«Hay algo que no he dicho” sobre mi lectura

«Hay algo que no he dicho” sobre mi lectura

Julio Escorcia

29/09/2020

Revisando las lecturas pendientes que tengo en mi biblioteca, me encontré con la novela Hay algo que no he dicho, cuyo autor es el venezolano Luis Alfredo Briceño, y con la que en 2008 obtuviera el primer lugar en el Concurso de Narrativa Salvador Garmendia, promovido por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Retomé el texto con la incertidumbre de no recordar si la había leído o no, aunque el desgaste externo gritaba de manera muy firme que así era.

A las pocas líneas constaté mis sospechas, sin embargo decidí continuar con la lectura, ya no solo por el mero placer de releerla, sino con el propósito de dedicarle algunas líneas posteriores y retomar así una rutina que se había dilatado entre las horas de trabajo y el ocio mal dirigido. Avanzaba en la lectura con cierta timidez y desconfianza; las dudas me llevaban a pensar que seguramente el olvido se debía a la calidad no muy buena de la obra, pero otra parte de mi cerebro me acusaba y me inquiría ¿Y qué tal si hiciste una lectura incorrecta? ¿Y si la leíste en un momento no adecuado? Opté por acallar las voces y proseguir.

Hay algo que no he dicho tiene un poco de todo: amor, odio, desamor, inconformidad, éxito, fracaso, nostalgia…, es una conjugación de emociones donde los sentimientos afloran solapados entre sí de forma consciente e inconsciente. Es una búsqueda constante, un deseo por llenar un vacío que se sabe que existe pero que no hay manera de llenar.

Salermo Avelar, el personaje principal, busca suplir esa carencia con el fútbol, pero un desafortunado accidente le demuestra que aún, a pesar de su éxito y del dinero, la soledad y el vacío continúan allí, igual o peor que antaño. Sin embargo el balompié no solo intenta cobijar las ausencias en Salermo, sino también en Shalé Bazalar, Salvio y de muchos otros.

Por otro parte, es necesario mencionar que la novela se pasea por varios tonos y sus puntos de vista se ocultan entre uno y otro. Unas veces, esa voz narradora lo sabe todo, en otras solo supone, aunque esto es solamente una simple percepción dado que sí lo conoce todo, bien sea bajo la piel de Salermo, Morel Bastos o Shalé Bazalar.

En definitiva, es una novela que fluye y se deja leer; aun cuando en ocasiones pudiera resentirse de unos monólogos un poco extensos y de un inciso o una que otra coma impertinente que interrumpe la libre circulación de las palabras, es una obra cuyo entramado te obliga a estar atento si realmente se le quiere seguir el rastro a unos personajes que simplemente quieren estar lejos de cualquier situación que los pueda comprometer de una u otra manera. Entonces, ¡a leerla!. Aquí tienen una muestra.

Etiquetas: briceño fútbol lectura

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