Ha enmudecido el mirlo
Su canto está enjaulado, sus trinos a la venta en un mercado de Wuhan
Devorado por los pistones de millones de vehículos que han arrancado a la vez
No hay posibilidad de restaurar el silencio
La puja ha comenzado con un estruendo de martillos
Ahogados en gel alcohólico
Los tímpanos acunan las nuevas tuneladoras
Las banderas agitan los odios de siempre
Las estatuas se han puesto en marcha
Huyen de una muchedumbre enfurecida con su propio pasado
3.000 millones de años de recuerdos ininterrumpidos en cada una de nuestras células chillan a ritmo de jazz
Sinfonía de estruendos
Tormenta de compromisos con fecha de caducidad
¿Alguien ha llorado al último muerto?
Quisiera tirar la primera piedra
Ser David entre Sansones
Hacer añicos el espejo de plata y oro que ha perdido nuestro reflejo
Carteras llenas, estómagos llenos, depósitos llenos, comercios llenos, cajas registradoras llenas, aviones y trenes llenos, playas llenas, terrazas llenas
Llenos de orgullo y repudio
Paseamos altivos con mascarillas de usar y tirar, de tirar para usar, de usar para tirar
Títulos de poemas sin final, sin finalidad, que no se fían e inflan la linfa
Familias de jabalíes enjaulados por decisión propia
Aplausos de látex y resignación
Miedos agazapados detrás de una estrella fugaz
Vino agrio, leche agria, agua agria, sangre agria, mirada y corazón agrios
En el solsticio de verano todas las oraciones serán en alemán
Faltan solamente tres días para que comience la Convención de Bufones Perversos que se celebra en Stonehege en streaming
Dios leerá las palabras de bienvenida y Satán traducirá a su aire
El sol no quiere más amaneceres
Se esconderá detrás de una estatua de la Isla de Pascua y esperará a que la derriben.
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