PREÁMBULO

Nostalgia del regreso a casa es la historia de un joven como muchos otros que decidió marcharse a otras tierras buscando nuevas oportunidades para hacer realidad sus sueños. Creció y envejeció en tierra extraña, pero años después sintió nostalgia y emprendió el regreso al terruño que lo vio nacer para encontrase con sus raíces y revivir gratos momentos de épocas pasadas.

La nostalgia es una sensación de pena que se siente por algo que se ha tenido y que ya no se tiene. Surge por el deseo del ser humano de revivir las instancias felices de su existencia y hacerlas eternas. A veces la nostalgia trae consigo un perfume triste, trazos de una vida vivida que nos deja cierta sensación de añoranza y dolor en vista de un ayer que tal vez, concentró mucha felicidad, un bienestar del que carecemos en el presente.

NOSTALGIA

Un día sentí la indómita necesidad de cruzar otros mares, otros cielos y llegar a otros suelos; lugares donde vivir, luchar y hacer realidad mis sueños.

Contaba yo con la ilusión y la energía juvenil que me impulsaba hacer realidad un sueño, iniciar una aventura y dar rienda suelta a mis deseos de explorar otros caminos. Sentía el deseo de hacer algo más, de alargar la vista y conocer otros horizontes. Argumenté poderosas razones para justificar mi partida y guardé en mi bolso los sentimientos de bellos recuerdos que me ataban al pasado que me vio nacer y crecer.

Cuando salí de mi tierra, no pude contener mis lágrimas porque lo que más quería atrás lo iba dejando. Sentí un inmenso dolor dejar el terruño que me vio nacer, a mis padres, hermanos, familiares, amigos y todas aquellas vivencias que llenaron mi vida.

Cargué un bolso sobre mis hombros llevando sólo en él, las ilusiones que me motivaron a iniciar esta odisea, pero también, el pesar que llevo adentro por dejar atrás la patria amada donde dejo mis raíces.

Hoy estoy aquí después de un largo viaje, en otra tierra, otras costumbres; gente nueva. Veo felicidad en sus rostros. Los veo caminar juntos, charlar, reír, besarse y abrazarse; una muestra de estar en casa, de estar cerca de los suyos; aquí gravitan sus razones y emociones. Fue un momento triste verme allí alejado de los míos. Una sensación de soledad invadió mi alma y recorrió mi cuerpo. Derramé lágrimas para descargar mis angustias y encontré consuelo en las ilusiones que me llevaron a ese lugar, pero, allí estaba yo, en aquel país lejano, solo conmigo mismo y con la energía que me brindaba la juventud de aquel entonces.

Conquistar nuevos espacios fue un duro comienzo, pero tenía la necesidad de luchar y vencer, no había otra alternativa. Así pasaron los días y transcurrieron los años. Consumí mi juventud y mi madurez en alcanzar logros que me permitieran competir y sobrevivir. Acumulé conocimientos y estuve entre los mejores con el fin de hacer realidad lo que soñaba. Sacrifiqué parte de mí porque a veces la vida lo exige así.

Hoy, después de muchos años de ausencia he vuelto a mi patria. Traigo marcada en la piel las huellas de los años viejos y los bellos recuerdos del largo camino que he recorrido. Estoy de vuelta al terruño de mis cimientos. Vine al reencuentro de mi niñez que abandoné un día, de las raíces que me dieron la vida, de mi familia y mis amigos; que en otros momentos me dieron la emoción de vivir.

Respiré de nuevo el aire de mi ciudad natal, recorrí lugares donde antes vivía, anduve sus calles y miré su gente; todo había cambiado.

A mi retorno, me sentí un extraño en mi propia tierra y sentí la misma sensación de cuando estaba en patria ajena. El tiempo cobraba mi ausencia, mis raíces estaban muertas y mi niñez envejecida en el espejo de algunos sobrevivientes. Hoy siento la misma tristeza de cuando me fui y la inmensa sensación de estar en tierra extraña. No sé si regresar o quedarme, porque ya no pertenezco ni aquí ni allá. No sé, no sé

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