A MI HERMANA#

A ti te pienso con el duodeno

y me vas escalando a la garganta

donde un enorme clavo se implanta

y transforma su oxido en veneno.

Sin alivio, siento que me agangreno

y hasta la saliva se me atraganta

pero quiero ver que se me trasplanta

una pizca de tu dolor terreno.

Desearía poder descargarte,

aspirando una parte de tu temblor,

esconderme en tu alma y besarte

para limpiar con la lengua tu negror,

pero sé que no puedo consolarte

ni con lo más elevado de mi amor.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS