Microrrelatos de cien palabras

Cuentos de cien palabras

1-La milagrosa salvación

No era una novedad vender modelos
cibernéticos para auxiliar a ancianos o cuidar a los niños, pero el producirlos
para la satisfacción sexual del hombre o la mujer amenazaba con reducir la tasa
de natalidad y afectar el campo laboral porque muchos ejecutivos pedirían una
secretaria cibernética que pudiera trabajar en la oficina y realizar actos
sexuales en la cama. Se trató de evitar a toda costa la venta clandestina, pero
la corrupción y los intereses privados de las empresas motivaron las ventas. La
humanidad desapareció, pero los ciberdotados empezaron a clonar hombres para su
deleite personal.

2-Exilio del paraíso.

Adán y Eva decidieron no comer el fruto prohibido,
por más intentos que hacía la serpiente, el resultado era el mismo. Los tórtolos
vivían felices, fornicaban, no sentían celos, llevaban una vida sana y se
reunían todas las tardes con su creador para comentar las ridículas intentonas
del reptil. Cansado de la rutina, Dios le ordenó a la víbora preparar una tarta
para engañarlos, Adán y Eva la comieron y fueron echados del paraíso. En el trayecto
Eva comentó que había robado el diario de Dios. Lo leyeron y se burlaron. El
Señor los castigó por guasones.

3-El deontólogo.

Un viejo cascarrabias detestaba las
relaciones homosexuales. Toda su vida había trabajado como juez y, por su fama,
aprovechaba cualquier situación para declarar ante la televisión y dar
lecciones de rectitud. Opinaba que la humanidad desaparecería, si permitía
tales aberraciones; que iba contra la naturaleza llevar ese tipo de uniones
obscenas. Él desconocía que el futuro ya había preparado la segunda fase del desarrollo
humano, la tecnología había triunfado, a la nueva generación cibernética no le
importaba de qué sexo fueran las personas que vivían en pareja, puesto que la
moral y el concepto de familia habían caducado.

4-Reconciliación matrimonial.

Fue a consultarle a un psicólogo sus
problemas conyugales. ¿Qué conflictos tiene? —le preguntó el especialista. Es
que quiere que sea como un perro, que haga todo lo que dice, que le cumpla
todos sus caprichos y que no proteste. Hay solución, pero tendrá que esforzarse
mucho—respondió el psicoanalista. El hombre lo intentó, pero no pudo resolver
nada y se consiguió un homosexual. Su esposa empezó a salir con una lesbiana,
al paso de tres años, después de padecer los mismos problemas, volvieron
arrepentidos. Descubrieron que el secreto no estaba en la variación sino en la
comprensión.

5-Salto Puente

Traté de adaptarme al SP, así se denomina
el paso del estado físico al virtual. Seguí todas las instrucciones, ingerí
plantas psicodélicas alucinógenas, escribí un diario con las sensaciones que
experimentaba en cada etapa. ¡Ya podía hacerlo! Me había liberado de mi cuerpo
y estaba dispuesto a trasladar mi mente, es decir, mi cerebro y enlaces
neuronales, a un sistema electrónico de materiales de silicio en unas
fotolitografías dentro de un conjunto de obleas similar al cerebro humano. Por
desgracia, cuando llegué al laboratorio me dijeron que se había cancelado el
proyecto por causa de los efectos secundarios.

6-Realidades.

Lo consideraban el más peligroso
delincuente de la historia, lo tenían en una cámara de hierro de alta
seguridad. Lo extraditaron y en el juicio hubo una complicación porque el
abogado defensor pertenecía a un país interesado en la desestabilización del
capitalismo. Se demostró que lo implicados en el proceso lo único que querían
era decomisar la riqueza del criminal, el cual se había ajustado con sus
acciones a las normas de la globalización. Asesinaron al letrado defensor y
terminaron el conflicto, el peligroso delincuente fue indultado y el presidente
pidió disculpas a la población mundial y la ONU.

7-El sueño de Picasso

Un día Pablo soñó que estaba frente a su Le rêve,
pero el lienzo lo estaba retocando un hombre delgado y rubio que ágilmente
usaba el pincel, Picasso, por su parte, tenía una guitarra eléctrica con las
cuerdas ardientes y vibrantes como un clítoris estimulado por una carga
eléctrica. Pablo lloraba porque Marie Thérése Walter no quería mirarlo,
entonces penetraba en el sueño de la mujer, ésta le decía: “Eres un pervertido abusador de niñas y estafador”. El artista
despertaba y veía su cuadro intacto con la amante reacia, mientras sonaba su
canción por la radio.

8-La carrera profesional.

Se pasaron la vida trabajando para
conseguir la fama y el éxito. Cuando se vieron en la encrucijada de la madurez
conyugal tuvieron que decidir el futuro de su unión. Fue por eso que pidieron
el modelo TR 34 para ver si era posible afrontar la paternidad responsable, por
desgracia fracasaron, puesto que el niño robot les creó traumas y adicciones.
Una noche, la mujer quedó embarazada y a los nueve meses nació una hermosa
niña. Padecieron los berrinches de la bebé y sufrieron desvelos, pero al final
quedaron convencidos de que más vale malo conocido que…

9-El literato.

Sabía que la única forma de escribir era
alimentándose de la lectura, por eso cada mañana leía fragmentos del Quijote o
La Magdalena, de Proust, Alicia en el país de las maravillas o Gargantúa y
Pantagruel para buscar sus platillos favoritos. Veía las naciones, a las
mujeres y a todos sus personajes a través de la comida. Cuando padecía de
anorexia narrativa de plano se iba a los manuales de culinaria, pero sucedió
que su pasión, un día lo llevó al hastío, de esa gran comilona literaria pasó a
ser un indigesto narrador, sin embargo, ganó el Nobel.

10-Fallecimiento prematuro.

Se fugó, fue posible apresarlo y aislarlo
en una cámara especial. Las intenciones del gobierno eran matarlo de hambre
para que dejara de provocar el caos, mas no riqueza. En libertad, el
delincuente confrontaba grupos a nivel mundial y abrumaba el terror por su
culpa. Un día en la prensa salió un artículo en el que se hablaba de la huelga
de hambre del criminal. Se envió una carta a la asociación de defensa de los
derechos humanos y se consiguió liberarlo. Lo único que dijo antes de morir
fue: “Muy pronto en mi vida fue demasiado
tarde”.

11-Asesino disfrazado.

Leyó en una ocasión que un hombre se había
vestido de payaso para cometer un asesinato. La víctima fue un banquero sin
sentido del humor, así que el individuo sacó una conclusión: si quería
convertirse en asesino en serie, tenía que decidir con qué disfraz mataría a
cada una de sus víctimas. Comenzó con el atuendo de Caperucita para ultimar a
un salvaje violador de niñas; luego, se atavió de lobo para liquidar a un cerdo
capitalista, al final uso la indumentaria de cuino para descuartizar a un
carnicero, pero éste, confundiéndolo con un animal, se le adelantó.

12-El arresto

La operación de la Unidad del Servicio
Secreto dio como resultado la captura del prófugo, a éste se le encarceló y se
le sentenció a una múltiple cadena perpetua que en total sumaba setecientos
cincuenta años. Para que el reo pudiera cumplir su castigo, buscaron las
catorce copias clonadas que la mafia había hecho de él para distraer a la
policía. Cuando se arrestó al último clon, el primer mandatario hizo una
declaración, dijo que en el futuro habría una ley que prohibiría la condena de
clones si se arrestaba al original y que no habría presidentes duplicados.

13-El habitante ficticio.

Adoraba tanto la ficción que comenzó a
usar lo fantástico para sorprender a sus familiares y conocidos. Todos lo
querían y admiraban, pero cuando le pareció incomprensible a sus allegados y
seguidores, tomó la decisión de trasladarse a su universo. Todos lo olvidaron y
vivió mucho tiempo en su mundo inventado, hubo algunos adeptos que lo siguieron
y habitaron con él, pero siendo tan vasto su territorio y tan pocos los
moradores, casi nunca se veían. No supo nunca cuánto tiempo vivió allí porque
nadie, de los habituales mortales del lado realista del mundo, se lo comunicó.

14-La vacuna.

Para combatir el flujo de inmigrantes que
estaba causando miles de conflictos, dada la diferencia cultural y religiosa de
los países anfitriones, se inventó una nueva enfermedad que se transmitía por
vía oral y se le dijo a los expatriados que ellos eran la fuente de contagio
porque en sus países había surgido el virus. Para llegar a un acuerdo se les
propuso que volvieran a su patria o cambiaran de credo. Los que decidieron irse
sufrieron represalias en su país y murieron por indisposición, los que se
quedaron, sanaron milagrosamente, el secreto fue que leyeron la constitución.

15- Remedio al hambre.

Una mujer cavernícola visitó al brujo para
pedirle algún remedio contra el hambre. Él le dio una planta alucinógena y otra
afrodisiaca para acostarse con ella. Le resultó. Al día siguiente, volvió el
marido. La mujer lo recibió en la cama. Sorprendido por la transformación de su
mujer, preguntó la causa de su ninfomanía. Ella confesó que había consumido
unas plantas que surtían ese efecto. Él las probó y folló con ella. Les pareció
fantástica la nueva relación, siguieron consumiendo los hongos hasta que los
dos murieron de gula. Cuando los encontraron, estaban en los puros huesos.

16-La necesidad religiosa.

Creó una doctrina para su clan. La fe era
el hito de encuentro y cada individuo inventaba su lenguaje propio para
comunicarse con la divinidad. El líder murió y sus adeptos empezaron a pregonar
deformando los principios e interpretando los dogmas, así, se separaron las
sectas y empezaron las guerras. Ganaron los ateos, que se apoyaban sólo en la
ciencia, pero la gente demandaba una ciencia teológica. Los científicos
inventaron un dios. La humanidad, podía desearlo, prestarlo, reprocharlo,
pedirle ayuda e incluso comprar un terreno en el paraíso. Hubo fe, esperanza y amor, pero
nadie fue feliz.

17-Iluminaciones.

Un hombre, alarmado por su aspecto, fue al
doctor. Después de escuchar los síntomas, el terapeuta aseguró que ya sabía
cuál era su enfermedad y le dijo: “En primer lugar, cambie los plafones de sus
lámparas por unos de matiz que no sea verde. Tiene usted hepatitis y lo que
piensa usted de que por sus venas corre sangre azul, es falso, también le
recuerdo que usted no es un pitufo, como dicen sus familiares, así que no haga
el tonto y empiece hoy mismo el tratamiento. Al salir, el médico aumentó sus
luces amarillas para transformar su coloración.

18-El premio fallido.

Mario, el escritor novel, estaba postulado
para ganar el premio de narrativa. Todos los miembros del jurado calificador
suponían que el joven elegido se acostaba con uno de sus miembros, así que
optaron por galardonar al concursante de la segunda posición. En vísperas del
fallo definitivo, llegó muy demacrada una especialista en literatura y
redacción que anunció que había dejado a su amante, esto influyó en los
presentes y destaparon al ganador. El día de la premiación, Mario, se presentó
acompañado de la profesora de literatura, a quien había dejado el chico que
ocupaba la segunda candidatura.

19-El sistemático.

El orden era fundamental. No variaba las
bebidas, tenía una dosis para cada humor. Si se ponía romántico, bebía copas de
amaretto o champagne; si lo aplastaba la nostalgia se ponía una botella de
absenta para olvidar; si tenía corrosivos celos, bebía vodka para remontarse al
mar; si tenía una rencilla o necesitaba pelear, cogía una ginebra de faldas
escocesas; si se mezclaban la filosofía con la pasión, empezaba a llorar, cogía
el elixir cactusiano para disparar. Lo aislaron, lo recriminaron, pero sin las
eternas borracheras algunos folios escritos les dejó. Se inmortalizó
desapareciendo, pero jamás los abandonó.

20-Riña de pregoneros.

Un sacerdote golpeó a un brujo, la
agresión surgió por una interminable discusión en la que el hechicero argumentó
sus actividades basándose en principios semejantes a los religiosos, por la
confusión, el cura perdió la paciencia y le puso una paliza a su oponente. En
su celda de claustro, el representante de dios dudó de su doctrina, pues muchas
cosas de la hechicería coincidían con las religiosas, además era más antigua y
tenía más adeptos. Decidió llamar a Dios y cuestionarlo. El todopoderoso sólo
le dijo: “Es cuestión de conceptos, hijo mío, la religión es magia celestial.”

21-Libros de humo.

En cuanto se dormía, aparecía ante él, un
hombre con aspecto selecto. Era un famoso escritor, que le ayudaba a corregir
sus escritos. El lector imaginará ahora que al final de esta historia el hombre
que soñaba se hizo famoso por la ayuda de tal celebridad, pero quiso la
desgracia que el resultado fuera diferente y lo único que lograra fuera ser
literato en sus sueños e hiciera castillos en el aire. Aclaramos que es un
suceso real y, que, de haber creído el tipo en Freud, habría interpretado bien
los mensajes oníricos y habría sido célebre.

22-Solterón.

Cuando tuvo la oportunidad no se casó por
indeciso y, en una ocasión, cansado de su celibato, comenzó a buscar esposa por
Internet. Puso su anuncio y esperó. No tardaron en llegar propuestas, eligió
las que le gustaron más y mando mensajes, mantuvo conversaciones en el chat,
incluso se encontró con algunas mujeres en persona. Su lista de candidatas se
fue agrandando. Al año, ya tenía doscientas esposas potenciales entre las
cuales podía, con seguridad, elegir, sin embargo, le surgió la necesidad de
seguirse contactando porque había perdido el interés por el matrimonio y se
dedicó al donjuanismo virtual.

23-Silencio roto.

La gente estaba expectante, era la primera
vez que conversarían, después de un silencio de mil años. El encuentro fue en
tierra neutral. Al verse, se saludaron y se desearon un futuro próspero; pero
evitaron los temas de economía, por las sanciones existentes; no trataron el
abuso sexual de menores porque habría sido un pecado; descartaron el tema
teológico por no tener que argumentar contra la arrolladora ciencia; y en
cuestión de política, expresaron sus diferencias con bastante ardor. Al término
de la esperada entrevista decidieron recapacitar otros mil años y reencontrarse
cuando las circunstancias fueran más favorables.

24-El juicio.

La famosa artista presentó una demanda
contra el doctor que no le había querido curar una pequeña herida en la pierna
cuando la famosa cantante se encontraba en la playa. En la querella, el médico
argumentó que las piernas de su acusadora estaban aseguradas y que cada una
valía un millón, por lo que, en caso de ocasionarles algún daño, la
indemnización sería altísima. El galeno perdió su licencia para ejercer, pero
se graduó de veterinario y puso un letrero en la puerta de su consultorio
avisándole a los clientes que no curaba las mascotas de los famosos.

25-Atípico.

Un gato atípico es aquel que no cumple las
condiciones de los felinos porque se parece a Superman cuando es hidráulico; o
a una prensa cuando tiene dos tablillas se hierro y un tornillo; o aun fraude
cuando lo cambian por una liebre; o a un misterio cuando está encerrado; o a un
perdedor cuando está en el agua; o a un grupo pequeño cuando es menos que un
cuarteto; y podría decir mucho más pero aquí lo dejo. Así que, señores, por
favor, no sigan diciendo que de noche todos los gatos son pardos porque no es
verdad.

26- El sustituto.

Se negó a interpretar un papel y
contrataron a otro actor, quien resultó menos talentoso, pero gracias a su
fealdad y respeto al método Tarkovski destacó en los papeles de Drácula y
Frankenstein. Un director decidió rodar una película con un elenco insuperable
y llamó a los dos actores. Puso al feo en el papel de bueno y al otro como
engendro, sin embargo, en el estreno la gente se salió decepcionada del cine
porque esperaban ver al feo en el papel de malo y al verlo como el bueno los
espectadores se pusieron tristes. Pobre monstruo—dijeron.

27-El boxeador.

Lloraba, se oprimía la nariz y se aplanaba
los labios cada vez que su marido recibía en el cuadrilátero un fuerte golpe
del contrincante. Los espectadores la compadecían y las cámaras no dejaban de
enfocarla en los descansos. La riña era encarnizada, pero muy desnivelada
porque el negro que estaba apaleando a su esposo tenía más alcance, fuerza y
rapidez, por lo que hubo nocaut. Ella dejó de llorar cuando le avisaron que el
afroamericano le había roto la quijada a su cónyuge.

“!Para que se le quite andar pegándole a
las mujeres! ¡Bien merecido se lo tiene!”

28-Instrucciones de guerra.

Recibió las instrucciones militares para
que su campaña fuera un éxito. Después de la primera batalla hubo una tregua en
la que se dio cuenta de que no le habían dicho nada sobre la comida y lamentó
que los soldados enemigos estuvieran comiendo de lo lindo, mientras sus
combatientes se miraban unos a otros. Ganaron el segundo enfrentamiento y
volvió a ver a sus soldados hambrientos, después de la tercera batalla su
ejército comenzó a alimentarse de los muertos. Al final, perdieron la guerra.
No porque fueran débiles, sino porque se aficionaron demasiado a la carne
humana.

29-Venganza oral.

Una emperatriz de Oriente recibió al
inglés y lo obligó a efectuar el ritual del cunnilingus, al que se sometían
todos los invitados. El británico lo hizo por diplomacia y después de la visita
invitó a la soberana a su país. Cuando ésta llegó al castillo de su homologo,
le dijeron que la felación era el ritual obligatorio, pero como el anfitrión se
encontraba indispuesto, tendría que hacérsela a su perro. Así el monarca se
vengó de las dos infecciones que había contraído por culpa del francés y el
árabe que la habían besado primero en su palacio.

30-El gato rey.

Volvió de su campaña y se encontró con la
noticia de que la reina lo engañaba con un hermoso minino soldado. Mandó que le
cortaran la cabeza al insolente amante de su esposa y ordenó que la metieran en
un tarro con alcohol y la colocaran en una cómoda que quedaba enfrente de su
cama nupcial. Así, todas las noches el monarca prevenía a su cónyuge de los
peligros de la infidelidad. Un día, el soberano llegó al castillo y se fue a su

habitación, pero la encontró llena de tarros con cabezas de gatas en formol.

Constante.

Todos los días hacía lo
mismo: se duchaba, preparaba el desayuno, leía hasta la tarde y comía
meditando sobre los problemas de la nada y el ser, después se iba a escribir y
a medianoche se dormía. Lo repitió todos los días hasta que llegó su sustituto,
el cual, como podéis suponer, siguió con las actividades de su antecesor de tal
modo que cuando llegó su relevo se repitieron esas acciones hasta el fin de los
tiempos tan sólo para demostrar que el combate contra la inexistencia o el no
ser, había triunfado sobre las leyes del universo.

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