Un 18 de agosto dentro de mi caja

Hay muchas cosas que pasan, y muchas cosas que me pasan. No necesariamente todas estas cosas están conectadas, y a las vez sí. Constantemente, sin darme cuenta dejo de respirar cuando me fijo en todas estas cosas y al tratar de resolverlas me doy cuenta de que no sé nada. El destino, Dios, la suerte, el universo o como quieran decirle, ha sido muy bondadoso conmigo si le pido cuentas superficiales, banales o materiales (como quieran decirle), y a veces por esto me siento una mierda, porqué a mi me tocó esta vida y porqué a otra persona que quizás hubiera tenido otro espirítu, energía, sabiduría (como quieran decirle) que quizás hubiera aprovechado mejor la vida que me tocó. Hay muchos testimonios que dicen que determinados momentos en la vida les hizo darse cuenta de algo, y pum, cambian sus vidas, sus mentes, o bueno algo les cambia. Yo me siento algo vacía con eso, siento que las cosas me pasan pero que no las termino de entender, por lo tanto, nada cambia. Soy muy dispersa, entre tantas palabras e ideas que he logrado plasmar acá, he divagado unas diez veces y he tenido que volver a centrarme en el punto al que quería llegar al principio, por eso me cuesta tanto aprender de algo en especifico. Hay dias en que mi mente esta volando en cuatro ideas por minuto, no es broma, son como máximo dos días seguidos y luego tengo que dormir un dia entero. No dejo de pensar en mil y un posibilidades desde que me levanto hasta que me voy a dormir. No está demás decir que no estoy deprimida, solo que a veces me gusta estar sola y sentirme, sentir mis emociones, sentir que estoy aquí presente, viva, siendo un parásito más en el mundo pero viva al fin, y bien.