para llevarme al infierno. –Hizo una pausa tomando aire. –Como decía ellos estaban por llevarme al infierno, me tomaron del brazo fuertemente en dirección a lo que predisponían, sin embargo justo cuando me llevaban yo pedí perdón a Dios y pedí auxilio a Jesús, quien ante el llamado ordeno a los seres que me tenían a dejarme, el me extendió su mano y me perdono de todo lo que había hecho.

Con lágrimas en los ojos, su madre lo miro y le dio un beso, luego permito que entrara el doctor.

-¿Puedo hacerte unas pruebas Charles? –Dijo amablemente.

-Claro. –Contesto.

Hizo quitarle la camisa a Charles, en su pecho se podía ver la gasa de la cirugía y de la impacto de bala. El doctor se colocó el endoscopio y le reviso a Charles la respiración y los latidos de su corazón.

-Respira profundamente. ¿Duele? –Pregunto.

-Para nada. –dijo.

-¡Wuo! Esto está fuera de lo normal. –Dijo sacando de un sobre amarillo una radiografía.

-¿Qué es eso? –Pregunto su madre.

-Esto es la radiografía tomada a su hijo después de la radiografía. Ve esa parte de aquí, bueno esto es todo lo dañado que su hijo tenía. Imposible que pudiera respirar sin ayuda de una máquina. Y por los resultados de ahora, me doy cuenta que esto es un milagro.

-¡Sí que lo es! –Confirmo la abuela.

-Tengo hambre. –dijo Charles

-Me lo imaginaba dijo el doctor. –Riendo. –Bueno entonces solo te aremos una prueba más y podremos darte de alta.

-Genial. Pero tengo hambre. –Se quejó.

-Muy bien, ahora vemos que te puedo conseguir dijo el doctor. Nos vemos pronto.

Tras la prueba que le habían realizado, su madre pidió al hospital si les daban una copia de las radiografías de antes y después. Charles y su familia fueron invitados por Yeniffer a pasar la navidad en su casa y la abuela había propuesto pasar el año nuevo en su casa.

Todos los chicos de la escuela estaban sorprendidos por el rápido recuperamiento de Charles en tan solo algunos días, el cual se disculpó con Mack por todo lo que había pasado entre ellos, él también lo hizo y se propusieron a ser amigos. El proyecto de enero fue todo un éxito, su abuela, mamá y Sofía llegaron para ver lo que había hecho un amplio dibujo y para matemáticas un juego extremadamente divertido y educativo de los cuales muchos se divirtieron junto con el maestro Anthony.

Al final del día, Yeniffer se acercó dónde estaba el.

-Oye, eso de ahí estuvo impresionante, trabajaste duro, ¿verdad?

-Algo, sí. Más o menos. –contesto.

-Si eh. –dijo sonriendo. Caminaron de la mano hasta la salida de la preparatoria. Ella le dio un beso y se dirigió al auto de su madre y se marchó.

En su mente pensó: el año marcharía en su curso normal y estaría con chica que tanto amaba, todo de la mano de Dios, quien los unió.

-Nos vemos Yeniffer, eres mi ¡AMOR REAL! –grito hacia el cielo, con toda la fuerza que pudo.

Fin

“Muchas veces estamos en el camino equivocado buscando cosas que en realidad no nos llenan, esas cosas que buscamos nunca las encontraremos ya que no es la solución a nuestros problemas, esas cosas materiales y vanas que no llenan el alma. Busaca a Jesús quien es tú amor real, él te ama y está esperando con la mano extendida, para que tú lo aceptes dentro de ti.”

Acerca del autor

Antonio Landaverde Zamora nació el 8 de agosto de 2003 en el cantón Guazapa del departamento de San salvador en El salvador, vivió cinco años con sus padres, para luego ser trasladado con sus tías adoptivas en el departamento de la paz, durante su infancia le motivaron muchas cosas como la mecánica, la robótica y otros pasatiempos, durante sus años de estudio en la primaria tuvo dificultades para aprender, hasta el último año de primaria, en la segundaria le fue mejor llevándose algunos premiso por su dedicación y disciplina en el estudio.

Actualmente se encuentra estudiando su primer año en preparatoria, su primera obra Amor Real fue inspiración de múltiples libros que había leído, inspirándose a escribir por la famosa saga de libros de Rick Riordan, con Persy Jackson y los dioses griegos y muchos éxitos más.

Muy pronto

  • Comando universal
  • Jacob Scott

Libros los cuales serán publicado en

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS